1. TEMA VIII RÉGIMEN DE ESTUARIOS
VIII.1 Origen, morfología y terminología estuarina
En geografía un estuario es la parte más ancha y profunda de la desembocadura de un
río en el mar abierto o en el océano, generalmente en zonas donde las mareas tienen
amplitud u oscilación. La desembocadura en estuario está formada por un solo brazo
ancho y profundo en forma de embudo ensanchado. Suele tener playas a ambos lados,
en las que la retirada de las aguas permite el crecimiento de algunas especies
vegetales que soportan aguas salinas.
Por convención se acepta como más adecuada la definición de Pritchard (1967):
"Estuario es un cuerpo o masa de agua costera semi-encerrada, con conexión libre al
mar abierto, y en el cual es medible la dilución del agua de mar por agua dulce
proveniente de la tierra". Que sea semi-encerrado implica que su patrón de circulación
es influido considerablemente por las fronteras laterales, y por lo tanto es un cuerpo
costero, pero no forma parte de la línea de costa en sí misma; permitiendo así
distinguirlo de cuencas de mayor tamaño como una bahía o un golfo. Que la conexión
al mar abierto sea libre significa que la comunicación entre el océano y el estuario
debe permitir el intercambio de agua, sal, y la transmisión de la energía de la marea
permanentemente, para todo estado de marea y durante todas las estaciones del año.
Que la dilución de agua de mar sea medible significa que la salinidad en el interior del
estuario debe ser menor que en el océano adyacente; es decir que el volumen de agua
dulce que ingresa por afluentes y precipitación es mayor que el que se pierde por
evaporación en el mismo lapso de tiempo.
.
2. VIII.2 Régimen de vasos a marea libre.
Régimen: El régimen se refiere a la variación que sufre el gasto o caudal de un río en
un año. El río pasa por un período de máximo caudal conocido como crecida y un
período de bajo nivel de las aguas denominado estiaje.
El régimen de un río depende de varios factores, destacando la naturaleza del suelo, el
relieve y el tipo de precipitación.
La fuente de alimentación de un río puede ser varias formas, distinguiéndose los ríos
de régimen nivoso, régimen pluvioso, régimen mixto, régimen lacustre y ríos de
régimen de aguas subterráneas.
Ríos de alimentación pluvial: Sus aguas las recibe principalmente de las lluvias,
presentando entonces su mayor caudal en la estación lluviosa. Ejemplo de ellos son los
ríos Amazonas y Congo de las regiones ecuatoriales, en nuestro país los ríos sureños
como el Cautín y el Toltén; y en Europa destacan el Támesis y el Sena.
Ríos de régimen nivoso: Tienen su alimentación en las montañas, producto de la fusión
de las nieves, por lo tanto su período de crecida será en primavera y en verano.
Ejemplos son los ríos Po, Rhin, Missuri, Ródano y Obi.
Ríos de régimen mixto: Estos ríos se alimentan de las lluvias como del derretimiento de
las nieves. En general son ríos que recorren grandes distancias y por lo tanto
atraviesan zonas de climas distintos, ejemplo de ello son los ríos Nilo, Mississippi,
Danubio, Ganges e Indo.
Ríos de régimen lacustre: Se alimentan de los lagos o formaciones lacustres
VIII.3 Corrientes de densidad y cuña salina.
Debido a diferencias de temperatura y salinidad entre dos masas de agua situadas en
distintos lugares o profundidades se produce una variación de densidad. La tendencia
natural es a compensar esta diferencia de densidad, por lo que una de las masas se
desplaza hacia la otra a una velocidad en nudos proporcional a la diferencia de
densidad. Por ejemplo, el agua de superficie puede sufrir un aumento de salinidad por
evaporación. Estas corrientes no suelen ser muy intensas.
3. Factores que afectan a la dinámica de la cuña salina
Se considera que las características de un estuario y su grado de estratificación están
determinados por dos factores fundamentales: la descarga de agua dulce, que tiende a
mantener la estratificación frente al agua salina que penetra en el curso inferior del
río, y la marea, que tiende a producir mezclado turbulento y por consiguiente a reducir
la estratificación. La preponderancia de uno de estos factores frente al otro definirá el
tipo de estuario y el nivel de mezcla y estratificación existentes en el mismo.
El Delta del Ebro es un ambiente micro mareal, con mareas astronómicas que tienen
un rango medio de unos 16 cm. Esto implica que el caudal de agua dulce predomina
sobre el efecto mezclador de la marea y, por lo tanto, cuando hay intrusión de agua
salina en el cauce del río, el estuario es altamente estratificado, caracterizándose por
la presencia de una cuña salina con una halo clina perfectamente definida.
VIII.4 Estabilidad de accesos costeros
Los estuarios constituyen los “criaderos” (lugares donde los juveniles crecen con
rapidez) de la mayor parte de moluscos, crustáceos, peces costeros que se cosechan
no sólo en el estuario sino también mar adentro. (Odum & Sarmiento 1997).
Esta propiedad natural de los estuarios podría ser aprovechada por el hombre para el
cultivo de estas especies, que de manera natural, se desarrollan fácilmente en este
tipo de ecosistemas.
4. Para el establecimiento de estas áreas de acuicultura es importante estudiar las
características del medio. Éstas son básicamente 3: heterogeneidad, variabilidad y
diversidad.
A la heterogeneidad del medio marino debida a su propia inmensidad (variación de
temperatura en sus distintas latitudes, relieve submarino, diferencias de salinidad
según la evaporación o aporte de aguas de lluvias...) hay que añadir la heterogeneidad
en la zona litoral constituida por el flujo de aguas dulces procedentes de los ríos, aguas
menos densas y generalmente más calidad. Por otra parte podríamos imaginar que
donde se produjeran mareas se darían fenómenos de remoción de agua que
homogeneizaran el medio, pero realmente no es así ya que las masas de agua se
deslizan unas sobre otras en un movimiento horizontal, mientras los movimientos
verticales son muy limitados.
Estos medios son también muy variables ya que los aportes de aguas dulces son
fluctuantes en el espacio y en el tiempo (varían tanto en estaciones como en la zona de
vaciado, ya que son aguas muy ligeras que se ven desplazadas por acción de los
vientos, desplazándose de la zona).
Son ecosistemas muy diversos poblacionalmente. La densidad de especies es máxima
en la capa superficial (0-10m) y decrece con la profundidad.
Sin embargo estos medios tan diversificados y productivos, en principio receptivos al
cultivo, son muy frágiles, ya que están expuestos a múltiples perturbaciones, de modo
que la producción de organismos cultivados puede estar limitada por las características
naturales del medio en cuanto a la utilización y ocupación del litoral. Por ello conviene
administrar y estudiar estos espacios y más concretamente analizar los factores que
inciden, no sólo en su calidad, sino también aquellos que van a ser decisivos para el
éxito o fracaso de cualquier tipo de explotación acuícola, como son las propiedades del
agua, la prevención sobre los fenómenos accidentales, tales como la proliferación de
especies fitoplanctónicas, mareas rojas, fenómenos de anoxia, etc..., como también
definir las tasas de contaminación ordinaria de los organismos representativos de las
poblaciones locales.
Asimismo para la elección de la zona de cultivo se tendrá en cuenta las condiciones
geomorfológicas y climáticas. Así para la acuicultura del molusco o de algas se
utilizarán zonas cerradas protegidas de los temporales con moderada tasa de
renovación del agua y nutricionalmente ricos. Y para el cultivo de peces y crustáceos
se favorecerá el sustrato arcilloso para el cultivo en tierra, así como los regímenes
hidráulicos definidos por el ritmo de la marea.
Un buen conocimiento de la riqueza orgánica de los fondos (parques intermareales,
marismas, etc...), es la base de una buena gestión del medio. (Corral et al 2000). Así
vemos que existen varios tipos de agua a lo largo de un ciclo de marea; al inicio de la
bajada de la marea son aguas mixtas, saladas y a veces dulces, provenientes de las
marismas, recalentadas en verano y refrigeradas en invierno. En el medio de la bajada
5. son aguas dulces cargadas de materia orgánica y enriquecida en oxígeno por el flujo
turbulento en superficie. Al final de la bajada son aguas de chorreo sobre la superficie
del depósito, son muy turbias, aveces muy ricas en amoníaco, en definitiva poco
favorables para la acuicultura.
Estas zonas bien gestionadas pueden constituir una fuente generadora de riqueza para
los habitantes de las mismas. Las especies pesqueras, que ya se encuentran de forma
natural, pueden verse incrementadas mediante el desarrollo de prácticas de cultivo
contribuyendo al mantenimiento de unas poblaciones permanentes sobre los
territorios.
Muchas veces también un estuario es una eficiente trampa de nutrientes, en parte
física (las diferencias de salinidad retardan el mezclado vertical de masas de agua pero
no el horizontal) y en parte biológica. Esta propiedad contribuye a la capacidad del
estuario de absorber nutrientes de desecho, siempre que la materia orgánica haya sido
reducida por tratamiento secundario. (Odum y Sarmiento 1997).