1. Alejandra C. Rivera Zamacona
Grupo 317
Reporte de El Lobo y los Siete Cabritos por Los Hermanos Grimm
El cuento es acerca de una cabra, que tenía siete hijos. Sus cabritos eran pequeños e inocentes.
Un día la madre tuvo que ir por comido, tenía que dejarlos solos en la casa. Así que les advirtió
que no le abrieran al lobo. Porque si lo hacían se los comería. El lobo era engañoso y que les
diría que era su madre. Que no se dejaran engañar por él. Que el lobo tenía una voz ronca y que
vieran su pata, las patas del lobo eran negras pezuñas, muy diferentes a las de su madre.
La mama se fue al bosque, dejando solos a los siete cabritos. Paso poco tiempo cuando su
madre partió. Y tocaron la puerta. Les dijeron: -abran soy su madre y les eh traído comida-. Los
cabritos se dieron cuenta que era una voz ronca. Le negaron la entrada, le dijeron que no era su
madre, que su voz era ronca y no suave como la de su madre.
El lobo muy astuto se compro un trozo de tiza, y se lo devoró. Así, podría tener la voz suave
como la de una cabra. Volvió a ir a la casa de los cabritos. Ahora con una voz suave les dijo lo
mismo. El error del lobo fue que recargó su pata en la ventana. Los cabritos pudieron darse
cuenta y le volvieron a negar la entrada, le dijeron que su madre no tenía pezuñas.
El lobo fue corriendo con el panadero y le dijo que se había golpeado la pata, que le pusiera
masa. El panadero lo hizo, y rápido el lobo fue corriendo con el molinero. Le dijo que le pusiera
harina en su pata. El molinero supuso que el lobo quería engañar a alguien. Le negó untársela con
harina. Así que el lobo lo amenazo diciéndole que si no lo hacía, lo devoraría. El molinero se
asustó, así que le lleno la pata de harina. “Sí, así son las personas.”
2. El lobo fue de nuevo a casa de los cabritos, toco y con su voz suave les dijo que era su madre,
les mostró su pata. Los cabritos emocionados le abrieron. Al abrir, se dieron cuenta de que era el
lobo, y se asustaron mucho. Fueron corriendo a esconderse, “El mayor se metió debajo de la
mesa; el segundo en la cama; el tercero se escondió en la estufa; el cuarto en la cocina; el quinto
en el armario; el sexto debajo de fregadero, y el séptimo se metió en la caja del reloj.” El lobo fue
encontrándolos uno a uno. Se lo iba devorando. Menos al pequeño, que se escondió muy bien y el
lobo no lo pudo encontrar. El lobo ya lleno, pues se había comido a seis cabritos, se fue
caminando muy tranquilo a un prado verde donde se durmió.
Poco tiempo, la madre regresó a casa y encontró la escena, sus hijos ya no estaban y todo
estaba revuelto. Fue llamando a sus hijos nombre tras nombre. Hasta que llego al séptimo nombre
y el más pequeño apareció. El cabrito triste le explicó todo lo que había pasado. La madre,
enfurecida y triste por lo ocurrido mando a su hijo por una aguja y un hilo. Fue lentamente hacia
el lobo, que se encontraba dormido. Y le abrió la pansa. Los cabritos se asomaron. El lobo se los
había tragado enteros. La madre aliviada saco a los cabritos uno por uno. Y muy silenciosamente
le metió piedras en el estomago al lobo, y lo cosió de nuevo. El lobo al despertarse noto un
sonido extraño. Eran las piedras de su estomago que chocaban una con otra.
El lobo fue a tomar agua al río. Al momento de agacharse se cayó al río y se ahogo. La madre
y los siete cabritos muy felices se pusieron a dar vueltas cantando “¡El lobo ah muerto!”.
3. Bibliografía
Los Hermanos Grimm, “El lobo y los Siete Cabritos” en rincón castellano,
http://www.rinconcastellano.com/cuentos/grimm/grimm_lobo.html#.