1. TEMA 9. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.
ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y PLANIFICACIÓN DE MENÚS.
TRASTORNOS INFANTILES RELACIONADOS CON LA
ALIMENATACIÓN. LAS HORAS DE COMER COMO MOMENTOS
EDUCATIVOS.
1. INTRODUCCIÓN.
En la introducción del tema vamos a recoger distintos aspectos sociales y
curriculares que reflejan que en la actualidad existe un gran interés por todo lo
relacionado con la alimentación, y especialmente por la nutrición y la dietética.
Este interés general, unido en particular a que trabajamos con niños que se
encuentran en una época de pleno crecimientos, hace de este tema un aspecto
fundamental. Así, planificando menús equilibrados, conseguiremos prevenir
enfermedades (tanto por exceso como por defecto en la alimentación) y
contribuiremos al pleno estado de salud de los niños favoreciendo su desarrollo
físico, psíquico e intelectual.
La alimentación está cada vez más atendida por las Instituciones, entre
ellas, la educativa. Véase por ejemplo en qué términos se expresaba el
Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Francisco Javier
Álvarez Guisasola cuando afirmaba (en la presentación de la “Guía
Alimentaria para los Comedores Escolares de Castilla y León”, 2005) que
“Sabido es que los hábitos alimentarios determinan la salud y la esperanza de
vida de las poblaciones que habitan en países desarrollados. Y como quiera
que tales hábitos se adquieren en la infancia, la Junta de Castilla y León vela
tanto por la alimentación que se proporciona al alumnado en los comedores
escolares, como por la integración de estos en el Sistema Educativo para que
se convierta en una escuela de aprendizaje de hábitos dietéticos saludables. Si
hace unos años la malnutrición y las enfermedades carenciales eran los
principales problemas de salud pública, hoy nuestra preocupación la
constituyen las patologías derivadas de la abundancia, la opulencia y el
2. sedentarismo. Así, el sobrepeso y la obesidad, que afecta ya a un 14 y 25% de
nuestros escolares, respectivamente, causan el desarrollo de no pocos
trastornos y afecciones”.
Para transmitirles estos hábitos saludables en la alimentación utilizaremos
los momentos de la comida como momentos educativos, por lo que será
fundamental la colaboración de los padres. La LOGSE (1990) recogía en las
Cajas Rojas (MEC, 1992) la alimentación como un Tema Transversal
fundamental que debía trabajarse desde todas las áreas. Por su parte la LOE
(2006) en el Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se
establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil,
recoge en el área de “Conocimiento de sí mismo y autonomía personal” la
alimentación como uno de los hábitos saludables que los niños deben practicar.
También resulta interesante anticipar en la introducción los diferentes
apartados en los que vamos a desglosar los distintos epígrafes del enunciado
del tema, empezando por definir en qué consiste alimentación, nutrición y
dietética. En el segundo epígrafe explicaremos en qué consiste la alimentación
equilibrada y cómo se deben planificar los menús de los niños para conseguir
esa alimentación equilibrada. Veremos en el tercer epígrafe los trastornos
alimentarios, distinguiendo trastornos de la conducta alimentaria y problemas
relacionados con la nutrición, y terminaremos viendo cómo los momentos de la
comida se deben convertir en momentos educativos, por lo que la colaboración
escuela-familia resulta fundamental. Y ya para finalizar se plantearán unas
conclusiones y las necesarias referencias bibliográficas.
2. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.
En primer lugar en fundamental definir qué se entiende por alimentación,
nutrición y dietética (en Fernández. Tema 51, VVAA 2007):
La alimentación es una “actividad voluntaria y consciente que consiste en
la elección preparación e ingestión de alimentos”. Es educable y está
mediatizada por factores culturales, económicos, sociales, psicológicos y
3. educativos a partir de los que se establecen los hábitos y conductas
alimentarias.
La dietética es la “ciencia que se ocupa de estudiar desde un punto de
vista terapéutico e higiénico la alimentación para determinar la proporción
correcta en la que se deben consumir las sustancias nutritivas en las diversas
situaciones de la vida”.
Y la nutrición es un “proceso automático y complejo de tratamiento de los
alimentos para obtener los componentes nutricionales que portan. Incluye la
digestión, absorción, transporte, almacenamiento, metabolismo y eliminación
de las múltiples sustancias que forman los alimentos”.
Hay que tener en cuenta que alimentación y nutrición no son sinónimos, ya
que una persona puede consumir una determinada cantidad de alimentos y no
estar nutrida, porque no le aportan los nutrientes necesarios. Así que la
nutrición no es educable, pero podemos educar a nuestros alumnos para que
lleven una alimentación equilibrada y saludable con la que tengan una correcta
nutrición, lo que lograremos recurriendo a la dietética.
También debemos tener en cuenta una mínima noción de cuáles son los
tipos de nutrientes contenidos en los alimentos (Richard, 1987):
- Los hidratos de carbono, que aportan energía al tejido cerebral y para la
contracción muscular. Por lo que un 50 ó 60% de la energía de la
alimentación debe ser aportada por ellos. Los encontramos en los
cereales, frutas, verduras, leche, huevos y miel.
- Las grasas o lípidos, destacando el ácido linoleíco que es un ácido graso
esencial que se encuentra en alimentos de origen animal y vegetal y no
puede ser sintetizado por el organismo a través de otras sustancias.
Estos ácidos integran la estructura de las membranas celulares, actúan
como vehículo de las vitaminas liposolubles, proporcionan sensación de
saciedad porque ralentizan el vaciamiento del estómago y vuelven más
apetecibles y sabrosos algunos alimentos. Las encontramos en
mantequillas, aceites, quesos, leche, algunas carnes, cacahuetes,
nueces, margarinas y pescados como el atún o las sardinas…
4. - Las proteínas, son esenciales en la dieta pues el organismo las necesita
para crecer y reparar sus tejidos ya que tienen una función plástica,
genética, defensiva o inmunitaria y biorreguladora. Nos abastecen de
proteínas la leche y sus derivados, las carnes, pescados, huevos,
cereales, legumbres y algunos frutos secos.
- El agua, también es importante porque aunque no aporta calorías es
fundamental reponer la que se pierde para mantener un equilibrio
hídrico. Se consume directamente o a través de los alimentos (frutos,
leche, verduras: 80 ó 90%; huevos o carne 75 u 80%; almendras un
5%).
- Los minerales, aseguran el adecuado crecimiento porque tienen una
función tanto estructural como reguladora. Destacan:
o El sodio, que mantiene la presión osmótica y evita las pérdidas
excesivas de agua. Se obtiene a través de la sal que añadimos a
las comidas.
o El potasio, que interviene en el metabolismo celular y en la
excitabilidad neuronal. Tienen alto contenido en potasio las frutas
y verduras.
o El calcio y el fósforo, que se encargan de la formación y
mantenimiento de la estructura de huesos y dientes. Ambos
aparecen en la leche y sus derivados y el fósforo también en
todos los alimentos ricos en proteínas, carnes, pescados, huevos
y legumbres.
o El hierro, que forma parte de la hemoglobina y le permite
transportar el oxígeno. Las fuentes de hierro son el hígado,
pescados, huevos, verduras, patatas y legumbres.
o El yodo, que regula el metabolismo a través de las hormonas
tiroides y si es escaso en la dieta puede provocar bocio. Se
encuentra en el pescado y en verduras cultivadas en tierras ricas
en yodo.
- Y otro nutriente son las vitaminas, que son compuestos orgánicos que el
organismo es incapaz de sintetizar o lo hace en cantidad insuficiente por
lo que deben tomarse a través de los alimentos. Pueden ser liposolubles
o hidrosolubles.
5. De estos nutrientes, los tres primeros necesitan ser transformados por
medio de la digestión mientras los otros se absorben sin cambios químicos
previos. Todos ellos deber ser aportados en proporciones adecuadas para
lograr una alimentación equilibrada. Esto contribuiría a garantizar en los niños
su desarrollo físico y mental y su adecuado estado de salud para que se den
los aprendizajes. De ahí que a continuación tratemos en qué consiste una
alimentación equilibrada y los aspectos a tener en cuenta para la planificación
de menús en la Educación Infantil.
3. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y PLANIFICACIÓN DE
MENÚS.
3.1. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
Como vemos, una alimentación equilibrada es fundamental porque un niño
de infantil está en proceso de crecimiento (lo que le origina unas necesidades
energéticas peculiares) y porque la alimentación equilibrada incide
positivamente en el nivel atencional del niño, controla su nivel de fatiga y
permite que el niño renueve las energías después de llevar a cabo su actividad,
lo que favorecerá su proceso de aprendizaje y desarrollo. Así las carencias en
uno o varios nutrientes tanto en calidad como en cantidad afectarán
negativamente al crecimiento y desarrollo. Por tanto una dieta equilibrada es
aquella que proporciona al organismo la cantidad y calidad de los grupos
nutrientes necesarios para un adecuado funcionamiento actual y futuro
teniendo en cuenta la edad, el sexo, el lugar donde vivimos, la actividad física a
desarrollar, el trabajo y las posibles situaciones fisiológicas del sujeto.
Actualmente nos encontramos en una época en que aumentan los
problemas en la infancia y la adolescencia. Un estudio de la Asociación
Europea para el estudio de la Obesidad, publicado en el 2005, señala que en
los escolares españoles entre 13-17 años hay sobre un 5% de obesos y un
25% con sobrepeso. En particular se señala como causa fundamental el paso
de la dieta mediterránea hacia otra más rica en azúcares y grasas. Por ello es
6. importante educar en aspectos relacionados con la dieta y la nutrición, así
como en fomentar hábitos de actividad física entre los escolares.
Hay que tener en cuenta que los alimentos no son completos ya que
ninguno aporta todos los nutrientes necesarios, por lo que es necesario
elaborar una dieta variada combinando alimentos de los distintos grupos
alimenticios que son:
- Los plásticos, que contribuyen a la formación y mantenimiento de los
tejidos. Las proteínas tienen esta función y los alimentos que los
incluyen son los lácteos, carnes, huevos y pescados.
- Los energéticos, que son los que aportan las calorías necesarias para la
realización de las actividades diarias y para la regulación de la
temperatura corporal. En este grupo se incluyen las grasas, cereales,
azúcares y pastas.
- Los reguladores, que intervienen en las funciones químicas de
transformación de nutrientes, constituyen las hormonas y los fermentos.
Estas funciones las realizan a través de las sales minerales y las
vitaminas que tomamos en patatas, legumbres, frutas, hortalizas y
verduras.
- Y hay algunos alimentos que pueden considerarse mixtos, porque
pueden ser reguladores, energéticos o plásticos. Tal es el caso de los
cereales, las legumbres y los tubérculos.
Todos esos aspectos que pueden darse a conocer a los niños a través de
los distintos medios. Uno de ellos que es muy gráfico es la rueda de alimentos
o la pirámide, basados en siete grupos de alimentos (leche y derivados; carnes,
pescados y huevos; legumbres, patatas y frutos secos; verduras y hortalizas;
frutas; pan, pasta, cereales, azúcar y dulces; grasas, aceite y mantequilla) o la
nueva rueda con seis grupos de alimentos que propone la Sociedad española
de dietética y ciencias de la alimentación (SEDCA) que estableció el programa
de Educación en la Alimentación y Nutrición ya en los años setenta.
7. 3.2. PLANIFICACIÓN DE MENÚS
Como maestros, y considerando la importancia que para el aprendizaje, el
desarrollo y la salud de los alumnos tiene una alimentación equilibrada,
debemos ser conscientes de que es fundamental que lleven una dieta
equilibrada, lo que se logrará teniendo en cuenta una serie de normas a la hora
de combinar los alimentos para alcanzar unos adecuados aportes nutritivos.
Así en cuanto a las normas para combinar los alimentos a la hora de
elaborar los menús tendremos en cuenta (VVAA, 2004):
1º. – Que aporten la energía suficiente para cubrir las necesidades y
desarrollo del organismo. Las calorías son una unidad de energía utilizada para
medir el potencial energético de los alimentos. En realidad al hablar de calorías
nos referimos a kilocalorías definidas como la “cantidad de calor necesaria para
elevar a un grado la temperatura de un libro de agua”. Cada principio inmediato
(hidratos de carbono - 1 gramos de hidratos de carbono equivale a 4 Kcal.-,
lípidos – 1 gramo de lípidos contiene 9 Kcal.- y proteínas – 1 gramo de
proteínas equivale a 4 Kcal.-) aporta diferente cantidad de energía, es decir, de
calorías. Por otra parte las vitaminas, minerales y agua no aportan energía (en
Fernández. Tema 51, VVAA 2007).
2º. – El valor nutritivo de los alimentos, apareciendo diariamente:
o De 4 a 6 raciones de patatas, legumbres, frutos secos y cereales,
azúcares y pastas.
o De 2 a 4 raciones de hortalizas y verduras.
o De 2 a 3 raciones de leche, frutas y huevos, carnes y pescados.
o De 30 a 60g. de grasas.
3º. – La distribución adecuada de los alimentos para que aporten un
60% de glúcidos e hidratos de carbono, un 25% de lípidos y un 15% de
proteínas. Además de agua, sales minerales, vitaminas y fibra alimentaria.
4º. – Una adecuada distribución horaria estableciendo al menos cuatro
comidas diarias con una distancia entre cada una de al menos cuatro horas.
8. 5º. – El reparto de las calorías a lo largo del día, con un 25% en el
desayuno, 30% en la comida, 15% merienda y 30% cena.
En suma, para que los menús tengan una dieta equilibrada han de
elaborarse siguiendo unos principios nutricionales básicos:
- Adaptarse a los requerimientos nutricionales de cada niño.
- Respetar los hábitos alimentarios y condiciones socioeconómicas del
sujeto.
- Que exista equilibrio entre los aportes de calorías y proteínas, de ácidos
grasos saturados y polisaturados y que se aporten suficientes vitaminas,
minerales, fibra y agua.
Además, a la hora de planificar los menús también hay que tener en cuenta
la edad de los niños (VVAA, 2004):
- La alimentación del recién nacido hasta los 6 meses es únicamente de
tipo lácteo. Después se van incorporando zumos, papillas de cereales,
frutas, verduras y añadiendo pescados, carnes y huevos.
- Entre el año y los 3 años, cuando aprende a masticar se le introducen
alimentos aplastados, sopas, pastas…, así como alimentos sólidos en
pequeños trozos como pescado, pollo, tortilla, frutas blandas. Poco a
poco aprenderá a comer solo y empezará a sumarse a las comidas
familiares.
- Para el niño de 3 a 6 años, debemos tener en cuenta que las raciones
aconsejadas son la mitad de las de un adulto pero con total variedad. Se
aconseja (además de las tres comidas principales) que se coman un
yogur o pieza de fruta a media mañana y una merienda por la tarde.
En un menú adecuado se combinarán platos fuertes con otros más ligeros,
pero siempre con preparaciones sencillas, fáciles de digerir y atractivas,
variando la preparación de los alimentos para que los niños se acostumbren a
distintos sabores. Tendremos en cuenta que los niños deben consumir
diariamente fruta, leche, cereales y verduras, y en los primeros y segundos
platos se combinarán legumbres, verduras, pasta, arroz, carne, pescado y
huevos.
9. Debemos procurar tanto desde la familia como desde la escuela que no
aparezcan los habituales errores alimenticios como:
- Una alimentación excesiva que provoque sobrepeso u obesidad.
- Un exceso de dulces, bollería y azúcar.
- Un abuso de bebidas con burbujas, estimulantes, etc.
4. TRASTORNOS INFANTILES RELACIONADOS CON LA
ALIMENTACIÓN.
Estos errores descritos al final del apartado anterior, junto a la actitud
despreocupada de los adultos ante las comidas de los niños y algunos
problemas psicológicos pueden ocasionar los trastornos infantiles relacionados
con la alimentación.
4.1. TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Los trastornos se caracterizan por grandes alteraciones en la conducta
alimentaria, entre las más frecuentes pueden encontrarse (VVAA, 2007):
- Rechazo de la comida, que provoca una inapetencia temporal debida al
calor, enfermedad, dentición o a causas psicológicas como celos ante el
nacimiento de un hermano, chantaje a las madres, respuesta a una
presión utilizando la comida como vehículo de demandas afectivas o que
la comida no le guste o es poco atractiva para el niño. Ante esto no se
puede presionar al pequeño sino observarle para sabes cuáles son las
causas y después variar la alimentación y su presentación, disminuir la
cantidad de comida, establecer un orden riguroso en los horarios de
alimentación, etc.
- La anorexia, que se da cuando el rechazo a la comida se prolonga en el
tiempo provocando pérdidas importantes de peso. En la primera infancia
puede darse la anorexia del segundo trimestre hacia el quinto mes.
Puede deberse a trastornos en la relación madre-hijo o bien
10. simplemente a los cambios en la alimentación (destete, el paso a los
alimentos sólidos…).
- La pica, que es un ingesta voluntaria de sustancias no nutritiva de forma
reiterada durante al menos un mes sin que exista un problema mental.
Es habitual en niños pequeños por su conducta exploratoria, pero debe
desaparecer antes de los 2 años.
- Conducta de rumiación, que consiste en hacer volver a la boca los
alimentos ya deglutidos sin que se deba a nauseas, arcadas,
repugnancia o trastornos gastrointestinales asociados.
4.2. PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA NUTRICIÓN
También pueden darse problemas relacionados con la nutrición, tomando
ejemplos de Alonso et al (2005) en su “Guía Alimentaria para los Comedores
Escolares en Castilla y León (Patologías)”, lo que afectará al crecimiento de los
niños como:
- Malnutrición calórico-proteica, producida por la divergencia entre las
necesidades y el rápido desarrollo de los niños. Se observan síntomas
como piel áspera, seca, pardusca, pelo seco y quebradizo, edemas,
anemia, apatía…
- Deficiencias de vitaminas y minerales, ocasionadas por tomar dietas
poco variadas o porque el organismo aumenta sus necesidades. Puede
provocar anemias que disminuyen la aptitud para realizar actividades
que consumen energía, o apatía con somnolencia, incapacidad para
mantener la atención.
- Problemas de sobrealimentación, que genera obesidad por una
excesiva ingesta calórica y escasa actividad física. A veces la excesiva
ingesta de alimentos se debe a malos hábitos alimenticios, a la genética,
a factores ambientales, a alteraciones psíquicas, emocionales o lesiones
neurológicas (hipotalámicas o endocrinológicas). El exceso de peso
produce una sobrecarga en todos los órganos originando hipertensión
arterial, diabetes, cardiopatías, varices, artrosis… El tratamiento de esta
11. patología se realiza teniendo en cuenta la edad, el grado de obesidad, la
motivación y el entorno familiar y social:
o En casos de poca severidad se recomienda mantener el peso,
reorganizar la dieta, seguir el crecimiento del niño. En estos casos
no se recomiendan las dietas restrictivas.
o En los casos de mayor severidad se recomienda una restricción
energética que no comporte riesgos, se debe conseguir una lenta
disminución del peso y buen control de la función del riñón y
ponerse en manos de un buen profesional de la salud.
- La diarrea, es muy frecuente en niños, y se manifiesta con un aumento
en el número de deposiciones de carácter líquido. El origen suele ser
una infección gasto-entérica. Se acompaña de vómitos, fiebre, etc. Se
pueden clasificar en dos grandes grupos:
o Diarreas por malabsorción: aquellas en las que las bacterias o
virus que las producen provocan inflamación de la pared
intestinal, lo que conduce a la malabsorción de agua y electrolitos,
que son eliminados vía rectal.
o Diarreas secretoras: las bacterias implicadas elaboran toxinas
que inducen la secreción activa de agua y electrolitos.
Las complicaciones que pueden aparecer, y que son las que con el
tratamiento se deben corregir, son la deshidratación (pérdida excesiva
de agua y electrolitos), y la intolerancia a disacáridos (suele afectar sólo
a la incapacidad de metabolizar la lactosa, debido a que la alteración de
la pared intestinal lleva consigo la destrucción de encimas que la
hidrolizan). A veces también afecta a otros compuestos, este es el
motivo por el que se debe iniciar la alimentación oral lo antes posible,
como la intolerancia secundaria a proteínas y vacunas (el exceso de
proteínas suele afectar al intestino de los lactantes) o el fracaso de la
función intestinal (se suele dar en lactantes desnutridos especialmente si
la situación se repite y si la realimentación no se hace adecuadamente).
En el tratamiento son fundamentales dos cosas:
1ª. – La reposición de agua y electrolitos mediante una solución
de suero salino, que suele presentarse ya dispuesta para su uso como
12. preparado farmacéutico. Si no es así se puede preparar la “limonada
salina casera”. Se inicia la administración continuada, en sorbos
pequeños durante 4-6 horas. Pasado este tiempo se observa al niño, si
la rehidratación no es completa (tendrá que ser valorado por el médico,
enfermera o similar), se continua de la misma forma, si se ha conseguido
la rehidratación, se continua con la administración de la solución
intercalando la toma de agua limpia normal.
2ª. – El mantenimiento del estado nutricional, pues debe
comenzarse la realimentación tan pronto como se ha conseguido la
rehidratación. Las normas más actuales proponen y recomiendan una
nutrición variada, sin ningún tipo de restricción. A demanda del niño, sólo
cuidar los alimentos ricos en fibras, que deben restringirse en los
primeros días. Incluso para lactantes no se recomienda el uso de
fórmulas especiales, dado que las fórmulas adaptadas tienen una
composición más adecuada. Mantener en ayuno no sólo no favorece la
eliminación de la diarrea sino que incluso puede alargarla y
consecuentemente empeorar el estado general, favoreciendo así el
establecimiento de procesos patológicos secundarios. Sólo se debe
recurrir al tratamiento con fármacos en caso de diarrea invasiva en
lactantes muy pequeños, desnutridos y/o inmunodeficientes para evitar
la sepsis de origen intestinal. No tiene indicación la utilización de
antidiarreicos en niños.
- El estreñimiento, supone otro de los problemas con los que
habitualmente se enfrenta la población infantil. Aunque las causas
orgánicas de este trastorno son múltiples, lo más frecuente es que sea
una alteración de carácter funcional. Frecuentemente, dietas pobres en
fibra, insuficiente aporte de nutrientes o factores sociales como el estrés,
condiciones familiares, etc., son los desencadenantes. La pérdida del
reflejo de la evacuación supone la retención de las heces y el
endurecimiento de las mismas por reabsorción del agua en el intestino,
formando un círculo vicioso, que puede acabar con la oclusión intestinal.
El mejor tratamiento consiste en facilitar el tránsito intestinal mediante
dieta rica en fibra y la administración de enemas de limpieza. Los
13. laxantes ligeros, como los supositorios de glicerina, también pueden
ayudar, pero hay que usarlos con precaución a fin de no alterar la
absorción de determinados componentes de la dieta, como pueden ser
las vitaminas liposolubles. La duración de este tratamiento debe ser
unas dos semanas. La prevención es la mejor forma de tratamiento. Se
basa en la instauración de un dieta adecuada rica en fibra en forma de
fruta, verdura y cereales con cáscara, que garanticen la ingesta diaria de
aproximadamente 10 gramos de fibra. También debe ser abundante la
ingesta de líquidos, aproximadamente 1,5 litros al día. Y se pueden
tomar distintas medidas de reeducación intestinal como enseñar al niño
a no “aguantar” y obedecer rápidamente el deseo de defecar. Intentar
conseguir la evacuación diaria. Establecer un momento en el día,
procurando que sea siempre a la misma hora, en el que el niño esté
relajado. Si no se consigue, se administrará un enema de limpieza.
También contribuye el desayunar adecuadamente para iniciar el reflejo
gastrocólico. Se aconseja realizar ejercicio físico diario.
- También hay otros trastornos relacionados con la alimentación que
afectan a la infancia como:
o Las alergias alimentarias, a la leche, plátano, chocolate, gluten o
huevo, que debemos conocer para que en el centro no entre en
contacto con ella y, si accidentalmente ocurre, saber los pasos a
seguir para que no causen un problema grave.
o La caries dental, ocasionada a veces por componentes genéticos,
por tomar demasiados azúcares y/o por falta de higiene bucal. Es
conveniente que los niños no coman muchos dulces y que desde
pequeños se acostumbren a lavarse los dientes y visitar al
dentista sin temores.
o La diabetes, enfermedad metabólica que en una de sus variantes
se presente de forma congénita. Implica dificultad por parte del
organismo para mantener el nivel de glucemia dentro de los
márgenes saludables debido a un déficit en la producción de
insulina por parte de las glándulas suprarrenales. Estos niños
deben controlar sobremanera la ingesta de todo tipo de hidratos
de carbono, ya sean estos simples o complejos.
14. Cuando aparece alguno de estos problemas no basta con atacar el
síntoma, sino que hay que estimular la situación del niño observándole para
encontrar las causas. Un buen método, tanto para afrontar estos problemas
como para evitarlos, es utilizar las horas de la comida como momentos
educativos en los que los niños irán adquiriendo hábitos saludables de
alimentación.
5. LAS HORAS DE COMER COMO MOMENTOS
EDUCATIVOS.
La importancia de incluir la alimentación en la educación de los niños se
debe a que es un tema fundamental para que lleven una vida saludable. Desde
la escuela se trata de educar para la vida. Por tanto la alimentación debe
abordarse desde distintos puntos de vista que van desde la necesidad
biológica, el acto social, el proceso de manipulación de alimentos, el consumo
o el reparto desigual de los alimentos en el mundo.
Por tanto como educadores debemos considerar que los momentos de la
comida constituyen rutinas con gran potencial educativo, de tal forma que bien
sea en el comedor escolar o con la familia, estos momentos pueden favorecer
la adquisición de hábitos, tanto sociales como personales, relacionados con la
alimentación. Todo ello a fin de hacer al niño más autónomo y proporcionarle
seguridad, contribuyendo a su desarrollo personal debido a:
- La relación afectiva entre los participantes.
- La coordinación entre familia y escuela, porque se lleva a cabo en
ambos y así pueden combinarse los menús de comidas y cenas.
- El conocimiento del cuerpo y el desarrollo de la psicomotricidad, pues
exige adaptar el tono y la postura durante la comida o en los momentos
de preparación, desarrollar habilidades manipulativas de carácter fino y
lograr una adecuada utilización de los utensilios para comer.
- El desarrollo de la autoestima y el autoconcepto, según van adquiriendo
autonomía.
15. - También favorecen la interacción y participación social, estimulando una
actitud de ayuda y cooperación y aceptación de las normas.
- Y que los niños aprendan a comer de todo y a valorar las ventajas que
una alimentación rica y equilibrada aporta a la salud.
Así que entre las capacidades que podemos ayudar a que los niños
desarrollen en los momentos de la comida están las sensoriales (como
discriminar sabores, olores o temperaturas), las motrices (como el dominio y
control corporal o la masticación), las lingüísticas (mediante la comunicación y
conversación en las comidas), las sociales (como colaborar para poner la
mesa) y las nocionales (en cuanto a conceptos de cantidad lleno-vacio, mucho-
poco).
Se podrán trabajar contenidos conceptuales, procedimentales o
actitudinales a partir de clasificación de alimentos por su origen, características
físicas o tradicionales, los sabores, útiles de comedor y cocina, respeto de las
normas en la mesa, enfermedades por consumo de golosinas, importancia de
la dieta equilibrada. También se abordarán hábitos de higiene (como lavarse
las manos antes y después de comer, lavarse los dientes, limpiarse la boa y
manos con la servilleta), hábitos de buen comportamiento (como permanecer
sentados mientras se come, masticar con la boca cerrada o usar correctamente
los utensilios) y hábitos propiamente de alimentación (como comer de todo,
mantener un ritmo adecuado entre bocados o diferenciar sabores).
El trabajo de todos estos contenidos permitirá:
- El desarrollo de la observación de los alimentos y sus modificaciones.
- Adquisición de contenidos del medio físico y social como la procedencia
de los alimentos (animal o vegetal).
- Abordar la educación ambiental y del consumidor en cuanto a la
reutilización y reciclaje de envases de alimentos para cuidar el medio
ambiente.
- Y trabajar aspectos relacionados con la medida del tiempo
aprovechando que a esta edad perciben el paso del tiempo a partir de
necesidades básicas como la alimentación, pues hay actividades que se
realizan antes y otras después del desayuno, comida o cena.
16. Como vemos, estos momentos de alimentación tienen mucha importancia
por l que como educadores debemos:
- Planificar situaciones de aprendizaje, como talleres, encaminadas al
trabajo de estos contenidos y al logro de estos objetivos.
- Crear un clima cálido y confortable.
- Favorecer la autonomía infantil.
- Secuenciar los aprendizajes en atención al nivel madurativo de los
niños.
- Reforzar positivamente cada logro.
- Ser modelo a imitar por los alumnos siempre que sea posible.
- Llevar a cabo una atención individualizada.
- Unificar criterios educativos entre familia y escuela.
Además se pueden realizar otras muchas actividades complementarias
para favorecer los aprendizajes citados:
- Visitar una granja escuela para conocer el origen y la elaboración de los
alimentos.
- Visitar alguna fábrica de elaboración de alimentos.
- Visitar algún centro comercial para ver cómo conservan y manipulan los
alimentos.
- Tener en clase el rincón de cocinita.
- Elaborar algunas recetas sencillas.
- Comer cada día el almuerzo en clase.
- Elaborar el “tren de los alimentos” para que conozcan los principales
grupos alimenticios.
- Quizás, como la actividad complementaria por excelencia tenemos, en
los Centros escolares, el comedor escolar. Todos los aspectos descritos
debieran tenerse en cuenta en este espacio que pretende alcanzar,
según Alonso et al (2005) en su “Guía Alimentaria para los Comedores
Escolares en Castilla y León”, los siguientes objetivos:
o “Atender la demanda derivada del propio Sistema Educativo para
aquellos alumnos que por distancia u otras razones necesitan
come en el Centro escolar.
17. o Aportar una dieta con garantías higiénicas y nutricionales
adecuadas a las necesidades del grupo de edad a las que va
dirigida.
o Servir de marco para la educación nutricional, promocionando
hábitos alimentarios favorables.
o Influir positivamente en el desarrollo de habilidades, compostura,
convivencia y socialización”.
En esta guía, que la Consejería de Educación envió a todos los Centros,
se pude encontrar información sobre muchos de los apartados tratados en este
tema. Su índice incluye:
Introducción.
1. Base de la alimentación saludable.
1.1.Conceptos
1.2.Nutrientes
1.3.Ingestas recomendadas de energía y nutrientes
2. Los alimentos
3. Dieta equilibrada
3.1.Alimentación saludable
3.2.La alimentación del escolar
4. El Comedor escolar.
4.1.Objetivos generales
4.2.El menú escolar
4.2.1. Recomendaciones respecto a la dieta
4.2.2. Estructura básica de un menú escolar
4.2.3. Sugerencias para la elaboración de los menús
4.3.La hora de comer
4.3.1. Presentación
4.3.2. Efectividad de las raciones
4.3.3. Papel del cuidador
5. Otros aspectos de interés.
5.1.Registro
5.2.Control de residuos
5.3.Cambios posibles en los menús
5.4.Complementación de la alimentación en el ámbito familiar
Bibliografía.
18. También podemos aconsejar a los padres para que no utilicen las
comidas como un chantaje, es decir, que el niño vea la comida como un medio
para conseguir un fin que nada tiene que ver con ella, que no se le fuerce a
comer, que se respete su ritmo de alimentación (pues no es tan rápido como el
de los adultos), que procuren que no “piquen” entre horas porque eso altera su
apetito y que muchas veces las nauseas y vómitos se deben a la somatización
de problemas psicológicos, por lo que antes de presionarles para que coman
deben buscar la causas de su rechazo.
6. CONCLUSIÓN.
Para concluir hay que destacar en primer lugar que como educadores
debemos considerar que es fundamental la intervención directa del centro en
este asunto de la alimentación colaborando con las familias, pues tiene gran
importancia social. La alimentación es un medio para lograr una buena salud
de la población en general y sobre todo de la población infantil, pues facilitará
un buen desarrollo físico, psíquico e intelectual. Para ello es fundamental el
consenso y el trabajo cooperativo de todo el equipo docente con el fin de
establecer las pautas propicias para que los alumnos descubran la importancia
de una alimentación equilibrada en situaciones de la vida cotidiana, como son
los momentos de la comida.
Esto nos exige a todos una formación permanente que nos permita
descubrir recursos para trabajar estos temas, evaluándolos a través de la
investigación-acción en el aula. Todo ello encaminado al desarrollo armónico e
integral de los alumnos y a la consecución de la calidad de la enseñanza que
ya recogía el Título IV de la LOGSE (1990) y que recoge la LOE (2006), en su
Título Preliminar, como uno de los principios fundamentales del Sistema
Educativo.