ESCATOLOGÍA: LA FUERZA Y ESPERANZA DEL VERDADERO PUEBLO DE YHWH.pdf
Pinocho
1. Alba de los Reyes Santos Sánchez AL ALBA. Empresa de Servicios Socioeducativos Tlf:608309237/667431219
2. En una vieja carpintería, Gepeto, un señor amable y simpático, terminaba un día más de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido ese día. ¡qué bonito me ha quedado! Como el muñeco es de madera de pino le llamaré Pinocho.
3. Aquella noche, Gepeto se quedó durmiendo deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Cuando se encontraba profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, premió al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco. ¡Ojala Pinocho fuese de verdad!
4. Al día siguiente, cuando se despertó, Gepeto no daba crédito a sus ojos. ¡Es un niño de verdad!
8. De regreso a casa, se encontró de nuevo con esos dos hombres malos y les volvió a hacer caso. Entró en un parque de atracciones que le recomendaron para divertirse sin escuchar a Pepito Grillo. Allí descubrió que los niños de tanto jugar, vaguear y no estudiar, se convertían en burros. Pinocho se dio cuenta cuando vio las orejas y la cola de burro que le había salido.
9. Cuando escapó de ese lugar, Pepito Grillo le informó de que su padre estaba buscándolo perdido en alta mar y saltaron desde un acantilado al mar para rescatarle. Pinocho gritaba desconsolado, papá. ¡Papá!, ¡Papá! ¡Papá!..
10. En el mar fue tragado por una ballena donde se encontró con su padre Gepeto. Pudieron salir gracias a una fogata que hicieron dentro de ella, haciéndola estornudar.
12. Cuando llegaron a la orilla Gepeto vio que su hijo Pinocho se había desmallado y parecía no tener vida. Gepeto se lo llevó a su cama mientras lloraba desconsolado.
13. El hada se compadeció de él, ya que sus actos fueron puros y sinceros cuando intentó rescatar a su padre. El hada dijo: “¡Tienes el cuerpo de madera, pero el corazón de un niño!”. “¡Te convertiré en un niño real!”.
14. El padre se despertó orgulloso de tener el hijo que siempre había deseado y lo celebraron cantando y bailando. Pinocho nunca más volvió a desobedecer y siguió estudiando. ¡Papá..Papá…no llores!... ¡soy un niño de verdad!….¡Papá soy real!