GERENCIA DE OPERACIONES MBA ADMINISTRACION DE EMPRESAS
Canciones,poesías y cuento
1. Canciones y Poesías
María va
(Letra y música: Antonio Tarragó Ros)
Mirar rasgado, patitas chuecas, María va,
pisando penas, la arena ardiente, María va.
Calcina el monte un sol de fuego, María va,
temor pombero, palmar estero, María va.
Quiso la siesta ponerle un niño a su soledad,
de trigo y luna y de su mano, María va.
Por el tabacal, tu paso, María va,
y se bebe el sol que huele a duende, María va,
María va,
María va...
Alza tu canto mujer
(Canción) (Letra y música: Adelina Villanueva)
Con una herida de siglos
que no sutura el país,
la mujer de nuestro días,
asume hijos recientes
su vocación de vencer.
En barricadas de canto
vengo a nombrarte y decirte,
yo te acompaño en la lucha
donde nace tu deseo
de vencer o de morir.
Toma la mano que tiendo,
alza tu canto conmigo,
vamos a buscar vigencia
junto al hombre y a tus hijos,
hermana de mi país.
Vamos a invadir ciudades
sin gritos y sin fusil,
en laboriosas jornadas
donde los soles no expiren
y exista al anochecer.
De dondequiera que vengas
cualquiera sea tu piel,
unite al canto que canto
buscando la libertad
que te prometen, mujer.
2. Juana Azurduy
(Letra: Féliz Luna - Música: Ariel Ramírez)
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú:
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Oigo tu voz
más allá de Jujuy
y tu galope audaz,
Doña Juana Azurduy.
Me enamora la patria en agraz,
desvelada, recorro su faz;
el español no pasará
con mujeres tendrá que pelear.
Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.
Estribillo
Truena el cañón,
préstame tu fusil
que la revolución
viene oliendo a jazmín.
Tierra del sol
en el Alto Perú,
el eco nombra aún
a Tupac Amaru.
Tierra en armas que se hace mujer,
amazona de la libertad.
Quiero formar
en tu escuadrón
y al clarín de tu voz
atacar.
3. Mientras estés viva, siéntete viva
(Madre Teresa de Calcuta)
Siempre ten presente que la piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia,
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier teleraña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón…
¡Pero nunca te detengas!
Mujer indígena
(Nallely Euán Pisté)
Desde muy pequeña en el campo viviste,
padeciste y sufriste de hambre con tu familia,
trabajaste en el campo para sobrevivir,
luchaste para conservar tu tierra.
Mujer de campo ella es,
no se avergüenza de decirlo.
Mujer de campo ella es,
mujer de campo ella ha sido.
Ya mayor, te convertiste en una mujer trabajadora,
amable, de buen corazón para con tu prójimo,
aunque te despreciaron por ser indígena
siempre los apreciaste como no lo haría una embajadora.
Mujer de campo ella es,
no se avergüenza de decirlo.
Mujer de campo ella es,
mujer de campo ella ha sido.
Te enamoraste de un joven de la sociedad,
joven de duro corazón, vanidoso y sin razón,
al conocerte cambió, fue amable y bondadoso,
lo cambiaste de rico a indígena, le diste nuevo corazón.
Mujer de campo ella es,
no se avergüenza de decirlo.
Mujer de campo ella es,
mujer de campo ella ha sido.
4. La caja dorada
Cuento anónimo. Adaptación y texto: Lic. Graciela B. Ferreira
Un hombre castigó a su pequeña niña de tres años por desperdiciar un rollo de papel de
envolver dorado. Se acercaba la Navidad. El dinero era escaso en esos días. Cuando vio
a la niña tratando de forrar una caja, explotó una furia acusándola de derrochona.
Sin embargo, a la mañana siguiente la niña llevó el paquete a su padre y le dijo: “Esto es
un regalo para vos, papito”.
Él se sintió avergonzado de la reacción del día anterior.
Pero volvió a enfurecerse cuando vio que la caja estaba vacía.
De nuevo comenzó a gritar diciéndole a la hijita: “¿No sabés que cuando le das un
regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro?”.
La chiquitita miró hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: “Papito, no está vacía.
Yo soplé besos adentro de la caja. Todo para vos, Papi.”
El padre se sintió morir. Puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo
perdonara.
Se cuenta que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y, siempre
que se sentía derrumbado y triste, tomaba de la caja un beso imaginario. Recordaba el
amor que su niña había puesto ahí para él a pesar de que muchas veces la había
maltratado.
Es una forma muy sensible, cada uno de nosotros hemos recibido un recipiente
dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos e hijas, de los amigos,
de la familia o de Dios.
Nadie podría tener una propiedad o posesión más linda y valiosa como ésta.
Las personas adultas nos hemos olvidado del mundo infantil, de sus particularidades,
de nuestros propios sentimientos de la infancia.
No reparamos que dada ser humano tiene formas creativas de actuar que muchas
veces no comprendemos. Y cuando algo nos molesta lo castigamos sin intentar
entender ni reflexionar.
¿Cuántas veces castigamos a las niñas y niños, o a otras personas, antes de
detenernos a averiguar con serenidad cuáles fueron sus intenciones, sentimientos y
pensamientos?