40 años de transfors y políticas de recuper de la lengua y cultura propia en la esc públia vasca
1. CUARENTA AÑOS DE TRANSFORMACIONES Y
POLÍTICAS DE RECUPERACIÓN DE LA LENGUA Y
CULTURA PROPIA EN LA ESCUELA PÚBLICA VASCA
Luis Otano
El País Vasco, tras un largo período de grave retroceso de la lengua y la cultura
vascas, ha iniciado un proceso para su recuperación, cuyos frutos empiezan a ser
visibles con expectativas positivas de futuro, aunque aún habrá que superar dificultades.
Mi propósito es analizar el papel que ha jugado la escuela en los últimos cuarenta años
en esta recuperación, en el contexto de una movilización general. Analizaré las
cuestiones que se han ido planteando y las respuestas que han dado y los factores que
han incidido – positiva y negativamente- en este proceso. Me referiré fundamentalmente
a la Comunidad Autónoma del País Vasco, donde este proceso es más potente y claro,
aunque en ocasiones haga referencias a lo que sucede en Navarra e Iparralde.
Apuntes históricos
La década de los 60 del siglo XX es el momento más bajo en la implantación
geográfica del euskera y en el número de vascoparlantes, resultado de un proceso de
regresión que había comenzado tiempos atrás, pero que, durante el franquismo llegó a
ser objeto de persecución, con la escuela como uno de los instrumentos para su
erradicación. El euskera se encontraba era una lengua sin normalizar, sin reglas
gramaticales que sirvieran de referente común a los diferentes dialectos locales y que le
dieran la consistencia necesaria para su desarrollo y le permitieran expresar las nuevas
realidades culturales, tecnológicas y sociales que se iban produciendo.
En la vida pública, las relaciones sociales, en las manifestaciones culturales sólo
se utilizaba el castellano. Las familias euskaldunes enviaban a sus hijos e hijas a la
escuela para que aprendieran el castellano, lengua de prestigio social, manteniendo el
uso del euskera cada vez más en el ámbito familiar. Los niños y niñas se alfabetizaban,
aprendían a leer y escribir en castellano, mientras que, igual que los adultos, eran
analfabetos en euskera. La radio y, después, la televisión llevaron el castellano a zonas
que hasta entonces apenas lo habían conocido. La inmigración de familias
castellanoparlantes a las ciudades y núcleos industriales redujo la presencia del euskera,
donde apenas se utilizaba.
1
2. En resumen, se produjo un desplazamiento lingüístico:
Prácticamente todos los habitantes de Euskal Herria conocían y se
expresaban en castellano o francés y sólo entre las personas de más edad de
las zonas del interior quedan hablantes monolingües euskaldunes
El número de hablantes euskaldunes se redujo en todos los territorios: en Alava
sólo el 5% de su población sabía euskera; en Navarra, el 10%; en Bizkaia, el
25% y en Guipúzcoa, el 40%. En Iparralde los euskaldunes eran el 20%.
Euskaltzaindia, creada en 1919 por las Diputaciones de Araba, Bizkaia,
Gipuzkoa y Nafarroa, inició el proceso de normalización del euskera, formulando su
gramática, las reglas ortográficas, la lexicología… En 1968 propuso el euskera batua,
como lengua común para superar la situación de una lengua fragmentada en dialectos y
contar con una versión oficial del idioma, que, tras algunos años, llegó a ser el más
empleado en la enseñanza, en la administración pública, en los medios de comunicación
y en la producción escrita en euskera con un alto grado de aceptación social.
El Estatuto de Autonomía de la Comunidad Autónoma del País Vasco, de 1979,
declaró al euskera lengua propia y oficial junto con el castellano (art.6) y la Ley de
Amejoramiento del Fuero de Navarra, de 1982, lengua oficial en la zona vascófona de
Navarra (art.9). Las instituciones que se crearon en ambas normas tienen competencias
plenas en materia educativa y cultural, así como en la regulación e impulso del euskera
dentro de sus respectivos territorios.
La Ley Básica de Normalización del Uso del Euskera, de 1982, definió los
derechos lingüísticos de los ciudadanos de Euskadi y los deberes de los poderes
públicos en relación con el euskera y regulaba la presencia del euskera en la enseñaza.
La Ley Foral del Vascuence, de 1986, dividió Navarra en tres zonas: una vascuence,
otra no vascuence y una tercera zona mixta, con un tratamiento diferenciado del euskera
en cada zona. En Iparralde la situación del euskera en la enseñanza ha sido precaria, ya
que no es lengua oficial, y no ha tenido presencia en la vida pública ni en la enseñanza,
aunque haya estado permitido su uso y se ha seguido utilizando en muchas familias.
Las primeras ikastolas nacen al principio de los 60 con el objetivo de favorecer
la enseñanza en euskera y contribuir así a su recuperación. En los primeros años son
escuelas ilegales y se van expandiendo lentamente, con un gran protagonismo de las
2
3. familias. Tras un período de permisividad, en 1979 fueron legales y su desarrollo ha ido
creciendo. A partir de 1983 el euskera entra en todas las escuelas con pleno derecho y se
ha producido un desarrollo que se puede calificar de extraordinario.
Gracias, en buena medida, a la acción escolar, pero también gracias al impulso
social a favor del euskera, a partir de los años 80 se ha producido una evolución
progresiva del número de personas competentes en euskera. Según el III Mapa
sociolingüístico, en la C.A. del País Vasco, en 2001, el 32% de la población es bilingüe
y el 19% es bilingüe pasiva. La población monolingüe erdaldún, que en 1981 era del
68% se redujo al 50%, en 2001. En los últimos 25 años este progreso se ha producido
sobre todo en el grupo de edad de 5 a 24 años, cuya población bilingüe ha crecido del
19 al 55% y la de bilingües pasivos del 19 al 28%. También crece, pero en menor
proporción, entre quienes tienen 25 a 44 años, mientras se mantiene estable en los
grupos de mayor edad.
Evolución de la población bilingüe, según la edad. CAPV.
60
50
40
30
20
10
0
>65 45-64 25-44 5-24
1981 1985 1991 1995 2001
A pesar de este crecimiento de población competente en euskera, no aumenta en
la misma proporción el uso social del euskera. Unos porque su entorno familiar y social
es erdaldún y otros, a pesar de que su entorno es total o parcialmente euskaldún, por la
dominancia del castellano que se impone también en las relaciones sociales.
En resumen, la situación del euskera hoy se caracteriza por los siguientes rasgos:
No hay hablantes monolingües euskaldunes
3
4. Se inicia una recuperación el conocimiento del euskera entre los más jóvenes
en todos los territorios, pero no en su uso social.
El número de hablantes euskaldunes no llega a la tercera parte de la
población de Euskal Herria, aunque en Gipuzkoa sea del 49%, en la zona
vascófona de Navarra del 59% y en Nafarroa Behere y Zuberoa del 61%.
La Escuela Pública Vasca
La evolución de la población bilingüe muestra la influencia de la enseñanza
escolar en la recuperación de euskera. Su papel es decisivo, aunque no podría
desempeñarlo sin la colaboración de muchos grupos sociales que han creado las bases
culturales y han movilizado a la sociedad, de unas instituciones que han recogido ese
sentir colectivo y han establecido el marco jurídico y las estructuras necesarias.
El proyecto colectivo de recuperación del euskera y de la cultura vasca tiene tal
envergadura y para su consecución se necesitan estructuras adecuadas, consolidadas. En
el ámbito educativo, hay un amplio acuerdo de la necesidad de contar con una Escuela
Pública Vasca, que muestre y canalice el compromiso colectivo e institucional con este
objetivo. Pero su configuración ha tropezado con planteamientos contrapuestos por lo
que la Escuela Pública Vasca no ha logrado el pleno reconocimiento social e incluso las
instituciones políticas que son sus titulares no siempre la han considerado su escuela.
El movimiento de ikastolas, que se inició en los años 60, tuvo desde sus
comienzos la voluntad de ser la escuela propia de Euskal Herria y, por tanto, la Escuela
Pública Vasca. Su objetivo ha sido impulsar el euskera y la cultura vasca; la mayoría
son cooperativas y sus titulares los padres y madres; su modelo de gestión se distingue
por la alta participación e implicación de las familias. Desde que se legalizaron en 1976
ha ido aumentando el número de ikastolas, con un alumnado mayoritariamente
proveniente de familias euskaldunes. Hoy, la mayoría de las ikastolas están integradas
en la red privada concertada y una minoría en la red pública.
Los centros públicos siempre se han considerado escuela pública vasca. Se
caracteriza por su carácter abierto, plural e inclusivo, su vinculación al entorno, su
gestión democrática y su titularidad pública. Desde la aprobación del Estatuto de
Autonomía, asumieron plenamente su compromiso con el euskera y la cultura vasca,
4
5. ámbito en el que tienen una aportación cuantitativa, ya que escolariza en torno al 50%
del alumnado (las ikastolas acoge en torno al 15%) y, sobre todo, cualitativa puesto que
su alumnado, en una gran proporción, procede de familias castellanoparlantes. La
enseñanza privada concertada, que escolariza a la mitad del alumnado vasco, y su
contribución a la recuperación del euskera es importante, aunque el proceso ha sido más
lento y no alcanza los niveles de la enseñanza pública.
En 1983, el Gobierno Vasco dio los primeros pasos hacia la Escuela Pública
Vasca. Creó el Instituto Vasco de Ikastolas (Euskal Ikastolen Erakundea-EIKE),
Entidad de Derecho Público, con personalidad jurídica propia e independiente de la
Administración de la Comunidad Autónoma. En este Instituto se integrarían las
ikastolas creadas por el Departamento de Educación y las ikastolas privadas que lo
decidieran voluntariamente.
Sin embargo, no llegó a ponerse en práctica ante la fuerte demanda social de que
la Escuela Pública Vasca se formase con las dos redes escolares, entendiendo que ambas
tenían mucho que aportar. El movimiento social por la Escuela Pública Vasca fue
creciendo tanto entre quienes estaban en las ikastolas como en la enseñanza pública.
Entre el profesorado todos los sindicatos y el movimiento de Renovación Pedagógica
que lideraba el Colectivo Pedagógico ADARRA así como los Elkartes de irakasles de
ikastolas optaron claramente por avanzar en la línea de convergencia hacia la Escuela
Pública Vasca. Entre las familias fueron, sobre todo, las Asociaciones de Padres y
Madres de la enseñanza pública quienes más claramente se posicionaron a favor de esta
alternativa.
La primera iniciativa en este sentido partió del ámbito de las ikastolas, que
plantearon la integración de éstas en la red escolar pública con la condición de no dar
pasas atrás en la euskaldunización de la red de ikastolas. Sin embargo, otros sectores
consideraron que por esta vía se diluía la aportación de las ikastolas y plantearon la
convergencia de ambas redes en una Escuela Pública Vasca nueva.
En 1992, la Confederación de Ikastolas, en febrero de 1992, propuso la creación
del Consorcio de la Escuela Pública Vasca, como una Corporación administrativa de
derecho público que agrupara a todos los centros de la red pública y de las ikastolas que
voluntariamente quieran adscribirse. Desde la enseñanza pública y varias ikastolas se
5
6. planteó la creación del Órgano Autónomo de la Escuela Pública Vasca, con una
relación y un grado de autonomía similar al de Osakidetza en Sanidad, responsable de la
dirección y gestión de todos los centros públicos y de las ikastolas y otros centros
concertados que quisieran formar parte de la Escuela Pública Vasca.
En junio de 1992, PNV y PSE firmaron el Acuerdo político para el Pacto
Escolar, en el que deciden la publificación de las ikastolas que se reguló en la Ley de
Escuela Pública Vasca aprobada en febrero de 1993. Un final bastante pobre, puesto que
sólo se hicieron públicas las ikastolas pequeñas con problemas económicos en riesgo de
desaparición y unas pocas que siempre habían apostado por formar parte de la escuela
pública. Las más potentes prefirieron formar parte de la red privada concertada.
El resultado es que la Escuela Pública Vasca, tal como está configurada, no se
considera la institución educativa básica ni por una parte importante de la sociedad ni
por las instituciones políticas. Sin embargo, es la escuela que, en el momento actual,
tiene un compromiso cuantitativa y cuantitativamente más potente en el proceso de
recuperación del euskera y de la cultura vasca y, por tanto, quien ha asumido con todas
sus consecuencias la función que corresponde a la Escuela Pública Vasca.
El euskera en la enseñanza
En la Ley Básica de Normalización de Uso del Euskera de 1982,
- “Se reconoce a todo alumno el derecho de recibir la enseñanza tanto en euskera
como en castellano en los diversos niveles educativos”
- Se determina “la generalización progresiva del bilingüismo en el sistema
educativo de la Comunidad Autónoma del País Vasco”. (con esta disposición se
rechaza la escuela monolingüe euskaldún, defendida por algunos sectores,
porque, además de empobrecedora, excluye a una parte importante del pueblo
vasco cuya lengua familiar es la castellana y se identifica con ella).
- El objetivo es “garantizar al alumnado la posibilidad real, en igualdad de
condiciones, de poseer un conocimiento práctico suficiente de ambas lenguas
oficiales al finalizar los estudios de enseñanza obligatoria y asegurará el uso
ambiental del euskera, haciendo del mismo un vehículo de expresión normal,
tanto en las actividades internas como externas y en las actuaciones y
documentos administrativos”.
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7. - El Gobierno regulará “los modelos lingüísticos a impartir en cada centro
teniendo en cuenta la voluntad de los padres o tutores y la situación
sociolingüística de la zona” (El Gobierno Vasco, en 1983, reguló los modelos
lingüísticos).
El respeto al derecho a recibir la enseñanza tanto en euskera como en castellano
es el punto que ha sido y sigue siendo objeto de debate político, mediático y social. En
los primeros años, quienes querían ejercer el derecho a la enseñanza en euskera
reclamaban mayor oferta de plazas en euskera, mientras que en algunos centros se
producían resistencias al cambio. En el momento actual, el debate se ha invertido:
aumentan las acusaciones a la administración educativa de llevar una política que
arrincona e incluso impide la enseñanza en lengua castellana.
Correlativamente el debate se centró en el deber de aprender euskera, que la
inmensa mayoría asumen. Se cuestiona la validez del modelo A, ya que las evaluaciones
demuestran que quienes cursan sus estudios en este modelo no alcanzan en euskera el
nivel marcado por la ley y sus resultados están por debajo de las demás asignaturas. Una
minoría rechazan la obligación de aprender euskera, porque, a su entender, se coloca al
alumnado vasco en situación de desigualdad al tener que estudiar y aprobar una
asignatura más que en las Comunidades Autónomas monolingües.
En términos didácticos, el debate se centra en la vía más adecuada de
aprendizaje del euskera de quienes provienen de familias castellanoparlantes, en
concreto, la lengua vehicular de la enseñanza y el aprendizaje. En los inicios de los 80,
nadie dudaba de que los aprendizajes instrumentales, especialmente la lecto-escritura,
debe hacerse en la lengua materna o familiar, en concreto, que el alumnado con lengua
familiar castellana utilizase esa lengua en toda la enseñanza, aunque, con muchas
cautelas, se planteó que, de forma progresiva, se pudiera utilizar el euskera como lengua
vehicular en la enseñanza-aprendizaje de las áreas que requiren menor nivel lingüístico.
Sobre estas bases se diseñaron cuatro modelos lingüísticos. Dos para
castellanoparlantes: el modelo A, con la enseñanza en castellano y el modelo B en el
que algunas áreas se enseñarían en euskera; para euskaldunes, el modelo D, con la
enseñanza en euskera y el modelo C en el que algunas áreas se impartirían en castellano,
aunque este último no se implantó al no haber niños y niñas monolingües euskaldunes.
7
8. Pronto se debatió la posibilidad y viabilidad del cambio lingüístico en la escuela,
sin merma significativa de los aprendizajes curriculares. Estudios y experiencias en
contextos con alumnado que desconoce la lengua escolar, respaldaban la viabilidad del
cambio de lengua en la escuela a través de la “inmersión lingüística”. Así, el modelo D
se abrió a todos los alumnos y alumnas independientemente de su lengua familiar y se
convirtió en un modelo de inmersión en euskera para alumnado castellanoparlante.
Los estudios de los expertos y la experiencia demuestran que una segunda
lengua (L2) se aprende usándola en contextos comunicativos reales, que, en el ámbito
escolar, es el aprendizaje de las áreas curriculares. Se llega así a la convicción de que es
insuficiente la enseñanza de L2 y que ésta necesita apoyarse en actividades
comunicativas en esa lengua, o sea, en la enseñanza en L2. Esta orientación no sólo se
aplica al aprendizaje del euskera, sino de las lenguas extranjeras y se han iniciado
experiencias ya bastante consolidadas de enseñanza plurilingüe, en la que se utilizan el
euskera, el castellano y una lengua extranjera como lenguas vehiculares. Con esta
perspectiva, la Ley de Escuela Pública Vasca de 1992 permite que en el modelo A se
impartan en euskera algunas actividades o temas del currículo. A pesar de esto, la
evaluación del aprendizaje del euskera en modelo A no alcanza los mínimos exigibles.
Quedaba por saber la aceptación social de los modelos. Las familias que pueden
a optar entre ellos, de forma progresiva pero clara, se han decantado por el modelo D,
tanto entre familias euskaldunes como erdaldunes. Entre 1983 y el curso 2003-04 la
escolarización en la E. Infantil en modelo A ha caído del 28,6 % inicial al 7,7 % (3,6 en
8
9. Evolución del alumnado de E.Infantil de 3 años, por modelos
80
60
40
20
0
82-83 87-88 92-93 97-98 02-03 03-04
Modelo A 20,4 28,2 29,8 15,9 9,4 7,7
Modelo B 31,4 37,5 35,1 29,8 30,1 29,5
Modelo D 40 34,3 40,4 54,3 60,5 62,8
la escuela pública); en B se mantiene entre el 21,4% inicial y el 29,5% (16,5 en la
escuela pública) y en D crece del 40% inicial al 62,8% (79,8 en la escuela pública).
La Ley no sólo establece el deber de aprender el euskera, sino que fija como
objetivo al finalizar la enseñanza obligatoria el mismo nivel en euskera que en
castellano, aunque reduce la competencia lingüística necesaria para la vida práctica y las
relaciones interpersonales, lo que resulta claramente insuficiente. Todos están de
acuerdo que quienes acaben la educación obligatoria han de tener la competencia
lingüística necesaria para realizar aprendizajes posteriores. Utilizando el Marco Europeo
de referencia de las lenguas el nivel competencial deseable es el B2, de usuario
independiente avanzado. Pero no hay acuerdo en si esta competencia se ha de exigir a
todos en las dos lenguas o sólo en castellano.
El Departamento de Educación ha evaluado de forma sistemática el nivel de
competencia en euskera del alumnado y los factores que influyen en su aprendizaje, a
través de los estudios EIFE (Euskararen Irakaskuntza: Factoreen Eragina / La enseñanza
del euskera: la Influencia de los factores). En 2004, el Instituto Vasco de Evaluación e
Investigación Educativa (ISEI-IVEI) investigó si, al final de la enseñanza obligatoria, el
alumnado alcanza el nivel B2 y llegó a los siguientes resultados:
- El alumnado de modelo A no fue sometido a evaluación, porque, en el pilotaje
de la prueba, demostró que su nivel estaba muy lejos del B2.
- El 68 % del alumnado de modelo D alcanza el nivel B2; si su lengua familiar es
el euskera lo logra el 74,1%; pero si es el castellano, sólo lo consigue el 47,5%.
9
10. - En el modelo B acredita el nivel B2 un 32,6%; si proviene de familia euskaldún
es el 47,7%, pero si es de familia castellanoparlante el 26,6%.
Estos datos muestran que aún no se alcanza la competencia deseable en euskera,
aunque es mayor el nivel lingüístico que se alcanza en el modelo D, incluso cuando la
lengua familiar sea el castellano. Por otras evaluaciones, se puede concluir que el nivel
competencial en castellano es bueno en general, aunque sea mejor en quienes lo tienen
como lengua familiar. También se confirma que la lengua familiar –así como la lengua
social- es determinante en el desarrollo de la competencia lingüística. Por eso preocupa
la dificultad de muchos chicos y chicas para quienes el euskera sólo es su lengua
escolar. Desde hace unos 10 años está en marcha el Programa de normalización
lingüística con el objetivo de extender el uso del euskera a ámbitos distintos de los
específicamente escolares.
La cultura vasca en el currículo escolar
La cultura, de la que la lengua es la manifestación más relevante, es la expresión
de la identidad a una colectividad. Unos consideran la cultura vasca un patrimonio que
se ha de salvaguardar como un tesoro del pasado y otros quieren volver a una cultura
del pasado, sin ninguna “impureza” exterior. El discurso ampliamente mayoritario es el
de una sociedad que afirma su propia cultura, adaptada a una sociedad cada día más
compleja y plural e insertada plenamente en la modernidad. La cultura vasca, además de
incluir los referentes del pasado, necesita el dinamismo necesario para dar respuestas
acordes con los conocimientos, a las formas de expresión y al desarrollo democrático de
la sociedad actual. Reclama respeto por parte de todos al tiempo que respeta a las demás
culturas y valora el diálogo con todas ellas como una vía de enriquecimiento propio y de
convivencia pacífica y solidaria con todos.
En estos años se ha realizado una labor muy importante de recuperación del
patrimonio histórico y cultural, se están realizando numerosos estudios de carácter
etnográfico, antropológico, histórico… para conocer en profundidad nuestro pasado y
reconocer lo que ha sido el desarrollo del pueblo vasco y los valores que la colectividad
ha preferido así como los símbolos y ritos que han servido como elementos
identificadores de sus miembros.
10
11. Al mismo tiempo han surgido nuevos creadores en los distintos ámbitos del arte
y de la literatura, en la ciencia y la tecnología, y se han ampliado las posibilidades de
acceso del público a la cultura, tanto en museos y teatros como en festivales y fiestas.
Estamos viviendo un momento de florecimiento de la cultura vasca al tiempo que se
abren nuevas vías como corresponde a una sociedad más plural y más compleja, mejor
interrelacionada con otras culturas. Y estos fenómenos tienen lugar en un mundo cada
vez más global, con un peso determinante de los mercados, en el que la cultura vasca,
como otras culturas minoritarias, encuentra dificultades para hacerse un hueco y se ve
tentada a encontrar su identidad encerrándose en sí misma o a diluirse en corrientes
culturales más poderosas.
En este panorama es relevante el déficit en el campo de la enseñanza de la
música, la danza y el teatro. Aunque son abundantes las escuelas de música, sólo hace
dos años se creó el Conservatorio Superior. En estos días se ha iniciado el proyecto de
una Escuela Superior de teatro y nada se dice de la enseñanza de la danza.
La Escuela Pública Vasca responde a un Proyecto Cultural, plural e integrador,
democrático y que cohesione socialmente. La educación escolar tiene, entre otras, la
función de transmitir la cultura a las nuevas generaciones y formarlas para que tengan la
capacidad de conocerla, disfrutarla y desarrollarla, como un elemento necesario para la
formación de personas y ciudadanos que se han de desarrollar en un entorno cultural y
social determinado.
El currículo recoge los contenidos culturales propios más significativos. Así se
ha hecho en los currículos entre los años 1992 y 1995 y el que se acaba de aprobar en
2007. En unos y otros se recogen las referencias del entorno natural, social y cultural
vasco, dentro del margen que permite la obligada inclusión de las enseñanzas mínimas
que determina el Ministerio de Educación para todo el Estado, procurando no caer en
localismos ridículos. Aunque afectan a todas las áreas, tienen especial interés los
currículos de algunas de ellas: los currículos de euskera y castellano y sus respectivas
literaturas, en todas las etapas; de conocimiento del medio y de educación artística en
Primaria; de Ciencias Sociales, Plástica y Música en la ESO; de Historia en
Bachillerato.
11
12. La inclusión de la cultura vasca tiene especial interés en las actividades
didácticas, ya que la referencia a realidades cercanas al alumnado y el modo que se
entienden culturalmente dan significado y sentido a las nuevas informaciones que aporta
el currículo, paso necesario para que puedan construir nuevos conocimientos e
integrarlos en la estructura que ya poseen.
El alumnado necesita conocer la cultura propia y adquirir las competencias
necesarias para que, a su vez, sea un agente cultural. En estos años hemos vivido una
ampliación –en ocasiones desmesurada- de los contenidos con informaciones, destrezas
cognitivas y conocimientos, mientras que cada vez tienen menos espacio las actividades
en las que se practican actividades culturales, como la música, el teatro y sólo con un
carácter académico más que creativo, las actividades literarias y plásticas. Sin embargo,
en estas propuestas –como también en los proyectos de carácter científico y
tecnológico- es donde el alumnado adquiere mejor las competencias básicas, porque en
ellas se han de integrar los conocimientos y las habilidades cognitivas de diferentes
áreas y requieren poner en práctica las habilidades personales y sociales así como
actitudes basadas en principios éticos.
El profesorado ante el euskera y la cultura vasca
La labor escolar en la recuperación del euskera y de la cultura vasca ha sido
posible en buena medida al profesorado. Fue agente activo en el impulso de la Escuela
Pública Vasca, al asumir que su función educativa no sólo está vinculada al entorno
lingüístico y cultural, sino que su Proyecto Educativo está encuadrado en un proyecto
cultural de carácter general, de todo el pueblo vasco.
El primer paso del profesorado fue su euskaldunización: en 1983 sólo el 5% del
profesorado de la enseñanza pública era euskaldún. En los primeros años muchos
docentes aprendieron euskera por iniciativa propia. Conforme iban avanzando los
modelos con mayor presencia del euskera se fue necesitando más profesores
competentes en euskera. Aunque con algunas discrepancias, se llegó a establecer que
todo el profesorado del sistema educativo vasco debe tener la competencia necesaria
para enseñar en euskera (perfil lingüístico 2) o, al menos, para relacionarse en euskera
(PL1), rechazando que haya profesorado sin ningún conocimiento del euskera (PL0).
Gracias al programa IRALE, en 2004, el 78,7% del profesorado tiene PL2, el 87,2% en
12
13. E. Infantil y Primaria y el 73,1% en E. Secundaria. En el momento actual, este
programa dedica una parte de sus esfuerzos a la mejora del nivel lingüístico del
profesorado que da sus clases en euskera.
Tras las cifras se esconde un esfuerzo colectivo de gran envergadura, ya que ha
supuesto una reconversión profunda en el trabajo docente, en el que se ha modificado el
instrumento fundamental de la comunicación vital en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Un instrumento que –a diferencia, por ejemplo, del cambio tecnológico que
se está produciendo en otros ámbitos profesionales- afecta al proceso cognitivo, a la
capacidad creativa y emocional, en definitiva a la propia persona. Para muchos docentes
ha supuesto un choque profundo que, en algunos casos, no han podido superar, y
bastantes han preferido cambiar de residencia. A pesar de ello, las voces críticas han
sido muy pocas. Esta disposición del profesorado ha sido vital en el éxito del proceso de
euskaldunización de la enseñanza pública. También ha supuesto un gran esfuerzo
económico que demuestra la apuesta de las instituciones y de la sociedad a favor del
euskera en la enseñanza.
Un segundo aspecto en el que el profesorado ha tenido que realizar un trabajo
extra es en el campo didáctico. En muchas ocasiones se ha tenido que trabajar sin contar
con experiencias ni estudios previos, ya que, en muchos aspectos, la situación
lingüística del euskera es única. Sólo en el País Vasco la lengua escolar de la mayoría
del alumnado es diferente, al mismo tiempo, de la lengua familiar y social. El trabajo
realizado, tanto en la preparación de materiales didácticos –inexistentes o muy escasos-
como en el acto de la enseñanza, ha supuesto un esfuerzo enorme, más destacable aún
porque se ha hecho en un momento de cambios en el sistema educativo, de cambios en
la sociedad y en el comportamiento del alumnado y de las familias.
La capacidad y disposición para la innovación educativa han sido fundamentales
para que esta labor se haya realizado con cordura y eficacia. El profesorado vasco,
desde hace tiempo, ha tenido un espíritu innovador, ayudado sin duda por la demanda
social de una enseñanza de calidad. Unos decían que la euskaldunización de la
enseñanza fue posible gracias a la capacidad innovadora que había desarrollado el
profesorado en otros campos, mientras que otros afirmaban que la euskaldunización fue
el motor de la renovación pedagógica. Sin duda ambos movimientos se alimentaron
13
14. mutuamente y permitieron la euskaldunización sin perder de vista la mejora en todos los
aspectos de la educación escolar.
Un tercer aspecto importante ha sido la formación del profesorado en la cultura
vasca, desconocida por la mayoría, ya que estaba ausente mientras duró el tiempo de
formación inicial. Se trataba no sólo ni principalmente de conocer algunos hechos,
algunos datos, sino de reconocer las características de una cultura e involucrarse en la
misma, sin caer en simplificaciones ni en sesgos ideológicos acientíficos. Mientras que
el aprendizaje del euskera era un objetivo difícil, pero claro, ante la cultura vasca se
encuentra con un objetivo más difuso y dinámico, con una complejidad que afecta a
todos los aspectos de la vida y también de la actividad escolar.
El movimiento de renovación pedagógica del País Vasco ha sido uno de los
motores de todo este proceso. Tanto en la enseñanza pública como en las ikastolas el
profesorado unió experiencia y entusiasmo, estudio y trabajo, para llenar de contenido
pedagógico al proyecto educativo de la Escuela Pública Vasca. El momento más
importante fue cuando ambos colectivos se unieron con una convergencia real entre
ambas redes escolares a nivel de los docentes. Lo que en unos años fue un movimiento
promovido y gestionado por el profesorado ha pasado a ser un trabajo institucional en
los servicios de apoyo, con las ventajas e inconvenientes de este cambio. Lo más
significativo de estos últimos años es la pérdida de entusiasmo, el desapego afectivo de
muchos docentes en relación con su trabajo, el malestar docente que limita su capacidad
de respuesta a las nuevas demandas y las nuevas condiciones de su actividad.
La sociedad ante el euskera y la cultura vasca
Nada de lo que estamos viendo hubiera sido posible sin el respaldo y la fuerza de
un movimiento social a favor del euskera y de la cultura vasca. No es este el lugar para
describir y analizar cómo se ha desarrollado ni los logros alcanzado ni las dificultades
con las que ha tropezado. Pero no podía dejar de mencionarlo.
En múltiples aspectos el movimiento social a favor del euskera y de la cultura
vasca ha confluido con el movimiento escolar. Para la escuela ha sido fundamental el
resurgir de la literatura en euskera, de la música y todas las artes, de las fiestas
14
15. populares y, sobre todo, el prestigio social que ha ido adquiriendo el euskera e incluso
su valor práctico en la sociedad y en el empleo.
Tiempos de balance y nuevas metas
El balance de recuperación del euskera y de la cultura vasca estos cuarenta años
se puede calificar como muy positivo, aunque se detectan cada vez con mayor claridad
algunos desajustes. Esto se puede decir en referencia al ámbito general, pero, en mis
reflexiones, me ceñiré al ámbito escolar.
En los últimos años van creciendo las voces críticas a la ordenación de la
enseñanza por modelos. Se ha cubierto una etapa, con un balance positivo, pero ha
llegado el momento de revisar el sistema, teniendo en cuenta algunos datos:
1. Las familias, de forma mayoritaria, han optado por que sus hijos e hijas
aprendan el euskera por un proceso de inmersión lingüística en euskera y han
considerado insuficiente la vía que ofrece el modelo A. Sin embargo, algunas
familias afirman su derecho a escolarizar a sus hijos e hijas en lengua castellana.
2. Un número importante de familias desean que sus hijos e hijas alcancen en
euskera un nivel competencial alto, que les permita seguir sus estudios en esta
lengua. Sin embargo, no se siempre lo consiguen, como demuestran las
evaluaciones realizadas, por lo que bastantes alumnos y alumnas, al llegar al
Bachillerato y a la Universidad, prefieren seguir los estudios en castellano.
3. La elección de modelo, más que una opción lingüística, para muchas familias es
una opción de carácter social con la consiguiente división. La ordenación de las
enseñanzas por modelos no se compadece con la escuela inclusiva que favorece
la cohesión social. En el modelo A se escolariza el alumnado de los dos
extremos del arco social: el alumnado de nivel más alto se escolariza en centros
privados concertados (muchos de ellos bilingües con alguna lengua extranjera) y
el alumnado de nivel más bajo, en centros públicos que se están convirtiendo –o
están en riesgo de convertirse- en ghetos escolares, tal como denunciaba el
Ararteko (2001).
4. La demanda de una enseñanza plurilingüe (al menos, trilingüe) es generalizada y
hay un consenso que, para que sea exitosa, las lenguas se han de utilizar en
15
16. contextos comunicativos reales, lo que, en el ámbito escolar, significa que han
de ser lenguas vehiculares en la enseñanza de algún área o materia.
5. La sociedad vasca desea que la recuperación del euskera se compagine con una
enseñanza de calidad. Los indicadores de la enseñanza de la C.A. del País
Vasco y de Navarra se sitúan cerca del nivel propuesto por la Unión Europea en
Lisboa para 2010. Las evaluaciones estatales e internacionales en varias
competencias básicas están en la media de los países de la OCDE, pero son
bajos en los niveles de excelencia. ¿En qué medida los resultados en el conjunto
de conocimientos y competencias curriculares se ven limitados por una
competencia insuficiente en euskera?
6. Para que la inmersión lingüística sea exitosa, el entorno familiar y social tiene
que asegurar una buena estructuración en la lengua familiar (L1) sobre la que se
va a implantar la segunda lengua (L2). Esta condición está asegurada en las
familias de nivel sociocultural medio y alto; pero no en todas las de nivel
sociocultural medio-bajo y bajo, cuyo nivel lingüístico en la lengua familiar no
aporta bases suficientes. Conforme el modelo D se amplía a las capas sociales
menos favorecidas culturalmente, los aprendizajes y los problemas escolares de
este alumnado pueden resentirse aún más.
El Departamento de Educación se ha comprometido presentar, en la actual
legislatura una propuesta de reforma de los modelos, cuyas líneas se han esbozado en
una comparecencia del Consejero en el Parlamento Vasco y en el Decreto en el que se
establece el currículo de la Educación Básica. En resumen, estas son las líneas maestras;
1. El euskera será la lengua principal de la enseñanza.
2. Al finalizar la enseñanza obligatoria el alumnado deberá acreditar el nivel
competencial B2 (usuario independiente adelantado) en euskera y en castellano
y el B1 (usuario independiente inicial) en una lengua extranjera.
3. Cada centro, en su Proyecto Lingüístico, establecerá el proceso que va a seguir
para alcanzar los objetivos, teniendo en cuenta las características del alumnado y
del entorno y el Proyecto Educativo del centro.
La propuesta inicial ha tenido una acogida general favorable, aunque no faltan
críticas, principalmente en estas cuestiones:
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17. - Que el euskera sea la lengua principal de la enseñanza contradice el derecho
legal de las familias a elegir como la lengua de enseñanza de sus hijos e hijas
una las dos lenguas oficiales; en consecuencia, se demanda el mantenimiento de
los modelos, con los retoques necesarios, para respetar ese derecho.
- El nivel de euskera que se propone es inalcanzable para una parte significativa
del alumnado y, por consiguiente, no puede ser el nivel requerido para obtener el
Título de Graduado en E. Secundaria.
- Es fundamental para el éxito escolar que en la enseñanza se utilice la lengua
familiar. El uso del euskera como lengua vehicular del alumnado erdaldún
perjudica el aprendizaje de las áreas curriculares, especialmente de quienes
provienen de medios culturales más bajos o quienes acceden a edad tardía al
sistema educativo vasco y dificulta a todos alcanzar niveles de excelencia.
Nuevos tiempos, nuevos retos
A lo largo de estos cuarenta años, se han ido produciendo cambios profundos en
la sociedad vasca, sobre todo por la progresiva implantación de la sociedad del
conocimiento, en la que quiere participar de forma activa. Estos cambios afectan a todos
los ámbitos de la vida y, como no podía ser menos, también al proceso de recuperación
de la lengua y la cultura vasca, con nuevos retos que requieren nuevos enfoques.
Mundo global - Identidad
En un mundo cada vez más global se necesita conocer alguna de las lenguas con
mayor número de hablantes y aprovechar los nuevos canales de información y
comunicación (internet, televisión…) donde no tienen presencia significativa las
lenguas y las culturas minoritarias. En este contexto, recuerda Castells, resurge con
fuerza la necesidad de afirmar la identidad, la pertenencia a los grupos cercanos.
En la sociedad vasca se detectan dos tendencias: unos afirman el derecho del
pueblo vasco a recuperar su lengua y su cultura, aunque sea minoritaria, porque son sus
señas de la identidad; otros prefieren impulsar el aprendizaje de lenguas de gran número
de hablantes, de mayor utilidad en un mundo globalizado. La sociedad vasca,
mayoritariamente, apuesta por una enseñanza plurilingüe e intercultural, que contribuya
17
18. a la recuperación de su lengua y su cultura y, al mismo tiempo, al conocimiento de otras
lenguas y culturas de alcance más universal. Asume así el reto, expresado en el Informe
Delors, para la educación en el siglo XXI: afirmar las señas de identidad referidas a
contextos cercanos y situarse en un mundo abierto, como ciudadanos del mundo.
Integración – Pluralismo y multiculturalidad
En el pasado no se discutía el valor integrador de las lenguas y de la cultura,
puesto que las sociedades eran monolingües y monoculturales. Hoy son cada vez más
plurales y multiculturales. En este contexto la sociedad vasca necesita replantear el
papel integrador de su lengua y su cultura; para que el euskera cumpla su función básica
de comunicación en condiciones de igualdad y para que en la cultura vasca tenga cabida
la pluralidad y se abra al diálogo intercultural, que, lejos de ser un peligro para la
supervivencia de lo propio, es una ocasión para su desarrollo y enriquecimiento.
Algunos, como respuesta al desplazamiento que ha sufrido el euskera, proponen
la inversión del desplazamiento lingüístico mediante una creciente funcionalidad social
del euskera y la transmisión intergeneracional de una lengua que todavía no ha llegado a
ser el idioma materno de la mayoría de la población, de manera que cada generación
sucesiva pueda partir de un punto más avanzado que aquél del que partió la anterior.
Si bien este proceso es necesario, llevado al extremo, no parece que conduzca a
la integración, sino más bien a la asimilación de los diferentes o a su exclusión. Habrá
que conjugar la afirmación de que el euskera es la lengua propia del pueblo vasco y el
hecho de que, para muchos ciudadanos y ciudadanas vascas, el castellano es su lengua
propia. Como habrá que pensar las exigencias que implica a todos los ciudadanos y
ciudadanas vascas el reconocimiento del derecho al uso del euskera para que no se
limite al ámbito privado y público, sino que abarque las relaciones sociales.
Tradición-Modernidad
La recuperación del patrimonio cultural nos conecta con el pasado y, en buena
medida, nos ayuda a entender el presente. La modernidad trae los avances de la ciencia
y la tecnología, los nuevos movimientos sociales, artísticos y literarios. Los nostálgicos
de la tradición se resisten a asumir la modernidad, porque la ven como una pérdida de
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19. identidad colectiva. Los amantes de la modernidad necesitan romper cualquier lazo con
el pasado para sentir que han entrado en el mundo contemporáneo.
En torno a las lenguas minorizadas hay un debate similar. La lengua vasca, en
concreto, nació y creció en un mundo ya inexistente y, por diversas causas, no ha tenido
un progreso al ritmo de los tiempos, lo que, para algunos, la inhabilita para expresar el
mundo de hoy. Otros, aun siendo conscientes de este problema, quieren que el euskera
se desarrolle en todos los ámbitos del saber, en la literatura, en la vida social, que sea
una “lengua de prestigio” y “de oportunidades”.
Tradición y modernidad se complementan y se necesitan. Cualquier proyecto
sólido de futuro, que se abra a la modernidad, necesita asentarse en unas raíces que
aporta la tradición. Muchos de los conflictos sociales derivan de la diferente forma de
entender y compaginar la tradición y la modernidad, incluso de determinar que es lo que
se ha de salvaguardar y lo que es bueno incorporar al acervo cultural común.
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