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El	
  Ego	
  y	
  la	
  Soberbia

  La	
  parte	
  de	
  1	
  que	
  no	
  quieres	
  ver...
...	
  y	
  si	
  lo	
  ves	
  en	
  otros	
  es	
  que	
  lo	
  1enes	
  
«Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo»
Julio Cortázar (1914-1984)




                                            2
“He	
  salido	
  solo	
  para	
  acudir	
  a	
  la	
  cita.	
  ¿Quién	
  es,	
  pues,	
  
este	
  que	
  me	
  sigue	
  en	
  la	
  silenciosa	
  oscuridad?
Me	
  desvío	
  para	
  evitar	
  su	
  presencia,	
  pero	
  no	
  consigo	
  
escapar.
Con	
  sus	
  fanfarronadas	
  levanta	
  polvaredas,
y	
  con	
  su	
  voz	
  poderosa	
  remeda	
  todas	
  las	
  palabras	
  que	
  
yo	
  pronuncio.
Es	
  mi	
  propio	
  yo	
  miserable,	
  ¡oh	
  Señor!	
  No	
  conoce	
  la	
  
vergüenza.
Pero	
  yo	
  me	
  avergüenzo	
  de	
  acudir	
  a	
  tu	
  puerta	
  en	
  su	
  
compañía”

Rabindranath	
  Tagore
                                                                                Si	
  lo	
  veo	
  en	
  1,	
  está	
  en	
  mi
Escribir	
  en	
  mi	
  diario	
  es	
  una	
  ru1na	
  co1diana	
  para	
  mí	
  
desde	
  hace	
  trece	
  años.	
  Esta	
  mañana	
  he	
  escrito	
  una	
  
carta	
  a	
  mi	
  ego.	
  Dice	
  así:
«Querido	
  ego,	
  por	
  la	
  presente	
  te	
  comunico	
  que	
  
tenemos	
  un	
  nuevo	
  líder.	
  Estás	
  invitado	
  a	
  quedarte	
  
como	
  socio,	
  pero	
  en	
  silencio.	
  Yo	
  (mi	
  yo	
  sagrado)	
  voy	
  a	
  
regir	
  mi	
  vida	
  y	
  mis	
  negocios.	
  He	
  contratado	
  los	
  
servicios	
  de	
  un	
  asesor	
  en	
  el	
  universo,	
  Dios.	
  Dios	
  y	
  yo	
  
vamos	
  a	
  reestructurar	
  mi	
  vida	
  y	
  mis	
  asuntos.	
  Tú	
  ya	
  no	
  
tendrás	
  voto	
  en	
  ninguna	
  de	
  mis	
  decisiones.	
  No	
  te	
  
guardo	
  rencor,	
  pero	
  permi1r	
  que	
  influyas	
  en	
  mis	
  
decisiones	
  no	
  favorece	
  mis	
  intereses»

Shirley	
  Ross	
  Korber
Escribió	
  a	
  su	
  ego	
  tras	
  leer	
  Tu	
  yo	
  Sagrado	
  de	
  Wayne	
  W.	
  
Dyer	
  (publicado	
  por	
  Grijalbo),	
  dedicado	
  al	
  tema	
  del	
  
famoso	
  diálogo	
  de	
  Tagore	
  con	
  Krishna	
  (Dios).
No	
  hay	
  nada	
  noble	
  en	
  ser	
  
superior	
  a	
  otra	
  persona.	
  La	
  
verdadera	
  nobleza	
  radica	
  en	
  
ser	
  superior	
  a	
  tu	
  an1guo	
  yo
Proverbio	
  de	
  los	
  yoguis
“Y...	
  cuando	
  acabes	
  de	
  hablar...	
  por	
  
favor,	
  cállate!”	
  
Isaac	
  B.	
  Muñoz
"Es	
  mejor	
  permanecer	
  callado	
  y	
  
parecer	
  tonto	
  que	
  hablar	
  y	
  despejar	
  
las	
  dudas	
  defini8vamente."	
  
(Groucho	
  Marx)

"Nunca	
  querría	
  pertenecer	
  a	
  un	
  club	
  
que	
  me	
  tuviera	
  como	
  socio".	
  
(Groucho	
  Marx)
"Es	
  mejor	
  ser	
  rey	
  de	
  tu	
  silencio	
  que	
  esclavo	
  de	
  
tus	
  palabras."


SHAKESPEARE,	
  William
La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse
insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad.

Nicolás Maquiavelo




                                                                       9
Es bien conocido que la ciencia hincha, y el que se cree que sabe
todavía no sabe como es debido

Juan Fernando Sellés




                                                                    10
«En este mundo producen felicidad la
bondad del corazón, la moderación para
con todos los seres. En este mundo
producen felicidad la ausencia de
pasiones y la superación de los deseos.
Pero la destrucción del egoísmo es en
verdad la felicidad suprema».

Buda




                                          11
"Dos personas han estado
viviendo en ti durante toda tu
existencia. Una es el ego:
charlatana, exigente,
histérica, calculadora; la otra
es el ser espiritual oculto,
cuya queda y sabia voz has oído
y atendido sólo en raras
ocasiones".


Sogyal Rinpoche
"El libro tibetano de la vida y
la muerte”




                              12
Sugerimos otra definición del "ego":
"Consideremos al ego como la idea que cada uno
de nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el
ego no constituye mas que una idea, una ilusión,
pero una ilusión que ejerce gran influencia".
Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un
fantasma que aceptamos que controle nuestra
vida. El problema es que mantener esta ilusión
puede impedirle conocer su verdadero yo, su
esencia espiritual.

Opinamos que el ego es una disposición del
pensamiento errónea que intenta presentarle como
a usted le gustaría ser, en lugar de cómo es en
realidad.
En esencia, el ego, la idea de uno mismo, la
máscara, el papel que estamos desempeñando;
supone una forma distorsionada de afirmar y
vivir la existencia. A esta máscara social (el
ego) le gusta la  aprobación, quiere controlar
situaciones y personas, y se apoya en el poder
porque vive en el temor.



El Ego y sus roles
Nota recopilada por el Prof. Jorge Olguín.

http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/elegoysusroles.htm
 


                                                                13
BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER

                                                                                    

                                                                              El único

 

Seguramente has leído todas estas frases y mil otras parecidas, aplicadas al ser humano:

       ·    Es el único ser de la Creación que piensa.
       ·    Es el único que ríe.
       ·    Es el único que llora.
       ·    Es el único que duda.
       ·    Es el único que imagina.
       ·    Es el único que recuerda.
       ·    Es el único que socializa.
       ·    Es el único que tiene pulgar oponible.
       ·    Es el único que contamina.
       ·    Es el único que hace la guerra.
       ·    Es el único que mata por diversión
       ·    Es el único que sabe que va morir.
       ·    Es el único que tiene libre albedrío.
       ·    Es el único que camina erguido.
       ·    Es el único que reza.
       ·    Es el único que tropieza dos veces con la misma piedra.
       ·    Es el único que trata constantemente de cambiarse por algo diferente de lo que es.
       ·    Es el único que desarrolla tecnología.
       ·    Es el único que puede reencarnar.
       ·    Es el único que crea arte.
       ·    Es el único que baila.
       ·    Es el único que delinque.
       ·    Es el único que se angustia por el futuro.
       ·    Es el único que puede vivir de tiempo completo en el pasado.
       ·    Es el único que atesora.
       ·    Es el único que intenta sanarse a sí mismo.
       ·    Es el único que hace política.
       ·    Es el único que registra su historia.
       ·    Es el único que tiene conciencia.
       ·    Es el único que carga con culpas.
       ·    Es el único que divide a su propia especie según razas, colores, creencias, patrimonios, sexos y cuanta excusa puedas imaginar para separarse del prójimo.
       ·    Es el único que inventa nacionalidades.
       ·    Es el único que paga psicoterapias.
       ·    Es el único que sabe que hay un universo más allá.
       ·    Es el único que… etcétera, etcétera, etcétera.
Mi asombro es mayúsculo ante tanta soberbia existencial, y mi conclusión es divertidamente cínica: el ser humano es el único ser de la Creación que se cree único.


                                                                                                                                                                         14
Niveles
Desde el Yo, el Ego, el Orgullo hasta la
               Soberbia
1.	
  Yo
2.	
  Ego
3.	
  Orgullo
4.	
  Narcisismo
5.	
  Vanidad
6.	
  Envanecimiento
7.	
  Presunción
8.	
  Al1vez
9.	
  Arrogancia
10.	
  Prepotencia
11.	
  Insolencia
12.	
  Soberbia




                       16
PRIMER	
  NIVEL

1.	
  Yo                  1	
  y	
  2.	
  Es	
  egocéntrico,	
  está	
  autocentrado	
  en	
  sí	
  mismo,	
  
2.	
  Ego                 es	
  ególatra
3.	
  Orgullo                 SEGUNDO	
  NIVEL
4.	
  Narcisismo
5.	
  Vanidad               3,	
  4,	
  5	
  y	
  6.	
  Es	
  orgulloso,	
  es	
  narcisista,	
  es	
  vanidoso,	
  
6.	
  Envanecimiento        está	
  envanecido	
  (está	
  pagado	
  de	
  sí	
  mismo)
7.	
  Presunción
8.	
  Al1vez                TERCER	
  NIVEL
9.	
  Arrogancia
10.	
  Prepotencia     7,	
  8,	
  9,	
  10	
  y	
  11.	
  Es	
  presuntuoso,	
  es	
  al1vo,	
  es	
  
11.	
  Insolencia      arrogante,	
  es	
  prepotente,	
  es	
  insolente,	
  es	
  soberbio
12.	
  Soberbia




                                                                                                                   17
PRIMER	
  NIVEL
                       1	
  y	
  2.	
  Es	
  egocéntrico,	
  está	
  autocentrado	
  en	
  sí	
  mismo,	
  
                       es	
  ególatra
                       -­‐	
  Espíritu	
  rebelde,	
  confiar	
  en	
  1,	
  ayuda	
  a	
  la	
  
                       sobrevivencia	
  y	
  a	
  la	
  autoes1ma
1.	
  Yo
2.	
  Ego
3.	
  Orgullo                SEGUNDO	
  NIVEL
4.	
  Narcisismo       3,	
  4,	
  5	
  y	
  6.	
  Es	
  orgulloso,	
  es	
  narcisista,	
  es	
  vanidoso,	
  
5.	
  Vanidad          está	
  envanecido	
  (está	
  pagado	
  de	
  sí	
  mismo)
6.	
  Envanecimiento   -­‐	
  Sobrevalorarte	
  a	
  q
7.	
  Presunción
8.	
  Al1vez
                          TERCER	
  NIVEL
9.	
  Arrogancia
                       7,	
  8,	
  9,	
  10,	
  11	
  y	
  12.	
  Es	
  presuntuoso,	
  es	
  al1vo,	
  es	
  
10.	
  Prepotencia
                       arrogante,	
  es	
  prepotente,	
  es	
  insolente,	
  es	
  soberbio
11.	
  Insolencia
                       -­‐	
  Subvaluar	
  a	
  los	
  demás
12.	
  Soberbia
                       -­‐	
  No	
  aceptar	
  nada	
  superior	
  a	
  1,	
  no	
  inclinarte	
  ante	
  
                       nada


                                                                                                                  18
Soberbia
Primer	
  nivel              Envanecerte
Hacia	
  1                   Sobrevaloración	
  del	
  Yo
                             Sen1rte	
  orgulloso	
  de	
  1
                             Te	
  gustas	
  mucho
                             Te	
  sientes	
  muy	
  atrac1vo,	
  muy	
  guapo,	
  muy	
  fuerte,	
  muy	
  joven,	
  muy	
  sano
                             Sientes	
  que	
  todo	
  lo	
  que	
  haces	
  o	
  dices	
  es	
  superior
                             Tienes	
  una	
  opinión	
  exaltada	
  de	
  1	
  mismo
                             Desmesurada	
  visión	
  de	
  1	
  mismo



Segundo	
  nivel             Te	
  hinchas	
  cuando	
  te	
  sabes	
  atrac1vo	
  a	
  otras	
  personas
Hacia	
  los	
  demás        Te	
  sientes	
  mejor	
  que	
  los	
  demás
                             Te	
  olvidas	
  de	
  los	
  demás
                             Te	
  enorgulleses	
  de	
  tu	
  status,	
  posición	
  o	
  cargo
                             Te	
  sientes	
  capaz	
  de	
  superar	
  todo	
  lo	
  que	
  digan	
  o	
  hagan	
  los	
  demás


Tercer	
  nivel
                                             No	
  reconoces	
  nada	
  superior	
  a	
  1	
  (por	
  ejemplo	
  un	
  Dios,	
  etc.)
Hacia	
  los	
  seres	
  superiores
                                             No	
  te	
  inclinas	
  ante	
  nada	
  ni	
  nadie


                                                                                                                                        19
Quienes hablan a favor
    de la soberbia
Sin embargo conviene no
olvidar la connotación positiva
que, ya en su origen latino,
posee la palabra, puesto que la                        En la filosofía Objetivista de Ayn Rand, en particular, el
calificación de un acto como                            orgullo es una de las tres virtudes principales y se define
                                                       como estima apropiada de sí mismo que proviene de la
soberbio u orgulloso puede ser
sinónimo de óptimo o de bella                          ambición moral de vivir en plena consistencia con valores
factura.                                               personales racionales.

http://es.wikipedia.org/wiki/
Soberbia




                         Para Nietzsche el orgullo es una virtud elevada, propia
                         de hombres superiores, la cual conduce a una
                         honestidad absoluta consigo mismo (lo cual hace
                         imposible cualquier trampa o acto deshonesto), valentia
                         y superacion constante siempre buscando estar por
                         encima de los demas y no ocultarlo ante nadie.




                                                                                       Si	
  lo	
  veo	
  en	
  1,	
  está	
  en	
  mi
                                                                                                                                21
Si	
  ya	
  todo	
  lo	
  sabes...	
  ¿entonces	
  porqué	
  sufres?
Si	
  eres	
  el	
  mejor,	
  ¿entonces	
  porqué	
  1enes	
  celos	
  y	
  envidia?.	
  Si	
  eres	
  el	
  mejor,	
  ¿por	
  qué	
  necesitas	
  men1rte	
  a	
  1	
  
mismo	
  y	
  a	
  los	
  demás?	
  Si	
  eres	
  el	
  mejor,	
  ¿entonces	
  porqué	
  te	
  preocupa	
  lo	
  que	
  digan	
  y	
  piensen	
  los	
  demás?	
  ¿Por	
  
qué	
  esa	
  necesidad	
  de	
  ser	
  el	
  foco,	
  de	
  ser	
  el	
  centro?	
  ¿Por	
  qué	
  ese	
  afán	
  de	
  juzgar,	
  de	
  cri1car	
  y	
  de	
  condenar?
Si	
  eres	
  tan	
  poderoso,	
  ¿entonces	
  porqué	
  estás	
  tan	
  nervioso,	
  por	
  qué	
  1emblas	
  y	
  1enes	
  miedo?	
  ¿Por	
  qué	
  te	
  
asustas	
  ante	
  cualquier	
  idea	
  nueva,	
  porqué	
  te	
  cierras	
  a	
  experimentar	
  nuevas	
  cosas?
Si	
  todo	
  lo	
  controlas,	
  ¿entonces	
  porqué	
  te	
  corroen	
  los	
  nervios	
  y	
  vives	
  preocupado?	
  ¿Por	
  qué	
  te	
  asusta	
  tu	
  propia	
  
sombra?	
  ¿Por	
  qué	
  no	
  consas	
  ni	
  en	
  1	
  ni	
  en	
  nadie?	
  ¿Por	
  que	
  no	
  1enes	
  fe	
  ni	
  en	
  1	
  mismo?
Si	
  tanto	
  crees	
  que	
  controlas	
  tu	
  mente,	
  ¿entonces	
  porqué	
  te	
  agitan	
  tus	
  pensamientos	
  y	
  te	
  sacuden	
  las	
  
emociones,	
  porqué	
  te	
  espantas	
  ante	
  cualquier	
  ruido	
  que	
  ocurre	
  a	
  tus	
  espaldas?
Si	
  eres	
  tanto	
  como	
  dices,	
  ¿entonces	
  porqué	
  no	
  eres	
  feliz	
  y	
  todo	
  el	
  1empo	
  finges	
  serlo?
Si	
  1enes	
  tanto	
  autodominio,	
  ¿entonces	
  porqué	
  no	
  paras,	
  por	
  qué	
  te	
  agita	
  esa	
  necesidad	
  fabril	
  de	
  ir	
  de	
  aquí	
  a	
  
allá,	
  de	
  hacer,	
  de	
  consumir,	
  por	
  qué	
  eres	
  presa	
  de	
  tus	
  nervios?	
  ¿Por	
  qué	
  todo	
  falla,	
  se	
  rompe	
  o	
  se	
  descompone	
  
y	
  eso	
  te	
  hace	
  perder	
  el	
  quicio?	
  Si	
  eres	
  tan	
  libre,	
  ¿por	
  qué	
  eres	
  tan	
  caprichoso?
Si	
  eres	
  tanto	
  como	
  crees	
  y	
  presumes,	
  ¿por	
  qué	
  entonces	
  no	
  puedes	
  estar	
  un	
  momento	
  en	
  paz	
  con1go	
  mismo,	
  
por	
  qué	
  no	
  te	
  aguantas	
  ni	
  tu	
  mismo?	
  ¿Por	
  qué	
  incluso	
  llegas	
  a	
  odiarte	
  y	
  sen1r	
  rabia	
  de	
  1?
Si	
  tanto	
  sabes,	
  ¿entonces	
  porqué	
  1enes	
  tanta	
  necesidad	
  de	
  presumirlo	
  ante	
  los	
  demás,	
  de	
  humillarlos	
  y	
  de	
  
buscar	
  su	
  fama	
  y	
  reconocimiento,	
  cuando	
  tu	
  y	
  nadie	
  más	
  que	
  tu	
  sabes	
  lo	
  miserable	
  que	
  eres?
Si	
  eres	
  tan	
  libre,	
  ¿porqué	
  eres	
  presa	
  de	
  tus	
  prejuicios,	
  de	
  tus	
  emociones	
  perturbadas	
  y	
  de	
  tus	
  deseos	
  y	
  
pasiones?	
  
Si	
  estás	
  tan	
  despierto,	
  ¿entonces	
  porque	
  no	
  te	
  das	
  cuenta	
  de	
  todo	
  lo	
  que	
  ocurre	
  a	
  tu	
  alrededor	
  y	
  porqué	
  te	
  la	
  
pasas	
  pisando	
  o	
  atropellando	
  a	
  los	
  demás?
Si	
  todo	
  lo	
  puedes,	
  ¿entonces	
  porqué	
  1enes	
  miedo	
  de	
  verte	
  al	
  espejo,	
  porqué	
  1emblas	
  ante	
  la	
  vejez,	
  la	
  
enfermedad	
  y	
  la	
  muerte?
Si	
  tanto	
  presumes	
  que	
  eres	
  amor,	
  bondad	
  y	
  generosidad,	
  ¿entonces	
  porqué	
  odias,	
  dices	
  palabras	
  ofensivas	
  e	
  
hirientes,	
  por	
  qué	
  te	
  haces	
  tanto	
  daño	
  y	
  le	
  haces	
  daño	
  a	
  los	
  demás?
Si	
  no	
  crees	
  que	
  exista	
  nada	
  superior	
  a	
  1,	
  ¿por	
  qué	
  vives	
  agitado	
  todo	
  el	
  1empo	
  negando	
  todo	
  lo	
  superior	
  a	
  1?	
  
¿Por	
  qué	
  no	
  estás	
  tranquilo?	
  Si	
  tu	
  eres	
  lo	
  único	
  superior,	
  ¿por	
  qué	
  1emblas?	
  ¿Por	
  qué	
  quieres	
  envalentonarte	
          22
con	
  tus	
  palabras	
  y	
  disfrazar	
  tu	
  miedo?
desde que se me quitó lo presumido soy perfecto”
Ego “
(compadre de Guillermo Fárber)

TANATOSISMOS



Humildad

Por Guillermo Fárber



De veras comparto la opinión de algunos teólogos de que el único verdadero pecado del hombre es la
soberbia; todos los otros “pecados” no son sino meras debilidades propias del organismo muy menor
que somos: lujuria, ira, pereza, gula, avaricia, envidia… Por algo el fruto prohibido del edén bíblico no
es, como incorrectamente dictan algunos catecismos de palurdo, el del árbol del bien y el mal, sino el
de la ciencia.

Ergo, la amenaza mayor al espíritu del hombre no viene del lado moral sino de la inteligencia, del
conocimiento. El desafío grande no se genera en el corazón, ni en la entrepierna, ni en el estómago, ni
en el hígado, sino en el cerebro. Ese cerebro que continuamente nos hace creer que “sabe” algo.

Al estar consciente de ese peligro supremo de la soberbia, entonces, lo más natural es que trate de
evitarlo por encima de cualquier otro riesgo, a pesar de que sé bien que todos llevamos en el pecho ese
pequeño argentinito que nos murmura que no somos intachables sólo porque somos demasiado
modestos (o como dice mi compadre: desde que se me quitó lo presumido soy perfecto).

                                                                                                    23
Chiste:

-­‐"El	
  ego	
  es	
  ese	
  pequeño	
  argen1no	
  que	
  todos	
  
llevamos	
  dentro."

Anécdota!!!

Ese fue un diálogo entre Pablo Pita, el argentino, y yo, en 1996 en la
Sierra de Puebla...
Tras yo contarle el chiste, él se tardó unos tres segundos en
decirme: "No, Sorete (pedazo de mierda), ese chiste está mal...
porque no hay argentino pequeño..."


Guillermo	
  Vázquez
San Agustín: "Si me valoro, no valgo nada. Pero si me
comparo... ¡ah carajo!"




                                                        25
Una niña está platicando con su abuelo y le pregunta:
“Abuelo, ¿a ti te hizo Dios?” “Sí, claro, Dios me hizo a mí.”
“Y a mí, ¿también me hizo Dios?” “Sí, mi niña, por
supuesto que también te hizo Dios.” La niña se queda
pensando, lo ve a él fijamente, frunce el entrecejo y
finalmente concluye, mirándose en el espejo: “Pues Dios
está trabajando mejor ahora, ¿no se te hace?”




                                                           26
El	
  soberbio	
  siempre	
  cree	
  que	
  es	
  dueño	
  de	
  la	
  verdad




                          Por décadas busqué "la verdad" con la firme idea de que
                          me mantendría a salvo de todo peligro, hoy se que el peor
                          de los peligros está en creer que tengo "la verdad".


                          “Sigue al que te dice que busca la verdad... huye del que te dice que la ha
                          encontrado"
                          GIDE, André




                                                                                                        27
San Agustín:"Si
             me considero no valgo nada,
pero si me comparo valgo mucho"




                                           28
Eres tan soberbio que no te da pena mostrarlo.
Eres tan soberbio que no te da pena reconocerlo.
Eres tan soberbio que no te da pena decirlo.
Eres tan soberbio que estás orgulloso de serlo.
Eres tan soberbio que no tienes humildad de negarlo.
Eres tan soberbio que eres capaz de destruir al mundo y a
sí mismo antes de transigir, antes de derrotarte a sí
mismo.

Pero es más grande quien se reconoce pequeño
Es más grande quien se reconoce humilde...

La gente grande es humilde
Los pequeños son soberbios




                                                            29
El	
  Rey	
  de	
  los	
  Monos




                                  30
El Rey de los Monos.Cuento Hindú.


Un día el rey de los monos oyó hablar de Buda, al que consideraban sus seguidores un
gran ser. «Si es un gran ser -se dijo el mono- yo no puedo dejar de conocerlo. ¿Acaso no
soy el rey de los monos? Está bien que a ese gran hombre le admiren, pero él me admirará
a mí, porque soy fuerte, intrépido y poderoso».

El rey de los monos se presentó ante Buda, que acababa de pronunciar un sermón
precisamente sobre la compasión y la humildad. La verdad es que el mono era ágil y
fuerte, sin embargo, era sumamente arrogante y soberbio.

- ¿Qué tal estás, amigo? - le saludó el Buda con afecto.

- ¿Cómo voy a estar, señor? Miradme. Soy fuerte, valiente, ágil y listo. Soy el rey de los
monos. No podría haber sido de otra forma. Nada me arredra y no hay lugar al que yo no
pueda ir.

- ¿De veras? - preguntó con ironía Buda, sin que la misma fuera captada por el animal.

- ¡Y tan de veras! Te lo puedo demostrar ¿Dónde quieres que vaya?

- Si te empeñas - repuso Buda -, donde a ti te apetezca ir; aunque quizá deberías saber que
el mejor sitio está dentro de uno.

El mono le miró sorprendido. La verdad es que no era aquél un hombre corriente. Dijo
con evidente prepotencia:

- Veloz como un rayo, con el ánimo diligente y recurriendo a todo mi poder, que es
mucho, voy a viajar hasta el fin del mundo y luego volveré hasta ti.

- Si es lo que quieres...

- Te lo demostraré, gran ser.
                                                                                              31
El mono dio un impresionante salto y partió veloz. Corrió con toda la energía de sus resistentes patas. Cruzó valles, dunas,
desiertos, montañas, junglas, desfiladeros, cañones, ríos, mares, cordilleras. Fueron días y días de una galopante carrera, hasta
que al final llegó a un lugar en el que divisó cinco inmensas columnas y más allá, el vacío absoluto. «No hay duda - se dijo -,
éste es el fin del mundo». Para marcar su territorio, el mono orinó en aquellas gigantescas columnas. Luego regresó corriendo
hacia el punto de partida. De nuevo atravesó velozmente, a lo largo de días, mares y ríos, cordilleras y valles, desiertos, dunas
y desfiladeros. Llegó por fin donde estaba Buda.

Jadeante, el mono dijo:

- ¿Te das cuenta, señor? He llegado al fin del mundo. Soy el más poderoso, el más ágil, el más resistente, el mejor entre los
mejores.

Los ojos despejados de Buda se clavaron en los del petulante rey de los monos. Buda dijo:

- Por favor, amigo, mira a tu alrededor

El mono miró a su alrededor. ¡Por todos los dioses! Estaba en la palma de la mano de Buda y comprendió que nunca había
salido de la misma. ¡Qué mal olía! Era su propia fétida orina derramada en los cinco dedos de la mano de Buda que había
tomado por columnas y, más allá, el vacío. ¡Ni siquiera había salido de su mano!

La soberbia no dejó ver al mono su propia insignificancia, lo que suele ocurrir a los soberbios.




                                                                                                                           32
La	
  ac1tud	
  de	
  los	
  soberbios	
  ante	
  los	
  problemas	
  es	
  similar	
  a	
  como	
  
actúa	
  un	
  perro:



                                       Enfoca cualquier situación
                                       problemática como lo haría
                                       un perro: olfatea el
                                       problema; si no puedes
                                       comértelo o
                                       cogértelo, méalo y retírate
                                       dignamente.




                                                                                        33
El maestro Dogen escribió: “Es deplorable fatigar para nada un cuerpo
humano durante toda una vida”.

Nos creemos importantes, pero un buen día nos tocan en el hombro y
nos dicen: “Señor, se acabó, llegamos a la Terminal.”

Eihei Dogen: Monje budista nacido en Japón, (1200-1253).




                                                                        34
“Qué	
  bonito	
  soy,	
  qué	
  lindo	
  soy,	
  cómo	
  me	
  quiero,	
  sin	
  mi	
  me	
  muero...	
  
jamás	
  me	
  podré	
  olvidar”
Paco	
  Stanley




                                                                                                   35
Si	
  no	
  puede	
  ver	
  aquí	
  el	
  video	
  entre	
  a
htp://faroviejo.com.mx/2010/06/que-­‐lindo-­‐soy-­‐que-­‐bonito-­‐soy-­‐
paco-­‐stanley/
o	
  a
htp://www.youtube.com/watch?
v=LApOYNC8VEQ&feature=player_embedded                                      36
Un	
  yo-­‐yo

“Yo,	
  primero	
  yo,	
  siempre	
  yo,	
  eternamente	
  yo”




                                                                 37
-­‐	
  ¿Quieres	
  conocer	
  la	
  cara	
  del	
  ego?
-­‐	
  Simplemente	
  vete	
  en	
  el	
  espejo




                                                          38
“Por	
  muchas	
  máscaras	
  que	
  te	
  pongas,	
  siempre	
  
enseñas	
  tu	
  verdadero	
  rostro”




                                                                    39
No	
  hay	
  combinación	
  peor	
  que	
  ser	
  un	
  soberbio	
  
ignorante	
  o	
  un	
  ignorante	
  soberbio

Un	
  burro	
  que	
  presume	
  de	
  serlo

Un	
  burro	
  que	
  piensa	
  que	
  nadie	
  se	
  da	
  cuenta	
  que	
  
es	
  un	
  burro

Es	
  tan	
  arrogante,	
  es	
  tan	
  soberbio	
  que	
  piensa	
  que	
  
le	
  cae	
  bien	
  a	
  todos,	
  que	
  es	
  muy	
  inteligente	
  e	
  
incluso	
  se	
  da	
  el	
  lujo	
  de	
  mirar	
  hacia	
  abajo	
  a	
  los	
  
demás,	
  de	
  juzgarlos,	
  de	
  cri1carlos	
  y	
  de	
  
condenarlos




                                                                                     40
htp://es.answers.yahoo.com/ques1on/index?qid=20080415152310AAWg5gY




                                                                     41
42
43
44
45
46
Sólo	
  faltas	
  tú	
  y	
  tu	
  foto
¿Cuál	
  es	
  tu	
  frase	
  ególatra?
No	
  me	
  digas	
  que	
  eres	
  tan	
  soberbio	
  para	
  llamarte	
  a	
  1	
  mismo	
  “humilde”
Tan	
  humilde	
  que	
  no	
  reconoces	
  tu	
  soberbia




                                                                                                    47
¿Cómo combatir al
     ego?
Un	
  maestro	
  le	
  dice	
  a	
  su	
  discípulo:
“Te	
  doy	
  una	
  técnica	
  especial	
  para	
  
superar	
  tus	
  conflictos:	
  ejercítate	
  en	
  
desear	
  lo	
  que	
  rechazas”




                                                       49
Tus	
  creencias	
  es	
  lo	
  que	
  te	
  hace	
  más	
  
daño	
  ¿qué	
  tal	
  si	
  probaras	
  a	
  creer	
  
exactamente	
  todo	
  lo	
  contrario	
  a	
  lo	
  que	
  
crees?

Realmente	
  crees	
  lo	
  que	
  niegas.	
  Porque	
  
afirmar	
  y	
  negar	
  categóricamente	
  algo	
  
es	
  exactamente	
  lo	
  mismo.




                                                               50
¿Qué es el ego?
La	
  enfermedad,	
  el	
  mal,	
  el	
  defecto
   Soberbia                                                      Soberbio         Ególatra
    Vanidad                                                       Engreído               Vanidoso          Al1vo
     Ego                                    Irrespetuoso          Narcisista
                                                                                       Arrogante           Presuntuoso
   Al1vez
                                                   Impaciente      Orgulloso           Envanecido                 Insolente
  Narciso
                                                                                   Defecto	
  
 Prepotencia                                                                   o	
  debilidad
  Orgullo
Envanecimiento
                                          Lucha         Pleito

                                          Oposición Conflicto                                                          Juicio


                                          Resistencia            Ac1tud                          Comportamiento
                                                                                                                     Crí1ca
                                              Cerrazón
                                                   Obtuso                                                            Condena


                                                                                                                               52
¿Qué es la soberbia?
" La soberbia es la máscara de la ignorancia "



                                                 54
El	
  peor	
  de	
  los	
  pecados	
  (avaricia,	
  lujuria,	
  ira,	
  gula,	
  pereza,	
  envidia)

El	
  mayor	
  defecto	
  de	
  un	
  ser	
  humano

“Un	
  vicio	
  nega1vo	
  del	
  espíritu,	
  el	
  peor	
  de	
  todos”

“El	
  soberbio	
  1ene	
  un	
  amor	
  desordenado	
  hacia	
  su	
  propio	
  bien	
  por	
  encima	
  de	
  otros	
  bienes	
  
superiores...	
  Es	
  amor	
  desordenado	
  porque,	
  como	
  el	
  soberbio	
  no	
  se	
  conoce	
  como	
  quien	
  es,	
  sino	
  
como	
  aquel	
  que	
  quiere	
  ser,	
  desea	
  para	
  él	
  lo	
  que	
  no	
  le	
  es	
  adecuado...	
  La	
  soberbia	
  es,	
  
obviamente,	
  contraria	
  al	
  amor	
  al	
  prójimo	
  en	
  cuanto	
  que	
  alguien	
  se	
  prefiere	
  desordenadamente	
  
a	
  sí	
  mismo.	
  De	
  ahí	
  se	
  deriva	
  la	
  carencia	
  de	
  amistad”

“El	
  mero	
  hecho	
  de	
  dudar	
  que	
  existan	
  bienes	
  más	
  altos	
  que	
  el	
  propio	
  ya	
  es,	
  pues,	
  síntoma	
  de	
  
este	
  defecto”
“La	
  soberbia	
  es	
  el	
  ape1to	
  inmoderado	
  de	
  la	
  propia	
  excelencia	
  que,	
  de	
  paso,	
  rebaja	
  la	
  dignidad	
  
ajena”

“Se	
  iden1fica	
  también	
  a	
  la	
  soberbia	
  como	
  la	
  madre	
  y	
  reina	
  de	
  todo	
  defecto,	
  su	
  origen	
  y	
  su	
  fin,	
  
de	
  modo	
  que	
  todas	
  las	
  otras	
  lacras	
  humanas,	
  como	
  hijas	
  naturales	
  de	
  esta,	
  1enen	
  cierto	
  
parecido	
  a	
  la	
  madre	
  y	
  cierta	
  propensión	
  a	
  rendirle	
  honores”

                                                                                        Juan Fernando Sellés                                 55
“El	
  soberbio	
  no	
  se	
  subordina	
  a	
  su	
  recto	
  conocimiento	
  propio”

“La	
  soberbia	
  impide	
  la	
  sabiduría”

 “Las	
  verdades	
  directamente	
  impedidas	
  por	
  la	
  soberbia	
  son	
  las	
  denominadas	
  “afec1vas”,	
  es	
  
 decir,	
  unas	
  de	
  las	
  más	
  altas,	
  que	
  solo	
  los	
  virtuosos	
  conocen	
  por	
  connaturalidad”

 “La	
  ceguera	
  de	
  la	
  mente	
  es	
  el	
  fruto	
  seguro	
  de	
  la	
  soberbia”

 “La	
  soberbia	
  no	
  inhiere	
  en	
  la	
  voluntad	
  sino,	
  como	
  su	
  carcoma,	
  en	
  lo	
  más	
  neurálgico	
  de	
  nuestra	
  
 in1midad,	
  de	
  donde	
  procede	
  toda	
  malicia,	
  y	
  a	
  donde	
  toda	
  corrupción	
  se	
  ordena”.

 “Si	
  el	
  vicio	
  de	
  la	
  soberbia	
  es	
  el	
  más	
  grave,	
  también	
  será	
  el	
  más	
  tenaz	
  y	
  perdurable;	
  es	
  tan	
  fuerte	
  
 que	
  ex1ngue	
  todas	
  las	
  virtudes	
  y	
  corrompe	
  todas	
  las	
  potencias	
  humanas”.

 “Por	
  lo	
  que	
  se	
  refiere	
  a	
  sus	
  1pos,	
  se	
  entendía	
  que	
  uno	
  es	
  el	
  de	
  aquel	
  que	
  se	
  gloria	
  en	
  sus	
  
 cualidades,	
  y	
  otro	
  el	
  de	
  quien	
  se	
  arroga	
  lo	
  que	
  le	
  sobrepasa.	
  Obviamente	
  el	
  segundo	
  es	
  peor	
  -­‐
 también	
  más	
  ciego-­‐	
  que	
  el	
  primero”

                                                                                          Juan Fernando Sellés


                                                                                                                                                       56
Sentirse "señor" del cargo

La soberbia tiende a lo excelso, pero sin un "pequeño detalle": la rectitud. Se distingue de la vanidad o
vanagloria (su vicio más afín) porque la primera es el deseo desproporcionado de cualquier gran
realidad y la segunda, en cambio, tiende a la sola grandeza externa, la alabanza y el honor, es decir, a
considerarse superior a quien se es. Así como el honor social es -según Aristóteles- el premio debido
de la virtud, la soberbia busca ese honor pero sin virtud. Una es interna (latens in corde), mientras que
la otra es su manifestación externa.

Se decía que la soberbia se presenta, sobre todo, en dos frentes: en el de la ciencia y en el del poder.

Juan Fernando Sellés
La soberbia, el principal vicio universitario

http://www.up.edu.mx/Default.aspx?doc=18050




                                                                                                            57
Soberbia
Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros, soberbia,
del latín superbia. La soberbia representa el alarde del poder, su
exposición de manera exagerada o de forma ruin. Pero la persona
que experimenta la soberbia, el soberbio, no es un hombre
hiperbólico, aunque finge serlo, es más bien un ser que se ha
consumido en la carencia y su miseria consiste en creerse menos
que los demás. La codicia, el egoísmo, el miedo y la necesidad
están relacionadas con la soberbia.



http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-soberbia.html




                                                             58
La soberbia es un valor que no suele ser muy bien visto dentro de la
sociedad y por las personas en general. Así es como nunca está de más el
hecho de reflexionar el por qué de este rechazo hacia la arrogancia. Por
eso hemos seleccionado algunas frases para pensar sobre el tema.



La soberbia es un sentimiento típico del ser humano, que no suele esconder tras
de sí grandes valores. Muchas de las personas que la ejercen, detrás de esa
arrogancia encarnan sentimientos débiles y, justamente, por eso recurren a ella. Así
es como nunca está de más reflexionar mediante algunas frases sobre este tema.
Aquí hemos seleccionado algunas.

"La soberbia es la máscara de la ignorancia." (Anónimo)

"Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí
mismos que por otros." (Saavedra Fajardo)

"Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los
cimientos." (Francisco de Quevedo)

"La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande
pero no está sano." (San Agustín)

"La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la
prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad." (Nicolás Maquiavelo)

"El oro hace soberbios y la soberbia necios." (Refrán popular)


htp://www.inna1a.com/s/c-­‐frases-­‐citas-­‐reflexiones/a-­‐frases-­‐sobre-­‐la-­‐
soberbia.html

                                                                                       59
Causas de la Soberbia
Causas	
  de	
  la	
  soberbia

Crees	
  que	
  tu	
  rostro	
  o	
  tu	
  cuerpo	
  es	
  especial	
  o	
  superior	
  al	
  de	
  los	
  demás.	
  Estás	
  pagado	
  de	
  1	
  
mismo.	
  Es	
  una	
  reafirmación	
  excesiva	
  del	
  yo.	
  Presumes	
  de	
  tus	
  cualidades	
  con	
  o	
  sin	
  mo1vo.

Tus	
  ideas,	
  tus	
  creencias,	
  tu	
  ideología.	
  Por	
  tu	
  ignorancia.

Tu	
  dinero,	
  tus	
  bienes	
  (ropa,	
  joyas,	
  etc.)	
  o	
  tus	
  propiedades

La	
  altura	
  del	
  status,	
  tu	
  posición,	
  tu	
  cargo,	
  tu	
  responsabilidad

Tus	
  obras

Tu	
  pertenencia	
  a	
  un	
  club,	
  a	
  un	
  par1do	
  polí1co,	
  a	
  una	
  religión,	
  a	
  un	
  país	
  (nacionalismo),	
  a	
  
una	
  raza	
  humana,	
  a	
  una	
  especie	
  (homo	
  sapiens	
  sapiens).	
  

Sobrevalorarte	
  a	
  1	
  y	
  subvalorar	
  a	
  los	
  demás.

Tus	
  resultados,	
  tus	
  frutos,	
  tus	
  ganancias,	
  tus	
  éxitos.

Te	
  crees	
  mejor	
  que	
  los	
  otros,	
  más	
  listo,	
  más	
  inteligente

                              “No	
  vas	
  a	
  poder	
  dejar	
  de	
  sufrir	
  hasta	
  que	
  no	
  te	
  iguales	
  a	
  los	
  demás.	
  ¿Por	
  qué?	
  
                              Porque	
  para	
  dejar	
  de	
  sufrir	
  1enes	
  que	
  desbancar	
  al	
  ego.	
  Porque	
  la	
  base	
  del	
  
                              sufrimiento	
  es	
  que	
  te	
  sientes	
  superior	
  a	
  los	
  demás”.
                              ShanMdeva                                                                                                                            61
El orgulloso se inclina fácilmente a airarse, incluso por nimiedades, cuando algo contraría su voluntad.
Soberbia es también cometer claras injusticias con los inferiores sin repararlas ni pedir perdón por
ellas -este defecto deprime fácil y casi inadvertidamente la justicia- también lo es padecerlas
guardando permanente rencor al agresor, no ver compañeros sino subordinados, fijarse más en los
ajenos defectos que en sus virtudes, controlar el trabajo de los demás -siendo el propio inmune a todo
control-, aparentar interés ante la presencia de otros cuando en realidad no se ven sino personas que
molestan los propios intereses y conducen a perder el tiempo –hipocresía, en román paladino-, la
ingratitud de fondo -aunque se cuide la forma- ante un servicio o trabajo prestado, la crítica cuando no
pretende ser constructiva, negarse a desempeñar tareas "inferiores" -fotocopias o cualquier otro
trabajo manual-, discutir -entre los soberbios siempre hay litigios-, y excusarse ante las justas
correcciones, evadirse ante las ayudas que se piden y buenamente se pueden ofrecer...

Lo es, desde luego, el abuso de poder -poner bozal al buey que trilla-, inmiscuirse autoritariamente en
asuntos ajenos que no atañen directamente, preguntar no para aprender, sino para poner en un brete
al ponente, objetar no para ayudar, sino para hacer valer la propia opinión... Todo lo que provoca la
separación de los demás -aunque bien es verdad que hay que ser más amigo de la verdad que de
cualquiera- es un derivado de la soberbia, así como la precipitación en las decisiones de gobierno, la
pérdida de tiempo en asuntos insignificantes, considerar las materias más relevantes -teología,
antropologia, ética...- como "marías", barnices, o "buenas consejas", suponer que los alumnos, los
servicios y secretarías se deben subordinar a los profesores, pensar que los demás están al propio
servicio, no al revés...


Juan Fernando Sellés




                                                                                                           62
Vázquez-Figueroa, la dureza "nace casi siempre de una desesperada necesidad de ocultar las propias
debilidades";




                                                                                                     63
Es asimismo propenso a
ensoberbecerse quien,
siendo de condición humilde
y sin experiencia de
gobierno, es elevado a algún
cargo.

Juan Fernando Sellés




                               64
creer que el sentido del ser personal coincide con el del yo que uno se ha forjado con sus
                                     títulos y currículum y con el que barniza su mirada y actuación, o sea, su entera vida
                                     universitaria. "Así es –advierte J. Philipe- como nos fablicamos el 'ego', diferente del
                                     auténtico 'ser', de modo similar a como se infla un globo. Este 'yo' artificial, requiere un gran
                                     gasto de energía para sostenerse; y como es frágil, necesita ser defendido.

                                     Juan Fernando Sellés


                                                                                                  Títulos
                 El	
                                                        El	
  
                                                                                                        Currículum
              ser	
  real                             Vs                    “yo”	
  
                                                                                                       Puesto
                                                                          ar1ficial
                                                                                                    Posesiones
                                                                                              Conocimiento

Ya	
  eres                                                          Requiere	
  un	
  gran	
  gasto	
  de	
  energía	
  para	
  
No	
  necesitas	
  hacer	
  nada	
  o	
  decir	
  nada	
  o 	
      sostenerse
ir	
  a	
  ningún	
  lugar                                          Como	
  es	
  frágil,	
  necesita	
  ser	
  defendido
No	
  necesitas	
  defender	
  nada                                 Está	
  en	
  guardia,	
  ataca
                                                                                                                             65
Sólo	
  estar	
  en	
  paz,	
  tranquilo
          Cuando el Evangelio dice que debemos 'morir a nosotros mismos', en realidad alude a la muerte de ese 'ego'
          -ese yo fabricado artificialmente- para que pueda aparecer el 'ser' auténtico regalado por Dios". Si alguien se
          obceca en la afirmación de su propio yo, va perdiendo de vista su sentido personal, la mayor donación
          creatural que ha recibido.
          Para captar el sinsentido de la soberbia, tal vez valga la pregunta del libro de la Sabiduría: "¿De qué nos ha
          servido la soberbia?"; si por ella agoniza el propio ser personal, ¿qué se podrá ganar tras su pérdida?

          Juan Fernando Sellés
El	
  loop	
  o	
  bucle	
  de	
  retroalimentación	
  más	
  peligroso	
  que	
  afecta	
  a	
  los	
  seres	
  humanos
           La	
  ignorancia	
  lleva	
  a	
  la	
  soberbia	
  y	
  la	
  soberbia	
  lleva	
  a	
  la	
  ignorancia
           ¿Cómo	
  escapar	
  de	
  este	
  círculo	
  vicioso?	
  En	
  especial	
  cuando	
  el	
  soberbio	
  no	
  se	
  deja	
  ayudar,	
  porque	
  no	
  
           reconoce	
  que	
  está	
  enfermo	
  y	
  no	
  reconoce	
  que	
  haya	
  nadie	
  quien	
  le	
  pueda	
  ayudar.




                                                                                                                  Soberbia
      Ignorancia



                                     ¿Qué	
  lo	
  puede	
  romper?


  La	
  Conciencia                    El	
  dolor,	
  el	
  sufrimiento	
  (la	
  vejez,	
                           La	
  humildad
                                      la	
  enfermedad,	
  la	
  muerte,	
  las	
                                    El	
  aceptar	
  algo	
  superior	
  o	
  
                                      pérdidas)                                                                      mayor	
  a	
  1




                                                                                                                                                                66
¿Cómo combatir la
    soberbia?
Con	
  Humildad




                  68
“Donde	
  hay	
  humildad	
  hay	
  sabiduría”
Prov.	
  XI,	
  2




                                                 69
“Por	
  eso	
  se	
  en1ende	
  que	
  la	
  perfección	
  
contraria,	
  la	
  humildad,	
  sea	
  -­‐más	
  que	
  una	
  
virtud	
  de	
  la	
  voluntad-­‐	
  la	
  fuente	
  personal	
  de	
  
todas	
  las	
  virtudes”


“También	
  por	
  esto,	
  en	
  cuanto	
  que	
  la	
  
humildad	
  remueve	
  la	
  soberbia,	
  es	
  la	
  sal	
  que	
  
preserva	
  toda	
  virtud”.

Juan	
  Fernando	
  Sellés
http://www.up.edu.mx/Default.aspx?doc=18050




                                                                          70
htp://mx.answers.yahoo.com/ques1on/index?qid=20081008124824AAXYFbM




                                                                     71
72
73
¿Existe	
  la	
  soberbia	
  colec1va?



Contra el resentimiento y la soberbia
Por Joaquim Coll, historiador, y Daniel Fernández, diputado del PSC (EL PERIÓDICO, 05/07/09):

Escribe el filósofo Josep Ferrater Mora en la obra Formes de vida catalana, publicada en el exilio, en Chile, en
1944, que los catalanes podemos exagerar nuestras virtudes (la mesura, la sensatez, la ironía, la continuidad)
hasta convertirlas en vicios menos agradables. Por ejemplo, la virtud de la mesura llevada hasta el extremo
nos conduce a la manía del formalismo. En cualquier caso, añade, seguiría siendo verdad que la raíz de esos
vicios son virtudes y que, por tanto, «podríamos siempre, con un poco de esfuerzo, volver a nuestra fuente
originaria». Pero existen dos corrientes que, una vez desatadas, puntualiza el filósofo, son mucho más
difíciles de vencer. Se trata del resentimiento y de la soberbia. La soberbia tiene una sola dirección: el
descenso colectivo. El resentimiento segrega unas toxinas que envenenan el espíritu de los catalanes. Una y
otra se encuentran tan unidas que muchas veces son la misma cosa, concluye.
Esta modesta introducción al pensamiento de Ferrater Mora nos sirve para afirmar que hoy una parte de
Catalunya corre el peligro de descolgarse por el camino del resentimiento y la soberbia. Son voces que
quieren imponer un solo relato sobre la realidad del país y que quieren marcar la dirección futura del
catalanismo. Hablamos, en definitiva, de la Catalunya nacionalista o soberanista. Resulta paradójico que, una
vez derrotadas electoralmente en las urnas las tesis neocentralistas del PP, en el 2004 y en el 2008, ahora
algunos insisten en pintarnos un escenario igualmente catastrófico, como si todo fuera lo mismo. Como si el
PSOE y el PP representaran la misma política. Bien sabemos los catalanes que esto no es así.

http://www.almendron.com/tribuna/25697/contra-el-resentimiento-y-la-soberbia/




                                                                                                       74
Frases de Soberbia
El castigo del soberbio es la soledad, porque
no hay quien le ame




                                         76
Refinada soberbia es abstenerse de obrar por no exponernos a la crítica.
Miguel De Unamuno

Cesen los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes.
José Marti

Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.
Hermann Hesse

Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Henry Frédéric Amiel

El principio de todo vicio es la soberbia.
Don Bosco

¿Humillarse uno para herir su soberbia?
Friedrich Nietzsche

Quien no sabe mostrarse cortés, va al encuentro de los castigos de la soberbia.
Fedro

Contra soberbia, humildad, suspira el fraile. Contra soberbia, ¡rebelión! , gritamos los hombres.
Ricardo Flores Magón

Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda.
Martín Lutero




                                                                                                                   77
La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano.
San Agustín (354-439) Obispo y filósofo.

Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) Historiador, político y teórico italiano.

El oro hace soberbios, y la soberbia, necios.
Refrán

La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.

La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado, y, sin embargo, el más difícil de curar.
Nicolás Tommaseo (1802-1874) Escritor y lingüista italiano.




                                                                                                                             78
¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, para
arrojar en el vacío toda soberbia y traición.
(E. de Geibel)



Quien no sabe mostrarse cortés, va al encuentro de los castigos de la soberbia.
(Fedro)



El desconocimiento propio genera soberbia; pero el desconocimiento de Dios
genera desesperación.
(San Bernardo de Claraval)



La gloria no es galardón, cuando es soberbia y pasión.
(Anónimo)




La soberbia y el egoísmo, son los padres de la soledad.
(Francisco Rubio Bermejo)




La soberbia es la rabia del impotente.
(Francisco Rubio Bermejo)



La soberbia es tal vez una de las formas de expresión más refinadas que tiene la
estupidez
(Ricardo Combariza)



El reflejo más grande de la ignorancia, es la soberbia de la sabiduría.
(Sergio Peña)                                                                 79
Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos.
Francisco de Quevedo y Villegas

La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero
no está sano.
San Agustín




                                                                                              80
El principio del pecado es la soberbia.
                                                                                                   Fray Luís de León
                          La soberbia es el vicio por el cual los hombres apetecen los honores que no les competen.
                                                                                                       Ramón Llull
                                                                  Contra el feliz soberbio, apenas pueden los buenos.
                                                                                                Proverbio castellano
                                                              No hay soberbio ni arrogante, que deje de ser cobarde.
                                                                                              Proverbio castellano
El principio del pecado es la soberbia. Quien se exalta, es deprimido; quien se eleva, es postergado; quien se hincha,
                                                                                                             revienta.
                                                                                                         San Isidoro




                                                                                                              81
"Pues soberbia será de todos modos querer saber tú solo más que todos."
Pedro Cardenal De La Barca


"Aumenta la soberbia el buen vestido."
Tirso De Molina


"Más reinos derribó la soberbia que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros."
Diego de Saavedra


"No es soberbia la persona, es soberbia la idea."
Juan Valera


“Es preferible la debilidad de la carne a la soberbia del espíritu”
(Anónimo. Ojalá no lo diga un soberbio al que le gusta la debilidad de la carne)


“Muchos pueden dedicar toda la vida para predicar pero pocos sirven para edificar”
“No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres
y nada más”




                                                                                               82
La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado, y, sin embargo, el más difícil de
curar.
Nicolás Tommaseo (1802-1874) Escritor y lingüista italiano.




                                                                                          83
Representaciones
artísticas de la soberbia
Entre las varias representaciones artísticas con
que se ha identificado la soberbia se encuentran
el león, el caballo, el pavo real, el murciélago, el
color violeta y el espejo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Soberbia




                                                                                                     Escher en Canal

               http://es.wikipedia.org/wiki/Panthera_leo
                                                                Violeta




                                                           http://es.wikipedia.org/wiki/Chiroptera




                                                                                                      http://es.wikipedia.org/wiki/Pavo_cristatus
            fotobazar17.com
http://cuidandomimundo.com/portal/?p=2700
La	
  adoración	
  del	
  yo




                                   htp://trazandocaminos.blogspot.com/2010/08/soberbia-­‐la-­‐soberbia-­‐no-­‐es-­‐grandeza.html




   Es	
  curioso	
  que	
  se	
  pueda	
  adorar	
  tanto	
  algo	
  que	
  no	
  existe,	
  que	
  no	
  1ene	
  
   existencia	
  intrínseca,	
  que	
  es	
  impermanente	
  (perecedero),	
  que	
  es	
  tan	
  frágil	
  y	
  
   cuyo	
  defecto	
  es	
  lo	
  que	
  más	
  se	
  adora:	
  su	
  soberbia,	
  estar	
  tan	
  autocentrado	
  en	
  
   si	
  mismo	
  que	
  es	
  incapaz	
  de	
  verse	
  tal	
  cual	
  es.	
  
                                                                                                                                   87
La Soberbia

                              No siempre muestra su verdadera cara




                                         Detalle de Soberbia, Mesa de los pecados capitales por Hieronymus Bosch. Escena de
                                         soberbia o vanidad, una mujer con pequeños objetos de uso cotidiano. Se mira en un
                                         espejo que hay en un armario, sostenido por un demonio




                                                                                                                       88
htp://trazandocaminos.blogspot.com/2010/08/soberbia-­‐la-­‐soberbia-­‐no-­‐es-­‐grandeza.html
Vanitas con su espejo. Pintado por Tiziano, c. 1515.




                                                       89
Soberbia por Jacob Matham.




                             90
Ego        Conciencia
Soberbia   Luz
Orgullo    Humildad
Vanidad    Sabiduría
           Amor




                        91
Un Cuento:
La Soberbia del Arbol
La Soberbia del Arbol... Sabiduria Budista
Dicen que hace muchísimo tiempo a los árboles no se les caían las hojas.

Y sucedió que un anciano iba vagando por el mundo desde joven, su propósito era conocerlo todo. Al final estaba
muy pero que muy cansado de subir y bajar montañas atravesar ríos, praderas andar y andar , cansado de esto
decidió subir a la más alta montaña del mundo, desde donde, quizás, podría ver y conocerlo todo antes de morir.

Lo malo es que la montaña era tan alta que para llegar a la cumbre había que atravesar las nubes y subir más alto
que ellas. Tan alta que casi podía tocar la luna con la mano extendida.

Pero al llegar a lo más alto, comprobó que solo podía distinguir un mar de nubes por debajo suyo y no el mundo que
deseaba conocer.

Resignado decidió descansar un poco antes de continuar con su viaje.

Siguió andando hasta que encontró un árbol gigantesco. Al sentarse a su gran sombra no pudo menos que exclamar:

—¡Los Budas deben protegerte, pues ni la ventisca ni el huracán han podido abatir tu grandioso tronco ni arrancar
una sola de tus hojas!

—Ni mucho menos, —contestó el árbol sacudiendo sus ramas con altivez y produciendo un gran escándalo con el
sonido de sus hojas—, el maligno viento no es amigo de nadie, ni perdona a nadie, lo que ocurre es que yo soy más
fuerte y hermoso.

- El viento se detiene asustado ante mí, no sea que me enfade con él y lo castigue, sabe bien que nada puede
contra mí.

El anciano se levantó y se marchó, indignado de que algo tan bello pudiese ser tan necio como lo era ese árbol.

Al rato el cielo se oscureció y la tierra parecía temblar

Apareció el viento en persona: —¿Qué tal arbolito? —rugió el viento—, así que no soy lo bastante potente para ti, y
te tengo miedo? ¡Ja, ja, ja! rió el viento

Al sonido de su risa todos los arboles del bosque se inclinaron atemorizados.
                                                                                                                      93
—Has de saber que si hasta ahora te he dejado en paz ha sido porque das sombra y cobijo al caminante,
¿No lo sabías?

—No, no lo sabía.

—Pues mañana a la luz del sol tendrás tu castigo, para que todos vean lo que les ocurre a los soberbios,
ingratos y necios.

—Perdón, ten piedad, no lo haré más.

—¡Ja, ja, ja, de eso estoy seguro, ja, ja ja!

Mientras transcurría la noche el árbol meditaba sobre la terrible venganza del viento. Hasta que se le
ocurrió un remedio que quizás le permitiese sobrevivir a la cólera del viento.

Se despojó de todas sus hojas y flores. De manera que a la salida del sol, en vez de un árbol magnífico,
rey de los bosques, el viento encontró un miserable tronco, mutilado y desnudo.

Al verlo, el viento se echó a reir, cuando pudo parar le dijo así al árbol:

—En verdad que ahora ofreces un espectáculo triste y grotesco. Yo no hubiese sido tan cruel,¿que
mayor venganza para tu orgullo que la que tu mismo te has infringido?, de ahora en adelante, todos los
años tu y tus descendientes, que no quisisteis inclinaros ante mi, recuperareis esta facha, para que
nunca olvidéis que no se debe ser necio y orgulloso.

Por eso los descendientes de aquel antiguo árbol pierden las hojas en otoño. Para que nunca olviden
que nada es más fuerte que el viento.




                                                                                                           94
"Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando:
lo único que no puede hacer es olvidarla.
Quien no duda de sí mismo es indigno,
porque confía ciegamente en su capacidad y peca por orgullo.
bendito sea aquel que pasa por momentos de indecisión"
(La Quinta Montaña, Paulo Coelho)




                                                                              95
El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es
desdichado, aunque sea dueño del mundo...
Epicuro




                                                                  96
La Soberbia, el principal
   vicio universitario
     Por Juan Fernando Sellés
La soberbia, el principal vicio universitario

Agosto 2009

Juan Fernando Sellés

Se suele decir que, en el caso de los universitarios, los vicios son un poco más retorcidos que en el resto de los humanos. Esto quizá se deba a un
mayor intento de autojustificación. Sin embargo, dado que en el universitario pesa más -o debería hacerlo- lo intelectual que lo sensible, se puede
sostener que, aunque todos los defectos (como las virtudes) suelen darse entrelazados, la soberbia es más propia del mundo académico. Ya Santo
Tomás de Aquino señaló que se trata del vicio más característico de los seres espirituales. De modo que quien se sienta perturbado en mayor medida
por cualquiera de los otros (avaricia, lujuria, ira, gula, pereza o envidia) seguramente tenga derecho a preguntarse hasta qué punto es universitario.

La palabra "soberbia" se puede entender en dos sentidos: uno positivo y poco frecuente, y otro negativo y de uso ordinario, según si su objeto es,
respectivamente, bueno o malo. Formalmente hablando, el vocablo designa un vicio negativo del espíritu, el peor de todos. En la universidad, el sentido
positivo de la palabra designa que lo sigue siendo y crece como tal. En cambio, el negativo designa al más eficaz disolvente de la institución
universitaria.

En la Antigüedad se consideraba que el soberbio era el que tiene un amor desordenado hacia su propio bien por encima de otros bienes superiores. El
mero hecho de dudar que existan bienes más altos que el propio ya es, pues, síntoma de este defecto. Es amor desordenado porque, como el soberbio
no se conoce como quien es, sino como aquel que quiere ser, desea para él lo que no le es adecuado. La soberbia se describía como el apetito
inmoderado de la propia excelencia que, de paso, rebaja la dignidad ajena. Desde luego, la excelencia se debe a alguna cualidad buena; por eso, se
puede referir a diversas aptitudes humanas. Por el contrario, el humilde no se preocupa de la propia excelencia, pues se considera indigno. Se
identificaba también a la soberbia como la madre y reina de todo defecto, su origen y su fin, de modo que todas las otras lacras humanas, como hijas
naturales de esta, tienen cierto parecido a la madre y cierta propensión a rendirle honores.

Otra nota atribuida a este vicio era que radicaba en la voluntad y, por ser una mala inclinación de esta potencia humana, se añadía que el soberbio no se
subordina a su recto conocimiento propio, mientras que la humildad se ajusta al adecuado conocimiento que alguien tiene de sí ("donde hay humildad
hay sabiduría", Prov. XI, 2). Por eso se admitía que la soberbia impide la sabiduría. También era sabido que las verdades directamente impedidas por la
soberbia son las denominadas "afectivas", es decir, unas de las más altas, que solo los virtuosos conocen por connaturalidad. Se añadía, además, que
la ceguera de la mente es el fruto seguro de este defecto.
No obstante, la soberbia no inhiere en la voluntad sino, como su carcoma, en lo más neurálgico de nuestra intimidad, de donde procede toda malicia, y a
donde toda corrupción se ordena. Sí; nadie se reduce a su voluntad, y la soberbia y la peor ignorancia anidan en esa realidad personal irreductible, lo
cual llevará a San Pablo a clamar: "De la ceguera del corazón, líbranos Señor". Por eso se entiende que la perfección contraria, la humildad, sea -más
que una virtud de la voluntad- la fuente personal de todas las virtudes. También por esto, en cuanto que la humildad remueve la soberbia, es la sal que
preserva toda virtud. Si el vicio de la soberbia es el más grave, también será el más tenaz y perdurable; es tan fuerte que extingue todas las virtudes y
corrompe todas las potencias humanas. Por lo que se refiere a sus tipos, se entendía que uno es el de aquel que se gloría en sus cualidades, y otro el
de quien se arroga lo que le sobrepasa. Obviamente el segundo es peor -también más ciego- que el primero.




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Sentirse "señor" del cargo

La soberbia tiende a lo excelso, pero sin un "pequeño detalle": la rectitud. Se distingue de la vanidad o vanagloria (su vicio más afín) porque la primera es el deseo
desproporcionado de cualquier gran realidad y la segunda, en cambio, tiende a la sola grandeza externa, la alabanza y el honor, es decir, a considerarse superior a
quien se es. Así como el honor social es -según Aristóteles- el premio debido de la virtud, la soberbia busca ese honor pero sin virtud. Una es interna (latens in corde),
mientras que la otra es su manifestación externa.

Se decía que la soberbia se presenta, sobre todo, en dos frentes: en el de la ciencia y en el del poder. Pues bien, la universidad es, por un lado, la sede por
antonomasia de la ciencia y, por otro, está constituida ad intra según un modelo jerárquico de poder bastante acusado.

En cuanto a lo primero, es bien conocido que la ciencia hincha, y el que se cree que sabe todavía no sabe como es debido. Respecto a lo segundo, las posibles
causas de soberbia son dos: la altura del status y las obras. No es extraño, pues, que la soberbia aparezca en una corporación feudal vigente hoy día como la
universidad, donde los títulos y cargos directivos marcan en exceso el escalafón, y más todavía, en una sociedad como la actual, donde "mandar" y "obedecer" no
significan exclusivamente "servir". En efecto, soberbia es sentirse "señor" del cargo -incluso del que no le han encargado-, no "administrador". Decíase, además, que
este mal afecta sobremanera a la juventud, y la universidad es la institución donde más abunda. Con todo, no es solo un problema de gente joven, pues con el paso
de los años este defecto se vuelve tan acrisolado y retorcido como encubierto. También se declara que incide más en las personas públicas que en las privadas, y es
obvio que el oficio universitario es público.

La soberbia en uno mismo

Para consigo mismo, la actitud soberbia en la universidad lleva al convencimiento de que sin el propio criterio y experiencia difícilmente se puede acertar en un tema o
realizar algo con corrección. Se manifiesta con la arrogancia y la jactancia: la primera, porque el soberbio se siente pagado de sus propios éxitos por encima de su
valía; la segunda, porque presume de sus cualidades, con o sin motivo. Lo mismo ocurre con la pertinacia en el propio parecer o la rotundidad con que se afirma un
criterio, incluso aunque con el paso del tiempo -y no mucho- tal juicio cambie hasta el punto de mantener -con la misma determinación- la posición contraria.

A las manifestaciones precedentes se pueden añadir más: dar por hecho que los demás no tienen nada que aportar, leer textos más por curiosidad o por crítica que
por aprender y salvar la parte de verdad que contienen, callar el error grave y perjudicial de un autor, cuando se debe y ante quienes es debido descubrirlo, so capa
de que se tiene cierta preferencia con él, perseverar en el error, tener manías y creérselas... Es asimismo propenso a ensoberbecerse quien, siendo de condición
humilde y sin experiencia de gobierno, es elevado a algún cargo.

Soberbia académica propia es, sobre todo, creer que el sentido del ser personal coincide con el del yo que uno se ha forjado con sus títulos y currículum y con el que
barniza su mirada y actuación, o sea, su entera vida universitaria. "Así es –advierte J. Philipe- como nos fablicamos el 'ego', diferente del auténtico 'ser', de modo
similar a como se infla un globo. Este 'yo' artificial, requiere un gran gasto de energía para sostenerse; y como es frágil, necesita ser defendido. El orgullo y la dureza
siempre van unidos... Cuando el Evangelio dice que debemos 'morir a nosotros mismos', en realidad alude a la muerte de ese 'ego' -ese yo fabricado artificialmente-
para que pueda aparecer el 'ser' auténtico regalado por Dios". Si alguien se obceca en la afirmación de su propio yo, va perdiendo de vista su sentido personal, la
mayor donación creatural que ha recibido. Como enseña Polo, "lo peor para el ser personal es aislarse o ensoberbecerse, pues el egoísmo y la soberbia agostan el
ser donal". Para captar el sinsentido de la soberbia, tal vez valga la pregunta del libro de la Sabiduría: "¿De qué nos ha servido la soberbia?"; si por ella agoniza el
propio ser personal, ¿qué se podrá ganar tras su pérdida?




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Soberbia hacia los demás

Para con los demás, la soberbia lleva a considerarse superior a los otros en demasiados aspectos, lo cual acarrea la sospecha respecto a la capacidad ajena. La soberbia es,
obviamente, contraria al amor al prójimo en cuanto que alguien se prefiere desordenadamente a sí mismo. De ahí se deriva la carencia de amistad, ya que a quien padece este
mal no se le ocurre ser amigo de quienes ocupan un status inferior (alumnos, bedeles, enfermeras, profesionales de diversos servicios, etcétera), sino solo entre sus "iguales", (a
los que tampoco ve como "iguales"). Por eso tiende a ser conocido y estimado solo entre los VIP académicos. Otra manifestación es el trato frío (de "¡Buenas!" y "¡Adiós!") para
con los colegas. A veces, ni siquiera eso: cuello erguido y miradas altivas, indiferentes o, incluso, apartar la vista. También lo es la discordia motivada por la diversidad de
pareceres profesionales, pues el orgulloso no favorece la libertad ajena. Promueve asimismo la injuria, ya que tras consolidar una concepción tan fija como rebajada de demás,
se tiende a ponerles etiquetas cuyo adhesivo es tan fuerte y permanente como los juicios severos de los que nace. Tales motes constituyen un jocoso y actual método de
difamación. Esto parece tan extendido que, si existe algún alumno que no critique a sus profesores o un profesor que disculpe a sus colegas y alumnos críticos, rozará la
perfección.

El orgulloso se inclina fácilmente a airarse, incluso por nimiedades, cuando algo contraría su voluntad. Soberbia es también cometer claras injusticias con los inferiores sin
repararlas ni pedir perdón por ellas -este defecto deprime fácil y casi inadvertidamente la justicia- también lo es padecerlas guardando permanente rencor al agresor, no ver
compañeros sino subordinados, fijarse más en los ajenos defectos que en sus virtudes, controlar el trabajo de los demás -siendo el propio inmune a todo control-, aparentar
interés ante la presencia de otros cuando en realidad no se ven sino personas que molestan los propios intereses y conducen a perder el tiempo –hipocresía, en román
paladino-, la ingratitud de fondo -aunque se cuide la forma- ante un servicio o trabajo prestado, la crítica cuando no pretende ser constructiva, negarse a desempeñar tareas
"inferiores" -fotocopias o cualquier otro trabajo manual-, discutir -entre los soberbios siempre hay litigios-, y excusarse ante las justas correcciones, evadirse ante las ayudas que
se piden y buenamente se pueden ofrecer...

Lo es, desde luego, el abuso de poder -poner bozal al buey que trilla-, inmiscuirse autoritariamente en asuntos ajenos que no atañen directamente, preguntar no para aprender,
sino para poner en un brete al ponente, objetar no para ayudar, sino para hacer valer la propia opinión... Todo lo que provoca la separación de los demás -aunque bien es verdad
que hay que ser más amigo de la verdad que de cualquiera- es un derivado de la soberbia, así como la precipitación en las decisiones de gobierno, la pérdida de tiempo en
asuntos insignificantes, considerar las materias más relevantes -teología, antropologia, ética...- como "marías", barnices, o "buenas consejas", suponer que los alumnos, los
servicios y secretarías se deben subordinar a los profesores, pensar que los demás están al propio servicio, no al revés...

Los que ocupan cargos inferiores tampoco están libres de este defecto cuando desobedecen injustificadamente y cuando desprecian el mandato.

La soberbia también puede estar detrás de una afectada seriedad, casi decimonónica, cuyo lenguaje no es directo y amable, sino seco y más propio de una partida de ajedrez.
La actuación suele estar acompañada de una conducta formalista, opuesta a la alegría y sencillez que deben caracterizar al cristiano corriente. Se puede replicar que tales
encumbrados personajes no carecen de cierta alegría, sin embargo, la suya no parece espontánea sino forzada y, según Tolstoi, "la alegría fingida es aún peor que el
aburrimiento". Tan acartonada gravedad comporta frecuentemente un trato duro, incluso dictatorial, hacia los demás. Pero, como señala Vázquez-Figueroa, la dureza "nace casi
siempre de una desesperada necesidad de ocultar las propias debilidades"; por eso, en el fondo, el soberbio es pusilánime. Esta rigidez lleva a mostrarse no solo susceptible
ante cualquier comentario ajeno, sino a la defensiva y agresivo. Tal dureza es más perjudicial para quien la posee que para aquellos a quienes se dirige, en cualquier caso, si
alguien es el sujeto paciente -sufriente- de algunas de las precedentes actitudes, debe estar muy agradecido, pues puede verlas como buenas ocasiones para intentar ser
humilde.

Otro fruto del orgullo intelectual es el distanciamiento respecto de los demás, en especial de los inferiores. En esta tesitura carece de sentido promover la interdisciplinariedad,
porque ni siquiera se puede vivir la disciplinariedad en una misma rama del saber. De ese modo, la universidad se transforma, primero, en una pluridiversidad y, después, en un
museo de cera de extravagantes figuras.




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Antídotos

Al terminar de describir e! defecto y algunas de sus manifestaciones académicas se debe dar cierta pauta de solución, pues estas consideraciones -de inspiración clásica (se
hallarán casi todas en el Index Tomisticus)- no pretenden ser posmodernas, literatura que describe problemas existenciales sin aportar solución. En general, a cualquier persona
afectada en mayor o menor medida por este mal le viene bien el dolor y la enfermedad, pues la excesiva seguridad profesional amparada en los estamentos es fácil de vulnerar:
la debilidad humana aparece en la vivencia de cualquier dolencia, que tarde o temprano, llega a todos. En efecto, como advierte Polo, "el dolor suspende la soberbia de la vida, el
envanecimiento y la orgullosa seguridad en la propia eficiencia y capacidad para establecerse y moverse en un orden regular y suficiente, y así deja patente, sin trabas ni
enmascaramientos, la necesidad e indigencia de la existencia humana en medio del éxito mundano".

A quien no desea esperar la llegada de la enfermedad para empezar a combatir este mal interno, se le puede aconsejar que, si la soberbia es respecto de sí mismo, tenga piedad,
no vaya a ser que intentando con denodado esfuerzo forjar un yo más o menos exitoso, no persista en la progresiva búsqueda de su propio sentido personal e irrepetible y lo
acabe perdiendo. La faceta de este vicio respecto de los demás se cura eficazmente con el temor al oprobio e ignominia cuando -como en el caso de los políticos- devienen
públicas las propias culpas. También cuando se piden favores a otros.

Como estas páginas se refieren al mundo universitario, cabe indicar como buenos tratamientos contra la soberbia los siguientes: en lo personal, advertir que los más sabios son
personas sencillas. En lo racional, el estudio, y en lo que se refiere al comportamiento, la modestia en el hablar y en el hacer, pues la humildad suena en la voz y, en mayor
medida, en el silencio.

Si se desea más concreción en algunos ejemplos académicos, se pueden proponer otros tantos: para el filósofo -y para el teólogo- como advirtió Julián Marías, "su riesgo
permanente e ineludible es la soberbia; pero esta se cura solo con que el filósofo siga siéndolo", pero no solo como lo fue, sino como debe serlo, es decir, que busque con más
ahínco la verdad y se olvide de su yo; que no se conforme con lo logrado en su pasado: que sus obras y palabras sean más profundas que las de antaño, porque la verdad radica
preferentemente en el futuro histórico y metahistórico. Un verdadero filósofo puede pasar sin cargos y sin títulos -y con poco dinero...-, pero no sin pensar, aprender, descubrir...
Un filósofo de veras busca su sentido personal, no exhibir su "ideal" de yo. La actitud de independencia y de búsqueda de la propia identidad del yo es lo que -según Hegel-
caracterizó a la filosofía de Kant. Por tanto, de ser certera esta acusación, no es pertinente imitar la subjetivista actitud kantiana.

A otros humanistas les puede servir de ejemplo la exclamación de Rosalía de Castro: "¡Oh gloria!, deidad vana cual todas las deidades, jamás te rendí culto, jamás mi frente altiva
se inclinó de tu trono ante el dosel soberbio, que en el orgullo humano tienen altar y asiento... ¡Cuántos te han alcanzado que no te merecían! y ¡cuántos cuyo nombre debiste
hacer eterno, en brazos del olvido más triste y más profundo perdidos para siempre duermen el postrer sueño!". A los facultativos de las ciencias experimentales les apela este
comentario poliano: "La actividad científica dirigida como corrección de la obra divina es simplemente ociosa (equivalencia de soberbia y pereza). Pero, en cuanto ociosa,
sustituye a la actividad científica adecuada: la ciencia del bien y del mal es la omisión de la ciencia del bien y solo del bien (pecado de omisión)". ¿Y a los directivos? Tal vez les
sirva esta sugerencia del mismo autor: repartir el poder y fomentar la libertad responsable, pues eso indica que no se ven competidores en los demás, sino alegría de que tengan
la capacidad de hacer y se dediquen a ejercer su propia actividad sin recelos.

En suma, en la medida en que en la universidad se logre extirpar la soberbia, se logrará descubrir más verdad. Como la universidad debe ser la punta de lanza del saber superior
que indaga en la verdad, una institución académica que combata este defecto cumplirá mejor su fin.

Nuestro Tiempo 654




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Si nada más funciona...
     intente esto
73. Ese necio desea reputación y prioridad entre los monjes, autoridad en los monasterios y honores
entre otras familias.

 74. Deja que laicos y monjes piensen que él es el que ejecuta cada trabajo, grande o pequeño,
dejando que se refieran a él. Así es la ambición de este necio, aumentando sus deseos y su orgullo .

 75. Mas, ciertamente, uno es el sendero que conduce a las conquistas mundanas y otro el que lleva al
Nirvana. Comprendiéndolo así el monje, no se regocija con los favores mundanos, sino que cultiva el
desapego.


 94. Aquel que controla firmemente sus sentidos, como el auriga sus caballos; aquel que está
purificado del orgullo y desprovisto de las pasiones, a ese tal hasta los dioses envidian.

 150. Este cuerpo es una ciudadela hecha de huesos cubiertos de carne y sangre en donde se
almacenan el envejecimiento y la muerte, el orgullo y el engaño.

221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las
ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones.

 285. Elimina tu arrogancia como se arranca la lila en otoño. Cultiva el Sendero de la paz. El Nirvana
ha sido mostrado por el Iluminado.

 294. Habiendo eliminado a la madre (avidez) y al padre (orgullo) y a los dos reyes (infinitismo y
nihilismo), y habiendo destruido a un reino y sus habitantes (apego), uno se convierte en un
iluminado.

 407. Aquel cuyo deseo y odio, orgullo e ignorancia han caído como la semilla de mostaza desde la
punta de la aguja, a ése llamo yo noble.

Dhammapada
Ratnasambhava                                           (contra el orgullo)


Es el Buda dorado que favorece la generosidad, la humildad y el ánimo alegre. Combate el orgullo, la soberbia, la codicia, la
necesidad de tener razón y de dominar o manipular al otro. Su elemento es la Tierra

Mantra: “OM RATNASAMBHAVA TRAM”.

Pronuncie el mantra, mientras siente que una luz dorada atraviesa su coronilla y se expande, limpiando su cuerpo, mente y aura de
todo vestigio de soberbia, codicia o sentimientos de superioridad.




                                                               Ratnasambhava
                                                               Dirección: Sur
                                                               Elemento: Tierra
                                                               Color: Amarillo Dorado como el Sol
                                                               Propósito: Disolver Orgullo
                                                               OM RATNASAMBHAVA TRAM




                                   (recita las más veces posibles para disolver tu orgullo, la
                                   exageración de las propias cualidades y menosprecio de las
                                   cualidades de los demás)


                                                                                                                                    104
RATNASAMBHAVA

Eres de color Amarillo Dorado como el Sol, eres el Buda que reúne la Sabiduría de las
perfecciones del Ser que da sin medida, generoso y siempre con ánimo positivo y alegre.

Transformas toda codicia, avidez y orgullo con tu joya de plenitud infinita (Ratna) limpiando
cualquier sentimiento negativo.

Tu elemento es la Tierra y tu dirección es el Sur.

El Caballo con toda la fuerza y el brío para disolver los malos sentimientos.

MANTRA: OM RATNASAMBHAVA TRAM

(recita el mantra cuantas veces puedas visualizando al Buda Ratnasambhava sobre tu coronilla
enviando rayos de luz que purifican tu cuerpo, mente y espíritu de codicia, avidez y orgullo)




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Glosario
ego.
(Del lat. ego, yo).
1. m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que
controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior.
2. m. coloq. Exceso de autoestima.


-ego, ga.
1. suf. V. -iego.


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                                                                                                                        107
soberbia.
       (Del lat. superbĭa).

       1. f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
       2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
       3. f. Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa.
       4. f. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.
       5. f. ant. Palabra o acción injuriosa.




soberbio, bia.
       (Del lat. superbus, infl. por soberbia).

       1. adj. Que tiene soberbia o se deja llevar de ella.
       2. adj. Alto, fuerte o excesivo en las cosas inanimadas.
       3. adj. Grandioso, magnífico.
       4. adj. Dicho ordinariamente de un caballo: Fogoso, orgulloso y violento.
□ V.
       pobre y soberbio


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engreído, da.
    (Del part. de engreír).

    1. adj. Dicho de una persona: Demasiado convencida de su valer.


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                                                                      109
vanidad.
(Del lat. vanĭtas, -ātis).
1. f. Cualidad de vano1.
2. f. Arrogancia, presunción, envanecimiento.
3. f. Caducidad de las cosas de este mundo.
4. f. Palabra inútil o vana e insustancial.
5. f. Vana representación, ilusión o ficción de la fantasía.
ajar la ~ de alguien.
1. loc. verb. coloq. Abatir su engreimiento y soberbia.


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                                                 vanidoso, sa.


                                                      1. adj. Que tiene vanidad y la muestra.


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narcisismo.


                1. m. Manía propia del narciso2.
                2. m. Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras.


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narciso2.
    (Por alus. a Narciso, personaje mitológico).

    1. m. Hombre que cuida demasiado de su adorno y compostura, o se precia de galán y hermoso, como enamorado de sí mismo.


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ególatra.


    1. adj. Que profesa la egolatría. U. t. c. s.


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                                                    112
obtuso, sa.
       (Del lat. obtūsus, part. pas. de obtundĕre, despuntar, embotar).

       1. adj. romo (‖ sin punta).
       2. adj. torpe (‖ tardo en comprender).
□ V.
       ángulo obtuso


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                                                                          113
envanecimiento.
      1. m. Acción y efecto de envanecer.


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envanecer.
(Del lat. in, en, y vanescĕre, desvanecer).
1. tr. Causar o infundir soberbia o vanidad a alguien. U. t. c. prnl.
2. prnl. p. us. Dicho del fruto de una planta: Quedarse vano por haberse secado o podrido su meollo. U. en
Chile. El trigo se ha envanecido con estas heladas. U. t. c. tr.
¶
MORF. conjug. c. agradecer.


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arrogante.
   (Del ant. part. act. de arrogar; lat. arrŏgans, -antis).

   1. adj. Altanero, soberbio.
   2. adj. Valiente, alentado, brioso.
   3. adj. Gallardo, airoso.


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                                                              115
Amor Propio vs
  Soberbia
No confundir


    Amor propio
                             Soberbia
     Autoestima
                             Orgullo
    Orgullo sano
                             Egolatría
Quererse a uno mismo
                            Arrogancia
  Auto Aceptación
                             Vanidad
  Auto valoración
  Aprecio por uno
EL AMOR PROPIO Y LA SOBERBIA
por lleiser

Debes estar pensando que todas estas palabras sobre el amor a uno
mismo implica un tipo de comportamiento detestable semejante a la
egolatría. Nada puede ser estar más lejos de la verdad. El amor por uno
mismo no tiene nada que ver con el tipo de comportamiento que se
caracteriza por la insistencia en decirle a todo el mundo lo maravilloso
que es uno. Ése no es amor a uno mismo sino más bien una forma de
tratar de conseguir la atención y el aprecio de los demás. Es una actitud
tan neurótica como la del individuo que está sobrecargado de desprecio
por si mismo.

El comportamiento arrogante y jactancioso está motivado por el deseo
de ganar el aprecio de los demás. Quiere decir que el individuo se valora
a sí mismo en base a lo que los demás ven en él. De no ser así, no
sentiría la necesidad de convencer a los demás. Es suficiente contar con
la propia aceptación interna. No tiene nada que ver con los puntos de los
demás.

http://cuidandomimundo.com/portal/?p=2700




                                                                        118
Yo	
  no	
  puedo...
Yo no puedo derrotar a tu ego, lo tienes que hacer tu mismo. Ese trabajo no hay nadie en el universo
que lo pueda hacer más que tú.

“El ego no renuncia espontáneamente, debe ser dominado por la voluntad”.

El mayor truco del ego es hacerte pensar que eres tu mismo.

Tu no eres tu ego.

No escuches esa voz.

Si tan sólo lograras entender esta lección, en ese momento comenzaría tu desarrollo espiritual, una de
las más feroces batallas que puedes pelear en tu vida.

Hasta ahora tu ego te ha tenido subyugado, sometido, has sido su prisionero. Pero el que hayas abierto
este mail, el que lo estés leyendo, es un gran logro.

Si te sientes mal, si te sientes enojado, si te sientes irritado o molesto, es tu ego el que está
reaccionando. Si tienes ganas de mandar este mail a la basura es tu ego el que se siente amenazado.

Pero si te sientes sacudido, si te sientes conmovido, si estás teniendo un “quiebre”, es porque estás
teniendo un momento de despertar de tu conciencia. Y este es un salto cuántico en tu desarrollo
espiritual. Felicidades.

El ego es tu soberbia, tu orgullo, tu miedo, tu vanidad, tu inseguridad, tu instinto de sobrevivencia, tu
deseo de tener siempre la razón, tus juicios, tus críticas, lo que tu crees que es la realidad, tus
percepciones equivocadas, tus paradigmas, tus emociones perturbadas, tus deseos aviesos más
ocultos.

Si se puede derrotar al ego, pero el único que lo puedes hacer eres tu.                                     119
Tu eres tu mayor enemigo, tu ego. El problema estratégico es que ese ego te conoce demasiado bien, porque
vive contigo, duerme contigo, va a todos lados contigo y así lo ha hecho a lo largo de todos los tiempos.
Derrotarlo será la empresa más difícil que puedas emprender en tu vida. Pero vale la pena. Someter a tu ego
es el principio del camino espiritual.

Si tu vida está en conflicto, atrapada en problemas, si todo es un caos, si no sientes armonía, paz, tranquilidad,
es porque tu ego reina. El día que lo sometas todo volverá a la paz, a la tranquilidad, a la claridad. El ego te
hace creer que tus problemas están fuera de ti (deudas, crisis matrimoniales, que te sientas feo o viejo o
acabado, rechazado, enfermo, inútil, despreciable, etc.). Esa es la voz del ego: cuando no te enaltece,
haciéndote creer que eres el mejor, un rey, un príncipe, el más guapo, el más rico, el más adorado, el más
famoso, el más listo, el más inteligente, el más popular, el más querido, entonces te da la puñalada trapera y
lanza sus dardos más negros para sumirte en la desesperación, en la desesperanza, en la depresión. No lo
oigas. La otra cara del ego es la depresión, es la inquietud, es la angustia. Es la misma moneda. Tu objetivo es
encontrar el equilibrio, el justo medio. Ni sentirte dios, ni sentirte diablo. Ni estar eufórico ni estar deprimido.
Encontrar el equilibrio, la armonía.

Quieres derrotar a tu ego: simplemente obsérvalo. No resiste una mirada. Es tremendamente tímido. No
aceptará que lo veas de frente. Le gusta actuar en las sombras, en la oscuridad y traerte por la calle de la
amargura. Así lo ha hecho toda tu vida. Siempre ha tenido el control. Ahora es el momento en que le digas: ¡Ya
Basta! Siempre hay un nuevo volver a empezar, un despertar, por fin se ha hecho la luz en tu consciencia y es
justo que tu Ser tome el control.

Al menos por este instante brilló tu Ser y aunque sea por un segundo dominaste a tu Ego. Eso demuestra que
lo puedes lograr, aunque no será una guerra fácil. Haz ganado una primera batalla, pero el camino será largo y
duro. A partir de este momento, si tu lo decides, puedes convertirte en un guerrero espiritual, y emprender una
guerra cuyo campo de batalla está únicamente dentro de ti.

Fuentes:
- El Quiebre del Ego
http://www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=766
- Quiebres
http://www.patriciahashuel.com.ar/126.htm
                                                                                                                  120
«El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad»
Ernest Hemingway




                                                                     121
10 ABRIL 2010


Ego traicionero.
Un asceta habia conseguido, tras muchos años de
mortificaciones, contar con el don de la ubicuidad. Siendo
ya muy anciano un día acudio el emisario de la Muerte
para llevárselo. El asceta, con sus dotes clarividentes
intuyó al emisario y cuando iba a llegar, se desdobló en
veinte formas iguales. El emisario, desconcertado, no
sabía cual era la real y se marchó.
Le contó lo sucedido al señor de la Muerte, que le dió
unas instrucciones al oido. Dias despues el emisario volvió
a donde estaba el asceta. Cuando llegó ante el, ya se
había desdoblado nuevamente en veinte formas iguales.
Entonces el emisario, siguiendo las instrucciones del señor
de la Muerte, exclamó:
-¡Muy bien, muy bien, pero que muy bien!. Esto es
fantastico, pero hay un pequeño fallo.
Entonces, herido en lo más profundo de su orgullo, el
asceta preguntó:
-¿Cual?
Y entonces el emisario lo cogió y se lo llevó al reino de la
Muerte.




                    http://akikazeakizuki.blogspot.com/2010_04_01_archive.html



                                                                                 122
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  • 1. El  Ego  y  la  Soberbia La  parte  de  1  que  no  quieres  ver... ...  y  si  lo  ves  en  otros  es  que  lo  1enes  
  • 2. «Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo» Julio Cortázar (1914-1984) 2
  • 3. “He  salido  solo  para  acudir  a  la  cita.  ¿Quién  es,  pues,   este  que  me  sigue  en  la  silenciosa  oscuridad? Me  desvío  para  evitar  su  presencia,  pero  no  consigo   escapar. Con  sus  fanfarronadas  levanta  polvaredas, y  con  su  voz  poderosa  remeda  todas  las  palabras  que   yo  pronuncio. Es  mi  propio  yo  miserable,  ¡oh  Señor!  No  conoce  la   vergüenza. Pero  yo  me  avergüenzo  de  acudir  a  tu  puerta  en  su   compañía” Rabindranath  Tagore Si  lo  veo  en  1,  está  en  mi
  • 4. Escribir  en  mi  diario  es  una  ru1na  co1diana  para  mí   desde  hace  trece  años.  Esta  mañana  he  escrito  una   carta  a  mi  ego.  Dice  así: «Querido  ego,  por  la  presente  te  comunico  que   tenemos  un  nuevo  líder.  Estás  invitado  a  quedarte   como  socio,  pero  en  silencio.  Yo  (mi  yo  sagrado)  voy  a   regir  mi  vida  y  mis  negocios.  He  contratado  los   servicios  de  un  asesor  en  el  universo,  Dios.  Dios  y  yo   vamos  a  reestructurar  mi  vida  y  mis  asuntos.  Tú  ya  no   tendrás  voto  en  ninguna  de  mis  decisiones.  No  te   guardo  rencor,  pero  permi1r  que  influyas  en  mis   decisiones  no  favorece  mis  intereses» Shirley  Ross  Korber Escribió  a  su  ego  tras  leer  Tu  yo  Sagrado  de  Wayne  W.   Dyer  (publicado  por  Grijalbo),  dedicado  al  tema  del   famoso  diálogo  de  Tagore  con  Krishna  (Dios).
  • 5. No  hay  nada  noble  en  ser   superior  a  otra  persona.  La   verdadera  nobleza  radica  en   ser  superior  a  tu  an1guo  yo Proverbio  de  los  yoguis
  • 6. “Y...  cuando  acabes  de  hablar...  por   favor,  cállate!”   Isaac  B.  Muñoz
  • 7. "Es  mejor  permanecer  callado  y   parecer  tonto  que  hablar  y  despejar   las  dudas  defini8vamente."   (Groucho  Marx) "Nunca  querría  pertenecer  a  un  club   que  me  tuviera  como  socio".   (Groucho  Marx)
  • 8. "Es  mejor  ser  rey  de  tu  silencio  que  esclavo  de   tus  palabras." SHAKESPEARE,  William
  • 9. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad. Nicolás Maquiavelo 9
  • 10. Es bien conocido que la ciencia hincha, y el que se cree que sabe todavía no sabe como es debido Juan Fernando Sellés 10
  • 11. «En este mundo producen felicidad la bondad del corazón, la moderación para con todos los seres. En este mundo producen felicidad la ausencia de pasiones y la superación de los deseos. Pero la destrucción del egoísmo es en verdad la felicidad suprema». Buda 11
  • 12. "Dos personas han estado viviendo en ti durante toda tu existencia. Una es el ego: charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual oculto, cuya queda y sabia voz has oído y atendido sólo en raras ocasiones". Sogyal Rinpoche "El libro tibetano de la vida y la muerte” 12
  • 13. Sugerimos otra definición del "ego": "Consideremos al ego como la idea que cada uno de nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el ego no constituye mas que una idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran influencia". Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un fantasma que aceptamos que controle nuestra vida. El problema es que mantener esta ilusión puede impedirle conocer su verdadero yo, su esencia espiritual. Opinamos que el ego es una disposición del pensamiento errónea que intenta presentarle como a usted le gustaría ser, en lugar de cómo es en realidad. En esencia, el ego, la idea de uno mismo, la máscara, el papel que estamos desempeñando; supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara social (el ego) le gusta la  aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor. El Ego y sus roles Nota recopilada por el Prof. Jorge Olguín. http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/elegoysusroles.htm   13
  • 14. BUHEDERA – GUILLERMO FÁRBER   El único   Seguramente has leído todas estas frases y mil otras parecidas, aplicadas al ser humano: · Es el único ser de la Creación que piensa. · Es el único que ríe. · Es el único que llora. · Es el único que duda. · Es el único que imagina. · Es el único que recuerda. · Es el único que socializa. · Es el único que tiene pulgar oponible. · Es el único que contamina. · Es el único que hace la guerra. · Es el único que mata por diversión · Es el único que sabe que va morir. · Es el único que tiene libre albedrío. · Es el único que camina erguido. · Es el único que reza. · Es el único que tropieza dos veces con la misma piedra. · Es el único que trata constantemente de cambiarse por algo diferente de lo que es. · Es el único que desarrolla tecnología. · Es el único que puede reencarnar. · Es el único que crea arte. · Es el único que baila. · Es el único que delinque. · Es el único que se angustia por el futuro. · Es el único que puede vivir de tiempo completo en el pasado. · Es el único que atesora. · Es el único que intenta sanarse a sí mismo. · Es el único que hace política. · Es el único que registra su historia. · Es el único que tiene conciencia. · Es el único que carga con culpas. · Es el único que divide a su propia especie según razas, colores, creencias, patrimonios, sexos y cuanta excusa puedas imaginar para separarse del prójimo. · Es el único que inventa nacionalidades. · Es el único que paga psicoterapias. · Es el único que sabe que hay un universo más allá. · Es el único que… etcétera, etcétera, etcétera. Mi asombro es mayúsculo ante tanta soberbia existencial, y mi conclusión es divertidamente cínica: el ser humano es el único ser de la Creación que se cree único. 14
  • 15. Niveles Desde el Yo, el Ego, el Orgullo hasta la Soberbia
  • 16. 1.  Yo 2.  Ego 3.  Orgullo 4.  Narcisismo 5.  Vanidad 6.  Envanecimiento 7.  Presunción 8.  Al1vez 9.  Arrogancia 10.  Prepotencia 11.  Insolencia 12.  Soberbia 16
  • 17. PRIMER  NIVEL 1.  Yo 1  y  2.  Es  egocéntrico,  está  autocentrado  en  sí  mismo,   2.  Ego es  ególatra 3.  Orgullo SEGUNDO  NIVEL 4.  Narcisismo 5.  Vanidad 3,  4,  5  y  6.  Es  orgulloso,  es  narcisista,  es  vanidoso,   6.  Envanecimiento está  envanecido  (está  pagado  de  sí  mismo) 7.  Presunción 8.  Al1vez TERCER  NIVEL 9.  Arrogancia 10.  Prepotencia 7,  8,  9,  10  y  11.  Es  presuntuoso,  es  al1vo,  es   11.  Insolencia arrogante,  es  prepotente,  es  insolente,  es  soberbio 12.  Soberbia 17
  • 18. PRIMER  NIVEL 1  y  2.  Es  egocéntrico,  está  autocentrado  en  sí  mismo,   es  ególatra -­‐  Espíritu  rebelde,  confiar  en  1,  ayuda  a  la   sobrevivencia  y  a  la  autoes1ma 1.  Yo 2.  Ego 3.  Orgullo SEGUNDO  NIVEL 4.  Narcisismo 3,  4,  5  y  6.  Es  orgulloso,  es  narcisista,  es  vanidoso,   5.  Vanidad está  envanecido  (está  pagado  de  sí  mismo) 6.  Envanecimiento -­‐  Sobrevalorarte  a  q 7.  Presunción 8.  Al1vez TERCER  NIVEL 9.  Arrogancia 7,  8,  9,  10,  11  y  12.  Es  presuntuoso,  es  al1vo,  es   10.  Prepotencia arrogante,  es  prepotente,  es  insolente,  es  soberbio 11.  Insolencia -­‐  Subvaluar  a  los  demás 12.  Soberbia -­‐  No  aceptar  nada  superior  a  1,  no  inclinarte  ante   nada 18
  • 19. Soberbia Primer  nivel Envanecerte Hacia  1 Sobrevaloración  del  Yo Sen1rte  orgulloso  de  1 Te  gustas  mucho Te  sientes  muy  atrac1vo,  muy  guapo,  muy  fuerte,  muy  joven,  muy  sano Sientes  que  todo  lo  que  haces  o  dices  es  superior Tienes  una  opinión  exaltada  de  1  mismo Desmesurada  visión  de  1  mismo Segundo  nivel Te  hinchas  cuando  te  sabes  atrac1vo  a  otras  personas Hacia  los  demás Te  sientes  mejor  que  los  demás Te  olvidas  de  los  demás Te  enorgulleses  de  tu  status,  posición  o  cargo Te  sientes  capaz  de  superar  todo  lo  que  digan  o  hagan  los  demás Tercer  nivel No  reconoces  nada  superior  a  1  (por  ejemplo  un  Dios,  etc.) Hacia  los  seres  superiores No  te  inclinas  ante  nada  ni  nadie 19
  • 20. Quienes hablan a favor de la soberbia
  • 21. Sin embargo conviene no olvidar la connotación positiva que, ya en su origen latino, posee la palabra, puesto que la En la filosofía Objetivista de Ayn Rand, en particular, el calificación de un acto como orgullo es una de las tres virtudes principales y se define como estima apropiada de sí mismo que proviene de la soberbio u orgulloso puede ser sinónimo de óptimo o de bella ambición moral de vivir en plena consistencia con valores factura. personales racionales. http://es.wikipedia.org/wiki/ Soberbia Para Nietzsche el orgullo es una virtud elevada, propia de hombres superiores, la cual conduce a una honestidad absoluta consigo mismo (lo cual hace imposible cualquier trampa o acto deshonesto), valentia y superacion constante siempre buscando estar por encima de los demas y no ocultarlo ante nadie. Si  lo  veo  en  1,  está  en  mi 21
  • 22. Si  ya  todo  lo  sabes...  ¿entonces  porqué  sufres? Si  eres  el  mejor,  ¿entonces  porqué  1enes  celos  y  envidia?.  Si  eres  el  mejor,  ¿por  qué  necesitas  men1rte  a  1   mismo  y  a  los  demás?  Si  eres  el  mejor,  ¿entonces  porqué  te  preocupa  lo  que  digan  y  piensen  los  demás?  ¿Por   qué  esa  necesidad  de  ser  el  foco,  de  ser  el  centro?  ¿Por  qué  ese  afán  de  juzgar,  de  cri1car  y  de  condenar? Si  eres  tan  poderoso,  ¿entonces  porqué  estás  tan  nervioso,  por  qué  1emblas  y  1enes  miedo?  ¿Por  qué  te   asustas  ante  cualquier  idea  nueva,  porqué  te  cierras  a  experimentar  nuevas  cosas? Si  todo  lo  controlas,  ¿entonces  porqué  te  corroen  los  nervios  y  vives  preocupado?  ¿Por  qué  te  asusta  tu  propia   sombra?  ¿Por  qué  no  consas  ni  en  1  ni  en  nadie?  ¿Por  que  no  1enes  fe  ni  en  1  mismo? Si  tanto  crees  que  controlas  tu  mente,  ¿entonces  porqué  te  agitan  tus  pensamientos  y  te  sacuden  las   emociones,  porqué  te  espantas  ante  cualquier  ruido  que  ocurre  a  tus  espaldas? Si  eres  tanto  como  dices,  ¿entonces  porqué  no  eres  feliz  y  todo  el  1empo  finges  serlo? Si  1enes  tanto  autodominio,  ¿entonces  porqué  no  paras,  por  qué  te  agita  esa  necesidad  fabril  de  ir  de  aquí  a   allá,  de  hacer,  de  consumir,  por  qué  eres  presa  de  tus  nervios?  ¿Por  qué  todo  falla,  se  rompe  o  se  descompone   y  eso  te  hace  perder  el  quicio?  Si  eres  tan  libre,  ¿por  qué  eres  tan  caprichoso? Si  eres  tanto  como  crees  y  presumes,  ¿por  qué  entonces  no  puedes  estar  un  momento  en  paz  con1go  mismo,   por  qué  no  te  aguantas  ni  tu  mismo?  ¿Por  qué  incluso  llegas  a  odiarte  y  sen1r  rabia  de  1? Si  tanto  sabes,  ¿entonces  porqué  1enes  tanta  necesidad  de  presumirlo  ante  los  demás,  de  humillarlos  y  de   buscar  su  fama  y  reconocimiento,  cuando  tu  y  nadie  más  que  tu  sabes  lo  miserable  que  eres? Si  eres  tan  libre,  ¿porqué  eres  presa  de  tus  prejuicios,  de  tus  emociones  perturbadas  y  de  tus  deseos  y   pasiones?   Si  estás  tan  despierto,  ¿entonces  porque  no  te  das  cuenta  de  todo  lo  que  ocurre  a  tu  alrededor  y  porqué  te  la   pasas  pisando  o  atropellando  a  los  demás? Si  todo  lo  puedes,  ¿entonces  porqué  1enes  miedo  de  verte  al  espejo,  porqué  1emblas  ante  la  vejez,  la   enfermedad  y  la  muerte? Si  tanto  presumes  que  eres  amor,  bondad  y  generosidad,  ¿entonces  porqué  odias,  dices  palabras  ofensivas  e   hirientes,  por  qué  te  haces  tanto  daño  y  le  haces  daño  a  los  demás? Si  no  crees  que  exista  nada  superior  a  1,  ¿por  qué  vives  agitado  todo  el  1empo  negando  todo  lo  superior  a  1?   ¿Por  qué  no  estás  tranquilo?  Si  tu  eres  lo  único  superior,  ¿por  qué  1emblas?  ¿Por  qué  quieres  envalentonarte   22 con  tus  palabras  y  disfrazar  tu  miedo?
  • 23. desde que se me quitó lo presumido soy perfecto” Ego “ (compadre de Guillermo Fárber) TANATOSISMOS Humildad Por Guillermo Fárber De veras comparto la opinión de algunos teólogos de que el único verdadero pecado del hombre es la soberbia; todos los otros “pecados” no son sino meras debilidades propias del organismo muy menor que somos: lujuria, ira, pereza, gula, avaricia, envidia… Por algo el fruto prohibido del edén bíblico no es, como incorrectamente dictan algunos catecismos de palurdo, el del árbol del bien y el mal, sino el de la ciencia. Ergo, la amenaza mayor al espíritu del hombre no viene del lado moral sino de la inteligencia, del conocimiento. El desafío grande no se genera en el corazón, ni en la entrepierna, ni en el estómago, ni en el hígado, sino en el cerebro. Ese cerebro que continuamente nos hace creer que “sabe” algo. Al estar consciente de ese peligro supremo de la soberbia, entonces, lo más natural es que trate de evitarlo por encima de cualquier otro riesgo, a pesar de que sé bien que todos llevamos en el pecho ese pequeño argentinito que nos murmura que no somos intachables sólo porque somos demasiado modestos (o como dice mi compadre: desde que se me quitó lo presumido soy perfecto). 23
  • 24. Chiste: -­‐"El  ego  es  ese  pequeño  argen1no  que  todos   llevamos  dentro." Anécdota!!! Ese fue un diálogo entre Pablo Pita, el argentino, y yo, en 1996 en la Sierra de Puebla... Tras yo contarle el chiste, él se tardó unos tres segundos en decirme: "No, Sorete (pedazo de mierda), ese chiste está mal... porque no hay argentino pequeño..." Guillermo  Vázquez
  • 25. San Agustín: "Si me valoro, no valgo nada. Pero si me comparo... ¡ah carajo!" 25
  • 26. Una niña está platicando con su abuelo y le pregunta: “Abuelo, ¿a ti te hizo Dios?” “Sí, claro, Dios me hizo a mí.” “Y a mí, ¿también me hizo Dios?” “Sí, mi niña, por supuesto que también te hizo Dios.” La niña se queda pensando, lo ve a él fijamente, frunce el entrecejo y finalmente concluye, mirándose en el espejo: “Pues Dios está trabajando mejor ahora, ¿no se te hace?” 26
  • 27. El  soberbio  siempre  cree  que  es  dueño  de  la  verdad Por décadas busqué "la verdad" con la firme idea de que me mantendría a salvo de todo peligro, hoy se que el peor de los peligros está en creer que tengo "la verdad". “Sigue al que te dice que busca la verdad... huye del que te dice que la ha encontrado" GIDE, André 27
  • 28. San Agustín:"Si me considero no valgo nada, pero si me comparo valgo mucho" 28
  • 29. Eres tan soberbio que no te da pena mostrarlo. Eres tan soberbio que no te da pena reconocerlo. Eres tan soberbio que no te da pena decirlo. Eres tan soberbio que estás orgulloso de serlo. Eres tan soberbio que no tienes humildad de negarlo. Eres tan soberbio que eres capaz de destruir al mundo y a sí mismo antes de transigir, antes de derrotarte a sí mismo. Pero es más grande quien se reconoce pequeño Es más grande quien se reconoce humilde... La gente grande es humilde Los pequeños son soberbios 29
  • 30. El  Rey  de  los  Monos 30
  • 31. El Rey de los Monos.Cuento Hindú. Un día el rey de los monos oyó hablar de Buda, al que consideraban sus seguidores un gran ser. «Si es un gran ser -se dijo el mono- yo no puedo dejar de conocerlo. ¿Acaso no soy el rey de los monos? Está bien que a ese gran hombre le admiren, pero él me admirará a mí, porque soy fuerte, intrépido y poderoso». El rey de los monos se presentó ante Buda, que acababa de pronunciar un sermón precisamente sobre la compasión y la humildad. La verdad es que el mono era ágil y fuerte, sin embargo, era sumamente arrogante y soberbio. - ¿Qué tal estás, amigo? - le saludó el Buda con afecto. - ¿Cómo voy a estar, señor? Miradme. Soy fuerte, valiente, ágil y listo. Soy el rey de los monos. No podría haber sido de otra forma. Nada me arredra y no hay lugar al que yo no pueda ir. - ¿De veras? - preguntó con ironía Buda, sin que la misma fuera captada por el animal. - ¡Y tan de veras! Te lo puedo demostrar ¿Dónde quieres que vaya? - Si te empeñas - repuso Buda -, donde a ti te apetezca ir; aunque quizá deberías saber que el mejor sitio está dentro de uno. El mono le miró sorprendido. La verdad es que no era aquél un hombre corriente. Dijo con evidente prepotencia: - Veloz como un rayo, con el ánimo diligente y recurriendo a todo mi poder, que es mucho, voy a viajar hasta el fin del mundo y luego volveré hasta ti. - Si es lo que quieres... - Te lo demostraré, gran ser. 31
  • 32. El mono dio un impresionante salto y partió veloz. Corrió con toda la energía de sus resistentes patas. Cruzó valles, dunas, desiertos, montañas, junglas, desfiladeros, cañones, ríos, mares, cordilleras. Fueron días y días de una galopante carrera, hasta que al final llegó a un lugar en el que divisó cinco inmensas columnas y más allá, el vacío absoluto. «No hay duda - se dijo -, éste es el fin del mundo». Para marcar su territorio, el mono orinó en aquellas gigantescas columnas. Luego regresó corriendo hacia el punto de partida. De nuevo atravesó velozmente, a lo largo de días, mares y ríos, cordilleras y valles, desiertos, dunas y desfiladeros. Llegó por fin donde estaba Buda. Jadeante, el mono dijo: - ¿Te das cuenta, señor? He llegado al fin del mundo. Soy el más poderoso, el más ágil, el más resistente, el mejor entre los mejores. Los ojos despejados de Buda se clavaron en los del petulante rey de los monos. Buda dijo: - Por favor, amigo, mira a tu alrededor El mono miró a su alrededor. ¡Por todos los dioses! Estaba en la palma de la mano de Buda y comprendió que nunca había salido de la misma. ¡Qué mal olía! Era su propia fétida orina derramada en los cinco dedos de la mano de Buda que había tomado por columnas y, más allá, el vacío. ¡Ni siquiera había salido de su mano! La soberbia no dejó ver al mono su propia insignificancia, lo que suele ocurrir a los soberbios. 32
  • 33. La  ac1tud  de  los  soberbios  ante  los  problemas  es  similar  a  como   actúa  un  perro: Enfoca cualquier situación problemática como lo haría un perro: olfatea el problema; si no puedes comértelo o cogértelo, méalo y retírate dignamente. 33
  • 34. El maestro Dogen escribió: “Es deplorable fatigar para nada un cuerpo humano durante toda una vida”. Nos creemos importantes, pero un buen día nos tocan en el hombro y nos dicen: “Señor, se acabó, llegamos a la Terminal.” Eihei Dogen: Monje budista nacido en Japón, (1200-1253). 34
  • 35. “Qué  bonito  soy,  qué  lindo  soy,  cómo  me  quiero,  sin  mi  me  muero...   jamás  me  podré  olvidar” Paco  Stanley 35
  • 36. Si  no  puede  ver  aquí  el  video  entre  a htp://faroviejo.com.mx/2010/06/que-­‐lindo-­‐soy-­‐que-­‐bonito-­‐soy-­‐ paco-­‐stanley/ o  a htp://www.youtube.com/watch? v=LApOYNC8VEQ&feature=player_embedded 36
  • 37. Un  yo-­‐yo “Yo,  primero  yo,  siempre  yo,  eternamente  yo” 37
  • 38. -­‐  ¿Quieres  conocer  la  cara  del  ego? -­‐  Simplemente  vete  en  el  espejo 38
  • 39. “Por  muchas  máscaras  que  te  pongas,  siempre   enseñas  tu  verdadero  rostro” 39
  • 40. No  hay  combinación  peor  que  ser  un  soberbio   ignorante  o  un  ignorante  soberbio Un  burro  que  presume  de  serlo Un  burro  que  piensa  que  nadie  se  da  cuenta  que   es  un  burro Es  tan  arrogante,  es  tan  soberbio  que  piensa  que   le  cae  bien  a  todos,  que  es  muy  inteligente  e   incluso  se  da  el  lujo  de  mirar  hacia  abajo  a  los   demás,  de  juzgarlos,  de  cri1carlos  y  de   condenarlos 40
  • 42. 42
  • 43. 43
  • 44. 44
  • 45. 45
  • 46. 46
  • 47. Sólo  faltas  tú  y  tu  foto ¿Cuál  es  tu  frase  ególatra? No  me  digas  que  eres  tan  soberbio  para  llamarte  a  1  mismo  “humilde” Tan  humilde  que  no  reconoces  tu  soberbia 47
  • 49. Un  maestro  le  dice  a  su  discípulo: “Te  doy  una  técnica  especial  para   superar  tus  conflictos:  ejercítate  en   desear  lo  que  rechazas” 49
  • 50. Tus  creencias  es  lo  que  te  hace  más   daño  ¿qué  tal  si  probaras  a  creer   exactamente  todo  lo  contrario  a  lo  que   crees? Realmente  crees  lo  que  niegas.  Porque   afirmar  y  negar  categóricamente  algo   es  exactamente  lo  mismo. 50
  • 51. ¿Qué es el ego?
  • 52. La  enfermedad,  el  mal,  el  defecto Soberbia Soberbio Ególatra Vanidad Engreído Vanidoso Al1vo Ego Irrespetuoso Narcisista Arrogante Presuntuoso Al1vez Impaciente Orgulloso Envanecido Insolente Narciso Defecto   Prepotencia o  debilidad Orgullo Envanecimiento Lucha Pleito Oposición Conflicto Juicio Resistencia Ac1tud Comportamiento Crí1ca Cerrazón Obtuso Condena 52
  • 53. ¿Qué es la soberbia?
  • 54. " La soberbia es la máscara de la ignorancia " 54
  • 55. El  peor  de  los  pecados  (avaricia,  lujuria,  ira,  gula,  pereza,  envidia) El  mayor  defecto  de  un  ser  humano “Un  vicio  nega1vo  del  espíritu,  el  peor  de  todos” “El  soberbio  1ene  un  amor  desordenado  hacia  su  propio  bien  por  encima  de  otros  bienes   superiores...  Es  amor  desordenado  porque,  como  el  soberbio  no  se  conoce  como  quien  es,  sino   como  aquel  que  quiere  ser,  desea  para  él  lo  que  no  le  es  adecuado...  La  soberbia  es,   obviamente,  contraria  al  amor  al  prójimo  en  cuanto  que  alguien  se  prefiere  desordenadamente   a  sí  mismo.  De  ahí  se  deriva  la  carencia  de  amistad” “El  mero  hecho  de  dudar  que  existan  bienes  más  altos  que  el  propio  ya  es,  pues,  síntoma  de   este  defecto” “La  soberbia  es  el  ape1to  inmoderado  de  la  propia  excelencia  que,  de  paso,  rebaja  la  dignidad   ajena” “Se  iden1fica  también  a  la  soberbia  como  la  madre  y  reina  de  todo  defecto,  su  origen  y  su  fin,   de  modo  que  todas  las  otras  lacras  humanas,  como  hijas  naturales  de  esta,  1enen  cierto   parecido  a  la  madre  y  cierta  propensión  a  rendirle  honores” Juan Fernando Sellés 55
  • 56. “El  soberbio  no  se  subordina  a  su  recto  conocimiento  propio” “La  soberbia  impide  la  sabiduría” “Las  verdades  directamente  impedidas  por  la  soberbia  son  las  denominadas  “afec1vas”,  es   decir,  unas  de  las  más  altas,  que  solo  los  virtuosos  conocen  por  connaturalidad” “La  ceguera  de  la  mente  es  el  fruto  seguro  de  la  soberbia” “La  soberbia  no  inhiere  en  la  voluntad  sino,  como  su  carcoma,  en  lo  más  neurálgico  de  nuestra   in1midad,  de  donde  procede  toda  malicia,  y  a  donde  toda  corrupción  se  ordena”. “Si  el  vicio  de  la  soberbia  es  el  más  grave,  también  será  el  más  tenaz  y  perdurable;  es  tan  fuerte   que  ex1ngue  todas  las  virtudes  y  corrompe  todas  las  potencias  humanas”. “Por  lo  que  se  refiere  a  sus  1pos,  se  entendía  que  uno  es  el  de  aquel  que  se  gloria  en  sus   cualidades,  y  otro  el  de  quien  se  arroga  lo  que  le  sobrepasa.  Obviamente  el  segundo  es  peor  -­‐ también  más  ciego-­‐  que  el  primero” Juan Fernando Sellés 56
  • 57. Sentirse "señor" del cargo La soberbia tiende a lo excelso, pero sin un "pequeño detalle": la rectitud. Se distingue de la vanidad o vanagloria (su vicio más afín) porque la primera es el deseo desproporcionado de cualquier gran realidad y la segunda, en cambio, tiende a la sola grandeza externa, la alabanza y el honor, es decir, a considerarse superior a quien se es. Así como el honor social es -según Aristóteles- el premio debido de la virtud, la soberbia busca ese honor pero sin virtud. Una es interna (latens in corde), mientras que la otra es su manifestación externa. Se decía que la soberbia se presenta, sobre todo, en dos frentes: en el de la ciencia y en el del poder. Juan Fernando Sellés La soberbia, el principal vicio universitario http://www.up.edu.mx/Default.aspx?doc=18050 57
  • 58. Soberbia Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros, soberbia, del latín superbia. La soberbia representa el alarde del poder, su exposición de manera exagerada o de forma ruin. Pero la persona que experimenta la soberbia, el soberbio, no es un hombre hiperbólico, aunque finge serlo, es más bien un ser que se ha consumido en la carencia y su miseria consiste en creerse menos que los demás. La codicia, el egoísmo, el miedo y la necesidad están relacionadas con la soberbia. http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-soberbia.html 58
  • 59. La soberbia es un valor que no suele ser muy bien visto dentro de la sociedad y por las personas en general. Así es como nunca está de más el hecho de reflexionar el por qué de este rechazo hacia la arrogancia. Por eso hemos seleccionado algunas frases para pensar sobre el tema. La soberbia es un sentimiento típico del ser humano, que no suele esconder tras de sí grandes valores. Muchas de las personas que la ejercen, detrás de esa arrogancia encarnan sentimientos débiles y, justamente, por eso recurren a ella. Así es como nunca está de más reflexionar mediante algunas frases sobre este tema. Aquí hemos seleccionado algunas. "La soberbia es la máscara de la ignorancia." (Anónimo) "Más reinos derribó la soberbia que la espada, más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros." (Saavedra Fajardo) "Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos." (Francisco de Quevedo) "La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano." (San Agustín) "La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad." (Nicolás Maquiavelo) "El oro hace soberbios y la soberbia necios." (Refrán popular) htp://www.inna1a.com/s/c-­‐frases-­‐citas-­‐reflexiones/a-­‐frases-­‐sobre-­‐la-­‐ soberbia.html 59
  • 60. Causas de la Soberbia
  • 61. Causas  de  la  soberbia Crees  que  tu  rostro  o  tu  cuerpo  es  especial  o  superior  al  de  los  demás.  Estás  pagado  de  1   mismo.  Es  una  reafirmación  excesiva  del  yo.  Presumes  de  tus  cualidades  con  o  sin  mo1vo. Tus  ideas,  tus  creencias,  tu  ideología.  Por  tu  ignorancia. Tu  dinero,  tus  bienes  (ropa,  joyas,  etc.)  o  tus  propiedades La  altura  del  status,  tu  posición,  tu  cargo,  tu  responsabilidad Tus  obras Tu  pertenencia  a  un  club,  a  un  par1do  polí1co,  a  una  religión,  a  un  país  (nacionalismo),  a   una  raza  humana,  a  una  especie  (homo  sapiens  sapiens).   Sobrevalorarte  a  1  y  subvalorar  a  los  demás. Tus  resultados,  tus  frutos,  tus  ganancias,  tus  éxitos. Te  crees  mejor  que  los  otros,  más  listo,  más  inteligente “No  vas  a  poder  dejar  de  sufrir  hasta  que  no  te  iguales  a  los  demás.  ¿Por  qué?   Porque  para  dejar  de  sufrir  1enes  que  desbancar  al  ego.  Porque  la  base  del   sufrimiento  es  que  te  sientes  superior  a  los  demás”. ShanMdeva 61
  • 62. El orgulloso se inclina fácilmente a airarse, incluso por nimiedades, cuando algo contraría su voluntad. Soberbia es también cometer claras injusticias con los inferiores sin repararlas ni pedir perdón por ellas -este defecto deprime fácil y casi inadvertidamente la justicia- también lo es padecerlas guardando permanente rencor al agresor, no ver compañeros sino subordinados, fijarse más en los ajenos defectos que en sus virtudes, controlar el trabajo de los demás -siendo el propio inmune a todo control-, aparentar interés ante la presencia de otros cuando en realidad no se ven sino personas que molestan los propios intereses y conducen a perder el tiempo –hipocresía, en román paladino-, la ingratitud de fondo -aunque se cuide la forma- ante un servicio o trabajo prestado, la crítica cuando no pretende ser constructiva, negarse a desempeñar tareas "inferiores" -fotocopias o cualquier otro trabajo manual-, discutir -entre los soberbios siempre hay litigios-, y excusarse ante las justas correcciones, evadirse ante las ayudas que se piden y buenamente se pueden ofrecer... Lo es, desde luego, el abuso de poder -poner bozal al buey que trilla-, inmiscuirse autoritariamente en asuntos ajenos que no atañen directamente, preguntar no para aprender, sino para poner en un brete al ponente, objetar no para ayudar, sino para hacer valer la propia opinión... Todo lo que provoca la separación de los demás -aunque bien es verdad que hay que ser más amigo de la verdad que de cualquiera- es un derivado de la soberbia, así como la precipitación en las decisiones de gobierno, la pérdida de tiempo en asuntos insignificantes, considerar las materias más relevantes -teología, antropologia, ética...- como "marías", barnices, o "buenas consejas", suponer que los alumnos, los servicios y secretarías se deben subordinar a los profesores, pensar que los demás están al propio servicio, no al revés... Juan Fernando Sellés 62
  • 63. Vázquez-Figueroa, la dureza "nace casi siempre de una desesperada necesidad de ocultar las propias debilidades"; 63
  • 64. Es asimismo propenso a ensoberbecerse quien, siendo de condición humilde y sin experiencia de gobierno, es elevado a algún cargo. Juan Fernando Sellés 64
  • 65. creer que el sentido del ser personal coincide con el del yo que uno se ha forjado con sus títulos y currículum y con el que barniza su mirada y actuación, o sea, su entera vida universitaria. "Así es –advierte J. Philipe- como nos fablicamos el 'ego', diferente del auténtico 'ser', de modo similar a como se infla un globo. Este 'yo' artificial, requiere un gran gasto de energía para sostenerse; y como es frágil, necesita ser defendido. Juan Fernando Sellés Títulos El   El   Currículum ser  real Vs “yo”   Puesto ar1ficial Posesiones Conocimiento Ya  eres Requiere  un  gran  gasto  de  energía  para   No  necesitas  hacer  nada  o  decir  nada  o   sostenerse ir  a  ningún  lugar Como  es  frágil,  necesita  ser  defendido No  necesitas  defender  nada Está  en  guardia,  ataca 65 Sólo  estar  en  paz,  tranquilo Cuando el Evangelio dice que debemos 'morir a nosotros mismos', en realidad alude a la muerte de ese 'ego' -ese yo fabricado artificialmente- para que pueda aparecer el 'ser' auténtico regalado por Dios". Si alguien se obceca en la afirmación de su propio yo, va perdiendo de vista su sentido personal, la mayor donación creatural que ha recibido. Para captar el sinsentido de la soberbia, tal vez valga la pregunta del libro de la Sabiduría: "¿De qué nos ha servido la soberbia?"; si por ella agoniza el propio ser personal, ¿qué se podrá ganar tras su pérdida? Juan Fernando Sellés
  • 66. El  loop  o  bucle  de  retroalimentación  más  peligroso  que  afecta  a  los  seres  humanos La  ignorancia  lleva  a  la  soberbia  y  la  soberbia  lleva  a  la  ignorancia ¿Cómo  escapar  de  este  círculo  vicioso?  En  especial  cuando  el  soberbio  no  se  deja  ayudar,  porque  no   reconoce  que  está  enfermo  y  no  reconoce  que  haya  nadie  quien  le  pueda  ayudar. Soberbia Ignorancia ¿Qué  lo  puede  romper? La  Conciencia El  dolor,  el  sufrimiento  (la  vejez,   La  humildad la  enfermedad,  la  muerte,  las   El  aceptar  algo  superior  o   pérdidas) mayor  a  1 66
  • 67. ¿Cómo combatir la soberbia?
  • 69. “Donde  hay  humildad  hay  sabiduría” Prov.  XI,  2 69
  • 70. “Por  eso  se  en1ende  que  la  perfección   contraria,  la  humildad,  sea  -­‐más  que  una   virtud  de  la  voluntad-­‐  la  fuente  personal  de   todas  las  virtudes” “También  por  esto,  en  cuanto  que  la   humildad  remueve  la  soberbia,  es  la  sal  que   preserva  toda  virtud”. Juan  Fernando  Sellés http://www.up.edu.mx/Default.aspx?doc=18050 70
  • 72. 72
  • 73. 73
  • 74. ¿Existe  la  soberbia  colec1va? Contra el resentimiento y la soberbia Por Joaquim Coll, historiador, y Daniel Fernández, diputado del PSC (EL PERIÓDICO, 05/07/09): Escribe el filósofo Josep Ferrater Mora en la obra Formes de vida catalana, publicada en el exilio, en Chile, en 1944, que los catalanes podemos exagerar nuestras virtudes (la mesura, la sensatez, la ironía, la continuidad) hasta convertirlas en vicios menos agradables. Por ejemplo, la virtud de la mesura llevada hasta el extremo nos conduce a la manía del formalismo. En cualquier caso, añade, seguiría siendo verdad que la raíz de esos vicios son virtudes y que, por tanto, «podríamos siempre, con un poco de esfuerzo, volver a nuestra fuente originaria». Pero existen dos corrientes que, una vez desatadas, puntualiza el filósofo, son mucho más difíciles de vencer. Se trata del resentimiento y de la soberbia. La soberbia tiene una sola dirección: el descenso colectivo. El resentimiento segrega unas toxinas que envenenan el espíritu de los catalanes. Una y otra se encuentran tan unidas que muchas veces son la misma cosa, concluye. Esta modesta introducción al pensamiento de Ferrater Mora nos sirve para afirmar que hoy una parte de Catalunya corre el peligro de descolgarse por el camino del resentimiento y la soberbia. Son voces que quieren imponer un solo relato sobre la realidad del país y que quieren marcar la dirección futura del catalanismo. Hablamos, en definitiva, de la Catalunya nacionalista o soberanista. Resulta paradójico que, una vez derrotadas electoralmente en las urnas las tesis neocentralistas del PP, en el 2004 y en el 2008, ahora algunos insisten en pintarnos un escenario igualmente catastrófico, como si todo fuera lo mismo. Como si el PSOE y el PP representaran la misma política. Bien sabemos los catalanes que esto no es así. http://www.almendron.com/tribuna/25697/contra-el-resentimiento-y-la-soberbia/ 74
  • 76. El castigo del soberbio es la soledad, porque no hay quien le ame 76
  • 77. Refinada soberbia es abstenerse de obrar por no exponernos a la crítica. Miguel De Unamuno Cesen los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes. José Marti Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos. Hermann Hesse Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres. Henry Frédéric Amiel El principio de todo vicio es la soberbia. Don Bosco ¿Humillarse uno para herir su soberbia? Friedrich Nietzsche Quien no sabe mostrarse cortés, va al encuentro de los castigos de la soberbia. Fedro Contra soberbia, humildad, suspira el fraile. Contra soberbia, ¡rebelión! , gritamos los hombres. Ricardo Flores Magón Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda. Martín Lutero 77
  • 78. La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. San Agustín (354-439) Obispo y filósofo. Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos. Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español. La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad. Nicolás Maquiavelo (1469-1527) Historiador, político y teórico italiano. El oro hace soberbios, y la soberbia, necios. Refrán La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió. Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español. Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla. Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español. La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado, y, sin embargo, el más difícil de curar. Nicolás Tommaseo (1802-1874) Escritor y lingüista italiano. 78
  • 79. ¿Necesidad? Palabra cómoda con que el culpable se quita de encima la culpa, para arrojar en el vacío toda soberbia y traición. (E. de Geibel) Quien no sabe mostrarse cortés, va al encuentro de los castigos de la soberbia. (Fedro) El desconocimiento propio genera soberbia; pero el desconocimiento de Dios genera desesperación. (San Bernardo de Claraval) La gloria no es galardón, cuando es soberbia y pasión. (Anónimo) La soberbia y el egoísmo, son los padres de la soledad. (Francisco Rubio Bermejo) La soberbia es la rabia del impotente. (Francisco Rubio Bermejo) La soberbia es tal vez una de las formas de expresión más refinadas que tiene la estupidez (Ricardo Combariza) El reflejo más grande de la ignorancia, es la soberbia de la sabiduría. (Sergio Peña) 79
  • 80. Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos. Francisco de Quevedo y Villegas La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. San Agustín 80
  • 81. El principio del pecado es la soberbia. Fray Luís de León La soberbia es el vicio por el cual los hombres apetecen los honores que no les competen. Ramón Llull Contra el feliz soberbio, apenas pueden los buenos. Proverbio castellano No hay soberbio ni arrogante, que deje de ser cobarde. Proverbio castellano El principio del pecado es la soberbia. Quien se exalta, es deprimido; quien se eleva, es postergado; quien se hincha, revienta. San Isidoro 81
  • 82. "Pues soberbia será de todos modos querer saber tú solo más que todos." Pedro Cardenal De La Barca "Aumenta la soberbia el buen vestido." Tirso De Molina "Más reinos derribó la soberbia que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros." Diego de Saavedra "No es soberbia la persona, es soberbia la idea." Juan Valera “Es preferible la debilidad de la carne a la soberbia del espíritu” (Anónimo. Ojalá no lo diga un soberbio al que le gusta la debilidad de la carne) “Muchos pueden dedicar toda la vida para predicar pero pocos sirven para edificar” “No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más” 82
  • 83. La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado, y, sin embargo, el más difícil de curar. Nicolás Tommaseo (1802-1874) Escritor y lingüista italiano. 83
  • 85. Entre las varias representaciones artísticas con que se ha identificado la soberbia se encuentran el león, el caballo, el pavo real, el murciélago, el color violeta y el espejo. http://es.wikipedia.org/wiki/Soberbia Escher en Canal http://es.wikipedia.org/wiki/Panthera_leo Violeta http://es.wikipedia.org/wiki/Chiroptera http://es.wikipedia.org/wiki/Pavo_cristatus fotobazar17.com
  • 87. La  adoración  del  yo htp://trazandocaminos.blogspot.com/2010/08/soberbia-­‐la-­‐soberbia-­‐no-­‐es-­‐grandeza.html Es  curioso  que  se  pueda  adorar  tanto  algo  que  no  existe,  que  no  1ene   existencia  intrínseca,  que  es  impermanente  (perecedero),  que  es  tan  frágil  y   cuyo  defecto  es  lo  que  más  se  adora:  su  soberbia,  estar  tan  autocentrado  en   si  mismo  que  es  incapaz  de  verse  tal  cual  es.   87
  • 88. La Soberbia No siempre muestra su verdadera cara Detalle de Soberbia, Mesa de los pecados capitales por Hieronymus Bosch. Escena de soberbia o vanidad, una mujer con pequeños objetos de uso cotidiano. Se mira en un espejo que hay en un armario, sostenido por un demonio 88 htp://trazandocaminos.blogspot.com/2010/08/soberbia-­‐la-­‐soberbia-­‐no-­‐es-­‐grandeza.html
  • 89. Vanitas con su espejo. Pintado por Tiziano, c. 1515. 89
  • 90. Soberbia por Jacob Matham. 90
  • 91. Ego Conciencia Soberbia Luz Orgullo Humildad Vanidad Sabiduría Amor 91
  • 93. La Soberbia del Arbol... Sabiduria Budista Dicen que hace muchísimo tiempo a los árboles no se les caían las hojas. Y sucedió que un anciano iba vagando por el mundo desde joven, su propósito era conocerlo todo. Al final estaba muy pero que muy cansado de subir y bajar montañas atravesar ríos, praderas andar y andar , cansado de esto decidió subir a la más alta montaña del mundo, desde donde, quizás, podría ver y conocerlo todo antes de morir. Lo malo es que la montaña era tan alta que para llegar a la cumbre había que atravesar las nubes y subir más alto que ellas. Tan alta que casi podía tocar la luna con la mano extendida. Pero al llegar a lo más alto, comprobó que solo podía distinguir un mar de nubes por debajo suyo y no el mundo que deseaba conocer. Resignado decidió descansar un poco antes de continuar con su viaje. Siguió andando hasta que encontró un árbol gigantesco. Al sentarse a su gran sombra no pudo menos que exclamar: —¡Los Budas deben protegerte, pues ni la ventisca ni el huracán han podido abatir tu grandioso tronco ni arrancar una sola de tus hojas! —Ni mucho menos, —contestó el árbol sacudiendo sus ramas con altivez y produciendo un gran escándalo con el sonido de sus hojas—, el maligno viento no es amigo de nadie, ni perdona a nadie, lo que ocurre es que yo soy más fuerte y hermoso. - El viento se detiene asustado ante mí, no sea que me enfade con él y lo castigue, sabe bien que nada puede contra mí. El anciano se levantó y se marchó, indignado de que algo tan bello pudiese ser tan necio como lo era ese árbol. Al rato el cielo se oscureció y la tierra parecía temblar Apareció el viento en persona: —¿Qué tal arbolito? —rugió el viento—, así que no soy lo bastante potente para ti, y te tengo miedo? ¡Ja, ja, ja! rió el viento Al sonido de su risa todos los arboles del bosque se inclinaron atemorizados. 93
  • 94. —Has de saber que si hasta ahora te he dejado en paz ha sido porque das sombra y cobijo al caminante, ¿No lo sabías? —No, no lo sabía. —Pues mañana a la luz del sol tendrás tu castigo, para que todos vean lo que les ocurre a los soberbios, ingratos y necios. —Perdón, ten piedad, no lo haré más. —¡Ja, ja, ja, de eso estoy seguro, ja, ja ja! Mientras transcurría la noche el árbol meditaba sobre la terrible venganza del viento. Hasta que se le ocurrió un remedio que quizás le permitiese sobrevivir a la cólera del viento. Se despojó de todas sus hojas y flores. De manera que a la salida del sol, en vez de un árbol magnífico, rey de los bosques, el viento encontró un miserable tronco, mutilado y desnudo. Al verlo, el viento se echó a reir, cuando pudo parar le dijo así al árbol: —En verdad que ahora ofreces un espectáculo triste y grotesco. Yo no hubiese sido tan cruel,¿que mayor venganza para tu orgullo que la que tu mismo te has infringido?, de ahora en adelante, todos los años tu y tus descendientes, que no quisisteis inclinaros ante mi, recuperareis esta facha, para que nunca olvidéis que no se debe ser necio y orgulloso. Por eso los descendientes de aquel antiguo árbol pierden las hojas en otoño. Para que nunca olviden que nada es más fuerte que el viento. 94
  • 95. "Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando: lo único que no puede hacer es olvidarla. Quien no duda de sí mismo es indigno, porque confía ciegamente en su capacidad y peca por orgullo. bendito sea aquel que pasa por momentos de indecisión" (La Quinta Montaña, Paulo Coelho) 95
  • 96. El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo... Epicuro 96
  • 97. La Soberbia, el principal vicio universitario Por Juan Fernando Sellés
  • 98. La soberbia, el principal vicio universitario Agosto 2009 Juan Fernando Sellés Se suele decir que, en el caso de los universitarios, los vicios son un poco más retorcidos que en el resto de los humanos. Esto quizá se deba a un mayor intento de autojustificación. Sin embargo, dado que en el universitario pesa más -o debería hacerlo- lo intelectual que lo sensible, se puede sostener que, aunque todos los defectos (como las virtudes) suelen darse entrelazados, la soberbia es más propia del mundo académico. Ya Santo Tomás de Aquino señaló que se trata del vicio más característico de los seres espirituales. De modo que quien se sienta perturbado en mayor medida por cualquiera de los otros (avaricia, lujuria, ira, gula, pereza o envidia) seguramente tenga derecho a preguntarse hasta qué punto es universitario. La palabra "soberbia" se puede entender en dos sentidos: uno positivo y poco frecuente, y otro negativo y de uso ordinario, según si su objeto es, respectivamente, bueno o malo. Formalmente hablando, el vocablo designa un vicio negativo del espíritu, el peor de todos. En la universidad, el sentido positivo de la palabra designa que lo sigue siendo y crece como tal. En cambio, el negativo designa al más eficaz disolvente de la institución universitaria. En la Antigüedad se consideraba que el soberbio era el que tiene un amor desordenado hacia su propio bien por encima de otros bienes superiores. El mero hecho de dudar que existan bienes más altos que el propio ya es, pues, síntoma de este defecto. Es amor desordenado porque, como el soberbio no se conoce como quien es, sino como aquel que quiere ser, desea para él lo que no le es adecuado. La soberbia se describía como el apetito inmoderado de la propia excelencia que, de paso, rebaja la dignidad ajena. Desde luego, la excelencia se debe a alguna cualidad buena; por eso, se puede referir a diversas aptitudes humanas. Por el contrario, el humilde no se preocupa de la propia excelencia, pues se considera indigno. Se identificaba también a la soberbia como la madre y reina de todo defecto, su origen y su fin, de modo que todas las otras lacras humanas, como hijas naturales de esta, tienen cierto parecido a la madre y cierta propensión a rendirle honores. Otra nota atribuida a este vicio era que radicaba en la voluntad y, por ser una mala inclinación de esta potencia humana, se añadía que el soberbio no se subordina a su recto conocimiento propio, mientras que la humildad se ajusta al adecuado conocimiento que alguien tiene de sí ("donde hay humildad hay sabiduría", Prov. XI, 2). Por eso se admitía que la soberbia impide la sabiduría. También era sabido que las verdades directamente impedidas por la soberbia son las denominadas "afectivas", es decir, unas de las más altas, que solo los virtuosos conocen por connaturalidad. Se añadía, además, que la ceguera de la mente es el fruto seguro de este defecto. No obstante, la soberbia no inhiere en la voluntad sino, como su carcoma, en lo más neurálgico de nuestra intimidad, de donde procede toda malicia, y a donde toda corrupción se ordena. Sí; nadie se reduce a su voluntad, y la soberbia y la peor ignorancia anidan en esa realidad personal irreductible, lo cual llevará a San Pablo a clamar: "De la ceguera del corazón, líbranos Señor". Por eso se entiende que la perfección contraria, la humildad, sea -más que una virtud de la voluntad- la fuente personal de todas las virtudes. También por esto, en cuanto que la humildad remueve la soberbia, es la sal que preserva toda virtud. Si el vicio de la soberbia es el más grave, también será el más tenaz y perdurable; es tan fuerte que extingue todas las virtudes y corrompe todas las potencias humanas. Por lo que se refiere a sus tipos, se entendía que uno es el de aquel que se gloría en sus cualidades, y otro el de quien se arroga lo que le sobrepasa. Obviamente el segundo es peor -también más ciego- que el primero. 98
  • 99. Sentirse "señor" del cargo La soberbia tiende a lo excelso, pero sin un "pequeño detalle": la rectitud. Se distingue de la vanidad o vanagloria (su vicio más afín) porque la primera es el deseo desproporcionado de cualquier gran realidad y la segunda, en cambio, tiende a la sola grandeza externa, la alabanza y el honor, es decir, a considerarse superior a quien se es. Así como el honor social es -según Aristóteles- el premio debido de la virtud, la soberbia busca ese honor pero sin virtud. Una es interna (latens in corde), mientras que la otra es su manifestación externa. Se decía que la soberbia se presenta, sobre todo, en dos frentes: en el de la ciencia y en el del poder. Pues bien, la universidad es, por un lado, la sede por antonomasia de la ciencia y, por otro, está constituida ad intra según un modelo jerárquico de poder bastante acusado. En cuanto a lo primero, es bien conocido que la ciencia hincha, y el que se cree que sabe todavía no sabe como es debido. Respecto a lo segundo, las posibles causas de soberbia son dos: la altura del status y las obras. No es extraño, pues, que la soberbia aparezca en una corporación feudal vigente hoy día como la universidad, donde los títulos y cargos directivos marcan en exceso el escalafón, y más todavía, en una sociedad como la actual, donde "mandar" y "obedecer" no significan exclusivamente "servir". En efecto, soberbia es sentirse "señor" del cargo -incluso del que no le han encargado-, no "administrador". Decíase, además, que este mal afecta sobremanera a la juventud, y la universidad es la institución donde más abunda. Con todo, no es solo un problema de gente joven, pues con el paso de los años este defecto se vuelve tan acrisolado y retorcido como encubierto. También se declara que incide más en las personas públicas que en las privadas, y es obvio que el oficio universitario es público. La soberbia en uno mismo Para consigo mismo, la actitud soberbia en la universidad lleva al convencimiento de que sin el propio criterio y experiencia difícilmente se puede acertar en un tema o realizar algo con corrección. Se manifiesta con la arrogancia y la jactancia: la primera, porque el soberbio se siente pagado de sus propios éxitos por encima de su valía; la segunda, porque presume de sus cualidades, con o sin motivo. Lo mismo ocurre con la pertinacia en el propio parecer o la rotundidad con que se afirma un criterio, incluso aunque con el paso del tiempo -y no mucho- tal juicio cambie hasta el punto de mantener -con la misma determinación- la posición contraria. A las manifestaciones precedentes se pueden añadir más: dar por hecho que los demás no tienen nada que aportar, leer textos más por curiosidad o por crítica que por aprender y salvar la parte de verdad que contienen, callar el error grave y perjudicial de un autor, cuando se debe y ante quienes es debido descubrirlo, so capa de que se tiene cierta preferencia con él, perseverar en el error, tener manías y creérselas... Es asimismo propenso a ensoberbecerse quien, siendo de condición humilde y sin experiencia de gobierno, es elevado a algún cargo. Soberbia académica propia es, sobre todo, creer que el sentido del ser personal coincide con el del yo que uno se ha forjado con sus títulos y currículum y con el que barniza su mirada y actuación, o sea, su entera vida universitaria. "Así es –advierte J. Philipe- como nos fablicamos el 'ego', diferente del auténtico 'ser', de modo similar a como se infla un globo. Este 'yo' artificial, requiere un gran gasto de energía para sostenerse; y como es frágil, necesita ser defendido. El orgullo y la dureza siempre van unidos... Cuando el Evangelio dice que debemos 'morir a nosotros mismos', en realidad alude a la muerte de ese 'ego' -ese yo fabricado artificialmente- para que pueda aparecer el 'ser' auténtico regalado por Dios". Si alguien se obceca en la afirmación de su propio yo, va perdiendo de vista su sentido personal, la mayor donación creatural que ha recibido. Como enseña Polo, "lo peor para el ser personal es aislarse o ensoberbecerse, pues el egoísmo y la soberbia agostan el ser donal". Para captar el sinsentido de la soberbia, tal vez valga la pregunta del libro de la Sabiduría: "¿De qué nos ha servido la soberbia?"; si por ella agoniza el propio ser personal, ¿qué se podrá ganar tras su pérdida? 99
  • 100. Soberbia hacia los demás Para con los demás, la soberbia lleva a considerarse superior a los otros en demasiados aspectos, lo cual acarrea la sospecha respecto a la capacidad ajena. La soberbia es, obviamente, contraria al amor al prójimo en cuanto que alguien se prefiere desordenadamente a sí mismo. De ahí se deriva la carencia de amistad, ya que a quien padece este mal no se le ocurre ser amigo de quienes ocupan un status inferior (alumnos, bedeles, enfermeras, profesionales de diversos servicios, etcétera), sino solo entre sus "iguales", (a los que tampoco ve como "iguales"). Por eso tiende a ser conocido y estimado solo entre los VIP académicos. Otra manifestación es el trato frío (de "¡Buenas!" y "¡Adiós!") para con los colegas. A veces, ni siquiera eso: cuello erguido y miradas altivas, indiferentes o, incluso, apartar la vista. También lo es la discordia motivada por la diversidad de pareceres profesionales, pues el orgulloso no favorece la libertad ajena. Promueve asimismo la injuria, ya que tras consolidar una concepción tan fija como rebajada de demás, se tiende a ponerles etiquetas cuyo adhesivo es tan fuerte y permanente como los juicios severos de los que nace. Tales motes constituyen un jocoso y actual método de difamación. Esto parece tan extendido que, si existe algún alumno que no critique a sus profesores o un profesor que disculpe a sus colegas y alumnos críticos, rozará la perfección. El orgulloso se inclina fácilmente a airarse, incluso por nimiedades, cuando algo contraría su voluntad. Soberbia es también cometer claras injusticias con los inferiores sin repararlas ni pedir perdón por ellas -este defecto deprime fácil y casi inadvertidamente la justicia- también lo es padecerlas guardando permanente rencor al agresor, no ver compañeros sino subordinados, fijarse más en los ajenos defectos que en sus virtudes, controlar el trabajo de los demás -siendo el propio inmune a todo control-, aparentar interés ante la presencia de otros cuando en realidad no se ven sino personas que molestan los propios intereses y conducen a perder el tiempo –hipocresía, en román paladino-, la ingratitud de fondo -aunque se cuide la forma- ante un servicio o trabajo prestado, la crítica cuando no pretende ser constructiva, negarse a desempeñar tareas "inferiores" -fotocopias o cualquier otro trabajo manual-, discutir -entre los soberbios siempre hay litigios-, y excusarse ante las justas correcciones, evadirse ante las ayudas que se piden y buenamente se pueden ofrecer... Lo es, desde luego, el abuso de poder -poner bozal al buey que trilla-, inmiscuirse autoritariamente en asuntos ajenos que no atañen directamente, preguntar no para aprender, sino para poner en un brete al ponente, objetar no para ayudar, sino para hacer valer la propia opinión... Todo lo que provoca la separación de los demás -aunque bien es verdad que hay que ser más amigo de la verdad que de cualquiera- es un derivado de la soberbia, así como la precipitación en las decisiones de gobierno, la pérdida de tiempo en asuntos insignificantes, considerar las materias más relevantes -teología, antropologia, ética...- como "marías", barnices, o "buenas consejas", suponer que los alumnos, los servicios y secretarías se deben subordinar a los profesores, pensar que los demás están al propio servicio, no al revés... Los que ocupan cargos inferiores tampoco están libres de este defecto cuando desobedecen injustificadamente y cuando desprecian el mandato. La soberbia también puede estar detrás de una afectada seriedad, casi decimonónica, cuyo lenguaje no es directo y amable, sino seco y más propio de una partida de ajedrez. La actuación suele estar acompañada de una conducta formalista, opuesta a la alegría y sencillez que deben caracterizar al cristiano corriente. Se puede replicar que tales encumbrados personajes no carecen de cierta alegría, sin embargo, la suya no parece espontánea sino forzada y, según Tolstoi, "la alegría fingida es aún peor que el aburrimiento". Tan acartonada gravedad comporta frecuentemente un trato duro, incluso dictatorial, hacia los demás. Pero, como señala Vázquez-Figueroa, la dureza "nace casi siempre de una desesperada necesidad de ocultar las propias debilidades"; por eso, en el fondo, el soberbio es pusilánime. Esta rigidez lleva a mostrarse no solo susceptible ante cualquier comentario ajeno, sino a la defensiva y agresivo. Tal dureza es más perjudicial para quien la posee que para aquellos a quienes se dirige, en cualquier caso, si alguien es el sujeto paciente -sufriente- de algunas de las precedentes actitudes, debe estar muy agradecido, pues puede verlas como buenas ocasiones para intentar ser humilde. Otro fruto del orgullo intelectual es el distanciamiento respecto de los demás, en especial de los inferiores. En esta tesitura carece de sentido promover la interdisciplinariedad, porque ni siquiera se puede vivir la disciplinariedad en una misma rama del saber. De ese modo, la universidad se transforma, primero, en una pluridiversidad y, después, en un museo de cera de extravagantes figuras. 100
  • 101. Antídotos Al terminar de describir e! defecto y algunas de sus manifestaciones académicas se debe dar cierta pauta de solución, pues estas consideraciones -de inspiración clásica (se hallarán casi todas en el Index Tomisticus)- no pretenden ser posmodernas, literatura que describe problemas existenciales sin aportar solución. En general, a cualquier persona afectada en mayor o menor medida por este mal le viene bien el dolor y la enfermedad, pues la excesiva seguridad profesional amparada en los estamentos es fácil de vulnerar: la debilidad humana aparece en la vivencia de cualquier dolencia, que tarde o temprano, llega a todos. En efecto, como advierte Polo, "el dolor suspende la soberbia de la vida, el envanecimiento y la orgullosa seguridad en la propia eficiencia y capacidad para establecerse y moverse en un orden regular y suficiente, y así deja patente, sin trabas ni enmascaramientos, la necesidad e indigencia de la existencia humana en medio del éxito mundano". A quien no desea esperar la llegada de la enfermedad para empezar a combatir este mal interno, se le puede aconsejar que, si la soberbia es respecto de sí mismo, tenga piedad, no vaya a ser que intentando con denodado esfuerzo forjar un yo más o menos exitoso, no persista en la progresiva búsqueda de su propio sentido personal e irrepetible y lo acabe perdiendo. La faceta de este vicio respecto de los demás se cura eficazmente con el temor al oprobio e ignominia cuando -como en el caso de los políticos- devienen públicas las propias culpas. También cuando se piden favores a otros. Como estas páginas se refieren al mundo universitario, cabe indicar como buenos tratamientos contra la soberbia los siguientes: en lo personal, advertir que los más sabios son personas sencillas. En lo racional, el estudio, y en lo que se refiere al comportamiento, la modestia en el hablar y en el hacer, pues la humildad suena en la voz y, en mayor medida, en el silencio. Si se desea más concreción en algunos ejemplos académicos, se pueden proponer otros tantos: para el filósofo -y para el teólogo- como advirtió Julián Marías, "su riesgo permanente e ineludible es la soberbia; pero esta se cura solo con que el filósofo siga siéndolo", pero no solo como lo fue, sino como debe serlo, es decir, que busque con más ahínco la verdad y se olvide de su yo; que no se conforme con lo logrado en su pasado: que sus obras y palabras sean más profundas que las de antaño, porque la verdad radica preferentemente en el futuro histórico y metahistórico. Un verdadero filósofo puede pasar sin cargos y sin títulos -y con poco dinero...-, pero no sin pensar, aprender, descubrir... Un filósofo de veras busca su sentido personal, no exhibir su "ideal" de yo. La actitud de independencia y de búsqueda de la propia identidad del yo es lo que -según Hegel- caracterizó a la filosofía de Kant. Por tanto, de ser certera esta acusación, no es pertinente imitar la subjetivista actitud kantiana. A otros humanistas les puede servir de ejemplo la exclamación de Rosalía de Castro: "¡Oh gloria!, deidad vana cual todas las deidades, jamás te rendí culto, jamás mi frente altiva se inclinó de tu trono ante el dosel soberbio, que en el orgullo humano tienen altar y asiento... ¡Cuántos te han alcanzado que no te merecían! y ¡cuántos cuyo nombre debiste hacer eterno, en brazos del olvido más triste y más profundo perdidos para siempre duermen el postrer sueño!". A los facultativos de las ciencias experimentales les apela este comentario poliano: "La actividad científica dirigida como corrección de la obra divina es simplemente ociosa (equivalencia de soberbia y pereza). Pero, en cuanto ociosa, sustituye a la actividad científica adecuada: la ciencia del bien y del mal es la omisión de la ciencia del bien y solo del bien (pecado de omisión)". ¿Y a los directivos? Tal vez les sirva esta sugerencia del mismo autor: repartir el poder y fomentar la libertad responsable, pues eso indica que no se ven competidores en los demás, sino alegría de que tengan la capacidad de hacer y se dediquen a ejercer su propia actividad sin recelos. En suma, en la medida en que en la universidad se logre extirpar la soberbia, se logrará descubrir más verdad. Como la universidad debe ser la punta de lanza del saber superior que indaga en la verdad, una institución académica que combata este defecto cumplirá mejor su fin. Nuestro Tiempo 654 101
  • 102. Si nada más funciona... intente esto
  • 103. 73. Ese necio desea reputación y prioridad entre los monjes, autoridad en los monasterios y honores entre otras familias. 74. Deja que laicos y monjes piensen que él es el que ejecuta cada trabajo, grande o pequeño, dejando que se refieran a él. Así es la ambición de este necio, aumentando sus deseos y su orgullo . 75. Mas, ciertamente, uno es el sendero que conduce a las conquistas mundanas y otro el que lleva al Nirvana. Comprendiéndolo así el monje, no se regocija con los favores mundanos, sino que cultiva el desapego. 94. Aquel que controla firmemente sus sentidos, como el auriga sus caballos; aquel que está purificado del orgullo y desprovisto de las pasiones, a ese tal hasta los dioses envidian. 150. Este cuerpo es una ciudadela hecha de huesos cubiertos de carne y sangre en donde se almacenan el envejecimiento y la muerte, el orgullo y el engaño. 221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones. 285. Elimina tu arrogancia como se arranca la lila en otoño. Cultiva el Sendero de la paz. El Nirvana ha sido mostrado por el Iluminado. 294. Habiendo eliminado a la madre (avidez) y al padre (orgullo) y a los dos reyes (infinitismo y nihilismo), y habiendo destruido a un reino y sus habitantes (apego), uno se convierte en un iluminado. 407. Aquel cuyo deseo y odio, orgullo e ignorancia han caído como la semilla de mostaza desde la punta de la aguja, a ése llamo yo noble. Dhammapada
  • 104. Ratnasambhava (contra el orgullo) Es el Buda dorado que favorece la generosidad, la humildad y el ánimo alegre. Combate el orgullo, la soberbia, la codicia, la necesidad de tener razón y de dominar o manipular al otro. Su elemento es la Tierra Mantra: “OM RATNASAMBHAVA TRAM”. Pronuncie el mantra, mientras siente que una luz dorada atraviesa su coronilla y se expande, limpiando su cuerpo, mente y aura de todo vestigio de soberbia, codicia o sentimientos de superioridad. Ratnasambhava Dirección: Sur Elemento: Tierra Color: Amarillo Dorado como el Sol Propósito: Disolver Orgullo OM RATNASAMBHAVA TRAM (recita las más veces posibles para disolver tu orgullo, la exageración de las propias cualidades y menosprecio de las cualidades de los demás) 104
  • 105. RATNASAMBHAVA Eres de color Amarillo Dorado como el Sol, eres el Buda que reúne la Sabiduría de las perfecciones del Ser que da sin medida, generoso y siempre con ánimo positivo y alegre. Transformas toda codicia, avidez y orgullo con tu joya de plenitud infinita (Ratna) limpiando cualquier sentimiento negativo. Tu elemento es la Tierra y tu dirección es el Sur. El Caballo con toda la fuerza y el brío para disolver los malos sentimientos. MANTRA: OM RATNASAMBHAVA TRAM (recita el mantra cuantas veces puedas visualizando al Buda Ratnasambhava sobre tu coronilla enviando rayos de luz que purifican tu cuerpo, mente y espíritu de codicia, avidez y orgullo) 105
  • 107. ego. (Del lat. ego, yo). 1. m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior. 2. m. coloq. Exceso de autoestima. -ego, ga. 1. suf. V. -iego. Real Academia Española © 107
  • 108. soberbia. (Del lat. superbĭa). 1. f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. 2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. 3. f. Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa. 4. f. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas. 5. f. ant. Palabra o acción injuriosa. soberbio, bia. (Del lat. superbus, infl. por soberbia). 1. adj. Que tiene soberbia o se deja llevar de ella. 2. adj. Alto, fuerte o excesivo en las cosas inanimadas. 3. adj. Grandioso, magnífico. 4. adj. Dicho ordinariamente de un caballo: Fogoso, orgulloso y violento. □ V. pobre y soberbio Real Academia Española © 108
  • 109. engreído, da. (Del part. de engreír). 1. adj. Dicho de una persona: Demasiado convencida de su valer. Real Academia Española © 109
  • 110. vanidad. (Del lat. vanĭtas, -ātis). 1. f. Cualidad de vano1. 2. f. Arrogancia, presunción, envanecimiento. 3. f. Caducidad de las cosas de este mundo. 4. f. Palabra inútil o vana e insustancial. 5. f. Vana representación, ilusión o ficción de la fantasía. ajar la ~ de alguien. 1. loc. verb. coloq. Abatir su engreimiento y soberbia. Real Academia Española © vanidoso, sa. 1. adj. Que tiene vanidad y la muestra. Real Academia Española © 110
  • 111. narcisismo. 1. m. Manía propia del narciso2. 2. m. Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras. Real Academia Española © narciso2. (Por alus. a Narciso, personaje mitológico). 1. m. Hombre que cuida demasiado de su adorno y compostura, o se precia de galán y hermoso, como enamorado de sí mismo. Real Academia Española © 111
  • 112. ególatra. 1. adj. Que profesa la egolatría. U. t. c. s. Real Academia Española © 112
  • 113. obtuso, sa. (Del lat. obtūsus, part. pas. de obtundĕre, despuntar, embotar). 1. adj. romo (‖ sin punta). 2. adj. torpe (‖ tardo en comprender). □ V. ángulo obtuso Real Academia Española © 113
  • 114. envanecimiento. 1. m. Acción y efecto de envanecer. Real Academia Española © envanecer. (Del lat. in, en, y vanescĕre, desvanecer). 1. tr. Causar o infundir soberbia o vanidad a alguien. U. t. c. prnl. 2. prnl. p. us. Dicho del fruto de una planta: Quedarse vano por haberse secado o podrido su meollo. U. en Chile. El trigo se ha envanecido con estas heladas. U. t. c. tr. ¶ MORF. conjug. c. agradecer. Real Academia Española © 114
  • 115. arrogante. (Del ant. part. act. de arrogar; lat. arrŏgans, -antis). 1. adj. Altanero, soberbio. 2. adj. Valiente, alentado, brioso. 3. adj. Gallardo, airoso. Real Academia Española © 115
  • 116. Amor Propio vs Soberbia
  • 117. No confundir Amor propio Soberbia Autoestima Orgullo Orgullo sano Egolatría Quererse a uno mismo Arrogancia Auto Aceptación Vanidad Auto valoración Aprecio por uno
  • 118. EL AMOR PROPIO Y LA SOBERBIA por lleiser Debes estar pensando que todas estas palabras sobre el amor a uno mismo implica un tipo de comportamiento detestable semejante a la egolatría. Nada puede ser estar más lejos de la verdad. El amor por uno mismo no tiene nada que ver con el tipo de comportamiento que se caracteriza por la insistencia en decirle a todo el mundo lo maravilloso que es uno. Ése no es amor a uno mismo sino más bien una forma de tratar de conseguir la atención y el aprecio de los demás. Es una actitud tan neurótica como la del individuo que está sobrecargado de desprecio por si mismo. El comportamiento arrogante y jactancioso está motivado por el deseo de ganar el aprecio de los demás. Quiere decir que el individuo se valora a sí mismo en base a lo que los demás ven en él. De no ser así, no sentiría la necesidad de convencer a los demás. Es suficiente contar con la propia aceptación interna. No tiene nada que ver con los puntos de los demás. http://cuidandomimundo.com/portal/?p=2700 118
  • 119. Yo  no  puedo... Yo no puedo derrotar a tu ego, lo tienes que hacer tu mismo. Ese trabajo no hay nadie en el universo que lo pueda hacer más que tú. “El ego no renuncia espontáneamente, debe ser dominado por la voluntad”. El mayor truco del ego es hacerte pensar que eres tu mismo. Tu no eres tu ego. No escuches esa voz. Si tan sólo lograras entender esta lección, en ese momento comenzaría tu desarrollo espiritual, una de las más feroces batallas que puedes pelear en tu vida. Hasta ahora tu ego te ha tenido subyugado, sometido, has sido su prisionero. Pero el que hayas abierto este mail, el que lo estés leyendo, es un gran logro. Si te sientes mal, si te sientes enojado, si te sientes irritado o molesto, es tu ego el que está reaccionando. Si tienes ganas de mandar este mail a la basura es tu ego el que se siente amenazado. Pero si te sientes sacudido, si te sientes conmovido, si estás teniendo un “quiebre”, es porque estás teniendo un momento de despertar de tu conciencia. Y este es un salto cuántico en tu desarrollo espiritual. Felicidades. El ego es tu soberbia, tu orgullo, tu miedo, tu vanidad, tu inseguridad, tu instinto de sobrevivencia, tu deseo de tener siempre la razón, tus juicios, tus críticas, lo que tu crees que es la realidad, tus percepciones equivocadas, tus paradigmas, tus emociones perturbadas, tus deseos aviesos más ocultos. Si se puede derrotar al ego, pero el único que lo puedes hacer eres tu. 119
  • 120. Tu eres tu mayor enemigo, tu ego. El problema estratégico es que ese ego te conoce demasiado bien, porque vive contigo, duerme contigo, va a todos lados contigo y así lo ha hecho a lo largo de todos los tiempos. Derrotarlo será la empresa más difícil que puedas emprender en tu vida. Pero vale la pena. Someter a tu ego es el principio del camino espiritual. Si tu vida está en conflicto, atrapada en problemas, si todo es un caos, si no sientes armonía, paz, tranquilidad, es porque tu ego reina. El día que lo sometas todo volverá a la paz, a la tranquilidad, a la claridad. El ego te hace creer que tus problemas están fuera de ti (deudas, crisis matrimoniales, que te sientas feo o viejo o acabado, rechazado, enfermo, inútil, despreciable, etc.). Esa es la voz del ego: cuando no te enaltece, haciéndote creer que eres el mejor, un rey, un príncipe, el más guapo, el más rico, el más adorado, el más famoso, el más listo, el más inteligente, el más popular, el más querido, entonces te da la puñalada trapera y lanza sus dardos más negros para sumirte en la desesperación, en la desesperanza, en la depresión. No lo oigas. La otra cara del ego es la depresión, es la inquietud, es la angustia. Es la misma moneda. Tu objetivo es encontrar el equilibrio, el justo medio. Ni sentirte dios, ni sentirte diablo. Ni estar eufórico ni estar deprimido. Encontrar el equilibrio, la armonía. Quieres derrotar a tu ego: simplemente obsérvalo. No resiste una mirada. Es tremendamente tímido. No aceptará que lo veas de frente. Le gusta actuar en las sombras, en la oscuridad y traerte por la calle de la amargura. Así lo ha hecho toda tu vida. Siempre ha tenido el control. Ahora es el momento en que le digas: ¡Ya Basta! Siempre hay un nuevo volver a empezar, un despertar, por fin se ha hecho la luz en tu consciencia y es justo que tu Ser tome el control. Al menos por este instante brilló tu Ser y aunque sea por un segundo dominaste a tu Ego. Eso demuestra que lo puedes lograr, aunque no será una guerra fácil. Haz ganado una primera batalla, pero el camino será largo y duro. A partir de este momento, si tu lo decides, puedes convertirte en un guerrero espiritual, y emprender una guerra cuyo campo de batalla está únicamente dentro de ti. Fuentes: - El Quiebre del Ego http://www.alcione.cl/nuevo/index.php?object_id=766 - Quiebres http://www.patriciahashuel.com.ar/126.htm 120
  • 121. «El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad» Ernest Hemingway 121
  • 122. 10 ABRIL 2010 Ego traicionero. Un asceta habia conseguido, tras muchos años de mortificaciones, contar con el don de la ubicuidad. Siendo ya muy anciano un día acudio el emisario de la Muerte para llevárselo. El asceta, con sus dotes clarividentes intuyó al emisario y cuando iba a llegar, se desdobló en veinte formas iguales. El emisario, desconcertado, no sabía cual era la real y se marchó. Le contó lo sucedido al señor de la Muerte, que le dió unas instrucciones al oido. Dias despues el emisario volvió a donde estaba el asceta. Cuando llegó ante el, ya se había desdoblado nuevamente en veinte formas iguales. Entonces el emisario, siguiendo las instrucciones del señor de la Muerte, exclamó: -¡Muy bien, muy bien, pero que muy bien!. Esto es fantastico, pero hay un pequeño fallo. Entonces, herido en lo más profundo de su orgullo, el asceta preguntó: -¿Cual? Y entonces el emisario lo cogió y se lo llevó al reino de la Muerte. http://akikazeakizuki.blogspot.com/2010_04_01_archive.html 122