1. Universidad Latina
MATERIA: ADMINISTRACIÓN IV. FECHA:
PROFESOR(A)
:
EDUARDO TRULIN QUEZADA. 29-AGO-07
ALUMNA: GUZMÁN CHÁVEZ VIRIDIANA.
ACTIVIDAD : OPINIÓN ACERCA DE LA DIFERENCIA ENTRE ENVEJECER Y
CRECER.
Comúnmente cuando se nos cuestiona a las personas sobre envejecer, la primera reacción
casi siempre de temor a que eso ocurra, ya que lo asociamos a la pérdida total: de salud, de
juventud, de oportunidades, de tiempo. Y por eso nadie quiere pensar en eso porque significa
sufrimiento personal o familiar.
Muy pocas veces nos ponemos a reflexionar acerca del proceso de envejecer y nos damos
cuenta que antes de llegar a esa etapa, tuvimos que forzosamente ser adultos y más atrás jóvenes
y más aún, niños.
Hay que entender que cada etapa de nuestra vida es importantísima, debemos detenernos un
momento y antes que pensar en lo que nos deparará el “destino” a lo largo de los años, hay que ir
fortaleciendo nuestro presente, dejar las pesadas cargas del pasado y las quejas para ponernos a
actuar. Hay que llenar el hoy de cosas nuevas, de retos a cumplir, de intento tras intento por
lograr lo que queremos, conociéndonos, actuando positivamente.
Si en vez de preocuparnos por envejecer; que es un proceso cronológico, nos ocupáramos
de crecer; es decir de aprender día a día, sin miedos ni vergüenzas, sin mediocridad. Y cuando
menos lo esperemos, estaremos tan ocupados disfrutando la vida que nuestro temor a envejecer
pasará a segundo término, pues lo temeroso sería terminar nuestra vida sin dejar nada de lo que
fuimos, de lo que hicimos. Ese miedo se desvanecerá cuando estemos decididos a crecer y lo
hagamos.
Crecer no es sinónimo de envejecer, pues como decía la historia de la mujer mayor que
comenzó sus estudios universitarios: “Envejecer es obligatorio, crecer es opcional”.
Envejecer es como ya mencioné un proceso cronológico, físico y/o mental, mientras que
crecer es decisión de cada persona, es algo más interno que vamos dejando a los demás y al
mundo a lo largo de nuestra vida y después de morir. Eso lo vemos todos los días, cuando
hablamos de las obras de cualquier índole de personas que hicieron algo trascendente con su vida
y que han pasado de alguna manera por el tiempo, en la mente de otros.
Sencillamente hay que pensar en cómo queremos ser recordados por las personas que
conocimos y quizá por las que no. Crecer puede ir de la mano de envejecer si así se quiere.
2. Lo más triste de envejecer no es la pérdida de salud, ni de cosas o personas, de
oportunidades y de tiempo. Lo realmente frustrante sería llegar a viejos y mirar hacia atrás de
una vida desperdiciada, que muy poco hicimos por lo que quisimos y que muy poco logramos.
Esto es si de nuestra vida dejaremos huella… como dicen por ahí.