1. En la uremia crónica genuina el sujeto está enflaquecido hasta el punto de evocar la
presencia de un cáncer (caquexia). La piel pálida, seca tiene un tinte ocre especial más
patente en las partes descubiertas. Este color y una mirada azorada, que en el fondo se debe
a una ligera exolftalmia, permiten a un observador experimentado sospechar el diagnóstico a
primera vista. Esta coloración se debe a la retención del urocromógeno que, depositado en la
piel, se convierte en el pigmento por la acción oxidante de la luz. Sobre la piel seca pueden
encontrarse depósitos finos de urea, como harina (“sudor de urea”) y abundan más en el
sudor de la cara, lesiones de rascado, debido a que hay prurito; manifestaciones
hemorragíparas (púrpura); así como las urémides, de las cuales existen dos tipos:
a) Eritemas de tipo papular, vesicular, penfigoideo o hemorrágico.
b) Lesiones urticariadas, eccematosas o liquenoides.
La boca está seca, con la lengua saburral por su dorso y bordes enrojecidos y escoriados. EL
aliento es urinoso.
En la fase terminal, con coma o sin él (el enfermo urémico puede morir plenamente lúcido), la
respiración es profunda y silenciosa (tipo kussmaul) y son frecuentes los subsaltos tendinosos y
los movimientos carfológicos (como si quisieran recoger o asir algo y una convulsión
espasmódica discreta de los labios, sin un ritmo determinado y con intervalos de dos segundos
a minutos.
Cuando hay una gran hipocalcemia, puede observarse la forma pseudotetánica de la
uremia.
Existen una serie de cuadros raquitoidesen los que la lesión renal es el eslabón fundamental. El
dato más llamativo es el retraso del crecimiento (nanismo) y los estigmas óseos raquíticos..
La vejiga urinaria crónicamente distendida puede comprimir las venas cava inferior y pélvicas,
con edema bilateral de ambas piernas y genitales, así como circulación complementaria
venosa desde la sínfisis del pubis al apéndice xifoides.
A veces las anomalías congénitas del riñón y las vías urinarias coinciden con algunos signos
visibles con valor clínico. Aquí se citan algunas:
Cara: nariz ancha---hipertelorismo, pabellón auricular en asa ancha y plana (orejas de
Dumbo),. Cara de “ave nocturna”---en poliquistosis renal. Conjuntivitis, cataratas o retinopatía
hipertensiva---en insuficiencia renal.
Pezones desnivelados---en agenesia o hipoplasia renal unilateral o bilateral. Mamas
supernumerarias---duplicidad renal, si la anomalía es doble, ambos riñones probablemente
estarán afectados, si es unilateral, el riñón anómalo suele ser el del mismo lado.
A la inspección local se observa un abultamiento del flanco e hipocondrio del mismo
lado en casos de absceso perinefrítico, tumores (en los malignos puede observarse una
circulación venosa colateral entre las falsas costillas y el ombligo (Signo de Begg) y hematoma
perirrenal espontáneo. Cuando la colección de sangre atravesada es voluminosa se observa
la Tríada de Wunderlich:
Dolor
Shock
masa palpable en flanco.
Entre sus múltiples causas sobresalen los tumores renales y periarteritis nudosa. El orificio
cutáneo de las fístulas renales suele localizarse en el triángulo de Petit. Las espontáneas son
consecuencia de abscesos y supuraciones del riñón o su celda.
En la región hipogástrica, se pude ver cuando la vejiga está distendida una prominencia
redondeada, situada en la línea media o algo hacia un lado, que algunas veces rebasa el
ombligo (globo vesical). Es más difícil de ver en sujetos obesos , si está acompañada de
meteorismo o ascitis.
ABSCESO RENAL
El absceso renal es una infección localizada de la corteza renal. El paciente puede quejarse
de escalosfríos, fiebre y dolor en los flancos. La puñopercusión produce sensibilidad dolorosa
en los ángulos costovertebrales.
Generalmente se forma en la grasa perirrenal por.
a) La infección esté en el parénquima renal y se disemine a la grasa perirrenal.
2. b) Que sea una infección extrarrenal traída por la sangre.
Con este absceso, el diafragma que se encuentra del lado afectado se eleva y se fija.
Puede observarse incluso escoliosis en la columna vertebral en su zona lumbar con la
concavidad de la curva orientada hacia el lado del absceso.
Generalmente hay sensebilidad en el ángulo costovertebral.
La colección purulenta propulsa la pared y emerge por los triángulos de Petit o por el de
Grynfeld. A través de estos el pus alcanza el tejido celular subcutáneo de la región lumbar
que se bserva tumefacta, dolorosa y con fluctuación.
La inspección finaliza con la exploración visual del pene, escroto y peritoneo en el hombre, y
vulva y peritoneo en la mujer. Se valora la presencia de fimosis /a veces motivo de
incotinencia nocturna) y anomalías uretrales, de abscesos y fístulas perineales de origen
urinario, de prolapsos y desgarros perineales postparto (por incontinencia u oclusión), de la
dilatación varicosa de las venas del cordón espermático (o varicocele).
INSPECCIÓN
En las nefropatías hidropígenas(glomerulonefritis aguda difusa, nefrosis, etc.), el signo visual
más llamativo es la infiltración edematosa del tejido celular subcutáneo. Tiene gran
predilección por el rostro (especialmente los párpados), maléolos y cresta tibial; más tarde,
abarca todo el cuerpo (anasarca), escroto, vulva e incluso las serosas peritoneal (ascitis) y
pleural (hidrotórax). La piel es pálida alabastrina (anemia + angiospasmo), lisa y seca, y deja
una huella profunda y duradera (fóvea) a la presión digital. En las uñas, pueden aparecer
anomalías en la lúnula y matriz, en relación con la intensa disproteinemia nefrótica.
En la uremia crónica genuina, el paciente está enflaquecido (caquexia renal) hasta el
punto de evocar la presencia de una neoplasia maligna. La piel pálida, seca, tiene un tinte
ocre especial, más patente en las partes descubiertas. Este color y una mirada azorada, y que
en el fondo se debe a una ligera exoftalmia, permiten a un observador experimentado
sospechar el diagnóstico a primera vista. Esta coloración se debe a retención del
urocromógeno que, depositado en la piel, se convierte en el pigmento por la acción oxidante
de la luz. Sobre la piel seca, pueden observarse finos depósitos de urea, como harina, que
constituyen el llamado «sudor de urea» (abundan más en la piel de la cara), lesiones de
rascado (inducido por el prurito), manifestaciones hemorragíparas (púrpura) y las llamadas
urimides, que corresponden a dos tipos fundamentales, por un lado, eritemas de tipo papular,
vesicular, penfigoideo o hemorrágico; por otro, lesiones urticariadas, eccematosas o
liquenoides. La boca está seca, con la lengua saburral por su dorso y bordes enrojecidos y
escoriados. El aliento es urinoso.
En la fase terminal con o sin coma (el enfermo urémico puede morir plenamente lúcido), la
respiración es profunda y silenciosa (tipo Kussmaul) y son frecuentes los subsaltos tendinosos y
los movimientos carfológicos (como si quisieran recoger las cubiertas de la cama o asir algo
[con frecuencia, los órganos genitales) y una convulsión espasmódica de los labios, siempre
discreta, nunca exagerada, sin un ritmo determinado y con intervalos de dos segundos a
minutos, considerándose un signo ominoso del coma urémico. Cuando hay hipocalcemia,
puede observarse la forma seudotetánica de la uremia.
Existen una serie de cuadros raquitoides en los que la lesión renal es el eslabón fundamental
de su cadena patogénica. Pueden ser glomerulares hiperfosfatémicos o tubulares
hípofosfatémicoso. El dato morfológico más llamativo es el gran retraso del crecimiento
(nanismo tanto más acentuado cuando más precoz sea la instauración del cuadro), y los
estigmas óseos raquíticos. Existe una amplia perturbación del metabolismo calcio
fósforo con o sin aminoaciduria.
3. La vejiga urinaria crónicamente distendida puede comprimir las venas cava inferior y
pélvicas con edema bilateral de ambas piernas y genitales, así como circulación
complementaria venosa desde la sínfisis del pubis al apéndice xifoides.
Las anomalías congénitas del riñón y las vías urinarias suelen coincidir con otras visibles, cuya
estimación puede tener valor clínico orientador. Citaremos las de la cara (nariz ancha
[hipertelorismo]), ojos (epicanto, heterocromía del iris), pabellón auricular (en asa, ancha y
plana [Dumboears], tipo Darwin, etc.), mamas (pezones desnivelados), en los casos de
agenesia o hipoplasia renal unilateral o bilateral. Se ha llamado la atención sobre un aspecto
peculiar, «cara de ave nocturna», en la poliquistosis renal. Es frecuente la coexistencia de
mamas supernumerarias y duplicidad renal; si la anomalía es doble, ambos riñones
acostumbran estar afectados; si es unilateral, el riñón anómalo suele ser el del mismo lado. En
la insuficiencia renal, pueden presentarse complicaciones oculares, como conjuntivitis,
calcificación metastásica de la conjuntiva y limbus, queratopa tía, cataratas y retinopatía
hipertensiva. La catarata suele ser bilateral y debida a la hipocalcemia de forma similar a la
catarata del hipoparatiroidismo.
TUMOR
La inspección local señala un abultamiento del flanco e hipocondrio del mismo lado en
casos de absceso perinefrítico, tumores (en los malignos puede visualizarse una circulación
venosa colateral [muy patente con los rayos infrarrojos] entre las falsas costillas y el ombligo
[signo de Begg]) y hematoma perirrenal espontáneo; cuando la colección de
sangreextravasada es voluminosa, se observa la tríada de Wunderlich(dolor + shock + masa
palpable en flanco). Entre sus múltiples causas etiológicas, sobresalen los tumores renales
(hipernefroma y angiomiolipoma) y periarteritis nudosa. El orificio cutáneo de las fístulas
renales suele localizarse en el «triángulo de Petit»; las espontáneas son consecuencia de
abscesos y supuraciones del riñón o su celda. Se citan también en la pionefrosis no calculosa y
litiasis renal.
ABSESOS
Absceso Perinefrítico
. La fiebre es la regla; habitualmente hay dolor en la fosa lumbar con la presencia de una
masa palpable. El abombamiento y edema de la fosa renal son altamente sugerentes del
absceso. Si hay compromiso de psoas puede haber dolor y dificultad para movilizar la
cadera.