1. Volumen 16 -
Nº 92
Abril-Mayo
2006
La concepción actual que los ecólogos tienen sobre la estabilidad de los ecosistemas
refleja un cambio de paradigma ocurrido durante las últimas dos décadas. Tradicionalmente se
consideraba que los sistemas ecológicos debían su organización a las intrincadas relaciones
que las especies de la comunidad biótica establecen entre ellas en equilibrio con su ambiente.
Un concepto dominante de ese paradigma fue la existencia de la comunidad ‘clímax’. En
ausencia de perturbaciones, se establecería un sistema cuya composición y funcionamiento
serían los que mejor se ajustasen a las condiciones (clima, suelo, etc.) típicas del lugar. Sin
embargo, esa perspectiva no parecía condecirse con el hecho de que la mayoría de los
ecosistemas, ya fueran estos silvestres o manejados por el hombre, se encuentran sujetos a
fluctuaciones ambientales y perturbaciones de diferente origen y magnitud. En un ambiente
cambiante, la abundancia de las especies rara vez alcanza un nivel de equilibrio determinado
por la disponibilidad de recursos y la presencia de depredadores naturales. Más aún, la
ocurrencia estocástica de disturbios de alta intensidad como incendios, inundaciones, sequías

2. o huracanes, afecta en forma diferente a las especies de una comunidad, de manera que las
densidades de las poblaciones no son solo reguladas por las interacciones interespecíficas.
Estas ideas dieron origen a un nuevo paradigma que sostiene que las comunidades bióticas
persisten bajo un constante estado de desequilibrio. El régimen de perturbaciones que incide
sobre un ecosistema no solo moldea su estructura y funcionamiento, sino que además
determina su capacidad de proveer bienes y servicios a la población humana.
Las inundaciones son perturbaciones naturales que causan efectos apreciables sobre
las comunidades de plantas, animales y microorganismos. En ciertos ambientes, los excesos
hídricos asociados a lluvias copiosas o al desborde de cursos de agua afectan al ecosistema
en forma recurrente y predecible. Los organismos que habitan áreas inundables suelen
presentar características (adaptaciones) fisiológicas, anatómicas o de comportamiento que les
permiten ajustarse en forma flexible a las condiciones impuestas por las inundaciones. Desde
el punto de vista socioeconómico, las inundaciones alcanzan notoriedad por sus consecuencias
negativas, muchas veces catastróficas, sobre los asentamientos urbano-rurales, vías de
transporte y zonas de cultivo. Un ejemplo de esto son los perjuicios económicos causados por
la pérdida de cosechas y la reducción del área cultivable ocurridos durante las grandes
inundaciones que afectaron al noroeste de la región pampeana en la última década.
Paradójicamente, el impacto que tienen las inundaciones sobre los pastizales naturales
que ocupan las planicies del centro de la provincia de Buenos Aires, puede ser evaluado bajo
una perspectiva muy diferente. Los ganaderos y pobladores rurales de la zona suelen
reconocer los efectos benéficos del anegamiento, y aun de las grandes inundaciones, sobre la
vegetación y el ganado. Pero, ¿existe una base científica para tal percepción? En este artículo
analizaré el papel ecológico de las inundaciones en la región pampeana, enfatizando los
resultados de investigaciones realizadas en los pastizales naturales de la llamada ‘pampa
deprimida’ o ‘pampa inundable’ (figura 1). La importancia de estos pastizales radica en que
estos son el principal sustento para la actividad ganadera que domina la región y, además,
concentran la mayor extensión de hábitats relictuales para la vida silvestre pampeana. Es
sabido que otras zonas de la región pampeana son afectadas por inundaciones de diversa
índole. Se debe comprender que cada uno de los distritos pampeanos (figura 1) posee
características climáticas, geomorfológicas, ecológicas y de uso de la tierra particulares. Por lo
tanto, sería aventurado utilizar la información aquí presentada para la pampa deprimida a los
fines de inferir las consecuencias de las inundaciones en otros sistemas pampeanos. De
hecho, el conocimiento disponible sobre los efectos de las inundaciones en pastizales fuera de
los límites de la pampa deprimida es todavía escaso.
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