2. Nerino era un joven que habían nombrado
jefe de la tribu, como era costumbre en su isla
el se dedicaria a luchar contra la bestia del ojo
de fuego.
Nerino prometió derrotar a la bestia pero
ninguno en la tribu creía que tuviera mejor
suerte que la de sus anteriores jefes pues era
también costumbre que este preparara a un
grupo de guerreros para ir en busca de la
bestia pero todos morían al cabo de pocas
horas.
Algunos preocupados insistieron a Nerino
que preparara a algunos hombres y fueran en
busca de la bestia pero su respuesta fue:
“Venceré a la bestia, pero aún no es el
momento”.
3. Los años Pasaron y Nerino se hizo
viejo y aunque la tribu lo respetaba
como jefe creían que su estrategia
de cambiar de lugar su
asentamiento por toda la isla no
era la mejor y aunque había
logrado salvar muchas vidas, todos
lo creían un cobarde.
Para cuando ya nadie lo esperaba,
Nerino sin previo aviso preparo a
un grupo de hombres que lo
acompañarían al fin a derrotar a la
bestia.
El tiempo era muy frio la nieve
aunque era una isla, la cubría casi
completamente.
4. Cuando llegaron a la cueva de la bestia, Nerino entro decidido
sin una muestra de miedo o cobardía en el mientras los
hombres que lo acompañaban se preparaban para morir.
Cuando estuvieron dispuestos para entrar pudieron ver,
tendida alii, indefensa y temblando de frio a la gran bestia .
Nerino y sus hombres no tuvieron ningún problema para
apoderarse del ojo de fuego y de la gran bestia y llevarla a su
asentamiento.
5. Cuando volvieron al campamento de la tribu
todos, desde los más pequeños hasta los mas
grandes estaban ansiosos por escuchar la historia
de como Nerino y sus hombres habrían al fin
logrado vencer a la gran bestia.
Nerino solo contesto:
¿Ninguno se había fijado en que la bestia nunca
atacaba en los peores días del invierno, y que
después de alguna época especialmente fría, su
fuego no era tan intenso, ni sus ataques tan
temibles? Durante Mucho tiempo espere a un día
como este pues lo que la tribu necesitaba no era
guerreros sino frio.
Después de esto todos lo felicitaron, incluso
quienes siempre lo habían llamado cobarde.
6. Moraleja
A veces es mejor y mucho mas útil la
paciencia a la acción y no importaría si
para ser valiente tuvieras que ser visto y
llamado cobarde.