Este documento discute los desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial en los videojuegos. Explora temas como generar contenido de forma procedimental, adaptar los juegos a cada jugador mediante el modelado de sus preferencias y desempeño, y crear personajes no jugadores con capacidades emocionales para mejorar la inmersión. Finalmente, concluye que la industria de los videojuegos está en constante cambio y que en el futuro será importante considerar aspectos éticos a la hora de desarrollar agentes más humanos.