2. Toda la revolución digital que hemos vivido en los
últimos años no habría sido posible sin el desarrollo de
los ordenadores. Se suele decir que los ordenadores
tienen una parte física: el hardware, y una lógica: el
software.
3. Hardware: el ordenador por dentro
La parte principal de un ordenador de sobremesa, la
caja, carcasa o CPU, tiene diversos componentes, de
los cuales destacan:
–La placa base: es el elemento principal, alberga el
microprocesador y la memoria RAM, y conexiones
para el resto de dispositivos.
4. –Los dispositivos de almacenamiento: son
lectores/grabadores de DVD, Blu-ray y discos duros.
–Las tarjetas de expansión: amplían las funcionalidades
de la placa base: tarjetas de sonido, tarjeta gráfica,
tarjeta de red, etc.
5. Además, en la caja se encuentran la fuente de
alimentación, que suministra la energía al sistema, y
uno o varios ventiladores que garantizan la
refrigeración del equipo.
Los periféricos son dispositivos que se conectan al
ordenador. Por ejemplo: el ratón, el teclado, la
impresora, etc.
6. Software: la parte lógica del ordenador
Si analizamos el software instalado en un ordenador
cualquiera podemos encontrar varios tipos. Los más
importantes son tres:
7. –El sistema operativo: es el componente principal del
software instalado. Realiza continuamente operaciones
de control de la máquina y los dispositivos periféricos,
se ocupa de la comunicación entre ellos y, en general,
de supervisar la ejecución del resto de programas. Por
ejemplo: Linux.
8. –Los drivers o controladores: son pequeños programas
que sirven de puente entre el sistema operativo y los
dispositivos conectados al ordenador. Todos los
dispositivos requieren controladores, aunque muchos
de ellos están integrados en el sistema operativo y por
ello no es necesaria su instalación cuando se utilizan.
Además, cada dispositivo tiene un controlador que sólo
funciona con un sistema operativo concreto.
9. –Los programas o aplicaciones: realizan funciones
específicas y forman un grupo enormemente variado:
paquetes de ofimática, navegadores, editores de sonido,
programas de diseño gráfico, editores de audio o vídeo,
etc. Las utilidades apoyan al sistema operativo en
determinadas tareas rutinarias: por ejemplo, el
mantenimiento de los discos duros, la seguridad, la
eliminación de archivos temporales, etc.