Este documento discute los mecanismos escolares que conducen a la exclusión de estudiantes y propone cambios para promover una educación más inclusiva. Algunas de las propuestas son cambiar las creencias pedagógicas, transformar las rutinas escolares, dinamizar las relaciones personales y destacar el ideal de justicia social. También sugiere dar la bienvenida a la diversidad social y de identidades de los estudiantes, migrando de prácticas de integración a prácticas de inclusión.