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Breve historia del enlace químico de la Editorial Mc Graw Hill
En 1916 se publicaron los trabajos del físico alemán W. Kossel (1888-1956) y del químico físico de la Universidad
de California G. N. Lewis (1875-1946), que tuvieron un notable eco en el tratamiento posterior del enlace
químico. Kossel fue el primero en introducir el concepto de la Electrovalencia por transferencia de electrones de
un átomo a otro para formar iones con estructura de gas noble, y también propuso un mecanismo de formación
de enlace químico: el iónico.
El mismo año 1916, Lewis estableció la teoría del enlace químico por compartición de pares de electrones.
En paralelo, el también estadounidense Irving Langmuir (1881-1957) introdujo el concepto de enlace covalente o
unión por electrones apareados o compartidos.
Estos enlaces se aplicaron primeramente a los compuestos orgánicos, sustituyendo las ideas de F. Kekulé (18291896). Posteriormente el inglés N. Sidgwick (1873-1952) amplió el concepto de covalencia a los compuestos
inorgánicos e introdujo la noción de enlace covalente coordinado.
Estos modelos son una primera visión sobre el enlace químico. Pero, a partir de 1927, se profundiza en el
concepto de enlace gracias a las ideas de la mecánica cuántica. En este año, W. Heitler (1904-1981) y F. London
(1900-1954) desarrollaron el cálculo mecánico cuántico de la molécula de hidrógeno, que dio una explicación
cuantitativa del enlace químico.
De manera sencilla, este cálculo demostró que durante el acercamiento de dos átomos con electrones de
espines opuestos se produce un aumento de la densidad de la nube electrónica en el espacio que hay entre los
núcleos ya la vez tiene lugar la disminución de la energía del sistema. Por lo tanto, el enlace químico es la
consecuencia de la consecución de un sistema más estable.
John Slater (1900-1976) y Linus Pauling (1901 - 1994) desarrollan en 1930 las ideas de Heitler y London hasta
llegar al planteamiento molecular que se conoce como método de enlace de valencia (o de pares electrónicos).
La formación del enlace se explica como consecuencia de la cobertura de las funciones de ondas de los
electrones en juego. La orientación espacial de estos enlaces, que a su vez determinan la forma geométrica de la
molécula, obedece a la máxima posibilidad de superposición de las funciones de ondas que participan en la
formación del enlace.
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5.
Este enlace se produce cuando átomos de
elementos metálicos (especialmente los situados más a la
izquierda en la tabla periódica -períodos 1, 2 y 3) se encuentran
con átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en
la tabla periódica -especialmente los períodos 16 y 17).
En este caso los átomos del metal ceden electrones a los átomos
del no metal, transformándose en iones positivos y negativos ,
respectivamente. Al formarse iones de carga opuesta éstos se
atraen por fuerzas eléctricas intensas, quedando fuertemente
unidos y dando lugar a un compuesto iónico. Estas fuerzas
eléctricas las llamamos enlaces iónicos.
Ejemplo : La sal común se forma cuando los átomos del gas
cloro se ponen en contacto con los átomos del metal sodio . En la
siguiente simulación interactiva están representados los átomos
de sodio y cloro con solo sus capas externas de electrones.
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7. Un enlace covalente entre dos átomos o grupos de átomos se produce cuando
estos átomos se unen, para alcanzar el octeto estable, comparten electrones del
último nivel. La diferencia de electronegatividades entre los átomos no es
suficiente.
De esta forma, los dos átomos comparten uno o más pares electrónicos en un
nuevo tipo de orbital, denominado orbital molecular . Los enlaces covalentes se
suelen producir entre elementos gaseosos o no metales .
El enlace covalente se presenta cuando dos átomos comparten electrones para
estabilizar la unión.
A diferencia de lo que pasa en un enlace iónico , en donde se produce la
transferencia de electrones de un átomo a otro; en el enlace covalente, los
electrones de enlace son compartidos por ambos átomos. En el enlace covalente,
los dos átomos no metálicos comparten uno o más electrones, es decir se unen a
través de sus electrones en el último orbital, el cual depende del numero
atómico en cuestión. Entre los dos átomos pueden compartirse uno, dos o tres
pares de electrones, lo cual dará lugar a la formación de un enlace simple, doble o
triple respectivamente. En la representación de Lewis , estos enlaces pueden
representarse por una pequeña línea entre los átomos.
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9.
En un enlace covalente polar uno de
los átomos ejerce una atracción mayor sobre
los electrones de enlace que otro. Esto
depende de la electronegatividad de los
átomos que se enlazan. Cuando la diferencia
de electronegatividad entre los átomos de
enlace está entre 0.5 y 2.0, la desigualdad con
que se comparten los electrones no es tan
grande como para que se produzca una
transferencia completa de electrones; el
átomo menos electronegativo aún tiene cierta
atracción por los electrones compartidos.