El documento proporciona información sobre el movimiento artístico del Romanticismo. Resume que el Romanticismo surgió a principios del siglo XIX como reacción al Neoclasicismo, defendiendo la subjetividad y las emociones sobre las normas. Sus características incluyen la expresión de sentimientos profundos a través de temas contemporáneos, la naturaleza y lo pintoresco. Artistas notables fueron Delacroix, Gericault, Turner y Friedrich.
2. 1. DEFINICIÓN
El Romanticismo fue el movimiento
artístico más importante de la primera
mitad del siglo XIX. Durante la
segunda mitad del XIX convivió con
otros estilos artísticos, pero ya no
estuvo en la vanguardia.
Más que como un estilo artístico, el
Romanticismo debería entenderse
como un movimiento social y
espiritual que afectó al arte, a la
literatura y a la música.
“Quien dice romanticismo dice arte
moderno, es decir, intimidad,
espiritualidad, color, aspiración al
infinito, y todo ello expresado por
los medios artísticos.”
BaudelaireCHARLES PIERRE BAUDELAIRE
3. El Romanticismo surgió como reacción al Neoclasicismo y a las rígidas convenciones defendidas por las Academias. El
Romanticismo defendía la superioridad del sentimiento sobre la razón, y por ello exaltaba la sensibilidad, la imaginación
y las pasiones. Defendía el la libre creación, en vez del sometimiento a normas de carácter universal. No buscaba
transmitir grandes valores morales, sino expresar sentimientos profundos, inspirándose para ello en la noche, las
ruinas, la naturaleza salvaje, la muerte, los cementerios, las tragedias.
NEOCLASICISMO ROMANTICISMO
Temas de Historia Antigua.
Valores morales: el patriotismo.
Equilibrio, serenidad, orden, medida, espíritu clásico.
Contención expresiva.
Predominio del dibujo y de la pincelada contenida.
Temas contemporáneos.
Sentimientos: la libertad.
Movimiento, inestabilidad, desorden.
Emoción, intensidad expresiva.
Predominio de los contornos imprecisos y de la pincelada
suelta.
4. 2. CRONOLOGÍA
La pintura romántica se desarrolla desde finales
del XVIII hasta finales del XIX, si bien su
momento de apogeo es la primera mitad del
siglo XIX. Los países en los que alcanzó mayor
desarrollo fueron Inglaterra, Francia y Alemania
En Francia, destacaron Delacroix , Gericault e
Ingres. En Inglaterra, Turner y Constable. En
Alemania, Friedrich.
DELACROIX
1798-1863
GERICAULT
1791-1824LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO. Delacroix, 1830.
LA BALSA DE LA MEDUSA. Gericault, 1819.
7. EL CAMINANTE SOBRE EL MAR DE NIEBLA. Friedrich, 1818.
FRIEDRICH
1774-1840
8. 3. CONTEXTO HISTÓRICO
El Romanticismo fue un movimiento cultural burgués que
coincidió en el tiempo con el nacimiento de otras dos
grandes ideologías burguesas del XIX: el liberalismo y el
nacionalismo.
El Romanticismo, por tanto, coincidió en el terreno político
con el fin de las guerras napoleónicas, la vuelta al Antiguo
Régimen tras el Congreso de Viena y las primeras
revoluciones liberales de los años veinte y los años treinta
reivindicando la libertad frente al absolutismo.
Coincidió también con la lucha de las naciones europeas por
alcanzar su independencia, oponiéndose a la remodelación
del mapa europeo que se había realizado en el Congreso de
Viena. La independencia de Grecia y de Bélgica, pero
también el nacimiento del nacionalismo alemán y la
reivindicación de las nacionalidades sometidas al Imperio
Austro-Húngaro.
Por último, el Romanticismo habría que relacionarlo
también con un incipiente rechazo del mundo industrial y
de sus secuelas de miseria, materialismo y falta de
espiritualidad.
CONGRESO DE VIENA
REVOLUCIÓN DE 1830
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
9. 4. CARACTERÍSTICAS DE LA
PINTURA ROMÁNTICA
El Romanticismo es el primer movimiento artístico del
siglo XIX. Con él se inicia el Arte Moderno. Después de
él, un rosario de estilos se irán sucediendo a lo largo
de los siglos XIX y del XX, según las modas o las
novedades del momento.
10. 4.1. IMPORTANCIA
DEL SENTIMIENTO
Para los pintores neoclásicos
del siglo XVIII, el cuadro no
debía representar los
sentimientos del pintor, sino
a unas figuras en el acto de
representar los gestos
convencionales de una
emoción.
Los cuadros de Delacroix, de
Constable, de Turner o de
Friedrich dan la sensación de
estar expresando emociones
personales de los artistas.
El fallecimiento de su esposa, Maria Bicknell, víctima de tuberculosis en 1828 sumió
a Constable en una profunda depresión que se manifestará claramente en su pintura.
En «El castillo de Hadleigh», Constable proyectaba su estado de ánimo en las ruinas:
«un símbolo de mí mismo». Al mismo tiempo, las ruinas expresaban un sentimiento
de melancolía por los tiempos pasados y por su caducidad. Tras una noche de
tormenta, la vida se recupera por la luz de la mañana y los vibrantes rayos de sol a
través de las nubes. Seguramente, como la vida del propio Constable.
EL CASTILLO DE HADLEIGH, Constable, 1829
11. La mayoría de los artistas románticos se
oponía a la industrialización y a los avances
técnicos. Desconfiaban de la razón y de la
idea de progreso ilustrada. Creían que la
inspiración era el producto de fuerzas
irracionales, de instintos, de pasiones
incontroladas. Valoraban más la emoción
que la razón, por lo que se volcaron en la
expresión de todo tipo de sentimientos: la
soledad, la melancolía, el misticismo, el
horror…
Era la primera vez que los artistas
expresaban sus emociones personales con
tal fuerza. Y la primera vez que se defendía
la espontaneidad como cualidad positiva
del arte.
“El Romanticismo no radica ni en la
elección del tema ni en la verdad exacta,
sino en una manera de sentir”
Charles Baudelaire.
EL SOÑADOR (LAS RUINAS DE OYBIN).
Friedrich, 1835.
12. “Una tarde de invierno, el lugar muestra las ruinas de una iglesia. Ha caído la tarde… El banco de niebla que se levanta
desde la tierra, convertida casi en escarcha por el frío, tapa la lejanía y se cierne sobre nosotros. ¡Qué imagen de la muerte
es este paisaje! ”
JOHANNA SCHOPENHAUER
ABADÍA EN EL ROBLEDAL, Friedrich, 1810.
13. 4.2. VISIÓN EMPÁTICA
DE LA NATURALEZA.
Los artistas observaban la naturaleza y
la representaban proyectando en ella
sus sentimientos. El paisaje romántico
se convirtió en un género
fundamental.
Dos actitudes convivieron en la
contemplación del paisaje: la
percepción de la naturaleza como algo
sublime o como algo pintoresco.
DEDHAM VALE. Constable, 1814.
14. El sentimiento de la naturaleza como algo
inconmensurable, grandioso y terrible a la vez, algo
capaz de dejar anonadado al espectador y hacerle
sentir muy pequeño y vulnerable se definía como
“sublime”. Lo “sublime” aparece en el Romanticismo
como alternativa a la idea convencional de lo “Bello”.
Por extensión, lo “sublime” acaba definiendo a esa
mezcla de fascinación y terror ante lo ilimitado, lo
inconmensurable, pero también ante lo siniestro y lo
misterioso.
El sentimiento de la naturaleza como algo
encantador por su irregularidad, su capricho, por lo
que tiene de manifestación espontánea no
contaminada por la mano del hombre se definía
como “pintoresco”. Esta percepción de la naturaleza
se oponía, por ejemplo, al racionalismo típico del
Barroco en la urbanización de jardines de los palacios
reales.
EL MAR DE HIELO, Friedrich, 1824.
EL CARRO DE HENO, Constable, 1821.
15. Friedrich se sitúa en la línea de los
escritores y filósofos románticos
alemanes, quienes documentaban su
experiencia ante el paisaje de un modo
metafísico: cuando contemplaban el mar
se sentían inmateriales, por ejemplo.
Así, la figura de espaldas de Friedrich,
unida al paisaje como proyección de lo
absoluto, representa un estado en el que
se alcanza la unidad de la naturaleza y el
espíritu en Dios.
“Cierra tu ojo corporal a fin de ver tu
cuadro con el ojo del espíritu y haz surgir
a la luz del día lo que has visto en las
tinieblas”.
FRIEDRICHEL CAMINANTE SOBRE EL MAR DE NIEBLA.
Friedrich, 1818.
17. Turner utiliza la luz y el color
con gran fuerza imaginativa. La
realidad se descompone y el
color se convierte en pura
abstracción, anticipando la
pintura no figurativa del siglo
XX.
En «Lluvia, vapor y velocidad»,
Turner sintetiza su idea del
paisaje con la atención a la
nueva realidad industrial, ya
que es uno de los primeros
cuadros en retratar el simbolo
por excelencia del siglo XIX: el
ferrocarril. El artista tomó
apuntes in situ y después
realizó la obra en su taller. El
color predomina sobre el
dibujo, los contornos aparecen
fuertemente desdibujados. La
paleta de colores es la típica de
la última etapa de Turner, con
colores terrosos que abarcan
desde el marrón al amarillo. La
obra no parece un canto a la
industrialización, sino un
pretexto para plasmar la
desmaterialización y la
velocidad. EL INCENDIO DEL PARLAMENTO. Turner, 1835.
19. EL CARRO DE HENO, Constable, 1821. «Visito mis viejos parajes
con renovado placer pero
lleno de muchas
preocupaciones y no sin
muchos pensamientos
melancólicos y tristes sobre
los variados y solemnes
cambios desde los días de mi
juventud.»
CONSTABLE
MELANCOLÍA – TRISTEZA – PLACER NATURALEZA AMABLE – PAISAJE – EFECTOS DE LUZ – MANCHAS DE COLOR
20. 4.3. DIVERSIDAD TEMÁTICA
Temáticamente, el Romanticismo es un estilo diverso. Se siguen pintando temas extraídos de la Historia Antigua, temas
mitológicos y retratos, como en el Neoclasicismo. Pero adquieren importancia ahora los temas de historia
contemporánea (revoluciones, guerras, desastres, luchas nacionalistas), los temas orientalistas y los temas de historia
medieval.
LA MATANZA DE QUÍOS. Delacroix, 1824. JUANA DE ARCO. Ingres, 1854.
21. LA BALSA DE LA MEDUSA
Gericault, 1819.
TEMAS CONTEMPORÁNEOS
22. LA BALSA DE LA MEDUSA
Gericault, 1819.
La historia del barco
francés "Medusa" fue
uno de los sucesos
más espeluznantes de
Francia. El barco
naufragó frente a las
costas africanas y un
pequeño grupo de los
pasajeros sobrevivió
gracias a una balsa.
En mitad del mar, un
barco de la marina
francesa avistó a los
náufragos pero no los
recogió. Los
supervivientes fueron
presas del hambre, la
sed, la insolación y las
enfermedades.
Murieron muchos y el
resto sobrevivió
comiendo los restos
de los cadáveres.
Finalmente, un
carguero los encontró
y devolvió a Francia.
Su historia fue
censurada por el
gobierno, que impidió
que se conociera en la
prensa.
24. LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO. Delacroix, 1830.
LA TRICOLOR.
La bandera revolucionaria. Sustituye a la bandera
blanca francesa, propia de los Borbones y que
había estado vigente desde la Restauración de
1815. Incluye los colores azul y rojo, los de la
ciudad de París. La revolución de 1830 la acaba
imponiendo como enseña nacional francesa.
GORRO FRIGIO.
Distintivo de los
libertos en la Roma
antigua. Símbolo de
la libertad recién
adquirida.
MARIANNE.
Marianne encarna a la República
Francesa y representa la
permanencia de los valores de la
república y de los ciudadanos
franceses: «Libertad, Igualdad,
Fraternidad». Empuña un fusil con
bayoneta, símbolo de lucha.
Avanza sobre una barricada llena e
cadáveres. Marianne es la
representación simbólica de la
madre patria fogosa, guerrera,
pacífica, alimentadora y
protectora.
EL PUEBLO FRANCÉS.
El 28 de julio de 1830 los
revolucionarios liberales franceses
derrocaban al rey Carlos X y
provocaban la coronación de Luis
Felipe de Orleans. Un hombre con
sombrero de copa y escopeta de
caza, tal vez un burgués, tal vez un
obrero. Con un sable en la mano,
un trabajador, símbolo de las
clases populares. Un hombre
herido, un campesino que ha ido a
París a trabajar como obrero.
El joven simboliza a la juventud en
busca de justicia.
25. UNA VISTA DE EL CAIRO. David Robert, 1840.
TEMAS ORIENTALISTAS
El artista romántico no se siente a gusto
en la sociedad en la que viVe. Necesita
evadirse, bien en le espacio, lo que le
llevará a interesarse por las culturas
exóticas y orientales (“orientalismo”),
bien en el tiempo, lo que le llevará a
interesarse por el pasado y,
particularmente, por la Edad Media
(“medievalismo”).
26. El arte romántico inició la moda del orientalismo, es decir, la visión de la cultura oriental y musulmana como algo
pintoresco, exótico y sensual. El orientalismo estuvo de moda en la pintura europea en la segunda mitad del siglo
XIX. Ingres, artista neoclásico, fue uno de los primeros en sustituir las Venus clásicas por modernas y exóticas
odaliscas, esclavas de los serrallos turcos.
LA GRAN ODALISCA. Ingres, 1814.
27. Oriente interesaba desde el punto de vista costumbrista y pintoresco. Los tipos cubiertos de harapos, los lujosos
sultanes, los temas escabrosos como el esclavismo, las escenas callejeras inundadas de luz. También interesaba desde
el punto de vista sensual, con sus mujeres desnudas en harenes y baños, en posturas laxas e incitantes. La sensualidad
se veía aceptable en el exótico oriente.
MUJERES DE ARGEL. Delacroix, 1834.
28. TEMAS MEDIEVALES
La afirmación del
nacionalismo dio lugar en
pintura a un fenómeno
similar al ocurrido en la
arquitectura: la
reivindicación del pasado
medieval.
En Inglaterra, en Francia y
en Alemania, los pintores
se sintieron atraídos por la
Edad Media porque este
período histórico formaba
parte de sus raíces
culturales. Pero también
porque veían en él un
período de piedad intensa
que anhelaban recuperar. Y
porque querían reivindicar
un modo de vida basado
en la sencillez del trabajo
artesano frente a la
moderna producción
industrial, considerada
desde un punto de vista
romántico como poco
artística, vulgar y
deshumanizada.
RUINAS DEL MONASTERIO DE ELDENA. Friedrich, 1824.
29. En Inglaterra, el medievalismo dio lugar, en la segunda
mitad del siglo XIX, al nacimiento de la pintura
prerrafaelita, una corriente inglesa que reivindicaba a
los pintores de la Edad Media y de la Italia del siglo
XV, y que pintaba cuadros muy realistas, de colores
intensos, dibujo marcado y temática medieval.
En Francia, el medievalismo dio lugar al género
trovador, caracterizado por un tratamiento
pictórico descriptivo de anécdotas literarias o
históricas del pasado de Francia.
EL CABALLERO ANDANTE. John Everett Millais, 1870. JUANA DE ARCO. Ingres, 1854.
31. Tradicionalmente, el estilo pictórico
que suele señalarse como prototipo
del Romanticismo es el de la escuela
francesa y, particularmente, el de
Delacroix y Gericault . Varias
características podemos reconocer en
las obras de Delacroix:
a) El dinamismo de las figuras,
favorecido por la elección de
temas que suelen mostrar
momentos de máxima tensión.
b) El colorido brillante, que
predomina sobre el dibujo. Para
Delacroix, el color es lo que da
apariencia de vida a una obra,
contribuye a definir su contorno,
y se combina con la perspectiva
para articular las formas.
c) La ejecución rápida de la pintura
y la pincelada suelta, libre de
convenciones neoclásicas.
d) Las composiciones complejas y
vibrantes, que rompen a menudo
con la uniformidad clasicista para
buscar encuadres oblicuos.
LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO.
Delacroix, 1830.
32. LA MATANZA DE QUÍOS. Delacroix, 1824.
Presentado al Salón de París de
1824, este cuadro de Delacroix
llamó la atención por varios
motivos. En primer lugar, por su
gran formato (417 x 354 cm.),
reservado hasta ese momento
para la representación de
acontecimientos míticos o
históricos, pero no para temas
contemporáneos.
Además, Delacroix presenta un
tema plenamente romántico, la
lucha del pueblo griego por su
libertad frente al imperio turco.
Delacroix denuncia ante la
opinión pública las matanzas de
los turcos en Grecia, como
amenaza de la cultura clásica
occidental.
Por último, es una escena movida
y apasionada, que recuerda más a
Rubens que a David, más a la
expresividad barroca que a la
contención neoclásica.
33. LA MUERTE DE SARDANÁPALO. Delacroix, 1827. Delacroix se inspiró en
una obra de Lord Byron
para realizar este cuadro.
Sardanápalo fue un rey
legendario de Nínive en
Asiria, que habría vivido
en el siglo VII a. C.
Conspiró contra su
hermano, Assurbanipal, y
para castigarle este rey
sitió la ciudad. Cuando
Sardanápalo intuyó la
derrota inminente,
decidió suicidarse con
todas sus mujeres y sus
caballos e incendiar su
palacio y la ciudad, para
evitar que el enemigo se
apropiase de sus bienes.
Desde el punto de vista temático: agitación, violencia, sensualidad, muerte, orientalismo.
Desde el punto de vista técnico: gran formato, composición en diagonal, dinamismo
barroco, confusión, expresividad y estallido de colores. El cuadro se presentó al Salón de
1827, y no gustó ni a la crítica ni a la mayor parte de los artistas. En el mismo Salón, otra
obra llamó la atención: «La apoteosis de Homero». Su autor, Ingres, parecía ofrecer una
alternativa clasicista al barroquismo de Delacroix.
34. Durante la primera mitad del siglo XIX,
paralelamente a la eclosión de los pintores
románticos, hubo también una línea de
continuidad y profundización del Neoclasicismo.
Su representante más destacado fue Jean-
Auguste-Dominique Ingres (1780-1867).
Discípulo de David, combinó las lecciones del
maestro con un profundo conocimiento del arte
italiano, ya que vivió veinticinco años repartidos
entre Roma y Florencia. Mientras que Delacroix
admiró el dinamismo de Rubens y el colorido de
la escuela veneciana, Ingres se mostró partidario
de la serenidad y el idealismo de Rafael.
Las características de la pintura de Ingres son las
características del clasicismo.
• Predominio del dibujo sobre el color.
• Visión idealizada de la realidad frente a
visión directa.
• Composiciones serenas, equilibradas.
• Desdén por la estructura del paisaje,
por los efectos lumínicos y por los
claroscuros. Todo en beneficio de los
contornos de los objetos y de las figuras
bien marcados.
LA BAÑISTA DE VALPINÇON. Ingres, 1808.
35. Ingres realizó grandes retratos, desnudos
orientalistas y cuadros religiosos. Pero fue, sobre
todo, pintor de Historia, de historias bíblicas,
mitológicas, historias de la Edad Antigua o
leyendas de la Edad Medieval.
A diferencia de Delacroix, Ingres no se
comprometió con la historia europea de la
actualidad. Cuando Delacroix expuso en 1924 «La
matanza de Quíos», Ingres expuso en el mismo
salón de París «El voto de Luis XIII», un cuadro en
el que exaltaba el poder oficial de la monarquía
francesa, reentronizada tras la Revolución
Francesa en las figuras de Luis XVIII y Carlos X.
Conservador en la técnica, el cuadro remitía a
Rafael y a los logros del Pleno Renacimiento
italiano. Conservador en el tema, el cuadro
enaltecía a la religión católica y a la monarquía
francesa.
EL VOTO DE LUIS XIII. Ingres, 1824.
36. Ingres se inspiró en «La
escuela de Atenas», de
Rafael, para pintar «La
apoteosis de Homero»,
en 1827. Homero es
coronado por la
Victoria, delante de un
templo jónico. A sus
pies, alegorías de «La
Ilíada» y «La Odisea». Y
a ambos lados, las
principales figuras de la
pintura (Apeles, Rafael,
Miguel Ángel, Poussin),
la literatura (Moliére,
Racine, Virgilio,
Eurípides, Sófocles,
Esquilo) y la música
(Orfeo, Guck, Mozart).
Composición piramidal, ambientación clásica, distribución simétrica de los personajes,
equilibrio, figuras idealizadas, movimientos serenos, expresividad contenida, rigidez,
predominio del dibujo frente al color, iluminación amplia, poca consideración por la
perspectiva aérea y por la fusión de las figuras en la atmósfera. En definitiva, clasicismo. En
el mismo Salón de París de 1927 pudo contemplarse «La muerte de Sardánapalo».
Romanticismo frente a Neoclasicismo.
37. EL BAÑO TURCO. Ingres, 1862. «El tema eterno de Ingres, el
cuerpo femenino desnudo, se nos
muestra de nuevo en este cuadro
como único motivo, repetido
como eco en los cuerpos de las
veinticuatro mujeres que
aparecen en la escena. Parece
ser que el artista tomó como
fuente el relato de una dama del
siglo XVIII, Lady Montagu,
esposa del embajador inglés en
Constantinopla, que visitó en
dicha ciudad un baño femenino.
Sus descripciones hablan de
doscientas mujeres desnudas
entregadas al placer ocioso de
cuidar sus cuerpos. Ingres
transcribió los pasajes más
sensuales desde muy temprano y
los mantuvo en sus cuadernos de
notas. El tondo muestra una
visión casi clandestina, como la
de un espectador que penetra en
la intimidad del baño a través de
un agujero en la pared.»
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