Mafalda comienza las clases con entusiasmo, pero pronto se da cuenta de que la rutina escolar no ha cambiado mucho desde el año pasado. Los estudiantes pasan la mayor parte del tiempo sentados escuchando a la maestra y resolviendo problemas matemáticos. Algunos compañeros preguntan si pueden usar tecnología como computadoras y celulares en clase, ya que escucharon que en otras escuelas sí lo permiten.