SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 482
Descargar para leer sin conexión
Historia de la
 Dermatología
Latinoamericana




     bajo la dirección de

   Ricardo Galimberti
  Adrián Martín Pierini
  Andrea Bettina Cervini
HISTORIA DE LA
 DERMATOLOGÍA
LATINOAMERICANA
Historia de la Dermatología Latinoamericana, bajo la dirección de Ricardo Galimberti,
                        Adrián Martín Pierini y Andrea Bettina Cervini.
Este libro ha sido realizado por iniciativa del Comité Organizador del XXI Congreso Mundial
                              de Dermatología, Buenos Aires, 2007.
Redactado por 73 autores que representan a la comunidad dermatológica de América Latina,
 constituye el regalo oficial del XXI Congreso Mundial de Dermatología, realizado en Buenos
                               Aires del 1º al 5 de octubre de 2007.

   La Historia de la Dermatología Latinoamericana se publica gracias a un fondo educativo
                 irrestricto de Laboratorios Pierre Fabre Dermo-Cosmétique.




Coordinación editorial: Andrea Bettina Cervini
Revisión de contenidos: Andrea Bettina Cervini, Amelia Laterza y Adrián Martín Pierini

Edición técnica: Margarita Pierini
Diseño de interiores: Petits Papiers, en Toulouse (Francia)
Composición tipográfica, armado y corrección: Rafael Centeno
Diseño de portada: Mariana Nemitz




© 2007, Éditions Privat
  10, rue des Arts
  BP 38028
  31080 Toulouse Cedex 6

ISBN: 978-2-7089-5864-7

Depósito legal: abril 2007




En tapa: Estatuillas prehispánicas con lesiones de la piel
Bajo la dirección de
 RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI ,
          ANDREA BETTINA CERVINI




 HISTORIA DE LA
 DERMATOLOGÍA
LATINOAMERICANA




       LABORATOIRES PIERRE FABRE
AUTORES DEL LIBRO HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA LATINOAMERICANA QUE ASISTIERON AL CÓCTEL REALIZADO EL DÍA 17 DE NOVIEMBRE DE 2005
EN CARTAGENA, COLOMBIA, EN EL MARCO DEL XIV CONGRESO IBERO-LATINOAMERICANO DE DERMATOLOGÍA (CILAD)


Alfredo Abreu Daniel (Cuba); Gilberto Adame Miranda (México); Danielle Alencar-Ponte (Colombia); Claudio Arias Argudo (Ecuador);
Ma. Isabel Arias Gómez (México); Eduardo Baños (El Salvador); Antonio Barrera Arenales (Colombia); Zuño Burstein Alva (Perú); Andrea
Bettina Cervini (Argentina); Mauricio Coello Uriguen (Ecuador); Paulo R. Cunha (Brasil); Luis Flores-Cevallos (Perú); Elbio Flores-
Cevallos (Perú); Ricardo Galimberti (Argentina); Pedro García Zubillaga (Argentina); Jaime Gil Jaramillo (Colombia); Flavio Gómez
Vargas (Colombia); Rubén Guarda Tatín (Chile); Enrique Hernández Pérez (El Salvador); Alfredo Lander Marcano (Venezuela); Franklin
Madero Izaguirre (Ecuador); Fernando Magill (Perú); Graciela Manzur (Argentina); Aldo Edgar Martínez Campos (Nicaragua); José A.
Mássimo (Argentina); Jairo Mesa Cock (Colombia); Martha Miniño (República Dominicana); Isaac Neira Cuadra (Nicaragua); León
Neumann Scheffer (México); Yolanda Ortiz (México); Adrián Martín Pierini (Argentina); Jaime Piquero Martín (Venezuela); Leana
Quintanilla (El Salvador); Roberto Rampoldi (Uruguay); Antonio Rondón Lugo (Venezuela); Amado Saúl (México); Eduardo Silva-Lizama
(Guatemala); César Iván Varela Hernández (Colombia); Mirta Vázquez (Argentina); Alberto Woscoff (Argentina)
LISTA DE AUTORES



ABREU DANIEL, ALFREDO (Cuba). Profesor Consultante. Presidente de la Sociedad Cubana de
       Dermatología. Jefe del Grupo Nacional de Dermatología del Ministerio de Salud
       Pública de Cuba.
ADAME MIRANDA, GILBERTO (México). Dermatólogo. Práctica Privada. Presidente de la
       Academia Mexicana de Dermatología (2006-2007).
ALENCAR-PONTE, DANIELLE (Colombia). Especialista en Dermatología y Clínica Médica.
       Diplomada en Programación Neurolingüística. Dermatóloga. Servicio Médico de la
       Universidad del Valle.
ALMODÓVAR, PABLO I. (Puerto Rico). Catedrático Asociado; Departamento de Dermatología de
       la Escuela de Medicina, Universidad de Puerto Rico.
AMOR GARCÍA, FRANCISCO (Uruguay). Jefe del Servicio de Dermatología. Ministerio de Salud
       Pública. Montevideo.
ARENAS, ROBERTO (México). Presidente del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología
       (2003-2007).
ARIAS ARGUDO, CLAUDIO (Ecuador). Presidente de la Academia Ecuatoriana de Medicina. Ex
       Profesor de las Cátedras de Medicina Interna y Dermatología de la Universidad de
       Cuenca y de la Universidad Católica.
ARIAS GÓMEZ, MA. ISABEL (México). Dermatóloga. Práctica Privada.
BAÑOS, JULIO EDUARDO (El Salvador). Presidente de la Asociación Dermatológica de El Salvador.
BARRERA ARENALES, ANTONIO (Colombia). Presidente de la Asociación Colombiana de
       Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
       Dermatología Pediátrica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
       Dermatopatología.
BORES, AMALIA M. (Argentina). Médica Dermatóloga. Docente Pedagógica en Ciencias de la
       Salud y Carrera Docente. Orientación Dermatología e Historia de la Medicina.
BORES, INÉS A. (Argentina). Médica Dermatóloga. Docente Pedagógica en Ciencias de la
       Salud y Carrera Docente; Orientación Dermatología e Historia de la Medicina.
BURSTEIN, ZUÑO (Perú). Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
       (Dermatología y Medicina Tropical). Académico de Número de la Academia Nacional
       de Medicina, Perú. Investigador Permanente del Instituto de Medicina Tropical
       Daniel A. Carrión, UNMSM (Dermatología Sanitaria).
CÁCERES, HÉCTOR (Perú). Médico Dermatólogo Pediatra. Instituto de Salud del Niño, Lima.
       Profesor de Dermatología. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Presidente de la
       Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica.
CAMPOS MACÍAS, PABLO (México). Departamento de Dermatología, Hospital Aranda de la
       Parra, León, Gto. Facultad de Medicina, Universidad de Guanajuato.
CÁRDENAS UZQUIANO, FERNANDO (Bolivia) (✝). Profesor Emérito, Universidad Mayor de San
       Andrés.



                                                                                                7
LISTA DE AUTORES



     CERVINI, ANDREA BETTINA (Argentina). Médica Dermatóloga. Médica Asistente del Servicio de
            Dermatología del Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Buenos Aires.
            Docente adscripta orientación Dermatología de la Universidad de Buenos Aires.
     COELLO URIGUEN, MAURICIO (Ecuador). Médico Dermatólogo. Sociedad Ecuatoriana de
            Dermatología Núcleo del Azuay.
     CORREA, JULIO (Paraguay). Médico Dermatólogo. Miembro activo de la Sociedad Paraguaya
            de Dermatología.
     CUNHA, PAULO R. (Brasil). Profesor Autónomo de la Facultad de Medicina de la Universidad
            de São Paulo. Profesor Titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de
            Jundiaí. Posdoctorado en The New York University.
     DE LEÓN G., SUZZETTE (Guatemala). Jefe de la Unidad de Docencia Instituto de Dermatología
            y Cirugía de Piel.
     DÍAZ ALMEIDA, JOSÉ G. (Cuba). Profesor de Mérito. Doctor en Ciencias Médicas. Jefe de la
            Cátedra de Dermatología de la Facultad de Ciencias Médicas General Calixto García.
     DIEZ DE MEDINA, JUAN CARLOS (Bolivia). Jefe de enseñanza e investigación de la Fundación
            Piel, Bolivia.
     FAIZAL GEAGEA, MICHEL (Colombia). Coordinador, Unidad de Dermatología, Universidad
            Nacional de Colombia. Profesor Asociado, Unidad de Dermatología, Universidad
            Nacional de Colombia. Director del Departamento de Medicina Interna de la
            Universidad Nacional de Colombia.
     FALABELLA, RAFAEL (Colombia). Profesor Emérito. Jefe del Servicio de Dermatología,
            Universidad del Valle, Cali.
     FLORES-CEVALLOS, ELBIO (Perú). Profesor de Cirugía Humana de Cabeza y Cuello, Facultad de
            Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.
            Fundador y Ex Jefe del Servicio Docente y Asistencial de Cirugía de Cabeza y Cuello
            del Hospital General Nacional Dos de Mayo, Lima.
     FLORES-CEVALLOS, LUIS (Perú). Profesor de Dermatología, Facultad de Medicina de San
            Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Fundador del Servicio
            Asistencial y Docente de Dermatología del Hospital Edgardo Rebagliati Martins y Ex
            Director.
     GALIMBERTI, RICARDO (Argentina). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano de
            Buenos Aires. Profesor Regular Adjunto de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
            Profesor Adjunto de la Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires.
     GARCÍA ZUBILLAGA, PEDRO (Argentina). Pediatra-Dermatólogo Universitario. Docente Adscripto
            a Dermatología, Facultad de Medicina UBA. Dermatólogo Pediatra del Hospital de
            Niños Ricardo Gutiérrez.
     GIL JARAMILLO, JAIME (Colombia). Profesor del Servicio de Dermatología, Universidad Libre de
            Cali. Dermatólogo. Instituto de Seguros Sociales de Cali.
     GÓMEZ VARGAS, FLAVIO (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
            Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Profesor Titular, Servicio de Dermatología,
            Universidad de Antioquia.
     GONZÁLEZ ROJAS, Carlos Horacio (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
            Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
            Dermatología Pediátrica. Ex Presidente del Colegio Iberoamericano de Criocirugía.
     GREENBERG CORDERO, PETER A. (Guatemala). Director Médico del Instituto de Dermatología y
            Cirugía de Piel. Miembro de la Academia Guatemalteca de Dermatología.
     GUARDA TATÍN, RUBÉN (Chile). Ex-Presidente de la Sociedad Chilena de Dermatología y
            Venereología (1986-1990). Ex-Profesor Asociado de Dermatología de la Facultad de
            Medicina de la Universidad de Chile.
     GUTIÉRREZ ALDANA, GUILLERMO (Colombia). Ex Jefe, ex Profesor Titular y Profesor Emérito del
            Servicio de Dermatología de la Universidad Nacional de Colombia. Ex Presidente de
            la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica.



8
Historia de la Dermatología latinoamericana


HALPERT, EVELYNE (Colombia). Jefe de la Sección de Dermatología Pediátrica de la Fundación
        Santa Fe de Bogotá. Médica Dermatóloga de la Universidad de Antioquia y
        Dermatóloga Infantil del Instituto Nacional de Pediatría DIF de México.
HERNÁNDEZ PÉREZ, ENRIQUE (El Salvador). Director del Centro de Dermatología y Cirugía
        Cosmética de San Salvador. Presidente de la Mesoamerican Academy of Cosmetic
        Surgery y Miembro del Grupo de Actualidades Terapéuticas Dermatológicas.
ISA ISA, RAFAEL (República Dominicana). Médico dermatólogo, epidemiólogo y micólogo.
        Director General del IDCP–DHBD. Vicepresidente del CILAD.
LANDER MARCANO, ALFREDO (Venezuela). Presidente de la Sociedad Venezolana de
        Dermatología y Cirugía Dermatológica.
MADERO IZAGUIRRE, FRANKLIN (Ecuador). Médico Dermatólogo. Profesor del Posgrado de
        Dermatología Universidad de Guayaquil. Jefe del Servicio de Dermatología Pediátrica
        Hospital del Niño Dr. Francisco de Ycaza Bustamante. Dermatólogo Pediatra del
        Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert E.
MADERO IZAGUIRRE, MAURO (Ecuador). Profesor Principal de Historia de la Medicina,
        Inmunología Básica e Inmunología Clínica, Universidad Católica de Santiago de
        Guayaquil. Profesor de Posgrado de Dermatología, Universidad de Guayaquil. Jefe
        del Servicio de Alergia del Hospital Dr. Teodoro Maldonado Carbo, IESS, Guayaquil.
MAGILL, FERNANDO (Perú). Presidente del RADLA 2004.
MANZUR, GRACIELA (Argentina). Pediatra-Neonatóloga. Dermatóloga Universitaria.
        Dermatóloga Pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
MARTÍNEZ CAMPOS, ALDO EDGAR (Nicaragua). Médico Dermatólogo. Profesor Titular de la
        Cátedra de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Americana.
MÁSSIMO, JOSÉ ANTONIO (Argentina). Doctor en Medicina. Pediatra-Dermatólogo Universitario.
        Director de la Carrera de Dermatología Pediátrica de la Facultad de Medicina UBA.
        Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
MESA COCK, JAIRO (Colombia). Ex Jefe del Servicio y Profesor Titular de Dermatología.
        Servicio de Dermatología de la Universidad de Caldas. Director de la Página Web de
        la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica.
MINIÑO, MARTHA (República Dominicana). Médica Patóloga, Dermatóloga y Dermatopatóloga.
        Editora de la Revista Dominicana de Dermatología y en el IDCP / DHBD.
MONTENEGRO LÓPEZ, GALO (Ecuador). Médico Dermatólogo. Servicio de Dermatología, Hospital
        Carlos Andrade Marín, Quito.
NEIRA CUADRA, JORGE ISAAC (Nicaragua). Médico Dermatólogo. Profesor Auxiliar de la Cátedra
        de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Americana. Profesor Auxiliar de
        la Cátedra de Posgrado de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad
        Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua.
NEUMANN SCHEFFER, LEÓN (México). Ex Presidente Sociedad Mexicana de Cirugía
        Dermatológica y Oncológica.
ORTIZ, YOLANDA (México). Profesora de Dermatología IPN. Jefa del Servicio del Hospital
        Juárez de México.
PIERINI, ADRIÁN MARTÍN (Argentina). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de
        Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan. Profesor Adjunto de Dermatología, Facultad de
        Medicina, Universidad de Buenos Aires.
PIERINI, LUIS DAVID (Argentina). Ex Jefe de los Servicios de Neurología de los Hospitales
        Torcuato de Alvear e Ignacio Pirovano, Buenos Aires. Ex Docente de Neurología de la
        Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro Titular del Tribunal de Honor del Colegio
        Argentino de Neurólogos Clínicos.
PIQUERO MARTÍN, JAIME (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vargas de
        Caracas. Instituto de Biomedicina.
QUINTANILLA SÁNCHEZ, LEANA (El Salvador). Secretaria de la Asociación Dermatológica de El
        Salvador.



                                                                                              9
LISTA DE AUTORES



     QUIÑÓNES, CÉSAR (Puerto Rico). Catedrático Asociado Ad Honorem, Departamento de
            Dermatología de la Escuela de Medicina Universidad de Puerto Rico.
     RAMPOLDI BESTARD, ROBERTO (Uruguay). Médico Dermatólogo.
     REYES FLORES, OSCAR (Venezuela). Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de
            Dermatología y Cirugía Dermatológica.
     RONDÓN LUGO, ANTONIO (Venezuela). Jefe de Cátedra de Dermatología de la Escuela de
            Medicina José M. Vargas, UCV.
     RUIZ MALDONADO, RAMÓN (México). Profesor Titular de Dermatología y Dermatología
            Pediátrica, Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador Nacional nivel III
            del Sistema Nacional de Investigadores. Investigador en Ciencias Médicas “F” de los
            Institutos Nacionales de Salud.
     SAÚL, AMADO (México). Profesor de Dermatología UNAM e IPN. Consultor Técnico del Servicio
            Dermatología del Hospital General de México.
     SILVA-LIZAMA, EDUARDO (Guatemala). Jefe de la Unidad de Dermatología, Centro Médico Militar,
            Guatemala. Coordinador de la Cátedra de Dermatología, Facultad de Medicina,
            Universidad Mariano Gálvez. Miembro de la Asociación Guatemalteca de Dermatología,
            de la Sociedad Centroamericana de Dermatología, CILAD, de la Internacional Society of
            Dermatology y de la American Academy of Dermatology.
     TRUJILLO REINA, BENJAMÍN (Venezuela). Vicepresidente de la Sociedad Venezolana de
            Dermatología y Cirugía Dermatológica.
     URQUIZU DÁVILA, PABLO HUMBERTO (Guatemala). Jefe de la Unidad de Dermatología,
            Departamento de Medicina Interna, Hospital Roosevelt. Ex Presidente de la
            Asociación Guatemalteca de Dermatología. Miembro de la Sociedad Centroamericana
            de Dermatología, del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología y de la
            American Academy of Dermatology.
     VALDIVIA BLONDET, LUIS (Perú). Profesor Principal de Dermatología de la Universidad Nacional
            Mayor de San Marcos.
     VALLE, LIDIA E. (Argentina). Dermatóloga Universitaria. Docente Adscripta en Dermatología,
            UBA. Profesora Universitaria en Medicina, UCS.
     VARELA HERNÁNDEZ, CÉSAR IVÁN (Colombia). Profesor Ad Honorem Servicio de Dermatología,
            Departamento de Medicina Interna, Universidad del Valle. Presidente-Fundador de la
            Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana. Ex Presidente de la
            Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, Capítulo Valle del
            Cauca.
     VARGAS MONTIEL, HERNÁN (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de
            Maracaibo.
     VÁZQUEZ, MIRTA (Argentina). Médica Pediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Pirovano,
            Buenos Aires.
     VELÁSQUEZ BERRUECOS, JUAN PEDRO (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de
            Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Jefe del Servicio de Dermatología de la
            Universidad de Antioquia. Ex Profesor Titular del Servicio de Dermatología de la
            Universidad de Antioquia.
     VIGLIOGLIA, PABLO A. (Argentina). Profesor Emérito, Universidad de Buenos Aires.
     VIGNALE, RAÚL (Uruguay). Profesor Emérito de la Cátedra de Dermatología de la Facultad de
            Medicina. Jefe del Servicio de Dermatología, Ministerio de Salud Pública.
     WOSCOFF, ALBERTO (Argentina). Profesor Consulto Titular, Universidad de Buenos Aires.
ÍNDICE




PRÓLOGO: EL INICIO DE UN CAMINO (RICARDO GALIMBERTI, ADRIÁN MARTÍN PIERINI,
ANDREA BETTINA CERVINI) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN LAS CULTURAS INDÍGENAS ARGENTINAS
(LUIS DAVID PIERINI) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
Los grupos indígenas: botánica médica, geografía médica, patologías . . . . . . . . . . . .20
Los grupos brasilio-guaraníes y Chaco Litoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
Grupos del Noroeste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
El grupo andino y de las Sierras Centrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27
Pampas, querandíes y puelches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28
Patagones o tehuelches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28
Extremo sur magallánico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29
Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ARGENTINA (PABLO A. VIGLIOGLIA, ALBERTO
WOSCOFF) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
La época colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
Los albores de la Dermatología argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
La época de Baliña y Greco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32
La época de Pierini y Quiroga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33
La era actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35
La federalización de la Dermatología argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38
La actividad internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41
Las distintas subespecialidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43
Revistas de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
Libros de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47

DERMATOLOGÍA: ARTE Y CULTURA (AMALIA M. BORES, INÉS A. BORES, LIDIA E. VALLE) 49
La Dermatología en la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49
La medicina popular. Los curanderos y la magia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50
Los moldes de cera. La fotografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54


                                                                                                                                        11
ÍNDICE



     HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA
     (JOSÉ ANTONIO MÁSSIMO, PEDRO GARCÍA ZUBILLAGA, GRACIELA MANZUR, MIRTA VÁZQUEZ) . . . .55
     Un poco de nuestra historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55

     RESEÑA HISTÓRICA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE DERMATOLOGÍA
     (FERNANDO CÁRDENAS UZQUIANO, JUAN CARLOS DIEZ DE MEDINA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63
     Antes de su fundación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63
     Desde la fundación hasta fines de 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64
     Desde 1986 hasta la fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66

     LA DERMATOLOGÍA Y LOS DERMATÓLOGOS EN EL BRASIL (PAULO R. CUNHA) . . . . .69
     El Brasil y la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
     Primera etapa: las bendiciones de los payés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
     La etapa pre-científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
     La etapa científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74
     Personalidades históricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
     La Dermatología en los estados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84
     La Sociedad Brasileña de Dermatología (SBD) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85
     La historia de la RADLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108
     Algunas enfermedades y sus tratamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108
     Los desafíos de la Dermatología en el nuevo milenio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .111

     HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA (CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ)
     (COLABORADORES: DANIELLE ALENCAR-PONTE, ANTONIO BARRERA ARENALES, MICHEL FAIZAL
     GEAGEA, JAIME GIL JARAMILLO, FLAVIO GÓMEZ VARGAS, CARLOS HORACIO GONZÁLEZ ROJAS,
     GUILLERMO GUTIÉRREZ ALDANA, JAIRO MESA COCK, JUAN PEDRO VELÁSQUEZ BERRUECOS) . . . .113
     La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113
     La Dermatología desde el descubrimiento de América hasta la Colonia. La influencia
     de la Conquista y las nuevas enfermedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
     La Dermatología desde la Colonia hasta la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .118
     Historia de la investigación, la infectología y las subespecialidades . . . . . . . . . . . . .126
     Instituciones dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133
     Publicaciones científicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .137
     Actividades científicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139
     La enseñanza de la especialidad: escuelas-servicios de Dermatología . . . . . . . . . . .139
     Dermatología, arte y cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .144
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149

     RESEÑA HISTÓRICA DE LA DERMATOLOGÍA EN CUBA (JOSÉ G. DÍAZ ALMEIDA,
     ALFREDO ABREU DANIEL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
     Período Colonial (1509-1902) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
     Período de la República Liberal Burguesa (1902-1958) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .154
     Período de la Revolución Socialista (desde 1959) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163

     BOSQUEJO HISTÓRICO DE LA DERMATOLOGÍA CHILENA (RUBÉN GUARDA TATÍN) . .165
     La Dermatología como especialidad en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
     La enseñanza de la Dermatología en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .170
     Reseñas de algunas disciplinas dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .177
     Historia de la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología . . . . . . . . . . . . . . .181
     Publicaciones dermatológicas en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185


12
Historia de la Dermatología latinoamericana


Reuniones científicas nacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185
La Dermatología chilena en el concierto internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .187
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ECUATORIANA (MAURO MADERO IZAGUIRRE,
FRANKLIN MADERO IZAGUIRRE, GALO MONTENEGRO LÓPEZ, MAURICIO COELLO URIGUEN,
CLAUDIO ARIAS ARGUDO) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191
I. La Dermatología en la región costa o litoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191
    Aspectos históricos: Época prehispánica. La Conquista. Época colonial. La Inde-
    pendencia (1820-1830). Época Republicana (1830-1900). Primera mitad del siglo
    XX (1900-1950). La Dermatología como especialidad (1950-2005). Fundación de
    la Sociedad Ecuatoriana de Dermatología. La Dermatología ecuatoriana en el
    presente. Grandes dermatólogos ecuatorianos. Referencias bibliográficas
II. La Dermatología en Quito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .203
III. La Dermatología en el Azuay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .206
    La Dermatología en la época prehispánica. La Dermatología en la época
    hispánica y pre-republicana. La Dermatología en la época republicana.
    Fundación oficial de la Universidad de Cuenca. Reseña histórica de la Socie-
    dad Ecuatoriana de Dermatología-Núcleo del Azuay. Referencias bibliográficas

LA DERMATOLOGÍA EN EL SALVADOR (JULIO EDUARDO BAÑOS, ENRIQUE HERNÁNDEZ
PÉREZ, LEANA QUINTANILLA SÁNCHEZ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .221

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN GUATEMALA (EDUARDO SILVA-LIZAMA, PABLO
HUMBERTO URQUIZU DÁVILA, PETER GREENBERG CORDERO, SUZETTE DE LEÓN G.) . . . . . . . . .227
La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
La Dermatología durante la Conquista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .235
La Dermatología desde la Colonia hasta la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236
Sociedades dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243
Enseñanza de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .244
Instituto de Dermatología y Cirugía de Piel (INDERMA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .247
La Dermatología en la literatura. La Dermatología popular, los curanderos, la magia . .249
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN MÉXICO (GILBERTO ADAME MIRANDA, MARIA ISABEL
ARIAS GÓMEZ, ROBERTO ARENAS, PABLO CAMPOS MACÍAS, LEÓN NEUMANN SCHEFFER, YOLANDA
ORTIZ, RAMÓN RUIZ MALDONADO, AMADO SAÚL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261
Época prehispánica o precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261
Época colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .264
Época independiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267
Época contemporánea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .270
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA EN MÉXICO
(RAMÓN RUIZ MALDONADO) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .273

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA NICARAGÜENSE (ALDO EDGAR MARTÍNEZ CAMPOS,
JORGE ISAAC NEIRA CUADRA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277
Desarrollo de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277
Personalidades destacadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
La Asociación Nicaragüense de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .283


                                                                                                                                    13
ÍNDICE



     El Centro Nacional de Dermatología Dr. Francisco Gómez Urcuyo . . . . . . . . . . . . . . .283
     La actividad docente dermatológica en Nicaragua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .284
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .286

     APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN PARAGUAY
     (JULIO CORREA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .289
     A manera de prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .289
     La población de América. El hombre americano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .290
     El territorio del Paraguay. Descubrimiento. Colonia. Independencia. Guerra
     de la Triple Alianza (1865-1870) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .292
     Los guaraníes: la medicina empírica y su aplicación a las enfermedades generales
     y de la piel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294
     Aspectos históricos de la medicina en el Paraguay. Relación con la Dermatología . .301
     Reseña histórica de la Sociedad Paraguaya de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . .303
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .305

     HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN EL PERÚ (ELBIO FLORES-CEVALLOS,
     LUIS FLORES-CEVALLOS, ZUÑO BURSTEIN) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .307
     Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .307
     Primera parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .308
        La Dermatología en la época precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .308
        La Dermatología en la época de la Conquista y del Virreinato . . . . . . . . . . . . . . .313
        La Dermatología durante los cien primeros años de la República . . . . . . . . . . . .316
     Segunda parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .317
        Historia de las instituciones dermatológicas en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .317
        Historia de las publicaciones científicas dermatológicas en el Perú . . . . . . . . . . .320
        Algunos precursores de la Dermatología en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .321
        Historia de la enseñanza de la Dermatología en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .323
        La Escuela Dermatológica del Prof. Aizic Cotlear en el Hospital Dos de Mayo . . .335
        Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337
     Tercera parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337
        Historia de la formalización legal de la especialidad en el Perú . . . . . . . . . . . . .337
        El primer programa universitario de especialización dermatológica en el Perú . .340
        Aspectos históricos de los institutos de Medicina Tropical y de la investigación
        científica dermatológica en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .344
        Breve historia de algunas enfermedades: la leishmaniasis tegumentaria en el
        Perú; la enfermedad de Carrión (verruga peruana); la lepra y su control
        en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .346
        Legislación peruana para el control de las ETS. Historia de las disposiciones
        legales vigentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .359
        Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .362

     APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA PERUANA
     (LUIS VALDIVIA BLONDET) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .365
     Época precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .365
     Conquista, Virreinato y primeros años de la República . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
     La educación dermatológica en la República desde 1856 hasta nuestros días . . . . .367
     Las Sociedades Científicas de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .377

     HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN PUERTO RICO (CÉSAR QUIÑONES, PABLO
     I. ALMODÓVAR) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .379


14
Historia de la Dermatología latinoamericana


La medicina precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .379
De la llegada de Colón al cambio de soberanía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
La Dermatología académica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .381
La investigación científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .383
La lepra en Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .383
Asociaciones de dermatólogos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .384
Comunicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .384

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN REPÚBLICA DOMINICANA (MARTHA MINIÑO,
RAFAEL ISA ISA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .385
La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .385
La Dermatología de la Colonia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .386
La Dermatología en tiempos de la República . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .387
La Dermatología en el siglo XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .388
Desarrollo de las subespecialidades de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .390
Publicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .391
La enseñanza de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .392
Finalizando el siglo XX y entrando al siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .393
Dermatología y arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394
Dermatología y magia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394

LOS INDÍGENAS DEL URUGUAY Y SU RELACIÓN CON LA DERMATOLOGÍA
(ROBERTO RAMPOLDI BESTARD) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397
Los viajes al Paranaguazú (Río de la Plata) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .400
El Uruguay indígena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .401
Prácticas curativas generales y dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .403
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN EL URUGUAY (RAÚL VIGNALE)
(COLABORADOR: FRANCISCO AMOR GARCÍA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .411
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .411
La primera asistencia hospitalaria en la ciudad de Montevideo . . . . . . . . . . . . . . . .412
Semblanzas de las figuras más relevantes de la Dermatología del Uruguay,
siglos XIX y XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .413
Hospitales con Servicios de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .417
   Hospitales dependientes del Ministerio de Salud Pública con policlínicas
   dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .417
   Hospitales no dependientes del Ministerio de Salud Pública ni de la Facultad
   de Medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .419
Historia de las publicaciones dermatológicas de los siglos XIX y XX . . . . . . . . . . . . .420
Congresos, simposios y jornadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .422
La Sociedad de Dermatología del Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .423
Historia y evolución de la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual
en el Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .424
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426

HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN VENEZUELA (ALFREDO LANDER MARCANO, JAIME
PIQUERO-MARTÍN, ANTONIO RONDÓN LUGO, OSCAR REYES FLORES, BENJAMÍN TRUJILLO REINA,
HERNÁN VARGAS MONTIEL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427
Primera etapa: desde los indígenas hasta 1904. Concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427


                                                                                                                                       15
ÍNDICE



     Segunda etapa: 1905 a 1946. Nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .430
     Tercera etapa: desde 1946 hasta el presente. Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .433
     Subespecialidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .434
     Historia de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Cirugía Dermatológica . . . .435
     Historia de la Dermatología en la provincia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .438
     Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .440

     EL COLEGIO IBERO-LATINOAMERICANO DE DERMATOLOGÍA (CILAD)
     (ROBERTO ARENAS) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441

     REUNIÓN ANUAL DE DERMATÓLOGOS LATINOAMERICANOS (RADLA)
     (FERNANDO MAGILL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .445

     DESARROLLO DE LA DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA EN AMÉRICA LATINA
     (EVELYNE HALPERT, RAMÓN RUIZ MALDONADO, HÉCTOR CÁCERES) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .449

     EL FUTURO DE LA DERMATOLOGÍA EN LATINOAMÉRICA (RAFAEL FALABELLA) . . . .451

     EPÍLOGO (LOS         EDITORES)     . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .457

     ÍNDICE DE NOMBRES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .459
PRÓLOGO
                        EL INICIO DE UN CAMINO
                                   RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI ,
                                               ANDREA BETTINA CERVINI




R     egresamos en julio de 2002 de París y en las valijas, en nuestras mentes y corazo-
nes traíamos no sólo el recuerdo de lo aprendido en el Congreso, sino la enorme alegría
y responsabilidad de ser los encargados de organizar el XXI Congreso Mundial de Der-
matología en Buenos Aires.
    Por primera vez, un país de Sudamérica iba a ser el anfitrión del evento más impor-
tante de la Dermatología Mundial. El sueño de nuestros maestros se hacía realidad.
    Para este logro habíamos contado con todo el apoyo de las Sociedades Dermatológi-
cas de Latinoamérica, que continúa y se acrecienta cada día.
    La espléndida Historia de la Dermatología Francesa nos impactó y ahí vislumbramos
el inicio de un camino.
    Desde el primer momento, Pierre Fabre Dermo Cosmétique apoyó la realización de
este libro que hoy presentamos: Historia de la Dermatología Latinoamericana.
    Esta obra no hubiera sido posible sin el compromiso de las Sociedades Dermatológi-
cas de Latinoamérica, y es nuestro deber destacar, por lo invalorable, el entusiasmo y la
rapidez con que respondieron todos los coautores, quienes sin ninguna duda no sólo fa-
cilitaron nuestro trabajo sino que aumentaron nuestra responsabilidad ante semejante
participación.
    Y si hablamos del inicio de un camino es porque creemos que esta Historia de la Der-
matología Latinoamericana es, en cuanto demuestra un espíritu de colaboración sin
mezquindades ni prejuicios, el acto inaugural para el más preciado de nuestros objeti-
vos en tanto que dermatólogos de este continente: la unión de la Dermatología Latinoa-
mericana, respetando nuestras diferencias que, en lugar de alejarnos, nos asombran y
nos unen, para aprender los unos de los otros.
    Contamos con dos hechos favorecedores para esta unión:
    1. Nuestra pasión por la Dermatología, por el estudio y el cuidado del órgano de ex-
presión por excelencia, no solamente de los sucesos de nuestro organismo, sino y en es-
pecial de nuestra calidad de vida.
    2. Nuestros orígenes comunes, ya que todos compartimos las raíces latinas, lo que
nos facilita la comprensión de nuestros problemas, nuestras investigaciones, nuestros
objetivos.

   América Latina tiene una historia muy rica desde la época precolombina, en las cul-
turas indígenas cuyas trazas aún perduran en las costumbres de nuestros pueblos.


                                                                                            17
RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI , ANDREA BETTINA CERVINI



     La colonización trajo la modernidad, no siempre favorecedora del bienestar del hombre,
     pero a la postre enriquecedora de la salud de nuestras poblaciones.
        La casi totalidad de las Sociedades Latinoamericanas de Dermatología se expresan en
     esta Historia, mediante el recuerdo de sus raíces, sus investigadores y maestros, en un
     esfuerzo que será valorado por las generaciones futuras.

         Vivimos este libro como el inicio del camino de la unidad latinoamericana.
         No perdamos el rumbo.
         Unamos esfuerzos para profundizar el conocimiento de nuestras patologías regionales.
         Unamos esfuerzos para realizar investigaciones en conjunto.
         Unamos voluntades para realizar actividades científicas compartidas que estimulen
     la participación de todos y que hagan más eficaz el costo de realización.
         Unamos capacidades en pos de objetivos que mejoren la salud de nuestra población
     y que lleven a optimizar integralmente su calidad de vida.

         Gracias a todos los colaboradores directos e indirectos y gracias a Laboratorios Pierre
     Fabre Dermo Cosmétique, y en especial al Sr. Jacques Fabre, a la Sra. Colette Arrighi y al
     Sr. Philippe Constant, por su sensibilidad y generosidad para apoyar este proyecto de la
     Dermatología latinoamericana. ■
HISTORIA DE LA
                          DERMATOLOGÍA EN
                             LAS CULTURAS
                                INDÍGENAS
                               ARGENTINAS
                                                                     LUIS DAVID PIERINI




                                         A la memoria de mi padre, Luis E. Pierini, quien se alegró de
                                         que mi especialidad estuviera relacionada con el ectodermo.




                                                                                   ■ Introducción
                   «Los imperios del futuro se construirán sobre el conocimiento». Albert Einstein

                   «El libro es el más sorprendente entre los múltiples instrumentos del hombre.
                   Los otros son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son ex-
                   tensiones de su vista, el teléfono, una extensión de su voz; pero el libro es otra
                   cosa; el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. Es una de
                   las posibilidades de felicidad que tenemos los hombres». Jorge Luis Borges


L    a Dermatología argentina comienza a surgir cuando arriban los conquistadores his-
pánicos. Ellos contagian sus males, aportan esclavos enfermos y a su vez, desarrollan en-
fermedades cutáneas endémicas.
   La medicina aborigen, con sus luces y sombras, cubrió las necesidades de importan-
tes grupos poblacionales. Con magia, religión y empirismo, ellos crearon sistemas asis-
tenciales que mejoraron enfermedades y epidemias crónicas.
   Los españoles expresaron su admiración por ciertas técnicas y modalidades de los in-
dígenas, aprovechando muchas veces las propiedades terapéuticas de especies vegetales
valiosas que luego enviaron a España. En este aspecto, es reconocida la labor desempe-
ñada por Nicolás Monardes con su clasificación de plantas de uso farmacológico, utiliza-
das con gran éxito en Europa luego de la empresa colónica.
   Se considera a Nicolás V. Greco y a Marcial Ignacio Quiroga como los primeros historia-
dores de la Dermatología argentina. Ambos impulsaron el conocimiento de la especialidad,
sus características docentes y sus cultores, así como el estudio de la lepra en nuestro país.


                                                                                                         19
LUIS DAVID PIERINI



        Nicolás V. Greco, en su universal análisis crítico de 1944, refiere los avatares de la
     Dermatología en nuestro país, que se inicia cuando Baldomero Sommer presenta en
     1884 su tesis de doctorado. Aclaremos que Sommer fue el primer catedrático que ense-
     ñó en la Argentina las enfermedades cutáneas a partir de 1892.
        Marcial Ignacio Quiroga, personalidad polifacética, académico de Medicina y de His-
     toria, describió con decantada madurez la evolución de la lepra en la Argentina.


■ Los grupos indígenas: botánica médica,
    Aspectos generales
geografía médica, patologías
         El vocablo aborigen deriva del latín aborigines, compuesto de ab: ‘desde’ y origo: ‘orí-
     genes’, y éste de oriri, ‘nacer’. Por lo tanto, “desde los orígenes” se llama aborígenes a
     los originarios del suelo en que se vive.
         El aluvión inmigratorio desencadenó horribles epidemias en el seno de estas agrupa-
     ciones primitivas. Una de las primeras enfermedades que se difundieron en forma epi-
     démica fue la viruela. Los indígenas la llamaron mal o enfermedad de los españoles,
     pues, según su tradición, acaso no mal fundada, no conocieron las viruelas hasta que los
     españoles arribaron a América. “Es indecible el horror que les tienen estos indios, y con
     razón, pues entrando en sus toldos, mueren tantos que sus poblaciones quedan desier-
     tas”, escribía un cronista.
         Al igual que la viruela, la lepra y la tuberculosis –según tradiciones orales– eran en-
     fermedades desconocidas antes de la Conquista.
         Siguiendo a Fiz Fernández, con leves modificaciones de nuestra parte, ubicamos a
     nuestros aborígenes en los siguientes acápites:
         I. Brasilio-guaraníes y grupo Chaco Litoral, integrantes del conjunto guaraní. Com-
     prende además de los mismos guaraníes, a los guaycurúes (tobas, mocobíes o mocovíes,
     abipones, pilagáes), matacos, wichis y charrúas, estos últimos vinculados a los pampas.
         II. Grupos del Noroeste: abarcan los omahuacas, los apatamas de la Puna y los dia-
     guitas calchaquíes, con poderosa influencia incaica.
         III. El grupo andino y de las Sierras Centrales está integrado por los pehuenches, los
     huarpes, los comechingones de Córdoba, los sanavirones del Río Dulce o del Río Negro,
     los tonocotés de Santiago del Estero, los lules y vilelas de Tucumán y los peri- cordillera-
     nos, todos ellos con enculturación incaica.
         IV. Pampas: comprenden los querandíes, los pampas y los puelches.
         V. Patagones o tehuelches.
         VI. Extremo sur magallánico: onas, yaganes y alacalufes.

        Grandes naturalistas y excelentes empíricos, guiados por reconocidos herbolarios, es-
     tos aborígenes aplicaron la botánica, que formaba parte del paisaje, a las necesidades de
     su época. En las páginas siguientes expondremos en forma sumamente sucinta las ca-
     racterísticas de estos grupos.


■ LosBrasilio-guaraníes y grupo Chaco Litoral Chaco Litoral
    I. grupos brasilio-guaraníes y

         Constituían el grupo aborigen más numeroso del país. El historiador Pedro de Angelis
     cree que guaraní proviene de Gua: ‘pintura’, Ra: ‘manchado’ y Ni: signo de plural. Es de-
     cir, eran los manchados de pintura o sea, aquellos que se pintan. Escribe: “Se cubren el
     cuerpo con pintura negra, roja y amarilla, para protegerse de los rigores del sol, a guisa
     de los actuales filtros y protectores solares”.
         Lo agreste de su hábitat hizo que España, al perder sus colonias, no hubiera llegado


20
Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas


a conocer siquiera la existencia de algunas de estas tribus esparcidas en la inmensidad
de la selva virgen, de modo que el exterminio casi total de muchas de ellas no se debió
tanto a la acción “conquistadora” como a las desastrosas consecuencias de las epidemias
que tuvieron que soportar desde la llegada de los europeos.
   Recordemos que la etimología del vocablo Chaco indica la multitud de naciones que
pueblan esta región.

1. Guaraníes

    Practicaban el tatuaje*, no sólo como ornato, sino con fines curativos para pacientes
con determinadas afecciones, a través de incisiones en la piel en la región dorsal y glú-
tea. Cuando se realizaban como alivio del cansancio, luego de marchas agobiantes, tales
tatuajes se nominaban como “higiénicos”.
    Muchas tribus practicaron este ritual ancestral. Son oportunas las expresiones del an-
tropólogo Rubén Palavecino, quien a propósito de los naturales chaqueños dice: “El ta-
tuaje del rostro es un hábito extremadamente difundido, que se inicia en el púber y
progresa con la edad. La operación es casi siempre practicada por las viejas de la tribu,
mediante el trazado de un dibujo guía. La punción de la piel se efectúa con espinas de
cactus o de pescado, o con agujas de hueso, seguidas de introducción de materia colo-
rante por fricción enérgica”.
    Sin embargo, el adorno masculino por excelencia fue el tembetá, de forma y materia-
les diversos, como por ejemplo: plomo con incrustaciones de turquesa o madera de palo
borracho. Significaba valentía, coraje, agresividad y era signo distintivo de jóvenes gue-
rreros y cazadores.

BOTÁNICA MÉDICA
   El rico reservorio fitogeográfico tropical y subtropical fue empleado en la curación de
afecciones, supeditándose su aplicación a virtudes mágicas de la flora o a la concepción
teúrgica de la enfermedad.
   Copaiba (Copaifera officinalis) (palo de aceite): da un óleo resina que se utilizó en he-
ridas, ulceraciones y después en enfermedades venéreas. Se considera uno de los medi-
camentos más antiguos del Nuevo Continente.
   Zarzaparrilla (Zarzaparrilla smilaxsifilítica): en cocimiento o en solución –macera-
ción en vino–, gozó de prestigio terapéutico en afecciones dermatológicas, tales como
sarna y venéreas, difundidas por los españoles. Poseía también acción sudorífica.
   Salvia: aplicada a la superficie cutánea, servía para ahuyentar insectos.
   Mangle (Conocarpus erecta o Bucia erecta): se empleaba la raíz asada en personas
que habían sufrido picaduras de raya.
   Carqueja (Yaguareté Caá) (Baccaris chispa): indicada aún hoy en infusión teiforme
para aliviar disquinesias biliares, era aplicada en ulceraciones venéreas y en pacientes
portadores de lepra.
   Anguay, copal o benjuí (Styrax leprosus): árbol de madera incorruptible e imputres-
cible, utilizado para construir las primitivas iglesias. Se extraía de él un bálsamo al que
se atribuían virtudes curativas, aplicado en heridas, ulceraciones y lesiones óseas.
   Los hechiceros payé adoptaron su aromática resina para sahumar, a modo de incien-
so, el lugar donde cumplían sus rituales, de ahí la denominación de iberá payé, voces
guaraníes que literalmente significan “árbol de los hechiceros”.
   Contrahierba (Dorstenia contra hierba): se utilizaba en baños tibios y en sahumerio,
para rehabilitar formas de parálisis. Era utilizada en el tratamiento del sarampión y de

*
  La palabra tatuaje es originaria de las islas de Oceanía, de los canacos polinesios. Tatahu deriva de ta: ‘dibujo’,
y designa de un modo general las marcas y señales hechas sobre el cuerpo.



                                                                                                                        21
LUIS DAVID PIERINI



     la viruela. Se aplicaban sus hojas y raíces machacadas para curar úlceras tórpidas y pi-
     caduras de víboras.
         Ceibo, “chop” (Erythinia cristagalli): de gran profusión en las costas del Paraná y
     afluentes, los indígenas se valieron de su corteza, cogollos y brotes para preparar coci-
     mientos y bálsamos, que aplicaban en heridas ocasionadas por garras o dientes de ya-
     guaretés.
         Urucú (Bixia orellana): árbol de 2 a 5 m de altura, cuya difusión se extiende desde
     México hasta Chaco, siempre al oriente de la Cordillera. Especie de vistosas flores, cuyas
     semillas contienen dos sustancias colorantes: una amarilla, la orellina, y otra, rojo cina-
     brio. Esta última se usaba para proteger la piel, pues el ungüento atemperaba los rayos
     ultravioletas. La urucuización consistía en untarse todos los días con aquella sustancia
     para mantenerse libre de las proteiformes picaduras de insectos. Por su indisolubilidad,
     resistía la acción del baño y del sudor.
         Moisés Bertoni apunta en su Memoria que todo el cuerpo y la cara de los indígenas
     presentaban un tinte colorado especial, pálido lustroso, que les daba un aspecto extra-
     ño, pero no desagradable a la vista ni al tacto, pues se borraba toda marca o cicatriz,
     quedando el cutis satinado. El color rojo que exhibían hizo nacer el errado concepto de
     la existencia de una raza roja entre los aborígenes sudamericanos.
         Los indios yaguas y los guerreros xikriu, habitantes de la gran cuenca del Amazonas
     y Orinoco, siguen empleando el urucú, como sus antepasados, para ahuyentar los insec-
     tos y teñir su vestuario.
         Tabaco (Nicotiana tabacum): esta especie botánica es la primera mencionada en las
     referencias literarias europeas inmediatamente posteriores al Descubrimiento, que son
     los diarios de navegación de Cristóbal Colón.
         En los albores del Nuevo Mundo, el tabaco se usaba para ser fumado y aspirado a modo
     de rapé. Era común chupar su jugo y beber el agua de sus hojas maceradas. Existían claras
     relaciones entre el culto y la medicina, pues antes de ciertas ceremonias, como la iniciación
     de los adolescentes, se bebía jugo de tabaco y se lo aspiraba por vía nasal. Se menciona, ade-
     más, su empleo en forma de aspersión y de solución tintórea para decoración cutánea.
         Antes de la era precolombina, se lo empleaba también como principio activo en dolo-
     res y picaduras, sarna y erisipela. La documentación disponible no nos permite aseverar
     que en ese período se cultivara en el actual territorio argentino.
         El tabaco es la única planta dañina que hemos heredado de nuestros aborígenes.

     GEOGRAFÍA MÉDICA
         Juan Carlos Boudin diría que el hombre no nace, no vive, no sufre ni muere de la mis-
     ma manera en las distintas partes del mundo. La concepción, el nacimiento, la vida, la
     enfermedad y la muerte varían según el clima y el suelo, según las estaciones y los me-
     ses, la raza y la nacionalidad.
         Las crónicas registran una incidencia manifiesta de las patologías tropicales y subtro-
     picales entre los indios guaraníes. Enteritis, enterocolitis, anquilostomiasis, disentería,
     paludismo, necatoriasis y otras parasitosis conforman el haber de estas infestaciones por
     vermes, nematelmintos y platelmintos. Artrópodos venenosos, como miriápodos, escor-
     piones y arañas, provocaban no pocos accidentes por su ponzoña. También los insectos
     transmisores y vectores de enfermedades, tales como moscas, mosquitos, pulgas y pio-
     jos, contribuyeron a mantener un significativo índice de morbilidad.
         Debemos recordar, además, enfermedades importadas, como la tuberculosis, la vi-
     ruela y –según algunas teorías– la sífilis, provocadoras de innumerables defunciones.

     2. Guaycurúes

        Los guaycurúes son una extensa familia que según Salvador Canals Frau era de origen


22
Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas


patagónico y estaba compuesta por los tobas, mocovíes, abipones, pilagáes, payaguas y
mbayes. Los dos últimos grupos desaparecieron hace mucho tiempo.
   Como rasgo general, los hombres, en vez de usar vestido, se pintaban el cuerpo.

A)TOBAS
   La medicina nativa tradicional de los tobas posee una polifacética farmacopea aplica-
da a heridas, fracturas, esguinces, ulceraciones, mordeduras y parasitosis. Diversas sus-
tancias pertenecientes a los otros dos reinos de la naturaleza enriquecen el vasto
anaquel farmacológico de estas primitivas poblaciones, donde el ritual, los cánticos, la
monotonía de los tambores, el humo del tabaco, los conjuros e invocaciones a agentes
sobrenaturales, dramatizados por el médico-brujo, crean el contexto terapéutico ade-
cuado a las estructuras sociales de la comunidad.

B)MOCOBÍES O MOCOVÍES
   Según un cronista, “curan las heridas con sólo atarlas, como también las quebradu-
ras de los huesos, y tienen una carnadura tan sana que en breve se suelda y poco se hin-
cha. Y aún han llegado a ver un indio, rasguñado de un tigre cuyas uñas son venenosas,
sanar de ello sin producir hinchazón”.

Tatuajes, adornos
    Como sus vecinos territoriales, los abipones se aplicaron al arte del tatuaje. En el ca-
so de las niñas, se les hacían grabados en el busto. Según la descripción del Padre Ma-
nuel Canelas, esta operación se realizaba con ciertas espinas untadas en diversos
colores, en especial el negro y el azul. “El dolor e hinchazón que padecían encerradas
por cerca de un mes, sufriendo hasta parecer monstruosas, [era] para quedar, sólo a su
parecer, hermosas”. Otros lugares preferentemente elegidos eran las zonas lagrimales,
los ángulos externos del ojo y el entrecejo.

Medicina
    Aunque los pequeños, por el hecho de deambular desnudos, se hallaban acostumbrados
a los embates telúricos, no pudieron evitar las picaduras de insectos, en especial mosquitos,
pese a que sus mayores se ingeniaban para atenuarlos. Para esto apelaban a la grasa de ñan-
dú o de pescado, que mezclada con resinas, se friccionaba sobre toda la superficie corporal.
    También se hallaban torturados por el “pique”, nombre vulgar dado en la Argentina y
Paraguay a la nigua (Sarcopsylla penetrans). Este agente es una pulga de la América tro-
pical y subtropical que ataca al hombre, penetrando debajo de la epidermis de los pies,
en especial de las uñas. Sus huevecillos son de color amarillo, no salen al exterior y se de-
sarrollan en los planos subtegumentarios. Forman pequeños abscesos, que en ocasiones
exigen drenaje quirúrgico. Esta dolorosa afección, acompañada de prurito y otras derma-
tosis, era tratada por preparados que tenían como vehículo grasa y polvo de cantárida.
    Las micosis cutáneas, la sífilis, las reacciones dermatológicas de probable origen alér-
gico y la leishmaniasis eran tratadas con grasa fosforada, como el almizcle de yacaré.
    En los testimonios históricos correspondientes a diferentes períodos del nomadismo y se-
dentarismo mocovíes, las primeras descripciones coinciden en afirmar que por la misma se-
lección natural existían pocas enfermedades fuera de las epidémicas. Cuando se difundían
estas patologías, todos los indígenas huían; no se conocía una calamidad mayor. Así, la ma-
dre o el padre se alejaban, dejando a los niños afectados en el mayor desamparo. Sólo co-
locaban a la cabecera del lecho un cántaro con agua, carne asada y frutos silvestres.
    En el año 1745, una asoladora epidemia atacó 30 poblaciones del Paraguay y adya-
cencias, segando la vida de 72.000 naturales de todas las edades. En 1760, en la reduc-
ción mocoví de San Javier, provincia de Santa Fe, hubo un nuevo recrudecimiento del
genio epidémico que diezmó a 800 aborígenes.


                                                                                                23
LUIS DAVID PIERINI



        En cuanto a la medicación –la vacunación antivariólica de Edward Jenner se difundi-
     rá como profilaxis a partir de 1796– el suministro de agua de cebada y de lino, de agua
     azucarada con pepitas de sandía o de melón como bebida refrescante y calabazas ma-
     chacadas representaban los recursos farmacológicos de esa época.

     Herboristería
         Mencionaremos algunos especímenes:
         Mistol: conocido también por otras etnias, este árbol de precioso porte es muy común
     en los montes santafesinos y santiagueños. Posee un fruto dulce, rojo, con el cual se ha-
     ce la aloja; sus hojas se emplean para el tratamiento de las heridas.
         Cebil: pertenece a la familia de las mimosas; sus hojas y cortezas maceradas fueron
     aplicadas a modo de emplasto en las lesiones mutilantes de la lepra.
         Guayacán: además de aliviar las enfermedades reumáticas y las algias de la gota, se
     empleó su resina para neutralizar las complicaciones del tercer período de la sífilis. Nues-
     tros indígenas bebían en infusión sus hojas y cortezas como reconstituyente general.
         Palmera pindo o palmera grande (Coco Romango flianum): especie muy apreciada
     para la techumbre de los ranchos, se utiliza también en la fabricación de múltiples tre-
     bejos y sus cogollos se emplean como alimento.
         Esta variedad alberga un gusano blanco del tamaño de un dedo, que los naturales lla-
     man tombú. Refiere el doctor Esteban Laureano Maradona que este verme –verme espe-
     luznante– puesto al fuego, segrega un aceite que los indígenas utilizan para tratar las
     heridas. Su cuerpo así frito o ensartado es comestible, como si fuera un chicharrón.
         Ortica dioca (Ortiga mayor): en medicina popular y aborigen posee indicaciones pa-
     ra casi todos los sistemas y aparatos. Era ensalzada por su función galactagoga y diuré-
     tica, así como su acción sobre el folículo piloso.
         Solimán o colmillo de víbora: fue empleado por los aborígenes como antiofídico. Las
     zonas que frecuentaron los autóctonos pertenecen a una dilatada zona de ofidismo donde
     pululan la víbora de coral (Elaps corallino), la serpiente de cascabel (Crotalus terrificus) y
     la víbora de la cruz o yarará (Lachesis alternatus), cuyas picaduras pueden ser letales.
         Mastuerzo: se lo empleó en cocimientos para neutralizar afecciones dermatológicas,
     escorbuto y diversas formas de tuberculosis pulmonares.

     C)   ABIPONES

     Herboristería
        La policroma variedad botánica permitió a los naturales del Gran Chaco crear una
     suerte de farmacopea donde se aunaban conocimientos empíricos y de hechicería cha-
     mánica. Mencionaremos algunas variedades:
        Abariguay: con ella preparaban un bálsamo empleado en la curación de heridas. Cre-
     ían que su aplicación bucal detenía las hemorragias y los accesos de tos.
        Ambay: ha sido mencionado como tratamiento antivenéreo y como elemento de fric-
     ción para la obtención del fuego.
        Quinoa: leguminosa que además de servir de alimento se aplicaba como cataplasma
     sobre la parte herida o traumatizada.
        Zarzaparrilla: contra mordeduras y picaduras de animales ponzoñosos.

     Patologías
         A pesar de la privilegiada contextura de los abipones, las enfermedades surgidas de
     la ecología regional, los insectos y parásitos, las guerras internas y exteriores, unidas a
     las afecciones transmitidas por el blanco, devinieron en la casi extinción de esta raza.
     Las epidemias también hicieron sentir sus efectos; en 1734, la viruela diezmó a 30.000
     habitantes, entre adultos y niños.


24
Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas


   Otra plaga que hallamos mencionada la constituyó el “pique”, “bicho de pie” o “agra-
ni”, vocablo abipón que significa “mordaza”.
   Estos grupos reconocieron la acción hematófaga de la vinchuca, a la que denomina-
ban “sanguijuela con alas”, así como las complicaciones provocadas por picaduras de
avispas, arácnidos y escorpiones.

Símbolos de belleza
    La perforación de las orejas era realizada con trocitos de hueso, astillas o cuernitos
de venado, introduciendo luego una hoja de palmera arrollada que por distensión agran-
daba el orificio, pudiendo llegar el lóbulo hasta el hombro.
    El tatuaje, difundido entre las culturas americanas, mostraba su refinada expresión
entre los abipones, escarificando la piel del rostro, pecho y brazos. El primitivo cincel era
una espina rígida que fijaba en la dermis tinturas vegetales, hollín y cenizas. Las filigra-
nas de este sello indeleble constituyeron un blasón de diferenciación tribal.
    Casi todos los pueblos de Paracuaria* se tatuaban. Los abipones reconocieron este ar-
te con el nombre de likinranala. Preguntados sobre el significado o la causa de aquella
bárbara costumbre, los aborígenes respondían que la habían heredado de sus ancestros.
Aquel suplicio duraba cinco días, durante los cuales la adolescente permanecía encerra-
da en su choza, cubierta con una piel, privándose de algunos alimentos como la carne y
el pescado. Las sesiones repetidas y cercanas encendían el rostro, con edema y tumefac-
ción. Desde temprana edad, las niñas se depilaban cejas y pestañas, rasurándose par-
cialmente la cabellera como elemento de identificación tribal.

D)   PILAGÁES

Adornos
   Peinaban el cabello, muy abundante, con peines de palillos y usaban pendientes fa-
bricados con los mismos elementos. Nos detendremos en la perforación de las orejas: es-
tas mutilaciones parciales se practicaban en ambos sexos, introduciendo botones de
madera u hojas de palmeras arrolladas. El agujero se dilataba hasta permitir el pasaje
de un disco, de cuatro o cinco centímetros.
   Practicaban la depilación y decoraban la piel con diversas pinturas. Casi siempre an-
daban descalzos.

Tatuajes
    El taraceo estuvo muy difundido entre los pilagáes del río Pilcomayo. Este mágico y di-
fícil arte se practicaba con agujas de cardón, frotando sobre la piel punteada diversas sus-
tancias, entre ellas, hollín. Los niños eran tatuados con dibujos que mostraban figuras
geométricas: óvalos, círculos y rombos, divididos por diámetros, diagonales y rectángulos.
    Las respuestas que daban acerca de las motivaciones de los diversos tatuajes eran:
“es marca pilagá”, o “para que no tengan la peste” o “para adquirir inmunidad”.

3. Matacos

Botánica médica
   Los naturalistas que se internaron en la intimidad de la espesura amazónica o arri-
baron a la vera de sus ríos recopilaron excepcionales observaciones fitológicas. Mencio-
naremos algunas especies:

* Paracuaria: amplia zona de Sudamérica, donde se situaron las misiones jesuíticas; su capital era Córdoba del
Tucumán.




                                                                                                                 25
LUIS DAVID PIERINI



         Palo santo (o palo bendito o guayacán): empleado en diversas afecciones por todas
     las tribus del nordeste. El hermano jesuita Pedro de Montenegro, reconocido cirujano y
     herbolario del Paraguay, resumió en su Materia Médica, escrita a principios del siglo
     XVIII, todas las aplicaciones de esta variedad arbórea. Conocido en Europa como impor-
     tante curalotodo, se lo empleó en el tratamiento de la sífilis, en las artropatías y en los
     trastornos circulatorios. Sus preparaciones utilizaban la resina de la corteza; se le atri-
     buían propiedades diuréticas, diaforéticas y catárticas. La resina, unida con grasa de
     avestruz o de pescado, aplicada sobre la piel ahuyentaba los mosquitos. En la actuali-
     dad, el palo santo se utiliza con el mismo fin en la composición de los espirales.
         Ceibo o seibo: la corteza machacada fue utilizada como cataplasma sobre las morde-
     duras provocadas por animales; en forma de cocimiento aún persiste en las prescripcio-
     nes populares para tratamiento de úlceras, rectitis, hemorroides y vaginitis.
         Yetibay o jalapa: el jugo de sus flores, recién exprimidas, fue empleado en las otitis
     infantiles y en las erupciones herpéticas.
         Ayuy o laurel: árbol de madera resistente, sus frutos fueron utilizados en trastornos
     digestivos infantiles y en la escrofulosis; triturado con miel se aplicaba en ulceraciones
     crónicas. En forma de linimento se recetaba para la flogosis reumática, las neuralgias y
     el prurito de la sarna.
         Oruzuz: además de emplear la infusión en los cuadros catarrales y en las afonías, se
     usaba en las erisipelas a modo de sinapismo o en forma de pasta.
         Canchalagua: se administraba en forma de infusión, además de servir como atenuan-
     te de los dolores de los reumáticos y también en los portadores de enfermedades venéreas.
         Totora: sus flores se aplicaban en las quemaduras, y el cocimiento de sus raíces se
     utilizaba en el lavado de úlceras y tumores.
         Tusca: se bebía en forma de cocimiento, luego de tostar y hervir su fruto. Se indica-
     ba su ingestión en ayunas y se la recomendaba en infecciones gonocóccicas.
         Tabaco: el doctor Esteban Laureano Maradona, destacado médico formoseño e inves-
     tigador de la flora del Chaco central, relata en su libro A través de la selva que los indí-
     genas, en caso de picaduras de víbora, succionan la parte afectada a manera de ventosa,
     previa masticación de hojas de tabaco. Además, se suele emplear en otras afecciones di-
     versas partes de la planta, como raíces y semillas, con grasa o sin ella, con o sin resinas
     y con polvo de valva.

     4. Wichis o wichís y charrúas

        La palabra wichi significa ‘hombres verdaderos’ u ‘hombres de vida plena’, es decir,
     que participan de las plantas, de los árboles, de los peces y de las aves.
        Los españoles los llamaban incorrectamente “matacos”, término que en castellano
     antiguo significaba “animal de poca monta” o “animal sin importancia”. A los primeros
     que conocieron, hacia 1623, los denominaron mataguayos.
        Se puede decir que es una de las comunidades más antiguas del mundo. Aún hoy, ais-
     ladas en el norte de la República Argentina, luchan por subsistir en el mundo moderno.
        Las enfermedades que diezmaron a estas comunidades fueron la tuberculosis, la des-
     nutrición, el Chagas, las venéreas, el cólera y la brucelosis, todo lo cual se vio potencia-
     do por la dieta mal balanceada, basada fundamentalmente en maíz, zapallo, carne de
     cabrío, pescado y frutas, pero escasas verduras.


■ Grupos del Noroeste
    II. Grupos del Noroeste

         Este grupo conocía las aguas termales. Los espejos de agua, las temperaturas propicias,
     el tapiz de vegas y mallines y la proliferación de ejemplares arbóreos, como el molle,


26
Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas


crearon un paisaje bucólico en el que la vida de las familias nativas se deslizó sin las
angustias y sobresaltos de otras etnias.
    América indígena tuvo en cuenta el mito universal de la fuente de Juvencio, y el cono-
cimiento y la valoración de los efectos terapéuticos de las aguas que Pachamama (Madre
tierra) brindaba generosamente a sus hijos fueron incorporados por sus habitantes protohis-
tóricos en distintas épocas. Frecuentaron las fuentes termales, con fumarolas bullentes, ma-
nantiales cálidos, efluvios azufrados que formaban un espejo de agua cálida y vivificante.
    Desde el período preincaico eran conocidos en la región de Cuyo el baño de Uyurmi-
re y el del Inca, en el templo de Wiracocha (o Viracocha).
    Otra fuente unida a la devoción indígena, por su riqueza legendaria y por la virtud de
sus vertientes, es la que surge en el paraje La Laja. Aquí el amante huarpe Yahue, lue-
go de matar a la dulce Tahue y al seductor de ésta, murió en los pedregales sanjuaninos
como redención de aquella tragedia; después de su muerte, cual fuente de esperanza,
brotarían tres milagrosos manantiales.
    Otros nativos de nuestro territorio concurrieron igualmente a diversos baños y fuen-
tes. Los araucanos visitaban Copahue y Futalauquen y también conocieron Cullu-co
(aguas ácidas) y Laguen-co (aguas calientes). Los indios que transitaban por la provincia
de Buenos Aires conocieron la laguna de Epecuén. Según Tomás Falkner, a este lugar de
tonificantes aguas concurrían desde tiempo inmemorial los jefes indios con su familia.
Cuentan las tradiciones vernáculas que el cacique puelche Carhué (Corazón Puro), apa-
sionado por Epecuén, curó de una extraña parálisis al sumergirse en la gran laguna que
formaron las lágrimas de amor de su bella amada.
    También los diaguitas de Talacasto dejaron su pena indiana a través de las calcina-
das tierras de sus antepasados en una aguada surgida del llanto incesante de un apues-
to joven, que viera fenecer a su amada por el odio atávico hacia los invasores Incas.
Inti-Yacu (agua del sol) llamaron los nativos mediterráneos a la actual zona de Río Hon-
do (Santiago del Estero), cuyos cursos surgentes afloraban como vivificantes de vertede-
ros. Los pobladores vinculaban las bondades de Yacuru-pay (agua caliente), con los rayos
flamígeros del astro sol, al cual adoraban.
    Alonso Ovalle, en un libro publicado en Roma en 1646, hace referencia al calor, salo-
bridad y mineralización de las aguas de Puente del Inca, sin revelarnos la explicación
científica. Su reseña es una descripción paisajista de este monumento enclavado en la
precordillera, en la que el autor exalta aquella curiosa expresión de la naturaleza.
    Según Michel Horst von Brand, el primer análisis de aguas termales argentinas lo efec-
tuó el físico y químico Michel Faraday, en 1827, sobre muestras tomadas en aquel lugar.
    Villavicencio, según testimonios de viajeros, fue visitada por el célebre naturalista
Charles Darwin en 1839. Ya desde 1800, lugareños y vecinos de Mendoza acudían en
busca de sus cualidades benéficas.


                                 ■ El grupo
III. El grupo andino y de las Sierras Centrales   andino y de las Sierras Centrales
   Está integrado por los pehuenches, los huarpes, los comechingones de Córdoba, los
sanavirones del Río Dulce o de Río Negro, los tonocotés de Santiago del Estero, los lules
y vilelas de Tucumán y los araucanos peri-cordilleranos, todos ellos con enculturación
incaica.

Botánica médica

   Canelo: (Drymis winteri) pertenece a la familia de las magnoliáceas. Tiene cerca de
ocho metros de altura y suele desarrollarse en terrenos húmedos. Fue introducido en Eu-
ropa por John Winter, médico del pirata inglés Francis Drake, de allí su denominación


                                                                                               27
LUIS DAVID PIERINI



     técnica. La corteza de este árbol se usó en infusiones y también en aplicaciones exter-
     nas. Planta sagrada de los mapuches, se utilizaba en alteraciones del aparato digestivo,
     en las parasitosis (sarna) y reumatismo. La flor de la ceniza de este árbol, mezclada con
     grasa a modo de excipiente, también se utilizaba como depilatorio; por esta costumbre
     se atribuyó erróneamente a los jóvenes mapuches la ausencia de vello. Su acción por in-
     flujo simpático era imprescindible en todas las ceremonias mágico-evocativas. La machi
     cuidaba en el bosque un canelo predilecto y, según la creencia araucana referida por Ra-
     món Pardal, si alguien descubría y cortaba esta planta, la machi languidecía y moría.
         Lafo (Rumex romasa): poligonácea. Muy utilizada por los araucanos chilenos, se la
     consideraba una de las más preciadas hierbas. Por sus múltiples cualidades farmacoló-
     gicas gozaba de gran prestigio en la curación de heridas, ulceraciones tórpidas, otitis y
     “lepras que nacen a los niños, dejando el casco limpio”.
         Ñincuil (Heliantus thurífera): según Martín Gusinde, era reconocida como maravilla
     del campo y se le adjudicaba acción antiluética.
         Jarilla: entre otras aplicaciones terapéuticas, este arbusto se utilizó en forma de ca-
     taplasma, para resolver abscesos y flemones.

        Al finalizar la presente selección botánica hacemos un reconocimiento a los invalora-
     bles méritos que le cupieron al profesor Juan. A. Domínguez, quien realizó importantes
     estudios analíticos sobre la composición de fármacos vegetales, logrando desentrañar la
     síntesis fármaco-dinámica del vivero araucano.


■ Pampas, querandíes puelches
    IV. Pampas, querandíes y y puelches

         Se denomina pampas a un conglomerado humano de origen mixto con los que se halló
     Sebastián Gaboto en la desembocadura del Carcarañá, dándoles el nombre de querandíes
     (hombres con grasa).
         Frente a la viruela, en caso de ántrax o abscesos estos aborígenes provocaban su ma-
     duración aplicando cataplasmas de estiércol muy caliente. “Cuando están a término ex-
     tirpan el germen por medio de una crin doblada y lo comen enseguida entre dos bocados
     de carne cruda, pretendiendo así conjurar toda recaída”.
         Los puelches guenakén, que habitaban la parte norte de la Patagonia eran, según ex-
     presó José Sánchez Labrador, “de naturaleza fortísima y de tal condición que sin medicina
     se restablecían muchas veces de enfermedades y heridas que para otros serían mortales”.

     Herboristería

        Grandes naturalistas y excelentes empíricos, guiados por reconocidos herbolarios,
     aplicaron la botánica que formaba parte del paisaje a las necesidades de su época.
        Se cuenta con poca información sobre los elementos naturales que usaban los aborí-
     genes de esta etnia para los problemas dermatológicos; solamente se sabe que usaban
     una variedad de yang, que aplicaban en ulceraciones y aftas bucales.


■ Patagones o tehuelches
    V. Patagones o tehuelches

        La zona al sur del río Colorado, límite natural de las provincias de La Pampa y Río
     Negro –la planicie más austral de América–, es internacionalmente conocida con el nom-
     bre de Patagonia, que alude a los míticos “gigantes patagones”, descriptos en 1520 por
     Antonio Pigafetta, cronista de la circunnavegación de Hernando de Magallanes.




28
Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas


Nacimiento y crianza

   Poco después del nacimiento, los recién
nacidos eran untados con yeso húmedo. Se-
gún Ludwig Karsten (1926), este procedi-
miento tenía por finalidad proteger al niño
contra los malos espíritus. El mismo autor
menciona otras prácticas como la aplica-
ción de pintura roja, aceitado y fumigacio-
nes con tabaco, efectuadas con el mismo
objeto.
   Al cumplir el cuarto año, se realizaba la
ceremonia de la perforación de una o dos
orejas, según el sexo, introduciendo cerdas
de caballo en las incisiones, para evitar la
cicatrización.
   Conocieron el carácter epidémico de las
enfermedades, aunque éstas eran innomi-
nadas, y trataban de neutralizar su carác-
ter infeccioso dispersando los toldos en los
lugares donde habitaban.
   En general los patagones gozaban de
buena salud y sus heridas curaban con ra-
pidez; el brujo, mediante las ceremonias
descritas, indicaba la preparación de bre-
bajes, con propiedades médico-curativas.
Conocían la práctica de la sangría y sabían
abrir una vena con un trozo de concha o de
pedernal.

Ectoparasitosis

   Los niños y adultos fueron portadores de
pulgas y piojos, debido a la utilización de la
lana de guanaco y las plumas de avestruz
en su vestimenta y enseres domésticos.
                                                                                                    Distribución
                                                                                                    de la población
VI. Extremo Sur Magallánico                              ■ Extremo sur magallánico                  indígena en la
                                                                                                    Argentina a fines
   Las enfermedades venéreas sellaron un horizonte sin esperanzas tanto en los alaca-               del siglo XX
lufes como en los onas y los yaganes. Se supone que desconocieron las hierbas y los                 Fuente: Instituto
derivados animales y minerales para la curación de las enfermedades.                                de Cultura
   La transculturación fue otro mecanismo negativo para la sobrevivencia de estas                   Popular (Incupo-
etnias, así como la despiadada exhibición a que fueron sometidos en el siglo XIX en                 Endepa)
diversas ciudades europeas.


Epílogo                                                                            ■ Epílogo
   El autor coincide con los destacados genealogistas Diego Herrera Vegas y Carlos Jáu-
regui Rueda en que el tronco fundacional de nuestro país deriva de tres etnias: la aborigen,


                                                                                               29
LUIS DAVID PIERINI



     la africana y la del colonizador español. Estas etnias se unieron a través de dos generaciones
     y se completaron hace ciento cincuenta años con la inmigración.


■ Conclusiones
    Conclusiones

        Los tesoros de la naturaleza se brindaron con toda la generosidad de la madre tierra,
     y el espíritu intuitivo de los nativos se sirvió de ellos para superar sus dolencias. En es-
     ta exposición hemos seleccionado, en apretada síntesis, algunos de los elementos de su
     arsenal botánico. ■

                                                                                            Septiembre, 2005




     ■ Referencias                              argentino. Buenos Aires:
                                                Galerna; 1992.
                                                                                     selva. Buenos Aires: Talleres
                                                                                     Gráficos de la Penitenciaría
     bibliográficas                         Furlong G. Los jesuitas y la             Nacional;1937.
                                                cultura rioplatense. Buenos      Moreno FP. Viaje a la Patagonia
     Cantón E. Historia de la medicina          Aires: Univ. del Salvador;           Austral 1876-1877. Buenos
          en el Río de la Plata desde su        1984.                                Aires: Solar; 1969.
          descubrimiento hasta              García Terán M. Acercan la salud     Nazar F. Formosa, un pueblo
          nuestros días, 1512 a 1925.           y la educación a los                 cautivo. Criterio. Mar 2004;
          Madrid: Imp. G. Hernández y           aborígenes del Chaco. La             año LXXVIII;(2291):70.
          Galo Sáez; 1928.                      Nación. 5 ag 2001;               Pastrana CF. Los indígenas
     Centro educativo para mapuches.            Información general, p.21.           americanos piden espacio
          La Nación. 30 jun 2002; Sec.      Greco NV. Historia y desarrollo          para sus prácticas
          Opinión, p.20.                        de la Dermatología y                 tradicionales. Primer
     Codazzi Aguirre JA. La medicina            Sifilografía en la República         Congreso de Aborígenes del
          de los aborígenes en la               Argentina. Sem Med. Tomo             Mercosur. La Nación. 3 ag
          República Argentina. Actas            del Cincuentenario.                  2001; Supl. Ciencia y Salud,
          del 1º Congreso Nacional de           1944;(I):357-453.                    p.10.
          Historia de la Medicina           Guerrino AA. La medicina en la       Pérgola F. Brujos y cuasi médicos.
          Argentina. Buenos Aires;              Conquista del Desierto.              Buenos Aires: Edimed; 1986.
          1968.                                 Buenos Aires: Círculo Militar;   Pierini LD. Culturas aborígenes en
     Díaz Trigo A. Antecedentes                 1984.                                la medicina argentina.
          históricos y características de   Ibarra Grasso DE. Argentina              Buenos Aires: Dunken; 2004.
          la medicina de los pobladores         indígena y prehistoria           Rudgley R. Los pasos lejanos. Una
          indígenas argentinos. Rev             americana. Buenos Aires:             nueva interpretación de la
          Soc Venez Hist Med.                   TEA; 1971.                           prehistoria. Grijalbo; 2001.
          1961;23:563-570.                  Juárez FN. Recorridos de un          Seggiaro LA. Medicina indígena
     El Libro del Pueblo de Dios. La            naturalista inquieto. La             de América. Buenos Aires: El
          Biblia. 21ª ed. Madrid:               Nación. 9 dic 2001; Supl.            Ateneo; 1979.
          Ediciones Paulinas; 1999.             Enfoques.
                                                                                 Sopeña G. Monseñor Patagonia.
     Fernández CA. Cuentan los              Magrassi GE. Los aborígenes de           Buenos Aires: El Elefante
          mapuches. Buenos Aires:               la Argentina. Ensayo socio-          Blanco; 2001.
          Nuevo Siglo; 1995.                    histórico cultural. Buenos
     Fernández AF. Antropología,                Aires: Galerna-Búsqueda de
          cultura, medicina indígena de         Ayllú; 2000.
          América y arte rupestre           Maradona EL. A través de la
HISTORIA DE LA
                                      DERMATOLOGÍA
                                          ARGENTINA
                                         PABLO A . VIGLIOGLIA , ALBERTO WOSCOFF




1. LA EPOCA COLONIAL                                                ■ La época colonial

E    n 1780, poco después de creado el Virreinato del Río de la Plata, se proclama en una
Real Cédula: “Informado del desarreglo y abusos con que se ejercita la Medicina, Ciru-
gía, Farmacia y Flebotomía a ellas anexas, con especialidad en las provincias distantes
de esta capital, he resuelto, por ahora, establecer y crear en ella un Tribunal de Porto,
como lo hay en las ciudades de Lima y Méjico, con las mismas facultades, prerrogativas
y excepciones, para que por este medio, que tanto se conforma con las leyes, se corrija
y extirpe el desorden, y he venido en elegir y nombrar al Dr. D. Miguel O’Gorman, en
quien concurren las partes y calidades necesarias para Protomédico y Alcalde mayor de
todos los respectivos profesores...”. A partir de este momento contamos con el primer
médico y decano en lo que luego sería la Argentina.
   En 1803 se expide “un auto contra los curanderos” y en diciembre del mismo año se
otorgan los cargos de médicos y cirujanos habilitados para ejercer la profesión.


                                   ■ Los albores de la Dermatología argentina
2. Los albores de la Dermatología argentina

   Tres décadas más tarde, en 1835, el Dr. Tiburcio Fonseca publica una tesis sobre “Es-
tructura, función y vinculación en la patología general y terapéutica del órgano cutáneo”.
En sus 35 páginas enfoca científicamente las enfermedades de la piel, con lo cual, al pa-
recer, la Argentina se convierte en pionera entre los países latinoamericanos en este as-
pecto.
   En 1874, la Academia de Medicina que regía la Facultad incluye en su currículo al-
gunas especialidades, entre ellas “Clínica de las enfermedades de piel y sífilis”, y desig-
na en 1875 como profesores titular y adjunto a los Drs. Leopoldo Montes de Oca y L.
Meléndez; posteriormente, al ser designados éstos para otra asignatura, la especialidad
siguió formando parte de Patología Externa.
   En el Hospital de Clínicas de Buenos Aires, donde se concentraba toda la actividad do-
cente, funcionaba un Servicio de Sifilografía y Dermatología. El 18 de marzo de 1892 el
decano de la Facultad de Ciencias Médicas M. González Catán funda la cátedra de En-
                                                                                                   Figura 1. Prof.
fermedades Venéreas y Piel, que se dictaría en el 4° año de la carrera de Medicina. El             Baldomero Sommer
primer profesor fue Baldomero Sommer (figura 1), quien formó su cátedra en el Hospital


                                                                                              31
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica
Historia Dermatología Latinoamérica

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Dermatologia Lesiones elementales
Dermatologia Lesiones elementalesDermatologia Lesiones elementales
Dermatologia Lesiones elementalesBurdach Friedrich
 
Dermatologia capitulo 2 semilogia
Dermatologia capitulo 2 semilogiaDermatologia capitulo 2 semilogia
Dermatologia capitulo 2 semilogiarozche
 
Lesiones elementales de la piel
Lesiones elementales de la piel Lesiones elementales de la piel
Lesiones elementales de la piel eddynoy velasquez
 
Fisiopatologia i sal la piel y sus enfermedades
Fisiopatologia i  sal la piel y sus enfermedadesFisiopatologia i  sal la piel y sus enfermedades
Fisiopatologia i sal la piel y sus enfermedadesJose Herrera
 
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la piel
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la pielDiagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la piel
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la pielJuan Carlos Ivancevich
 
3 piodermitis
3 piodermitis3 piodermitis
3 piodermitisCFUK 22
 
Clasificación de lesiones dermatologicas
Clasificación de lesiones dermatologicasClasificación de lesiones dermatologicas
Clasificación de lesiones dermatologicasMD Rage
 
Lesiones Elementales
Lesiones ElementalesLesiones Elementales
Lesiones ElementalesNahyr Parra M
 
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)UDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
Queratosis seborreica
Queratosis seborreicaQueratosis seborreica
Queratosis seborreicaMarco Galvez
 
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negrete
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negreteLesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negrete
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negreteDrEfraNegrett
 
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)UDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
cicatrización de Heridas
cicatrización de Heridascicatrización de Heridas
cicatrización de Heridasagustin andrade
 
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la piel
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la pielPropedéutica dermatológica y lesiones elementales de la piel
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la pielGerardo Victor Solis Arreola
 

La actualidad más candente (20)

Historia clinica dermatologica 2
Historia clinica dermatologica 2Historia clinica dermatologica 2
Historia clinica dermatologica 2
 
Dermatologia Lesiones elementales
Dermatologia Lesiones elementalesDermatologia Lesiones elementales
Dermatologia Lesiones elementales
 
Dermatitis
Dermatitis  Dermatitis
Dermatitis
 
Dermatologia capitulo 2 semilogia
Dermatologia capitulo 2 semilogiaDermatologia capitulo 2 semilogia
Dermatologia capitulo 2 semilogia
 
Lesiones elementales de la piel
Lesiones elementales de la piel Lesiones elementales de la piel
Lesiones elementales de la piel
 
Fisiopatologia i sal la piel y sus enfermedades
Fisiopatologia i  sal la piel y sus enfermedadesFisiopatologia i  sal la piel y sus enfermedades
Fisiopatologia i sal la piel y sus enfermedades
 
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la piel
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la pielDiagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la piel
Diagnósticos diferenciales de manifestaciones alérgicas en la piel
 
3 piodermitis
3 piodermitis3 piodermitis
3 piodermitis
 
Clasificación de lesiones dermatologicas
Clasificación de lesiones dermatologicasClasificación de lesiones dermatologicas
Clasificación de lesiones dermatologicas
 
Lesiones Elementales
Lesiones ElementalesLesiones Elementales
Lesiones Elementales
 
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)
(2012-10-09) Lesiones elementales dermatológicas en ap (ppt)
 
Pitiriasis alba
Pitiriasis albaPitiriasis alba
Pitiriasis alba
 
Queratosis seborreica
Queratosis seborreicaQueratosis seborreica
Queratosis seborreica
 
Tuberculosis Cutánea
Tuberculosis CutáneaTuberculosis Cutánea
Tuberculosis Cutánea
 
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negrete
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negreteLesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negrete
Lesiones cutaneas elementales. dermatologia. efrain negrete
 
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)
(2014-10-09) Lesiones pigmentadas. Qué no derivar (ppt)
 
cicatrización de Heridas
cicatrización de Heridascicatrización de Heridas
cicatrización de Heridas
 
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la piel
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la pielPropedéutica dermatológica y lesiones elementales de la piel
Propedéutica dermatológica y lesiones elementales de la piel
 
Generalidades de la piel y Lesiones elementales
Generalidades de la piel y Lesiones elementalesGeneralidades de la piel y Lesiones elementales
Generalidades de la piel y Lesiones elementales
 
Tumores de la piel
Tumores de la pielTumores de la piel
Tumores de la piel
 

Destacado

Modulo aplicacion en la dermo cosmética massaggio oils
Modulo  aplicacion en la dermo cosmética massaggio oilsModulo  aplicacion en la dermo cosmética massaggio oils
Modulo aplicacion en la dermo cosmética massaggio oilsJosé Vitelio Pineda Monge
 
Costetologia
CostetologiaCostetologia
CostetologiaFawllyn
 
Parametros dermatologicos power point
Parametros  dermatologicos power pointParametros  dermatologicos power point
Parametros dermatologicos power pointfarmaciasantaisabel
 
La piel y su farmacología
La piel y su farmacologíaLa piel y su farmacología
La piel y su farmacologíaRosa Ma Barrón
 
Farmacologia dermatologica
Farmacologia dermatologica Farmacologia dermatologica
Farmacologia dermatologica jabs77
 

Destacado (7)

Enfermedades de la piel
Enfermedades de la pielEnfermedades de la piel
Enfermedades de la piel
 
Modulo aplicacion en la dermo cosmética massaggio oils
Modulo  aplicacion en la dermo cosmética massaggio oilsModulo  aplicacion en la dermo cosmética massaggio oils
Modulo aplicacion en la dermo cosmética massaggio oils
 
Costetologia
CostetologiaCostetologia
Costetologia
 
Parametros dermatologicos power point
Parametros  dermatologicos power pointParametros  dermatologicos power point
Parametros dermatologicos power point
 
Dermatologia atlas y livro
Dermatologia atlas y livroDermatologia atlas y livro
Dermatologia atlas y livro
 
La piel y su farmacología
La piel y su farmacologíaLa piel y su farmacología
La piel y su farmacología
 
Farmacologia dermatologica
Farmacologia dermatologica Farmacologia dermatologica
Farmacologia dermatologica
 

Similar a Historia Dermatología Latinoamérica

Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-Carlos Mantilla
 
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)Psicologia Integral Zacapu
 
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-Carlos Mantilla
 
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)investenisciii
 
03 Ginecologia Y Obstetricia
03  Ginecologia Y Obstetricia03  Ginecologia Y Obstetricia
03 Ginecologia Y ObstetriciaGustavo Manaure
 
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)investenisciii
 
Programa final congreso
Programa final congresoPrograma final congreso
Programa final congresoOz Waldo
 
Semiologia del dolor............................
Semiologia del dolor............................Semiologia del dolor............................
Semiologia del dolor............................efrensan755
 
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdf
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdfLibro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdf
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdfSTEPHANNYGISSELLEARE
 
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...Jerry Portocarrero Castillo
 
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdf
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdfACCIDENTES EN EL HOGAR.pdf
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdfmairadazasuarez
 
Atlas de histología humana.pdf
Atlas de histología humana.pdfAtlas de histología humana.pdf
Atlas de histología humana.pdfArlenElisa1
 
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...Jorge Corimanya
 
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-Carlos Mantilla
 

Similar a Historia Dermatología Latinoamérica (20)

Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-2pro-2014-
 
ginec_obstetrica.pdf
ginec_obstetrica.pdfginec_obstetrica.pdf
ginec_obstetrica.pdf
 
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)
03 ginecologia-y-obstetricia-1297203919-phpapp02(1)
 
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-
Ped teen reuma-artritis idiopatica juvenil-1com-2014-
 
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)
Libro de ponencias VIII Encuentro (Sevilla 2004)
 
03 Ginecologia Y Obstetricia
03  Ginecologia Y Obstetricia03  Ginecologia Y Obstetricia
03 Ginecologia Y Obstetricia
 
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)
Libro de ponencias VI Encuentro (Madrid 2002)
 
Programa final congreso
Programa final congresoPrograma final congreso
Programa final congreso
 
FELANPE 2003
FELANPE 2003FELANPE 2003
FELANPE 2003
 
Semiologia del dolor............................
Semiologia del dolor............................Semiologia del dolor............................
Semiologia del dolor............................
 
Hoja de Vida de Esther Ventura de Rendón
Hoja de Vida de Esther Ventura de RendónHoja de Vida de Esther Ventura de Rendón
Hoja de Vida de Esther Ventura de Rendón
 
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdf
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdfLibro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdf
Libro de Histología, embriología e ingeniería tisular bucodental..pdf
 
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...
Páginas desde histología, embriología e ingeniería tisular bucodental by marí...
 
Revista cancer ovario
Revista cancer ovarioRevista cancer ovario
Revista cancer ovario
 
ALAG 2016
ALAG 2016ALAG 2016
ALAG 2016
 
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdf
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdfACCIDENTES EN EL HOGAR.pdf
ACCIDENTES EN EL HOGAR.pdf
 
Atlas de histología humana.pdf
Atlas de histología humana.pdfAtlas de histología humana.pdf
Atlas de histología humana.pdf
 
kalieska Arroyo en el Simposium 2014
kalieska Arroyo en el Simposium 2014kalieska Arroyo en el Simposium 2014
kalieska Arroyo en el Simposium 2014
 
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...
Congreso Latinoamericano de Ginecología Infantil y de la Adolescencia en Lima...
 
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-
Reuma artritis reumatoidea-1pc-2014-
 

Más de Mi rincón de Medicina

Robert mendelshon como criar un hijo sano...a pesar de su medico
Robert mendelshon   como criar un hijo sano...a pesar de su medicoRobert mendelshon   como criar un hijo sano...a pesar de su medico
Robert mendelshon como criar un hijo sano...a pesar de su medicoMi rincón de Medicina
 
Maria fernanda belmonte tu bebé crece
Maria fernanda belmonte   tu bebé creceMaria fernanda belmonte   tu bebé crece
Maria fernanda belmonte tu bebé creceMi rincón de Medicina
 
Carlos gonzalez porque los bebes se despiertan por las noches
Carlos gonzalez   porque los bebes se despiertan por las nochesCarlos gonzalez   porque los bebes se despiertan por las noches
Carlos gonzalez porque los bebes se despiertan por las nochesMi rincón de Medicina
 
Carlos beccar varela el arte de amamantar
Carlos beccar varela   el arte de amamantarCarlos beccar varela   el arte de amamantar
Carlos beccar varela el arte de amamantarMi rincón de Medicina
 
Alice miller por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...
Alice miller   por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...Alice miller   por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...
Alice miller por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...Mi rincón de Medicina
 
Docencia de pediatria de residencia medicina familiar
Docencia de pediatria de residencia medicina familiarDocencia de pediatria de residencia medicina familiar
Docencia de pediatria de residencia medicina familiarMi rincón de Medicina
 
Introduccion oncologia universidad (1)
Introduccion oncologia universidad (1)Introduccion oncologia universidad (1)
Introduccion oncologia universidad (1)Mi rincón de Medicina
 
Cáncer de pulmón de células no pequeñas
Cáncer de pulmón de células no pequeñasCáncer de pulmón de células no pequeñas
Cáncer de pulmón de células no pequeñasMi rincón de Medicina
 
Onco expo de cáncer de vías biliares
Onco expo de cáncer de vías biliaresOnco expo de cáncer de vías biliares
Onco expo de cáncer de vías biliaresMi rincón de Medicina
 

Más de Mi rincón de Medicina (20)

Efecto cardiovascular de la cocaína
Efecto cardiovascular de la cocaína Efecto cardiovascular de la cocaína
Efecto cardiovascular de la cocaína
 
Robert mendelshon como criar un hijo sano...a pesar de su medico
Robert mendelshon   como criar un hijo sano...a pesar de su medicoRobert mendelshon   como criar un hijo sano...a pesar de su medico
Robert mendelshon como criar un hijo sano...a pesar de su medico
 
Maria fernanda belmonte tu bebé crece
Maria fernanda belmonte   tu bebé creceMaria fernanda belmonte   tu bebé crece
Maria fernanda belmonte tu bebé crece
 
Daniel goleman inteligencia emocional
Daniel goleman   inteligencia emocionalDaniel goleman   inteligencia emocional
Daniel goleman inteligencia emocional
 
Carlos gonzalez porque los bebes se despiertan por las noches
Carlos gonzalez   porque los bebes se despiertan por las nochesCarlos gonzalez   porque los bebes se despiertan por las noches
Carlos gonzalez porque los bebes se despiertan por las noches
 
Carlos beccar varela el arte de amamantar
Carlos beccar varela   el arte de amamantarCarlos beccar varela   el arte de amamantar
Carlos beccar varela el arte de amamantar
 
Alice miller por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...
Alice miller   por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...Alice miller   por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...
Alice miller por tu propio bien - raices de la violencia en la educacion de...
 
Material de sutura
Material de suturaMaterial de sutura
Material de sutura
 
Traumatismo de cerrado abdomen
Traumatismo de cerrado abdomenTraumatismo de cerrado abdomen
Traumatismo de cerrado abdomen
 
Trauma abdomen-12
Trauma abdomen-12Trauma abdomen-12
Trauma abdomen-12
 
Protocolo de pediatria hrusvp
Protocolo de pediatria hrusvp Protocolo de pediatria hrusvp
Protocolo de pediatria hrusvp
 
Docencia de pediatria de residencia medicina familiar
Docencia de pediatria de residencia medicina familiarDocencia de pediatria de residencia medicina familiar
Docencia de pediatria de residencia medicina familiar
 
Aspectos preventivos del cancer
Aspectos preventivos del cancerAspectos preventivos del cancer
Aspectos preventivos del cancer
 
Tratamiento oncologico cirugia
Tratamiento oncologico cirugiaTratamiento oncologico cirugia
Tratamiento oncologico cirugia
 
Oncologia exp.
Oncologia exp.Oncologia exp.
Oncologia exp.
 
Introduccion oncologia universidad (1)
Introduccion oncologia universidad (1)Introduccion oncologia universidad (1)
Introduccion oncologia universidad (1)
 
Expo onco.
Expo onco.Expo onco.
Expo onco.
 
Cáncer de pulmón de células no pequeñas
Cáncer de pulmón de células no pequeñasCáncer de pulmón de células no pequeñas
Cáncer de pulmón de células no pequeñas
 
Vesicula biliar onco
Vesicula biliar oncoVesicula biliar onco
Vesicula biliar onco
 
Onco expo de cáncer de vías biliares
Onco expo de cáncer de vías biliaresOnco expo de cáncer de vías biliares
Onco expo de cáncer de vías biliares
 

Historia Dermatología Latinoamérica

  • 1. Historia de la Dermatología Latinoamericana bajo la dirección de Ricardo Galimberti Adrián Martín Pierini Andrea Bettina Cervini
  • 2.
  • 3. HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA LATINOAMERICANA
  • 4. Historia de la Dermatología Latinoamericana, bajo la dirección de Ricardo Galimberti, Adrián Martín Pierini y Andrea Bettina Cervini. Este libro ha sido realizado por iniciativa del Comité Organizador del XXI Congreso Mundial de Dermatología, Buenos Aires, 2007. Redactado por 73 autores que representan a la comunidad dermatológica de América Latina, constituye el regalo oficial del XXI Congreso Mundial de Dermatología, realizado en Buenos Aires del 1º al 5 de octubre de 2007. La Historia de la Dermatología Latinoamericana se publica gracias a un fondo educativo irrestricto de Laboratorios Pierre Fabre Dermo-Cosmétique. Coordinación editorial: Andrea Bettina Cervini Revisión de contenidos: Andrea Bettina Cervini, Amelia Laterza y Adrián Martín Pierini Edición técnica: Margarita Pierini Diseño de interiores: Petits Papiers, en Toulouse (Francia) Composición tipográfica, armado y corrección: Rafael Centeno Diseño de portada: Mariana Nemitz © 2007, Éditions Privat 10, rue des Arts BP 38028 31080 Toulouse Cedex 6 ISBN: 978-2-7089-5864-7 Depósito legal: abril 2007 En tapa: Estatuillas prehispánicas con lesiones de la piel
  • 5. Bajo la dirección de RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI , ANDREA BETTINA CERVINI HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA LATINOAMERICANA LABORATOIRES PIERRE FABRE
  • 6. AUTORES DEL LIBRO HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA LATINOAMERICANA QUE ASISTIERON AL CÓCTEL REALIZADO EL DÍA 17 DE NOVIEMBRE DE 2005 EN CARTAGENA, COLOMBIA, EN EL MARCO DEL XIV CONGRESO IBERO-LATINOAMERICANO DE DERMATOLOGÍA (CILAD) Alfredo Abreu Daniel (Cuba); Gilberto Adame Miranda (México); Danielle Alencar-Ponte (Colombia); Claudio Arias Argudo (Ecuador); Ma. Isabel Arias Gómez (México); Eduardo Baños (El Salvador); Antonio Barrera Arenales (Colombia); Zuño Burstein Alva (Perú); Andrea Bettina Cervini (Argentina); Mauricio Coello Uriguen (Ecuador); Paulo R. Cunha (Brasil); Luis Flores-Cevallos (Perú); Elbio Flores- Cevallos (Perú); Ricardo Galimberti (Argentina); Pedro García Zubillaga (Argentina); Jaime Gil Jaramillo (Colombia); Flavio Gómez Vargas (Colombia); Rubén Guarda Tatín (Chile); Enrique Hernández Pérez (El Salvador); Alfredo Lander Marcano (Venezuela); Franklin Madero Izaguirre (Ecuador); Fernando Magill (Perú); Graciela Manzur (Argentina); Aldo Edgar Martínez Campos (Nicaragua); José A. Mássimo (Argentina); Jairo Mesa Cock (Colombia); Martha Miniño (República Dominicana); Isaac Neira Cuadra (Nicaragua); León Neumann Scheffer (México); Yolanda Ortiz (México); Adrián Martín Pierini (Argentina); Jaime Piquero Martín (Venezuela); Leana Quintanilla (El Salvador); Roberto Rampoldi (Uruguay); Antonio Rondón Lugo (Venezuela); Amado Saúl (México); Eduardo Silva-Lizama (Guatemala); César Iván Varela Hernández (Colombia); Mirta Vázquez (Argentina); Alberto Woscoff (Argentina)
  • 7. LISTA DE AUTORES ABREU DANIEL, ALFREDO (Cuba). Profesor Consultante. Presidente de la Sociedad Cubana de Dermatología. Jefe del Grupo Nacional de Dermatología del Ministerio de Salud Pública de Cuba. ADAME MIRANDA, GILBERTO (México). Dermatólogo. Práctica Privada. Presidente de la Academia Mexicana de Dermatología (2006-2007). ALENCAR-PONTE, DANIELLE (Colombia). Especialista en Dermatología y Clínica Médica. Diplomada en Programación Neurolingüística. Dermatóloga. Servicio Médico de la Universidad del Valle. ALMODÓVAR, PABLO I. (Puerto Rico). Catedrático Asociado; Departamento de Dermatología de la Escuela de Medicina, Universidad de Puerto Rico. AMOR GARCÍA, FRANCISCO (Uruguay). Jefe del Servicio de Dermatología. Ministerio de Salud Pública. Montevideo. ARENAS, ROBERTO (México). Presidente del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (2003-2007). ARIAS ARGUDO, CLAUDIO (Ecuador). Presidente de la Academia Ecuatoriana de Medicina. Ex Profesor de las Cátedras de Medicina Interna y Dermatología de la Universidad de Cuenca y de la Universidad Católica. ARIAS GÓMEZ, MA. ISABEL (México). Dermatóloga. Práctica Privada. BAÑOS, JULIO EDUARDO (El Salvador). Presidente de la Asociación Dermatológica de El Salvador. BARRERA ARENALES, ANTONIO (Colombia). Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatopatología. BORES, AMALIA M. (Argentina). Médica Dermatóloga. Docente Pedagógica en Ciencias de la Salud y Carrera Docente. Orientación Dermatología e Historia de la Medicina. BORES, INÉS A. (Argentina). Médica Dermatóloga. Docente Pedagógica en Ciencias de la Salud y Carrera Docente; Orientación Dermatología e Historia de la Medicina. BURSTEIN, ZUÑO (Perú). Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Dermatología y Medicina Tropical). Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, Perú. Investigador Permanente del Instituto de Medicina Tropical Daniel A. Carrión, UNMSM (Dermatología Sanitaria). CÁCERES, HÉCTOR (Perú). Médico Dermatólogo Pediatra. Instituto de Salud del Niño, Lima. Profesor de Dermatología. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica. CAMPOS MACÍAS, PABLO (México). Departamento de Dermatología, Hospital Aranda de la Parra, León, Gto. Facultad de Medicina, Universidad de Guanajuato. CÁRDENAS UZQUIANO, FERNANDO (Bolivia) (✝). Profesor Emérito, Universidad Mayor de San Andrés. 7
  • 8. LISTA DE AUTORES CERVINI, ANDREA BETTINA (Argentina). Médica Dermatóloga. Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Buenos Aires. Docente adscripta orientación Dermatología de la Universidad de Buenos Aires. COELLO URIGUEN, MAURICIO (Ecuador). Médico Dermatólogo. Sociedad Ecuatoriana de Dermatología Núcleo del Azuay. CORREA, JULIO (Paraguay). Médico Dermatólogo. Miembro activo de la Sociedad Paraguaya de Dermatología. CUNHA, PAULO R. (Brasil). Profesor Autónomo de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo. Profesor Titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de Jundiaí. Posdoctorado en The New York University. DE LEÓN G., SUZZETTE (Guatemala). Jefe de la Unidad de Docencia Instituto de Dermatología y Cirugía de Piel. DÍAZ ALMEIDA, JOSÉ G. (Cuba). Profesor de Mérito. Doctor en Ciencias Médicas. Jefe de la Cátedra de Dermatología de la Facultad de Ciencias Médicas General Calixto García. DIEZ DE MEDINA, JUAN CARLOS (Bolivia). Jefe de enseñanza e investigación de la Fundación Piel, Bolivia. FAIZAL GEAGEA, MICHEL (Colombia). Coordinador, Unidad de Dermatología, Universidad Nacional de Colombia. Profesor Asociado, Unidad de Dermatología, Universidad Nacional de Colombia. Director del Departamento de Medicina Interna de la Universidad Nacional de Colombia. FALABELLA, RAFAEL (Colombia). Profesor Emérito. Jefe del Servicio de Dermatología, Universidad del Valle, Cali. FLORES-CEVALLOS, ELBIO (Perú). Profesor de Cirugía Humana de Cabeza y Cuello, Facultad de Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Fundador y Ex Jefe del Servicio Docente y Asistencial de Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital General Nacional Dos de Mayo, Lima. FLORES-CEVALLOS, LUIS (Perú). Profesor de Dermatología, Facultad de Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. Fundador del Servicio Asistencial y Docente de Dermatología del Hospital Edgardo Rebagliati Martins y Ex Director. GALIMBERTI, RICARDO (Argentina). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano de Buenos Aires. Profesor Regular Adjunto de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Profesor Adjunto de la Escuela de Medicina del Hospital Italiano de Buenos Aires. GARCÍA ZUBILLAGA, PEDRO (Argentina). Pediatra-Dermatólogo Universitario. Docente Adscripto a Dermatología, Facultad de Medicina UBA. Dermatólogo Pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. GIL JARAMILLO, JAIME (Colombia). Profesor del Servicio de Dermatología, Universidad Libre de Cali. Dermatólogo. Instituto de Seguros Sociales de Cali. GÓMEZ VARGAS, FLAVIO (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Profesor Titular, Servicio de Dermatología, Universidad de Antioquia. GONZÁLEZ ROJAS, Carlos Horacio (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica. Ex Presidente del Colegio Iberoamericano de Criocirugía. GREENBERG CORDERO, PETER A. (Guatemala). Director Médico del Instituto de Dermatología y Cirugía de Piel. Miembro de la Academia Guatemalteca de Dermatología. GUARDA TATÍN, RUBÉN (Chile). Ex-Presidente de la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología (1986-1990). Ex-Profesor Asociado de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. GUTIÉRREZ ALDANA, GUILLERMO (Colombia). Ex Jefe, ex Profesor Titular y Profesor Emérito del Servicio de Dermatología de la Universidad Nacional de Colombia. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. 8
  • 9. Historia de la Dermatología latinoamericana HALPERT, EVELYNE (Colombia). Jefe de la Sección de Dermatología Pediátrica de la Fundación Santa Fe de Bogotá. Médica Dermatóloga de la Universidad de Antioquia y Dermatóloga Infantil del Instituto Nacional de Pediatría DIF de México. HERNÁNDEZ PÉREZ, ENRIQUE (El Salvador). Director del Centro de Dermatología y Cirugía Cosmética de San Salvador. Presidente de la Mesoamerican Academy of Cosmetic Surgery y Miembro del Grupo de Actualidades Terapéuticas Dermatológicas. ISA ISA, RAFAEL (República Dominicana). Médico dermatólogo, epidemiólogo y micólogo. Director General del IDCP–DHBD. Vicepresidente del CILAD. LANDER MARCANO, ALFREDO (Venezuela). Presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. MADERO IZAGUIRRE, FRANKLIN (Ecuador). Médico Dermatólogo. Profesor del Posgrado de Dermatología Universidad de Guayaquil. Jefe del Servicio de Dermatología Pediátrica Hospital del Niño Dr. Francisco de Ycaza Bustamante. Dermatólogo Pediatra del Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert E. MADERO IZAGUIRRE, MAURO (Ecuador). Profesor Principal de Historia de la Medicina, Inmunología Básica e Inmunología Clínica, Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Profesor de Posgrado de Dermatología, Universidad de Guayaquil. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital Dr. Teodoro Maldonado Carbo, IESS, Guayaquil. MAGILL, FERNANDO (Perú). Presidente del RADLA 2004. MANZUR, GRACIELA (Argentina). Pediatra-Neonatóloga. Dermatóloga Universitaria. Dermatóloga Pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. MARTÍNEZ CAMPOS, ALDO EDGAR (Nicaragua). Médico Dermatólogo. Profesor Titular de la Cátedra de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Americana. MÁSSIMO, JOSÉ ANTONIO (Argentina). Doctor en Medicina. Pediatra-Dermatólogo Universitario. Director de la Carrera de Dermatología Pediátrica de la Facultad de Medicina UBA. Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. MESA COCK, JAIRO (Colombia). Ex Jefe del Servicio y Profesor Titular de Dermatología. Servicio de Dermatología de la Universidad de Caldas. Director de la Página Web de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. MINIÑO, MARTHA (República Dominicana). Médica Patóloga, Dermatóloga y Dermatopatóloga. Editora de la Revista Dominicana de Dermatología y en el IDCP / DHBD. MONTENEGRO LÓPEZ, GALO (Ecuador). Médico Dermatólogo. Servicio de Dermatología, Hospital Carlos Andrade Marín, Quito. NEIRA CUADRA, JORGE ISAAC (Nicaragua). Médico Dermatólogo. Profesor Auxiliar de la Cátedra de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Americana. Profesor Auxiliar de la Cátedra de Posgrado de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua. NEUMANN SCHEFFER, LEÓN (México). Ex Presidente Sociedad Mexicana de Cirugía Dermatológica y Oncológica. ORTIZ, YOLANDA (México). Profesora de Dermatología IPN. Jefa del Servicio del Hospital Juárez de México. PIERINI, ADRIÁN MARTÍN (Argentina). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan. Profesor Adjunto de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. PIERINI, LUIS DAVID (Argentina). Ex Jefe de los Servicios de Neurología de los Hospitales Torcuato de Alvear e Ignacio Pirovano, Buenos Aires. Ex Docente de Neurología de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro Titular del Tribunal de Honor del Colegio Argentino de Neurólogos Clínicos. PIQUERO MARTÍN, JAIME (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vargas de Caracas. Instituto de Biomedicina. QUINTANILLA SÁNCHEZ, LEANA (El Salvador). Secretaria de la Asociación Dermatológica de El Salvador. 9
  • 10. LISTA DE AUTORES QUIÑÓNES, CÉSAR (Puerto Rico). Catedrático Asociado Ad Honorem, Departamento de Dermatología de la Escuela de Medicina Universidad de Puerto Rico. RAMPOLDI BESTARD, ROBERTO (Uruguay). Médico Dermatólogo. REYES FLORES, OSCAR (Venezuela). Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. RONDÓN LUGO, ANTONIO (Venezuela). Jefe de Cátedra de Dermatología de la Escuela de Medicina José M. Vargas, UCV. RUIZ MALDONADO, RAMÓN (México). Profesor Titular de Dermatología y Dermatología Pediátrica, Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador Nacional nivel III del Sistema Nacional de Investigadores. Investigador en Ciencias Médicas “F” de los Institutos Nacionales de Salud. SAÚL, AMADO (México). Profesor de Dermatología UNAM e IPN. Consultor Técnico del Servicio Dermatología del Hospital General de México. SILVA-LIZAMA, EDUARDO (Guatemala). Jefe de la Unidad de Dermatología, Centro Médico Militar, Guatemala. Coordinador de la Cátedra de Dermatología, Facultad de Medicina, Universidad Mariano Gálvez. Miembro de la Asociación Guatemalteca de Dermatología, de la Sociedad Centroamericana de Dermatología, CILAD, de la Internacional Society of Dermatology y de la American Academy of Dermatology. TRUJILLO REINA, BENJAMÍN (Venezuela). Vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. URQUIZU DÁVILA, PABLO HUMBERTO (Guatemala). Jefe de la Unidad de Dermatología, Departamento de Medicina Interna, Hospital Roosevelt. Ex Presidente de la Asociación Guatemalteca de Dermatología. Miembro de la Sociedad Centroamericana de Dermatología, del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología y de la American Academy of Dermatology. VALDIVIA BLONDET, LUIS (Perú). Profesor Principal de Dermatología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. VALLE, LIDIA E. (Argentina). Dermatóloga Universitaria. Docente Adscripta en Dermatología, UBA. Profesora Universitaria en Medicina, UCS. VARELA HERNÁNDEZ, CÉSAR IVÁN (Colombia). Profesor Ad Honorem Servicio de Dermatología, Departamento de Medicina Interna, Universidad del Valle. Presidente-Fundador de la Asociación de Historia de la Dermatología Colombiana. Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, Capítulo Valle del Cauca. VARGAS MONTIEL, HERNÁN (Venezuela). Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Maracaibo. VÁZQUEZ, MIRTA (Argentina). Médica Pediatra del Servicio de Pediatría del Hospital Pirovano, Buenos Aires. VELÁSQUEZ BERRUECOS, JUAN PEDRO (Colombia). Ex Presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica. Ex Jefe del Servicio de Dermatología de la Universidad de Antioquia. Ex Profesor Titular del Servicio de Dermatología de la Universidad de Antioquia. VIGLIOGLIA, PABLO A. (Argentina). Profesor Emérito, Universidad de Buenos Aires. VIGNALE, RAÚL (Uruguay). Profesor Emérito de la Cátedra de Dermatología de la Facultad de Medicina. Jefe del Servicio de Dermatología, Ministerio de Salud Pública. WOSCOFF, ALBERTO (Argentina). Profesor Consulto Titular, Universidad de Buenos Aires.
  • 11. ÍNDICE PRÓLOGO: EL INICIO DE UN CAMINO (RICARDO GALIMBERTI, ADRIÁN MARTÍN PIERINI, ANDREA BETTINA CERVINI) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN LAS CULTURAS INDÍGENAS ARGENTINAS (LUIS DAVID PIERINI) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19 Los grupos indígenas: botánica médica, geografía médica, patologías . . . . . . . . . . . .20 Los grupos brasilio-guaraníes y Chaco Litoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Grupos del Noroeste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26 El grupo andino y de las Sierras Centrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27 Pampas, querandíes y puelches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28 Patagones o tehuelches . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28 Extremo sur magallánico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29 Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .29 Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ARGENTINA (PABLO A. VIGLIOGLIA, ALBERTO WOSCOFF) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31 La época colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31 Los albores de la Dermatología argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31 La época de Baliña y Greco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 La época de Pierini y Quiroga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33 La era actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35 La federalización de la Dermatología argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 La actividad internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41 Las distintas subespecialidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43 Revistas de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 Libros de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 DERMATOLOGÍA: ARTE Y CULTURA (AMALIA M. BORES, INÉS A. BORES, LIDIA E. VALLE) 49 La Dermatología en la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49 La medicina popular. Los curanderos y la magia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50 Los moldes de cera. La fotografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54 11
  • 12. ÍNDICE HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA (JOSÉ ANTONIO MÁSSIMO, PEDRO GARCÍA ZUBILLAGA, GRACIELA MANZUR, MIRTA VÁZQUEZ) . . . .55 Un poco de nuestra historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55 RESEÑA HISTÓRICA DE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE DERMATOLOGÍA (FERNANDO CÁRDENAS UZQUIANO, JUAN CARLOS DIEZ DE MEDINA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63 Antes de su fundación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63 Desde la fundación hasta fines de 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64 Desde 1986 hasta la fecha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66 LA DERMATOLOGÍA Y LOS DERMATÓLOGOS EN EL BRASIL (PAULO R. CUNHA) . . . . .69 El Brasil y la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Primera etapa: las bendiciones de los payés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69 La etapa pre-científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69 La etapa científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Personalidades históricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 La Dermatología en los estados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84 La Sociedad Brasileña de Dermatología (SBD) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85 La historia de la RADLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 Algunas enfermedades y sus tratamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 Los desafíos de la Dermatología en el nuevo milenio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .110 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .111 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN COLOMBIA (CÉSAR IVÁN VARELA HERNÁNDEZ) (COLABORADORES: DANIELLE ALENCAR-PONTE, ANTONIO BARRERA ARENALES, MICHEL FAIZAL GEAGEA, JAIME GIL JARAMILLO, FLAVIO GÓMEZ VARGAS, CARLOS HORACIO GONZÁLEZ ROJAS, GUILLERMO GUTIÉRREZ ALDANA, JAIRO MESA COCK, JUAN PEDRO VELÁSQUEZ BERRUECOS) . . . .113 La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113 La Dermatología desde el descubrimiento de América hasta la Colonia. La influencia de la Conquista y las nuevas enfermedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117 La Dermatología desde la Colonia hasta la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .118 Historia de la investigación, la infectología y las subespecialidades . . . . . . . . . . . . .126 Instituciones dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133 Publicaciones científicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .137 Actividades científicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139 La enseñanza de la especialidad: escuelas-servicios de Dermatología . . . . . . . . . . .139 Dermatología, arte y cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .144 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149 RESEÑA HISTÓRICA DE LA DERMATOLOGÍA EN CUBA (JOSÉ G. DÍAZ ALMEIDA, ALFREDO ABREU DANIEL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153 Período Colonial (1509-1902) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153 Período de la República Liberal Burguesa (1902-1958) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .154 Período de la Revolución Socialista (desde 1959) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163 BOSQUEJO HISTÓRICO DE LA DERMATOLOGÍA CHILENA (RUBÉN GUARDA TATÍN) . .165 La Dermatología como especialidad en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165 La enseñanza de la Dermatología en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .170 Reseñas de algunas disciplinas dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .177 Historia de la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología . . . . . . . . . . . . . . .181 Publicaciones dermatológicas en Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185 12
  • 13. Historia de la Dermatología latinoamericana Reuniones científicas nacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185 La Dermatología chilena en el concierto internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .187 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ECUATORIANA (MAURO MADERO IZAGUIRRE, FRANKLIN MADERO IZAGUIRRE, GALO MONTENEGRO LÓPEZ, MAURICIO COELLO URIGUEN, CLAUDIO ARIAS ARGUDO) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191 I. La Dermatología en la región costa o litoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191 Aspectos históricos: Época prehispánica. La Conquista. Época colonial. La Inde- pendencia (1820-1830). Época Republicana (1830-1900). Primera mitad del siglo XX (1900-1950). La Dermatología como especialidad (1950-2005). Fundación de la Sociedad Ecuatoriana de Dermatología. La Dermatología ecuatoriana en el presente. Grandes dermatólogos ecuatorianos. Referencias bibliográficas II. La Dermatología en Quito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .203 III. La Dermatología en el Azuay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .206 La Dermatología en la época prehispánica. La Dermatología en la época hispánica y pre-republicana. La Dermatología en la época republicana. Fundación oficial de la Universidad de Cuenca. Reseña histórica de la Socie- dad Ecuatoriana de Dermatología-Núcleo del Azuay. Referencias bibliográficas LA DERMATOLOGÍA EN EL SALVADOR (JULIO EDUARDO BAÑOS, ENRIQUE HERNÁNDEZ PÉREZ, LEANA QUINTANILLA SÁNCHEZ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .221 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN GUATEMALA (EDUARDO SILVA-LIZAMA, PABLO HUMBERTO URQUIZU DÁVILA, PETER GREENBERG CORDERO, SUZETTE DE LEÓN G.) . . . . . . . . .227 La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227 La Dermatología durante la Conquista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .235 La Dermatología desde la Colonia hasta la actualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236 Sociedades dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243 Enseñanza de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .244 Instituto de Dermatología y Cirugía de Piel (INDERMA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .247 La Dermatología en la literatura. La Dermatología popular, los curanderos, la magia . .249 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .259 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN MÉXICO (GILBERTO ADAME MIRANDA, MARIA ISABEL ARIAS GÓMEZ, ROBERTO ARENAS, PABLO CAMPOS MACÍAS, LEÓN NEUMANN SCHEFFER, YOLANDA ORTIZ, RAMÓN RUIZ MALDONADO, AMADO SAÚL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261 Época prehispánica o precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .261 Época colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .264 Época independiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .267 Época contemporánea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .268 Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .270 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .271 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA EN MÉXICO (RAMÓN RUIZ MALDONADO) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .273 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA NICARAGÜENSE (ALDO EDGAR MARTÍNEZ CAMPOS, JORGE ISAAC NEIRA CUADRA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277 Desarrollo de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .277 Personalidades destacadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279 La Asociación Nicaragüense de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .283 13
  • 14. ÍNDICE El Centro Nacional de Dermatología Dr. Francisco Gómez Urcuyo . . . . . . . . . . . . . . .283 La actividad docente dermatológica en Nicaragua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .284 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .286 APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN PARAGUAY (JULIO CORREA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .289 A manera de prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .289 La población de América. El hombre americano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .290 El territorio del Paraguay. Descubrimiento. Colonia. Independencia. Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .292 Los guaraníes: la medicina empírica y su aplicación a las enfermedades generales y de la piel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294 Aspectos históricos de la medicina en el Paraguay. Relación con la Dermatología . .301 Reseña histórica de la Sociedad Paraguaya de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . .303 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .305 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN EL PERÚ (ELBIO FLORES-CEVALLOS, LUIS FLORES-CEVALLOS, ZUÑO BURSTEIN) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .307 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .307 Primera parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .308 La Dermatología en la época precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .308 La Dermatología en la época de la Conquista y del Virreinato . . . . . . . . . . . . . . .313 La Dermatología durante los cien primeros años de la República . . . . . . . . . . . .316 Segunda parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .317 Historia de las instituciones dermatológicas en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .317 Historia de las publicaciones científicas dermatológicas en el Perú . . . . . . . . . . .320 Algunos precursores de la Dermatología en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .321 Historia de la enseñanza de la Dermatología en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .323 La Escuela Dermatológica del Prof. Aizic Cotlear en el Hospital Dos de Mayo . . .335 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337 Tercera parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .337 Historia de la formalización legal de la especialidad en el Perú . . . . . . . . . . . . .337 El primer programa universitario de especialización dermatológica en el Perú . .340 Aspectos históricos de los institutos de Medicina Tropical y de la investigación científica dermatológica en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .344 Breve historia de algunas enfermedades: la leishmaniasis tegumentaria en el Perú; la enfermedad de Carrión (verruga peruana); la lepra y su control en el Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .346 Legislación peruana para el control de las ETS. Historia de las disposiciones legales vigentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .359 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .362 APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA PERUANA (LUIS VALDIVIA BLONDET) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .365 Época precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .365 Conquista, Virreinato y primeros años de la República . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366 La educación dermatológica en la República desde 1856 hasta nuestros días . . . . .367 Las Sociedades Científicas de la especialidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .377 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN PUERTO RICO (CÉSAR QUIÑONES, PABLO I. ALMODÓVAR) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .379 14
  • 15. Historia de la Dermatología latinoamericana La medicina precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .379 De la llegada de Colón al cambio de soberanía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380 La Dermatología académica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .381 La investigación científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .383 La lepra en Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .383 Asociaciones de dermatólogos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .384 Comunicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .384 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN REPÚBLICA DOMINICANA (MARTHA MINIÑO, RAFAEL ISA ISA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .385 La Dermatología precolombina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .385 La Dermatología de la Colonia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .386 La Dermatología en tiempos de la República . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .387 La Dermatología en el siglo XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .388 Desarrollo de las subespecialidades de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .390 Publicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .391 La enseñanza de la Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .392 Finalizando el siglo XX y entrando al siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .393 Dermatología y arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394 Dermatología y magia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394 LOS INDÍGENAS DEL URUGUAY Y SU RELACIÓN CON LA DERMATOLOGÍA (ROBERTO RAMPOLDI BESTARD) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397 Los viajes al Paranaguazú (Río de la Plata) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .400 El Uruguay indígena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .401 Prácticas curativas generales y dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .403 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN EL URUGUAY (RAÚL VIGNALE) (COLABORADOR: FRANCISCO AMOR GARCÍA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .411 Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .411 La primera asistencia hospitalaria en la ciudad de Montevideo . . . . . . . . . . . . . . . .412 Semblanzas de las figuras más relevantes de la Dermatología del Uruguay, siglos XIX y XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .413 Hospitales con Servicios de Dermatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .417 Hospitales dependientes del Ministerio de Salud Pública con policlínicas dermatológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .417 Hospitales no dependientes del Ministerio de Salud Pública ni de la Facultad de Medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .419 Historia de las publicaciones dermatológicas de los siglos XIX y XX . . . . . . . . . . . . .420 Congresos, simposios y jornadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .422 La Sociedad de Dermatología del Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .423 Historia y evolución de la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual en el Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .424 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426 HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN VENEZUELA (ALFREDO LANDER MARCANO, JAIME PIQUERO-MARTÍN, ANTONIO RONDÓN LUGO, OSCAR REYES FLORES, BENJAMÍN TRUJILLO REINA, HERNÁN VARGAS MONTIEL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427 Primera etapa: desde los indígenas hasta 1904. Concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427 15
  • 16. ÍNDICE Segunda etapa: 1905 a 1946. Nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .430 Tercera etapa: desde 1946 hasta el presente. Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .433 Subespecialidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .434 Historia de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Cirugía Dermatológica . . . .435 Historia de la Dermatología en la provincia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .438 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .440 EL COLEGIO IBERO-LATINOAMERICANO DE DERMATOLOGÍA (CILAD) (ROBERTO ARENAS) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441 REUNIÓN ANUAL DE DERMATÓLOGOS LATINOAMERICANOS (RADLA) (FERNANDO MAGILL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .445 DESARROLLO DE LA DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA EN AMÉRICA LATINA (EVELYNE HALPERT, RAMÓN RUIZ MALDONADO, HÉCTOR CÁCERES) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .449 EL FUTURO DE LA DERMATOLOGÍA EN LATINOAMÉRICA (RAFAEL FALABELLA) . . . .451 EPÍLOGO (LOS EDITORES) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .457 ÍNDICE DE NOMBRES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .459
  • 17. PRÓLOGO EL INICIO DE UN CAMINO RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI , ANDREA BETTINA CERVINI R egresamos en julio de 2002 de París y en las valijas, en nuestras mentes y corazo- nes traíamos no sólo el recuerdo de lo aprendido en el Congreso, sino la enorme alegría y responsabilidad de ser los encargados de organizar el XXI Congreso Mundial de Der- matología en Buenos Aires. Por primera vez, un país de Sudamérica iba a ser el anfitrión del evento más impor- tante de la Dermatología Mundial. El sueño de nuestros maestros se hacía realidad. Para este logro habíamos contado con todo el apoyo de las Sociedades Dermatológi- cas de Latinoamérica, que continúa y se acrecienta cada día. La espléndida Historia de la Dermatología Francesa nos impactó y ahí vislumbramos el inicio de un camino. Desde el primer momento, Pierre Fabre Dermo Cosmétique apoyó la realización de este libro que hoy presentamos: Historia de la Dermatología Latinoamericana. Esta obra no hubiera sido posible sin el compromiso de las Sociedades Dermatológi- cas de Latinoamérica, y es nuestro deber destacar, por lo invalorable, el entusiasmo y la rapidez con que respondieron todos los coautores, quienes sin ninguna duda no sólo fa- cilitaron nuestro trabajo sino que aumentaron nuestra responsabilidad ante semejante participación. Y si hablamos del inicio de un camino es porque creemos que esta Historia de la Der- matología Latinoamericana es, en cuanto demuestra un espíritu de colaboración sin mezquindades ni prejuicios, el acto inaugural para el más preciado de nuestros objeti- vos en tanto que dermatólogos de este continente: la unión de la Dermatología Latinoa- mericana, respetando nuestras diferencias que, en lugar de alejarnos, nos asombran y nos unen, para aprender los unos de los otros. Contamos con dos hechos favorecedores para esta unión: 1. Nuestra pasión por la Dermatología, por el estudio y el cuidado del órgano de ex- presión por excelencia, no solamente de los sucesos de nuestro organismo, sino y en es- pecial de nuestra calidad de vida. 2. Nuestros orígenes comunes, ya que todos compartimos las raíces latinas, lo que nos facilita la comprensión de nuestros problemas, nuestras investigaciones, nuestros objetivos. América Latina tiene una historia muy rica desde la época precolombina, en las cul- turas indígenas cuyas trazas aún perduran en las costumbres de nuestros pueblos. 17
  • 18. RICARDO GALIMBERTI , ADRIÁN MARTÍN PIERINI , ANDREA BETTINA CERVINI La colonización trajo la modernidad, no siempre favorecedora del bienestar del hombre, pero a la postre enriquecedora de la salud de nuestras poblaciones. La casi totalidad de las Sociedades Latinoamericanas de Dermatología se expresan en esta Historia, mediante el recuerdo de sus raíces, sus investigadores y maestros, en un esfuerzo que será valorado por las generaciones futuras. Vivimos este libro como el inicio del camino de la unidad latinoamericana. No perdamos el rumbo. Unamos esfuerzos para profundizar el conocimiento de nuestras patologías regionales. Unamos esfuerzos para realizar investigaciones en conjunto. Unamos voluntades para realizar actividades científicas compartidas que estimulen la participación de todos y que hagan más eficaz el costo de realización. Unamos capacidades en pos de objetivos que mejoren la salud de nuestra población y que lleven a optimizar integralmente su calidad de vida. Gracias a todos los colaboradores directos e indirectos y gracias a Laboratorios Pierre Fabre Dermo Cosmétique, y en especial al Sr. Jacques Fabre, a la Sra. Colette Arrighi y al Sr. Philippe Constant, por su sensibilidad y generosidad para apoyar este proyecto de la Dermatología latinoamericana. ■
  • 19. HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA EN LAS CULTURAS INDÍGENAS ARGENTINAS LUIS DAVID PIERINI A la memoria de mi padre, Luis E. Pierini, quien se alegró de que mi especialidad estuviera relacionada con el ectodermo. ■ Introducción «Los imperios del futuro se construirán sobre el conocimiento». Albert Einstein «El libro es el más sorprendente entre los múltiples instrumentos del hombre. Los otros son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son ex- tensiones de su vista, el teléfono, una extensión de su voz; pero el libro es otra cosa; el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. Es una de las posibilidades de felicidad que tenemos los hombres». Jorge Luis Borges L a Dermatología argentina comienza a surgir cuando arriban los conquistadores his- pánicos. Ellos contagian sus males, aportan esclavos enfermos y a su vez, desarrollan en- fermedades cutáneas endémicas. La medicina aborigen, con sus luces y sombras, cubrió las necesidades de importan- tes grupos poblacionales. Con magia, religión y empirismo, ellos crearon sistemas asis- tenciales que mejoraron enfermedades y epidemias crónicas. Los españoles expresaron su admiración por ciertas técnicas y modalidades de los in- dígenas, aprovechando muchas veces las propiedades terapéuticas de especies vegetales valiosas que luego enviaron a España. En este aspecto, es reconocida la labor desempe- ñada por Nicolás Monardes con su clasificación de plantas de uso farmacológico, utiliza- das con gran éxito en Europa luego de la empresa colónica. Se considera a Nicolás V. Greco y a Marcial Ignacio Quiroga como los primeros historia- dores de la Dermatología argentina. Ambos impulsaron el conocimiento de la especialidad, sus características docentes y sus cultores, así como el estudio de la lepra en nuestro país. 19
  • 20. LUIS DAVID PIERINI Nicolás V. Greco, en su universal análisis crítico de 1944, refiere los avatares de la Dermatología en nuestro país, que se inicia cuando Baldomero Sommer presenta en 1884 su tesis de doctorado. Aclaremos que Sommer fue el primer catedrático que ense- ñó en la Argentina las enfermedades cutáneas a partir de 1892. Marcial Ignacio Quiroga, personalidad polifacética, académico de Medicina y de His- toria, describió con decantada madurez la evolución de la lepra en la Argentina. ■ Los grupos indígenas: botánica médica, Aspectos generales geografía médica, patologías El vocablo aborigen deriva del latín aborigines, compuesto de ab: ‘desde’ y origo: ‘orí- genes’, y éste de oriri, ‘nacer’. Por lo tanto, “desde los orígenes” se llama aborígenes a los originarios del suelo en que se vive. El aluvión inmigratorio desencadenó horribles epidemias en el seno de estas agrupa- ciones primitivas. Una de las primeras enfermedades que se difundieron en forma epi- démica fue la viruela. Los indígenas la llamaron mal o enfermedad de los españoles, pues, según su tradición, acaso no mal fundada, no conocieron las viruelas hasta que los españoles arribaron a América. “Es indecible el horror que les tienen estos indios, y con razón, pues entrando en sus toldos, mueren tantos que sus poblaciones quedan desier- tas”, escribía un cronista. Al igual que la viruela, la lepra y la tuberculosis –según tradiciones orales– eran en- fermedades desconocidas antes de la Conquista. Siguiendo a Fiz Fernández, con leves modificaciones de nuestra parte, ubicamos a nuestros aborígenes en los siguientes acápites: I. Brasilio-guaraníes y grupo Chaco Litoral, integrantes del conjunto guaraní. Com- prende además de los mismos guaraníes, a los guaycurúes (tobas, mocobíes o mocovíes, abipones, pilagáes), matacos, wichis y charrúas, estos últimos vinculados a los pampas. II. Grupos del Noroeste: abarcan los omahuacas, los apatamas de la Puna y los dia- guitas calchaquíes, con poderosa influencia incaica. III. El grupo andino y de las Sierras Centrales está integrado por los pehuenches, los huarpes, los comechingones de Córdoba, los sanavirones del Río Dulce o del Río Negro, los tonocotés de Santiago del Estero, los lules y vilelas de Tucumán y los peri- cordillera- nos, todos ellos con enculturación incaica. IV. Pampas: comprenden los querandíes, los pampas y los puelches. V. Patagones o tehuelches. VI. Extremo sur magallánico: onas, yaganes y alacalufes. Grandes naturalistas y excelentes empíricos, guiados por reconocidos herbolarios, es- tos aborígenes aplicaron la botánica, que formaba parte del paisaje, a las necesidades de su época. En las páginas siguientes expondremos en forma sumamente sucinta las ca- racterísticas de estos grupos. ■ LosBrasilio-guaraníes y grupo Chaco Litoral Chaco Litoral I. grupos brasilio-guaraníes y Constituían el grupo aborigen más numeroso del país. El historiador Pedro de Angelis cree que guaraní proviene de Gua: ‘pintura’, Ra: ‘manchado’ y Ni: signo de plural. Es de- cir, eran los manchados de pintura o sea, aquellos que se pintan. Escribe: “Se cubren el cuerpo con pintura negra, roja y amarilla, para protegerse de los rigores del sol, a guisa de los actuales filtros y protectores solares”. Lo agreste de su hábitat hizo que España, al perder sus colonias, no hubiera llegado 20
  • 21. Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas a conocer siquiera la existencia de algunas de estas tribus esparcidas en la inmensidad de la selva virgen, de modo que el exterminio casi total de muchas de ellas no se debió tanto a la acción “conquistadora” como a las desastrosas consecuencias de las epidemias que tuvieron que soportar desde la llegada de los europeos. Recordemos que la etimología del vocablo Chaco indica la multitud de naciones que pueblan esta región. 1. Guaraníes Practicaban el tatuaje*, no sólo como ornato, sino con fines curativos para pacientes con determinadas afecciones, a través de incisiones en la piel en la región dorsal y glú- tea. Cuando se realizaban como alivio del cansancio, luego de marchas agobiantes, tales tatuajes se nominaban como “higiénicos”. Muchas tribus practicaron este ritual ancestral. Son oportunas las expresiones del an- tropólogo Rubén Palavecino, quien a propósito de los naturales chaqueños dice: “El ta- tuaje del rostro es un hábito extremadamente difundido, que se inicia en el púber y progresa con la edad. La operación es casi siempre practicada por las viejas de la tribu, mediante el trazado de un dibujo guía. La punción de la piel se efectúa con espinas de cactus o de pescado, o con agujas de hueso, seguidas de introducción de materia colo- rante por fricción enérgica”. Sin embargo, el adorno masculino por excelencia fue el tembetá, de forma y materia- les diversos, como por ejemplo: plomo con incrustaciones de turquesa o madera de palo borracho. Significaba valentía, coraje, agresividad y era signo distintivo de jóvenes gue- rreros y cazadores. BOTÁNICA MÉDICA El rico reservorio fitogeográfico tropical y subtropical fue empleado en la curación de afecciones, supeditándose su aplicación a virtudes mágicas de la flora o a la concepción teúrgica de la enfermedad. Copaiba (Copaifera officinalis) (palo de aceite): da un óleo resina que se utilizó en he- ridas, ulceraciones y después en enfermedades venéreas. Se considera uno de los medi- camentos más antiguos del Nuevo Continente. Zarzaparrilla (Zarzaparrilla smilaxsifilítica): en cocimiento o en solución –macera- ción en vino–, gozó de prestigio terapéutico en afecciones dermatológicas, tales como sarna y venéreas, difundidas por los españoles. Poseía también acción sudorífica. Salvia: aplicada a la superficie cutánea, servía para ahuyentar insectos. Mangle (Conocarpus erecta o Bucia erecta): se empleaba la raíz asada en personas que habían sufrido picaduras de raya. Carqueja (Yaguareté Caá) (Baccaris chispa): indicada aún hoy en infusión teiforme para aliviar disquinesias biliares, era aplicada en ulceraciones venéreas y en pacientes portadores de lepra. Anguay, copal o benjuí (Styrax leprosus): árbol de madera incorruptible e imputres- cible, utilizado para construir las primitivas iglesias. Se extraía de él un bálsamo al que se atribuían virtudes curativas, aplicado en heridas, ulceraciones y lesiones óseas. Los hechiceros payé adoptaron su aromática resina para sahumar, a modo de incien- so, el lugar donde cumplían sus rituales, de ahí la denominación de iberá payé, voces guaraníes que literalmente significan “árbol de los hechiceros”. Contrahierba (Dorstenia contra hierba): se utilizaba en baños tibios y en sahumerio, para rehabilitar formas de parálisis. Era utilizada en el tratamiento del sarampión y de * La palabra tatuaje es originaria de las islas de Oceanía, de los canacos polinesios. Tatahu deriva de ta: ‘dibujo’, y designa de un modo general las marcas y señales hechas sobre el cuerpo. 21
  • 22. LUIS DAVID PIERINI la viruela. Se aplicaban sus hojas y raíces machacadas para curar úlceras tórpidas y pi- caduras de víboras. Ceibo, “chop” (Erythinia cristagalli): de gran profusión en las costas del Paraná y afluentes, los indígenas se valieron de su corteza, cogollos y brotes para preparar coci- mientos y bálsamos, que aplicaban en heridas ocasionadas por garras o dientes de ya- guaretés. Urucú (Bixia orellana): árbol de 2 a 5 m de altura, cuya difusión se extiende desde México hasta Chaco, siempre al oriente de la Cordillera. Especie de vistosas flores, cuyas semillas contienen dos sustancias colorantes: una amarilla, la orellina, y otra, rojo cina- brio. Esta última se usaba para proteger la piel, pues el ungüento atemperaba los rayos ultravioletas. La urucuización consistía en untarse todos los días con aquella sustancia para mantenerse libre de las proteiformes picaduras de insectos. Por su indisolubilidad, resistía la acción del baño y del sudor. Moisés Bertoni apunta en su Memoria que todo el cuerpo y la cara de los indígenas presentaban un tinte colorado especial, pálido lustroso, que les daba un aspecto extra- ño, pero no desagradable a la vista ni al tacto, pues se borraba toda marca o cicatriz, quedando el cutis satinado. El color rojo que exhibían hizo nacer el errado concepto de la existencia de una raza roja entre los aborígenes sudamericanos. Los indios yaguas y los guerreros xikriu, habitantes de la gran cuenca del Amazonas y Orinoco, siguen empleando el urucú, como sus antepasados, para ahuyentar los insec- tos y teñir su vestuario. Tabaco (Nicotiana tabacum): esta especie botánica es la primera mencionada en las referencias literarias europeas inmediatamente posteriores al Descubrimiento, que son los diarios de navegación de Cristóbal Colón. En los albores del Nuevo Mundo, el tabaco se usaba para ser fumado y aspirado a modo de rapé. Era común chupar su jugo y beber el agua de sus hojas maceradas. Existían claras relaciones entre el culto y la medicina, pues antes de ciertas ceremonias, como la iniciación de los adolescentes, se bebía jugo de tabaco y se lo aspiraba por vía nasal. Se menciona, ade- más, su empleo en forma de aspersión y de solución tintórea para decoración cutánea. Antes de la era precolombina, se lo empleaba también como principio activo en dolo- res y picaduras, sarna y erisipela. La documentación disponible no nos permite aseverar que en ese período se cultivara en el actual territorio argentino. El tabaco es la única planta dañina que hemos heredado de nuestros aborígenes. GEOGRAFÍA MÉDICA Juan Carlos Boudin diría que el hombre no nace, no vive, no sufre ni muere de la mis- ma manera en las distintas partes del mundo. La concepción, el nacimiento, la vida, la enfermedad y la muerte varían según el clima y el suelo, según las estaciones y los me- ses, la raza y la nacionalidad. Las crónicas registran una incidencia manifiesta de las patologías tropicales y subtro- picales entre los indios guaraníes. Enteritis, enterocolitis, anquilostomiasis, disentería, paludismo, necatoriasis y otras parasitosis conforman el haber de estas infestaciones por vermes, nematelmintos y platelmintos. Artrópodos venenosos, como miriápodos, escor- piones y arañas, provocaban no pocos accidentes por su ponzoña. También los insectos transmisores y vectores de enfermedades, tales como moscas, mosquitos, pulgas y pio- jos, contribuyeron a mantener un significativo índice de morbilidad. Debemos recordar, además, enfermedades importadas, como la tuberculosis, la vi- ruela y –según algunas teorías– la sífilis, provocadoras de innumerables defunciones. 2. Guaycurúes Los guaycurúes son una extensa familia que según Salvador Canals Frau era de origen 22
  • 23. Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas patagónico y estaba compuesta por los tobas, mocovíes, abipones, pilagáes, payaguas y mbayes. Los dos últimos grupos desaparecieron hace mucho tiempo. Como rasgo general, los hombres, en vez de usar vestido, se pintaban el cuerpo. A)TOBAS La medicina nativa tradicional de los tobas posee una polifacética farmacopea aplica- da a heridas, fracturas, esguinces, ulceraciones, mordeduras y parasitosis. Diversas sus- tancias pertenecientes a los otros dos reinos de la naturaleza enriquecen el vasto anaquel farmacológico de estas primitivas poblaciones, donde el ritual, los cánticos, la monotonía de los tambores, el humo del tabaco, los conjuros e invocaciones a agentes sobrenaturales, dramatizados por el médico-brujo, crean el contexto terapéutico ade- cuado a las estructuras sociales de la comunidad. B)MOCOBÍES O MOCOVÍES Según un cronista, “curan las heridas con sólo atarlas, como también las quebradu- ras de los huesos, y tienen una carnadura tan sana que en breve se suelda y poco se hin- cha. Y aún han llegado a ver un indio, rasguñado de un tigre cuyas uñas son venenosas, sanar de ello sin producir hinchazón”. Tatuajes, adornos Como sus vecinos territoriales, los abipones se aplicaron al arte del tatuaje. En el ca- so de las niñas, se les hacían grabados en el busto. Según la descripción del Padre Ma- nuel Canelas, esta operación se realizaba con ciertas espinas untadas en diversos colores, en especial el negro y el azul. “El dolor e hinchazón que padecían encerradas por cerca de un mes, sufriendo hasta parecer monstruosas, [era] para quedar, sólo a su parecer, hermosas”. Otros lugares preferentemente elegidos eran las zonas lagrimales, los ángulos externos del ojo y el entrecejo. Medicina Aunque los pequeños, por el hecho de deambular desnudos, se hallaban acostumbrados a los embates telúricos, no pudieron evitar las picaduras de insectos, en especial mosquitos, pese a que sus mayores se ingeniaban para atenuarlos. Para esto apelaban a la grasa de ñan- dú o de pescado, que mezclada con resinas, se friccionaba sobre toda la superficie corporal. También se hallaban torturados por el “pique”, nombre vulgar dado en la Argentina y Paraguay a la nigua (Sarcopsylla penetrans). Este agente es una pulga de la América tro- pical y subtropical que ataca al hombre, penetrando debajo de la epidermis de los pies, en especial de las uñas. Sus huevecillos son de color amarillo, no salen al exterior y se de- sarrollan en los planos subtegumentarios. Forman pequeños abscesos, que en ocasiones exigen drenaje quirúrgico. Esta dolorosa afección, acompañada de prurito y otras derma- tosis, era tratada por preparados que tenían como vehículo grasa y polvo de cantárida. Las micosis cutáneas, la sífilis, las reacciones dermatológicas de probable origen alér- gico y la leishmaniasis eran tratadas con grasa fosforada, como el almizcle de yacaré. En los testimonios históricos correspondientes a diferentes períodos del nomadismo y se- dentarismo mocovíes, las primeras descripciones coinciden en afirmar que por la misma se- lección natural existían pocas enfermedades fuera de las epidémicas. Cuando se difundían estas patologías, todos los indígenas huían; no se conocía una calamidad mayor. Así, la ma- dre o el padre se alejaban, dejando a los niños afectados en el mayor desamparo. Sólo co- locaban a la cabecera del lecho un cántaro con agua, carne asada y frutos silvestres. En el año 1745, una asoladora epidemia atacó 30 poblaciones del Paraguay y adya- cencias, segando la vida de 72.000 naturales de todas las edades. En 1760, en la reduc- ción mocoví de San Javier, provincia de Santa Fe, hubo un nuevo recrudecimiento del genio epidémico que diezmó a 800 aborígenes. 23
  • 24. LUIS DAVID PIERINI En cuanto a la medicación –la vacunación antivariólica de Edward Jenner se difundi- rá como profilaxis a partir de 1796– el suministro de agua de cebada y de lino, de agua azucarada con pepitas de sandía o de melón como bebida refrescante y calabazas ma- chacadas representaban los recursos farmacológicos de esa época. Herboristería Mencionaremos algunos especímenes: Mistol: conocido también por otras etnias, este árbol de precioso porte es muy común en los montes santafesinos y santiagueños. Posee un fruto dulce, rojo, con el cual se ha- ce la aloja; sus hojas se emplean para el tratamiento de las heridas. Cebil: pertenece a la familia de las mimosas; sus hojas y cortezas maceradas fueron aplicadas a modo de emplasto en las lesiones mutilantes de la lepra. Guayacán: además de aliviar las enfermedades reumáticas y las algias de la gota, se empleó su resina para neutralizar las complicaciones del tercer período de la sífilis. Nues- tros indígenas bebían en infusión sus hojas y cortezas como reconstituyente general. Palmera pindo o palmera grande (Coco Romango flianum): especie muy apreciada para la techumbre de los ranchos, se utiliza también en la fabricación de múltiples tre- bejos y sus cogollos se emplean como alimento. Esta variedad alberga un gusano blanco del tamaño de un dedo, que los naturales lla- man tombú. Refiere el doctor Esteban Laureano Maradona que este verme –verme espe- luznante– puesto al fuego, segrega un aceite que los indígenas utilizan para tratar las heridas. Su cuerpo así frito o ensartado es comestible, como si fuera un chicharrón. Ortica dioca (Ortiga mayor): en medicina popular y aborigen posee indicaciones pa- ra casi todos los sistemas y aparatos. Era ensalzada por su función galactagoga y diuré- tica, así como su acción sobre el folículo piloso. Solimán o colmillo de víbora: fue empleado por los aborígenes como antiofídico. Las zonas que frecuentaron los autóctonos pertenecen a una dilatada zona de ofidismo donde pululan la víbora de coral (Elaps corallino), la serpiente de cascabel (Crotalus terrificus) y la víbora de la cruz o yarará (Lachesis alternatus), cuyas picaduras pueden ser letales. Mastuerzo: se lo empleó en cocimientos para neutralizar afecciones dermatológicas, escorbuto y diversas formas de tuberculosis pulmonares. C) ABIPONES Herboristería La policroma variedad botánica permitió a los naturales del Gran Chaco crear una suerte de farmacopea donde se aunaban conocimientos empíricos y de hechicería cha- mánica. Mencionaremos algunas variedades: Abariguay: con ella preparaban un bálsamo empleado en la curación de heridas. Cre- ían que su aplicación bucal detenía las hemorragias y los accesos de tos. Ambay: ha sido mencionado como tratamiento antivenéreo y como elemento de fric- ción para la obtención del fuego. Quinoa: leguminosa que además de servir de alimento se aplicaba como cataplasma sobre la parte herida o traumatizada. Zarzaparrilla: contra mordeduras y picaduras de animales ponzoñosos. Patologías A pesar de la privilegiada contextura de los abipones, las enfermedades surgidas de la ecología regional, los insectos y parásitos, las guerras internas y exteriores, unidas a las afecciones transmitidas por el blanco, devinieron en la casi extinción de esta raza. Las epidemias también hicieron sentir sus efectos; en 1734, la viruela diezmó a 30.000 habitantes, entre adultos y niños. 24
  • 25. Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas Otra plaga que hallamos mencionada la constituyó el “pique”, “bicho de pie” o “agra- ni”, vocablo abipón que significa “mordaza”. Estos grupos reconocieron la acción hematófaga de la vinchuca, a la que denomina- ban “sanguijuela con alas”, así como las complicaciones provocadas por picaduras de avispas, arácnidos y escorpiones. Símbolos de belleza La perforación de las orejas era realizada con trocitos de hueso, astillas o cuernitos de venado, introduciendo luego una hoja de palmera arrollada que por distensión agran- daba el orificio, pudiendo llegar el lóbulo hasta el hombro. El tatuaje, difundido entre las culturas americanas, mostraba su refinada expresión entre los abipones, escarificando la piel del rostro, pecho y brazos. El primitivo cincel era una espina rígida que fijaba en la dermis tinturas vegetales, hollín y cenizas. Las filigra- nas de este sello indeleble constituyeron un blasón de diferenciación tribal. Casi todos los pueblos de Paracuaria* se tatuaban. Los abipones reconocieron este ar- te con el nombre de likinranala. Preguntados sobre el significado o la causa de aquella bárbara costumbre, los aborígenes respondían que la habían heredado de sus ancestros. Aquel suplicio duraba cinco días, durante los cuales la adolescente permanecía encerra- da en su choza, cubierta con una piel, privándose de algunos alimentos como la carne y el pescado. Las sesiones repetidas y cercanas encendían el rostro, con edema y tumefac- ción. Desde temprana edad, las niñas se depilaban cejas y pestañas, rasurándose par- cialmente la cabellera como elemento de identificación tribal. D) PILAGÁES Adornos Peinaban el cabello, muy abundante, con peines de palillos y usaban pendientes fa- bricados con los mismos elementos. Nos detendremos en la perforación de las orejas: es- tas mutilaciones parciales se practicaban en ambos sexos, introduciendo botones de madera u hojas de palmeras arrolladas. El agujero se dilataba hasta permitir el pasaje de un disco, de cuatro o cinco centímetros. Practicaban la depilación y decoraban la piel con diversas pinturas. Casi siempre an- daban descalzos. Tatuajes El taraceo estuvo muy difundido entre los pilagáes del río Pilcomayo. Este mágico y di- fícil arte se practicaba con agujas de cardón, frotando sobre la piel punteada diversas sus- tancias, entre ellas, hollín. Los niños eran tatuados con dibujos que mostraban figuras geométricas: óvalos, círculos y rombos, divididos por diámetros, diagonales y rectángulos. Las respuestas que daban acerca de las motivaciones de los diversos tatuajes eran: “es marca pilagá”, o “para que no tengan la peste” o “para adquirir inmunidad”. 3. Matacos Botánica médica Los naturalistas que se internaron en la intimidad de la espesura amazónica o arri- baron a la vera de sus ríos recopilaron excepcionales observaciones fitológicas. Mencio- naremos algunas especies: * Paracuaria: amplia zona de Sudamérica, donde se situaron las misiones jesuíticas; su capital era Córdoba del Tucumán. 25
  • 26. LUIS DAVID PIERINI Palo santo (o palo bendito o guayacán): empleado en diversas afecciones por todas las tribus del nordeste. El hermano jesuita Pedro de Montenegro, reconocido cirujano y herbolario del Paraguay, resumió en su Materia Médica, escrita a principios del siglo XVIII, todas las aplicaciones de esta variedad arbórea. Conocido en Europa como impor- tante curalotodo, se lo empleó en el tratamiento de la sífilis, en las artropatías y en los trastornos circulatorios. Sus preparaciones utilizaban la resina de la corteza; se le atri- buían propiedades diuréticas, diaforéticas y catárticas. La resina, unida con grasa de avestruz o de pescado, aplicada sobre la piel ahuyentaba los mosquitos. En la actuali- dad, el palo santo se utiliza con el mismo fin en la composición de los espirales. Ceibo o seibo: la corteza machacada fue utilizada como cataplasma sobre las morde- duras provocadas por animales; en forma de cocimiento aún persiste en las prescripcio- nes populares para tratamiento de úlceras, rectitis, hemorroides y vaginitis. Yetibay o jalapa: el jugo de sus flores, recién exprimidas, fue empleado en las otitis infantiles y en las erupciones herpéticas. Ayuy o laurel: árbol de madera resistente, sus frutos fueron utilizados en trastornos digestivos infantiles y en la escrofulosis; triturado con miel se aplicaba en ulceraciones crónicas. En forma de linimento se recetaba para la flogosis reumática, las neuralgias y el prurito de la sarna. Oruzuz: además de emplear la infusión en los cuadros catarrales y en las afonías, se usaba en las erisipelas a modo de sinapismo o en forma de pasta. Canchalagua: se administraba en forma de infusión, además de servir como atenuan- te de los dolores de los reumáticos y también en los portadores de enfermedades venéreas. Totora: sus flores se aplicaban en las quemaduras, y el cocimiento de sus raíces se utilizaba en el lavado de úlceras y tumores. Tusca: se bebía en forma de cocimiento, luego de tostar y hervir su fruto. Se indica- ba su ingestión en ayunas y se la recomendaba en infecciones gonocóccicas. Tabaco: el doctor Esteban Laureano Maradona, destacado médico formoseño e inves- tigador de la flora del Chaco central, relata en su libro A través de la selva que los indí- genas, en caso de picaduras de víbora, succionan la parte afectada a manera de ventosa, previa masticación de hojas de tabaco. Además, se suele emplear en otras afecciones di- versas partes de la planta, como raíces y semillas, con grasa o sin ella, con o sin resinas y con polvo de valva. 4. Wichis o wichís y charrúas La palabra wichi significa ‘hombres verdaderos’ u ‘hombres de vida plena’, es decir, que participan de las plantas, de los árboles, de los peces y de las aves. Los españoles los llamaban incorrectamente “matacos”, término que en castellano antiguo significaba “animal de poca monta” o “animal sin importancia”. A los primeros que conocieron, hacia 1623, los denominaron mataguayos. Se puede decir que es una de las comunidades más antiguas del mundo. Aún hoy, ais- ladas en el norte de la República Argentina, luchan por subsistir en el mundo moderno. Las enfermedades que diezmaron a estas comunidades fueron la tuberculosis, la des- nutrición, el Chagas, las venéreas, el cólera y la brucelosis, todo lo cual se vio potencia- do por la dieta mal balanceada, basada fundamentalmente en maíz, zapallo, carne de cabrío, pescado y frutas, pero escasas verduras. ■ Grupos del Noroeste II. Grupos del Noroeste Este grupo conocía las aguas termales. Los espejos de agua, las temperaturas propicias, el tapiz de vegas y mallines y la proliferación de ejemplares arbóreos, como el molle, 26
  • 27. Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas crearon un paisaje bucólico en el que la vida de las familias nativas se deslizó sin las angustias y sobresaltos de otras etnias. América indígena tuvo en cuenta el mito universal de la fuente de Juvencio, y el cono- cimiento y la valoración de los efectos terapéuticos de las aguas que Pachamama (Madre tierra) brindaba generosamente a sus hijos fueron incorporados por sus habitantes protohis- tóricos en distintas épocas. Frecuentaron las fuentes termales, con fumarolas bullentes, ma- nantiales cálidos, efluvios azufrados que formaban un espejo de agua cálida y vivificante. Desde el período preincaico eran conocidos en la región de Cuyo el baño de Uyurmi- re y el del Inca, en el templo de Wiracocha (o Viracocha). Otra fuente unida a la devoción indígena, por su riqueza legendaria y por la virtud de sus vertientes, es la que surge en el paraje La Laja. Aquí el amante huarpe Yahue, lue- go de matar a la dulce Tahue y al seductor de ésta, murió en los pedregales sanjuaninos como redención de aquella tragedia; después de su muerte, cual fuente de esperanza, brotarían tres milagrosos manantiales. Otros nativos de nuestro territorio concurrieron igualmente a diversos baños y fuen- tes. Los araucanos visitaban Copahue y Futalauquen y también conocieron Cullu-co (aguas ácidas) y Laguen-co (aguas calientes). Los indios que transitaban por la provincia de Buenos Aires conocieron la laguna de Epecuén. Según Tomás Falkner, a este lugar de tonificantes aguas concurrían desde tiempo inmemorial los jefes indios con su familia. Cuentan las tradiciones vernáculas que el cacique puelche Carhué (Corazón Puro), apa- sionado por Epecuén, curó de una extraña parálisis al sumergirse en la gran laguna que formaron las lágrimas de amor de su bella amada. También los diaguitas de Talacasto dejaron su pena indiana a través de las calcina- das tierras de sus antepasados en una aguada surgida del llanto incesante de un apues- to joven, que viera fenecer a su amada por el odio atávico hacia los invasores Incas. Inti-Yacu (agua del sol) llamaron los nativos mediterráneos a la actual zona de Río Hon- do (Santiago del Estero), cuyos cursos surgentes afloraban como vivificantes de vertede- ros. Los pobladores vinculaban las bondades de Yacuru-pay (agua caliente), con los rayos flamígeros del astro sol, al cual adoraban. Alonso Ovalle, en un libro publicado en Roma en 1646, hace referencia al calor, salo- bridad y mineralización de las aguas de Puente del Inca, sin revelarnos la explicación científica. Su reseña es una descripción paisajista de este monumento enclavado en la precordillera, en la que el autor exalta aquella curiosa expresión de la naturaleza. Según Michel Horst von Brand, el primer análisis de aguas termales argentinas lo efec- tuó el físico y químico Michel Faraday, en 1827, sobre muestras tomadas en aquel lugar. Villavicencio, según testimonios de viajeros, fue visitada por el célebre naturalista Charles Darwin en 1839. Ya desde 1800, lugareños y vecinos de Mendoza acudían en busca de sus cualidades benéficas. ■ El grupo III. El grupo andino y de las Sierras Centrales andino y de las Sierras Centrales Está integrado por los pehuenches, los huarpes, los comechingones de Córdoba, los sanavirones del Río Dulce o de Río Negro, los tonocotés de Santiago del Estero, los lules y vilelas de Tucumán y los araucanos peri-cordilleranos, todos ellos con enculturación incaica. Botánica médica Canelo: (Drymis winteri) pertenece a la familia de las magnoliáceas. Tiene cerca de ocho metros de altura y suele desarrollarse en terrenos húmedos. Fue introducido en Eu- ropa por John Winter, médico del pirata inglés Francis Drake, de allí su denominación 27
  • 28. LUIS DAVID PIERINI técnica. La corteza de este árbol se usó en infusiones y también en aplicaciones exter- nas. Planta sagrada de los mapuches, se utilizaba en alteraciones del aparato digestivo, en las parasitosis (sarna) y reumatismo. La flor de la ceniza de este árbol, mezclada con grasa a modo de excipiente, también se utilizaba como depilatorio; por esta costumbre se atribuyó erróneamente a los jóvenes mapuches la ausencia de vello. Su acción por in- flujo simpático era imprescindible en todas las ceremonias mágico-evocativas. La machi cuidaba en el bosque un canelo predilecto y, según la creencia araucana referida por Ra- món Pardal, si alguien descubría y cortaba esta planta, la machi languidecía y moría. Lafo (Rumex romasa): poligonácea. Muy utilizada por los araucanos chilenos, se la consideraba una de las más preciadas hierbas. Por sus múltiples cualidades farmacoló- gicas gozaba de gran prestigio en la curación de heridas, ulceraciones tórpidas, otitis y “lepras que nacen a los niños, dejando el casco limpio”. Ñincuil (Heliantus thurífera): según Martín Gusinde, era reconocida como maravilla del campo y se le adjudicaba acción antiluética. Jarilla: entre otras aplicaciones terapéuticas, este arbusto se utilizó en forma de ca- taplasma, para resolver abscesos y flemones. Al finalizar la presente selección botánica hacemos un reconocimiento a los invalora- bles méritos que le cupieron al profesor Juan. A. Domínguez, quien realizó importantes estudios analíticos sobre la composición de fármacos vegetales, logrando desentrañar la síntesis fármaco-dinámica del vivero araucano. ■ Pampas, querandíes puelches IV. Pampas, querandíes y y puelches Se denomina pampas a un conglomerado humano de origen mixto con los que se halló Sebastián Gaboto en la desembocadura del Carcarañá, dándoles el nombre de querandíes (hombres con grasa). Frente a la viruela, en caso de ántrax o abscesos estos aborígenes provocaban su ma- duración aplicando cataplasmas de estiércol muy caliente. “Cuando están a término ex- tirpan el germen por medio de una crin doblada y lo comen enseguida entre dos bocados de carne cruda, pretendiendo así conjurar toda recaída”. Los puelches guenakén, que habitaban la parte norte de la Patagonia eran, según ex- presó José Sánchez Labrador, “de naturaleza fortísima y de tal condición que sin medicina se restablecían muchas veces de enfermedades y heridas que para otros serían mortales”. Herboristería Grandes naturalistas y excelentes empíricos, guiados por reconocidos herbolarios, aplicaron la botánica que formaba parte del paisaje a las necesidades de su época. Se cuenta con poca información sobre los elementos naturales que usaban los aborí- genes de esta etnia para los problemas dermatológicos; solamente se sabe que usaban una variedad de yang, que aplicaban en ulceraciones y aftas bucales. ■ Patagones o tehuelches V. Patagones o tehuelches La zona al sur del río Colorado, límite natural de las provincias de La Pampa y Río Negro –la planicie más austral de América–, es internacionalmente conocida con el nom- bre de Patagonia, que alude a los míticos “gigantes patagones”, descriptos en 1520 por Antonio Pigafetta, cronista de la circunnavegación de Hernando de Magallanes. 28
  • 29. Historia de la Dermatología en las culturas indígenas argentinas Nacimiento y crianza Poco después del nacimiento, los recién nacidos eran untados con yeso húmedo. Se- gún Ludwig Karsten (1926), este procedi- miento tenía por finalidad proteger al niño contra los malos espíritus. El mismo autor menciona otras prácticas como la aplica- ción de pintura roja, aceitado y fumigacio- nes con tabaco, efectuadas con el mismo objeto. Al cumplir el cuarto año, se realizaba la ceremonia de la perforación de una o dos orejas, según el sexo, introduciendo cerdas de caballo en las incisiones, para evitar la cicatrización. Conocieron el carácter epidémico de las enfermedades, aunque éstas eran innomi- nadas, y trataban de neutralizar su carác- ter infeccioso dispersando los toldos en los lugares donde habitaban. En general los patagones gozaban de buena salud y sus heridas curaban con ra- pidez; el brujo, mediante las ceremonias descritas, indicaba la preparación de bre- bajes, con propiedades médico-curativas. Conocían la práctica de la sangría y sabían abrir una vena con un trozo de concha o de pedernal. Ectoparasitosis Los niños y adultos fueron portadores de pulgas y piojos, debido a la utilización de la lana de guanaco y las plumas de avestruz en su vestimenta y enseres domésticos. Distribución de la población VI. Extremo Sur Magallánico ■ Extremo sur magallánico indígena en la Argentina a fines Las enfermedades venéreas sellaron un horizonte sin esperanzas tanto en los alaca- del siglo XX lufes como en los onas y los yaganes. Se supone que desconocieron las hierbas y los Fuente: Instituto derivados animales y minerales para la curación de las enfermedades. de Cultura La transculturación fue otro mecanismo negativo para la sobrevivencia de estas Popular (Incupo- etnias, así como la despiadada exhibición a que fueron sometidos en el siglo XIX en Endepa) diversas ciudades europeas. Epílogo ■ Epílogo El autor coincide con los destacados genealogistas Diego Herrera Vegas y Carlos Jáu- regui Rueda en que el tronco fundacional de nuestro país deriva de tres etnias: la aborigen, 29
  • 30. LUIS DAVID PIERINI la africana y la del colonizador español. Estas etnias se unieron a través de dos generaciones y se completaron hace ciento cincuenta años con la inmigración. ■ Conclusiones Conclusiones Los tesoros de la naturaleza se brindaron con toda la generosidad de la madre tierra, y el espíritu intuitivo de los nativos se sirvió de ellos para superar sus dolencias. En es- ta exposición hemos seleccionado, en apretada síntesis, algunos de los elementos de su arsenal botánico. ■ Septiembre, 2005 ■ Referencias argentino. Buenos Aires: Galerna; 1992. selva. Buenos Aires: Talleres Gráficos de la Penitenciaría bibliográficas Furlong G. Los jesuitas y la Nacional;1937. cultura rioplatense. Buenos Moreno FP. Viaje a la Patagonia Cantón E. Historia de la medicina Aires: Univ. del Salvador; Austral 1876-1877. Buenos en el Río de la Plata desde su 1984. Aires: Solar; 1969. descubrimiento hasta García Terán M. Acercan la salud Nazar F. Formosa, un pueblo nuestros días, 1512 a 1925. y la educación a los cautivo. Criterio. Mar 2004; Madrid: Imp. G. Hernández y aborígenes del Chaco. La año LXXVIII;(2291):70. Galo Sáez; 1928. Nación. 5 ag 2001; Pastrana CF. Los indígenas Centro educativo para mapuches. Información general, p.21. americanos piden espacio La Nación. 30 jun 2002; Sec. Greco NV. Historia y desarrollo para sus prácticas Opinión, p.20. de la Dermatología y tradicionales. Primer Codazzi Aguirre JA. La medicina Sifilografía en la República Congreso de Aborígenes del de los aborígenes en la Argentina. Sem Med. Tomo Mercosur. La Nación. 3 ag República Argentina. Actas del Cincuentenario. 2001; Supl. Ciencia y Salud, del 1º Congreso Nacional de 1944;(I):357-453. p.10. Historia de la Medicina Guerrino AA. La medicina en la Pérgola F. Brujos y cuasi médicos. Argentina. Buenos Aires; Conquista del Desierto. Buenos Aires: Edimed; 1986. 1968. Buenos Aires: Círculo Militar; Pierini LD. Culturas aborígenes en Díaz Trigo A. Antecedentes 1984. la medicina argentina. históricos y características de Ibarra Grasso DE. Argentina Buenos Aires: Dunken; 2004. la medicina de los pobladores indígena y prehistoria Rudgley R. Los pasos lejanos. Una indígenas argentinos. Rev americana. Buenos Aires: nueva interpretación de la Soc Venez Hist Med. TEA; 1971. prehistoria. Grijalbo; 2001. 1961;23:563-570. Juárez FN. Recorridos de un Seggiaro LA. Medicina indígena El Libro del Pueblo de Dios. La naturalista inquieto. La de América. Buenos Aires: El Biblia. 21ª ed. Madrid: Nación. 9 dic 2001; Supl. Ateneo; 1979. Ediciones Paulinas; 1999. Enfoques. Sopeña G. Monseñor Patagonia. Fernández CA. Cuentan los Magrassi GE. Los aborígenes de Buenos Aires: El Elefante mapuches. Buenos Aires: la Argentina. Ensayo socio- Blanco; 2001. Nuevo Siglo; 1995. histórico cultural. Buenos Fernández AF. Antropología, Aires: Galerna-Búsqueda de cultura, medicina indígena de Ayllú; 2000. América y arte rupestre Maradona EL. A través de la
  • 31. HISTORIA DE LA DERMATOLOGÍA ARGENTINA PABLO A . VIGLIOGLIA , ALBERTO WOSCOFF 1. LA EPOCA COLONIAL ■ La época colonial E n 1780, poco después de creado el Virreinato del Río de la Plata, se proclama en una Real Cédula: “Informado del desarreglo y abusos con que se ejercita la Medicina, Ciru- gía, Farmacia y Flebotomía a ellas anexas, con especialidad en las provincias distantes de esta capital, he resuelto, por ahora, establecer y crear en ella un Tribunal de Porto, como lo hay en las ciudades de Lima y Méjico, con las mismas facultades, prerrogativas y excepciones, para que por este medio, que tanto se conforma con las leyes, se corrija y extirpe el desorden, y he venido en elegir y nombrar al Dr. D. Miguel O’Gorman, en quien concurren las partes y calidades necesarias para Protomédico y Alcalde mayor de todos los respectivos profesores...”. A partir de este momento contamos con el primer médico y decano en lo que luego sería la Argentina. En 1803 se expide “un auto contra los curanderos” y en diciembre del mismo año se otorgan los cargos de médicos y cirujanos habilitados para ejercer la profesión. ■ Los albores de la Dermatología argentina 2. Los albores de la Dermatología argentina Tres décadas más tarde, en 1835, el Dr. Tiburcio Fonseca publica una tesis sobre “Es- tructura, función y vinculación en la patología general y terapéutica del órgano cutáneo”. En sus 35 páginas enfoca científicamente las enfermedades de la piel, con lo cual, al pa- recer, la Argentina se convierte en pionera entre los países latinoamericanos en este as- pecto. En 1874, la Academia de Medicina que regía la Facultad incluye en su currículo al- gunas especialidades, entre ellas “Clínica de las enfermedades de piel y sífilis”, y desig- na en 1875 como profesores titular y adjunto a los Drs. Leopoldo Montes de Oca y L. Meléndez; posteriormente, al ser designados éstos para otra asignatura, la especialidad siguió formando parte de Patología Externa. En el Hospital de Clínicas de Buenos Aires, donde se concentraba toda la actividad do- cente, funcionaba un Servicio de Sifilografía y Dermatología. El 18 de marzo de 1892 el decano de la Facultad de Ciencias Médicas M. González Catán funda la cátedra de En- Figura 1. Prof. fermedades Venéreas y Piel, que se dictaría en el 4° año de la carrera de Medicina. El Baldomero Sommer primer profesor fue Baldomero Sommer (figura 1), quien formó su cátedra en el Hospital 31