2. Aunque sus orígenes no
están muy definidos, se
supone que la elección del
conejo se debe a su
conocida capacidad de
procreación,
de gran valor simbólico
en una temporada de
fiestas dedicadas a la
fertilidad de la tierra
tras el invierno, en el
hemisferio norte.
3. El conejo como símbolo de la fertilidad y
la renovación en la región alemana se
transformó en una tradición en torno al
Osterhase.
Dentro de esta
tradición, existía una
leyenda alemana en la que
una mujer pobre, incapaz
de ofrecer dulces a sus
hijos, escondió en el
jardín huevos decorados.
Los niños, al ver a un
conejo, creyeron que él
había puesto esos huevos.
Desde entonces, los niños
4. Ya en el siglo VIII los germanos
cristianos habían transferido dicha
fiesta a la fe cristiana asignándole la
celebración de la Resurrección de
Cristo,
y adaptaron la fiesta
pagana en las
tradiciones cristianas.
En este nuevo
marco, se desarrolló la
leyenda de que, cuando
pusieron a Jesús en el
sepulcro que les había
dado José de
Arimatea, había
dentro de la cueva un
5. El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de
Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba
la entrada y lo veía y lo veía y se preguntaba
quién sería ese señor a quien querían tanto
todas las personas.
Así pasó mucho rato
viéndolo, todo el día y toda una
noche, cuando de repente vio
algo sorprendente: Jesús se
levantó y dobló las sábanas con
las que lo habían envuelto. Un
ángel quitó la piedra que
tapaba la entrada y Jesús salió
de la cueva ¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que
6. Como los conejos no pueden hablar, se
le ocurrió que si les llevaba un huevo
pintado, ellos entenderían el mensaje
de vida
y alegría, y así lo hizo.
Desde entonces, según
la leyenda, el conejo
sale cada Domingo de
Pascua a dejar huevos
de colores en todas las
casas para recordar al
mundo que Jesús
resucitó y que hay que
7. Que estas
Pascuas te
llenen de
alegría, serenid
ad y felicidad..!
Imágenes y texto: de internet
Presentación: Norma Dilena