Este documento discute el gasto en salud en la Argentina y en otros países. Indica que el gasto total en salud en la Argentina es de aproximadamente $23 mil millones por año, comparable a las exportaciones y reservas del país. El gasto en salud en la Argentina representa alrededor del 9.7% del PBI, ubicándose en el rango medio a nivel mundial. Finalmente, compara los resultados sanitarios de la Argentina con otros países de la región a pesar de gastar una cantidad similar o mayor en salud como porcentaje del PBI.
6. A NUESTROS LECTORES
Años atrás hubiera resultado una irreverencia hablar de te-
mas de Economía y Salud.
La cultura tradicional consideraba que, siendo el ejercicio de
la medicina una vocación, era una herejía contaminarla con los
fríos cálculos de las ciencias económicas.
Pero ha ocurrido que los porcentajes de ingresos invertidos
en salud, tanto por la sociedad en su conjunto como por cada
uno de los individuos en particular, han ido creciendo en forma
continua, tanto por la mayor esperanza de vida como por la
progresiva tecnificación y costo de los métodos diagnósticos y
terapéuticos.
Por todo ello ha surgido la necesidad de planificar las inver-
siones de acuerdo a los estudios epidemiológicos, de racionali-
zar los costos para obtener mayores beneficios con los mismos
recursos y de adecuar los gastos para cumplir con los princi-
pios éticos en la asignación de recursos.
Estas necesidades pueden solamente resolverse mediante
la aplicación de las herramientas que brinda la Economía y por
la utilización de recursos humanos que tengan mentalidad abierta
y disposición para el trabajo interdisciplinario.
«Economía y Salud» tiene como propósito ser una publica-
ción periódica, con información y opinión, que analice en forma
objetiva y profesional los aspectos mas significativos que ha-
cen al bien mas preciado del hombre: la salud. Compromete-
mos nuestro esfuerzo para el logro de dicho objetivo.
Agradecemos la colaboración técnica de Paola Bianchi y
Belen Basilio y el diseño de tapa de Mariana Gonzalez Matute.
Norberto A. Lembo Jorge E. Califano
7.
8. Con reconocimiento y cariño a:
Dory, Fernando y Alejandro Lembo
Cristina, Virginia, Lucila e Ignacio Califano
9.
10. EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
Es importante destacar el desconocimiento, tanto de la opi-
nión pública como también de algunos formadores de opinión,
de la cantidad de dinero que se gasta o invierte en salud. Esto
es algo que hemos verificado muchas veces en la actividad
profesional. No solo no se conoce lo que se eroga en salud, sino
tampoco su composición relativa.
En la Argentina, siempre ha habido una tendencia a expre-
sar los valores económicos y las evoluciones de diferentes rubros
y variables con comparaciones mensuales o anuales de todos
los sectores de la economía.
En el caso de la salud no se ha registrado ese nivel de
desagregación. La misma observación se puede hacer con res-
pecto a la educación.
No obstante ello, los temas de salud no deben ser tratados
como una mercadería más. No estamos hablando del aumento
de la productividad, de la rentabilidad empresaria o del aumen-
to o la disminución de valores bursátiles sino que estamos
haciendo referencia a la salud de las personas.
Mas allá de posiciones políticas e ideológicas consideramos
que hay dos actividades en donde debe existir la solidaridad, la
accesibilidad y la igualdad de posibilidades. Una de ellas es la
salud y la otra es la educación.
La falta de dicha existencia de posibilidades genera marca-
das diferencias en el desarrollo de los individuos. Lo que no se
percibe, con una visión egoísta y miope es que en definitiva se
configura un deterioro para la sociedad en su conjunto.
Durante el desarrollo del trabajo se ha de verificar que el
esfuerzo cuantitativo hecho en nuestro país en materia de sa-
lud ha sido importante. Pero no necesariamente la eficiencia
ha sido proporcional a las erogaciones realizadas.
11. 10
Pero, ¿cuál es el valor monetario de la salud en términos
económicos?
Muchos se sorprenderán cuando se advierta que los valores
que se gastan o invierten en salud ascienden al orden de los
23.000 millones de dólares por año, entre gastos públicos, gas-
tos privados, gastos adicionales de bolsillo, etc.
Pero, dentro del valor relativo de los números ¿ éste valor es
mucho o poco?
Podemos afirmar que es un valor muy importante. A efectos
de determinar su cuantía debemos medir su valor relativo en
comparación con otros rubros.
Comparaciones del gasto en salud con otros sectores de la
economía
Tal como fuera expresado anteriormente, se calcula que el
total de las erogaciones en salud en nuestro país asciende a
23.000 millones de dólares por año. Las exportaciones realiza-
das por la República Argentina durante 1999 fueron de 26.441
millones de dólares. Ello implica que el total de las exportacio-
nes del país es solamente un 15% mas alto que el total de las
erogaciones en salud.
El total de las exportaciones está integrado por 6603 millo-
nes de dólares de productos primarios, 8762 de manufacturas
de origen agropecuario, 8624 de manufacturas de origen indus-
trial y 2451 millones de combustibles y energía.
Así como comparamos el total de exportaciones con el gasto
en salud, podemos hacer lo mismo con las reservas de divisas.
El valor de las mismas, según datos del Banco Central de la
República Argentina es de 26.524 millones.
Cuando el lector advierta que el valor de las reservas de
divisas y el valor que surge de la sumatoria de las exportacio-
nes son similares al gasto en salud, se podrá imaginar el volu-
men de erogaciones a que nos estamos refiriendo.
Para finalizar este tipo de comparaciones, resulta que el total
anual de las ventas de supermercados asciende a 15.000 mi-
EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
12. ECONOMÍA Y SALUD 11
llones de dólares, valor un 35% más bajo que el total de lo
consumido en salud.
Porcentaje del Sector Salud en el Producto Bruto Interno y
comparación con otros países
A efectos de poder evaluar cual es la contribución de los
gastos nacionales en salud entre sistemas homogéneos, utili-
zamos como herramienta el gasto total en salud como porcen-
taje del Producto Bruto Interno.
No obstante estar hablando de distintas magnitudes de Pro-
ducto Bruto Interno, la relación gasto total en salud sobre PBI
evalua el esfuerzo realizado por cada comunidad en pos del
beneficio de su población.
Se ha efectuado un ranking de doce países, varios de ellos
particularmente ricos y ninguno de ellos vecino, a efectos de
verificar cual es la posición de la Argentina en el contexto mun-
dial.
Tal como surge del OECD Health Data 98, Argentina gasta
en salud un 9,7% de su PBI, menos que Estados Unidos con
13,6%, Alemania y Suiza con 10,5% y 10,2% respectivamente
y Francia con 9,8%. Con porcentajes más bajos que la Repúbli-
ca Argentina se encuentran Canadá con 9,2%, Austria, Italia y
España con 8%, 7,8% y 7,4% respectivamente y Japón, Ingla-
terra y México con 7,2%, 6,9% y 4,6% de sus respectivos PBI.
Podemos por lo tanto concluir que en términos del gasto
total en salud como porcentaje del PBI, la Argentina se en-
cuentra en un nivel medio, lo que revela que el esfuerzo que
se realiza en esta área es importante. Pero semejante esfuerzo
no se refleja en el comportamiento de los indicadores de salud.
De la lectura del cuadro Nº1 se determina un aspecto que
posteriormente será desarrollado: La mayor preeminencia en
general del gasto público en los países europeos, en compara-
ción con relaciones aproximadamente uno a uno entre lo públi-
co y lo privado en los países americanos.
13. 12
CUADRO Nº 1
Ranking de Gasto Nacional en Salud
(OECD Health Data, 98)
PAÍS Gasto total en
salud como %
del PBI
Gasto publico
en salud como
% del PBI
1 Estados Unidos 13.6 6.3
2 Alemania 10.5 8.2
3 Suiza 10.2 7.1
4 Francia 9.8 7.3
5 Argentina 9.7 4.2
6 Canadá 9.2 6.4
7 Austria 8 5.7
8 Italia 7.8 5.5
9 España 7.4 5.8
10 Japón 7.2 5.7
11 Inglaterra 6.9 5.8
12 México 4.6 2.7
En Europa la participación del sector público en el gasto en
salud es en general mayor que la privada. En la mayoría de los
países el gasto público representa el 70% o más del gasto
total. Inglaterra a pesar de ser uno de los países que menos
gasta en términos de PBI es el que mayor participación pública
tiene con un 84% y solo el 16% restante es de gasto privado.
Tanto en España como en Alemania el gasto público tiene la
misma proporción en cuanto al total del gasto en salud, aun
cuando en términos de PBI Alemania gaste bastante más que
España. En ambos países el 78% es gasto público mientras
que solo el 22% es lo que eroga el sector privado. En Francia
la proporción de gasto publico y privado es de 75% y 25%
respectivamente. Mientras que en Austria el gasto público es el
71% del total y en Suiza e Italia es del 70% contra el 30% de
gasto privado.
Todos los países europeos que hemos analizado hasta aho-
ra estan en un nivel de gasto público mas o menos parecido.
EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
14. ECONOMÍA Y SALUD 13
En Japón el gasto público representa el 79% del total, es decir
que se asemeja a los países europeos.
Si analizamos lo que pasa en los países americanos podemos
a rmar que en estos países a muc a menor participación del
sector público por lo general la proporción entre gasto pri ado
público es más pareja. En EE.UU que es el país que más gasta
en t rminos de en salud, emos que el % pertenece al
sector público el % al pri ado. Si comparamos a rgentina
a anadá que se encuentran en un ni el similar en cuanto a
porcentaje de , emos que en rgentina el % del gasto es
realizado por el sector público mientras que anadá tiene un por-
centaje bastante mas alto, que se acerca al ni el europeo, con
9% de gasto público solo % de gasto pri ado. En cuanto a
ser icio e ciencia del sistema debemos resaltar que anadá
supera en muc o a la rgentina. inalmente en ico el gasto
público en salud representa el % el gasto pri ado el %.
CUADRO Nº 2
Gastos Nacionales en Salud
15. 14
No obstante lo expresado, debemos aceptar que no existe
en la actividad de salud un indicador fijo de lo que es público y
lo que es privado. Excepción de esto es el caso de Cuba con
una participación del 87% como participación pública.
Seguidamente analizaremos lo que ocurre en países mucho
más cercanos al nuestro, desde el punto de vista geográfico.
En el siguiente análisis además de incluir el porcentaje del
PBI afectado a la salud se plantea la valuación cuantitativa en
los países vecinos.
Si verificamos la posición que ocupó la Argentina en el año
1995 con respecto a los demas países latinoamericanos y Es-
tados Unidos, según las estimaciones del Programa de Políti-
cas y Salud -Organización Panamericana de Salud, 1997- ve-
mos que se encuentra en segundo lugar con un gasto total de
9,8% del PBI, siguiendo a Estados Unidos cuyo porcentaje
asciende a 14,3%. En tercer lugar se encuentra Cuba con un
9,0% y en cuarta y quinta posición Chile y Brasil con 8,0% y
7,6% respectivamente.
Cuadro Nº 3
Gasto Nacional en Salud y Composición Público-Privado del Gasto en Salud, 1995.
Estimaciones del Programa de Políticas y Salud. (Organización Panamericana de la Salud, 1997)
PAÍS
GNS
(% del PBI)
Composicion (%)
Publico Privado
GNS
per
cápita
PBI per
cápita
Arg. 9,8 45 55 795 8.100
Brasil 7,6 34 66 280 3.700
Chile 8,0 50 50 331 4.160
Cuba 9,0 87 13 106 1.175
USA 14,3 44 56 3.858 26.980
Nota: PBI expresado en U$S de 1995.
EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
16. ECONOMÍA Y SALUD 15
Del cuadro anteriormente expuesto y utilizando la misma
fuente de datos podemos concluir que el porcentaje total de los
gastos privados de salud en función al PBI para los distintos
países latinoamericanos es el siguiente:
Brasil gasta el 7.6% del PBI en salud, siendo un 66% gasto
privado.
EE.UU gasta el 14.3% del P.B.I. en salud y el 56% es gasto
privado.
Luego sigue Argentina, con aproximadamente un 55% en
gasto privado.
Chile gasta el 8.0% de su P.B.I., con similar participación
entre gasto privado y público.
Por último y como excepción se encuentra Cuba que tiene
un porcentaje bajísimo, como es el 13% de gasto privado de un
gasto total en salud que representa el 9% del PBI. La gran
participación del gasto público en Cuba resulta obvia.
A pesar de encontrarse la Argentina en una buena posición
con respecto a países del resto del mundo y en segundo lugar
comparándola con países vecinos con referencia a su participa-
ción del gasto total en salud como porcentaje del PBI, sus resul-
tados sanitarios no han respondido a los valores consumidos.
Si tomamos como ejemplo a Chile y comparamos los valo-
res notamos los resultados de una mala asignación o distribu-
ción de los recursos. Estas comparaciones deben ser realiza-
das y representan un llamado de atención que debe tenerse en
cuenta.
Si bien Argentina tiene un porcentaje de gasto total en salud
superior al de Chile, nuestra tasa de mortalidad infantil ascien-
de a 22 cada mil nacidos vivos, mientras que la de Chile es
igual a 13 . Además, la esperanza de vida en la Argentina es
de 70 años para los hombres y 77 años para las mujeres,
siendo la misma en Chile de 72 y 78 respectivamente.
En términos de gasto anual per capita en salud, Argentina se
encuentra nuevamente demostrando ineficiencia con respecto
a su gasto en salud.
En Argentina se gastan U$S 795 anualmente por habitante y
en Chile U$S 331 anuales con los resultados superiores ya
mencionados.
17. 16
De los países que estamos analizando en orden descenden-
te luego de Chile se encuentra Brasil con un gasto anual per
capita de U$S 280 y por último Cuba que gasta anualmente
U$S 106. El país de América que más gasta anualmente es
Estados Unidos con un gasto anual per capita de U$S 3.858, lo
que representa U$S 350 mensuales. De esta manera y como
un ejemplo claro vemos que lo que se gasta en salud por
persona por mes en Estados Unidos es una cifra no muy lejana
a lo que se gasta en Chile en todo un año.
Evolución del gasto total en salud por continente
Llama la atención como fue evolucionando el gasto total en
salud y, fundamentalmente, la distribución de la participación
del sector público y del privado durante estas últimas dos déca-
das, tanto en Latinoamérica como en Europa.
Entre 1980 y 1995 el gasto total latinoamericano en salud
aumentó un 56,32%, es decir que, de ser 72,8 miles de millo-
nes de u$s de 1995 en 1980 pasó a ser 95.7 miles de millones
en 1990 y 113.8 en 1995.
También se observa un aumento en el esfuerzo realizado en
términos de porcentaje del PBI, que de ser 5,8% en 1980, pasó
a 6.9% en 1990 y a 7.3% en 1995 aumentando, de este
modo, entre 1980 y 1995 un 25%.
En lo que respecta a la distribución de los porcentajes co-
rrespondientes al gasto público y privado en Latinoamérica, el
gasto privado en salud siempre fue mayor al gasto público,
pasando de ser un 54% en 1980 a un 64% en 1990 y un 59%
en 1995. O sea que el aumento del gasto privado de 1980 a
1995 fue del 9%, mientras el gasto público se redujo en un
11% de la siguiente manera: en 1980 fue del 46%, disminuyen-
do en 1990 a 36% y luego aumentando en 1995 a un 41%.
Por el contrario, el gasto público en salud de Europa siempre
fue bastante mayor a las erogaciones efectuadas por el sector
privado, pasando de ser un 82% en 1980 a un 80% tanto en
1990 como en 1995. Con respecto al gasto privado en 1980
representó solo un 18%, y en 1990 al igual que en 1999 un
EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
18. ECONOMÍA Y SALUD 17
20%. Se puede considerar que casi no hubo variación en cada
periodo, es decir que la participación de cada sector fue cons-
tante a lo largo del tiempo.
El gasto total, tanto público como privado, destinado a salud,
al igual que en Latinoamérica, aumentó durante éstos últimos
años. En 1980 ascendía a 440,2 miles de millones de u$s de
1995, en 1990 a 665.3 miles de millones y finalmente en 1995
alcanzó un total de 696,1. En términos de gasto total el aumen-
to que se registró en Europa entre 1980 y 1995 fue, en porcen-
tajes, muy similar al de Latinoamérica.
La gran diferencia que se puede observar entre las dos re-
giones no es tanto lo que se gasta en salud, sino los porcenta-
jes con que participan el sector privado y el sector público. Si
consideramos que en Europa el sector público eroga el 80%
del total y lo comparamos con el 41% que gasta en América
latina, vemos que esta es una de las características diferencia-
les entre ambos sistemas de salud y tal vez una de las causas
por la cual en Europa la igualdad y la equidad están perfecta-
mente alcanzadas.
CUADRO Nº 4
Gasto 1980 1990 1995
Total, miles de millones de US$ de 1995 72,8 95,7 113,8
% del PBI 5,8 6,9 7,3
Publico 46 36 41
Privado 54 64 59
Países Europeos de la OCDE
Total, miles de millones de US$ de 1995 440,2 665,3 696,1
% del PBI 7,1 7,6 8
Publico 82 80 80
Privado 18 20 20
América Latina y el Caribe
19. 18
Dejamos para el final un interrogante que por el momento no
estamos en condiciones de contestar. ¿Es real la cifra de 23.000
millones de dólares que se gasta anualmente en salud en la
Argentina?
Este dato surge de proyectar para el momento actual un
porcentaje del 40% de gasto de bolsillo como parte del gasto
total, calculado de acuerdo a los resultados del Censo de 1990.
Cuesta imaginar que en las actuales condiciones socio-eco-
nómicas dicho porcentaje se haya mantenido. Si así no fuera,
la cifra total del gasto en salud sería bastante menor.
EL GASTO EN SALUD EN LA ARGENTINA Y EL MUNDO
20. LA EFICIENCIA DE LOS SISTEMAS DE SALUD
EN EL MUNDO
La Organización Mundial de la Salud realizó en el año 2000
un análisis sobre el funcionamiento de los sistemas de salud en
el mundo. Para esta evaluación se analizaron 5 componentes:
• Nivel Global de Salud de un país. El mismo incluye el
análisis de los principales indicadores sanitarios: mortali-
dad infantil, esperanza de vida y otras condiciones gene-
rales de la población.
• Desigualdad en cuanto al nivel de acceso a la salud entre
los individuos de una misma población. Esta situación se
nota particularmente en el área de los países emergentes,
tal como ya ha sido descripto para América latina en ge-
neral y para Argentina en particular.
• Capacidad de respuesta del sistema de salud. Esto abar-
ca desde la espera innecesaria en el hospital hasta la
buena comida que se brinda en un centro de salud. Ade-
más, incluye le evaluación de la totalidad de las
infraestructuras, cantidad de camas y utilización de las
mismas.
• Distribución de capacidades de respuesta dentro de la
población en su totalidad. Es decir como trata el sistema
de salud a los distintos sectores sociales y si existe algún
tipo de discriminación.
• Distribución de la carga financiera del sistema de salud
dentro de la población. Aquí se evalúa el gasto familiar en
salud en relación con el ingreso (nivel individual) y los
condicionantes financieros.
21. 20
En definitiva, los primeros cuatro componentes evalúan nive-
les sanitarios desde diferentes perspectivas. Mientras que el
último se refiere a los indicadores financieros, verificando gasto
de la salud en el sector público y en el sector privado, participa-
ción porcentual de las mismos, diferentes aspectos de la con-
formación del gasto médico y los llamados gastos de bolsillo.
Cuantificando estas variables, la Organización Mundial de la
Salud elaboró un porcentaje de eficiencia del 1 al 100.
En el Cuadro Nº 5 se transcribe el ranking correspondiente
de naciones con sus valores correspodientes.
CUADRO Nº 5
Rank Member State Index Uncertainty
interval
1 France 0,994 0,982 - 1,000
2 Italy 0,991 0,978 - 1,000
3 San Marino 0,988 0,973 - 1,000
4 Andorra 0,982 0,966 - 0,997
5 Malta 0,978 0,965 - 0,993
6 Singapore 0,973 0,947 - 0,998
7 Spain 0,972 0,959 - 0,985
8 Oman 0,961 0,938 - 0,985
9 Austria 0,959 0,946 - 0,972
10 Japan 0,957 0,948 - 0,965
11 Norway 0,955 0,947 - 0,964
12 Portugal 0,945 0,931 - 0,958
13 Monaco 0,943 0,929 - 0,957
14 Greece 0,933 0,921 - 0,945
15 Iceland 0,932 0,917 - 0,948
16 Luxembourg 0,928 0,914 - 0,942
17 Netherlands 0,928 0,914 - 0,942
18 United Kingdom 0,925 0,913 - 0,937
LA EFICIENCIA DE LOS SISTEMAS DE SALUD EN EL MUNDO
26. ECONOMÍA Y SALUD 25
166 Congo 0,354 0,302 - 0,401
167 Democratic People's Republic of Korea 0,353 0,278 - 0,414
168 Namibia 0,340 0,268 - 0,413
169 Botswana 0,338 0,288 - 0,373
170 Niger 0,337 0,266 - 0,416
171 Equatorial Guinea 0,337 0,277 - 0,384
172 Rwanda 0,327 0,268 - 0,389
173 Afghanistan 0,325 0,262 - 0,376
174 Cambodia 0,322 0,234 - 0,392
175 South Africa 0,319 0,251 - 0,374
176 Guinea-Bissau 0,314 0,239 - 0,375
177 Swaziland 0,305 0,234 - 0,369
178 Chad 0,303 0,231 - 0,363
179 Somalia 0,286 0,199 - 0,369
180 Ethiopia 0,276 0,215 - 0,326
181 Angola 0,275 0,198 - 0,343
182 Zambia 0,269 0,204 - 0,339
183 Lesotho 0,266 0,205 - 0,319
184 Mozambique 0,260 0,186 - 0,339
185 Malawi 0,251 0,174 - 0,332
186 Liberia 0,200 0,117 - 0,282
187 Nigeria 0,176 0,094 - 0,251
188 Democratic Republic of the Congo 0,171 0,100 - 0,232
189 Central African Republic 0,156 0,000 - 0,306
190 Myanmar 0,138 0,000 - 0,311
191 Sierra Leone 0,000 0,000 - 0,079
Fuente: Organización Mundial de la Salud. Report 2000
En este ranking que analiza la situación de 191 países la
Argentina se ubica en el lugar 75 con un 72.2% de eficiencia.
Si comparamos la ubicación de otros países del mismo conti-
nente observamos que Argentina, a pesar de ser uno de los
países de América que más gasta en términos de porcentaje
de PBI, se encuentra ubicada por debajo de otros que afectan
menos fondos a la salud. Así por ejemplo Colombia se encuen-
27. 26
tra en el lugar 22 con un 91% de eficiencia, Chile está ubicada
en el lugar 33 con una eficiencia del 87%, Cuba se encuentra
en el puesto 39 con un 83% de eficiencia y Paraguay en el
lugar 57 con un 76.1% de eficiencia.
Por otra parte Estados Unidos, a pesar de ser el país que
gasta mayor proporción de su Producto Bruto Interno en salud,
tiene un desempeño no totalmente eficiente por lo que queda
en el lugar 37 con un porcentaje de 83.8%.
Con referencia a la ubicación en las que se encuentran algu-
nos países europeos, podemos ver que según este reporte
Francia es el país mejor ubicado con un 99.4% de eficiencia,
siguiendo Italia en el segundo lugar con una eficiencia del
99.1% y España en el séptimo puesto con una eficiencia del
97.2%. El caso de Alemania sorprende por ser uno de los
países de Europa que más gasta en términos de porcentaje de
PBI en salud: 10.5 % y sin embargo se ubica en el puesto 25
del ranking con un nivel de eficiencia del 90.2%. Otro caso
similar es el de Suiza que se ubica en el puesto Nº 20, pero si
comparamos el gasto en salud de este país con el de Francia
que se ubica en el puesto Nº 1 vemos que hay una leve
diferencia en las erogaciones del sector salud en términos de
porcentajes de PBI, siendo 0.7% más alto el gasto de Suiza.
Por último observamos que Inglaterra con un gasto del 6.9%
del PBI en salud se encuentra en el puesto Nº 18, mejor ubica-
da que Alemania y Suiza, con una eficiencia del 92.5%.
Del análisis del ranking podemos concluir que las mejores
performances pertenecen a países pequeños y no a grandes
naciones como ser el caso de Estados Unidos o Alemania y
que la mayor eficiencia no necesariamente se logra con mayo-
res erogaciones.
Si bien los componentes analizados para elaborar este ran-
king de eficiencia por parte de la Organización Mundial de la
Salud son adecuados, los resultados presentados dejan márgen
para la duda sobre su certeza, dado que la ubicación relativa
de muchos países se contrapone con la impresión generaliza-
da de quienes tienen experiencia en la comparación del desa-
rrollo y aplicación de los sistemas médicos utilizados en los
diferentes países del mundo.
LA EFICIENCIA DE LOS SISTEMAS DE SALUD EN EL MUNDO
28. ECONOMÍA Y SALUD 27
Indicadores Sanitarios básicos
Un método de análisis comparativo de la situación sanitaria
entre distintos países, mas tradicional y objetivo, es la evalua-
ción de dos indicadores sanitarios fundamentales: la tasa de
mortalidad infantil y la esperanza de vida.
Cuadro Nº 6
Indicadores Básicos
(Organización Mundial de la Salud, The World Health Report, 1999)
Cont. /
País
Habitantes
(millones.)
Tasa de
mort.alidad
infantil
(cada 1000)
Esperanza de
vida en años
(hombres)
Esperanza de
vida en años
(mujeres)
Gasto en
salud total
como % del
PBI (priv. y
publica)
América 802,81 28 69 76 8.6
Argentina 36,12 22 70 77 9,7
Brasil 165,85 42 63 71 7.6
Chile 14,82 13 72 78 6,2
Europa 870,13 21 69 77 7,1
España 39,63 7 75 82 7,7
Inglaterra 58,65 7 75 80 6,9
U.S.A. 274,03 7 73 80 14
Del análisis del Cuadro Nº6 surge que las tasas de mortali-
dad infantil consideradas globalmente en América y Europa
presentan una diferencia no muy significativa entre ambas
29. 28
regiones. Aún así Europa posee una tasa de mortalidad de 21
por cada 1000 nacidos vivos, menor que la de América que es
de 28 por cada 1000.
Sin embargo en España e Inglaterra la misma es de 7, al
igual que en Estados Unidos.
En América Latina tambien el promedio es engañoso, dado
que coexisten países como Brasil con una tasa muy alta de 42
por mil, Argentina con 22, Chile con 13 y Cuba con apenas 7
por mil.
Con respecto al nivel de esperanza de vida el promedio en
América es para los hombres de 69 años y para las mujeres de
76 y en Europa para los hombres es al igual que en América
de 69 años y para las mujeres de 77.
De los países de América seleccionados para este análisis,
Brasil es el que muestra el peor nivel en esperanza de vida que
solo llega en los hombres a 63 años y en las mujeres a 71.
Estos valores son sin duda «arrastrados» hacia abajo por la
alta tasa de mortalidad infantil
La esperanza de vida en Argentina es para los hombres de
70 años y para las mujeres de 77.
En EE.UU. la esperanza de vida alcanza en los hombres a
73 años y en las mujeres a 80.
En Cuba la esperanza de vida es de 69 años para los hom-
bres y de 75 para las mujeres. Estos valores son menores que
los de Argentina, a pesar de tener una fuerte diferencia a favor
en cuanto a mortalidad infantil. Esto es atribuíble a una
priorización de la atención materno- infantil, acompañada de
una menor inversión en la atención de la enfermedad (medicina
y cirugía de alta complejidad).
De los países europeos, en particular, en España es de 75
años para los hombres y de 82 para las mujeres.
Merece mencionarse especialmente el buen nivel de los
indicadores de España y de Inglaterra. En los mismos se ob-
serva una muy baja tasa de mortalidad infantil y una muy alta
esperanza de vida. Esto se realza aún mas cuando se observa
que los indicadores son similares a los de Estados Unidos, con
inversiones y/o gastos comparativamente menores.
LA EFICIENCIA DE LOS SISTEMAS DE SALUD EN EL MUNDO
30. ECONOMÍA Y SALUD 29
La principal conclusión que podemos extraer de los resulta-
dos antes mencionados es que una mayor asignación de recur-
sos no garantiza mejores resultados sanitarios y que la
desagregación del gasto es prefectamente reconocible por me-
dio del análisis de los mismos. Por otra parte tambien permite
identificar las diferentes políticas sanitarias aplicadas en distin-
tos países.
31.
32. EL DESFINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
Para poder mensurar adecuadamente la magnitud relativa y
poder desagregar el monto del desfinanciamiento que padece
el sector salud, vamos a analizar previamente los distintos
subsectores que componen el mismo.
A estos efectos podemos dividir el sistema de salud argenti-
no en seis subsectores: el Público, el de Obras Sociales Pro-
vinciales, el de Obras Sociales Sindicales, el de Obras Sociales
de Personal de Dirección, el PAMI y el de Entidades de Medici-
na Prepaga. No hay cifras que puedan reconocerse como ab-
solutamente exactas a efectos de realizar la descomposición
sectorial del gasto de salud en la Argentina.
A continuación se expone una aproximación a la cantidad de
habitantes que integran cada uno de estos subsectores y las
erogaciones mensuales correspondientes.
• El subsector Público es el de mayor participación relativa
del total (33%), dado que está a cargo de la atención de la
población sin cobertura, que asciende aproximadamente
a 12.000.000 de habitantes. Sus beneficiarios pertenecen
a las categorías C2, C3, D y carenciados. Si estimamos
su gasto anual en 5750 millones de pesos, resultaría una
erogación mensual por beneficiario de $39.80. Dado que
el gasto público tiene las características de un «subsidio a
la oferta» por medio del financiamiento de centros
asistenciales nacionales, provinciales y municipales, ade-
más del costo de las actividades institucionales, la cifra
mencionada no es comparable con las que mencionare-
mos para los otros subsectores.
• El subsector de Obras Sociales Provinciales atiende aproxi-
madamente a 6.000.000 de personas, estando conforma-
do por asalariados con relación de dependencia de los
33. 32
diferentes gobiernos provinciales. La participación relativa
de este subsector es del 16.7%. El valor promedio del
gasto mensual por afiliado es de $27.77.
• El subsector de Obras Sociales Sindicales esta integrado
por 10.750.000 de personas y la erogación mensual por
cada uno de ellas es igual a $17.90. El mismo está con-
formado por asalariados incluidos en convenios colectivos
de trabajo y cuyo perfil es fundamentalmente C1, C2 y
C3. La participación de este subsector en el total es del
29.8%.
• El subsector de Obras Sociales del Personal de Dirección
esta compuesto por 950.000 integrantes siendo las
erogaciones mensuales por cada uno de los mismos
$70,18. El mismo está compuesto por asalariados
jerarquizados y en general fuera de convenios de trabajo.
El nivel de los mismos es A, B y C1. Las entidades en
algunos casos son por rubro o actividad y en otros por
empresa.
• El subsector del PAMI está compuesto por 4.200.000 inte-
grantes y tiene una erogación mensual por beneficiario
igual a $57.50. Este valor no es comparable a los otros
cinco subsectores por cuanto, por motivos de edad, inclu-
ye a personas con una mayor tendencia a la utilización de
los servicios de salud.
• El subsector de Entidades de Medicina Prepaga esta
compuesto por 2.200.000 de asociados y el gasto men-
sual promedio por cada uno de sus beneficiarios ascien-
de a $87.08. Se corresponde con los ingresos más altos
e incluye los niveles A, B y C1. Existe una amplia dis-
persión en las cuotas mensuales que cobran las distintas
entidades, variando para un grupo familiar entre $100 y
$600.
EL DESFINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
34. ECONOMÍA Y SALUD 33
CUADRO Nº 7
Descomposición Sectorial del Gasto en Salud
en Argentina (valores estimados)
Estado 25% 5.750
Seguridad Social 35% 8.000
a) Obras Sociales Sindicales 2.400
b) PAMI 2.800
c) Obras Sociales de Direccion 800
d) Obras Sociales Provinciales 2.000
Gasto de bolsillo 40% 9.200
a) Empresas Medicas Prepagas 10% 2.300
b) Gasto informal y dsembolsos 30% 6.900
De lo anteriormente expuesto surge lo relativo de las informa-
ciones estadísticas, que globalmente “cierran” perfectamente. Al
efectuar un desglose del gasto en salud por subsectores surge
que las diferencias entre sus beneficiarios son importantes.
En efecto, las distancia que separa los $17.90 por mes del
subsector Obras Sociales Sindicales y los $22.77 del subsector
Obras Sociales Provinciales de los $87.08 de las Entidades de
Medicina Prepaga, es mas que evidente para afirmar que el
principio de solidaridad sólo se está cumpliendo escasamente.
La anteriormente expuesto invita al gran desafío de intentar,
con imaginación y conocimiento, una solución a esta falta de
equidad , tanto por parte de los especialistas en salud como de
los economistas.
35. 34
CUADRO Nº 8
Análisis de los subsectores de Salud
Un párrafo aparte merece el análisis del gasto de bolsillo, que
excluyendo las primas de las empresas de medicina prepaga,
alcanzaría a un 30% del gasto total en salud. En este item están
incluídos los gastos por prestaciones médicas y paramédicas
realizados por profesionales ajenos a las cartillas institucionales
o por prestaciones no cubiertas (por ejemplo psicoterapia); el
precio de los coseguros por consultas o prácticas; el porcentaje
farmacéutico ( abitualmente 0%) a cargo del a liado y los medi-
camentos de venta libre; las medicinas alternativas (homeopatía,
iridología, etc.); los gastos de traslado a centros asistenciales y
otros mas.
El 30% mencionado alcanzaría a 6900 millones de pesos
anuales, lo que representa $16.00 por habitante por mes.
El gasto de bolsillo de los argentinos es muy elevado si lo
comparamos con el 4% que representa en Gran Bretaña, el 11%
en Alemania y el 20% en Canadá.
EL DESFINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
36. ECONOMÍA Y SALUD 35
Hay otros dos componentes del gasto en salud que merecen
ser analizados en forma comparativa: el gasto farmacéutico y el
gasto administrativo.
Gasto farmacéutico: en Argentina es muy elevado, alcanzan-
do aproximadamente al 30% del gasto total en salud. En Esta-
dos Unidos, a pesar de la tendencia de sus habitantes al con-
sumo de medicamentos, representa el 28% y en Europa el
porcentaje oscila entre el 15% y 20% de acuerdo al país. La
alta incidencia de este gasto depende fundamentalmente del
elevado precio de los medicamentos, que desde el comienzo
de la convertibilidad en 1991 aumentaron globalmente mas del
100%, en tanto que el total de unidades vendidas disminuyó el
10%. La única alternativa para remediar esta situación es im-
plantar la obligación de prescribir por «genéricos», lo que ha de
representar una auténtica desregulación del sector. Esta medi-
da se debe acompañar, necesariamente, de una estricta obli-
gación de controlar los estandares de calidad.
Gasto administrativo: el porcentaje máximo permitido por la
Ley 23661 para gastos administrativos de las obras sociales es
del 8% (monto que habitualmente es superado), en tanto que
en las empresas de medicina prepaga se calcula en el 14%.
Frente a estos valores en Canadá se gasta el 1% en adminis-
tración y en Estados Unidos el 6%.
El monto del desfinanciamiento y sus posibles soluciones
Una evaluación completamente conservadora, que estime
en tres meses el desfasaje financiero, representa un monto
adeudado a la fecha de alrededor de $2.420 millones. Este
dato marca realmente la magnitud de la crisis del sector que
estamos viviendo.
37. 36
CUADRO Nº 9
Monto estimado a la fecha de la deuda de los distintos subsectores
Millones de $
Obras Sociales Sindicales 600
Obras Sociales Provinc. 500
Obras Sociales de Direc. 70
PAMI 700
Entidades de Medicina
Prepaga
550
2.420
En esta situación es absolutamente peligroso el esquema de
«sálvese quien pueda». El esquema «si yo no cobro, no pago»,
que viene funcionando en el sector salud desde hace unos
años, provoca un desgranamiento no relacionado con la cali-
dad del servicio prestado, dejando fuera del sistema a entida-
des con excelencia profesional y vocación de servicio y permi-
tiendo subsistir a quienes tienen como única virtud la habilidad
financiera.
Lo anteriormente expuesto ha determinado un sin número
de convocatorias y quiebras tanto en clínicas como en todo tipo
de prestadores.
En el caso de los médicos, son afectados individualmente
porque sus magros ingresos recien son percibidos con muchos
meses de demora.
Esta terrible situación no puede resistir mucho tiempo más.
Entendemos que es imprescindible adoptar medidas a efectos
de resolver:
a) La situación de crisis actual del sector.
EL DESFINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
38. ECONOMÍA Y SALUD 37
b) Los marcos normativos y de control para el futuro.
c) La complicada situación financiera de muchas entidades
mediante la refinanciación de sus pasivos.
d) El apoyo para fusiones, asociaciones o fusiones por ab-
sorción de obras sociales.
A efectos de resolver la refinanciación de los pasivos existen
a priori dos alternativas.
La primera de ellas considerando la actual situación del país
se considera más teórica que práctica. En efecto, se podría
asimilar a la consolidación de deuda que se utilizó a efectos de
cancelar las deudas vigentes a cada momento por parte del
Estado Nacional. El desarrollo de esta variante representa un
ejercicio intelectual por cuanto sería bastante absurdo, confor-
me la situación fiscal de la República Argentina, pensar en una
ayuda para el sector salud del orden de los $2.000 millones
contra partidas presupuestarias.
Una segunda variante de características más reales sería la
constitución de un Fondo Fiduciario. Este esquema se podría
agregar como incentivo a las fusiones y asociaciones de Obras
Sociales.
Serían refinanciados, mediante dicho Fondo, la totalidad de
los pasivos existentes a determinada fecha de las Obras Socia-
les que opten por fusionarse o asociarse entre sí. De esta forma
se evitará la «mochila» que significa su abultado endeudamiento
que debe mejorarse en una forma efectiva y definitiva.
Este Fondo Fiduciario podría ser administrado por un fiducia-
rio con el perfil de una entidad financiera de intachable presti-
gio internacional.
El fiduciario debería titularizar los bonos y colocarlos en el
mercado financiero local o extranjero. Con el resultado de la
emisión de bonos el fiduciario podrá cancelar los pasivos de las
Obras Sociales que se determinen conforme a pautas especifi-
cas. Los títulos estarían respaldados por la generación de los
ingresos correspondientes a un porcentaje de los aportes y
contribuciones.
39. 38
Como complemento a lo anteriormente mencionado, debería
incluirse una serie de indicadores que permitan el seguimiento
de los pasivos de las Obras Sociales a efectos de que se
encuentren bajo un control permanente.
EL DESFINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
40. LA SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD
En 1996 se firmó el decreto 1615/96 por el que se fusiona-
ban la Administración Nacional del Seguro de Salud
(ANSSAL), el Instituto Nacional de Obras Sociales (INOS) y
la Dirección Nacional de Obras Sociales (DINOS), constitu-
yéndose así la SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SA-
LUD como organismo descentralizado de la Administración Pú-
blica Nacional en jurisdicción del Ministerio de Salud y Acción
Social. Se creó para ser un ente de supervisión, fiscalización y
control de los agentes que integran el Sistema Nacional de
Seguros de Salud.
Por el artículo 4º de dicho decreto, la Superintendencia ha
asumido las competencias, objetivos, funciones, facultades, de-
rechos y obligaciones de las entidades fusionadas, las que
vienen a sumarse a las que son las nuevas misiones:
• La fiscalización del cumplimiento del PMO (Programa Mé-
dico Obligatorio)-Art.5º
• El control del cumplimiento de los artículos 15º y 16º del
decreto 578/93 en lo que hace al Hospital Público de
Autogestión- Art. 6º
• El cumplimiento del Programa Nacional de Garantía de
Calidad de la Atención Médica - Art. 7º
• La supervisión del ejercicio del Derecho de Opción de los
Beneficiarios
En su carácter de ente de regulación y control tiene el deber
de asegurar el cumplimiento de las políticas del área para «la
promoción, preservación, y recuperación de la salud de la
población y la efectiva realización del derecho a gozar las
prestaciones de salud establecidas en la legislación».
41. 40
Se ha implementado de esta forma un solo ente para el
contralor de las acciones de salud, suprimiendo de su esfera
de competencia la distribución de fondos entre las Obras So-
ciales. De este modo se alcanza una mayor identidad como
órgano de fiscalización, pues se independizan las tareas de
contralor de las de financiación alejándose de operaciones que
estaban sujetas a su propio examen.
Conforme con esta misión la Superintendencia ha desarrolla-
do una tarea reguladora y reglamentaria de los servicios de
salud, procurando afianzar el equilibrio en las relaciones entre
usuarios, prestadores y financiadores.
En este sentido se ha desarrollado una profunda tarea nor-
mativa dictándose resoluciones de alcance general sobre la
base de los principios descriptos.
Como segunda etapa la Superintendencia debe consolidar
su acción, efectivizando el control sobre los Agentes del Segu-
ro de Salud y eventualmente sobre las empresas de medicina
prepaga que pudieran incorporarse. Esto constituye un verda-
dero desafío para el Organismo, desde que por primera vez las
entidades referidas, estarían sometidas a controles de carácter
prestacional en sus planes médicos y acreditación de calidad,
así como en materia administrativa contable financiera.
Entidades controladas por la Superintendencia
Las Obras Sociales son aquellas entidades de la seguridad
social que tienen la responsabilidad de administrar las presta-
ciones médico asistenciales que satisfagan las contingencias
relacionas con la salud de una determinada población.
A febrero de 1999 estas entidades brindaban prestaciones
de salud a aproximadamente 10.750.000 de beneficiarios, ex-
cluyéndose de este cómputo al sector pasivo.
Las Obras Sociales son agentes de un mecanismo de pro-
tección, que socializa los riesgos propios de la vida y los atien-
de con los recursos financieros que recibe de su población
beneficiaria.
LA SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD
42. ECONOMÍA Y SALUD 41
Los Agentes del Seguro de Salud son las Obras Sociales,
cualquiera sea su naturaleza o denominación y demás entida-
des que adhieran al sistema del Seguro de Salud, el que con
los alcances de un seguro social, fue creado a efectos de pro-
curar el pleno goce del derecho a la salud para todos los habi-
tantes del país sin discriminación social, económica, cultural o
geográfica dentro del marco de una concepción integradora del
sector salud por las leyes 23.660 y 23.661.
Su objetivo fundamental es proveer el otorgamiento de pres-
taciones de salud igualitarias, integradas y humanizadas.
La entidades sujetas al control de la Superintendencia son
las siguientes:
- Las Obras Sociales del Artículo 1º de la Ley 23.660
• Las Obras Sociales Sindicales correspondientes a las Aso-
ciaciones gremiales de trabajadores con personería gre-
mial, signatarias de convenios colectivos de trabajo. (Art.
1º inc. a)
• Los Institutos de Administración Mixta, las Obras Sociales
y las reparticiones u organismos que teniendo como fin lo
establecido en la ley 23.660, hayan sido creadas por Le-
yes de la Nación. (Art. 1º inc. b)
• Las Obras Sociales de la Administración Central del Esta-
do Nacional, sus organismos autárquicos y descentraliza-
dos. (Art. 1º inc. c)
• Las Obras Sociales de las empresas y sociedades del
Estado. (Art. 1º inc. d)
• Las Obras Sociales del personal de Dirección y de las
Asociaciones profesionales o empresarias. (Art. 1º inc. e)
• Las Obras Sociales constituidas por consenso con empre-
sas privadas o públicas y las que fueron originadas a
partir de la vigencia del Art. 2º inc. g) punto 4 de la ley
21.476. (Art.1º inc. f)
43. 42
• Las Obras sociales del Personal Civil y Militar de las Fuer-
zas Armadas, de Seguridad, Policía Federal Argentina,
Servicio Penitenciario Federal y los retirados, jubilados y
pensionados del mismo ámbito. (Art.1º inc. g)
• Toda entidad creada o a crearse que no encuadrándose
en la enumeración precedente, tenga como fin lo estable-
cido por dicha ley. (Art.1º inc. h)
- Las entidades del artículo 15º de la Ley 23.661 sobre el
Sistema Nacional del Seguro de Salud.
- Las entidades del Artículo 14º de la Ley 23.660, que son las
Asociaciones de Obras Sociales.
- Las entidades del artículo 16º de la Ley 23.661, que son las
Mutuales que se inscriban en el Registro Nacional de Agentes
del Seguro.
LA SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD
44. LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
A once años de vigencia de las Leyes 23.660 y 23.661 es
necesario replantear los paradigmas del sistema de obras so-
ciales para que el mismo sea viable y se aleje el peligro de
comprometer la atención de la salud-enfermedad a casi una
tercera parte de la población argentina.
CUADRO Nº 10
Población Beneficiaria
POBLACION BENEFICIARIA
Titulares Obligatorios 4.026.200
Familiares Ordinarios 6.331.338
Familiares Extraordinarios 157.477
TOTAL BENEFICIARIOS EN ACTIVIDAD 10.515.015
Titulares Jubilados 326.208
Familiares Ordinarios 156.693
Familiares Extraordinarios 7.152
TOTAL BENEFICIARIOS JUBILADOS 490.053
Titulares Voluntarios 241.232
Familiares Ordinarios 350.619
Familiares Extraordinarios 11.935
TOTAL BENEFICIARIOS VOLUNTARIOS 603.786
POBLACION TOTAL 11.608.854
En el cuadro expuesto se muestra como esta compuesta la
población beneficiaria del Sistema Nacional del Seguro de Sa-
lud, agrupada por tipo de beneficiario y discriminada en titula-
res y familiares.
45. 44
Según datos del Volumen 2 de Obras Sociales. Información
General del Sistema, editado por la Superintendencia de Servi-
cios de Salud, el total de beneficiarios es de 11.608.854 perso-
nas, de las cuales 4.593.640 son titulares, 6.838.650 familiares
ordinarios y 176.564 familiares extraordinarios. Si hacemos la
relación titulares/familiares, vemos que por cada titular hay 1,5
familiares, lo que significa que el grupo familiar promedio co-
rresponde a 2,5 personas.
El 90.6% de los afiliados se encuentran en actividad. En esta
categoría de afiliados hay 4.056.200 titulares o sea aportantes
y 6.488.815 familiares entre ordinarios y extraordinarios.
Los beneficiarios jubilados son 490.053, conformando el
4.2% del total, de los cuales 326.208 son titulares y 163.845
familiares.
Por último los beneficiarios voluntarios (o sea adherentes)
son 603.786 lo que representa el 5.2% del total. Los titulares
voluntarios son 241.232 y los familiares ordinarios y extraordi-
narios 362.554.
En el cuadro siguiente se observa la distribución de las
Obras Sociales segun la cantidad de afiliados. Existen 198
Obras Sociales que tienen menos de 25.000 afiliados. Las
que tienen entre 25.000 y 50.000 afiliados son 24, las que
tienen entre 50.000 y 100.000 afiliados son 17 y las que tie-
nen más de 100.000 son 27. Esto significa que hay pocas
Obras Sociales grandes, con masa crítica suficiente para cum-
plir adecuadamente con sus obligaciones, y muchas Obras
Sociales pequeñas.
LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
46. ECONOMÍA Y SALUD 45
CUADRO Nº 11
Distribución de Obras Sociales por Cantidad de Afiliados
0
50
100
150
200
250
Hasta 25.000 25.000 a 50.000 50.000 a 100.000 más de 100.000
Rango de Afiliados
CantidaddeObrasSocialesporRango
Es importante destacar el reacomodamiento que ha sufrido
el universo de obras sociales durante los últimos diez años.
En el Cuadro Nº 12 se detallan cuales son las 10 principales
Obras Sociales, conforme la cantidad de beneficiarios con que
cuenta cada una.
Es notable considerar como las actividades del desarrollo y
de la industria han dejado de tener un nivel de importancia
comparado con las del comercio y/o servicios. Es llamativo
que tanto la construcción como la industria metalúrgica en el
año 2001 representan individualmente menos del 50% con res-
pecto a la Obra Social de Empleados de Comercio. Excluyendo
a la Obra Social de Trabajadores Rurales y a la Obra Social de
Personal de Dirección nos encontramos con que 7 de las 8
restantes representan actividades de comercio y/o servicio.
Si este mismo cálculo lo hubiéramos hecho, por ejemplo, 25
años atrás la mayor cantidad de beneficiarios se hubiera en-
contrado en SMATA, Metalúrgicos u obras sociales de empre-
sas del Estado.
47. 46
CUADRO Nº 12
OBRAS SOCIALES BENEFICIARIOS
OSECAC 1.401.235
Osprera 890.811
OSDE 831.869
Pers. de la Construcción 601.938
Pers. Industria Metalúrgica 514.355
Actividad Docente 493.084
Bancarios 368.573
Pers. de la Sanidad 334.222
Acción Social de Empresarios 288.373
Conductores de Transporte 256.096
TOTAL 5.980.556
Causas del desfinanciamiento de las obras sociales
El desfinanciamiento del sistema de obras sociales obedece
a numerosas causas, intrínsecas y extrínsecas, cuyo reconoci-
miento y análisis es el paso previo a proponer las soluciones
que puedan ayudar a superarla.
Las siguientes son las causas mas importantes :
1. La distribución del ingreso en nuestro país ha sufrido un
cambio muy importante en los últimos 10 años. La partici-
pación del sector asalariado ha disminuido del 47% al
32%, determinada por un estancamiento y aún retroceso
de los ingresos y un desempleo creciente. Esta disminu-
ción no buscada ni deseada puede atribuirse a la moder-
nización del país y a la progresiva globalización económi-
ca. La caída global del ingreso del sector ha provocado
necesariamente una caída en el monto de los aportes y
contribuciones con que se financia el sistema.
2. La disminución del 1%de los aportes patronales, justifica-
da como un incentivo para la inserción laboral, ha provo-
cado una mayor disminución de los ingresos del sistema.
LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
48. ECONOMÍA Y SALUD 47
Esta caída puede estimarse en el orden de los 300 millo-
nes de pesos anuales.
3. El crónico problema de la evasión de las obligaciones
fiscales se ha ido haciendo mas crítico en la medida que
la situación macroeconómica se ha deteriorado. Esta cir-
cunstancia no afecta por igual a todas las obras sociales.
Aquellas que agrupan trabajadores de un número relativa-
mente escaso de empresas perfectamente identificables
tienen acotados los porcentajes de morosidad, en tanto
que las relacionadas con un universo mayor tienen serias
dificultades de recaudación.
4. La reciente desregulacion del sistema de obras sociales,
que permite opciones de cambio, ha tenido un efecto no
deseado al provocar la movilización de los trabajadores
con mayores ingresos. Si bien esta “reorganización inter-
na” es positiva al premiar a las que brindan mayor calidad
de servicio, desestabiliza el sistema. Es por ello que debe
preveerse su solución por medio de la fusión o consolida-
ción de Obras Sociales.
5. El sistema de obras sociales no puede permanecer ajeno
al aumento de los costos asistenciales. La incorporación
incesante de tecnología diagnóstica, de nuevos recursos
terapéuticos y el aumento del gasto farmacéutico (duplica-
do en los últimos 10 años) han incrementado
significativamente los egresos, sin correlato simultáneo de
los ingresos.
La progresiva adhesión a los contratos por capitación ha
tenido como propósito la transferencia del riesgo financie-
ro, a riesgo de prácticas de sub prestación y discontinui-
dad de los servicios. Esta última situación es consecuen-
cia directa del estrangulamiento económico del sector
prestador.
6. El Programa Medico Obligatorio (P.M.O.), cuyos objetivos
de ampliación de la cobertura y de reafirmación de los
principios de equidad y calidad en la atención de la salud-
49. 48
enfermedad son dignos de mención, incrementa los cos-
tos al exigir al sistema mayores prestaciones, sin prever
los recursos para su financiamiento.
7. El numero excesivo de obras sociales permitido por el
sistema al reconocerlas por rama de actividad (290 en la
actualidad, de las cuales mas de 200 no alcanzan a tener
10.000 beneficiarios) representa una multiplicación de gas-
tos administrativos y de gestión, que en la mayoría de las
instituciones supera ampliamente el 8% permitido por la
Ley 23.661.
Propuestas de gestión y control
Si consideramos con un criterio absolutamente conservador
que el desfasaje promedio en el pago de sus obligaciones por
parte de las Obras Sociales asciende a tres meses, podemos
calcular que el desfinanciamiento estimado del sistema de Obras
Sociales asciende a 600 (seiscientos) millones.
Este desfinanciamiento ocasiona graves problemas al siste-
ma en sí. Afecta a las obras sociales, a los prestadores y a la
comunidad en su conjunto.
Ante un desfinanciamiento de esta magnitud, las consecuen-
cias inmediatas son:
• Problemas financieros en las obras sociales.
• Problemas financieros en los prestadores.
• Falta de pago de las obligaciones fiscales ( impositivas y/
o previsionales).
• Caída en la calidad de los servicios.
• Sobrefacturación por parte de los prestadores, previendo
desfasajes financieros a efectos de “cubrirse”.
• Una mezcla de los puntos previamente enunciados.
Lo anteriormente descripto ha determinado progresivamente
un desgranamiento en todo el sistema. Las obras sociales
inscriptas en el Registro Nacional de Obras Sociales a enero
LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
50. ECONOMÍA Y SALUD 49
de 1994 eran 361 (trescientos sesenta y uno). Desde entonces
han ocurrido 26 altas y 97 bajas. Esto implica que las Obras
Sociales a marzo de 1999 (Volumen 1 de Obras Sociales. Infor-
mación General del Sistema, publicado por la Superintendencia
de Servicios de Salud) sumaban un total de 290.
Como comentario de lo anteriormente expresado, surge que
ha disminuido en 71 el número de obras sociales en los últimos
años, pero lo mas grave que debe señalarse es que esto no
significa que las 290 vigentes no tengan problemas, sino todo
lo contrario.
Es por ello que debe preveerse la resolución de estos incon-
venientes por medio de soluciones que involucran aspectos
económicos, financieros y legales.
Para lograr una adecuada fiscalización administrativo -finan-
ciero- contable es fundamental considerar los siguientes puntos:
• Las estructuras presupuestarias de las entidades fiscali-
zadas y su ejecución.
Deben instrumentarse controles sobre las estructuras pre-
supuestarias con criterios realistas que permitan detectar
con suficiente anticipación sus desvíos.
• Las relaciones entre gastos asistenciales y administrativos.
Tal como ya se expresara anteriormente, la incidencia de
los gastos administrativos debe disminuirse en pos de una
mayor eficiencia, para permitir que las erogaciones reali-
zadas en el sistema se traduzcan en un mejoramiento
efectivo de las prestaciones.
• El equilibrio entre las ecuaciones contractuales de servi-
cios y los recursos del Agente del Seguro.
La verificación de los aspectos contractuales debe prever
que no existan cláusulas y/o ecuaciones económicas que
a priori perjudiquen la estructura económica, financiera o
legal de la Obra Social.
• La obligación de contar con capitales mínimos, fondos de
reservas y/o técnicos.
51. 50
Deben instrumentarse sistemas confiables que verifiquen
el cumplimiento y la responsabilidad patrimonial de los
actores.
• La atención del débito automático respecto a créditos de
los Hospitales Públicos de Autogestión.
No obstante que desde el punto de vista doctrinario este
sistema ha sido mencionado como un logro realizado, des-
de el punto de vista práctico debe instrumentarse en la
totalidad del sistema y con un costo mínimo de adminis-
tración.
• La instrumentación de un plan único de cuentas.
Tal como ocurre en la actividad bancaria, de seguros, de
A.R.T. y de A.F.J.P. todo lo referido a la salud tiene tal
característica individual y autónoma que justifica plena-
mente la implementación de un plan contable único para
todo el sistema.
Opción de cambio
El derecho a la opción de cambio nace a través del proceso
de desregulación de las Obras Sociales, con el decreto 9/93
que establece en el artículo 1º que «los beneficiarios compren-
didos en los artículos 8º y 9º de la ley 23.660 tendrán libre
elección de Obra Social». El principal propósito de esta Ley fue
crear una mayor competencia en el Sistema de Obras Sociales,
lo que contribuiría a una mayor calidad y eficiencia en el servicio.
El proceso de opción se acompañó de la eliminación de las
coberturas múltiples, así como de la unificación de los aportes
y contribuciones por obra social.
La libertad de elección se hizo también extensiva para los
jubilados, creándose un registro para la atención médica de
jubilados y pensionados en el que pueden inscribirse las obras
sociales que quieran recibir jubilados y pensionados de la pro-
pia actividad u otra.
LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
52. ECONOMÍA Y SALUD 51
Según el decreto 504/98 los que pueden hacer uso del dere-
cho de opción son los beneficiarios titulares de las Obras So-
ciales que están incluidas en el artículo 1º de la ley 23.660 inc.
a) b) c) d) f) y h) con más de un año de antigüedad en su
actividad. Es requisito para poder optar tener un salario supe-
rior a $240.
Se puede ejercer la opción de cambio en cualquier momento
del año, pero solo una vez por año.
Según lo informado por la Superintendencia de Servicios de
Salud en el año 1997 optaron por cambiar de obra social
143.701 afiliados titulares, lo que representa el 3% de la pobla-
ción beneficiaria. En 1998 lo hicieron 39.787 o sea el 1%, pero
si juntamos este año con los primeros 5 meses de 1999 se
registraron 201.340 opciones de cambio. La población total que
no optó a Mayo de 1999 fue de 3.725.038.
Según datos del ANSESS a Mayo de 1999 los titulares que
ejercieron la opción de cambio fueron 345.041, lo que muestra
que solo el 7.5% ejerció la misma. Si esto se toma como medi-
da de satisfacción del usuario se podría concluir que la deman-
da está satisfecha. Esto en la realidad no es así y puede estar
más vinculado con un efecto acostumbramiento, el temor al
cambio o el desconocimiento de la posibilidad.
Dentro de los que optaron por el cambio, si analizamos por
separado a los titulares de ingresos menores a $1.000 de los
que ganan más de $1.000, podemos ver que el porcentaje de
titulares con salario menor a $1.000 es del 78.2% en tanto que
el porcentaje de los titulares con ingresos mayores a $1.000 es
de 21.8%. Sin embargo al analizar los traspasos de este grupo
de beneficiarios, verificamos que alcanza al 55% del total. Esto
se puede entender como una búsqueda de mayor satisfacción
de los beneficiarios con mayores ingresos. Tal vez la razón de
este fenómeno es una mayor accesibilidad a la información.
Una consecuencia no deseada de la opción de cambio es
que los afiliados de mayor poder adquisitivo emigren de una
obra social y que ingresen otros de bajo poder adquisitivo. Esto
podría causar un desfinanciamiento y en consecuencia la obra
social entraría en estado de crisis.
53. 52
Una perversión de la opción son las campañas promocionales,
públicas o solapadas, con el propósito de promover el cambio
de los asalariados con mayores ingresos hacia determinadas
obras sociales gerenciadas por empresas de medicina prepaga.
Esto es lo que vulgarmente se conoce como «descreme» del
sistema. Esta práctica atenta frontalmente contra el principio
de solidaridad que dio origen al sistema.
LA CRISIS DE LAS OBRAS SOCIALES
54. LA INSOLVENCIA DE LOS PRESTADORES
Cuando se habla del sistema de salud y de la desregulacion
del mismo, pocas veces se tiene en cuenta un actor importan-
te: los prestadores.
Los mismos son una pieza importante del sistema de salud y
pocas veces se les presta la atención y ayuda necesaria; por el
contrario, generalmente a la hora de ajustar el presupuesto son
los primeros perjudicados.
Clínicas y Sanatorios
La situación de muchas Clínicas y Sanatorios es preocupan-
te, ya que muchas han quebrado y las que quedan prestan
servicios cada vez más deficientes por la falta de insumos y de
incorporación y renovación de tecnología
Las Clínicas y Sanatorios atienden el 60% de los pacientes
de la seguridad social y el 100% de los afiliados a las prepagas.
El mayor problema que enfrentan es la deuda millonaria que
los administradores de cartera tienen con ellas. El
desfinanciamiento es del orden de los $1.800 millones, dentro
del cual las obras sociales sindicales adeudan 600 millones, las
obras sociales provinciales y municipales $ 500 millones y el
PAMI $ 700 millones.
Es lógico que con la deuda acumulada los servicios de los
prestadores sean deficientes y lo que es aún peor, muchos
cierren sus puertas. Asegura Norberto Larroca, titular de la Con-
federación de Clínicas y Sanatorios de la República Argentina,
que en los últimos cinco años cerraron no menos de 400 cen-
tros asistenciales y que el grueso de los que quedan «están
concursados o con serios problemas económico -financieros».
Además dice que ellos son «la variable de ajuste permanen-
te. Cuando a una Obra Social ya sea gremial, provincial o el
55. 54
propio PAMI, le piden que ajuste sus números el recorte cae
sobre los prestadores. Cuando una prepaga tiene que bajar
costos, siempre poda los precios nuestros. Y con este mecanis-
mo la conclusión del proceso es casi obvia: primero servicios
cada vez peores y después cierre del establecimiento».
CUADRO Nº13
Establecimientos Asistenciales
SECTOR OFICIAL OBRAS SOCIALES
PROVINCIA Sin Con Sin Con
Internación Internación Internación Internación
Total país 5.740 1.231 167 55
Ciudad de Bs. As. 12 41 43 17
Buenos Aires 1.400 256 28 15
Córdoba 579 144 5 5
Formosa 153 34 - -
Jujuy 195 20 - -
Tierra del Fuego 10 3 6 -
CUADRO Nº 14
Establecimientos asistenciales
TOTAL GENERAL SECTOR PRIVADO
PROVINCIA Sin Con Sin Con
Internación Internación Internación Internación
Total país 12.775 3.310 6.852 2.021
Ciudad de Bs. As. 1.024 180 969 122
Buenos Aires 3.009 816 1.579 543
Córdoba 988 573 404 424
Formosa 177 69 24 35
Jujuy 291 48 96 28
Tierra del Fuego 35 6 19 3
LA INSOLVENCIA DE LOS PRESTADORES
56. ECONOMÍA Y SALUD 55
Analizando los cuadros 13 y 14 podemos afirmar que el
54% de los establecimientos asistenciales sin internación co-
rresponde al sector privado, el 45% al sector oficial y el 1% a
las obras sociales. En el caso de los establecimientos con inter-
nación el sector privado posee el 61%, el sector oficial el 37% y
las obras sociales el 2%. Es evidente que las obras sociales
prefieren tercerizar las prestaciones médico-asistenciales y es
por eso que tienen pocos establecimientos de su propiedad.
El mayor problema reside en que estos porcentajes no están
distribuidos en forma equivalente en todas las provincias. Por
ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires el 95% de los estableci-
mientos asistenciales sin internación pertenece al sector priva-
do, mientras solo el 1% pertenece al sector público y el 4% a
las obras sociales. En cambio tomando como ejemplo una de
las provincia más pobres, como ser Formosa, podemos obser-
var que estos porcentajes son totalmente distintos. En Formosa
de los establecimientos asistenciales sin internación sólo el
13.5% es privado y el 86.5% público, sin existir ningún estable-
cimiento asistencial perteneciente a obras sociales. Esta com-
paración nos muestra lo injusto y desigual que es nuestro Sis-
tema de Salud, en el cual cuanto más pobre es la provincia
menos se invierte en ella.
Es lógico que en el mundo de los negocios esto sea un
principio importante, porque los mismos deben ser rentables,
pero de lo que estamos hablando es del mercado de la salud
en el cual se deben tener en cuenta otros parámetros. Como
se dijo anteriormente en este sector debe primar la solidaridad,
la igualdad y la accesibilidad. Esto sólo es posible por medio
de un Sistema de Salud, cuyos prestadores sean, en su mayo-
ría, organizaciones sin fines de lucro, tal como ocurre en otros
países (por ejemplo Canadá y Japon).
Según datos del Ministerio de Salud y Acción Social en 1955
había en el país un total de 155.749 camas, con una relación
de 4,55 camas/1000 habitantes. El 54% de las camas corres-
pondía al subsector público, el 43,2% al subsector privado y el
2,8% era propiedad de las obras sociales.
57. 56
En el cuadro 15 podemos ver el promedio de camas dispo-
nibles en establecimientos asistenciales del subsector públi-
co. Se puede observar que su distribución no es homogénea
y que la mayor concentración se encuentra en unas pocas
provincias.
CUADRO Nº 15
Los recursos humanos en salud
Otro tema que afecta al buen funcionamiento del sistema es
la cantidad relativa de los recursos humanos empleados en la
atención de la salud
Argentina es uno de los países con mas médicos por habi-
tante de América y Europa. Cada 1000 habitantes hay tres
médicos, cuando el promedio en América es de 2 médicos
cada 1000 habitantes y en Europa de 1.5.
LA INSOLVENCIA DE LOS PRESTADORES
58. ECONOMÍA Y SALUD 57
El problema es que no hay suficientes enfermeras. La canti-
dad de enfermeras en nuestro país es de 4.5 cada 1000 habi-
tantes. Si comparamos con Canadá que tiene un total de 98
enfermeras y 2 médicos cada 1000 habitantes, podemos supo-
ner que una de las causas de la deficiencia en la atención
médica es el exceso de médicos y la falta de enfermeras.
CUADRO Nº 16
Médicos por Habitantes
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
Argentina
Francia
Noruega
USA
Canada
ReinoUnido
Brasil
Chile
Medicos por 1000
habitantes
59.
60. CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS
PROBLEMAS DE SALUD
Argentina tiene una superficie de 2.780.400 Km2, con una
población de 36,1 millones de habitantes (1998) y una densi-
dad media de población de 12,8 habitantes por Km2.
El país tiene un serio problema demográfico ya que el 88%
de la población vive en áreas urbanas y más del 50% en las
cinco ciudades más grandes del país.
Si a esta alta urbanización le sumamos el diferente grado de
desarrollo regional y distintas condiciones climáticas tenemos
como resultado una gran heterogeneidad en la situación en
que se encuentran las distintas provincias del país.
Para darnos una idea de las diferencias que acabamos de
mencionar evaluaremos dos indicadores representativos de la
situación de cada provincia: los hogares con Necesidades Bá-
sicas Insatisfechas (NBI) y la provisión de Servicios de Sanea-
miento Básico. La comparación de estos valores con las cifras
de Mortalidad Infantil nos ha de permitir comprender la trascen-
dencia que tienen las causas no asistenciales en la génesis de
los problemas de salud.
Se define como hogar con Necesidades Básicas Insatisfe-
chas aquel que presenta alguno de los siguientes indicadores
de privación:
• Hacinamiento: hogares que albergan más de 3 ó 4 perso-
nas por cuarto.
• Vivienda: hogares que utilizan viviendas de tipo inconve-
niente (pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo)
• Condiciones Sanitarias: hogares que no tienen ningún tipo
de retrete.
• Asistencia Escolar: hogares que tienen algún niño en edad
escolar que no asiste a la escuela.
61. 60
• Capacidad de subsistencia: hogares que tienen 4 ó mas
personas por miembro ocupado y además cuyo jefe
tiene bajo nivel de educación.
Según datos obtenidos por el INDEC las provincias con los
porcentaje más altos de hogares con Necesidades Básicas In-
satisfechas son las de la Región Noreste del país. En primer
lugar se encuentra Formosa con un 39.1%, luego Santiago del
Estero con 38.2%, Salta con 37.1%, Chaco con 36.5%, Jujuy
con 35.5%, Misiones con 33.6%y Corrientes con 31.4%. Si
estos porcentajes los comparamos con los de las provincias
más ricas y urbanizadas podemos visualizar claramente las
diferencias existentes. Por ejemplo, Córdoba posee 15.1% de
hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas, Buenos Aires
17.2% y Mendoza y Santa Fé 17.6%.
Los porcentajes de hogares con Necesidades Básicas Insa-
tisfechas en las provincias patagónicas se encuentran en un
nivel medio entre las provincias del norte y las mas desarrolla-
das.
Los datos del siguiente cuadro fueron extraídos del INDEC y
corresponden al Censo realizado en el año 1991.
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
62. ECONOMÍA Y SALUD 61
CUADRO Nº 17
Necesidades Básicas Insatisfechas (1991)
Otro de los factores que influyen en la calidad de vida y a su
vez en la salud de la población es la provisión de alguno de los
Servicios de Saneamiento Básico en cada hogar. Los dos Ser-
vicios Básicos son:
- Servicio de Agua Potable: Identifica a los hogares que
tienen provisión de agua a red pública por cañería dentro
de la vivienda o terreno (no se incluyen otras formas de
abastecimiento de agua, como las provenientes de perfo-
ración con bomba a motor o manual porque los datos
censales son insuficientes para establecer rigurosamente
la potabilidad del agua en estos casos).
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Formosa
Chaco
Catamarca
Jujuy
Corrientes
San Juan
Misiones
Salta
San Luis
Entre Rios
Tucuman
La Rioja
Chubut
Buenos Aires
Mendoza
Santiago del Estero
Santa Fe
Cordoba
Santa Cruz
Rio Negro
Neuquen
Ciudad de Bs. As
La Pampa
Tierra del Fuego
Provincias
Serie1
63. 62
- Servicio de Desagüe Cloacal a Red Pública: Identifica a
los hogares que poseen retrete con descarga a red públi-
ca de uso exclusivo o compartido con otro hogar.
CUADRO Nº 18
Provincia Servicio de Desagüe Servicio de
Cloacal a red
pública
agua potable
Región Noreste
Formosa 18,8 50,9
Chaco 12,7 49,5
Corrientes 28,7 59,9
Misiones 7,1 33,8
Región Noroeste
Santiago del
Estero
13,9 50,9
Salta 42,7 70,4
Catamarca 21,8 80,5
Jujuy 35,2 72,7
San Juan 12,2 80,4
Tucumán 32,8 77,2
La Rioja 21,8 83,1
Región Centro
San Luis 27,3 76,4
Entre Ríos 34,1 72
Buenos Aires 31,4 54,5
Mendoza 37,3 77,1
Santa Fe 27,5 67,5
Córdoba 14,5 75,2
Ciudad de Bs.As. 94,9 97,7
La Pampa 31,4 65,5
Región Sur
Chubut 48,6 89,5
Santa Cruz 47,6 92,3
Río Negro 33,8 80
Neuquén 33,3 86,8
Tierra del Fuego 76,7 90,4
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
64. ECONOMÍA Y SALUD 63
Nuevamente las provincias del Norte del país son las más
deficientes en Servicios de Saneamiento Básico. Según el
INDEC en el año 1991 las provincias de Formosa, Chaco,
Corrientes, Misiones y Santiago del Estero tenían los porcenta-
jes más bajos de hogares con servicios de saneamiento básico.
El cuadro Nº 18 contiene los datos correspondientes a cada
provincia.
En nuestro país el 25% de la población vive en niveles de
pobreza. Comparando a la Argentina con países vecinos como
Brasil y Chile, nos encontramos peor que Chile que posee un
20.5%, pero mejor que Brasil con un 27.2%, aunque las dife-
rencias no son significativas. En cambio, si nos comparamos
con EE.UU. que tiene un 9%, la diferencia es importante.
La pobreza es una de las principales razones del deterioro
de la calidad de salud de una sociedad. En condiciones de
pobreza los bebes no son vacunados, millones de hogares
carecen de agua potable y de un adecuado servicio de desague
cloacal. Estas y otras privaciones que derivan de la pobreza,
como la desnutrición, son la causa oculta de las altas cifras de
mortalidad infantil y de la consecuente reducción en la expecta-
tiva de vida.
En el cuadro 19 se pueden observar las diferentes tasas de
mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos en cada provincia
en el año 1997.
65. 64
MORTALIDAD INFANTIL
0 5 10 15 20 25 30
Formosa
Chaco
Catamarca
Jujuy
Corrientes
San Juan
Misiones
Salta
San Luis
Entre Rios
Tucuman
La Rioja
Chubut
Buenos Aires
Total Pais
Mendoza
Santiago del Estero
Santa Fe
Cordoba
Santa Cruz
Rio Negro
Neuquen
Ciudad de Bs. As
La Pampa
Tierra del Fuego
Provincias
Tasa de Mortalidad cada 1000 nacidos vivos
CUADRO Nº 19
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
66. ECONOMÍA Y SALUD 65
Según la Organización Panamericana de la Salud la mortali-
dad infantil en la Argentina se redujo de 26.9 por mil nacidos
vivos en 1986 a 18.8 en 1997, pero esta disminución no fue
similar en las diferentes regiones. La disminución más significa-
tiva se encontró en la Patagonia con una reducción del 38.7%
de la mortalidad infantil, mientras que en la región Noreste la
reducción fue del 28.4%.
Pero esta diferencia es aún más significativa si considera-
mos que en 1986 la Patagonia tenia una de las tasas mas
bajas de mortalidad infantil y el Noreste tenia las más altas.
Estas cifras nos muestran que la falta de equidad actual es
mayor que la existente en 1986, dado que las diferencias han
aumentado.
Si analizamos comparativamente las tasas de mortalidad in-
fantil en cada provincia con los porcentajes de hogares con
Necesidades Básicas Insatisfechas y con provisión de Servi-
cios de Saneamiento Básico, podemos concluir que la relación
es casi lineal. Esto nos permite afirmar que la mejoría en las
condiciones de salud de la población no dependen solamente
de los sistemas de atención médica, sino de las condiciones de
vida de la misma.
Análisis pormenorizado de los índices por provincia
Para mayor información haremos un breve resumen de la
situación en la que se encuentra cada una de las provincias.
Formosa es la provincia con peores índices tanto en los
aspectos sociales como económicos. Es la que tiene el por-
centaje más alto de hogares con Necesidades Básicas Insatis-
fechas. También es la que presenta las peores condiciones de
vivienda, tanto en las zonas urbanas como en las rurales. El
porcentaje de viviendas urbanas deficitarias1
es del 50.4%, el
más alto de todas las provincias. Este porcentaje esta com-
1
Viviendas Deficitarias: Incluye las casas de tipo B y las viviendas precarias
67. 66
puesto por 36.1% de casas de tipo B2
y por 14.4% de viviendas
precarias3
. Aún peores son las condiciones de vivienda en las
zonas rurales; el 92.2% de las viviendas rurales son deficitarias
y de estas el 40.1% son casas de tipo B y el 52.1% viviendas
precarias. Formosa tiene la tasa de mortalidad infantil más alta
de todo el país. Esta provincia es un claro ejemplo de que la
pobreza y la salud no pueden analizarse por separado.
Chaco tiene una tasa de mortalidad infantil de 28.2 por cada
1.000 nacidos vivos y un 36.5% de hogares con Necesidades
Básicas Insatisfechas. Estos dos valores son muy altos compa-
rados con otras provincias y muestran la malas condiciones de
vida en esta provincia. El 43.6% de las viviendas urbanas son
deficitarias y de éstas el 35.4% son casas de Tipo B y el 8.2%
son viviendas precarias. En las zonas rurales la situación es
aún peor, ya que el porcentaje de viviendas deficitarias es del
93.3%, de las cuales el 48.3% son casas de Tipo B y el 45%
viviendas precarias.
El gasto anual total en salud de esta provincia (gasto públi-
co, obras sociales, prepagas y gasto de bolsillo) se estima en
el orden de $400 por habitante, frente a los aproximadamente
$700 del total del país.
Catamarca tiene una tasa de mortalidad infantil de 25.6 por
cada 1000 nacidos vivos y un porcentaje de 28.2% de hogares
con Necesidades Básicas Insatisfechas. En relación con las
condiciones de vivienda de esta provincia, encontramos que en
las zonas urbanas el 30.4% de las viviendas son deficitarias.
La mayor parte de estas viviendas son casas de tipo B (25.7%)
y el 4.7% son viviendas precarias. El porcentaje de viviendas
2
Casas Tipo B: Cumplen al menos una de las siguientes condiciones:
• No tienen provisión de agua por cañería dentro de la vivienda.
• No disponen de retrete con descarga de agua.
• Tiene piso de tierra u otro precario.
3
Viviendas Precarias: incluye los ranchos o casillas, los hogares en casas de
inquilinato, los locales no construidos para habitación y las viviendas móviles.
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
68. ECONOMÍA Y SALUD 67
deficitarias en las zonas rurales es de 75.6%, de las cuales el
48.5% son casas de tipo B y el 27% viviendas precarias.
Jujuy tiene el 35.5% de hogares con Necesidades Básicas
Insatisfechas y la tasa de mortalidad infantil es de 24 por cada
1000 nacidos vivos. El porcentaje de viviendas en condiciones
deficitarias es del 37.1% en zonas urbanas y del 87.1% en
zonas rurales. De las viviendas urbanas deficitarias, el 23.6%
son casas de Tipo B y el 13.5% son viviendas precarias. De
las viviendas rurales el 37.4% son casas de Tipo B y el 49.7%
viviendas precarias.
Corrientes tiene una tasa de mortalidad infantil de 22.8 por
cada 1000 nacidos vivos y un porcentaje de hogares con Nece-
sidades Básicas Insatisfechas del 31.4%. De las viviendas ur-
banas el 36.7% son deficitarias y de estas el 24.9% son casas
de tipo B y el 11.7% viviendas precarias. En la zona rural el
porcentaje de viviendas deficitarias es de 87.5%, de las cuales
45.9% son casas de tipo B y 41.6% viviendas precarias.
San Juan tiene un 19.8% de hogares con Necesidades Bá-
sicas Insatisfechas y una tasa de mortalidad infantil de 21.5
por cada 1000 nacidos vivos. Las condiciones de vivienda en
zonas urbanas, si las comparamos con las provincias que he-
mos analizado, son relativamente buenas, con un 21.3% de
viviendas deficitarias, de las cuales 12.6% son casas de tipo B
y 8.7% viviendas precarias. En la zona rural no se observa la
misma situación, ya que el porcentaje de viviendas deficitarias
es de 72% y del mismo el 42.4% son casas de tipo B y el
29.6% viviendas precarias.
Misiones tiene una tasa de mortalidad infantil de 21.3 y el
porcentaje de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas
es de 33.6%. En las zonas urbanas casi la mitad de las vivien-
das se encuentra en condiciones deficitarias; de las mismas el
37.8% son casas de tipo B y el 12% viviendas precarias. En
cambio en las zonas rurales el porcentaje de viviendas
69. 68
deficitarias es de 89.3%, con el 73.3% de casas tipo B y 16.1%
de viviendas precarias.
En Salta la tasa de mortalidad infantil es de 20.5 por cada
1000 nacidos vivos y el porcentaje de hogares con Necesida-
des Básicas Insatisfechas de 37.1%. En la zona urbana el
porcentaje de viviendas deficitarias es de 37.5% y de éstas el
22.9% son casas de tipo B y el12.8% viviendas precarias. En
la zona rural el porcentaje es de 88.9%, con 40.9% de casas
de tipo B y 48% de viviendas precarias.
En San Luis el porcentaje de hogares con Necesidades
Básicas Insatisfechas es de 21.5% y la tasa de mortalidad
infantil de 19.9. El porcentaje de viviendas deficitarias en la
zona rural es de 65.9% y en la zona urbana de 21.1%. De las
viviendas deficitarias rurales el 50% son casas de tipo B y el
15.9% viviendas precarias, mientras que en las zonas urbanas
del porcentaje de viviendas deficitarias el 16.4% son casas de
tipo B y sólo el 4.8% viviendas precarias.
Entre Ríos tiene un 20.6% de hogares con Necesidades
Básicas Insatisfechas y una tasa de mortalidad infantil de 19.6
por cada 1000 nacidos vivos. Las condiciones de vivienda en
las zonas urbanas presentan un 21.9% de viviendas deficitarias,
de las cuales el 16.5% son casas de tipo B y el 5.4% viviendas
precarias. En la zona rural el porcentaje de viviendas deficitarias
es mucho mayor, alcanzando el 56.6% con un 40.2% de casas
de tipo B y 16.4% de viviendas precarias.
En Tucumán la tasa de mortalidad infantil es al igual que en
Entre Ríos de 19.6 por cada 1000 nacidos, pero el porcentaje
de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas es mayor,
alcanzando un 27.7%. El 29.7% de las viviendas urbanas es
deficitaria y el 18.9% de estas son casas de Tipo B y el 10.8%
viviendas precarias. En la zona rural las condiciones de vivien-
das son aún peores, con un porcentaje de viviendas deficitarias
del 82.4%, de las cuales 59.5% son casas de tipo B y el 22.9%
viviendas precarias.
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
70. ECONOMÍA Y SALUD 69
La Rioja tiene un 27% de hogares con Necesidades Bási-
cas Insatisfechas y una tasa de mortalidad infantil del 19.3 por
cada 1000 nacidos vivos. El porcentaje de viviendas deficitarias
en la zona urbana es de 25.4% y en la zona rural de 71.5%. En
la zona urbana el 20.8% son casas de tipo B y el 4.6% vivien-
das precarias y en la zona rural el porcentaje de casas tipo B
es de 52.6% y el de viviendas precarias de 18.9%.
En Chubut la tasa de mortalidad infantil es de 19.1 y el
porcentaje de hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas
es de 21.9%. El 20.7% de las viviendas urbanas son deficitarias
y de estas el 13.5% son casas de tipo B y el 7.2% viviendas
precarias. En la zona rural el porcentaje de viviendas deficitarias
es de 57.2%, con 40.3% de casas tipo B y 16.9% de viviendas
precarias.
Buenos Aires tiene una tasa de mortalidad infantil del 18.8
por cada 1000 nacidos vivos, que coincide con la tasa global
del país. El porcentaje de hogares con Necesidades Básicas
Insatisfechas es de 17.2%. Esta provincia tiene uno de los
porcentajes más bajos de viviendas rurales deficitarias, el 34.4%
del cual 26.3% son casas de tipo B y el 8.1% viviendas preca-
rias. En las zonas urbanas el porcentaje de viviendas deficitarias
es de 21.7%, con 13.9% de casas tipo B y 7.8% de viviendas
precarias.
Mendoza tiene un 17.6% de hogares con Necesidades Bá-
sicas Insatisfechas. La tasa de mortalidad infantil es de 16.7 y
las condiciones de vivienda en las zonas urbanas son de las
mejores de todo el país, con un porcentaje de viviendas
deficitarias de sólo el 12.9%, de las cuales el 8.1% son casas
Tipo B y el 4.8% viviendas precarias. En la zona rural la
situación no es tan buena, ya que el 56.7% de las viviendas
son deficitarias. De estas el 44.9% son casas de tipo B y el
11.8% viviendas precarias.
71. 70
Santiago del Estero tiene la particularidad de que, aún te-
niendo uno de los porcentajes más altos de hogares con Nece-
sidades Básicas Insatisfechas (38.2%) y condiciones de vivien-
da no satisfactorias, especialmente en las zonas rurales, tiene
una tasa de mortalidad infantil de 16.6 por cada 1000 nacidos
vivos que, si la comparamos con otras provincias, es relativa-
mente baja. Las condiciones de vivienda no son buenas si
observamos que el 94.1% de las viviendas rurales son
deficitarias, de las cuales el 46.3% son casas de tipo B y 47.8%
viviendas precarias. En la zonas urbanas la situación también
es insatisfactoria, ya que posee un 37.6% de viviendas
deficitarias, de las cuales el 32.7% son casas de Tipo B y el
4.8% viviendas precarias.
Santa Fe es una de las provincias con mas alta urbaniza-
ción. Tiene una tasa de mortalidad infantil de 16.3 por cada
1000 nacidos vivos y un 17.6% de hogares con Necesidades
Básicas Insatisfechas. El 18.1% de las viviendas urbanas son
deficitarias y de éstas el 12.4% son casas de Tipo B y el 5.7%
viviendas precarias. En las zona rural el porcentaje de vivien-
das deficitarias es de 47.2%, con el 35.3% de casas tipo B y el
12% de viviendas precarias.
Córdoba tiene una tasa de mortalidad infantil de 16.3 por
cada 1000 nacidos vivos, relativamente baja. El porcentaje de
hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas se encuentra
en un nivel medio con respecto al resto de las otras provincias,
siendo del 15.1%. Córdoba es una de las provincias más
urbanizadas; en las áreas urbanas las condiciones de vivienda
son relativamente buenas, con sólo un 14.9% de viviendas
deficitarias, de las cuales el 12% son casas de tipo B y el 2.9%
viviendas precarias. En las áreas rurales el porcentaje es de
47.8%, de las cuales el 42.3% son casa de tipo B y el 4.5%
viviendas precarias.
Santa Cruz tiene uno de los porcentajes más bajos de hoga-
res con Necesidades Básicas Insatisfechas, siendo del 14.7%.
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
72. ECONOMÍA Y SALUD 71
Tiene una tasa de mortalidad infantil de 16 por cada 1000
nacidos vivos. El porcentaje de viviendas deficitarias en las
áreas urbanas es de 17.6% y en las rurales de 45%. De las
viviendas deficitarias urbanas el 10.2% son casas de tipo B y el
7.4% viviendas precarias. De las viviendas rurales el 32.4%
son casas de Tipo B y el 12.5% viviendas precarias.
La Ciudad de Buenos Aires es la mas densamente pobla-
da de la Argentina. El porcentaje de hogares con Necesidades
Básicas Insatisfechas es de 17.2%, que en comparación es
relativamente bajo. Es la ciudad con las mejores condiciones
de vivienda urbana, con solo 4.7% de viviendas deficitarias, de
las cuales el 0.5% son casas de Tipo B y el 4.2% viviendas
precarias. Además casi todas las viviendas poseen servicios
básicos de saneamiento: el 94.9% tiene servicio de desagüe
cloacal a red y el 97.7% servicio de agua potable. Después de
Tierra del Fuego y La Pampa tiene la menor tasa de mortalidad
infantil, de 12.2 por cada 1000 nacidos vivos.
El análisis sectorial corrobora la estrecha relación entre la
mortalidad infantil y las condiciones de vida de la población.
Pueden comprobarse algunas escasas excepciones, que pue-
den deberse a programas específicos de atención de la Salud
Materno-Infantil o bien a fallas de registro.
Continuando con el análisis de las causas no asistenciales
de los problemas de salud, analizaremos las consecuencias
provocadas por la desnutrición y las circunstancias que influyen
en la tasa y causas de mortalidad general.
Desnutricion
La desnutrición es una de las peores amenazas para la sa-
lud de la población, especialmente en los países más pobres.
Según la Organización Mundial de la Salud se entiende por
desnutrición a aquellas enfermedades que tienen una causa
especifica relacionada a uno o mas nutrientes. Cada una de
73. 72
estas enfermedades está caracterizada por un desequilibrio en-
tre el suministro de nutrientes y energía por un lado y por las
demandas del cuerpo para asegurar el crecimiento y las funcio-
nes especificas por otro
Las consecuencias más trágicas de la desnutrición son la
muerte, la discapacidad y el infradesarrollo mental y físico de
los individuos, a la vez que tiene consecuencias en el ámbito
social comprometiendo el desarrollo socioeconómico de las na-
ciones.
En los países no desarrollados el 49% de las 10 millones de
muertes de niños menores de 5 años está asociado a enferme-
dades relacionadas con la desnutrición.
En el siguiente cuadro se observan las causas más usuales
de mortalidad en niños menores de 5 años en los países en
vías de desarrollo.
CUADRO Nº 20
Diarrea
19 %
Malaria
7 %
Infecciones
Respiratorias
Graves 24 %
Otras
12 %
Neonatal
32 %
Sarampión
6%
DESNUTRICION
%49
Para poder hacer una medición de los niveles de desnutri-
ción que se encuentran en las distintas regiones del mundo,
usamos la estimación de prevalencia de desnutrición por ener-
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
74. ECONOMÍA Y SALUD 73
gía proteica en niños menores de 5 años que se encuentran
por debajo de su peso.
Según datos obtenidos por la Organización Mundial de la
Salud se esperaba que en Africa el porcentaje de desnutrición
por energía proteica en el año 2000 fuera de 13.7%. En 1980 el
porcentaje de niños menores de 5 años que sufrían de desnu-
trición fue de 26.2%, el que ascendió en el año 1990 a un
27.3%, llegando a 28.5% en el 2000. Este aumento en el por-
centaje de desnutridos se debe a que la disminución del nume-
ro de desnutridos no fue tan grande comparado con el acelera-
do ritmo de crecimiento demográfico.
En el caso de Asia el porcentaje de desnutrición disminuyó
de 43.9% en 1980 a 36.5% en 1990. Pero la disminución no
fue lo suficientemente grande como para llegar al porcentaje
esperado de 18.3% para el año 2000. En este año el porcenta-
je de niños con desnutrición por energía proteica fué del 29%.
En América latina también se ha dado una disminución del
porcentaje de desnutrición. En 1980 tenia un 14.2% de niños
desnutridos, que disminuyó a 10.2% en 1990. En el año 2000
este porcentaje llegó a ser de 6.3%, que no está muy alejado
del porcentaje esperado de 5.1% para dicho año.
Si tenemos en cuenta a todos los países en vías de desarro-
llo podemos ver que también hubo una reducción en los niveles
de desnutrición. En 1980 el porcentaje de niños menores de 5
años con desnutrición por energía proteica fue de 37.4%, en
1990 pasó a ser de 32.1% y en el 2000 de 26.7%. El porcenta-
je esperado para el 2000 era de 16.1%, que como hemos visto
no se pudo alcanzar.
Además de la pobreza existen otras causas que aumentan
los niveles de desnutrición como los desastres naturales, las
guerras y los desplazamientos de la población.
En Africa, especialmente en el sur, se encuentra el 72% de
los niños desnutridos de todo el mundo, mientras que en Asia
viven el 25.6% y en América sólo el 2.3%.
75. 74
CUADRO Nº 21
Tendencia global y regional en la estimación de la desnutrición por energía
proteica en niños menores de 5 años que se encuentran por debajo de su peso.
Región 1980 1990 1995 2000 Año-2000
Estimación
% Millón % Millón % Millón % Millón %
Africa 26.2 22.5 27.3 30.1 27.9 34.0 28.5 38.3 13.7
Asia 43.9 146.0 36.5 141.3 32.8 121.0 29.0 108.0 18.3
América
Latina
14.2 7.3 10.2 5.6 8.3 4.5 6.3 3.4 5.1
Países en
desarrollo
37.4 175.7 32.1 177.0 29.2 159.5 26.7 149.6 16.1
Tasa y causas de mortalidad general en la Argentina
La tasa de mortalidad general en la Argentina ha descendido
de 8.1% en 1988 a 7.7 en 1995. Como referimos anteriormente
con respecto a la tasa de mortalidad infantil si ajustamos por
edad la tasa general de mortalidad también encontramos dife-
rencias significativas entre las distintas regiones del país, sien-
do las provincias del norte las que registraron tasas de mortali-
dad más altas que las del centro y sur del país.
Las principales causas de muerte en el país son por enfer-
medades cardiovasculares, enfermedades infecciosas y parasi-
tarias, enfermedades del sistema respiratorio, tumores y cau-
sas externas. En el cuadro 22 se muestran las proporciones en
las que se registraron dichas causas de muerte.
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
76. ECONOMÍA Y SALUD 75
CUADRO Nº 22
Pero la distribución de estas causas de muerte tampoco ha
sido homogénea. Según la Organización Panamericana de la
Salud en las regiones norteñas, con mayor cantidad de población
de bajos ingresos, las muertes por enfermedades infecciosas se
presentan en mayor proporción. Esto se comprueba comparando
las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas ajustadas
por edad del norte del país entre 1986 y 1994, que fue de 69.2
a 83.7 por 100.000 habitantes, contra tasas de 22.5 a 43.6 en la
Patagonia.
Con respecto a las muertes causadas por enfermedades
cardiovasculares las tasas más altas se registraron en el centro
del país con valores entre 304 y 568 por 100.000 habitantes,
mientras que en el Noreste y la Patagonia fueron de 85 a 139.
Este tipo de enfermedades está muy ligada al estilo de vida de
la población, el estrés y la alimentación inadecuada por lo que
resulta lógico que en las áreas mas desarrolladas se encuentren
las tasas mas altas.
77. 76
CUADRO Nº 23
Tasa de mortalidad por
enfermedades Infecciosas
Tasa de mortalidad por
enfermedades Cardiovasculares
CAUSAS NO ASISTENCIALES DE LOS PROBLEMAS DE SALUD
78. INDICE
A nuestros lectores ................................................................... 5
El gasto en salud en la Argentina y el mundo ........................... 9
La eficiencia de los sistemas de salud en el mundo ............... 19
El desfinanciamiento del sector salud ..................................... 31
La Superintendencia de Servicios de Salud............................39
La crisis de las obras sociales................................................. 43
La insolvencia de los prestadores ........................................... 53
Causas no asistenciales de los problemas de salud............... 59
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79.
80. Se terminó de imprimir en Impresiones Dunken
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Junio de 2001