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¿El graffiti es arte?
1. ¿El Graffiti es Arte?
Para poder decir que es arte o no hay que saber primero de dónde viene, antes de
comenzar a explicar la historia del graffiti hay que aclarar que la palabra graffiti
nace de dos palabras; “graff” que significa pintar e “iti” que significa ciudad.
El graffiti comenzó a mediados de los años 60 en la ciudad de Nueva York, influido
por la música Hip-hop. El primer artista del graffiti firmaba TAKI 183 su nombre
verdadero era Demetrius y era un joven griego que trabajaba como mensajero en
Nueva York. Pintaba su firma en todos los sitios donde entregaba documentos y
paquetes. Se hizo famoso y muchos jóvenes empezaron a imitarle y a buscar
sitios cada vez más difíciles y llamativos donde dejar su firma.
Pronto, cientos de jóvenes en Nueva York, especialmente aquellos atraídos por la
música rap y hip hop, empezaron a firmar por toda la ciudad. El objetivo de estos
primeros graffiteros era dejar su firma en el máximo número de sitios posibles.
Ganaban fama, dentro de los círculos de graffiteros, según el número de firmas y
según los sitios en los que lograban firmar. Cuánto más peligroso, más estatus.
Poco a poco el graffiti callejero, inspirándose en los diseños de Haring, se iba
incorporando en la cultura Hip Hop, rap y break dancing y empezó a extenderse a
otros países. Tuvo su momento más fuerte durante los setenta, pero luego
empezó a perder popularidad. Pero hace una década una de las cadenas
nacionales más populares de los Estados Unidos emitió un programa de televisión
sobre el graffiti y de repente volvieron a aparecer firmas y arte graffitero no solo
por los Estados Unidos, sino por sitios urbanos en todo el mundo y sobre todo en
ciudades europeas.
Es notoria la discusión sobre si el graffiti, puede o debe considerarse como una
muestra de arte urbano, o por el contrario debe considerarse como una forma de
polución visual. Consecuentemente, para comprender la realidad del graffiti, lo
más conveniente sea remontarnos a sus orígenes. De este modo, en los albores
de la humanidad ya se realizaban trazas, señales, marcas, signos y dibujos por los
primitivos pobladores, así testimonios asimilados al graffiti son las pinturas
rupestres. Las civilizaciones egipcia y romana también usaban esta técnica visual
2. en tumbas y catacumbas; así, aproximándonos más a la historia contemporánea,
en mayo del 68 comenzaron a aparecer en algunas fachadas de la capital parisina
este tipo de manifestaciones estéticas, que unían la fuerza expresiva de una frase
o mensaje, con un dibujo o imagen simbólica del momento histórico – social.
Posteriormente, esta forma de expresión artística fue utilizada por las bandas
callejeras de los Estados Unidos, en las décadas de los setenta y los ochenta para
de alguna manera “marcar su territorio” como ya se menciona en la historia de
arriba. De ahí hasta nuestros días su evolución en todo el mundo ha resultado
vertiginosa, pues independientemente de su tipología, éste no trata de expresar
sino una idea visual. Idea que se expresa mediante un lenguaje icónico, ya sea a
través de símbolos o tipografías semióticas; caricaturas, o imágenes de comic
tratadas desde la subrealidad (Street art); o mensajes que tratan de sensibilizar a
la opinión pública sobre determinados problemas de carácter político o social, etc.
En este sentido, es acertado citar al eminente filósofo canadiense Marshall
McLuhan cuando dijo que “en una cultura como la nuestra, acostumbrada durante
largo tiempo a escindir y dividir todas las cosas como un medio de control, a veces
nos choca el que se nos recuerde que, en los hechos operantes y prácticos, el
medio es el mensaje”. Ciertamente, el graffiti es una manifestación artística
callejera, en suma urbana, y su soporte forma parte inherente de su expresividad.
Otra de las notas características de esta forma de expresión es la clandestinidad,
pues a pesar de que las calles de un barrio o distrito aparezcan jalonadas de
cientos de graffitis, no se reconoce a sus autores, sino es bajo el seudónimo de su
tag o firma. Igualmente, la disortografía se muestra como un elemento más, de
esa proyección rebelde, y antisocial del “arte del spray”, es decir, se conocen las
normas léxicas, pero no se aceptan, y es por ello que se utiliza un lenguaje
modificado y adaptado a su propia identidad. Por último otra particularidad de la
iconografía del graffiti es su fugacidad, el graffiti representa el valor de lo efímero.
Así mismo, es importante diferenciar algunas formas de expresión que nada tienen
que ver con el graffiti. Así, las pintadas coinciden con el graffiti quizá en el espíritu
reivindicativo, pero difieren de éste último en su acentuado carácter vandálico, y
en su carencia de contenido artístico, su denominador común es que ambos están
3. desarrollados en un contexto propiamente urbano, siendo las pintadas en definitiva
meras inscripciones. Una variante de las pintadas son los denominados en el argot
“tarjetos” o “tags”, rúbricas con las que se identifican los diferentes autores del
graffiti. Por su parte, el mural como otra forma de expresión comparte aspectos
coincidentes con el graffiti, en cuanto a su técnica de ejecución por ejemplo, si
bien el primero tiene un marcado carácter artístico, y no tan simbólico como el
grafitti. En definitiva, el graffiti debe entenderse como una forma legítima, e incluso
subversiva de comunicación pública, como una expresión innata a las
circunstancias de lo urbano, y otorgarle el valor de verdadero movimiento cultural y
artístico, pero dentro un contexto de legalidad, fuera del mismo nos referiremos
únicamente a violencia visual.
En efecto, que el grafitti es una manifestación artística subversiva, demiúrgica, e
inconformista es una realidad, pero se puede ser reivindicativo, y no por ello
transgredir el orden establecido.
En este sentido resulta paradójico, como a pesar de tratarse de una manifestación
radical, existe un complejo código de conducta entre sus miembros, basado
principalmente en un sistema de reglas (normas) en el que prima, la experiencia, y
el saber hacer. El sociólogo Maffesoli dice a este respecto:”sus expresiones
pueden estar ciertamente muy diferenciadas, pero su lógica es constante: el hecho
de compartir un hábito, una ideología, un ideal, -un lenguaje propio- determina el
ser conjunto y permite que éste sea una protección contra la imposición, venga de
donde venga”.
Por otra parte, es importante señalar la interacción existente entre el grafitti y la
música hip-hop, ambos son fenómenos inherentes de expresión de la denominada
generación “X”, así las analogías entre ambas manifestaciones artísticas son fruto
de la vertiginosa evolución de una generación, que ha estado dominada por la
fuerte influencia de la Sociedad de la Información, de los constantes avances
tecnológicos, del omnímodo poder de Internet, y de los fenómenos de
globalización o interconectividad social. El resultado es que esta denominada
generación “X” ha transformado lo clásico en vanguardia, es decir, ha adaptado lo
tradicional a su propia idiosincrasia, creando nuevas realidades socioculturales
4. tales como el hip – hop, el cual, podría calificarse como la poesía del siglo XXI, y
el grafitti, como su expresión visual.
Con esto concluimos que si es arte ya que el arte es entendido generalmente
como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad
estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones o, en
general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos,
lingüísticos, sonoros o mixtos, características que el Grafiti cumple en su totalidad
por las razones que ya se explicaron anteriormente.