2. Algunas fumadoras durante las
primeras semanas del
embarazo siguen
consumiéndolo.
El 30 por ciento de las
fumadoras siguen fumando en
las primeras semanas de
embarazo.
Las fumadoras embarazadas
encienden una media de 13
cigarrillos al día. Si se suman, a
lo largo del embarazo se
expone al bebé a las sustancias
nocivas de 3.640 cigarrillos. Al
fumar un cigarrillo estás
inhalando más de 4.700
sustancias nocivas.
No obstante, en los países
desarrollados, entre un 13% y
un 25% de las mujeres fuma
durante el embarazo. Ese
porcentaje también está
aumentando entre las
embarazadas de países de
ingresos bajos o medios.
Las cifras dicen que muchas
mujeres consiguen dejar de
fumar, aunque después de dar a
luz también es fácil recaer. El 50%
de las fumadoras vuelven a fumar
a los seis meses de haber dado a
luz, y un año después la cifra sube
hasta el 80%.
3. Cuando una mujer
embarazada fuma, el feto
debe ser considerado fumador
pasivo, ya que los
componentes del humo del
tabaco (especialmente la
nicotina y el monóxido de
carbono), atraviesan la barrera
placentaria, provocando
diversas alteraciones entre las
que destacan:
• Reducción del peso
esperado del recién nacido
para su edad gestacional
(aproximadamente 200
gramos).
• Síndrome de muerte súbita
del lactante.
• Mayor riesgo de partos
prematuros y abortos
espontáneos.
• Alteraciones placentarias, como
desprendimiento prematuro de
placenta y placenta previa
(posición anómala de la
placenta ocupando parte o
totalmente el cuello
uterino), que aumentan las
complicaciones del embarazo y
parto.
4. Los especialistas recomiendan
que las mujeres dejen de fumar
antes de quedar embarazadas y
que no fumen durante el
embarazo y el período posterior
al parto.
Te damos algunos tips para que
puedas dejar de fumar:
1. Busca apoyo. Tendrás en el
médico o con el obstetra un
aliado que puede hacerte las
cosas más fáciles. Cuenta a tu
pareja, tus amigos y tus
compañeros de trabajo que vas
a dejarlo.
2. Márcate un día para dejarlo.
Cuanto antes, mejor para el
bebé. Intenta estar muy ocupada
los primeros días: te resultará
más fácil no pensar en el tabaco.
Quita de tu vista todos los
objetos relacionados con el
tabaco
(mecheros, cerillas, ceniceros...),
tanto en la oficina como en casa.
3. Juégatelo todo a una carta. Es
más difícil fumar poco que dejar
de fumar del todo. Por eso es
mejor dejarlo del todo de golpe.
4. Piensa en positivo. Tienes que
saber que la necesidad más
imperiosa de fumar la dejarás de
sentir cuando pasen entre diez y
doce días..
5. 5. Intenta modificar tu rutina
diaria. Pide a los amigos que no
fumen delante de ti. Y el
cigarrito del café lo puedes
sustituir por otro nuevo ritual
como por ejemplo, comerte
una galleta o tomar, en lugar de
café, una infusión nueva.
6. Prémiate por cada día que
no hayas fumado. Te lo
mereces, lo estás haciendo muy
bien. Date pequeños
homenajes. Si ahorras el dinero
del tabaco, podrás comprar
algunas cosas más para el bebé
o para ti.
7. Bebe mucho y con
regularidad. Lo mejor es el
agua, el té, alguna infusión o
zumos, así no sentirás ganas de
comer. La ansiedad lleva a
coger un cigarrito.
8. Procura moverte. El aire
fresco y la actividad física tienen
un efecto relajante y mejoran el
humor.
9. Acupuntura. Este método
tradicional puede reducir el
deseo de fumar o incluso
provocar un fuerte rechazo del
tabaco.
10. Apoyo psicológico. También
es importante cuando nace e
niño para reforzar abstinencia y
evitar la recaída después de
haber logrado lo que parecía
tan difícil.
11. Llevar una vida saludable
pensar en el bebé y descansar.
Fuentes: http://www.bebesymas.com/embarazo/fumar-
durante-el-embarazo-irresponsabilidad-o-necesidad
https://www.aecc.es/SobreElCancer/Prevencion/Tabaco/En
fermedadyriesgos/Paginas/Riesgosfumadorpasivo.aspx