Este documento discute la importancia de desarrollar la autonomía en los estudiantes y los pasos necesarios para lograrlo. Sugiere dividir a los estudiantes por nivel de conocimiento en lugar de alfabéticamente y enfocarse más en los objetivos del programa de estudio. También enfatiza la necesidad de promover la reflexión, el aprendizaje centrado en el estudiante y la autorregulación para que los estudiantes puedan construir su propio conocimiento y lograr la autonomía. El camino hacia este objetivo requiere mucho trabajo de los ma
1. Clave: REBMIN-ENP6
María Ernestina Yolanda Reyes Bernabé
Inglés
Escuela Nacional Preparatoria, Plantel 6 “Antonio Caso”
Autonomía
Es un largo camino porque según Marzano, R. (1992) en sus “Dimensiones del
aprendizaje”, que él divide en cinco, “Los hábitos mentales productivos
conforman la última dimensión del aprendizaje. Quizás es la Dimensión más
importante, puesto que atraviesa todas las demás”.
Marzano divide estos hábitos mentales en tres categorías generales:
Autorregulación
Razonamiento crítico
Razonamiento creativo.
La autorregulación hace que nuestras acciones sean más conscientes y
controladas y algunas de sus características son:
1. Estar consciente de su propio razonamiento.
2. Planificar.
3. Estar consciente de los recursos que se necesitan.
4. Ser sensible a la retroalimentación.
5. Evaluar la eficacia de las propias acciones.
Para fomentar y en algún momento alcanzar la autonomía hay mucho
trabajo que hacer puesto que esta tarea requiere de mucha preparación tanto
de los profesores como de los alumnos dentro del salón de clase.
En la Preparatoria 6 y pienso que en toda la Escuela Nacional
Preparatoria, para lenguas extranjeras las autoridades dividen a los grupos en
Sección A y Sección B alfabéticamente, sin tomar en cuenta el nivel de
conocimientos con el que los estudiantes ingresan al bachillerato. Considero
que ya es tiempo de un verdadero cambio. Ya no se debe contemplar lo
cómodo que es para las autoridades administrativas el seguir dividiendo a los
grupos alfabéticamente, sino por el nivel de conocimientos que arroje un
examen de colocación.
Otro punto a considerar sería que los profesores nos ubicáramos en los
Programas de Estudio, que tuviéramos muy claro los objetivos, y que al
redactarlos, éstos determinen claramente qué es lo que pretendemos o
queremos que el alumno haga al finalizar el curso. Esto lo subrayo porque a lo
largo del periodo que he laborado en la E.N.P. he observado que bastantes
profesores ni siquiera toman en cuenta el Programa de la materia. Muchos sólo
piden al alumnado que compren el libro de texto que cada profesor
individualmente selecciona y se limitan a seguir los ejercicios del libro, tengan
algo o nada que ver con el Programa de estudio.
2. Se podría continuar comentando más estos problemas, pero serían
demasiados puntos a tratar en esta breve recapitulación del curso, el cual fue
muy alentador e interesante por lo que espero continuar profundizando en el
tema, dado la necesidad inmediata que los profesores del bachillerato de la
UNAM tenemos al respecto.
Pienso entonces, que para que los alumnos que estudian inglés en la
Preparatoria 6 logren alcanzar la autonomía en el aprendizaje es necesario
recorrer mucho terreno, en el cual se tendría que tratar de apegarse a los
siguientes puntos.
1. Dividir a cada grupo de lenguas extranjeras por nivel de conocimientos y
no alfabéticamente.
2. Hacer un análisis de necesidades para poder determinar los intereses
reales de los alumnos.
3. Promover la reflexión en el alumno respecto a su proceso de
aprendizaje.
Que aprendan a fijarse metas concretas y reales
Que detecten lo que les gusta hacer mediante la lengua meta para
así sentirse motivados.
Que se sientan motivados a hacer lo que les gusta a tal grado que
pierdan el miedo de expresarse en la lengua meta.
Que estén conscientes de los procesos de aprendizaje.
Que estén conscientes de los procesos mentales específicos que se
aplican con el fin de mejorar el conocimiento y la comprensión de la
lengua meta.
4. Centrar la enseñanza en los alumnos.
Que los alumnos estén dispuestos a aprender a investigar.
Que los alumnos aprendan a emplear materiales que los hagan
buscar más información.
Que los alumnos aprendan a cuestionarse.
Que los alumnos aprendan a corregirse en pares, puesto que la
corrección en pares es muy importante.
Que los alumnos aprendan a trabajar en equipo.
Que los alumnos aprendan a autoevaluarse.
Que los alumnos aprendan de sus errores.
Que los alumnos aprendan a dónde, a quién y a qué recurrir cuando
no esté el profesor presente.
Como profesores, para llevar a nuestros alumnos a una autorregulación,
debemos
1. Tratar de entender mejor a nuestros estudiantes con la
finalidad de mejorar la productividad de los mismos y de esta
manera, crear hábitos mentales productivos y acciones
positivas en el aula.
2. Incrementar actitudes positivas en el salón de clase mediante
Una mejor organización del curso.
Un mayor esfuerzo a lo largo del curso.
Un mayor compromiso y responsabilidad ante los alumnos
y ante la institución misma.
3. La creación de un ambiente de confianza, entusiasmo,
respeto y tolerancia.
Un mayor esfuerzo para que el comportamiento por parte
del profesor sea justo y positivo.
3. Formar jóvenes en una manera integral, por medio del:
Desarrollo del intelecto a través de las materias.
Desarrollo del aprendizaje por descubrimiento y no por
mera información.
Desarrollo afectivo por medio de los valores. Tenemos que
estar concientes de que los profesores debemos formar
personas por lo que tenemos que intentar crear buenos
hábitos en los alumnos.
4. El objetivo final del profesor es preparar el camino para que
los alumnos vayan construyendo su propio conocimiento y
finalmente, logren ser aprendientes autónomos.
Reflexión
En conclusión, estoy de acuerdo con Marzano en cuanto a que “La mayoría de
las personas que aprenden eficazmente, desarrollan poderosos hábitos
mentales que las capacitan para regular su conducta y para pensar crítica y
creativamente”. Desafortunadamente, muchos de los profesores que laboramos
en la Escuela Nacional Preparatoria carecemos de estos hábitos, lo cual hace
aún más difícil la tarea de llevar a nuestros alumnos hacia su autonomía.
Entonces, no queda otra más que aceptar que el camino a recorrer es largo y
requiere de mucho trabajo y entrega de todos los involucrados en este proceso.