La medicina actual parece alejarse de la búsqueda del bien del paciente y del respeto por su inherente dignidad, acercándose peligrosamente a tratarlo como objeto de utilidad, lo que en otras palabras lleva a considerarlo conjunto de piezas de recambio.
1. SOLO SE MUERE UNA VEZ
“Muerte cerebral” – ¿Este término, aceptado por la medicina, realmente define a la muerte? O ¿quizás haya sido
inventado solo para cubrir la demanda de órganos para trasplantes? La respuesta a esta y otras preguntas se
encuentra en la última publicación del doctor Jacek María Norkowski
“Un paciente vivo no puede ser tratado como medio para servir a otro paciente” - con esta afirmación abre padre
Norkowski elprincipal capítulo de su libro. Sus investigaciones sobre el concepto de la muertelas ha basado en la
visión del ser humano propuesta tanto por el cristianismo, como por la medicina.
La medicina actual parece alejarse de la búsqueda del bien del paciente y del respeto por su inherente dignidad,
acercándose peligrosamente a tratarlo como objeto de utilidad, lo que en otras palabras lleva a considerarlo
conjunto de piezas de recambio. En esta visión del mundo y el rol de la medicina, evidentemente los que más sufren
son los más débiles.
De allí nace la mayor manipulación bioética referente al comienzo de la vida y a su fin. Mientras que el conocimiento
sobre el aborto se ha extendido durante las últimas décadas, a día de hoy todavía sabemos muy poco sobre lo que
es la muerte del ser humano. Y sin embargo este es el campo donde reinan la manipulación y el abuso, también en
el ámbito de la información. El libro del doctor Norkowski, el autor del sonado trabajo “Medicina al borde” contiene
información difícil de obtener en otras publicaciones y sin embargo obligatorias para médicos, estudiantes de
medicina, sacerdotes y expertos de la ética.
¿Definición convertida en …….?
Tal y como señala doctor Norkowski , el cambio de la definición de la muerte (hasta el año 1968 a una persona se le
consideraba muerta cuando dejaba de latir su corazón y la respiración cesaba de forma irreversible) se produjo en
consecuencia de la introducción arbitraria del término “muerte cerebral” por la Comisión de Harvard. Ésta
abiertamente explicó el objetivo de la creación de esta nueva definición de la muerte como “definición de un coma
irreversible como nuevo criterio de la muerte”. EL jefe de la Comisión de Harvard expresó claramente: “En esta
nueva definición existe un enorme potencial para salvar vidas, porque si es aceptada, permitirá mejor acceso a los
órganos vitales aptos para ser trasplantados y porque muchas vidas humanas, que ahora están destinados a morir,
serán salvadas”. La nueva definición de la muerte ha sido creada pues únicamente por motivos pragmáticos. “No es
necesaria mayor prueba de que éste fue el verdadero objetivo de la Comisión de Harvard. La aquí mencionada
definición de la muerte no fue, al contrario de las declaraciones posteriores, resultado de nuevos descubrimientos
en el campo de la medicina, sino consecuencia de la necesidad de obtener órganos para transplantes” – indica
doctor Norkowski.
“Cuerpos con los corazones aúnlatiendo”
Inmediatamente después de establecer la nueva definición de la muerte, aparecieron numerosas protestas entre
médicos y expertos de la ética, pero resultaron ser ignoradas. El resultado es que hasta el día de hoy existen criterios
muy poco claros que permiten certificar una muerte. La creación de la nueva definición “cuerpos con corazones
latiendo” ha permitido la deshumanización del paciente y el convencimiento de la opinión pública, a menudo en
contra del sentimiento natural, de que el enfermo en estado de la llamada “muerte cerebral” deja de ser humano y
se convierte en undepósito de órganos. Sin embargo, tal y como demuestra en su libro doctor Norkowski, “la
2. muerte cerebral” en realidadno existe. Los criterios que sirven de base a los que la determinan, no son ni claros ni
consecuentes, pero sobre todo, peligrosos para el paciente. Como leemos en la publicación “Solo se muere una vez”,
uno de los criterios que permiten que se declare “la muerte cerebral” en el paciente es el test de la ausencia de
respiración, que consiste en la desconexión del paciente del respirador y la monitorización del aumento del nivel del
dióxido de carbono en sangre. Según el test, si el cuerpo no reacciona a esta repentina falta de oxigeno, se
presupone que esa persona ya no tiene posibilidades de sobrevivir.
Mientras tantoel profesor Coímbra de Brasil – verdadera excelencia en la materia de la “muerte cerebral” protesta
explicando que “el test de la ausencia de respiración” en sí puede provocar la muerte del paciente. Es absolutamente
perjudicial y choca frontalmente con la filosofía de la salvación de la vida humana, obedeciendo asimismo sola y
únicamente al objetivo de utilidad. Las normas éticas de la medicina obligan a salvar al ser humano hasta el final y la
certificación de la “muerte cerebral” en el paciente claramente las rompe. Una vez declarada “muerte cerebral” se
deja de salvar a los pacientes (a pesar de que, como indica doctor Norkowski, en alrededor de 60 % de casos los
pacientes tienen posibilidad de sobrevivir) y se centra toda la atención en que los órganos que se pueda utilizar de
ese paciente estén, utilizando una expresión cruel, en el mejor estado posible…. Este es el momento, cuando a los
pacientes se les administra fármacos, que lo que conseguirán será subir su presión sanguínea para oxigenar los
órganos destinados altrasplante. Y sin embargo la subida de la presión sanguínea en pacientes con graves
contusiones cerebrales es para ellos absolutamente perjudicial. En estos pacientes se suele utilizar la hipotermia y
tratamientos hormonales adaptados a cada caso, gracias a los cuales muchos de ellos vuelven a su total
funcionalidad. Los casos de la “salida de la muerte cerebral” son tantos, que la discusión sobre la revisión del
término se hace absolutamente necesaria y urgente.
“Tengo hambre”
Doctor Norkowski en su libro dedica su atención también a las cuestiones del coma, llamado también “cierre”, como
al estado vegetativo. Mencionando muchas publicaciones y trabajos llega a la conclusión de que estamos hablando
de estados desconocidos y aún poco investigados. El cerebro humano es a veces imprevisible y posee enorme
capacidad de adaptación. Es imprescindible que los tratamientos de personas en coma sean los adecuados y es en
ellos en lo que habría que concentrar la atención y no en los intentos de quitarse el problema del medio
considerando a esos pacientes alguien que ya no siente nada y por tanto ya no sufre. Doctor Norkowski menciona a
varios testimonios de médicos y pacientes, que desmienten esta creencia. En el libro “El ser humano solo muere una
vez” encontramos testimonios más espeluznantes de pacientes que, a pesar de la incapacidad de comunicarse,
percibían los estímulos de su alrededor, incluyendo aquellos que tenían por objetivo acabar con su vida. Es muy
difícil de imaginar qué es lo que siente una persona, incapaz de mostrar reacción alguna, cuando escucha a sus
médicos tomarla decisión de desconectar las sondas que la alimentan.
Doctor Norkowski nos habla del caso de Kate Adamson, que tras bilateral derrame cerebral quedó durante 70 días
sin posibilidad de comunicarse con el exterior. Sus médicos decidieron desconectar la sonda que le administraba
alimento. Kate estaba consciente de ello, aunque no podría demostrarlo. “Es que no veis que tengo hambre? – es lo
que quería gritar, pero no era capaz de hacerlo. El hambre que sintió lo recuerda como una tortura extrema, peor
aún de las que le propiciaron durante la intervención (siguiendo la falsa creencia de que un paciente en estado
vegetativo no siente dolor) sin anestesia en el abdomen. A Kate la salvó su marido que amenazó al personal médico
3. con un procedimiento penal en caso de que éste se negara a restablecer la alimentación por sonda a su mujer. Estos
no son casos aislados. Doctor Norkowski habla de varios de ellos.
Algunos médicos ya están hartos de mantener el silencio acerca de esta cuestión. El doctor estadounidense R.D.
Troug publicó incluso un postulado solicitando la eliminación del término “donante muerto”. Propuso publicación
de un comunicado que hablara claramente de que los órganos destinados al trasplante son obtenidos de humanos
aún vivos, pero que tienen reducidas posibilidades de sobrevivir. Doctor Troug exige también que a los pacientes se
les anestesie antes de extirparles los órganos., puesto que se ha demostrado que sufren durante esas
intervenciones. De momento las quejas no llegan a ningún lado, porque como es comprensible, el reconocer el
hecho de que en realidad los órganos son extirpados de donantes vivos, significaría la revolución dentro del
concepto de los trasplantes y la medicina actual.
Ante la existencia de numerosos argumentos que apoyan esta creencia, quedarse con los brazos cruzados sería signo
evidente de implicación en el acometimiento del mal.
Por este motivo, la lectura del libro “Solo se muere una vez” puede resultar incómoda, pero a muchos puede
salvarles la vida. Y no olvidemos que ésta es la verdadera misión de la medicina.
http://jacek.norkowski.info/
traducción: Marta Jasiñska