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(194)(long) nuevo análisis de ‘la gran recesión’
1. LA CRISIS ACTUAL: ¿MÁS SEVERA QUE LA DE 1929?
Manfred Nolte
Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff son dos afamados profesores de Harvard
que no se han caracterizado últimamente por pasar desapercibidos. Su estudio
de
2010
titulado
“Crecimiento
en
tiempos
de
deuda”(http://www.nber.org/papers/w15639) levantó una respetable polvareda
no solo en las instancias académicas sino –y sobre todo- en las civiles y políticas
al advertirse en el mismo algunas carencias estadísticas y metodológicas. La
investigación se refería a la incidencia que sobre el crecimiento económico de
los países ejercía el nivel de endeudamiento público, situándose en el porcentaje
crítico del 90% el nivel de deuda respecto del PIB, a partir del cual sucesivos
aumentos del stock de deuda soberana repercutían sus efectos adversos sobre la
recuperación económica y sobre el mismo indicador de la Producción nacional.
Ello, evidentemente, ponía en entredicho las políticas keynesianas anticíclicas
de activación del gasto publico emprendidas por numerosos países afectados
por la gran recesión nacida en 2008, debido a sus efectos adversos sobre el
medio y largo plazo. La polémica se ha cerrado en falso, sin conciliación de las
partes, aunque es generalmente aceptado que, con independencia de un
porcentaje específico concreto, un elevado endeudamiento exterior representa
unaimportante vulnerabilidad financiera y en todo caso, de encubrir déficits
fiscales recurrentes, sería el indicador de serias disfunciones internas de
productividad y de competitividad, con lo que ello acarrea sobre la viabilidad a
medio plazo de la economía aludida.
En otro artículo(http://bit.ly/1fWu1ay)de diciembre de 2013 que lleva por titulo
“Crisis Financieras y Soberanas: Lecciones aprendidas y olvidadas”, los
economistas americanos plantean para la eurozona las llamadas medidas de
“represión financiera” para acabar con la crisis latente de deuda. Entre ellas
están las quitas de deuda, los controles de capital y de cambios, y la activación
de la inflación ya que el mix oficial aplicado de austeridad, tolerancia y
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2. crecimiento es inefectivo. En noviembre de 2013, Reinhart y Rogoff se
manifestaron a favor de una condonación parcial de la deuda como la forma
más efectiva para consolidar la salida de España de la crisis, ya que “hacer
ajustes sin reestructurar la deuda sólo prolonga la agonía”.
En todo caso ambos economistas americanos son ampliamente respetados en el
mundo económico en particular por sus contribuciones al estudio e
interpretación del ciclo y de las crisis económicas.Su obra más conocida “Esta
vez es diferente”, elevada al rango de „best seller‟, contiene un análisis
panorámico de las crisis económicas desde los impagos soberanos de Inglaterra
en el siglo XIV o las trece quiebras españolas del XVI, pasando por los fallidos
del siglo XX en Asia, África y Latinoamérica hasta la gran crisis de
2008(http://amzn.to/LWjVgI).Sus autores sostienen que la profesión política y
también la económica manifiestan una desafortunada querencia a recordar
solamente las experiencias recientes, pero un evento que puede resultar notorio
y excepcional puede convertirse en trivial o recurrente en un contexto más
amplio de varias décadas. Los episodios dramáticos se hallan espaciados en el
tiempo creando la ilusión de que „esta vez es diferente‟ tanto entre políticos e
inversores como analistas o académicos. Los autores afirman que “la reciente
crisis financiera sub-prime en modo alguno es única”, sino clónica de otras
crisis bancarias y financieras anteriores y en ellas, casi siempre, la ineficiente
gestión económica, el exceso de confianza y la ausencia de memoria histórica,
hanjugado un papel estelar en su gestación. Este tipo de perturbaciones ha
obedecido históricamente al siguiente protocolo: crédito fácil y liquidez
ilimitada, burbuja inmobiliaria y/o bursátil, pinchazo y dilución, rescate con
fondos públicos, desequilibrio presupuestario, descontrol del volumen de deuda,
crisis soberana de solvencia y, en su caso, impago („default‟).
Reinhart y Rogoff recuerdan que las recesiones financieras derivadas de
burbujas crediticias se dilatan en el tiempo y -lo que es más crítico- no siguen
una secuencia lineal y continua sino quebrada y regresiva, con recaídas. Así ha
acontecido con la que aún tenemos que gestionar.
Ahora, Reinhart y Rogoff(2014)nos sorprenden con un nuevo estudio de
conclusiones ciertamente novedosas (http://bit.ly/1icAiAe). Según se lee en las
mismas, en algunos países, la gran crisis de 2008 -aun en curso de
recuperación- podría superar en severidad a la de 1929. El trabajo que lleva por
título “La recuperación de las crisis financieras: evidencia de 100 episodios”
introduce un concepto que se revela esencial para evaluar la contundencia de las
crisis financieras sistémicas: el „índice de severidad‟ (IDS)de una determinada
recesión. El IDS suma aritméticamente la caída máxima del PIB en el curso de
una crisis y el número de años que el PIB emplea en recuperar los niveles
previos a la misma. Un ejemplo: La crisis que azotó a España(1931) supuso una
caída máxima del PIB del 34,6% y empleó 26 años en su recuperación, por lo
que el IDS(suma de ambos) asignado es de 60,6. Ocupa el segundo puesto entre
las 35 crisis sistémicas más importantes del mundo entre 1857 y 2003. La gran
referente de todos los tiempos, la crisis americana de 1929 arroja un IDS de
38,6 resultante de una caída máxima del PIB del 28,6% y un plazo de
recuperación de 10 años. Este dato se presta a una referencia, ciertamente
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3. prematura y arriesgada, acerca de la virulencia con que la crisis subprime ha
incidido sobre los 12 países más afectados.
La cruda realidad es que, a fecha de hoy, siete años después, de los 12 países
que han sufrido la crisis de 2007(Francia, Alemania, Grecia, Islandia, Irlanda,
Italia, Holanda, Portugal, España, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos),
solamente Alemania y Estados Unidos han recuperado sus valores de PIB precrisis. Muchos de estos países han registrado crecimientos negativos en 2003
aunque a su término se anuncie el principio de la recuperación. Los supuestos
de las conclusiones que siguen se basan en las estimaciones del FMI tanto para
el momento en que se inicien registros positivos del PIB como para determinar
el numero de años necesarios para regresar al PIB pre-crisis. En general, para
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4. este último supuesto se baraja el horizonte de 2018 0 2019, aunque la
estimación es altamente discutible. Así Grecia registraría un IDS de 36,
sumando a la caída del PIB del 24% los doce años previstos para su restitución.
Para Italia sería de 23,3 y de 24,9 para Irlanda. La conclusión es que cualquier
empeoramiento de las estimaciones de recuperación previstas llevará a varios
países europeos a registros de gravedad comparables a la gran crisis de 1929.
Reinhart y Rogoff vuelven en las conclusiones a su diagnóstico y
recomendaciones habituales: “Incluso después de una de las crisis más graves
registrados en las economías avanzadas , la sabiduría de los círculos políticos
se aferra a la idea de que los países de rentas altas son completamente
diferentes de sus homólogos de los mercados emergentes . La fase actual del
enfoque de la política oficial se basa en el supuesto de que el crecimiento, la
estabilidad financiera y la sostenibilidad de la deuda se puede lograr a través
de una combinación de austeridad y la paciencia, y algo de reformas.
La pretensión es que los países avanzados no necesitan recurrir a las políticas
más eclécticas de los mercados emergentes, incluyendo reestructuraciones de
deuda y conversiones, una mayor inflación , los controles de capital y otras
formas de represión financiera . Ahora en el sexto o séptimo año ( dependiendo
del país ) de la crisis , la producción se mantiene muy por debajo de su máximo
anterior a la crisis en diez de los doce países en crisis . La brecha con el
producto potencial es aún mayor. Las demoras en la aceptación de que
tiempos desesperados requieren medidas desesperadas sigue elevando las
probabilidades de que , tal como se documenta aquí , esta crisis pueda
finalmente superar en severidad a la depresión de la década de 1930 en un
buen número de países.”
Una consideración final. Para España, y en concordancia con los datos
anteriores, la caída máxima de siete puntos de PIB y el plazo previsto de 12 años
para la recuperación de los niveles de 2008 arroja un IDS en 19.Peroel caso
español tieneel agravante de que la recuperación del nivel PIB de 2008 muy
probablemente no implicará recuperar el nivel de empleo 2008. Un caso „sui
generis‟ que conjuga un modelo productivo obsoleto con la escasa solidaridad
registrada en la masa de empleo desde la crisis. Seguimos en un espacio de
vulnerabilidad. Procede continuar –sin decaimiento- la senda de recomposición
del País hacia unas estructuras mas eficientes, competitivas y sostenibles.
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