Una conejita llamada Margarita se escapó de su casa y descubrió el mundo exterior. Mientras exploraba, tropezó y cayó sobre una mata, creyendo que se había lastimado gravemente. Un caracol la encontró y la ayudó, explicándole que la sustancia roja sobre ella era en realidad jugo de tomate, no sangre. El caracol acompañó a Margarita de vuelta a su casa lentamente.
Concepto y definición de tipos de Datos Abstractos en c++.pptx
El Caracol
1. El caracol
Una familia de conejos vivía en una
alquería, mantenían una estupenda
relación con todos sus vecinos, los
pollos, las gallinas, los patos y
también con Tim, el perro pastor
alemán que cuidaba de la casa.
La familia la formaban cinco
miembros:
papá, mamá y sus tres hijitos,
Margarita era la más traviesa y su
madre siempre tenía que estar
vigilándole para que no se escapara.
Pero un día, mientras ella hacía las
camas de sus pequeños con hierbas
del campo, Margarita encontró un
2. diminuto agujero en la valla...¡y por
allí salió!
¡Por fin iba a descubrir el mundo!
La gallina Cacarúa, que en esos
momentos estaba poniendo un
huevo, le saludó:
-Hola, Margarita ¿a dónde vas?
-Hola, Cacarúa, voy a descubrir el
mundo, adiós.
-¡ten cuidado, Margarita!
Y así, la conejita fue saludando a
todos los habitantes de la alquería
y por fin descubrió a lo lejos un
precioso lugar lleno de juguetes de
colores;
-¡qué bonito! ¡voy a jugar!
3. Pero Margarita fue tan impulsiva
que nada más entrar tropezó, cayó
encima de una enorme mata verde y
...¡ploff! una gran bola roja explotó
en su pequeña y suave cabeza
blanca.
Margarita se puso a llorar, ¿qué
había pasado? ¿tenía sangre?,pobre
conejita, estaba desconsolada...
De repente, le pareció escuchar una
vocecilla:
-Oye, coneja, ¿qué te pasa?¿te
has caído?
Margarita abrió los ojos
y...¡socorro! ¿qué es eso?
Una enorme cabeza peluda de color
verde le estaba hablando:
4. -Por favor, no me comas.
-Pero,¿cómo te voy a comer si soy
muy pequeño?, mira debajo de esta
hoja, estoy aquí, soy un
caracol.
-¿Un caracol?
-Sí, y este monstruo tan raro me
lo estoy comiendo yo y es una
escarola, muy parecida a la
lechuga. Toma, prueba un poco.
-Uhmm! ¡qué rico!
-¿Qué te pasa? ¿te has perdido?
-Sí, y además me he hecho daño,
mira cuánta sangre.
5. -No, conejita, no, eso no es
sangre, es un tomate que te ha
caído encima.
Ven, te acompañaré a casa, pero,
eso sí, poco a poco, porque yo soy
un caracol y los caracoles andamos
muy despacio.
Y de esta manera, Margarita y el
caracol se hicieron muy amigos.
Mamá coneja le dio las gracias al
caracol y le regaló una verde y
prieta lechuga por haberle devuelto
a su hija Margarita sana y salva.
Se terminó.