Las protestas en Brasil continúan a pesar del anuncio de reducciones en las tarifas de transporte público. Más de un millón de personas confirmaron su asistencia a las manifestaciones programadas en 80 ciudades de Brasil para exigir cambios políticos y sociales más profundos. Las autoridades de Río se preparan para nuevas protestas blindando edificios gubernamentales y sitios emblemáticos, mientras la policía patrulla las calles en espera de disturbios.
La bajada de tarifas no frena las protestas en Brasil
1. El anuncio de las autoridades de
Río y Sao Paulo en el que se com-
prometían a bajar las tarifas del
transporte público no ha conse-
guido aplacar la ira de los «indig-
nados» brasileños. El anuncio
sorprendió a los líderes del Movi-
miento Pase Libre, convocante
de las manifestaciones
junto a otros muchos gru-
pos. «La suspensión (del
aumento) nos agarró de
sorpresa», reconoció Ma-
teus Preis, un miembro
del movimiento.
Peroelgestodelasauto-
ridades se ha quedado en eso, un
gestoquenohaservidoparaapla-
car las demandas ciudadanas. De
hecho,horasdespuésdeconocer-
se la noticia, más de un millón de
personas se adherían a través de
las redes sociales a las protestas
convocadasparaayer,en80ciuda-
des, entre ellas 17 capitales y ciu-
dadesdetamañomedio.EnRío,al
cierre de esta edición, 231.000
personas habían confirmado su
presencia en las protestas vía Fa-
cebook. En Sao Paulo llegaron a
153.000.Eranlosdosgrandesactos
previstos, pero también destaca-
Larebajadelas
tarifasdeltransporte,
másquecalmar,
hareactivadola
movilización,que
yaagitatodoelpaís.
Brasilseinstalaenlaprotesta
hayansidollamadoafilas,tenien-
do en cuenta su carácter violento,
esunclarosíntomadelagravedad
de la situación: hay que recordar
que la última protesta en Río co-
menzópacíficamenteperotermi-
nó en enfrentamiento. Al menos
34 personas resultaron heridas y
otras 25 fueron arrestadas. A me-
didaqueevolucionanlasprotestas
cadaciudadhaidoamoldandolas
demandas a su realidad. Las exi-
gencias varían entre mayor segu-
ridad, menos corrupción o mejo-
res hospitales y educación. En ge-
neral,yconlaCopaConfederació-
ronlosdeRecife(97.000)yCampi-
nas (66.000). En total, doce millo-
nes de invitaciones se distribuye-
ron por Facebook. A través de las
redessocialestambiénsehicieron
encuestasparasugerirlaropaylos
lemas.Comoendíasanteriores,las
marchasfueronretransmitidasvía
Twitter. Algunas fotos, como la de
una señora atacada con gas pi-
mientaporlaPolicía,oelvídeode
unaagentequearrojasuarmayse
une a los jóvenes ya han dado la
vueltaalmundo.
Río, la «ciudad maravilla», pare-
cía ayer un búnker de guerra. Edi-
ficiosdelaAsambleaLegislativa,el
Palacio Imperial o el Palacio Gua-
nabara amanecían rodeados de
vallas de más de tres metros de al-
tura. En la Avenida Rio Branco, la
mayoría de las agencias y bancos
protegieron sus cristales con cha-
pas de metal. El Hotel Windsor
Guanabara también cubrió las
ventanasdesufachadacontablo-
nesdemadera,yenelhalltodaslas
luces permanecían encendidas,
comosifueradenoche.JorgeCam-
pos,carpintero,aseguraalatelevi-
siónquelospedidosaumentaron.
«Lasventasdehoysongrandes.La
mayoría de los pedidos son los
bancos,quetemenelvandalismo»,
declaraCampos.ElBancoCentral,
en la avenida Presidente Vargas,
por ejemplo, fue más precavido y,
además de la instalación de vallas
demadera,colocóplacasdeacero
alolargodelafachadadeledificio.
Ya parece un ritual que se repite
cada día a la espera de la noche y
delosmanifestantes.
Patrullas de la Policía federal
transitabanlascalles.Tambiénlos
temidos escuadrones de la BOPE,
la tropa de élite carioca, recorrían
consusblindadosnegroslasinme-
diaciones de los estadios. «Los
calaveras» son un cuerpo de cho-
que utilizado para combatir el
crimenenlasfavelas,sinembargo,
también pueden intervenir en si-
tuaciones de emergencia. Que
nesdefondo,todosdenuncianlas
enormes inversiones en eventos
comoelMundialylasolimpiadas.
Larepresiónpolicialdelosprime-
ros días también despertó la ira
popular.Losanalistasnosecansan
derecordarqueelaumentode los
precios del transporte fue sólo la
chispa que desató la «tormenta».
Ensusinterpretacionesdelascau-
sas de las protestas, los sociólogos
ypolitólogosdestacanlainsatisfac-
cióndelosjóvenesconelGobierno
y con las condiciones de vida.Y es
que en las grandes ciudades era
normal ver comercios repletos de
Ángel Sastre
Corresponsal en Iberoamérica
ÉXITO INESPERADO
LosedificiosdeRíoseblindan
ylaPolicíapatrullalascallesa
laesperadelanoche
G ¿Crecerán las protestas a pesar de que
se ha anunciado una bajada del precio
de los transportes públicos»?
–Sí. Las protestas van dirigidas contra el
modelo institucional brasileño, que
prácticamente excluye a los ciudadanos
en la definición de lo que son las políticas
públicas. No sólo protestan contra el
Gobierno federal y el alcalde de São Paulo
(del partido gobernante), sino también
contra el gobernador de São Paulo y
Minas Gerais (principales estados
gobernados por la oposición), contra el
grupo Globo (el principal grupo mediáti-
co del país), y contra los partidos políti-
cos, grandes y pequeños. Es un movi-
miento amplio, que no tiene un objetivo
específico. El modelo político brasileño
se ha quedado demasiado pequeño para
la complejidad de la sociedad brasileña,
especialmente en estos tiempos de redes
sociales.
G ¿Cuáles son las prioridades sociales
del país?
–Los presidentes Lula da Silva y Dilma
Rousseff han priorizado la atención a los
pobres y los excluidos a través de un
conjunto de políticas exitosas, como las
denominadas «Bolsa Familia», «Luz para
Todos» o la creación del salario mínimo.
Ha sido el paquete de medidas sociales
más exitoso de la historia y ha contribui-
do a mitigar los graves problemas de
distribución de rentas del país.
G ¿El desarrollo de infraestructuras es
también una prioridad para Rousseff?
–El Gobierno de Rousseff tiene dos
prioridades: la inclusión de los pobres en
la clase media y la inversión en infraes-
tructuras. Ahora existen problemas de
funcionamiento debido a la excesiva
centralización del Gobierno, pero en el
segundo semestre deberían salir las
licitaciones para la concesión de autopis-
tas, vías férreas y el transporte de energía.
G ¿Cómo está combatiendo el Gobierno
la corrupción tras el escándalo del «caso
Mensalão»,que afectó al partido del ex
presidente Lula?
–En la lucha contra la corrupción el país
ha hecho un buen progreso. Hay una
serie de instituciones de control muy
activas. Además, Dilma ha aprobado una
ley de transparencia. Los medios de
comunicación –que actúan como
partidos políticos– han explotado la
corrupción política. En Brasil, los
periódicos convirtieron en escándalo la
compra de un dulce por parte de un
ministro mediante la tarjeta de crédito
institucional.
Luis Nassif, columnista y miembro del consejo
editorial del periódico «Folha de Sao Paulo»
El análisis
La movilización en
la calle irá a más
InternacionalOLEADA DE REVUELTAS POPULARES
26 Viernes. 21 de junio de 2013 • LA RAZÓN