3. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
MI HOMENAJE
Al colega ANTONIO PUNIÓ DA SILVA ALVIM, dedicado
trabajador en la siembra espiritualista y fundador de la
"Sociedad Espirita Ramatís", que distribuye cuantiosos e
incalculables beneficios de orden material y espiritual para
todos los necesitados, sin tener en cuenta credos o razas,
dedico esta obra cumpliendo con mi gratitud y sincero afecto.
Curitiba, 9 de Junio de 1974
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4. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
REGLA ÁUREA
Cristianismo
... "Todo cuanto quieras que los otros hagan por ti, tu debes hacerlo para los demás..."
Confucionismo
"No hagas a los otros aquello que no quieres para ti."
Budismo
"De cinco formas un verdadero líder debe tratar a sus amigos y demás personas; con
generosidad, cortesía, benevolencia, dando lo que de él esperan recibir y ser tan fiel, como sus
palabras lo expresan."
Hinduísmo
"No hagas a los demás, aquello que si te fuera hecho a ti, te causaría dolor."
Islamismo
"Ninguno podrá ser creyente hasta que ame a su hermano, como a sí mismo."
Sikhismo
"Juzga a los demás, como lo haces contigo mismo. Entonces participarás del Cielo."
Jainísmo
"Tanto en la felicidad, como en la infelicidad, en la alegría como en el dolor, necesitamos mirar a
todas las criaturas, como nos miramos a nosotros mismos."
Zoroatrismo
"La Naturaleza sólo es amiga, cuando hacemos a los demás, aquello que es bueno para nosotros
mismos-"
Taoísmo
"Considera las ganancias y las pérdidas de tu vecino, como si fueran tuyas."
Judaísmo
"No hagas a tus semejantes aquello que a ti te resulta doloroso."
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5. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
AGRADECIMIENTO
No podía dejar de mencionar al comienzo de esta obra, mi
sincero reconocimiento al amigo y colega, Dr. BRENNO
TRAUT-WEIN, médico psiquiatra dedicado al estudio de los
fenómenos mediúmnicos y a las leyes de la vida espiritual, a
cuyo talento, conocimiento y acervo de valiosas
experiencias, debo la revisión de esta obra.
Curitiba, 9 de Junio de 1974
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6. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
ORACIÓN
Yo no soy mi cuerpo físico,
Yo no soy los deseos que lo afectan,
Yo soy la mente;
Yo soy la Divina Llama
Dentro de mi corazón,
Eterna, Antigua, Sin Comienzo
Y sin Fin.
Más radiante que el Sol,
Más pura que la Nieve,
Más sutil que el Éter,
Es el Espíritu el Yo,
El Ser dentro de mi corazón.
Yo soy ese Ser; ese Ser soy Yo.
(Poema de GEOFFREY HODSON)
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7. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
PREFACIO
Estimados lectores:
Entregamos a vosotros estas sencillas páginas de comunicaciones trascendentales, en donde
Ramatís no pretende agregar algo nuevo, sublime o inigualable al contenido del Evangelio, que de
por sí es capaz de transformar al hombre en ángel y fue plasmado a lo vivo por el estoicismo,
sacrificio y fidelidad por el Cristo Jesús. Jamás alguien pudo efectuar cualquier corrección o adicionar,
con éxito, alguna interpolación personal o histórica en el deslumbrante e inmodificable Evangelio;
además, agreguemos 1, que es el verdadero Código de ascenso y evolución espiritual. Conforme dice
Ramatís, "Una vírgula extraída o insertada en ese compendio de quimismo divino, enseñado a lo vivo
por Jesús, sería lo mismo que sacar de plomo la pared de la vieja catedral".
Sin embargo, existe una gran diferencia entre agregar "algo" más a lo que dijo Jesús hace dos mil
años, en su Evangelio, y el estudio sincero y apasionante de los razonamientos que el mismo
encierra, y además, justifica el querer saber el porqué Jesús entregó tan elevado mensaje. Se abren
nuevos caminos para nuevas auscultaciones espirituales sobre esa elucidación divina para el
terrícola, inclusive una ilación más exotérica de los motivos que fueron ocultados en aquella época,
pero que actualmente pueden ser aclarados, entendidos y meditados en el siglo XX. El hombre
moderno se encuentra más capacitado para activar su raciocinio sobre el área de la Vida Inmortal, y a
su vez, posibilita un nuevo enfoque, tal vez más íntimo y perspicaz sobre las excelsas enseñanzas de
Jesús.
Rajo la vestimenta poética de las parábolas y de los conceptos evangélicos trascendentales, se
encuentra el sublime mensaje espiritual, que expone directrices morales para el espíritu encarnado; y
aún más, se encuentra oculta una realidad científica del Universo sintetizada en el microcosmos de la
obra humana. El terrícola, a pesar de su primitivismo e ignorancia tradicional sobre el Espíritu
Inmortal, ya se muestra más sensible e ingenioso para percibir las bases creativas y científicas de la
vida. Es capaz de comprender que el sublime e indestructible edificio del Evangelio, es la miniatura
de las leyes que rigen al Cosmos.
Aunque nuestra simple argumentación no pueda realzar un poco más la belleza eterna del
Evangelio, del Cristo Jesús, sin embargo, insistimos en recordar a la humanidad afligida e insensata,
que ha de ser destruida por sus propios inventos mortíferos y por la eclosión indisciplinada de las
fuerzas desintegradoras de la vida humana, siempre que sigan ignorando la ruta salvadora del
"Evangelio".
Las parábolas, los conceptos y las normas de ese maravilloso mensaje, son autenticas
condensaciones de las leyes cósmicas del Universo. Jesús, además de ser un avanzado psicólogo
sideral, instructor moral y maestro espiritual de nuestra humanidad, posee el más alto índice de
conocimiento y experiencia científica que gobierna a vuestro mundo. Bajo la simplicidad de la poesía
y el encanto conmovedor de sus parábolas palpita el "micro-esquema" de las leyes y los principios
fundamentales del Cosmos, al igual que la energía eléctrica de elevado voltaje se va graduando sen-
siblemente hasta cumplir con la necesidad de la simple lamparilla que ilumina el modesto cuarto. Hay
un ritmo, una dinámica y cadencia poco común en la exposición evangélica, que demuestra a los
espíritus sutiles la miniatura de la legislación creativa y cósmica. Las mismas leyes que rigen el
inmensurable metabolismo del Universo, están genialmente sintetizadas en los conceptos y parábolas
inolvidables de Jesús, así como la contextura gigantesca del roble se miniaturiza potencialmente en el
crecimiento de la pequeña semilla.
A través de las palabras tiernas y llenas de esperanzas del Cristo Jesús, fluye la fuerza del Verbo
de la Creación. Por eso, el Evangelio no es un tratado rígido de virtudes salvadoras, ni un simple
manual CÍVK O para mantener una conducta espiritual; ante que nada, es un compendio de las leyes
para el perfeccionamiento de la Vida Inmortal y la metamorfosis del hombre para transformarse en
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8. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
ángel.
El Evangelio, como su nombre lo indica, es el "Camino" que reconduce a la criatura hacia la
intimidad del Creador, y lo integra en la vida auténtica de las leyes que son la manifestación de la
"Verdad". Esa criatura va alcanzando un mayor grado de conciencia, debido a la angelización
paulatina que la introduce en el eterno metabolismo para la Vida Inmortal. A medida que el hombre
amplía su conciencia, debido a la constante penetración en la vida oculta espiritual, también adquiere
una mejor noción de existir y, por lo tanto, alcanza una mayor comprensión sobre Dios. Es un hecho
real, porque la Divinidad vibra en la intimidad de la criatura humana. Desde los tiempos inmemoriales,
los magos, iniciados y sacerdotes esotéricos enseñaban constantemente los preceptos de que el
"macrocosmos" está en el "microcosmos", y "lo que está arriba, también está abajo", paralelamente al
concepto del Génesis, que dice así: "El hombre fue hecho a imagen de Dios".
Por analogía, un átomo en constante expansión podría desenvolver sus elementos constitutivos
hasta volverse semejantes a los astros de una constelación astronómica; el hombre, "creado a
imagen de Dios", también usufructúa la gracia de poder expandirse y sintonizarse a una mayor área
del Creador. Bajo la indefectible belleza mística y moral del Evangelio, se oculta el cientificismo
irrevocable de las leyes mayores del Universo, por cuyo motivo, se justifica el concepto esotérico de
que "el reino de Dios está en el hombre". La pulsación divina palpita constantemente en la conciencia
espiritual del hombre y le provoca los fundamentos creadores de la individualidad, sin desvincularlo
de Dios, a la vez que lo libera del yugo educativo de la materia para integrarlo definitivamente en la
paz y ventura eterna.
Ojalá el lector comprenda que en esta sencilla comunicación a través de un mediador humano,
Ramatís únicamente pretende servir y advertir, y que vale la pena que el hombre viva integrado a las
enseñanzas del Cristo Jesús, porque esos preceptos de moral sideral son la miniatura del
metabolismo del Creador del Universo.
NAVARANA
Curitiba, Marzo 8 de 1974
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9. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
PREÁMBULO
Mis Hermanos. Paz y Amor.
El ciudadano terrícola está alcanzando el fin del segundo milenio, y es arrojado sobre las crestas
de las ondas embravecidas de una civilización electronizada, asistida por computadoras y "robots", y
deslumbrada por el transplante de órganos como admirada por la conquista de la luna. Infelizmente,
no duda que se encuentra al borde de la implacable destrucción provocada por los excesos de
ambición, ateísmo, orgullo e inmoralidad- El hombre moderno sólo se preocupa por la salud de su
cuerpo y trata de sacarle al máximo el goce y los placeres ilusorios, aunque todavía no sabe quién es,
de dónde viene y hacia dónde va. Sólo le preocupa vestir bien ? comer mejor y divertirse. Epicúrea-
mente, activa los deseos y vive muchas de sus indisciplinadas emociones, pero sin conseguir
liberarse de la atracción de las sensaciones. A través de una vida desnaturalizada y sin control
sensorial, confundiendo la explotación indiscriminada de su cuerpo carnal con la verdadera vida
humana, el ciudadano terrícola vive sumiso al primarismo de una existencia física sin poder
encontrarse con la realidad del espíritu inmortal. Abusando de la mediocridad y transitoriedad de los
placeres carnales, camina entontecido hacia la tumba, asemejándose al turista que porta su máquina
fotográfica y binóculos colgados de su cuello, que toma paisajes y edificaciones de las grandes
ciudades para él desconocidas, pero no le produce ninguna transformación intima-Gracias a la casi
milagrosa evolución de la ciencia y la técnica, el hombre terreno alcanza, en la actualidad, el máximo
en lo que se refiere al empleo de los sentidos y emociones. Eufórico por los adelantos modernos, que
le proporcionan el exceso de confort y goce material, que le satisfacen sus exigencias epicúreas del
organismo, se envanece por la facilidad y rapidez con que se mueve entre los polos antípodas y
latitudes geográficas más alejadas de su mundo. Seguro de que dispone de un poder incomún,
entonces olvida a Dios e ironiza la ternura comunicativa del Cristo Jesús que lo invita amorosamente
a la vida espiritual. Disfruta de los países bonitos y panorámicos que observa desde la altura de un
avión jet; desayuna en Nueva York, almuerza en Lisboa y cena en París, pero, infelizmente, continúa
estático en relación a la evolución de su espíritu inmortal.
Gracias a los recursos mágicos de la televisión retransmitida por los satélites en órbita, el hombre
percibe instantáneamente los progresos del arte moderno, de los más recientes descubrimientos
científicos, de los propulsores conceptos de la filosofía y potencializa su cerebro por las constantes
revelaciones de la cibernética; mientras tanto, aún no sabe explicar porqué existe. Paradójicamente,
arregla inmejorablemente el medio externo donde vive, multiplicando conocimientos e inventos de la
vida transitoria y no logra liberarse de la condición de títere, preso en los cordeles del instinto.
A pesar de encontrarse en la era de las computadoras y de la conquista de la luna, además de la
manifestación de ideas y conceptos incomunes que consagran a los genios, filósofos y científicos de
elevado renombre, el hombre civilizado y orgulloso del siglo xx todavía no pudo librarse del rígido
esqueleto del troglodita. Se mueve en el escenario del mundo actual, como ciudadano bien
acondicionado, pero de su intimidad surge a cada instante el ser prehistórico. A pesar del esfuerzo
desesperado que realiza para adaptarse a las reglas, convenciones sociales y costumbres que rigen
a la vida civilizada, dos tercios de la humanidad terrícola todavía actúa en forma cruel, brutal,
indisciplinada, deshonesta e imbécil, cuyas características son similares a1 sus antepasados de las
cavernas.
Aunque el hombre terrícola manifieste tener sentido superior de la justicia, promueva y alcance
progresos en la filosofía y psicología en favor de la mente humana, detente poderes técnicos y
científicos que parecerían sobrepasar las facultades mágicas de las hadas y de los genios de antaño,
sin embargo, no pasa de ser un desventurado carnicero que tritura la carne humana en los charcos
de las luchas fratricidas, para defender retazos de paños patrióticos y límites de tierra que sólo
pertenecen a Dios. En su insania mental y primitivismo espiritual, los poderes públicos arrebatan y
seleccionan a los jóvenes y más saludables de su nación, después los uniforman y los someten a
entrenamientos específicos de belicosidad y terminan enviándolos a los campos de exterminio, para
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10. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
someterlos a la cruenta carnicería que ha de sustraerles las manos, los brazos o los pies,
deformándoles sus caras y vaciando sus ojos, o desfigurándoles la fisonomía que Dios modeló para
reflejar la sabiduría y la ternura del alma eterna.
Después de las luchas sangrientas, donde matan y estropean a los hombres sanos, otros
hombres vestidos de blanco se apresuran a retirar a los mutilados del matadero fratricida, y en una
tarea piadosa y casi sacerdotal, les ajustan los brazos, piernas y manos, substituyéndoles los
auténticos por otros miembros artificiales y genialmente electronizados. Los más desgraciados y
víctimas de la ceguera, les colocan ojos de vidrio, tan perfectos, que hasta parecen "naturales"... ¡Y, a
los infelices de carnes atrofiadas, huesos fracturados y nervios lesionados, les injertan tejidos y trozos
de piel de las partes menos visibles del cuerpo humano!.
Sin duda alguna, las criaturas que se encuentren a la altura de la era paleolítica, son capaces de
practicar esa insensata y cruel actividad enfermiza de movilizar la materia prima humana, en perfecto
estado de salud, para después exponerla a las bombas y metrallas fratricidas, transformándola en
complejo teratológico, que más tarde vivirá y caminará por el centro de las grandes ciudades, cual
muestra del alcance y evolución de la técnica moderna. Desfigurados a propósito por los imperativos
de la guerra, la "mejor" juventud de un pueblo se transforma en harapos vivos, ¡recompuestos por la
medicina!... En la era prehistórica, los monstruos antediluvianos eran cazados y destruidos por los
trogloditas expertos y valerosos; hoy, entre los hombres del siglo XX, a pesar de tener una civilización
milenaria, del advenimiento de la cibernética y del control atómico, sus hermanos son cazados y
triturados fácilmente bajo las patas de los monstruos modernos, que además vomitan fuego y plomo
pulverizándolos en pocos instantes. La vida humana en medio de la civilización aún es tan insegura y
precaria, que hasta un paranoico fustigado por delirios mesiánicos podría exacerbar las pasiones
belicosas de un pueblo, y aumentar el índice demográfico de la población mutilada y teratológica,
resultante de los mataderos fratricidas 1.
Pero, conforme a las profecías bíblicas que anunciaban el "Fin de los Tiempos", desde Isaías,
Miqueas, Job, Malaquías, Daniel, Ezequiel, Juan Evangelista y el mismo Jesús, incluyendo también
los profetas modernos como Santa Odila, el Cura de Ars, Catalina Emmerik, el campesino Maximino,
el profeta Frau Silbiger, Paracelso, Madre Shipton e Izgur, hasta el famoso vidente Nostradamus,
cuyos tiempos profetizados ya está viviendo la actual humanidad, encontrándose en el más grave y
espinoso examen de su conducta espiritual. Día a día, conforme citan las profecías bíblicas, la
Administración Sideral del orbe juzga a los "vivos" y a los "muertos", es decir, a los encarnados y
desencarnados, promoviendo a dos grupos distintos de espíritus. A la derecha del Cristo, símbolo del
Amor, se sentarán los buenos, cuyos espíritus “heredarán la tierra", una vez depurada y verticalizada,
retornando en futuras reencarnaciones, a fin de apresurarse en las ciencias y en las artes, para
poder demostrar su potencialidad divina. A la izquierda, se colocarán los dos tercios de almas,
integradas por los malos, o los citados bíblicamente como los lobos o yuyo, en fin, los reprobados en
el "Juicio Final", y que deberán emigrar hacia otro planeta, donde podrán recomenzar sus lecciones
hasta alcanzar el grado de altruismo, exigido para habitar mundos pacíficos, sanos y venturosos. Los
"de la izquierda" del Cristo son criaturas indisciplinadas, perversas, avarientas, orgullosas, egoístas,
tiránicas, lujuriosas, hipócritas y vengativas. Deberán encontrarse en el ambiente del mundo primario
donde irán a habitar, siéndoles sus condiciones apropiadas para dar cabida a sus insanias, maldad y
violencia, como lo hacen actualmente en la tierra. Bajo la Técnica Sideral que se denomina "los
semejantes curan a los semejantes", los exiliados de la tierra encontrarán la cura espiritual bajo el
signo de las mismas pasiones, torpezas y vicios, que tanto usan y abusan en estos momentos.
Mientras tanto, el "pueblo de Dios", que será probado, estará conformado por las criaturas pacíficas,
amorosas y humildes, incapaces de tener deseos de pillajes y venganzas. Aunque todavía no sean
personas santificadas, sin embargo integrarán las falanges de los "de la derecha" del Cristo, debido a
sus buenas intenciones y redoblados esfuerzos por seguir en el camino del Bien.
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Es evidente que Ramatís se está refiriendo a los tipos megalo maniáticos como Hitler, Mussolini y tantos otros que
arrastran a su pueblo a la destrucción e infelicidad humana.
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Realmente, esos tipos de ciudadanos adulterados por los vicios, estigmatizados por las pasiones
desenfrenadas de una civilización cada vez más epicúrea, se transforman en pesadas cargas para
los bien intencionados. Cultores de doctrinas excéntricas, negativistas y sensualistas, que ironizan la
mansedumbre y la humildad de los seguidores del Cristo, operan negativamente en el plan evolutivo
del planeta tierra, debiendo ser apartados de las almas que aún confían en Dios y en el Mensaje del
Evangelio. Es una consecuencia ecológica, similar al proceso de las hierbas dañinas, cuando invaden
la buena siembra, debiendo el jardinero apartarlas de las plantas útiles a fin de preservar la especie
superior.
En verdad, la actual civilización terrena ya alcanzó el grado de su capacidad creadora en el trato
con las formas materiales, y en la realización de modelar las instituciones socioculturales, pero, aún
permanece espiritualmente inmadura, asemejándose al hombre de las cavernas. Los hombres
actuales, mentalmente se asemejan a los monos que viven en un palacio de cristal, cuya belleza no la
perciben y su objetivo ignoran, siendo su verdadero estado el vivir en la selva inhóspita y primitiva.
Por eso, deben ser devueltos con urgencia al antiguo ambiente de la vida salvaje, para que puedan
exponer con amplia libertad sus instintos inferiores. Imposibilitados de poder adaptarse a las
responsabilidades morales y a los objetivos de una vida espiritual superior, la ley de la evolución los
vuelve a colocar nuevamente en la cuna de la civilización. Los hombres aún son criaturas triviales y
con hábitos primarios, que requieren su pronto retorno a las cavernas paleolíticas, como hijos
pródigos que regresan para convivir con su antigua parentela.
Es visible en la actual humanidad el sintomático movimiento de retorno mental, en donde dos
tercios de la humanidad vuelven a retomar viejos hábitos, gustos y preferencias infantiles y anacró-
nicas, ¡confundiendo instintividad con novedad! Imposibilitados de presentir el equilibrio y la armonía
para la futura humanidad, seleccionada a la derecha del Cristo, sólo resta a esos retardatarios del
progreso espiritual en el trato con la materia, el retorno saludable a la edad de piedra, a cuya forma
de vida están íntimamente ligados y familiarizados. La sintonía expresiva de ese primarismo, en
donde cierto porcentaje de la humanidad terrícola parece haber alcanzado un límite de sus
posibilidades evolutivas, se observa, poco a poco, en todas las actividades actuales, inclusive en sus
exteriorizaciones mentales, aunque se encuentren disfrazadas con los recursos y costumbres
modernos. Se acentúa el mal gusto por lo aberrativo y grotesco, el culto incondicional al lenguaje
escatológico, y se admite como novedad la "palabrota", que antes era un derecho expresivo de los
delincuentes, sin educación de ninguna especie. La poesía, la literatura, la cinematografía y el teatro
son exaltados con motivos impúdicos y sexología deformante; las pinturas se asemejan a caricaturas
primarias, saturadas de tintas llamativas, a pesar de manifestar en sus bases el primitivismo infantil,
utilizado en las grutas prehistóricas; la escultura moderna, a pesar de ser un sofisticado mensaje
esotérico o investigación inusitada, nos recuerda el mal aprovechamiento dado a la materia prima,
conseguida en una subasta pública, cuya finalidad es aprovecharla ya que fue conseguida en forma
conveniente y económica. La música preferida es disonante e histérica, sin melodía ni inspiración,
cuyo fondo sonoro trae aparejado el ritmo salvaje, la gritería de los contorneos musculares de los
viejos indios, cuando danzaban en son de guerra. Se admite como auténtico y estético, la libertad
sobre las prácticas sexuales, debilitando costumbres e interiorizando niveles sociales, lo que es pura
libidinosidad, dado que ninguna trata de exponer en publico las necedades fisiológicas, ¡lo que
también no dejaría de ser un culto por lo auténtico! Astros de la TV y de la cinematografía hacen con-
fesiones extemporáneas y escandalosas, demostrando sus preferencias pervertidas y condenables,
que terminan consagradas por la prensa y el pueblo. Es la figura del Anticristo, modelada por la turba
subvertida y licenciosa, que al exponer en público sus bajezas pecaminosas, lanza un desafío
vengativo contra el mensaje de pureza y moral del Evangelio pregonado por Jesús.
La índole primaria del hombre, que se cobijó en el progreso de las formas materiales pero que se
estancó en su conciencia espiritual, lo conduce de vuelta a sus viejos hábitos, preferencias y
costumbres familiares. Así, en la era de los veloces automóviles, se fomenta y promueve la
competencia de los vehículos tirados por animales, o aquellos deportistas excéntricos, que
promueven excursiones y paseos en globos estratosféricos, ¡cuando el cielo se ve continuamente
cruzado por jets! La bicicleta, la calesita y el paseo a caballo son entretenimientos para la playa,
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"picnics" y excursiones para el interior, que proporcionan un nuevo goce a las-criaturas cansadas de
la vida motorizada. Los niños, saturados de los juguetes electrónicos, donde todo se encuentra
realizado, que les priva del espíritu creativo, se vuelcan a jugar con barcos de vela, diligencias,
soldaditos de plomo, muñecos de paño y artefactos de madera. La propia arquitectura, una vez
pasada la fiebre de lo "funcional", va tomando tendencia y entusiasmo hacia los proyectos para los
edificios y residencias, hacia el viejo estilo colonial, y tal vez, muy pronto, pasaran al estilo medieval.
Las construcciones de aspecto macizo, con pocas ventanas y puertas faltando aire y luz, cuyos
antihigiénicos ambientes funcionan con aire acondicionado, parecen un calco del gusto primitivo del
hombre de las cavernas. Los muebles son otro de los gustos que manifiestan el retroceso hacia la
época de Don Juan VI y Luis XV. Hasta los antiguos relojes "cu-cu" y muñequitas bailarinas que
danzan a la hora o la media, se acentúan cada vez más en los hogares terrenos, mientras que las
antiguas cajitas musicales de tanto éxito en los siglos anteriores, vuelven a ser moda, y con el
entusiasmo de las cosas nuevas. Siendo así, no pasará mucho tiempo para que la vieja cítara, el arpa
y el bandolín, deban suplantar nuevamente al piano moderno en los conciertos sociales y serenatas.
Por otra parte, va en aumento, la antigua novedad de las propagandas cinematográficas al aire libre y
en los frentes de los edificios, y es muy probable, ¡que ha de retornar el coro y la banda de música en
la plaza pública!
Después del uso de las ropas excesivamente livianas y modernas, se vuelve a estimar el uso de
la ropa de cuero con aplicaciones metálicas. Aparecen los zapatos con hebilla y tacos altos, así como
también la mujer se sirve de las botas altas o inedias, tal como sucedía en la Edad Media, cuyos
habitantes las usaban para protegerse en las calles de piedras irregulares o enlodadas. Los hombres
retornaron a usar el cabello largo y poblada barba, cuyo aspecto configura algo del ciudadano
prehistórico. De ahí el gusto primitivo por los llamativos dijes y collares de hierro, metal, loza o
conchillas de mar, cinturones de cuero y metal, anillos de piedras vulgares pero relucientes, en franca
competencia con los indígenas. Sin lugar a dudas, el hombre no demorará en estar a la "moda"
usando la peluca, mientras que las mujeres se entusiasman por los peinados a la "Pompadour" y el
"maquillaje" que hizo suceso en el viejo Egipto, en Francia, Roma y Grecia en los tiempos donde
primaba la barbarie. Y como en el "Fin de los Tiempos" es época de los extremos más contrastantes,
las mujeres se visten de la cabeza a los pies, haciendo caso a la moda decretada por los afeminados
costureros, e inmediatamente concurren las playas para demostrar la desnudez salvaje, ¡apenas
protegidas por una minúscula bikini!
En verdad la marcha retroactiva hacia las cavernas se refleja también en los conflictos populares
y en los procedimientos policiales del mundo; bajo el ataque de los estudiantes rebeldes v armados
de palos y piedras, las policías europea v asiática se defienden protegidas con armaduras y escudos
a "la romana". Algunos de los bárbaros castigos del pasado vuelven a ser retomados por los jueces
modernos, como sucede en Nigeria. Uganda y otras unidades africanas y asiáticas, los cuales se
habían superado: como son, cortar las manos de los ladrones, quitar los oíos a quienes prestan falsos
testimonios, castrar a los delincuentes sexuales o castigar injustamente a los parientes del criminal.
Tal vez, por fuerza de ese atavismo mental de la era paleolítica, es que los médicos, abogados,
magistrados, profesores, psicólogos y hasta sacerdotes insisten para que se implante la pena de
muerte que fuera eliminada clamorosamente por ser un castigo bárbaro e inútil.
Sin lugar a dudas, la tierra está cansada de aguantar en su seno a una humanidad tan feroz,
sensual e interesada, que después de alcanzar el límite de su capacidad creadora, se vanagloria con
la fiebre de producir armas atómicas genocidas y bombas incendiarias, que son capaces de arrasar
su propia morada. El planeta suspira para librarse de esa carga demente y destructora, que lo
transforma en un escenario de experiencias ruinosas y tétrico matadero, que vierte la sangre
creadora en el suelo y lo transforma en pozos de líquido repugnante. Los terrícolas, para cumplir con
sus días educativos en la materia, saltan de sus camas para matar, destruir, robar, tiranizar y
prostituir. En consecuencia, Dios está obligado a seleccionar a la actual humanidad, optando por la
solución sensata y lógica que es exiliar hacia otro mundo físico, a esa multitud de almas
psicopatológicas, sádicas y masoquistas, que contrarían y desafían a la legislación divina.
De ahí entonces que la Suprema Ley convocó la presencia de todos los infractores y marginados
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encarnados y desencarnados, a fin de explicarles su acción lesiva en el orbe terráqueo y su rechazo
en cumplir con los principios y los estatutos de la vida superior. La humanidad terrícola está
alcanzando el final de su curso primario iniciado hace 28.000 años, en la Atlántida, por lo cual, se
encuentra en las puertas de la más severa y aflictiva "prestación de cuentas" ante el tribunal divino de
su propia conciencia. En base a ese profético "Fin de los Tiempos", que promueve y reajusta al
planeta y a su humanidad, el mismo será elevado a un grado superior de educación espiritual, pero
destinado únicamente a los espíritus aprobados en el actual "Juicio Final", en total procesamiento.
Considerando que todo examen sobre tal o cual materia se elige por medio de una bolilla en el
"sorteo", para comprobar la capacidad de los examinados, desde la época de Jesús, ese tema fue
anunciado por Juan Evangelista, en forma cabalística y que es fácil de reconocer como la "Bestia del
Apocalipsis".
Bajo el ardiente impacto de la fuerza telúrica de la carne, activada por el erotismo animal, los
disciplinados y limpios se elevarán por encima de los apetitos, vicios y sentimientos malsanos,
propios de la vida instintiva, mientras que serán reprobadas las criaturas sumergidas en el lodo de las
pasiones violentas e indisciplinadas, necesitadas del baño catártico espiritual en el caldo de cultura
de una vida planetaria, semejante a su propia frecuencia vibratoria e instintiva.
Ojalá las páginas sedativas, amorosas y liberadoras del Evangelio del Amado Maestro Jesús
todavía puedan inspirar a muchos terrícolas para detener sus pasos a la orilla del abismo, librándolos
de la trágica emigración hacia un mundo inferior, inhóspito y salvaje donde la insania, la brutalidad y
la crueldad justifican aquel concepto evangélico, que así advierte a través de Juan: "Y aquellos que
no se encuentren en el Libro del Cordero, serán arrojados en el tanque de azufre y en las regiones
donde sólo se escucha el crujir de los dientes".
De ahí entonces que, bajo esa advertencia atribuida al Señor, se podrá comprender que las
criaturas carentes de las virtudes señaladas en el Evangelio del Cristo Jesús, serán exiliadas hacia un
mundo expiatorio, simbolizado por el "tanque de azufre", es decir, un orbe tan primario y salvaje, cuya
vida cruel, violenta e indisciplinada de la animalidad, se encuadra perfectamente en la descripción del
"crujir de los dientes", que es la característica de la vida inferior.
RAMATÍS
Curitiba 30 de Marzo de 1974
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14. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
ALGUNAS PALABRAS
Mis hermanos:
Tengo el presentimiento de que los lectores más intelectualizados estaban esperando, a través
de la presente obra, que Ramatís revelase las más inusitadas explicaciones sobre el metabolismo
cósmico. ¿Es que se estaba esperando el soñado y anhelado deseo de tener una explicación lógica o
casi definitiva de la multimilenaria incógnita, de quién es Dios?
Ramatís, aunque sea un espíritu evolucionado v que en el Espacio conforma la dirección de la
"Fraternidad de la Cruz y el Triángulo", comunidad sideral que está formada por espíritus orientales y
occidentales, en un trabajo específico sobre el área del territorio brasileño, sin embargo, asumió la
responsabilidad y el compromiso de activar el corazón del hombre terreno, sobre el Amor enseñado
por el Cristo Jesús. No tiene por miras exponer revelaciones sorprendentes e inusitadas, que sólo
deslumbran el intelecto humano, pero que no dinamizan el sentimiento del corazón. Además, no es
de mucho valor un cerebro abundante de conceptos eruditos y saturado de elucubraciones científicas,
capaz de solucionar los complejos problemas de la vida física, pero al que le faltase el calor crístico
de la Intuición que atempera el corazón y sensibiliza el alma, cuyo fin es reencontrarse con la verdad
sobre la Vida Inmortal. No siempre los mayores descubrimientos y conquistas sorprendentes
resuelven los problemas seculares, que sólo requieren un poco de amor, tolerancia, filantropía,
humildad, ternura y compasión. ¿Cuáles son las soluciones definitivas que han de remediar la vida de
los sumidos en la pobreza o que contribuyan a mejorar el sentimiento de los humanos, que hayan
aparecido paralelamente, a las siderales sumas de dinero, empleadas para fabricar cápsulas,
módulos y cohetes para que el hombre pisara la luna?
Es evidente que las revelaciones extemporáneas y relativas al mecanismo del universo tendrían
poco provecho entre las criaturas humanas si únicamente fueran ágiles y sensibles de intelecto, pero
muy pobres de sentimientos. Existe mucha razón y una gran advertencia cuando Ramatís manifiesta:
"¿De qué le vale al terrícola haber alcanzado el suelo de la luna, a millares de kilómetros de su
tradicional morada, si todavía no consiguió penetrar un centímetro dentro de su propia alma?
Analizando los mensajes mediúmnicos de Ramatís, comprobamos que su posición está en la
condición de espíritu entrevistado. El éxito de sus obras depende muchísimo de la capacidad,
sensatez y amplitud de los temas y preguntas formuladas por los interesados. Desde que comenzó su
primera obra por vía mediúmnica, Ramatís nos sugirió que fuese elaborada por el sistema de
preguntas y respuestas, cuya fluidez, en los diálogos proporciona una mayor recepción del contenido
y favorece el descanso mental de los lectores. Los textos expuestos en forma de diálogos, debido a la
cadencia de las pausas, suavizan los asuntos más complejos, cansadores y prolongados, pero sin
apartarlos del tema progresivo y fundamental de la obra.
Pero, en base a la multiplicidad de los asuntos que comúnmente son indagados en cada obra,
casi exigiendo especialistas para preparar las preguntas adecuadas y coherentes a la secuencia
lógica de cada tema encarado, es también Ramatís quien suple las fallas referentes a la indagación.
Entonces, elabora o hace nuevas preguntas y responde a sus propias indagaciones, como si fueran
formuladas por los interesados del tema de la obra, a fin de "llenar" los' claros existentes y que son
capaces de truncar la marcha armoniosa y correcta del tema central. De esa forma llega a responder
anticipadamente a las dudas que asaltan a los lectores en ciertos trechos de sus obras, como si les
estuviera adivinando la indagación que tienen en mente.
Nuestro grupo de estudio espiritualista siempre opta por un asunto de interés colectivo, como en
el caso de esta obra, en que fue escogido el tema fundamental del "Evangelio a la Luz del Cosmos".
En seguida, se vale de la inspiración y orientación asistenciales de Ramatís, para motivar las
indagaciones sucesivas, siendo compuestos los capítulos en orden correlativo. En la selección de los
temas destinados a las consideraciones de Ramatís, se incluyen las solicitudes hechas por los
lectores a través de cartas, dudas e investigaciones realizadas personalmente, inclusive algunos
14
15. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
asuntos extraídos de compendios, obras y publicaciones que justifiquen serias consultas al mundo
espiritual. Mientras tanto, en el caso de la obra "Sembrando y Recogiendo", en forma de cuentos
reencarnacionistas, y que me fuera dictada por el espíritu de Atanagildo, pude psicografiarla sin
indagaciones posteriores y casi sin interrupción.
Sin embargo, insisto en recordaros que, debido a la pobreza y dificultad humana respecto al
entendimiento sobre la inmortalidad del espíritu, Ramatís necesita venir al encuentro de los
interesados, a fin de llenar en forma coherente las lagunas que existirían y que sacrificarían la
conexión y claridad de sus obras; y repito una vez más, sería por falta del conocimiento adecuado.
Después de haberle solicitado algunas elucidaciones sobre el Evangelio de Jesús, apreciado a la
luz de la Suprema Ley del Cosmos, y sobre el fundamento principal de ésta obra, Ramatís nos sugirió
llevar un esquema disciplinado de la materia general de la obra, a fin de coordinar el texto indagatorio
con las preguntas de nuestra simpatía y capacidad. Nos aconsejó, entonces, que la armadura
vertebral de la obra obedeciese a la triple y siguiente división: "Dios", figurando como el tema
preliminar, que nos permitiría una mejor comprensión de la idea y de las leyes del Creador;
"Evolución", en la segunda parte, con referencia a la vida del espíritu encarnado y su trabajo humano,
para alcanzar una mayor área respecto a la conciencia en el contacto educativo con las formas físicas
de los mundos planetarios; y, finalmente, el "Evangelio", como tema fundamental discurriendo sobre
las parábolas, los conceptos y acontecimientos más sobresalientes en la vida de Jesús, que además
de ser de mucha importancia, sirven para fijarse con precisión en la memoria de los humanos.
Bajo tal disposición fueron seleccionados los temas principales y elaboradas las indagaciones de
mayor interés y conveniencia para el esclarecimiento de los lectores de esta obra. A pesar de cierta
versatilidad profesional, de las graduaciones, especialidades, cultura filosófica, psicología y
espiritualismo de los que forman nuestro grupo ramatisiano, sus indagaciones todavía no son satis-
factorias para la cobertura integral y minuciosa de los temas espirituales expuestos, los cuales
Ramatís los rellena con su experiencia sideral. A pesar de esa deficiencia evidente para una en-
trevista mediúmnica, siempre se observa la tranquilidad y la coherencia de la obra, ante la frecuente
intervención de Ramatís que corrige fallas, compensa aparentes desentendimientos y llena los claros
que transcurren por causa del trabajo indagatorio.
En consecuencia, cualquier problema o deficiencia señalada por los lectores en el transcurso de
la lectura sobre "El Evangelio a la Luz del Cosmos", incluida la falta de preguntas más
esclarecedoras, todo ello quede a cuenta de la insuficiencia mediúmnica. En base a otras obras de
Ramatís, que están siendo psicografiadas, creo que los lectores insatisfechos podrán usufructuar me-
jores esclarecimientos en temas más específicos, que se irán presentando.
HERCILIO MAES
Curitiba, 1 de Mayo de 1974
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16. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
DIOS
Pregunta: ¿Llegará el tiempo en que el hombre compruebe fehacientemente la realidad de Dios,
a pesar de los vanos esfuerzos que han hecho los investigadores hasta nuestros días, sin alcanzar
los resultados apetecidos?
Ramatís: Jamás la criatura humana podrá definir o identificar racionalmente la Realidad Absoluta
del Creador, por más que sea una partícula divina. Si el hombre lograra tal solución, sería otro Dios
para ser descubierto, descripto e identificado. Así como las hojas no pueden sentir o representar al
árbol, y las gotas del agua no pueden describir la naturaleza inmensurable del océano, la parte
tampoco puede definir el Todo, ni el creado a su Creador. Las células del hombre jamás podrán
explicar los pensamientos, sentimientos y la correcta configuración del ser humano. Sólo otro Dios o
semejante al que se pretende demostrar es el que podría probarlo.
Pregunta: ¿Por qué no podemos definir o explicar al Creador, si somos una partícula de, El? ¿No
dice la Biblia, que "el reino de Dios está en el hombre"?
Ramatís: Dios, como fuente original e increada de la Vida, existe antes de cualquier cosa o ser;
en consecuencia, jamás podríamos explicar aquello que existió mucho antes de nosotros existir. Si
consideramos a Dios simbolizado por rayos que parten geométricamente de un centro y se pierden
en el infinito, la conciencia del hombre ha de ser siempre la figura de una esfera limitada sobre el
centro de esos rayos. Aunque esa conciencia humana se amplíe y desenvuelva constantemente en
todos los sentidos, está sujeta a limitaciones relativas en cada fase, y jamás podrá alcanzar los rayos
infinitos.1
Pregunta: Si el reino de Dios se encuentra en el hombre, ¿por qué no poseemos el entendimiento
subjetivo de la Realidad Divina? Aunque hemos sido creados "a imagen de Dios", sin embargo no
tenemos una impresión correcta sobre su índole, pues lo único que tenemos es nuestra imperfección
espiritual e ignorancia, que de nada nos es útil para comprender la naturaleza del Creador, ¿no es
verdad?
Ramatís: El reino del pino está plasmado y esquematizado en la simiente, así como la semilla del
roble es la imagen del gigantesco árbol de su especie. Sin embargo, sólo podréis valorar y
comprender la realidad del pino o del roble una vez que hayáis plantado la semilla en la tierra fértil
para dar cumplimiento al proceso de la metamorfosis vegetal. A través de las fuerzas ocultas que
dormitan en la intimidad vegetal, ambos necesitan evolucionar, poco a poco, a partir de la simple y
pequeña semilla, limitada, y poco diferenciada de su estructura general. Una vez activada, rompe la
cobertura de la vieja semilla, brota, crece y alcanza las alturas hasta configurar definitivamente el
majestuoso árbol, que existía potencialmente en el embrión. La simiente, después de sufrir el proceso
de adaptación al suelo, no siempre propicio, todavía debe concentrar sus fuerzas íntimas para romper
las membranas externas. Después necesita sobreponerse a la agresividad de los gérmenes del
medio donde fue sepultada; resistir la potencia del quimismo tóxico de la tierra; sufrir la humedad que
se filtra en sus entrañas; cavar los surcos para desarrollar y afirmarse, para que el brote pueda
romper la superficie de la tierra; buscar el oxígeno y la libertad para enfrentar el aire helado del
invierno o el calor abrasador del verano; sobrevivir a la lluvia torrencial y curvarse humildemente ante
la inclemencia del viento tormentoso. Incluso debe defenderse de la agresión tenaz de los insectos
que le exterminan los brotes recientes y persistir hasta conformar definitivamente las ramas y las
hojas. Su único fin es siempre ir hacia lo alto, a pesar de los impedimentos que las especies dañinas
le presentan, mientras sus raíces rebuscan en el fondo del suelo los elementos minerales para
desarrollarse. A pesar de los innumerables factores agresivos del medio, la planta continúa creciendo
sin poder desviarse del esquema fundamental de conformar definitivamente el majestuoso árbol que
aceptó la tarea de plasmarse en el seno de la tierra, a pesar de tanta adversidad durante su
desenvolvimiento.
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17. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
1
EL ESPÍRITU HUMANO Y LA EVOLUCIÓN DE SU CONCIENCIA
DIOS
Sin lugar a dudas, el reino de Dios está en el hombre, así como la naturaleza del roble futuro
reside en la semilla. Si consideramos a Dios como Espíritu Total y Cósmico, como "Llama" o "Luz"
infinita, por siempre y más allá del tiempo y del espacio, obviamente, los espíritus de los hombres o
hijos de Dios han de ser entonces centellas emanadas de esa eterna, infinita e incognoscible energía.
Pregunta: Si el hombre es un Dios en miniatura, ¿no podría conjeturar en sí mismo la Realidad
Divina?
Ramatís: El espíritu del Creador vitaliza la vida íntima de cada criatura, como si fuera el "paño de
fondo" de la conciencia del hombre. A medida que el ser amplía esa conciencia esférica, en
.permanente contacto y en forma educativa con la materia de los mundos planetarios, también abarca
mayor área de lo divino y va percibiendo a Dios con más precisión. Aunque la simiente posea en
potencia las cualidades del vegetal, que demostrará su condición cuando los factores naturales lo
permiten, sin embargo, no podría definir por anticipado su posterior configuración vegetal sino a
medida que crezca en su medio ambiente, en eterna lucha por la' vida, hasta alcanzar su real
configuración.
Pregunta: Los ateos aseguran que Dios no existe; que el universo es obra del acaso, tal vez
producto de un accidente inexplicable. ¿Qué nos podéis decir?
Ramatís: Respetamos la convicción de cada hombre; sin embargo, creemos que el acaso o un
accidente imprevisible, puedan producir fenómenos y hechos tan inteligentes como es la Vida en el
Universo, en verdad es un acaso poco lógico. Un accidente no crea leyes tan lógicas y sabias, que
17
18. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
tanto disciplinan en forma genial y correcta el torbellino de electrones alrededor del núcleo atómico
como amparan y proporcionan racionalmente la cohesión de los astros suspendidos en el Cosmos y
que giran armoniosamente alrededor de sus correspondientes soles. Además, todos esos astros se
mueven en dirección a un objetivo correcto y útil, con estructuras estables, perfectas y complejas,
demostrando que existe una inteligencia poco común y muy superior, comparándola al más avanzado
índice de intelecto humano. Decía un célebre filósofo persa: "Si Dios no hizo el mundo, necesitamos
buscar con urgencia al responsable por un hecho tan sabio y lógico".2
Pregunta: Si no podemos concebir a Dios, entonces no tiene ningún sentido que tengamos un
estado de fe absoluto y ciego, que nos induzca a creer en aquello que todavía no tenemos la
seguridad de que existe. ¿De qué adelanta afirmar que el reino de Dios está en el hombre, si éste no
sabe quién es o cómo es su Creador?
Ramatís: Y, ¿cuál sería el cambio del hombre, en el caso que supiese describir
satisfactoriamente la forma y la esencia de su Creador? ¿Acaso las criaturas harían modificaciones
instantáneas o loables en la vida, abdicando de intereses y dignificando sus relaciones humanas, sólo
porque alguien consiguiera describir la Realidad Absoluta? Sin embargo, es evidente, que ese deseo
constante del hombre por conocer o sintonizarse con el Creador es lo que debiera estimularlo y
acelerar su ascenso hacia una vida espiritual superior.
Mientras la criatura vibre en un estado espiritual primario, todavía no está preparada para
entender a Dios y su manifestación Cósmica. El espíritu de] hombre necesita emanciparse del instinto
primitivo a través del cultivo de los valores divinos, que están adormecidos en su propio "yo" si es que
en realidad quisiera comenzar a entender la naturaleza real del Creador. Además, el hombre deberá
superar el linaje animal que le plasmó el organismo carnal, y realizarse como ser espiritual e integral;
por otra parte, necesita adquirir el estado angélico para liberaría definitivamente de las
reencarnaciones. Hasta que eso suceda, sólo le resta asumir una actitud sensata y tranquila; tratar de
entender los designios divinos a través del respeto y amor a todas las criaturas, que son
manifestaciones palpables de la Mente Creadora.
Es natural que el hombre civilizado y esclarecido no tenga dudas sobre el hecho científico de que
una ciudad se ilumina por la fuerza disciplinada de la energía eléctrica, mientras que para el salvaje,
con su mente infantil y supersticiosa, considera el fenómeno como un misterio sagrado. El poeta se
extasía ante la forma y los colores de una rosa; de esa forma, pronto transforma la belleza floral en
una belleza poética. El sabio, en el silencio del laboratorio y sin la visión panorámica de la flor, tam-
bién se deslumbra y conmueve tal vez más que el poeta al comprobar la sabiduría oculta que
combina los átomos en moléculas, las moléculas en células, las células en tejidos, los tejidos en
órganos, conformando perfección y armonía en la investigación de una simple flor. Se emociona el
poeta por la belleza exterior de la rosa y vibra el sabio por el cientificismo que une y asegura la
contextura íntima de la flor. De la misma forma, la criatura, conforme sea su experiencia, sabiduría,
sensibilidad y evolución, ha de tener visión o concepción de Dios, sea fantasiosa o aproximada a la
realidad, pero nunca alcanzará la solución que sobrepase su capacidad mental.
Pregunta: ¿Es censurable esa insatisfacción o incredulidad del hombre, cuando aún le faltan
medios para definir o comprender a Dios?
Ramatís: ¿Qué importancia tiene la aflicción del hombre por no poder comprobar correctamente
la realidad de Dios, cuando a través de las Leyes y los fenómenos inteligentes de la naturaleza puede
sacar sus propias conclusiones respecto a la existencia del Creador?
2
Nota del Revisor: El científico inglés Edmorst, en sutil e irónico concepto, así se expresa sobre la posibilidad de que el
acaso substituyera a Dios: "Si el acaso o un simple accidente puede crear hechos inteligentes, entonces tenemos que
admitir que, arrojando una bomba dentro de una tipografía, saldría compuesto un diccionario completo sin la intervención o
interferencia del tipógrafo".
La idea de Dios y la seguridad de que existe son innatas en, el hombre, porque éste es un
espíritu, una centella de luz que despierta y evoluciona constantemente en forma inconsciente en el
seno del Espíritu Eterno del Creador. Secón decía Jesús, "el reino de Dios está en el hombre", y
18
19. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
conforme asegura el Génesis, "El hombro fue hecho a imagen de Dios". Hace algunos milenios, los
viejos maestros de la espiritualidad de Oriente, afirmaban que Dios es el 'macrocosmos, el mundo
grande, y el hombre, el microcosmos, el mundo pequeño. Además, corroboraban sus enseñanzas
explicando: "Lo que está arriba, también está abajo", porque el átomo es la miniatura perfecta de una
galaxia que palpita en el Cosmos.
En verdad, el hombre siempre buscó a Dios; los salvajes, aunque fueran ignorantes, adoraban a
Tupa, el dios del trueno y del rayo, seguros de que existía un poder superior y divino, es decir, más
allá del hombre. Los atlantes, aztecas y egipcios adoraban al sol, viendo a través del astro rey, el
centro de la Vida Divina del Creador; los judíos loaban a Jehová, un Dios guerrero y poderoso, que
protegía a la raza elegida; los católicos eran devotos de la figura de un viejecito de barbas blancas,
que vivía en los Cielos y distribuía gracias a sus devotos, arrojando en el fuego del infierno a los
herejes y pecadores.
Pregunta: ¿Dios no es el fruto de una necesidad psicológica del hombre? Esa idea sobre la
divinidad, ¿acaso no progresa y se perfecciona al igual que el hombre, que la sustenta en su mundo
material?
Ramatís: No hay dudas de que la idea de Dios siempre evolucionó conforme al progreso,
entendimiento y cultura de la humanidad. Además, es muy grande la diferencia entre la concepción
divina del Tupa de los salvajes y la creencia sobre la Suprema Inteligencia, que hoy los espiritas
admiten sobre el Creador. Sin embargo, Dios no es una idea o fruto de las necesidades psicológicas
de la humanidad, que evolucionó conforme al hombre. En verdad, a medida que vamos
comprendiendo la vida, nuestro psiquismo va percibiendo con más precisión la Verdad Cósmica. No
es la lucha para liberarnos de la materia lo que nos hará sentir a Dios sino que ha de ser el binomio
"sentir" y "saber" el que nos ofrecerá la realidad del Infinito, pues libertad sin sabiduría es poder sin
dirección.
Pregunta: ¿Es suficiente ser creyente en Dios, para que la criatura se salve?
Ramatís: ¡Creer en Dios no es lo mismo que vivir en Dios! El hombre que no desenvuelve en sí
mismo los atributos divinos es semejante al enfermo, puesto que puede creer en el medicamento
pero no acata la prescripción médica, siguiendo la tónica de un enfermo obstinado. Si concebimos
que Dios es la Verdad Absoluta, la búsqueda de esa Verdad indescriptible sólo es posible a través de
la ampliación de la miniatura divina, que todo ser posee en sí mismo.
La creencia del hombre que juzga estar en el camino de la Verdad, puede hasta significar la
negación de esa misma Verdad, ¡puesto que creer simplemente en Dios no quiere decir que se le ha
encontrado! Obviamente, si la Verdad o Realidad es desconocida, tanto la creencia como la
incredulidad no proporcionan el encuentro con Dios. Comúnmente, esa creencia no es un auto
realización sino una simple proyección del individuo hacia lo desconocido. Debido a que la creencia
trae aparejada una recompensa extramaterial, millones de criaturas tienen fe en la creencia, como un
motivo para vivir confiados y esperanzados, respecto a la salvación, en el caso de que existiera
alguna cosa después de la muerte del cuerpo físico. Prácticamente, vendría a ser un mercado de la
redención, en que ciertos creyentes toman parte en algunas acciones religiosas, en la expectativa de
recoger algunos dividendos de la Divinidad-Las iglesias católicas, los templos protestantes, los
centros espiritas, los terreiros de la Umbanda, las sociedades teosóficas, los tatwas esotéricos, los
cultos rosacruces y centenas de otras instituciones espiritualistas se llenan de creyentes, fieles, discí-
pulos o asociados que cultivan ciertos postulados simpáticos y afines sobre una idea específica de
Dios. Mientras tanto, las criaturas encauzadas en esa creencia sistemática y "estandarizada" no
modifica su "yo" interior ni incorporan los valores in-comunes del "YO" superior divino.
Probablemente, ignoran que es una conquista individual a través del estudio, de la abnegación, del
servicio al prójimo, y sobre todo, de la acción totalmente desinteresada.
Pregunta: ¿Podéis extenderos un poco más respecto a esa condición de que el hombre cree en
Dios pero no lo encuentra?
Ramatís: Si los atributos esenciales del Creador forman una Verdad, la cual sintetiza el Amor, la
Sabiduría y el equilibrio infinito, entonces el hombre debe activar en sí mismo esos principios a fin de
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20. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
aproximarse a Dios. Poco adelanta que el hombre crea en Dios, si no desenvuelve en sí mismo los
atributos divinos, que los tiene latentes en lo íntimo de su espíritu. La creencia puramente intelectual y
especulativa no tiene ninguna finalidad si no modifica la forma de actuar y sentir. Es el centro psíquico
el que sublimiza y sensibiliza al ser, aunque sea el intelecto el que planifica a través del poder mental,
y que más tarde vitaliza el crecimiento divino a través del Amor. La creencia en Dios tiene muy poco o
nada de valor, cuando el hombre explota, maltrata, roba, destruye y mata al prójimo. ¿De qué sirve la
creencia del rico si, a pesar de glorificar a Dios, persiste en ser avaro, astuto y egoísta? El que posee
fortuna, especula con la desgracia ajena y atesora dinero para sí, rodeado de comodidades, lujos,
placeres censurables, y olvida a su hermano que gime de dolor, tirita de frío y padece de hambre,
jamás corresponde a la creencia divina, por más que milite en algún movimiento religioso o
espiritualista. No importa si debido a su creencia trata de fortificar su fe construyendo iglesias,
arreglando templos, contribuyendo con tómbolas o iniciativas de caridad, ¡lo que generalmente hace
por miedo a perder el cielo! Por ventura, ¿creéis que es suficiente enviar el cheque con carácter
filantrópico para la institución espiritualista, masónica, rosacruz, teosófica, espirita o umbandista para
atender a los pobres en la noche de Navidad, a fin de justificar su creencia en Dios?
Pregunta: ¿Es preferible ser un descreído, antes que un creyente que se engaña a sí mismo?
Ramatís: ¿Qué importancia tiene que el hombre crea o no, si aún no ha conseguido modificarse
interiormente? En vuestro mundo existen millares y millares de hombres que creen en Dios y acuden
a las instituciones espiritualistas o templos religiosos; sin embargo viven en forma tan censurable que
desmienten totalmente poseer los atributos del Creador, con los cuales creen estar cumpliendo
fielmente. Entre ellos se encuentran los dictadores, ministros corrompidos, parlamentarios que
comercian su posición, magistrados interesados, gobernadores deshonestos, comandantes
inhumanos, profesionales competentes pero carentes de ética, religiosos fanáticos, sacerdotes
lujuriosos, industriales de frigoríficos y mataderos, especuladores con la salud del pueblo, fabricantes
de armas fratricidas, políticos maquiavélicos, pues todos son creyentes, ¡excesivamente creyentes!...
Sin embargo, los citados ejercen una acción e interferencia perniciosas en las vidas humanas, que en
realidad justifican, con más propiedad, la existencia del insatisfecho Satanás, en vez de una entidad
divina cuyos atributos son Amor, Sabiduría, Bondad y Justicia.
A pesar de tener la creencia en Dios y hacer obras filantrópicas en favor de las iglesias y
comunidades deístas, planean masacres sangrientas de los pueblos vecinos e indefensos, dirigen
ejércitos, flotillas aéreas o divisiones belicosas que destruyen vidas sin piedad alguna; arrasan
metrópolis con bombas nucleares; incendian campos, sembrados y poblaciones con la terrible
Napalm; estimulan la fabricación de los instrumentos para la muerte; denuncian, espían y testifican en
falso en contra, de sus propios amigos, caídos en desgracia pública o política.
Muchos de estos creyentes harían ruborizar de vergüenza al mismísimo Diablo- Están los que
rezan compungidos antes de cometer terribles masacres; los que doblan las rodillas y piden perdón
por tener que cumplir con el deber homicida de fusilar a sus hermanos, en tiempo de guerra o en
tiempo de paz, debidamente oficializado por la ley de la Bestia 3. Están los que bendicen las armas e
instrumentos de muerte, aunque sepan conscientemente que sirven para matar ancianos y niños, y
no faltan los que llegan a la insensatez de subvertir los atributos divinos y suplicar a Dios el amparo
para sus huestes destructoras a fin de aniquilar al enemigo, esto es, otros pueblos que a su vez
hacen también la misma rogativa para Dios a fin de ser protegidos en medio de la fatal carnicería.
3
Nota del Médium: Naturalmente, Ramatís se refiere a los comandos de guerra o pelotones de fusilamiento, en donde
los responsables tienen repugnancia .de matar al prójimo, "enemigo" o "condenado", tal vez atemorizados por el indiscutible
juzgamiento divino. Sin embargo, olvidan la recomendación evangélica de Jesús que nos advierte sobre nuestro com-
portamiento ante tal situación: "Aquel que diera la vida por mi, la ganará por toda la eternidad". En consecuencia, quien
diera la vida por el Cristo, que es Amor, prefiriendo morir antes que matar. ganará la verdadera vida del espíritu, para toda la
eternidad.
Considerando que el 95 por ciento de la humanidad terrícola cree en Dios, es evidente que toda
la maldad y destrucción por las guerras fratricidas obedecen a la responsabilidad de ese noventa y
cinco por ciento de creyentes. Tendría más lógica la insania que manifiesta el terrícola, si ese noventa
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21. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
y cinco por dentó fuera ateo, pues sus ignominias y perversidades serian consideradas normales y
producto de una naturaleza inferior, por desconocer las leyes que rigen el Cosmos y que emanan del
Creador.
Pregunta: Maestro, ¿vuestra opinión es que no creéis en la creencia de los hombres por el solo
hecho de que no viven integralmente aquello que perciben?
Ramatís: Comprender a Dios exige de los hombres una realización interna, que consiste en
buscar constantemente la sabiduría y el equilibrio psíquico, y una acción externa de renuncia y
servicio fraterno para todos los seres de la naturaleza. Sólo así podrá comprobar que está regido por
la sublime inspiración de la creencia. Jamás tendrá autenticidad y fidelidad sobré la creencia del Amor
de Dios, si su criatura odia, destruye, engaña y cultiva un fanatismo separativista.
El Viejo y el Nuevo Testamento han producido cantidades de sectas, creencias diferentes y
fanáticos más peligrosos que el Bien que deberían haber hecho; en base a luchas estériles por
alcanzar la conducción de las sectas y divulgación de los postulados, muchas veces utilizados contra
el mismo hombre y contrariando las enseñanzas amorosas del Cristo. No nos oponemos respecto a
la necesidad de que el hombre tiene que creer para recibir los impulsos íntimos de comunión con su
Creador, buscando el ascenso angélico. Pero es ignominiosa la creencia que divide a los hombres y
los transforma en ruina, odio, tragedia, desavenencia y falsedades, cuyas acciones desmienten
frontalmente los valores auténticos de la espiritualidad ante el predominio de los instintos inferiores de
la animalidad. No se puede loar una creencia en Dios, cuando ésta conduce a los hombres hacia
luchas antifraternas y religiosas, que aniquilan el placer espiritual de vivir. Creer en un Dios de Amor y
Vida, y después provocar la muerte del prójimo por motivos de raza, costumbres o religión; creer en la
bondad de Dios y después practicar torturas, masacres y destrucción de aldea, pueblos y ciudades,
es crimen de lesa majestad Divina. El creyente que acciona en forma tan censurable y repelente está
negando su asimilación a cualquier postulado religioso de aspecto divino, y pecaminosamente
demuestra su atraso espiritual.
Pregunta: Si el hombre fue hecho a imagen de Dios y posee en sí mismo la miniatura del reino de
Dios, ¿acaso, no debemos entender, que su maldad también la heredó de su fuente divina, original y
creadora?
Ramatís: El mal es una condición transitoria, de cuyo reajuste resulta un beneficio para el futuro.
Aun bajo la perversidad humana, en que un ser vivo mata a otro, el criminal sólo está destruyendo el
"cuerpo" carnal y provisorio de la víctima, sin llegar a dañar a su espíritu inmortal. Así, el principio de
Causa y Efecto proporciona una nueva existencia física a la víctima, otorgándole más provecho y
compensación porque fue perturbada en su ciclo de evolución espiritual. El homicida, bajo la misma
ley rectificadora, es atraído hacia el camino del sufrimiento, a fin de rectificar ese desvío mórbido que
late en su alma y es colocado oportunamente en la ruta del perfeccionamiento espiritual, a fin de
proseguir y despertar los valores eternos de la inmortalidad y alcanzar su propia ventura.
El mal o el sufrimiento son etapas del mismo proceso evolutivo, cuya acción es transitoria y su
tendencia es ir tras un resultado superior. Podría considerarse como un mal la agresividad de los
insectos, gusanos y aves que atacan a las plantas en su lucha por crecer; sin embargo, todos ellos,
no dejan de ser elementos que interfieren y obligan al vegetal a concentrar una mayor cantidad de
energías para su defensa, culminando en el 'loable proceso de su desarrollo. El mal es tan sólo un
accidente en el camino de la evolución, la fase negativa que perturba, pero se corrige, perjudica y
después compensa, y que desaparece ni bien el espíritu alcanza la fortificación y contextura definitiva
de su conciencia.
Bajo la Ley de que "cada uno recoge lo que siembra", todo mal puede causar dolor y sufrimiento
para su propio autor, lo que tampoco se traduce en' injusticia para la víctima, dado que esa misma
Ley la compensa. De todo ello resulta la purificación del pecador y su consecuente mejoría espiritual.
Son considerados "actos malignos", porque causan perjuicios a otros; pero si la víctima es resarcida
ventajosamente en el curso de su inmortalidad, entonces desaparece el estigma detestable del "mal",
que es compensado por el "bien" que es merecedor en base a su sufrimiento. El mal que le fue hecho
a Jesús, hace dos mil años, prosigue liberando a millares y millares de criaturas de muchos
21
22. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
sufrimientos inimaginables; el mal que resulta del fermento por la descomposición de las sustancias,
luego se transforma en la magnífica penicilina, que restablece la vida a incontable número de
enfermos desesperados.4
Pregunta: ¿Nos podríais ofrecer algún ejemplo concreto sobre el tema tratado?
Ramatís: En los reinos de la vida física, el sufrimiento y el dolor son características
fundamentales para el perfeccionamiento y belleza de las formas y de los seres, bajo la égida de la
Justicia verdadera. Mientras tanto, ese dolor varía conforme a la sensibilidad y poder de
comunicación que tiene con el mundo exterior. Por eso, el mineral sufre silenciosamente el dolor que
se produce en sus entrañas adormecidas, y el vegetal se estremece bajo la acción externa, conforme
se puede registrar, gracias a los recursos modernos y electrónicos de los sensibles aparatos. El ani-
mal, mientras tanto, exterioriza el dolor en gemidos o gritos angustiosos, mientras que el" hombre,
emotivo y racional, dramatiza su perfeccionamiento doloroso por medio de poemas trágicos, novelas
dramáticas o epopeyas heroicas.
El dolor y el sufrimiento indeseables, aunque no agraden al hombre, son manifestaciones
implacables que subliman a todos los seres creados por Dios a fin de alcanzar estados y niveles
superiores. Sufre el hierro en la fundición a fin de alcanzar la cualidad superior del acero; sufren los
granos del trigo y de la uva en la tortura de la molienda, para después transformarse en harina que
produce el rico y nutritivo pan o el vino generoso de las mesas bien servidas. Sufre el animal en la
gestación y en el medio para sobrevivir para ajustarse definitivamente a una especie mejor; sufre el
hombre en su dolor humano, desde su renacer en la materia, y atemperarse en el curso doloroso de
las enfermedades infantiles, para poder adquirir la resistencia necesaria para superar las
enfermedades en la fase adulta y despertar la sensibilidad del nivel de la Vida Espiritual, hasta
alcanzar el predominio del Amor.
Pregunta: El progreso técnico y científico del mundo, ¿nos puede causar perjuicios y debilitar
nuestra creencia o fe en Dios? ¿Ese tecnicismo no sustituye la realidad divina, en base a los
progresivos controles que sobre la vida va alcanzando?
Ramatís: El progreso del mundo bajo la evolución de las ciencias positivas y lógicas, como son la
física, biología, genética, química, astronomía, electrónica y medicina, tiene muchísimos méritos
porque elimina definitivamente muchos mitos, creencias infantiles, supersticiones y melodramas
religiosos, y ayuda al hombre a distinguir y a separar lo físico y real de la fantasía improductiva.
También es evidente, que bajo tal proceso de investigación caerán dogmas obsoletos, tabúes
religiosos y adoraciones excéntricas, gracias al ajuste que el hombre adquiere sobre la realidad de la
Creación. Lo cierto es que la Verdad definitiva e inmutable está expresada por las leyes y los
principios irrevocables del Cosmos.
El hombre por causa de su primitivismo utiliza los recursos y objetos físicos, para manifestar el
sentimiento religioso que lleva innato en su alma. Son intentos que simbolizan el esfuerzo del hombre
primario, y que son relativos para percibir la realidad del Absoluto. Pero, a medida que se espiritualiza
a través del conocimiento y amplitud de su conciencia, también mejora su concepción respecto a Dios
y abarca una mayor área de manifestación Divina. Por eso, el Cristo Jesús advertía en su código
evangélico: "Buscad la Verdad y ella os liberará".
4
Ver la obra Magia de Redención, donde Ramatís demuestra el reajuste y la redención del autor, que produce un
hecho destructivo o perverso, y que más tarde es tomado por la ley de rectificación espiritual y sometido al proceso
purificador. El dicho: "El hechizo siempre se vuelve contra el hechicero", está advirtiendo que todo hecho maligno siempre
alcanza a su autor y es reconducido para mejorar su espíritu, en base a la carga que recibe de retomo y que otrora puso en
acción para perjuicio del prójimo.
Pregunta: Afirman algunos científicos, filósofos y psicólogos, que la idea de Dios es un recurso
intelectivo y explicativo del hombre para justificar su propia vida humana. El Creador vendría a ser
entonces el fruto de una necesidad psíquica de la criatura, jamás una realidad. ¿Cuál es vuestra
opinión?
Ramatís: Es evidente que, si el hombre existe, también existe el Universo que le permite la vida, y
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23. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
si existe como un efecto de una realidad concebida por la mente humana, ha de existir también una
causa primordial que plasmó el Universo, que es Dios. Poco interesa respecto a la concepción,
suposición o naturaleza de esa realidad divina; lo importante es que ella existe, por encima y más allá
de las concepciones mitológicas o de las investigaciones científicas. Todo efecto deriva de un origen
o causa, y es la misma ciencia quien afirma que no hay "efecto sin causa". Siendo así, la planta de
durazno proviene de la semilla de la misma especie, el río caudaloso se origina en un modesto hilo de
agua, los astros proceden de ciertas nebulosas, que al materializarse conforman las galaxias
estelares del universo. El hombre es una entidad "creada"; consecuentemente tiene lógica que el
efecto tiene una causa justificada, y el hombre es el efecto creado de una causa creadora: ¡Dios!
Para satisfacer su propia mente, el hombre no necesita imaginar la existencia de una entidad
fantástica llamada Dios. Percibir la existencia de Dios es puramente una cuestión de sensibilidad
psíquica, pues cuando la criatura siente que existe como una individualidad o conciencia definida en
el seno del Cosmos, también siente en lo íntimo de su alma la naturaleza divina y creadora del Padre.
El hombre no es un ser estático o el producto de un acaso accidental, que después de haber sido
creado fue abandonado como una causa sin inteligencia o discernimiento evolutivo. En verdad, es
una entidad que evoluciona constantemente, cuyo linaje inferior se apresura y eleva por sobre su
especie animal, que le brinda su cuerpo carnal. Hasta donde parecería que no existe vida y progreso,
la Ley está presente y llegado el momento oportuno, ahí aparecen nuevas manifestaciones que
cumplen con una causa planificada.
Bajo el esquema de que Dios está en el hombre, el ser humano no necesita tener dudas respecto
a la existencia de Su Creador. Le basta un poco de percepción psíquica para comprobar, en sí
mismo, que la vida microcósmica le acciona constantemente en la mente y el corazón, alcanzando
estados mentales superiores y emociones cualitativas poco comunes. La facultad que el hombre
posee para apreciar y sentir su poder creador, partiendo del conocimiento común de la naturaleza, le
da aspectos más bellos y coherentes, lo que debería ser más que suficiente para probarle la
existencia insofisticable de una fuente inteligente y conocida tradicionalmente llamada Dios.
Delante de una rosa puede dudar y hasta sofisticar la existencia del rosal que le dio forma,
pudiendo expresar cualquier teoría fantástica o excéntrica, que le satisfaga la mente, para justificar el
origen de esa flor. Sin embargo, el hombre jamás podrá eliminar la realidad que existe en el suelo,
que es necesario para materializar la flor en el rosal, así como no puede negar el terreno divino, de
donde florece la criatura humana.
Pregunta: Muchos filósofos sustentan la tesis de que la facultad inteligente del hombre es el fruto
natural de la necesidad de su constante adaptación, sistemática y coherente, en su multiplicidad de
aspectos, fenómenos y ambientes en donde vive. ¿Cuál es vuestra opinión?
Ramatís: Lamentablemente, el excesivo culto a la transitoria personalidad humana, inclusive la
exaltación de los ascendientes biológicos de ciertos linajes de hombres, fruto de una aristocracia que
por suerte se está extinguiendo, o de una burguesía adinerada que envanece a la criatura humana y
la aleja de su realidad espiritual. El terrícola se ocupa por demás a los aspectos pasajeros de su
configuración camal e invierte los valores de la vida inmortal. Después de los conocimientos y
descubrimientos científicos de repercusión, los filósofos se deslumbran y confunden el efecto con la
causa, pasando a exponer teorías complejas, cuando no ridículas, para explicar las cosas más
simples.
La verdad de las cosas es que no existen dos principios fundamentales y antagónicos en la
creación. El principio regente de la Vida es UNO y sólo existe una unidad como centro y origen de
todas las leyes, reglas y postulados disciplinados del Universo. El científico terreno se siente eufórico
al investigar y percibir los elementos fundamentales de la vida material y sus relaciones, en la
ingenua creencia de que ha descubierto la causa real y concreta de los seres. Envanecido, juzga
superar el misterio de las cosas, extrapolando explicaciones sobre la solución de los fenómenos
físicos.
Sin embargo, no es suficiente que la ciencia humana demuestre que la materia es energía
condensada, que abarca a todas las partes del metabolismo de la vida física, para exceptuar la
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24. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
presencia de Dios. Eso es meramente "transformación" y no "creación". No tenemos dudas respecto
a que el hombre es el ser más valioso e inteligente de la Creación, o manifiesta la mayor expresión
divina en el planeta tierra. Además, según dice el Génesis, "el hombre fue hecho a imagen de Dios",
por cuyo motivo, es la miniatura de la Divinidad trabajando y contribuyendo para la metamorfosis de
un mundo primario en transformación hacia una mayor perfección. El bípedo humano, mientras tanto,
se deslumbra cuando puede controlar y analizar los fenómenos que suceden a su alrededor a través
de los instrumentos de la física transitoria. Sin embargo, sólo interfiere en los intersticios de la
materia, porque participa en el fenómeno como la criatura más avanzada e inteligente de vuestro
mundo. Pero, siendo víctima de la propia cristalización personalista, confunde el potencial creador del
Universo, que vibra en sí mismo, con la facultad y la capacidad humana de descubrir lo que Dios
creó.5
Bajo tal inversión de los valores, se justifica que el hombre crea y cultive el Acaso, a cuenta de un
diosecito que le satisfaga la vanidad, relegando a un plano inferior, la propia inteligencia y raciocinio
humano.
Pregunta: ¿A pesar de haber transcurrido algunos milenios de civilización humana, todavía no
tenemos pruebas definitivas y suficientes, que nos demuestren o confirmen la existencia de una
entidad inteligente, creadora del Universo, que es Dios?
Ramatís: Bajo la lógica de la ley de "causa y efecto", podemos valorar por el efecto resultante,
cómo es la causa creadora. ¡Le bastaría al hombre analizar e investigar las leyes justas, sabias y
coherentes que rigen el Universo, para percibir la existencia de un Autor inteligente, sabio, amoroso y
tradicionalmente aceptado como Dios!
Los billones de astros que transitan por el Cosmos, sin choques, atropellamientos o desarmonías,
pero disciplinados bajo la regencia de leyes que les ajustan el ritmo y la traslación lógica, serían más
que suficientes para comprobar a las mentes racionales y sensibles, sobre la acción sabia y
coherente de la Ley Divina, bajo el control de una Suprema Inteligencia que dirige el Cosmos.
Sumisos y agrupados por afinidades magnéticas, los orbes intercambian entre sí sus propias
energías, aumentan sus vidas, y ajustan las temperaturas, presiones y estructuras geológicas, para
atender las necesidades del planetario, como escuelas de los más variados tipos de seres en
actividad sobre la superficie física.
Indudablemente, que la existencia de una mente cósmica, sabia y justa puede responsabilizarse
por la generalidad de los fenómenos y hechos que suceden en el Universo, bajo implacable y
constante perfeccionamiento. El hombre que no tiene presunciones académicas, al estudiar las leyes
que rigen la naturaleza, el destino de su mundo y el de sí mismo, siente que Dios existe como la
causa de las leyes vigentes, que lógicamente, están mucho más allá de la capacidad y el
entendimiento humano.
Pregunta: ¿Las personas que creen incondicionalmente en la existencia de Dios, sin oponer
cualquier tipo de dudas, tienen una naturaleza más privilegiada que la de los ateos, o poseen alguna
facultad distinta sobre el resto de los hombres?
Ramatís: El espíritu del hombre, en la manifestación primaria de su conciencia, por principio
fundamental desarrolla y memoriza los valores que percibe, observa o suceden en la periferia de la
vida física. Se parece a una especie de computadora viva, de raciocinio propio, donde archiva y
5
Nota del Médium: Nhó Quim, entidad del interior, de lenguaje simple y comunicativo, atendiendo a ciertas preguntas
sobre Dios y el hombre, así nos manifestó: "Dios, para demostrar lo que es Sabiduría, Justicia, Amor y Poder, construyó el
Universo; el hombre, para demostrar su inteligencia y capacidad, intenta destruirlo".
acciona constantemente el resultado de sus anotaciones y nociones de su vida espiritual, en base a
los hechos que lo retienen en la materia, situándose cada vez más alejado de la caverna de los
trogloditas. Y, a medida que despierta y desenvuelve la sensibilidad de valorar y sentir las cosas que
están más allá de su configuración física, también sublima sus impulsos psíquicos que vibran en su
intimidad, y actúa con más experiencia, siendo una especie de autodidacta en los ambientes donde le
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25. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
toca accionar, a través de las sucesivas reencarnaciones.
Pero los hombres que valorizan en demasía su personalidad humana, transitoria, entonces
activan el orgullo y la vanidad, y en algunos casos, la ferocidad, propia de la especie animal, que
lucha felinamente por la sobrevivencia entre los tipos más fuertes y agresivos. Todo ello los convence
de que son más que suficientes y pueden superar la necesidad de someterse o humillarse ante el
vínculo creativo de un Dios. En consecuencia, mantienen una actitud cada vez más negativa, que los
hace descreer o negar a priori, cualquier concepto sobre la divinidad. Su comportamiento
deliberadamente negativista los priva de poder vibrar en frecuencias más elevadas, en sintonía con
los sutiles fenómenos psíquicos, por la falta de afinidad con las manifestaciones sublimes de la vida
espiritual.
Así como el hombre se protege adecuadamente en los días lluviosos, el que prematuramente
niega se aisla totalmente y no percibe la sublimidad que encierran las vibraciones siderales.
Pregunta: Los ateos o negativistas, sean profesionales, científicos, filósofos o psicólogos, que
viven oponiéndose a la idea de un Dios Creador y Justo, ¿jamás reciben o perciben un mensaje
espiritual?
Ramatís: No es la creencia o la negación lo que proporciona al hombre la posibilidad de percibir o
transmitir los mensajes del mundo espiritual. Evidentemente, que el ateo, si es bondadoso, modesto,
disciplinado, humilde y pacífico, ha de ser un medio apropiado para la revelación espiritual, y que no
quepa la menor duda, que es capaz de iluminar los caminos de la ciencia o de la filosofía, aunque sea
negativista. No interesa que el hombre imponga o defienda opiniones personales u opuestas a la vida
inmortal; la verdad es, que "el espíritu sopla donde quiere" y acciona en aquel que busca servir al
prójimo. Es evidente que si Dios hace nacer hermosas flores en medio de los pantanos
nauseabundos, ¿por qué no transmitiría mensajes espirituales por los labios de sus hijos ateos?
De esa forma, los buenos ateos vibran en frecuencias espirituales superiores y por lo tanto,
descubren, inventan y construyen para beneficio de la humanidad, mientras que los malos ateos,
especie de científicos o magos negros, sólo acrecientan las invenciones de las armas fratricidas,
aparatos genocidas, medicamentos para el aborto, afrodisíacos, alucinógenos y especialmente
promueven filosofías negativistas, derrotistas y cuando no, proliferan con la literatura pornográfica.
Pregunta: ¿Cuáles serían las desventajas que tendrían los ateos o negativistas, comparándolos
con los creyentes y espiritualistas?
Ramatís: Ello es cuestión del sentido común; el ateo actúa contra sí mismo, acentuando o
desenvolviendo su incapacidad psíquica, por causa de su fanatismo de querer aferrarse a las cosas o
formas del mundo físico. Aunque desenvuelva el intelecto y los sentidos físicos, atrofia la facultad de
auscultación psíquica y por ende, disminuye el flujo de la intuición. La manifestación trascendental
requiere una cierta electividad en la persona, una especie de encuentro simpático entre las dos
fronteras de ambos mundos, el espiritual y el material. La obstinación ateísta no desenvuelve la
facultad psíquica de alta precisión, respecto a la creencia o admisión de la sobrevivencia del espíritu,
pues ésta, es una comprobación de una sensibilidad poco común, aunque se la denomine
superstición, misticismo o ingenuidad.
El creyente es una criatura que demuestra cierta humildad, ¡una vez que confía en algo superior,
como es la existencia del Creador! La humildad, por lo tanto, no es una virtud teológica, pero sí un
eficiente estado de percepción sobre la vida superior de su persona. ¡El hombre humilde escucha y
aprende; el orgulloso impone e irrita!
Pregunta: ¿Las religiones no contribuyen decisivamente para esa sensibilización psíquica,
cuando estimulan a sus adeptos sobre la creencia de Dios?
Ramatís: Algunas religiones dogmáticas del mundo, en base a su limitación sectaria, muchas
veces desmienten los sencillos principios que la misma ciencia humana demuestra; por esa causa,
apartan a los científicos bien intencionados, debido a que sus creencias infantilizadas y
extemporáneas, asentadas en las leyendas bíblicas y las prohibiciones divinas, impiden la dinámica
del libre pensar y aniquilan las investigaciones sensatas.
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26. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
En consecuencia, esas religiones contribuyen a empeorar el concepto sobre la realidad de Dios,
cuyos débiles postulados, místicos, infantiles y prohibitivos son insustentables ante la más simple
argumentación científica, Aún más, los hombres sensatos, cuando perciben la realidad de su tontez y
esclavitud a los dogmas y "tabúes" que los apartaba de la realidad técnica de la vida espiritual, se
adhieren incondicionalmente al ateísmo y hostilizan a las creencias y a las imágenes que antes
sostenían, como son las avanzadas doctrinas del Espiritismo, Esoterismo, Rosacrucianismo,
Hinduismo o Yoga.
Pregunta: Las religiones verdaderas, ¿no son aquellas que fueron fundadas, organizadas o
codificadas por profetas, maestros e instructores espirituales como son el Budismo, Hinduismo, Con-
fusionismo, Taoísmo, Judaísmo, Islamismo, inclusive el Catolicismo, que se inspiró en el Evangelio
de Jesús?
Ramatís: Sin lugar a dudas, que desde los tiempos inmemoriales, los grandes profetas, magos,
maestros, líderes e instructores espirituales descendieron a la tierra en épocas adecuadas, y tra-
bajaron en el seno de las razas más apropiadas para inspirar y programar los movimientos
espiritualistas de mayor y eficiente interligación religiosa de la criatura con el Creador.
Pero las religiones fundadas con sus respectivos nombres, más tarde se multiplicaron y
-transformaron a causa de sus interpretaciones personales. En verdad, la multiplicidad de religiones,
cultos, sectas y credos que hoy existen sobre la tierra, casi nada tiene que ver con la pureza y la
lógica iniciática de sus fundadores espirituales. Además, esas interpretaciones religiosas todavía vol-
verán a sufrir nuevas influencias morales y religiosas de otros pueblos, por causa de la constante
emigración de los hombres de un país hacia otro. También es una verdad que las religiones surgieron
simples en su formación primitiva, sin dogmas limitativos y escenas aparatosas de los rituales
litúrgicos.
Pregunta: Bajo vuestra conceptuación espiritual, ¿cuáles son los motivos que las religiones
poseen y que contribuyen a la incredulidad de los hombres, en vez de convertirlos a la realidad
eterna?
Ramatís: En la intimidad de los movimientos religiosos, de todos los pueblos, debe existir la
misma explicación iniciática y portillados básicos. Ello debe ser fundamental, aunque varíe la
simbología y las interpretaciones apropiadas a las costumbres y tradiciones de cada raza o pueblo.
Dios y la Creación han sido explicados bajo avanzadas concepciones de los seres humanos, con-
forme a cada época, es decir, están fundadas en el mejor conocimiento' de la humanidad, a los
efectos de configurar al Autor Divino. Siendo así, en la época de Moisés y del génesis bíblico, la tierra
todavía era considerada como el centro del universo; el sol, la luna y los astros estaban fijos en el
firmamento. Eran una especie de adornos creados por Dios, para satisfacción de la humanidad
terrena.
La creación bíblica del Universo, plasmada en seis días y en el séptimo Dios descansó por estar
cansado, sólo puede satisfacer y ser respetado en la época de su concepción 6. Hoy, gracias al
progreso científico y técnico, esa teoría se viene abajo ante la crítica de un alumno de primer grado y
se vuelve aberrante para cualquier institución religiosa o espiritualista. En consecuencia, las
religiones día a día se debilitan, ante la obstinación de sus responsables que aún conservan y
divulgan postulados anacrónicos, supersticiosos o místicos, que no resisten al más diminuto análisis
científico.
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Nota del Médium: Además, existen cosas totalmente graciosas en el Génesis, en donde Dios creó los cielos, la tierra,
en las cuales había tiniebla y Él se mantenía sobre la superficie de las aguas. ¡Después hizo la luz, y vio que la luz era
buena; y separó la luz de las tinieblas; llamó a la luz; día y a las tinieblas; noche! ¡Dios hizo el mundo en siete días, pero al
final hizo los días en segunda instancias!
El hombre del siglo atómico reacciona irónicamente, ante la concepción bíblica y tradicional de un
Dios antropomorfo, que puede alegrarse u odiar, premiar o castigar, perdonar o sentenciar. Ya no
cree en una divinidad que sólo se preocupa con amigos y enemigos de ciertos pueblos.
Bajo tales conjeturas, la Administración Sideral providenció la codificación del Espiritismo, a
través del trabajo fecundo de Allan Kardec, entregando una doctrina sin dogmas, y cuyos postulados
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27. Ramatís El Evangelio a la Luz del Cosmos
retoman los temas de la Creación, la Vida y el Espíritu Inmortal, pero sin forzar el progreso de la
ciencia y el avanzado raciocinio del hombre moderno.
Pregunta: ¿El hombre alcanzará algún día alguna comprobación de la vida inmortal y la
existencia de Dios, aunque siga sus investigaciones en forma exclusiva a través de la ciencia del
mundo exterior?
Ramatís: No se puede trazar barreras definitivas entre el intelecto y la emoción, la razón y el
sentimiento, el cerebro y el corazón, porque el hombre no es un producto dualista, que dispone de
departamentos psíquicos y antagónicos. En verdad, el sentimiento ilumina y clarifica la razón, pues
mientras el intelecto planifica, investiga y saca sus conclusiones, el corazón sublima la actividad
mental, que sobrepasa los límites comunes de las formas físicas del mundo transitorio. Además, la
propia figura del ángel, enseñada por la Iglesia Católica, indica que el alma liberada sólo puede
moverse a través del tránsito sideral, siempre que logre alcanzar perfecto equilibrio entre sus dos
alas, en que una significa la razón y la otra, el sentimiento emancipado.
Infelizmente, el dogmatismo religioso, actualmente, aisla a las personas por fuerza de las
preferencias devocionales, exigencias dogmáticas y excéntricas, expuestas por la religión y según el
temperamento y costumbre de cada pueblo. En cambio, la libertad de culto y la libre investigación que
proporciona la actividad científica, puede unir fraternalmente a los hombres y hermanarlos en la
búsqueda de Dios y de la Vida Inmortal. No existen antipatías ni competiciones, cuando los
investigadores se basan en el mismo proceso de investigación espiritual.
Pregunta: ¿El hombre comprenderá más a Dios a través de la inteligencia, volcada en la
investigación científica, o la realizará por medio de su actividad religiosa?
Ramatís: La inteligencia no es una condición exclusiva del cerebro del hombre, sino que es una
consecuencia de la energía espiritual oculta, que lo acciona. En consecuencia, la criatura podrá
encontrar satisfactoria solución sobre la Realidad Divina a través de la ciencia, transformada en
filosofía trascendental, pero, tendrá más veracidad y precisión si la busca por medio del sentimiento
intuitivo, que es el nexo que lo vincula con la Mente Cósmica.
De ahí, que es mucho más fácil para el hombre percibir la Realidad Divina a través de la intuición,
cuya sensibilidad aumenta conforme éste ausculta el mundo espiritual. Todavía es razonable que
existan en la tierra credos, sectas y religiones personalizadas por sus líderes, mentores, y
"salvadores" de la humanidad, las que se defienden y sobreviven por medio de dogmas, tabúes y
conceptos limitados por las ideas humanas. Son movimientos a los que les falta la unidad fraternal y
la inspiración superior, lo que les dificulta la búsqueda y comprensión en Dios. Por otra parte, las
religiones dogmáticas luchan entre sí, llegando a la criticable situación de pregonar el Amor por medio
de la guerra!
De esa forma, las religiones se equivocan desde su nacimiento y las sectas que de ellas se
derivan, se vuelven más agresivas, contrariando o desnaturalizando sus postulados fundamentales.
Cuando más amplia fuera la unión entre los hombres, les favorecería para penetrar en una mayor
área de Dios, y por consecuencia, sería mayor la absorción de vibraciones divina.
Como la centella divina existe en lo íntimo de las criaturas humanas, a medida que amplían su
comprensión mental, también dinamizarán el vínculo íntimo e intuitivo que los liga al Creador. A
medida que el hombre abarca una mayor área de conciencia espiritual, se libera de los dogmas,
fórmulas, ritos y símbolos que lo aíslan de la pureza iniciática, y siente con más precisión la
frecuencia divina.
Pregunta: ¿Existe algún misterio o relación esotérica en la palabra Dios, además del vocablo
gráfico y oral del lenguaje humano?
Ramatís: Sin duda alguna, aunque se modifique la sonorización de la palabra Dios, la misma
varía conforme al lenguaje de cada pueblo o raza, pero jamás se altera la esencia de Su Naturaleza
Infinita o la Unidad de su Creación. Lo mismo sucede con la intimidad y el perfume de una flor, que
puede variar su designación conforme al idioma de cada pueblo o raza, pero no su especificación
botánica. Dios es y será inmodificable aunque lo llamen Dios, Gott, Supremo, Ley, Jehová, Alá, Gran
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