Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
Los huesos que nos protegen
1. LOS HUESOS QUE
NOS PROTEGEN
Los huesos que componen el cráneo forman
una caja que protege el cerebro. La columna,
las costillas y el esternón forman el esqueleto
del tronco, que sostienen tu cuerpo y protege
los órganos
2. Formas y funciones distintas
El esqueleto de la cabeza está formado por huesos
planos que encajan entre sí creando un casco protector
para el cerebro, y también por varios huesos con
siluetas curiosas que delimitan la cara, las órbitas de
los ojos y la mandíbula.
La columna vertebral la componen una serie de huesos
irregulares que se llaman vértebras. Todas las
vértebras tienen una forma parecida, con un canal
central por el que pasa la médula espinal. También
tienen huecos en los cuales insertan algunos músculos
o se apoyan otros huesos, como las costillas. Las
costillas son largas y aplanadas y dibujan una curva
desde las vértebras dorsales hasta el pecho.
Junto con el esternón, forman una caja protectora pero
flexible, para permitir la respiración. A esta caja se la
llama caja torácica.
3. El cráneo
Los ocho huesos planos del cráneo
están unidos por suturas,
articulaciones fijas que no permiten
ningún movimiento, y forman el casco
que protege el cerebro.
4. La mandíbula
Este hueso, llamado también
mandíbula inferior, se une al cráneo
mediante una articulación móvil que te
permite masticar y hablar.
5. La vértebra cervical
Tenemos siete vértebras cervicales.
Las dos primeras, el atlas y el axis, se
articulan entre sí y son las que nos
permiten girar la cabeza.
6. El esternón
El esternón es uno de los huesos más
duros de tu cuerpo. Es largo y plano y
se une a las costillas formando la caja
torácica. Fíjate en sus 3 partes muy
bien diferenciadas.
7. Las costillas y vértebras
dorsales
Aunque no forman un espacio tan cerrado como la
caja del cráneo, las costillas protegen muy bien los
pulmones, el corazón y los principales vasos
sanguíneos. Parten de las vértebras dorsales y se
unen al esternón mediante cartílago.
8. La vértebra lumbar
Las cinco vértebras lumbares se
sitúan en la parte baja de la espalda y
no forman parte de la caja torácica.
9. El sacro y el coxis
Las últimas piezas de tu columna
vertebral son el sacro (cinco vértebras
que se han fusionado formando un
solo hueso) y el coxis, el resto de lo
que en otros animales es la cola.
10. LOS HUESOS DE LA
CABEZA
En la cabeza tenemos 28 huesos, una de cuyas
funciones principales es proteger el órgano más
importante del cuerpo: el cerebro. También forman
parte del esqueleto de la cabeza los huesos de la
cara y los del oído.
11. Huesos planos y bien
soldados
El cráneo está formado por ocho huesos
grandes y planos. Se trata de huesos muy duros
que forman el “casco” que protege el cerebro.
Los ocho huesos están soldados unos con otros
mediante articulaciones fijas llamadas suturas.
Los huesos del cráneo son curvos. Por fuera son
más o menos lisos, y con algunos salientes para
la fijación de diferentes músculos. Por la parte
interna están repletos de hoyos y surcos que
alojan pliegues del cerebro y vasos sanguíneos.
Dos huesos de forma irregular, el etmoides y el
esfenoides, cierran el cráneo por delante y por
debajo.
12. Frontal
Hueso único, que forma la parte
delantera del cráneo, es decir, la
frente. Delimita la parte superior de
los ojos y la nariz.
13. Parietal
También es un hueso par, es decir
que hay uno a cada lado de la
cabeza. En conjunto forman el “techo”
y los lados del cráneo.
14. Temporal
Hay uno a cada lado del cráneo. En
su interior se encuentran el oído
medio y el oído interno.
15. Occipital
Hueso único que “tapa” el cráneo por
la parte de la nuca. Presenta un gran
agujero, por donde entra la médula
espinal.
16. Los huesos de la cara
En la parte frontal de la cabeza se
encuentran los huesos de la cara. Son,
en general, mucho más pequeños e
irregulares y en conjunto forman
estructuras de gran importancia, ya que
alojan órganos de los sentidos como la
vista y el olfato, así como los huesos y
los músculos que nos permiten masticar.
Todos ellos están soldados entre sí
excepto la mandíbula, unida al resto del
cráneo mediante una articulación móvil.
La forma de los huesos de la cara
determina nuestro aspecto.
17. Esfenoides
Hueso en forma de murciélago con las
alas extendidas. Está situado en la
base del cráneo, a ambos lados de la
cabeza, y en torno a él se articulan los
demás huesos del cráneo.
18. Lagrimal
Es un hueso muy delgado y fino que
se encuentra en el lado interno del
agujero de los ojos.
25. Saber más…
Cartílago flexible: si te tocas las orejas
o la punta de la nariz te darás cuenta
de que son duros, pero flexibles. Esto
se debe a que tienen cartílago en su
interior. El cartílago de la nariz forma
la punta que te permite oler; el de la
oreja ayuda a dirigir el sonido hacia el
interior.
26. Columna y costillas
Gracias a la columna que recorre tu espalda puedes
sostener la cabeza, doblarte y girar el tronco. En su
interior queda protegida la médula espinal. Doce
pares de costillas ancladas a las vértebras forman la
caja torácica.
27. La columna vertebral
En la columna se apoyan un gran
número de huesos importantes:
el cráneo, los omóplatos, las
costillas y la pelvis. Las
vértebras, los huesos que forman
la columna, tienen unas
prolongaciones llamadas apófisis
que sirven de punto de apoyo a
los músculos de la espalda y del
cuello. La columna se dobla, pero
el número de sus movimientos es
limitado. Las vértebras están
articuladas entre sí de tal manera
que la columna se doble y se gire
sólo hasta el límite de seguridad
que evite que la médula espinal
que se encuentra en su interior
se lesione.
28. La caja torácica
En el pecho tenemos 12 pares de costillas
conectadas a las vértebras y curvadas hacia
adelante. Forman una caja que protege el
corazón y los pulmones. Las costillas son
flexibles y se expanden cuando los pulmones
se llenan de aire. Los 7 pares superiores son
las costillas verdaderas y están unidas al
esternón mediante el cartílago. Los
siguientes tres pares son las falsas, y están
unidas al esternón a través del cartílago del
último par verdadero. Los dos últimos pares
son flotantes, son más cortas y por delante
están libres.
29. Columna: por
detrás las costillas
se articulan con
las vértebras
torácicas.
Esternón: duro
hueso central de
la caja torácica.
Costillas
flotantes:
algunas
personas
tienen 6 y
otras solo 2.
Lo más usual
son 4. Las
costillas
flotantes no
están unidas
al esternón.
Costilla verdaderas verdaderas: las
costillas se articulan mediante
cartílago con el esternón.
30. Vértebras y discos
Las vértebras tienen dos partes principales: el cuerpo vertebral, por
delante, más macizo, y el arco neural, por detrás, que tiene en su
interior un agujero por el que pasa la médula. De este arco salen
dos prolongaciones a los lados (apófisis); a ellas se agarran los
músculos. Las vértebras no se tocan entre sí, sino que poseen un
disco o almohadilla cartilaginosa entre ellas que las mantiene
unidas pero a la vez les permite cierto movimiento. Los discos
intervertebrales también funcionan como “amortiguadores”. Cuando
saltamos o giramos, los discos evitan quelas vértebras choquen y
se dañen.
31. Como ha evolucionado nuestro
cráneo
El cráneo de nuestros ancestros era
muy distinto al nuestro. Empezó siendo
el de un mono que andaba a cuatro
patas y ha ido cambiando a lo largo de
millones de años para llegar a ser como
es ahora.
32. Del mono al hombre
A lo largo de millones de años de historia, los esqueletos humanos han experimentado
grandes cambios: la pelvis, los pies, la longitud de los brazos, la forma de algunos
dedos… todo ha evolucionado, aunque los mayores cambios han tenido lugar en el
cráneo. Una de las principales diferencias entre el esqueleto de Australopitecos y el
nuestro (Homo sapiens) es la mayor capacidad craneal debido a un aumento del
tamaño del cerebro. Además, el Homo sapiens tiene la cara más achatada: la barbilla
ha retrocedido y la frente está más marcada. Nuestra especie tienen los dientes más
pequeños, sobre todo los colmillos, pues se han adaptado a una nueva dieta. Nuestra
columna vertebral adquirió ciertas curvas en las zonas lumbar y torácica que nos
permiten caminar erguidos, sin tambalearnos.
33. Australopitecos
Las distintas especies de este género vivieron
hace entre 3 y 4 millones de años. Tenían una
capacidad craneal pequeña (450 cm3, su cerebro
era una tercera parte del nuestro) y una cara
marcadamente prominente, sin frente y con una
gran mandíbula.
34. Homo habilis
Esta especie es la primera perteneciente al
mismo género que nosotros (Homo). Su
capacidad craneal era de unos 600 cm3.
apareció hace 2,5 millones de años y tenía un
cráneo más redondeado y unos dientes mayores
que en especies anteriores.
35. Homo erectus
Apareció hace unos 1,8 millones de
años y tenía una capacidad craneal
de 800 – 1.100 cm3. En su cráneo
se puede ver una frente más
pronunciada y nos dientes más
pequeños.
36. Homo sapiens
Nuestra especie tiene una capacidad craneal
enorme comparada con las especies
anteriores: entre 1.100 y 1.700 cm3. Posee
también una barbilla desarrollada, una frente
alta y unos dientes adaptados a comer tanto
carne como fruta y verdura.
37. Las fontanelas
En los bebés los huesos del cráneo
todavía no se han soldado por
completo y entre ellos existen unos
espacios llamados fontanelas. Estás
permiten que el cráneo se deformen
durante el parto y que el cerebro
pueda crecer durante la infancia hasta
que el cráneo acabe de soldarse.
39. Infancia
A los dos años de edad se cierra
completamente la última fontanela.
40. Adulto
Las uniones se endurecen en el
individuo adulto y pueden llegar a
desaparecer en edades muy
avanzadas.
41. Mima tu espalda
La columna vertebral nos permite andar y mantenernos en pie, y
también soporta el peso de la cabeza. Pero, aunque tiene mucho
aguante debemos cuidarla. Muchos dolores de espalda se deben a las
malas posturas.
La columna la tenemos detrás, no la vemos, y a menudo no nos
damos cuenta de que la estamos forzando, pero es importantes
cuidarla, pues los dolores de espalda son muy molestos y perjudican a
la salud de todo el cuerpo.
42. Buena postura= espalda sana
Muchos dolores de espalda se deben a que nos sentamos o
nos mantenemos de pie en mala postura. La columna no es
recta, sino que tiene unas ligeras curvas, que debemos
procurar no forzar. Además, si cuidas tu columna respirarás
mejor, evitarás el desgaste de las articulaciones y los
ligamentos, y mantendrás los músculos fuertes. Cuida tu
espalda controlando tus movimientos diarios: al recoger algo
del suelo, sobre todo si es muy pesado, flexiona las rodillas y
mantén la espalda lo más recta posible. Nunca levante un
objeto demasiado pesado, ya que la columna y la musculatura
de tu tronco se pueden lesionar.
43. Mal sentado:
A menudo nos sentamos mal
sin ser conscientes de ello.
En esta posición, la espalda
no tiene apoyo suficiente en
la zona de las curvas y los
discos intervertebrales
quedan forzados. La
musculatura de la espalda
debe realizar entonces un
esfuerzo extra para
compensar el peso. Tarde o
temprano este mal hábito
acaba provocando dolores.
Bien sentado:
Si te sientas con los pies
bien apoyados en el suelo
y la espalda recta contra el
respaldo, la columna no
sufre. Si estás ante una
pantalla mantén la mirada
recta, a una distancia fija
frente a ella. También te
convienen evitar las mesas
bajas que te obligan a
inclinarte y a perder la
buena postura.
44. La mochila mal puesta:
Cuando llevamos la
mochila muy cargada de
libros es fácil adoptar, sin
querer, una mala postura:
la espalda se arquea y el
excesivo peso se
concentra en la zona baja
de la columna. Con
frecuencia esto provoca
dolores lumbares y de
cuello. Puedes observar
como esta postura puede
provocar el desarrollo de
un poco de joroba.
La mochila bien puesta:
La mejor manera de
llevar la mochila es en el
centro de la espalda, ni
demasiado alta ni
demasiado baja, colgada
de ambos hombros
(nunca de uno sólo) y, si
pesa mucho, abrochada
mediante una cinta a la
cintura. Al caminar tu
cuello debe estar recto,
mirando hacia delante,
con la espalda y el
tronco también rectos.El 80 % de la
población
sufre dolores
de espalda
en algún
momento de
su vida.
45. La espalda por dentro
Cuando los médicos quieren ver la columna
vertebral cuentan con distintas máquinas que les
proporcionan imágenes del interior. Con estas
técnicas pueden detectar lesiones y enfermedades
sin necesidad de cirugía.
46. Radiografías: Mediante la emisión de rayos X,
radiaciones que atraviesan la piel y los
músculos, se fotografían los huesos.
Resonancia magnética: La RMN
usa un campo magnético para
crear imágenes de los órganos
de los tejidos y de los huesos.
Tomografía (CT o TAC): El TAC
es una serie de imágenes de
rayos X de la columna hechas
como rebanadas de un trozo de
pan.