PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
El espacio urbano
1. DOCUMENTOS Y MATERIAL GRÁFICO COMPLEMENTARIO
Plano urbano de Madrid
Madrid 0 500 1000 m
Rí o M
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Unidad 9. El espacio urbano
2. Plano urbano de Vitoria
S.
I.
de
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Catedral de
Sta. María
Francia
Pl. de la
Virgen
Blanca
Plaza de
España
Unidad 9. El espacio urbano
3. Plano urbano de Toledo
Puerta de Puerta Nueva
Alfonso V de Bisagra
o Antigua
de Bisagra LA ANTEQUERUELA
SANTIAGO
do
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de
o
se
Pa Palacio
Lorenzana
Plaza de
Puerta del Zocodover
Cambrón Convento de
Santo Domingo
SAN Antiguo Alcázar
San Juan de Pl. del
los Reyes MARTÍN P. Mariana
La Catedral
Puente de
San Martín LA CANDELARIA
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EL CALVARIO
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STA. CATALINA
Unidad 9. El espacio urbano
4. Plano urbano de Córdoba
Muralla
HAYR
Puertas
AL-ZAYYALI
Foso en torno a Bab al-Yahud
los arrabales (más (de los judíos
tarde amurallado) de Talavera)
Barrio judío
Barrio mozárabe
MUNYAT
Bab Amir AL-MUGIRA
Medina AL-BURY
AL-YANIB Bab al-Yahud
AL-GARBI (de Toledo)
MUNYAT Arrabales
Bab al-Yahuz ABD ALLAH
(de Badajoz) (Ajarquía)
FURN BIRRIL
Bab Ishbiliyya
(de Sevilla) Mezquita SHUBULLAR
Alcázar Bab al-Yadid (de Hierro o de Zaragoza)
Guadalq
Río u
AL-MADINA
iv ir
Bab al-Qantara
(del Puente o del Río) AL-ZAIRA
Bab al-Sudda
Unidad 9. El espacio urbano
5. Plano urbano de Pamplona
PAMPLONA
0 400 m
Unidad 9. El espacio urbano
6. Evolución de los municipios urbanos y semiurbanos (1900-2007)
Municipios de más de 20.000 habitantes (1900-2007)
Unidad 9. El espacio urbano
7. Texto sobre el urbanismo de Madrid de Carlos María de Castro (proyecto de barrio
aristocrático entre el camino alto de Chamberí y el Paseo de la Fuente de la
Castellana). Estébanez, p. 88
Este barrio que pudiera llamarse aristocrático porque resultando los terrenos a gran precio, no
estarán al alcance de las pequeñas fortunas los edificios aislados que en ellos se construyeran, se-
ría indudablemente bellos por su aspecto y llenaría el vacío que hoy se nota en Madrid de habi-
taciones independientes para nuestra grandeza y altos funcionarios, en las que sin separar a
grandes distancias de los puntos adonde les llaman sus deberes oficiales y su alta posición, pu-
dieran disfrutar en sus ratos de descanso de la quietud y del solaz de que hoy se ven privados
por falta de esta clase de edificios.
Unidad 9. El espacio urbano
8. Texto de Hernando y Reguera sobre los barrios burgueses del XIX. Estébanez, p. 91
… “en la medida en que la burguesía logra apropiarse del espacio urbano, se plantea una pri-
mera operación de “limpieza” en sentido amplio, entendiendo por tal el ensanche y alineación
de calles, el derribo de murallas, el diseño de grandes perspectivas, la distribución profusa del
agua, la organización de sistemas rudimentarios de evacuación, etc. Este “prelavado” tendrá la
finalidad de evitar riesgos de desvalorización del espacio recién apropiado debido a un progresivo
deterioro ambiental. En una segunda fase, los objetivos se centrarían en dotar al espacio de cua-
lidades ambientales y funcionales específicas; es decir, el higienismo entendido como conjunto
de prácticas urbano-sanitarias relativas a la relación ecológica que se establece entre el habitante
urbano y el suelo, subsuelo, aire y agua, quedaría identificado con los programas de equipamien-
to infraestructural, al servicio del hábitat, de la circulación y de la producción”.
J. Hernando y A. Reguera, 1987, pág. 20.
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9. Texto sobre las viviendas obreras
«Solo la avaricia de un casero, el abandono de las autoridades, la incuria de una parte de la clase
pobre y la deplorable miseria de otra, hacen que sean habitadas tantas y tantas viviendas que de
tal solo tienen el nombre, y sean causa de que en ellas, donde a lo sumo cabrían 20 personas, se
hallan hoy hacinadas 80 y 100. Inútil de todo punto hubiera sido detallar las faltas de cada una
de las casas comprendidas en el estado anterior, pues carecen de todas las precisas condiciones
para poder ser habitadas: la ventilación, ninguna; la cantidad de pies cúbicos de aire y de espa-
cio para cada individuo, insuficiente, tanto más hoy que viciada la atmósfera por las emanacio-
nes, así animales como de las materias empleadas en las artes y oficios y en las fábricas, es aquel
menos a propósito para la respiración; la exposición conveniente al sol, muy rara, y la luz en
muchas casi en cantidad negativa: y si a todo esto añadimos la suciedad y miseria de muchos de
los habitantes de estos aduares, las emanaciones sulfhídricas de tal o cual pozo inmundo que se
rebosa e inunda los patios, tendremos una débil muestra de lo que son y prometen semejantes
edificios. Es, pues, una necesidad urgentísima, en nuestro concepto, acudir con el remedio efi-
caz y oportuno, pues de otro modo serán perdidos los constantes esfuerzos de los que se intere-
saran por mejorar las condiciones de localidad de este pueblo, foco siempre de enfermedades y
terreno sumamente abonado para epidemias y contagios. Puesto que existen leyes, háganse
cumplir y si no son suficientes a comprender todos los casos, amplíense lo bastante para ello;
pero hágase que los dueños de estas casas, así como todos los que poseen edificios en que se al-
bergan numerosos vecindarios, no antepongan sus intereses particulares a los generales de la
población, con detrimento de estos: oblígueseles a que en sus construcciones no existan mayor
número de viviendas que el proporcionamiento al terreno que ocupan: a que sean suficientemen-
te despejadas y con la debida separación las habitaciones que las componen: a que por lo menos
tenga cada una tres piezas, a saber, sala, alcoba y cocina con ventilación, sol y luz bastante; a que
no admitan en cada vivienda mayor número de individuos que el que buenamente cabe en ella;
a que tengan limpias las paredes, escaleras, suelos y patios; a que hagan limpiar los escusados o
pozos de aguas sucias antes de que se hallen completamente llenos; castíguese con excesivo rigor
al que falte a estas condiciones, sin que para excusarlo le valgan dilaciones y amistades; presén-
tese por el Excmo. Ayuntamiento un modelo de casas de vecindad para pobres, en el cual los re-
quisitos de la ley y las exigencias de los tiempos y de la salud pública se hallen en la debida ar-
monía, y estimúlese a los propietarios, primero, obligándoles a construir con arreglo al modelo
oficial, y, segundo, premiando de una manera honrosa y positiva a aquellos que introduzcan
mejoras de verdadera utilidad e importancia a dicho modelo, reformándolo de modo que sea
más ventajoso a la comodidad y salud de la clase menesterosa (...)».
J. Estébanez: Las ciudades. Morfología y estructura. Ed. Síntesis. Madrid, 1996, pág. 97.
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10. Texto sobre los barrios obreros en la época industrial
… «la clase humilde que no encontraba fácilmente alojamiento barato en el Interior ni en el
Ensanche de la ciudad, o que no se resignaba a vivir hacinada, unas veces aceptó las edificacio-
nes que en el Extrradio se le ofrecieron y otras se lanzó sin suficientes medios de defensa a la
construcción de sus viviendas, caso frecuente en los obreros pertenecientes al ramo de la edifi-
cación. El resultado ha producido grandes perjuicios, pues Madrid rodeó de una cintura forma-
da por grupos en los que las vías son angostas, con trazados incomprensibles y sin los indispen-
sables servicios de pavimentación, desagüe ni alumbrado; con edificaciones pobres, en las que
alternan las casas de pisos, de alturas desproporcionadas al ancho de las calles y patios, con las
que solamente constan de una o dos plantas. El fondo de manzanas es muy pequeño y el tipo
de parcela excesivamente reducido. Las distribuciones responden a un perjudicial aprovecha-
miento, bajo el punto de vista higiénico. Por otra parte la vivienda está entremezclada con la in-
dustria, con lo que sufre los naturales perjuicios de incomodidad, peligro e insalubridad. Los
pozos negros abundan el Extrarradio, así como las charcas producidas por la falta de estudio de
pendientes en calles emplazadas en terreno muy sinuoso, aumentando estos perjuicios los ce-
menterios, en cuya contigüedad existen edificaciones».
J. Estébanez: Las ciudades. Morfología y estructura. Ed. Síntesis. Madrid, 1996, pág. 8.
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11. Fotografía de la maqueta del polígono El Valle, Jaén, 1961. Terán, F.: Historia del
urbanismo en España. Siglos XIX y XX. Ed. Cátedra, Madrid, 1999, pág. 313.
Organización «racionalista» de volúmenes en actuaciones oficiales, todavía en los años sesenta.
Maqueta del polígono «El Valle», Jaén.
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12. Proyectos de Gernika y Belchite de la Dirección General de Regiones Devastadas.
Terán, F.: Historia del urbanismo en España. Siglos XIX y XX. Ed. Cátedra, Madrid,
1999. Págs. 271-272.
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