Jesús discipuló a los enfermos de tres maneras: (1) sanó a otros al tomar sobre sí sus enfermedades, (2) enseñó que la sanidad física puede llevar a la sanidad espiritual, y (3) desarrolló la salud mental a través de la confianza en el poder divino. El objetivo final del discipulado es dar vida eterna a través de Jesús.