2. Un profesor reunió a un grupo de amigos y les ofreció un café.
Trajo en una bandeja la cafetera y una colección de tazas en
número superior al grupo. Las tazas eran de porcelana, unas
bellamente decoradas y otras no.
Les dijo que cada uno cogiera una taza y se sirviera el café.
3. Observó que las primeras tazas escogidas fueron las decoradas y todas las
que quedaron eran las no decoradas.
Entonces les dijo: -Habrán observado que las primeras tazas escogidas han
sido las decoradas. Sin embargo, lo importante es el café. Las tazas no
mejoran el café. Pero ustedes se han dejado llevar por la apariencia de la
taza.
4. Esto pasa con frecuencia en la vida. Elegimos las cosas por el envase, por
la apariencia. Sin embargo, lo importante es el contenido.
Es posible que valoremos las personas por su imagen más que por sus
ideas. Y hacemos lo que nos gusta o nos conviene y no lo mejor en orden
a la vida eterna.
Texto: Jorge Loring, SJ