La Predicación de los Puritanos un ejemplo a seguir
+ Palabra rhema confesar a cristo
1. Confesar a Cristo
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se
cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-
10). Este verso es totalmente cierto. Dios no quiere que le sigan agentes super
secretos, que trabajan para él a escondidas, y que nadie sabe que ellos han
decidido seguir al Rey de reyes y Señor de señores. Dios quiere que se proclama,
se declare a viva voz que Jesús es el Señor, y que tú has decidido creerle y
aceptarlo como tu Salvador. Pero, de igual forma, si tú debes declararlo, debes de
creerlo en tu corazón. Porque si tú mismo no lo sientes y lo crees dentro de tu
corazón, ¿Cómo lo puedes declarar con tu boca?
Si quieres ser agente de Jesucristo, o sea, trabajar para él, has que todo el
mundo lo sepa. Te aseguro que Jesús hará esto por ti: “A cualquiera, pues, que
me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre
que está en los cielos” (Mateo 10:32). Y al no confesarlo es negarlo, y negarlo
conlleva a que esto pase “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,
yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33).
¿Qué representa esto? Que difícil, penoso, y doloroso sería que el día que tú
llegues a la presencia de Jesús, él te diga “no te conozco, sal de mi presencia”.
Ahora, ¿Por qué la confesión debe de hacerse con la boca y no de
pensamiento? Porque Jesús quiere que lo declares a los seres vivientes de la
tierra y los que viven en los cielos “Os digo que todo aquel que me confesare
delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los
ángeles de Dios” (Lucas 12:8). Y los demonios sabrán que tú perteneces ahora al
que los derrotó en la cruz del calvario “En él también vosotros, habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13). Somos
sellados o marcados y todos los seres espirituales sabrán que le perteneces a
Jesucristo.
2. Es importante saber que, es mejor declara que Jesús es el Señor aun
cuando tenemos vida. Que tengamos que reconocerlo y declararlo cuando sea
tarde “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda
rodilla, y toda lengua confesará a Dios” (Romanos 14:11). Aquí dice: se doblará
toda rodilla, y toda lengua confesará, y toda es toda. En el día del juicio hasta el
mismísimo Satanás y sus demonios se postraran y declararan, y reconocerán que
Jesús es el Señor. Por supuesto, todos los hombres y mujeres lo harán de la
misma forma, los buenos y malos, los que creyeron y los que no creyeron. Esta
Palabra fue dicha por el mismo Dios mucho antes que él viniera a la tierra en
forma de hombre, “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió
palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará
toda lengua” (Isaías 45:22-23). Pero, lo más cumbre es que, los demonios si
reconocen a Jesús como el Señor, aun es su condición y antes de que llegue el
juicio, como lo dice la Biblia en el encuentro de Jesús y el endemoniado gadareno
“Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido
acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29); “Y sanó a muchos que
estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y
no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían” (Marcos 1:34); “También
salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero
él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo” (Lucas
4:41); “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y
tiemblan” (Santiago 2:19), y los hombres no lo hacen. Aquí he demostrado en
cuatro citas, que los demonios si saben que Jesús es el Señor. Nosotros debemos
de declararlo antes de tiempo, y a diferencia de los demonios, es que si
declaramos que Jesucristo es el Señor, nos hacemos del lado ganador. Ya está
escrito, Jesús venció y vendrá a premiar los que en él creyeron. Porque él ha dicho
“El que no es conmigo, contra mí es” (Mateo 12:30).
Es bueno explicar, porque Jesús recibe el título de Señor. Es por lo que él
logró en la cruz, por obediencia, y su obediencia fue tal, que gano ese título
directamente de Dios el Padre “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel,
que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”
3. (Hechos 2:36). Que obediencia, esto fue lo que hizo “y estando en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz” (Filipenses 2:8).
Por todo esto, ahora sabiendo que Jesucristo es el Señor, sabes que él tiene
autoridad para que sepas lo que dice la Biblia “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). No hay otro ser,
por el cual podamos llegar al Padre, o por el cual podamos ser salvos. Nadie más
murió por ti, y logró llevar a la cruz todos tus pecados, todas tus maldiciones, y de
paso, haber resucitado con poder al tercer día, y encontrarse a la diestra de Dios
abogando por ti. Quiero que entiendan, no hay hombre o mujer que haya existido
o que viva, que pueda hacer algo por tú salvación. Solo Jesucristo el Señor. La
Palabra dice: “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos
1:2). Solo nos queda reconocer y declararlo “Y en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos
ser salvos” (Hechos 4:12). Es Cristo Jesús por medio del cual soy salvo. Lo creo con
el corazón para justicia y lo declaro con mi boca para salvación. “Padre Celestial,
en esta hora declaro que creo que resucitaste a Jesús de los muertos y lo hiciste
heredero del universo entero, por lo que él hizo en la cruz por mí, y que es tu Hijo,
y que es reconocido como el Señor por todos los seres espirituales, y todos los
seres de la tierra. Hoy decido declarar que Jesucristo es mi Señor, y al cual decido
seguir, y que no me avergüenzo de declarar tu nombre a los hombres”. Amén.
Osmán Montero (Abril 29 de 2010)