1) Charles Darwin se reunió con su antiguo profesor de geología Adam Sedgwick, quien lo invitó a desayunar para ponerlo al día sobre su trabajo reciente.
2) Durante el desayuno, Sedgwick le presentó a Charles Lyell, un geólogo influyente. Lyell quedó impresionado por las nuevas ideas de Darwin sobre la formación de arrecifes de coral.
3) Lyell alentó a Darwin a presentar sus teorías sobre los arrecifes de coral ante la Sociedad Geológica de Londres,
2. Charles oyó que alguien tocaba
repetidamente la puerta. Con cuidado abrió
la puesta de su habitación y bajó de
puntillas los crujientes escalones de madera
hasta la puesta de entrada. Al abrir, Charles
se encontró con las rugosas facciones de
Adam Sedgwick, quien con ojos
semicerrados trataba de enfocar el objeto
que tenía enfrente. “¡Ajá, engordo en el
viaje, Darwin!. Apenas ayer me dieron la
dirección de su hermano y decidí visitarlo;
lo invito a desayunar en algún lugar,
necesito hablar con usted. ¡Alístese y
vámonos! ”
3. Al bajar los escalones hacia la calle. Charles
finamente pudo expresar su sorpresa de volver a ver a
quien lo había iniciado en la geología, y acerca de la
cual tenía ya escritos carios trabajos sencillos que
Henslow y el mismo Sedgwick se encargaron de
presentar ante sociedades geológicas.
Las horas pasaron volando, “En fin, Darwin, creo que
lo más importante es que ahora usted conozca a Lyell,
quien tiene un gran interés en verlo ”, le dijo
Sedgwick. “A Lyell le atrajo mucho el material que
Henslow y yo publicamos con sus notas y datos” .
Charles estaba en estado embriagador de deleite. “¿Pero
cómo podré verlo?, ni siquiera sé dónde vive ”, replicó
nerviosamente. “De eso me ocupo yo, mi querido
Darwin, de eso me ocupo yo ” Finalmente esa tarde
llegó, Charles se rasuró, se vistió con un nuevo
traje y se pudo una discreta corbata.
4. La mente de Charles estaba puesta en la impresión
que él le causaría a quien fuera, a través de sus
obras, su ídolo, durante los casi cinco años de
travesía en el Beagle. Sentía un nudo en el
estomago cuando dejó caer dos veces el pesado
aldabón de bronce en la puerta; al abrirse está, se
encontró con un sonriente Charles Lyell, “Mi
querido Darwin, he estado esperando esta
oportunidad; entre, por favor. Me hizo gracia saber,
a través de Henslow, que usted empezó a interesarse
en la historia natural por los insectos; a mi me pasó
exactamente igual, sólo que a mí, en vez de
mariposas y escarabajos, me fascinaban los insectos
acuáticos, pero vamos al grano, Darwin, cuénteme
cuálesson sus planes y en qué puedo ayudarlo”.
5. Charles inició la narración de sus
experiencias: mencionó que tenia un libro de
notas de geología de más de 900 páginas
aparte de las notas geológicas, de su diario,
así como los trabajos ya terminados o que
estaba en proceso de escribir; habló también
de sus planes para escribir un libro sobre la
geología de Sudamérica… “Fantástico que
piense usted en escribir todo es material;
cuanta más literatura de buena calidad
tengamos en nuestra ciencia, más fuerte y
mejor conocida será la geología, pero
cuénteme acerca de los arrecifes que
visitó durante el viaje” Un tema que
Charles no quería discutir frente a Lyell,
era precisamente era el de los arrecifes
coralinos. Sus ideas acerca del origen y
evolución de los arrecifes eran contrarias
a las que en esa época eran aceptadas por
los geólogos y naturalistas
6. “¿Puedo hablarle con todo franqueza?. Le preguntó
Charles tragando saliva. “Mis puntos de vista difieren
de su teoría de que los atolones se originan
necesariamente en el borde de los cráteres de volcanes;
pero usted juzgará por lo que le diga si mis ideas tienen
fallas ”. Lyell le dijo: “Adelante”.
Charles empezó a contar cómo llegó a definir que los
corales solamente se desarrollaban en aguas templadas
y crecían mejor del lado del mar abierto donde había
más nutrientes, y también que no podían crecer a una
profundidad mayor de unos 40 metros. Le refirió como
la teoría de los cráteres era inadecuada, ya que las
profundidades a las que se detectaban los corales
muertos y las extensiones que podían alcanzar eran
demasiado grandes aun para los mayores cráteres.
Explicó que su teoría proponía que no eran volcanes,
sino montañas o cadenas montañosas que estuvieron
sobre o al ras de la superficie marina y que eran la base
para el desarrollo de los arrecifes. Charles sin aliento,
finalizaba su relato.
7. De pronto Lyell se irguió y dio un sonoro
grito: “¡Estoy maravillado y deleitado
por lo que oído! ”. Lyell le tendió la
mano a Charles “Su teoría sobre las
islas de coral me ha aplastado. Quiero
que la presente en la próxima sesión
mensual de la sociedad geológica;
usted tienen el verdadero conocimiento
de cómo se desarrollan las islas
coralinas”.
La vida de Charles en Londres se vio
enriquecida por la introducción que
Lyell le proporciono en círculos de
intelectuales y científicos, como el
Club de Athenaeum.
8. La segunda edición del diario del viaje en el
Beagle, aparecida en 1845, fue dedicada a Lyell
en los siguientes términos: “A Charles Lyell,
Esq; F.R.S; dedico esta segunda edición con el
placer de agradecimiento, como un
reconocimiento de que la parte más importante
del mérito científico, ha sido derivada del
estudiode los Principiosde geología”.
Podemos decir que la teoría del uniformitarismo
proveyó a Darwin de un escenario que permitía
pensar que los procesos que afectan a los
organismos vivos en el presente ocurrieron de
manera similar en el pasado, y que su variación,
la cual existía abundante prueba en las
observaciones geológicas de Darwin, pudo
ocasionar la migración, expansión o
desapariciónde las especies.
El pensamiento de Darwin se inicia con la
observación de fenómenos geológicos, continua
con la biogeografía, para desembocar,
finalmente,en conceptos evolutivos.
9. UN LIBRO AL QUE LE FALTAN
MUCHAS PÁGINAS
En el origen, Darwin no elude el hecho de que
existen ciertas objeciones para invalidar sus
ideas sobre la evolución por medio de la
selección natural. Una objeción es la que tiene
que ver con la diferencia entre las especies y el
hecho de que no exista el conocimiento de los
innumerables eslabones que las unen a partir
de sus ancestros comunes. Para Darwin, una
prueba de solidez de su teoría de la evolución
orgánica debería surgir de los depósitos de
fósiles presentes en cada estrago geológico
deberían proveer los elementos de lo que hoy
podríamos pensar como revelación de un
grupo de organismos
10. En relación con la naturaleza discontinua y sólo
en parte reconstruida del registro fósil, Darwin
menciona:
La principal causa de que no existan los innumerables
eslabones intermedios en la naturaleza dependen del
proceso mismo por el que ocurre la selección natural, en
el que las nuevas variedades toman el lugar de las formas
de las que se originaron.
Existen varias razones que explican las
imperfecciones del registro fósil. La primera es
“no todos los organismos tienen probabilidad
de quedar incluidos en el registro geológico”.
El proceso de fosilización requiere, que los
organismos tengan estructuras duras; algunos
ejemplos son los huesos de los vertebrados, las
cubiertas duras de los insectos y los moluscos,
los cascarones de los huevos de aves y reptiles,
las partes leñosas de diferentes plantas.
11. El segundo factor “el proceso de fosilización”. Después de
su muerte los organismos entran en un proceso de
descomposición en el que carnívoros y organismos
descomponedores cumplen su función.
Como resultado de la descomposición, las partes remanentes
del cadáver se dispersan. Para que un organismo se fosilice
hace falta que sus restos no estén sujetos a este acelerado
proceso de descomposición. Aún fosilizado, un organismo
puede ser destruido por fuerzas de diversa índole.
Un factor importante, que constituye una de las diferencias
teorías entre las concepciones que Darwin y Wallace
tuvieron sobre la selección natural y la evolución, es el
efecto del componente biótico del ambiente. El factor más
importante que regula la vida de las especies es para Darwin
el efecto de los organismos que constituyen el medio
biótico.
Wallace, por el contrario, daba muy poca importancia a las
relaciones entre los organismos y pensaba que era el medio
físico el factor causante de la selección natural.
12. Otra objeción que encontraba Darwin, y que
ciertamente le hubiera gustado resolver (pero que
nunca logró), se refería a la edad de la Tierra.
Usando datos acerca de las velocidades de
sedimentación y el grosor de las rocas sedimentarias,
así como la concentración salina del mar o de la
pérdida de ese tiempo calcularon que la edad de la
Tierra debía ser de unos 400 millones de años. Decía
Darwin, el argumento de Lyell respecto a que el grosor
y la extensión de las formaciones sedimentarias son
una medida y un resultado de la degradación que la
corteza terrestre ha sufrido en algún otro lugar. Sin
embargo, esta nueva dimensión temporal resultaba
inadecuada para que Darwin pudiera explicar el
proceso de evolución sobre la tierra. Es claro que ni
Darwin ni otros naturalistas hubieran podido concebir
tal escenario geológico si no hubieran sido influidos
por las ideas uniformitarias propuestas por Lyell.
13. Darwin reconoció la falta de secuencia en la cadena de
sucesión de cada nueva especie o en la variación de
una que disminuye en su tamaño o desaparece. Todos
los organismos pueden clasificarse jerárquicamente
como entidades pequeñas contenidas en otras cada vez
más grandes. El primer sistema e clasificación de las
especies fue propuesto por Carl von Linné. Lineo usó
un sistema binomial, para reconocer cada especie
animal y vegetal. El primero de esos nombres es el
género, designación compartida por varias especies
que pertenecen al mismo, y el segundo es el epíteto
propio de cada especie.
El sistema propuesto por Linneo fue pensado para
aplicarse a unos pocos miles de plantas que eran todas
las que se conocían en Europa en el sigloXVII.
En el contexto del pensamiento evolutivo la
ordenación jerárquica de los organismos sugieren que
hay una genealogía entre los grupos.