5. MATERIAL COMPLEMENTARIO - PPT de la Sesión 02.pptx
Fases de lavoluntad
1. FASES DE LA MOTIVACIÓN
En toda acción voluntaria tienen lugar las siguientes fases:
1. Motivación. Es el factor que incita al individuo a actuar. Sería el estímulo
impulsor de la acción volitiva, el motivo justificante del acto. Cuando tiene lugar
la motivación se despierta en el individuo una cierta sensación de inquietud que
lo induce a ponerse en movimiento, con el fin de lograr su objetivo. Es la
sensación apetitiva o de deseo, cuando el estímulo es agradable, o de rechazo
y alejamiento cuando es desagradable.
2. Racionalización. Tras la motivación tiene lugar un proceso de razonamiento:
se reúnen los datos obtenidos y se valora la necesidad de la acción. Se
comparan los factores favorables con los desfavorables para estimar si es
oportuno o no actuar. Aquí entran en juego el juicio y el raciocinio que
determinan lo que debe hacerse desde el punto de vista moral.
3. Decisión. Una vez valorados los pros y los contras de la posible acción, tiene
lugar la decisión. Entre todas las posibilidades de actuar, el individuo toma una
resolución: decide realizar aquello que quiere y cómo hacerlo, o renuncia a ello.
Este proceso, tal vez, es el más lento porque determinará, en definitiva, las
consecuencias y puede paralizar en cierto modo a la persona. El individuo
decidido apenas duda y actúa con rapidez. El indeciso necesita recapacitar
antes y a veces cae presa de la angustia, sin saber qué determinación tomar.
4. Acción. Es la última fase de la voluntad. Mediante la acción tiene lugar la
consumación del deseo, la resolución de esa cierta inquietud que
anunciábamos en la primera fase. Si la decisión ha sido acorde con los deseos
de la persona, su realización infunde una sensación de satisfacción placentera.
Por el contrario, si la decisión fue errónea o no se consiguió el fin deseado,
tiene lugar la frustración.
La voluntad puede verse influida por otras facetas de la personalidad, como
son: la tenacidad, la constancia y la perseverancia, que son factores
determinantes de lo que llamamos fuerza de voluntad. Las personas de
voluntad fuerte suelen tener motivaciones potentes, buena capacidad de
raciocinio, poder de decisión y firmeza en la acción. No se retraen ante las
adversidades y son constantes en su intención, hasta lograr lo que buscan.
2. Por el contrario, las personas de voluntad débil sufren algún tipo de freno en las
etapas antes vistas. Pueden tener una escasez de impulsos motivacionales y
una consecuente limitación de objetivos. Puede que tengan una racionalización
confusa, dispersa y poco clara, que haga desviar la dirección y el sentido de la
voluntad hacia derroteros no deseados. También es posible que la indecisión
bloquee la fuerza de voluntad. Y, por último, la acción puede ser más lenta por
inhibición o pereza .La voluntad, ya sea débil o fuerte, dirige la intencionalidad
del individuo, marcando un sentido a su existencia y fomentando su vitalidad.
Rojas, Enrique. La voluntad, la conquista. Fin del siglo.
83-85 Pp. Madrid – España.