4. Cuando veo el cielo
que Tú mismo
hiciste, y la luna y las
estrellas que pusiste
en él, pienso: “¿Qué
es el hombre? ¿Qué
es el ser humano?
¿Por qué lo
recuerdas y te
preocupas por él?”
BONDAD
Salmo 8, 3-4
5. El Señor es la porción de mi herencia.
Tú eres quien guarda mi suerte;
cayeron mis cordeles en parajes amenos
y me encanta mi heredad.
GOZO
Salmo 16, 5-6
7. ¡Dios mío, tú eres
mi Dios! Con
ansias te busco,
pues tengo sed
de ti; mi ser
entero te desea,
cual tierra árida,
sin agua, sin
vida.
NECESIDAD
Salmo 63, 1
8. Las ofrendas
a Dios son MISERICORDIA
un espíritu
dolido; ¡tú
no
desprecias,
oh Dios, un
corazón
hecho
pedazos!
Salmo 51, 17
9. El Señor dice: “Mis ojos
están puestos en ti. Yo
te daré instrucciones, te
daré consejos, te
enseñaré el camino que
debes seguir”.
SEGURIDAD
Salmo 32, 8
10. Ama al Señor con ternura, y él
cumplirá tus deseos más
profundos.
CONFIANZA
Salmo 37, 4