1. UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL Y MECÁNICA
Diseñan robots capaces de moverse como serpientes del desierto
DESCUBRIMIENTOS
TECNOLÓGICOS
2. Serpiente Cascabel
La serpiente de cascabel es reconocida como la serpiente más
venenosa de Norteamérica. Algunas especies pueden alcanzar hasta
2,9 yardas de largo, y las 9 libras de peso.[cita requerida] Según la
especie exacta, tienen un cuerpo delgado y compacto. Su cabeza es
más bien plana y se distingue claramente del cuello. El centro del
cuerpo está rodeado de escamas que están colocadas en 21 - 29 filas.
El color de fondo de esta familia va de amarillento a verdoso, rojizo a
pardo e incluso negro. Una fila de manchas oscuras de forma
romboédrica pasa por la espalda y los laterales.
3. Serpiente Robot
Los seres vivos sin extremidades, como las serpientes,
son capaces de atravesar cualquier terreno. En particular,
las serpientes cascabel pueden escalar las superficies
inestables e inclinadas del desierto. Hasta ahora esta
habilidad, conocida como sidewinding, no se había
implementado en robots.
Varios experimentos, realizados por un grupo de
investigadores de la Universidad de Georgia, en
colaboración con la Universidad de Carnegie Mellon y el
Zoo de Atlanta –y publicados esta semana en la revista
Science– revelan cómo funciona el mecanismo de estas
serpientes ‘todoterreno’ consiguiendo,
simultáneamente, que los robots imiten el movimiento.
4. “Al principio, pensamos en usar el robot como un modelo físico para que
aprendiera de las serpientes”, explica Daniel Goldman, profesor del
Colegio Tecnológico de Física de Georgia (EE UU). “A través del estudio
simultáneo de los dos, registramos importantes principios generales que
nos permitieron entender al animal y mejorar al robot”.
Según estas observaciones, los científicos encontraron que las serpientes,
en contacto con una superficie inclinada e inestable –como son las
elevaciones de arena– aumentaban la longitud de su cuerpo, y según la
inclinación de la superficie, lo hacían en mayor o menor medida.
“La serpiente levanta algunos segmentos del cuerpo mientras mantiene
otros en el suelo, y a medida que la pendiente se inclina más, su cuerpo se
aplana”, dice Howie Choset, profesor de robótica de la Universidad
Carnegie Mellon.
Para determinar los patrones de movimiento, el equipo investigó al robot y
las serpientes en un recinto circular de arena. En esta superficie, construida
en el zoo de Atlanta, colocaron a seis tipos de serpientes que emplean este
movimiento para observar cómo escalaban los montículos de arena en
diferentes inclinaciones. Calcularon hasta qué punto penetraban la arena,
cuántos puntos de contacto se establecían entre el cuerpo y la superficie, y
de qué manera cambiaba este comportamiento en función del tipo de
pendiente.
5. Los investigadores se dieron cuenta de que las serpientes no se escurrían pese a
la inclinación, sino que ese movimiento hacía que consiguieran avanzar. A
medida que la inclinación era más pronunciada, las serpientes aumentaban la
longitud de su cuerpo.
Seguidamente, los investigadores reconstruyeron el movimiento en el robot,
que emuló con éxito la capacidad de las serpientes.
Esta perspectiva, que pone de relieve cómo los científicos encuentran en la
naturaleza principios biológicos que instalar a robots, consigue desarrollar,
gracias a esto, nuevas capacidades: mayor velocidad, mejor deslizamiento y
vuelo, entre otras.