2. Había una vez una fábrica en la que nacían miles de patos al
día. Al cuidado de estas aves estaban las caimanes, quiénes se
encargaban de apretar los botones y palancas que hacían funcionar las
gigantescas máquinas, mientras que los patos iban pasando por las cintas
transportadoras hasta llegar a un camión que los llevaban hasta la
ciudad, donde vivían en una bonita casa.
3. El patito se asustó y
comenzó a dar vueltas por
aquel lugar, pero todo lo que
veía eran máquinas muy
grandes y con muchos colores.
Pero un día, uno de los
huevitos rodó y rodó hasta que
cayó al suelo, donde nació solito
y sin ningún amiguito.
4. Al ver que no se encontraba con nadie rodeó una máquina y
para su sorpresa se encontró con uno de los caimanes que estaban al
cuidado de aquellas máquinas, quién lo agarró, lo metió en su
maletita de la comida…
6. Efectivamente, se lo quería _ _ _ _ _.
El caimán se llevó al patito a su casa para cuidarlo y darle mucha
comida.
¿Alguien sabe para qué quería el caimán que el patito se pusiese
muy pero que muy gordito?
7. También bailaba cuando su
amiguito el caimán venía de trabajar.
¿Cómo bailaba el patito?
El patito se lo pasaba muy bien cuando se
iba el caimán a la fábrica a trabajar porque se
ponía a comer palomitas.
¿Cómo comía el patito palomitas?
8. A medida que pasaban los días más se querían y menos
pensaba el caimán en comerse a su amigo el patito, pero un día
fueron a comer a un bar y el caimán se pidió para comer pato.
9. El patito al escuchar
esto se puso muy triste y
aprovechando que no estaba el
caimán en casa, se marchó.
10. El patito se encontraba muy solo por aquellas oscuras calles
cuando de pronto se encontró un bar, donde el camarero era un patito
como él, y se puso muy contento, pero…
11. …aquel patito no era de verdad sino que era una marioneta
manejada por un caimán muy pero que muy malo porque se lo quería
comer.
12. Pero cuando llegó el caimán a casa y vio que no estaba su
amigo el patito salió a buscarlo y menos mal que lo encontró cuando
se lo iba a comer el caimán malo.
13. Los dos amigos se fueron juntos
a casa y se acostaron en la misma cama,
donde el caimán le dijo:
-Lo siento mucho patito-, pero te traje a
casa porque pensaba ponerte gordito para
luego comerte. Aunque de no haber sido
así, te hubiesen llevado a una casa muy
grande en la ciudad, llamada Patolandia,
donde te hubiesen dado mucha comida
para ponerte muy gordito, ya que así, no
podrías volar y te llevarían a nuestros
restaurantes preferidos para ser comidos
por nosotros.
-¡Ohhh! ¿Nosotros podemos volar?- preguntó el patito sorprendido-.
-Sí-respondió el caimán.
El patito se quedó callado un rato, antes de preguntar:
-¿Puedes llevarme a Patolandia? Tengo un plan.
14. Al día siguiente, el caimán llevó al patito a Patolandia. Les
costó mucho separarse, pero el patito le dijo al caimán -no te preocupes
que pronto nos volveremos a ver-.
15. El patito entró en la casa y le contó a los otros patos que sino
hacían mucho ejercicio y perdían peso no podrían volar para escaparse
de allí y que serían comidos por los caimanes. Al principio los patos no le
creyeron, pero cuando les enseño la carta del restaurante vieron que era
verdad.
16. Así que los patos hicieron mucho deporte y el cielo no tardó en
llenarse de patos voladores, mientras que los caimanes estaban furiosos
viéndolos volar, pero uno de ellos estaba triste.
¿Adivináis quién es?
17. El pobre caimán estaba seguro de que nunca volvería a ver a
su pequeño amigo. Pero entonces el patito entró en su piso llevando
dos billetes en la mano. –No podía irme sin ti, le dijo. Y los dos se
fueron volando hacia el sur.
18. Los patos siguieron al sol hasta llegar a una hermosa isla
tropical. Se alegraron mucho al saber que allí lo esperaba su amigo el
patito, pero se asustaron un poco al ver al caimán entre ellos.
Aunque no tardaron en hacerse buenos amigos y colorín colorado este
bonito cuento se ha acabado.