Los buffers son soluciones que resisten cambios en el pH cuando se les agregan pequeñas cantidades de ácidos o bases. La sangre mantiene un pH constante de 7.4 debido al sistema buffer formado por el dióxido de carbono, ácido carbónico e iones bicarbonato. Los buffers más efectivos ocurren cuando la concentración del ácido débil y su base conjugada son iguales, a un pH cercano al pKa.