1. Un día en “la ciudad de las mil columnas”
Como ya es costumbre, las prácticas universitarias de nuestro De lo poco que se pudo rescatar en este día y hora tan
programa de Comunicación Social se han limitado a visitar desolados, se destacó un notable abandono por parte de
solamente poblaciones del departamento del Tolima. Ese entidades gubernamentales, pues en sus arquitecturas se
domingo no era la excepción. Muy a las seis de la mañana nos evidenciaba que tras haber sido una “ciudad colonial”, hoy
encontrábamos ya listos para arrancar hacia lo que sería solamente es un destino turístico, visitado por aquellos que en
nuestro destino fuente de inspiración para una crónica, el algún momento se interesan por recoger un poco de su
municipio de Ambalema, mejor conocido como “la ciudad de historicidad, sus remembranzas y sus escasos sitios para
las mil columnas”. pasar un rato de esparcimiento. En sus casas de aleros
consentidos y rígidas columnas se refugian las brisas del río
Al llegar al pueblo, de inmediato se hizo notar la desolación y más grande de Colombia, el Magdalena, para sosegar el recio
soledad de sus calles, no se si por el hecho de que era calor del mediodía.
domingo a las nueve de la mañana, o simplemente porque el
pueblo es así. Interrogante que quedó en el aire tras habernos El día transcurría y seguíamos tratando de encontrar alguna
enfocado erróneamente en la arquitectura del municipio, historia interesante, lo cual no se nos daba fácilmente, pues la
dejando de lado historias que nunca fueron escuchadas. De lo gente con la que nos habíamos encontrado no estaba muy
poco que pude escuchar de un par de habitantes del pueblo, bien ilustrada respecto a la historia de su pueblo. Solamente
pude concluir prematuramente que, Ambalema vive del un señor de avanzada edad, el cual transitaba en una vieja
recuerdo del tabaco que se fumó el olvido y de la herencia bicicleta, hizo una breve parada para reafirmarnos la idea de
colonial que se escribió en sus calles. que Ambalema fue una ciudad construida por los siglos
conquistados, que guarda la memoria de un país amnésico,
del cual se espera que algún día sus gobernantes quieran
invertir en la recuperación de lo que consideran ellos “un
centro histórico de incalculable valor para el turismo”.
El clima del medio día se sentía algo fresco, era algo
reconfortante, pues nos permitía seguir caminando en busca
de sitios referenciados previamente, para captar además de
historias, algunas imágenes que evidenciaran un poco la
transformación del pueblo. En nuestro recorrido por las calles
de este tranquilo pueblo, pudimos darnos cuenta de que, para
comprender la sencillez de la cálida paz de sus lugares hace
Antigua Calle Colonial de Ambalema - Tolima
2. falta desnudar sus secretos y sentir las voces de la historia el rincón más movido es el puerto sobre el Magdalena. “El ferri
con su inconfundible acento tolimense. Omaira”, oxidado y quieto, el cual sirve como trampolín a los
sueños juveniles de los muchachos que desafían las aguas
Mientras el día transcurría tranquilamente, a unas cuadras al untados de orilla y barro.
sur de la plaza principal nos encontramos con la famosa
“casona”, lugar donde funcionó la fabrica de tabaco La Patria,
que fue conocida como la Casa Inglesa. Acto seguido nos
recluimos en su interior, para darnos cuenta de que esta
imponente estructura mantiene su feudo de espacios vacíos
que hablan del inmenso poder territorial y financiero que un
día manejó a su antojo.
Ferri Omaira – Orillas del río Magdalena
A escasos pasos del ferri, encontramos una de las actividades
más atrayentes del pueblo y por supuesto una forma de
subsistencia de algunos habitantes, los lancheros que
Ruinas de “La casa Inglesa” hoy conocida como “La Casona”
transportan en canoas campesinos, cabras, motos, mercados
Más adelante pudimos localizar otra estructura arquitectónica y bicicletas hasta la otra orilla del río, a la vereda Gramalotal
muy popular, denominada “La Factoría” con su prensa para del municipio de Beltrán (Cundinamarca).
tabaco que espera ser movida por las risas de los niños de la
escuela María Auxiliadora, que juegan al escondite en sus Ocasionalmente, y para grupos de viajeros, los lancheros
patios de formas caprichosas. Sin embargo, fue evidente que hacen una travesía aguas arriba para visitar “la Isla de la
Fantasía”, un pedazo de tierra que no se sabe a cuál de los
3. dos departamentos pertenece. Obviamente ninguno de generar nostalgias apaciguadas por la dicha de un pasado que
nosotros quería privarse de un emocionante viaje en una de se negó a pasar.
estas lanchas, por lo cual nos embarcamos un grupo muy Así, a grandes trazos, narraciones y lugares conocimos algo
selecto en una de las lanchas, para disfrutar de un breve, pero de lo que es Ambalema. Al final del viaje, mirando algunas
satisfactorio recorrido por el rio más grande de Colombia. fotografías en mi cámara, sólo pude concluir que a pesar de
que fue un viaje de gran provecho para el reconocimiento de
nuestro departamento, quedaron muchos secretos por
develar, pero es muy probable que estos sean un romántico
patrimonio de las noches de un pueblo que sostiene los aleros
de sus casas con vigas de guayacán y que se conoce como
“La Ciudad de las Mil Columnas”
Orillas del río Magdalena en Ambalema - Tolima
Al regresar de nuestro emocionante viaje por el río,
retornamos a las calles de Ambalema, mejor denominadas
“las rutas de leyenda”. Al norte del puerto hallamos también la
estación del ferrocarril, una bella estructura de dos pisos con
una terraza que es vigilada por hojas de palmas, que ocultan
el abandono a la espera del tren del progreso. Cuando
finalmente se acercaba la hora de irnos, casi al final de
nuestro recorrido, como todos los que alguna vez pasaron por
este pueblo colonial, pudimos concluir que era realmente Calle Colonial - Ambalema, Tolima
sorprendente la capacidad de las calles castellanas para
4. Esquina del Parque central – Ambalema, Tolima
Antigua Vía Férrea - Ambalema Tolima
Calle Colonial - Ambalema, Tolima Hotel San Gabriel - Ambalema Tolima
Autor:
JHON MARIO MORENO GARCÍA
COD: 051250112007