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1.
 2.   La violencia.
 3.   Tipos de maltrato.
 4.   Maltratadores.
 5.   Violencia sexual, un asunto de derechos humanos.
 6.   Violencia familiar, mecanismos legales de protección.
 7.   Bibliografía

                                       INTRODUCCIÓN
En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los
derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos
programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a
día contra ellos?
Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y
mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es
menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos
está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia.
Para lograr el cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los
papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro
respondan a las expectativas de sus progenitores.
Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar
hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños.
   I. LA VIOLENCIA.
Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos generalmente a la
producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes
manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en:
1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil
y el abuso de los niños.
1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza
básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte
público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes
al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y
vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el
poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante
los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las
llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo
institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas.
1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad
de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto
básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la
salud.
1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo (comunidades
nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos
de vida poco saludables.
1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen
medios ilegítimos para alcanzar bienesmateriales. Toda forma de conducta individual u
organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no ayuda
a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil.
Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación.
Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen
oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus
familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones
de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar.
II. TIPOS DE MALTRATO.
2.1 Maltrato Físico.
1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas,
quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen en
peligro la salud física del menor.
2.2 Maltrato Emocional.
1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones
espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las
actividades familiares.
2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él
una sensación de constante amenaza.
3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está
preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño.
4. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales.
5. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la normal
integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
2.3 Maltrato por Negligencia.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc.
III. MALTRATADORES.
3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas aquellas personas que cometen actos violentos
hacia su pareja o hijos; también puede ser hacia otros en general.
3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar.
3.3 ¿Qué características tienen los maltratadores?
1. Tienen baja autoestima.
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
4. No saben expresar afecto.
3.4 ¿Qué características tienen los maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
- Comprenderse.
- Comunicarse con calidez y afecto.
- Respetarse.
- Dominar sus impulsos (ira, cólera).
IV. VIOLENCIA SEXUAL, UN ASUNTO DE DERECHOS HUMANOS.
La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas en el Perú,
siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este vulnerable sector de la
población, una de sus manifestaciones más dramáticas y extremas. La violación y el abuso
sexual afectan una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad
sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia,
comprometiendo el futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel
mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un
problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas
de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo
políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en la
impunidad.
Asimismo, los distintos sectores sociales en el Perú, al abordar el problema de los derechos
humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que afecte
profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente sexual.
Se diferencian así de la comunidad internacional, para lo cual la violencia contra la mujer es
tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y
es un obstáculo para el desarrollo.
Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia, siendo
fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y
asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y de dominación a
los varones, adjudicándoles valores distintos. Al respecto, David Finkelhor sostiene que la
victimización sexual probablemente es tan común en nuestras sociedades debido al grado de
supremacía masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad
dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los hombres
necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y
socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su amenaza son
útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza en la
infancia con la victimización de la niña.
Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es también el derecho
legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual
como medio eficaz de control y socialización. Se produce así una internalización y aprendizaje
de estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su permanencia. Otro
elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida por los
medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados de sexo, discriminación
y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de todos los sectores sociales.
4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas.
Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen prácticamente
imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no existen
investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen
registros rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que proporcionen información
cuantitativa adecuada.
Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en la administración
de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no recoge las
distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden acercarnos a
una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos registrados, que corresponden
sólo a algunos denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se
refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y niños, ya que
por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se pone en
conocimiento de las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad oculta.
Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios ofrecen una
aproximación, la cual constituye una referencia alarmante.
Prado Saldarriaga concluyó en una investigación:
Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas
infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país.
Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de mayor registro en los
últimos 20 años.
Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas urbanas,
principalmente en el departamento de Lima.
Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo etario de 18 a 27
años, y entre personas con educación básica regular.
Que la criminalidad sexual sigue una tendencia ascendente en los últimos años en el Perú.
4.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual.
En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen que las
agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno,
destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones
producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas
interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso en algunos
casos pueden ocasionar la muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren
intervención profesional inmediata.
Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia Familiar de la
Universidad de New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de
796 estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y bajos niveles de autoestima en
aquellos participantes que habían sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr.
NahmanGreenberg, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y Director
de la Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del
abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de trauma mental para las niñas y
los niños que han sido envueltos por adultos en actividades sexuales.
En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su
niñez, se han encontrado:
1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira,
acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla
y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta
se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas,
mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente
en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y
realizando intentos de suicidio.
2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso de terapia.
3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares.
4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición
inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta en esposa
maltratada.
5) Temor a convertirse en agresor o agresora.
6) Problemas en su sexualidad.
7) Neurosis crónica de origen traumático.
V. VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE PROTECCIÓN.
La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la necesidad
de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los integrantes del
grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos, humillaciones y agresiones sexuales
que se producen en el ámbito de las relaciones familiares. Si bien es cierto que las
manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son
éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa
constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños, derivándose de ahí
precisamente la denominación de violencia doméstica o familiar.
Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a dichos
espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de estudio y/o trabajo y en
general los espacios frecuentados por las víctimas.
De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia
intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: (i) ¿cuáles son los componentes de
todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia, el sistema
jurídico?, y (ii) ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar?
El sistema jurídico tiene tres componentes básicos:
El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las
disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación
general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es el
Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente
central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes.
Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos operadores de la
administración pública o privada que están involucrados en la aplicación de este componente
normativo, de la ley escrita. Es un componente clave cuando hablamos de mecanismos legales
de protección frente a la violencia familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad y
el Estado para hacer realidad aquello que disponen las normas legales.
Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que
está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la
concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un hecho
concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación.
Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema de los
mecanismos legales en una sociedad determinada.
Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia familiar. La misma
alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual se infiere un daño físico, sexual o
psicológico a un integrante del grupo familiar -conviviente o no-, a través del engaño, la
coacción, la fuerza física, la amenaza, el caso, entre otros.
La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder, de jerarquía.
Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos apreciar que existe una relación
del fuerte contra el débil. Muy rara vez escucharemos hablar de la violencia del niño contra su
padre. Por lo general, cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se trata de padres
mayores, muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan en fortaleza física.
El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres-
hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía:
marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de
violencia intrafamiliar.
5.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar.
1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas
que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede
afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de respuestas
legales, por tratarse de la agresión más evidente.
2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen
por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona. Esta es
una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que
se produce en el interior de un grupo familiar.
3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida
sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque,
actualmente, algunas manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación
penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos
últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de violación.
5.2 Contra la Violencia Familiar.
A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de la sociedad
frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso complementario al Código de los
Niños y Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato físico y
psicológico entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común,
aunque no convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad.
Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de protección a las
mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances protegen a estos dos grupos
humanos que mayoritariamente son afectados por estas manifestaciones de violencia: a las
mujeres y a las niñas y niños. En este sentido, constituye un recurso que creemos puede ser
utilizado y redimensionado para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia.
Esta norma tiene como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la
violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son víctimas de
violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas
en diversos niveles, siendo la más urgentes de atención:
1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación
escolar y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas
igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía
que ubican a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante de
la violencia en el interior de la familia.
2. Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos promover la
participación de la comunidad en la prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de
la familia. La idea es que la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento
de las medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar.
3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios
especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones
para mujeres, e igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que existen con
personal especializado para atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea
la necesidad de crear hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los
gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes no había sido
considerado en ninguna otra norma, es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los
agresores para evitar, precisamente, que el maltrato continúe y se multiplique.
4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen
uno de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y fiscales.
5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo. Esto significa
celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la víctima. Es un
procedimiento, en principio, que no debería ser obstaculizado por ningún tipo de formalismos.
Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente cultural
señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado acostumbrados a
aplicarse este tipo de legislación.




VIOLENCIA FAMILIAR

El concepto de familia a evolucionado con el tiempo, es importante tener claro que al clásico
modelo de padre, madre, esposos, hijos, tíos primos etc., se le han sumado ahora:

  Los   convivientes
  Los   hijos ensamblados (hijos de la pareja).
  Los   ex conyuges.
  Los   ex convivientes.
  Los   que habitan en un mismo hogar.




Así que cualquier acto de violencia física o verbal (psicológica) o inclusive maltrato sin lesión o la
amenaza o coacción que se produzca entre estas personas se considera violencia familiar.


Esta ley presenta algunas situaciones que pueden servir para el futuro pero no resolverlo
definitivamente, no es nuestro deseo desalentar pero esta ley no ha resuelto en todos estos
años el problema de la violencia.


La Policía se encarga de la investigación y remite el resultado al Fiscal de Familia, éste
mayormente hace la demanda al Juez de Familia se cita a una Audiencia en donde casi obliga a
las partes a llegar a un acuerdo de no agredirse, “acuerdo” que a nadie garantiza que no repita
el acto violento.
Los Jueces en su afán de reducir los cientos de expedientes que tienen mayormente “fuerzan”
este arreglo, esto no es lo recomendable, es mejor que este proceso llegue a su fin y se aplique
medidas que garanticen la no violencia.


Lamentablemente las autoridades muchas veces quieren ver un muerto o un daño irreparable
para tomar medidas.


En este trámite pueden llevarse a cabo inventario de bienes, pero no es división, ni entrega de
ellos (bienes), puede ordenar el cese de la violencia pero no la salida definitiva del hogar del
agresor, no aspire con esta ley resolver problemas que son propios de otros procesos.




A veces estos procesos culminan en una simbólica llamada de atención al agente violentador y todo
sigue igual, en nuestra experiencia hemos apreciado como algunos jueces no han tenido mano firme
para poner fin a la violencia.


El hecho violento no solo genera este tramite, sino también un proceso penal del que
posiblemente obtenga ud mejor resultado porque de acreditarse el delito (lesiones) se aplicara
una PENA y una INDEMNIZACION, nosotros recomendamos que a parte del proceso de violencia
siga un proceso penal, el cual si persuade.


Recientemente en Julio del 2008 se ha incorporado al código penal como delito la violencia
familiar para casos en que las victimas sean menores de edad, lo que de comprobarse puede
traer como consecuencia la suspensión de la patria potestad, ordenarse la salida del agresor, e
incluso la DETENCION.


Sin embargo es necesario esperar un uso conveniente de esta ley ya que si bien es cierto existen
muchas victimas de violencia también hay quienes denuncian falsamente y de comprobarse la
falsedad de la denuncia las consecuencias pueden muy difíciles para quien haga mal uso.




Violencia doméstica
De Wikipedia, la enciclopedia libre

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Plantilla:Otros en los ratos libres usos
«Mother and Child», pintura de JosipRačid.
La violencia doméstica engloba toda aquella forma de violencia ejercida en el ámbito doméstico.

La violencia doméstica, violencia familiar o violencia intrafamiliar comprende todos
aquellos actos violentos, desde el empleo de la fuerza física, hasta el matonaje, acoso o la
intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que perpetra, por lo menos, a un
miembro de la familia contra algún otro familiar.1

Contenido
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        1Terminología de la violencia doméstica
        2Tipos de violencia
            o 2.1Violencia psicológica
            o 2.2Violencia familiar
            o 2.3Violencia contra la mujer en la pareja
            o 2.4Violencia contra el hombre en la pareja
            o 2.5Violencia filio-parental
        3Implicación social constructiva de la violencia familiar
        4Un enfoque psicoanalítico sobre la violencia intrafamiliar
        5Regulación jurídica
            o 5.1España
                     5.1.1La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la
                        Violencia de Género
                     5.1.2Controversia
        6Otros enfoques
        7Véase también
8Bibliografía
            o 8.1Referencias
        9Enlaces externos



[editar]Terminología de la violencia doméstica
Entre los términos referidos a la violencia doméstica, cabe destacar aquellos que se refieren
específicamente a la violencia conyugal o dentro de la pareja y obviando por tanto aquella
ejercida sobre otros miembros vulnerables de la familia como niños y ancianos. Dentro de
la violencia dentro de la pareja, la mayoría de los casos corresponden a violencia ejercida
por el hombre hacia la mujer. Expresiones tales como «violencia contra la mujer» y
«violencia de género» son muy frecuentemente utilizados.

No fue hasta 1960, cuando se reconoció que la violencia y el maltrato en el ámbito familiar
eran un problema social. Anteriormente, la violencia contra la mujer se consideraba como
algo anormal y se le atribuía a personas con trastornos psicopatológicos o problemas
mentales.[cita requerida]

La existencia de este tipo de violencia indica un retraso cultural en cuanto a la presencia de
los valores como la consideración, tolerancia, empatía y el respeto por las demás personas,
independientemente de su sexo. El maltrato doméstico incluye a las agresiones físicas,
psicológicas o sexuales llevadas a cabo en el hogar por parte de un familiar que hacen
vulnerable la libertad de otra persona y que causan daño físico o psicológico.

La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender-basedviolence o
genderviolence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín
en 1995 bajo los auspicios de la ONU. Con el auge de los estudios feministas, en los años
sesenta del siglo XX, se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con
el sentido de «sexo de un ser humano», desde el punto de vista específico de las diferencias
sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.2 La
expresión ha sido criticada por la Real Academia Española por hacer un mal uso de la
palabra «género», haciendo de ella un mero calco del inglés gender que no tiene traducción
en español.3 También ha recibido críticas por tratarse de una expresión más vaga que puede
referirse a la violencia practicada desde ambos sexos, cuando no existe simetría, ya que es
más común la ejercida por el hombre a la mujer y además uno de los factores subyacentes
es el machismo.

En realidad tiene implicaciones políticas y denominándola de esta manera «violencia de género»,
pienso que se pretende esconder que en realidad es el maltrato que los hombres dan y han dado a lo
largo de los años a las mujeres de su familia.

        Cristina Segura Graiño. Prólogo de "Historia de la violencia contra las mujeres", Antonio Gil
                                                                                    Ambrona, 2008.
Esta crítica se extiende a otras expresiones similares tales como «violencia sexista» y
«violencia de pareja».

Estudios realizados encontraron que en hogares donde existe maltrato o violencia
psicológica o cualquier otro tipo de violencia, los hijos son 15 veces más propensos a
manifestar algún tipo de maltrato en su etapa adulta. La violencia psicológica es la forma de
agresión en la que la mayoría de los países las afectadas van a quejarse y casi nunca toman
acción en cuanto a dicho tipo de violencia, ya que en este caso se unen la falta de opciones
legales de denuncia y protección frente a esta forma de violencia.

Las señales de violencia son más fácil de ocultar si es emocional, pues las mujeres no
aceptan el maltrato de forma “pasiva”; según los estudios realizados que la mayoría de las
mujeres maltratadas no lo aceptaron y que se resistieron a él. Estas acciones de defensa
hicieron que la violencia psicológica se viera como una agresión mutua y algunas
instituciones la catalogaron como un conflicto de pareja. Sin embargo, de los estudios
realizados en Honduras solo dos de las mujeres entrevistadas aceptaron que eran agredidas
emocionalmente, antes de ser maltratadas físicamente. Gracias a diferentes campañas
públicas y con el conocimiento de programas estatales las mujeres tuvieron más claridad
acerca de la agresión psicológica que experimentaron.

Las mujeres que no reconocen como agresión la violencia psicológica no significan que no
vean esta forma de violencia como algo que las dañe o las deshaga o como algo indeseable.
De hecho si lo ven y son estos episodios de maltrato emocional lo que más las mueve a
hablar de sus malestares con personas de confianza así como familiares, amigos o personas
de las iglesias y es aquí donde tratan de librarse de esas formas de agresión.

[editar]Tipos de violencia
Habitualmente este tipo de violencia no se produce de forma aislada, sino que sigue un
patrón constante en el tiempo. Los principales sujetos pasivos son las mujeres, niños y
personas dependientes. Lo que todas las formas de violencia familiar tienen en común es
que constituyen un abuso de poder y de confianza. Dada la complejidad y variedad del
fenómeno, es muy difícil conocer sus dimensiones globales.

Cabe añadir que la Dogmática considera de forma unánime que el término violencia se
refiere tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las
lesiones físicas como las psicológicas.4

[editar]Violencia psicológica

Véase también:Acoso psicológico

La violencia psicológica, conocida también como violencia emocional, es una forma de
maltrato, por lo que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica.
La intención que trae consigo la violencia psicológica es humillar, hacer sentir mal e
insegura a una persona, deteriorando su propio valor. Difiere del maltrato físico ya que éste
es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se manifiesta a través de palabras
hirientes, descalificaciones, humillaciones, gritos e insultos. Éste trastorno puede tener
bases en la infancia de las personas cuando se llevan a cabo la falta de atención por parte de
los padres o familiares, y la violencia intrafamiliar.

[editar]Violencia familiar

La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de la
familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia, la
violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los ancianos son
las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre se ejerce por el más
fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo en ocasiones razones
psicológicas (véase síndrome de Estocolmo) las que impiden a la víctima defenderse. La
mayor parte de los agresores son personas mucho mas fuertes que a las que se les agrede.

El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en el siglo XXI,
descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a mujeres adultas con gran
carga familiar, voluntariamente aceptada durante muchos años, pero que al avanzar la edad
se torna excesiva. Si la mujer no expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus
hijos no lo aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o agrava
diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes, cefaleas, depresión,
ansiedad y artritis. Estas manifestaciones no curan adecuadamente si no se reduce
apropiadamente la sobrecarga excesiva. Ocasionalmente puede provocar suicidios, activos
o pasivos5

Los niños que suelen estar presentes durante la violencia y los que presencian pueden sufrir
problemas emocionales y de comportamiento. Los investigadores indican que la violencia
en la familia a los niños le afecta en tres maneras: en la salud, educación y el uso de
violencia en su propia vida. Se ha comprobado que los niños que presencia la violencia
manifiestan un grado mayor de depresión, ansiedad, síntomas de trauma y problema de
temperamentos.6

[editar]Violencia contra la mujer en la pareja

Véase también:Violencia contra la mujer
Zaragoza casco viejo. Grafiti contra la violencia sexista. Cada silueta se corresponde con una mujer
muerta a manos de su pareja en 2007. Un símbolo identifica el tipo de violencia sufrida.

La idea de la sumisión de la mujer como mejor forma para asegurar la paz dentro del matrimonio
está todavía arraigada entre nosotros.

                                                                                        Inés Alberdi

La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el
mundo, dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico,
cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil cuantificación, dado que no
todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado
número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países
por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más
bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en
torno al 3%.7

La mayoría de las víctimas oculta que existan esos problemas por temor a ser juzgados en
la sociedad. La indecisión es una de las causas para no admitir la situación así como el
estereotipo dominante de la feminidad en Occidente, donde no se considera como atributo
de las mujeres el ejercicio de la violencia activa.

Tambien entra el aspecto de la educacion y del entorno social que se vive desde niños, a un
hombre que es maltratado psíquica o físicamente por su pareja, se le atribuye que es un
hombre "débil", o es agredido por sus amigos o compañeros de trabajo y es precisamente
por esto que no está dispuesto a denunciar y mucho menos a buscar ayuda.

Unas de las consecuencias de la violencia domestica es la depresión. Las mujeres que
sufren violencia domestica corren un mayor riesgo de estrés y trastorno de ansiedad, en
particular los trastornos resultantes del estrés postraumático. El intento de de suicidio y
depresión se conectan estrechamente la violencia en pareja. La violencia contra la mujer
impide que participen plenamente en sus comunidades en los planos económicos y sociales.
Las mujeres en violencia tienen menos probabilidades de tener empleo.8

En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también.
Las discusiones, incluso discusiones fuertes, pueden formar parte de la relación de pareja.
En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre
ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles,
formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato no es un
concepto relacionado con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: Por
definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es
susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas
formas (agresiones verbales o físicas), es unilateral, siempre es la misma persona la que
recibe los golpes».9

En la pareja, el maltrato contra la mujer tiene unas causas específicas: los intentos del
hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las
mujeres; causas que persiguen instaurar una relación de dominio mediante desprecios,
amenazas y golpes.

Los hombres que maltratan a su pareja son motivados por una necesidad de dominar y
controlar a su pareja. En una revisión de múltiplos trabajos los principales resultantes
indican que los agresores suelen presentar con frecuencia alteraciones psicológicas como
falta de control sobre ira, dificultades en la expresión de emociones, déficits de habilidades
de comunicación y de solución de problema y baja autoestima.“Existen diferentes tipos de
hombres violentos -agresores limitados al ámbito familiar, agresores con características
borderline/disfóricas y agresores violentos en general/antisociales- que requieren programas
de tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas” Pág. 27.10

Los rasgos más visibles del maltrato son los golpes y los asesinatos, los cuales trascienden
del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de baja intensidad, los maltratos
psíquicos que, mantenidos en el tiempo, socavan la autoestima de la mujer, son los que
mayoritariamente se dan.11 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar
años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de
la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a
exacerbarse.
«Mujer maltratada con un bastón», dibujo de Goya.

Es por esto que, en la búsqueda de prevenir la violencia, se trata de dar herramientas a los
adolecentes para identificar los rasgos típicos de las personas violentas y ser conscientes de
esa violencia de baja intensidad que comienza generalmente antes del matrimonio, durante
el noviazgo. Así nace el concepto de violencia en el noviazgo.

Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales. Los agresores sufrirían
una serie de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer y a ésta, en su fragilidad, a
recibirlos. Esta sería una visión del problema tranquilizadora que no pondría en cuestión el
modelo patriarcal.

El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas propias de
ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una grave perturbación. Este
enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente», al que,
después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista,
la violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene la
subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva de
un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el status de sujeto dominado.

                                                                                  Maryse Jaspard.12

Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son la de decenas o
cientos de mujeres muertas cada año, en diferentes países, a manos de sus parejas o ex-
parejas. Y en muchos casos, esta violencia a manos de sus parejas o ex-parejas contra la
mujer quien es madre además del estrés posttraumatico que puede seguir produzcan efectos
muy negativos para el desarrollo psicológico de los niños en el hogar.13

Las consecuencias de éstos (y de cualquier otro tipo de maltrato) son que la autoestima de
la persona disminuye y afecta el desarrollo emocional. En la mayoría de los casos, la
persona puede buscar una solución en las drogas y el alcohol, incluso, en delincuencia.
Además, si no existe un avance o solución previa en la persona suele repetir este patrón de
maltrato, cayendo en un círculo vicioso. La baja autoestima se manifiesta en todas las
personas que sufren de algún tipo de maltrato y se refleja mucho en el ámbito escolar o
laboral; la persona tiene problemas de identidad y mucha dificultad en cuanto al manejo de
la agresividad, se le dificulta construir relaciones afectivas debido a la desconfianza hacia
las demás personas.

[editar]Violencia contra el hombre en la pareja

Véase también:Violencia contra el hombre

La violencia contra el hombre es un tipo de violencia ejercida contra los hombres por su
condición de hombre. Esta violencia presenta numerosas facetas que van desde el sexismo
inverso hasta la discriminación y el menosprecio, la agresión física o psicológica y el
asesinato, produciéndose en muy diferentes ámbitos: familiar, laboral, formativo, etc. Si el
agresor fuese su pareja sentimental se la llamará también violencia de pareja.

[editar]Violencia filio-parental

Véase también:Violencia filio-parental

La violencia filio-parental (VFP) o violencia de los hijos a los padres es el conjunto de
conductas reiteradas de agresiones físicas (golpes, empujones, arrojar objetos), verbales
(insultos repetidos, amenazas) o no verbales (gestos amenazadores, ruptura de objetos
apreciados) dirigida a los padres o a los adultos que ocupan su lugar14 . Se incluyen,
entonces, las amenazas y los insultos, ya sean realizados a través de gestos o
verbalizaciones, las agresiones físicas de cualquier tipo, o la ruptura consciente de objetos
apreciados por el agredido. Además, la violencia debe ir dirigida contra los padres o
aquellas figuras parentales que les sustituyan: tutores, educadores, etc.

No se incluiría, por tanto, en esta definición la violencia ocasional sin antecedentes previos
y que no se repite. Esto excluye, de manera casi generalizada, el parricidio, que presenta
características particulares que lo distinguen y que, a menudo, constituye un episodio único,
sin que se registren antecedentes previos. Se excluyen, también, la agresión sexual a los
padres y los asaltos premeditados con armas letales por considerarse de un perfil diferente,
así como la violencia que aparece en un estado de disminución importante de la consciencia
(autismo o retraso mental grave) y que no se repite cuando este estado remite: violencia en
el curso de intoxicaciones, de trastornos mentales orgánicos, de trastornos del curso o
contenido del pensamiento, etc.
[editar]Implicación social constructiva de la violencia
familiar
La violencia, en la mayoría de los casos, ha llegado a ser parte de la vida cotidiana de
muchas personas a las cuales afecta en gran manera su comportamiento y el desarrollo de
diversas actividades que deseen ejercer. Es decir, la violencia también es una conducta
aprendida.15 La violencia puede manifestarse en cualquier ámbito social como el cultural,
político, económico y el ámbito social doméstico.

La violencia familiar tiene como base la cultura (el medio donde se desarrolla ésta
situación) y que incluso, engloba a los medios de comunicación. Este régimen de ideas
apoya ciertas justificaciones a las acciones clasificadas como violencia intrafamiliar por el
uso de estereotipos a los miembros de la familia. Durante la década de los setentas se
desarrollaron varias teorías sobre los posibles principios del abuso de la mujer por su
marido o pareja masculino. Una de ellas es a base del pensar feminista que postula que la
sociedad es patriarcal y que se acepta el uso de la violencia para mantener dominación
masculina.16 Según esta teoría el hombre utiliza la violencia para subordinar a las mujeres
porque las mujeres le temen a la violencia. Otra teoría refleja que los hombres causan daño
a su pareja reportan sentimientos de impotencia respecto a su pareja. De acuerdo con el
estudio de Lenore Walker (1984), esta teoría trata de reconciliar la teoría feminista con la
teoría de acondicionamiento social.

Un miembro de la familia que es oprimido u omitido intencionalmente con el fin de
someterlo a fuerzas vía lo físico, lo psicológico o sexualmente, esta en una relaciónabusiva.
La relación abusiva usualmente es entre parejas sentimentales, o de otros modos cónyuges,
y es razón principiante de los problemas en salud pública.

El abuso psicológico es el más amplio de todas las violencias por porque pueden incluir
abusos de tipo sexual y físico causando trauma a la víctima. Este tipo de abuso es visto
como manipulación entre la pareja. Mujeres señalan que el abuso verbal, incluyendo la
coerción, el aislamiento, la privación, las amenazas, la humillación y la frialdad afectiva,
son incluso peor que el abuso físico. Mientras que el abuso físico es episódico, el
psicológico es progresivo y se mantienen por plazo largo.17

La mujer maltratada es aquella mujer que permanece en una relación donde su pareja la
agrede sistemáticamente.18 El ciclo de la violencia tiene tres etapas sucesivas primordiales.
En la primera etapa se incrementa la tensión y la víctima intenta progresivamente tratar
agradar al abusador para que suceda la violencia. Si la violencia sigue este ciclo, la víctima
puede enfrentarse con la pareja porque ha visto que la violencia es inevitable. Al hacer esto
la tensión cada vez se vuelve mayor. La segunda etapa es donde se inicia la violencia de
cualquier forma y siempre es dolorosa. Finalizando el ciclo, el abusador pide perdón a su
pareja, por el remordimiento y probablemente dice que jamás sucederá por la realización de
un comportamiento positivo. La persona afectada puede sentirse recompensada y lo
perdona, creyendo que no va a suceder la violencia de nuevo.17 Cualquier persona sana
piensa que la mejor decisión seria abandonar la relación ya que hay amenaza de violencia,
pero no se descarta tan ligeramente. Cinco razones por cual la terminación de la relación es
cuidadosa son las siguientes. La víctima teme por su seguridad personal u otros miembros
de la familia tanto como el capital económico y de vivienda del mismo. Otra razón por cual
no se deshecha la relación, es la esperanza de cambio en el perpetrador. Creencias
personales que la víctima no está dispuesta a cambiar. Una de las razones más persuasivas,
algunas veces, es la misma familia quien dice que no terminen la relación.19 La presión de
vida en general a veces no deja que uno tome la decisión correcta.

En cuanto a la respuesta o solución de este fenómeno social, debe empezar con la
comprensión de lo que es la ley concreta y sus consecuencias. Por ejemplo, La ley número
54 del año 1989, Ley para prevención e intervención con la violencia doméstica en Puerto
Rico; describe en su tercer capítulo la conducta Delictiva, Penalidades y otras Medidas.

Hay gestiones constructivas en el plan de solucionar este problema según la Organización
Panamericana de Salud. Dentro del significado violencia familiar expone que este es
formado de relaciones subjetivas entre las personas. Con base a esto se han elaborado
nuevos modelos de gestión cuales enfoques son las relaciones familiares. Una de ellas es el
brindar atención integral a la persona y su familia, donde prevención y la seguridad sean los
ejes articuladores de la gestión y de la intervención. Otro modelo de gestión seria
concentrarse en la educación social de la comunidad a fin de lograr la cultura de la no
violencia y promocionar comportamiento familiar unido.20

[editar]Un enfoque psicoanalítico sobre la violencia
intrafamiliar
Un enfoque psicoanalítico te ofrece una perspectiva que es centrada en la simbolización de
los actos agresivos que presenta todo ser humano, la posición de la victima y la
responsabilidad subjetiva de los personajes que hacen parte de la violencia domestica. La
violencia intrafamiliar se considera como una epidemia que golpea a los hogares en un
ámbito mundial.

El psicoanalisis explica que todo ser humano existen desde la infancia tendencias y
impulsos agresivos que deben ser liberados. Esto sostiene que la agresividad y violencia no
son exclusivas de personas jóvenes o adultas, clase social alta o baja, familia con cultura
determinada y educación. Enseñan que la violencia domestica muestra dificultad para
trasmitir la agresividad de una forma civilizada. Los psicoanalítico han mostrado que en la
infancia las personas experimentan placer cuando liberan su agresividad, pero con el curso
del desarrollo la educación recibida en casa y el colegio hace que agresión se impide la
satisfacción de agresividad por medio del castigo.21

«desde el psicoanálisis se explica que estas indeseadas situaciones de violencia están presentes en
toda familia, pues en todo ser humano existen desde la temprana infancia tendencias e impulsos
agresivos que surgen en la relación con el semejante y que deben ser descargados, pues la
imposibilidad de descargar estos impulsos genera displacer».

                                                                            (Aramburo, 2010, p. 5)21
[editar]Regulación jurídica
Cada ordenamiento conserva su propia posición al respecto, sin embargo se establecen
similitudes tomando como referencia el Derecho comparado, estableciéndose patrones y
relaciones.

La Dogmática occidental considera de forma unánime que el término violencia se refiere
tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las lesiones
físicas como las psicológicas.4

[editar]España




           Jules ArsèneGarnier, Le supplice des adultères, una escena de castigo por adulterio.

Tradicionalmente las penas al marido por matar a cualquiera de los dos adúlteros eran
inexistentes o notablemente menores.

En 1962 se contemplaba la pena de destierro y no de cárcel al marido que, sorprendiendo
en adulterio a su mujer, matare o causara lesiones graves a alguno de los adúlteros, pero
nunca hubo precepto similar para la mujer que sorprendiera a su marido en análogas
circunstancias.

Esta tendencia continua castigándose a la adúltera con penas de hasta 6 años de cárcel pero
castigando al marido sólo cuando tuviere manceba dentro de la casa conyugal o
notoriamente fuera de ella. Estas cláusulas eran extensibles a las hijas menores de veintitrés
años y a su «corruptor». Todo ello fomentaba el concepto de pater familias tradicional
donde la mujer y los hijos pasaban a depender totalmente del cabeza de familia de tal forma
que éste no sólo asumía sus respectivos derechos de propiedad sin que también podía tomar
medidas en otros aspectos como el derecho a la vida de los mismos, aspecto de la figura
que fue ejemplificado por los medios de comunicación durante la Transición bajo la
expresión «la maté porque era mía».

En 1979 quedan derogadas todos los preceptos de esta índole. Pero no es hasta 1989 cuando
se considera legislativamente los malos tratos en el ámbito familiar.
[editar]La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia
de Género

En España, la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género manifiesta «que se trata de
una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser
consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y
capacidad de decisión».

La LO 1/2004 ha pretendido dar un tratamiento integral al problema del maltrato familiar, y
en concreto enfocado contra la mujer, no sólo en las medidas estrictamente penales del
Título IV del Código penal agravando tipos y ampliando la cobertura penal, sino también
de sensibilización, prevención y detección (Título I), asistencia social y jurídica (Título II),
tutela institucional (Título III) y judicial (Título V), psicológicos, y económicos. Los fines
que se arguyen son proteger a la víctima, disuadir al agresor, y «proteger a la parte más
débil humanizando el Derecho penal».22 Así, por ejemplo, se institucionaliza un teléfono de
ayuda a la mujer maltratada, el 016; se constituyen organismos especializados como los
Juzgados de Violencia sobre la Mujer y la Fiscalía contra la Violencia sobre la Mujer; y se
realizan cambios en el Ordenamiento considerando como delito automáticamente las faltas
de lesiones, amenazas y coacciones en el caso de que el sujeto activo del delito sea varón y
el sujeto pasivo «sea o haya sido su mujer o haya mantenido una relación de análoga
afectividad, haya existido convivencia o no, o sea persona especialmente vulnerable que
conviva con el agresor».

Además se contemplan las medidas de protección que se venían llevando a cabo en función
de la gravedad de los casos:la salida del agresor del domicilio, la orden de alejamiento, la
orden de suspensión de las comunicaciones y la privación de la patria potestad y custodia
de menores o la suspensión del régimen de visitas.

[editar]Controversia
Al limitar únicamente el ámbito de aplicación a la violencia del hombre contra su pareja cuando es
mujer, no consideran los casos en los que la violencia la ejerza una mujer, generando por ello
sexismo inverso, o la víctima sea un hombre, excluyendo también a la violencia en parejas
homosexuales de ambos sexos.

Sin embargo, esta ley está recurrida en el Tribunal Constitucional por varios jueces (la
primera fue una juez de Murcia), ya que discrimina a los hombres heterosexuales por razón
de sexo, al no considerar la violencia contra el hombre como «delito» como lo hace con la
mujer, sino como simple «falta», lo que contradice el artículo 14 de la Constitución
Española, que establece el principio de igualdad «sin ningún tipo de discriminación por
razón de sexo», por ejemplo, en medio de una discusión donde ambos profieren amenazas
leves, uno es castigado con más pena que otro por razón de sexo. Éstos proponen que el
agravante se realice en función de criterios subjetivos considerados objetivamente, como la
especial vulnerabilidad del sujeto pasivo, considerando precisamente como machista que la
mujer por definición sea considerada sujeto especialmente vulnerable por definición.4 La
Asociación Profesional de la Magistratura afirma también que «no se puede imponer el
sexo como criterio para aplicar una pena distinta en un mismo delito».23

Además discrimina a las pareja homosexuales ya sea de dos hombres o dos mujeres, ya que
también se puede producir violencia en estas parejas y esta ley no contempla su existencia
ni las ampara.4

Por otro lado, el juez se ve limitado a condenar con pena de delito o a no condenar al
sujeto, por lo que se disminuye el abanico de posibilidades punitivas. Según la Dogmática
no puede imputarse al sujeto activo la circunstancia de que sea hombre, sino únicamente la
de la naturaleza y circunstancias del hecho, por lo que esta ley establecería un marco penal
arbitrario innecesario en base a consideraciones político-criminales, ya que el juez podría
considerar criterios objetivos como la especial vulnerabilidad del sujeto pasivo como base
para considerar un delito como grave. De hecho, al final del artículo se permite al juez
razonar imponer una pena inferior en grado si lo considera oportuno, lo que da que pensar
que ni siquiera el legislador está muy contento de la bondad de su regla.4

Otros problemas de interpretación es que el agravante por quebrantamiento de alguna
medida cautelar o de seguridad o prohibición, plantea problemas non bis in idem con el
delito de quebrantamiento de condena. De igual manera, el artículo 173.3 3º del Código
penal, cuando habla de habitualidad, determina «se atenderá al número de actos de
violencia que resulten acreditado, con independencia de que dicha violencia se haya
ejercido sobre la misma o diferentes víctimas de las comprendidas en este artículo, y de
que los actos violentos hayan sido o no objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores».
Esto plantea por un lado de nuevo una posible violación del principio ne bis in idem al
considerar delitos ya juzgados o los tradicionales problemas derivados de una agravante por
reincidencia. Y por otro, e relación con la prueba, que sólo se precise que «los hechos
resulten acreditados», sin especificar si basta con la simple declaración de la sujeto pasivo
o se requieren las de testigos o peritos; pero es que en todo caso, si el sujeto pasivo sufre
stress, depresión o cualquier otra patología que pudiera conectarse con violencia psíquica, y
sólo está su palabra contra la del denunciado que niega los hechos surge la duda de si existe
una interpretación de los hechos pro muliere o pro victima cuestionando el principio de
presunción de inocencia con todo lo que ello supone.4

Por otro lado, la presión de asociacionesfeministas y de la opinión pública está llevando a
tomas nuevas consideraciones dogmáticas. Por ejemplo, si bien tradicionalmente matar a
una persona mientras dormía se consideraba alevosía y por ende podía calificarse de
asesinato, hoy día se ha llegado a considerar que si la mujer poseía lo que se ha
denominado «síndrome de la mujer maltratada» (miedo a enfrentarse cara a cara al marido)
podría considerarse que no hay alevosía considerándose el delito como homicidiodoloso
con una pena inferior,4 e incluso que quede exculpada, dando lugar esta propuesta a
sexismo inverso. Para considerar este síndrome se precisa de la labor de un perito
psicólogo. Este razonamiento ha sido también fruto de controversia ya que, por un lado, el
Derecho repugna la violencia como vía cuando existen medidas efectivas para utilizar la vía
de derecho, y por otro la inclusión de la Psicología, con la aparición y consideración
repentina de un nuevo síndrome de dudosa entidad, parece justificar el uso de la alevosía en
aquellos casos en los que el autor se vea incapaz de realizar el delito de otra forma.

[editar]Otros enfoques
Paralelamente a los numerosos estudios sobre violencia contra la mujer o "de género"
llevados a cabo durante los últimos decenios, que han servido de base para las políticas
vigentes, la comunidad científica y numerosas entidades oficiales de diversos países han
ido aplicando, cada vez con mayor frecuencia, estudios basados en muestras mixtas de
hombres y mujeres, encaminados a evaluar los comportamientos violentos de ambos
miembros de la pareja. En contra de las tesis oficiales predominantes, las conclusiones
globales de esos estudios, que suman ya varios centenares, arrojan niveles similares de
perpetración de violencia por hombres y mujeres.

En una recopilación publicada en 2009, Javier AlvarezDeca presenta los resultados de 230
estudios empíricos internacionales sobre violencia en la pareja, realizados durante los
últimos 30 años en 24 países. Todos esos estudios cumplen el requisito indispensable de
evaluar los comportamientos de ambos miembros de la pareja heterosexual. Según las
conclusiones de esa publicación, la violencia física es ejercida en proporciones similares
por hombres y mujeres, e iniciada con mayor frecuencia por las segundas.24 El mismo autor
ha elaborado una recopilación de 58 estudios sobre violencia en la pareja, publicados todos
ellos en 2009, cuyos resultados coinciden con los de la recopilación anterior.25 Por último,
en 2012, J. AlvarezDeca ha publicado una monografía en la que se presentan las
conclusiones de 400 estudios sobre violencia en la pareja, que corroboran y refuerzan el
valor de los resultados descritos.26 Por lo tanto, parece claro que hay un desfase entre las
conclusiones de la comunidad científica, que constatan la bidireccionalidad de la violencia
en la pareja, y las políticas vigentes, basadas en el paradigma de género.




Acoso psicológico
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Para otros usos de este término, véase Acoso.

El acoso psicológico, según la RAE en la próxima 23.ª EDICIÓN tendrá las siguientes
acepciones de acoso:

        Acoso psicológico o acoso moral: Práctica ejercida en las relaciones personales consistente
        en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla
        psíquicamente.

        Acoso sexual: El que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando
        quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre.

El acoso psicológico atenta contra la dignidad e integridad moral de la persona. Conculca
los Derechos de Persona, que ampara; por ejemplo, la Constitución española de 1978. Se
denomina también acoso psicológico porque siempre conlleva maltrato psicológico y abuso
emocional. Es un largo proceso donde la persona, progresivamente, va perdiendo su
autoestima y la seguridad en sí misma. No es plenamente consciente de que está siendo
humillada y de que se están vulnerando sus derechos más fundamentales. El acoso
psicológico continuado puede ocasionar el suicidio de la víctima.
Contenido
[ocultar]

       1Origen del término
       2Tipos de acoso psicológico
       3Características
           o 3.1El carácter objetivable del acoso
       4El acosador
       5Véase también
       6Bibliografía
       7Referencias
       8Enlaces externos



[editar]Origen del término
El zoólogo Konrad Lorenz, creador de la Etología observó el acoso grupal en algunas
especies faunísticas, lo llamó mobbing.

El psicólogoHeinz Leymann estudió el acoso grupal y sus efectos psicosomáticamente
traumáticos en el entorno laboral. En consecuencia, introdujo una nueva acepción para
mobbing, acoso moral.

Entre humanos, el acoso u hostigamiento tiene la denominación de acoso moral o [acoso
psicológico], que en ocasiones puede conllevar violencia física. La psiquiatraMarie-France
Hirigoyen considera que los casos más graves de acoso, los que acaban con el suicidio de la
víctima, se deben denominar acoso psicológico y ser considerados casos de
psicoterrorismo.ElpsicólogoIñaki Piñuel y Zabala también considera que una denominación
más correcta debe ser la de acoso psicológico en el trabajo o acoso laboral.

Sociológicamente el anglicismomobbing significa acoso psicológico o acoso moral. En
castellano se usa para definir el acoso laboral.

[editar]Tipos de acoso psicológico
Sociólogos, psicólogos y psicoanalistas han observado diversos tipos de acoso grupal
específico:

       Acoso laboral (mobbing o bossing en inglés)
       Acoso sexual (sexual harassment en inglés)
       Acoso escolar (bullying en inglés)
       Ciberacoso (cyberstalking en inglés)
       Ciberacoso escolar (o ciberbullying, de la traducción del inglés cyberbullying)
       Acosoinmobiliario (landlord harassment, city council harassment)
Acoso familiar


[editar]Características
Las técnicas de acoso son soterradas y sutiles: palabras, miradas, insinuaciones,
mentiras, difamaciones, etc. El acosador impone su voluntad (de forma continuada y
progresiva), tergiversando la situación desde una posición de fuerza: posee la verdad y
el poder.

El acoso moral sumerge a la víctima en una espiral depresiva que puede acabar en suicidio.
La psiquiatra y psicoanalista Marie-France Hirigoyen, los casos extremos de acoso moral
son asesinatos psíquicos. Permite desembarazarse de alguien sin mancharse las manos.Para
el profesor Iñaki Piñuel y Zabala el origen del acoso suele encontrarse en el modo en que la
víctima resulta, por diferentes razones una amenaza para el gang que la acosa.

El acoso comienza desestabilizando a la víctima hasta conseguir que pierda
progresivamente la confianza en sí misma y en los demás y quede en situación de total
indefensión, incapaz de reaccionar.

La ansiedad, previa a la etapa depresiva, provoca en la víctima una actitud defensiva, que, a
su vez, genera nuevas agresiones. El agresor no pretende destruir a su víctima de inmediato.
Su objetivo es someter y controlar: anular la capacidad de defensa y el sentido crítico, la
capacidad de rebeldía. El acosador es un depredador, incapaz de considerar a sus
congéneres como seres humanos. Alienado respecto a sí mismo se aprovecha de las
debilidades propias de la condición humana.

[editar]El carácter objetivable del acoso

Según el profesor Iñaki Piñuel y Zabala el acoso moral no es algo subjetivo sino que
consiste en comportamientos o conductas que son externamente observables. Según los
estudios Cisneros, son estrategias habituales en el acoso moral las siguientes:

       Gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas.
       Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de
       cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo.
       Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo.
       Amenazar de manera continuada a la víctima o coaccionarla.
       Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias, sin
       interés o incluso ningún trabajo que realizar («hasta que se aburra y se vaya»).
       Modificar sin decir nada al trabajador las atribuciones o responsabilidades de su puesto de
       trabajo.
       Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con
       vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes (excluirle, discriminarle, tratar su
       caso de forma diferente).
Ignorarle (hacerle el vacío) o excluirle, hablando sólo a una tercera persona presente,
        simulando su no existencia («ninguneándolo») o su no presencia física en la oficina, o en
        las reuniones a las que asiste («como si fuese invisible»).
        Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su
        desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales.
        Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa u organización rumores maliciosos o
        calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su profesionalidad.
        Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a
        evaluar periódicamente su trabajo.
        Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o entorpeciendo el
        acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación.
        Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a
        elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del mercado, etc.
        Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc.
        Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a
        encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
        Castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el marco
        de sus responsabilidades y atribuciones.
        Bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando, retrasando,
        alterando o manipulando documentos o resoluciones que le afectan.
        Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los demás trabajadores,
        caricaturizándolo o parodiándolo.
        Invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus
        documentos, armarios, cajones, etc.
        Robar, destruir o sustraer elementos clave para su trabajo.
        Atacar sus convicciones personales, ideología o religiónes.
        Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante
        la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.1


[editar]El acosador
Artículo principal:Acosador.

Sobre el perfil del acosador/a. Según la psicoanalista Marie France Hirigoyen es:

        Un Perverso narcisista, de un egocentrismo extremo que tienen una falta total de empatía
        con los demás y un gran deseo de poder.

        Un individuo frágil, inseguro de su poder y competencias que se siente obligado a dar el
        pego aunque sea en detrimento de otro al que haya que anular.

La eliminación de la víctima del acoso moral suele ser la forma habitual de culminar el
proceso.Según el profesor Iñaki Piñuel y Zabala la expulsión restablece momentáneamente
la paz. Pero esta es una paz inquietante propia de unos “cadáveres en el armario” que
aguardan siempre el momento propicio para manifestarse y revelarse.2
Cuando las crisis en las relaciones laborales entre personas alcanzan su paroxismo en forma
de rivalidades, envidias, conflictos, broncas, etc. es decir, en la forma de la tradicional
“guerra de todos contra todos” que Hobbes analizó, surge un epifenómeno mimético propio
del sistema que tiende a restablecer el orden: el mecanismo del chivo expiatorio.3

Los grupos en crisis, amenazados por los costes de coordinación y por la amenaza que
significa la desintegración de la unidad, la violencia generalizada y el peligro de las
rencillas que desencadena la veenganza tienden a seleccionar a algunos de sus miembros
para, mediante el mecanismo del linchamiento multitudinario y unánime, restablecer el
orden y la unanimidad perdida.

Tradicionalmente y según René Girard, las comunidades humanas hacían esto para
reconciliarse consigo mismas, y esto se materializaba en un linchamiento físico y a una
violencia que significaba literalmente la desaparición a manos de una multitud enfurecida
de algunos individuos que, debidamente seleccionados, funcionaban a modo de chivos
expiatorios de sus grupos o comunidades.

Se trataba de cargar sobre un miembro la animadversión generalizada de todos los demás y
de lincharlo de forma comunitaria o gregaria. La participación de cada uno de los miembros
en ese mecanismo linchador era urgida y exigida como parte de la socialización y muestra
de su pertenencia o membrecía al grupo. Un análisis psicológico del funcionamiento de
todos los grupos humanos en crisis nos permite identificar una constante social: cada vez
que existe un peligro para el grupo que amenaza su integridad, es decir que pone en riesgo
la supervivencia del grupo como tal, tiende a desencadenarse automáticamente este
mecanismo.4

El grupo que acosa se transforma por efecto del mimetismo en un gang o mob, tan violento
como poco consciente de su propia violencia. Sin embargo quien acosa puede ser un
psicópata organizacional.5 Estos individuos suelen tener plena consciencia de lo que hacen
a pesar de que no sientan nada por las que se convierten en sus víctimas.
Violencia contra la mujer
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Para la violencia ejercida en el ámbito doméstico, véase violencia doméstica.

Para la violencia ejercida en la atención del parto, véase violencia obstétrica.




Una víctima de violencia contra la mujer.

La violencia contra la mujer es todo tipo de violencia ejercida contra la mujer por su
condición de mujer. Esta violencia es consecuencia de la histórica posición de la mujer en
la familia patriarcal, subordinada al varón, carente de plenos derechos como persona.1 La
violencia contra la mujer presenta numerosas facetas que van desde la discriminación y el
menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy
diferentes ámbitos (familiar, laboral, formativo,..), adquiere especial dramatismo en el
ámbito de la pareja y doméstico, anualmente decenas o cientos de mujeres son asesinadas a
manos de sus parejas en diferentes países del mundo.2

Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de
violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso,…) Desde diversos organismos
internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez
para las mujeres entre 15 y 44 años.

                                                                                    Raquel Osborne.3

Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificó la
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que se la reconoce
como un grave atentado contra los derechos humanos e «insta a que se hagan todos los
esfuerzos posibles para que sea [la declaración] universalmente conocida y respetada».
Define la violencia contra la mujer en su primer artículo:

A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos,
la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
vida privada.

Las Naciones Unidas, en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60
países más, aprobó declarar el 25 de noviembreDía Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. En Canadá se celebra el Día nacional del recuerdo por las
víctimas de la violencia contra la mujer el 6 de diciembre, en conmemoración de la masacre
de la Escuela Politécnica de Montreal.

En la actualidad, Estados, organizaciones internacionales y muy diferentes colectivos,
fundamentalmente feministas, destinan numerosos esfuerzos para erradicarla. Kofi Annan,
en su condicción de secretario general de las Naciones Unidas (hoy ya ex secretario), en
numerosas ocasiones, mostró su preocupación y la de las Naciones Unidas: «La violencia
contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas,
afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o [...]
condición».4


Contenido
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        1Terminología
        2La violencia contra la mujer tratada en los organismos oficiales
        3Raíces de la violencia contra la mujer
        4Consideración actual
        5Violencia contra la mujer en la familia
        6Violencia contra la mujer en la pareja
        7Violación
            o 7.1La violación como arma de guerra
        8Explotación sexual
        9Ablación del clítoris
        10Feminicidio[44]
        11Véase también
        12Referencias
        13Bibliografía
        14Enlaces externos
            o 14.1Asociaciones contra la violencia de Género
[editar]Terminología




Mujer maltratada con un bastón», dibujo de Goya.

Dado que la violencia contra la mujer es mayoritariamente ejercida por los hombres
respondiendo a condicionamientos sexistas, se usa el término «violencia machista» para
referirse a esta violencia contra la mujer ejercida por el hombre (eso es, la inmensa
mayoría). En este caso, es relevante la aportación de la ley autonómica catalana 5/2008 de
24 de abril5 que define este término y cómo debe abordarlo la administración autonómica
catalana.

El término «violencia de género» también es frecuentemente utilizado. Sería una expresión
menos concreta y que en cierto modo suaviza la verdadera naturaleza de la violencia contra
la mujer.6 Menos concreta porque se referiría a la violencia practicada desde ambos sexos
(si se presupone que existe una violencia específica ejercida por la mujer contra el hombre
por razones de sexo); y, en cierto modo, edulcorada, ya que obviaría un factor que no es
simétrico, que únicamente es causa en la violencia del hombre contra la mujer: el
sentimiento de superioridad y dominación de éste sobre ella y, más extensamente, el
machismo. Otro tanto ocurriría con los términos «violencia sexista» y «violencia de
pareja».

La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender-basedviolence o
genderviolence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín
en 1995 bajo los auspicios de la [ONU]. En el inglés se documenta desde antiguo un uso
translaticio de gender como sinónimo de sex,7 sin duda nacido del empeño puritano en
evitar este vocablo. Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo xx
se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de «sexo de
un ser humano» desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales,
en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.8 En español las palabras
tienen género, mientras que los seres vivos tienen sexo. En español no existía tradición de
uso de la palabra género como sinónimo de sexo. Mientras que con la voz sexo se
designaba una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se ha venido
aludiendo a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole
social, económica, política, laboral, etc. En esa línea se habla de estudios de género,
discriminación de género, violencia de género, etc. Y sobre esa base se ha llegado a
extender el uso del término género hasta su equivalencia con sexo.9

Los términos «violencia familiar» o «violencia intrafamiliar», en sí comprenden la
violencia entre todos los miembros de la familia. Con una importante presencia en
Sudamérica, se vienen utilizando desde 1988 y 1993 para referirse a la violencia ejercida
contra la mujer en el ámbito de la familia, y más concretamente de la pareja, debido a que
frecuentemente la violencia ejercida en este ámbito va dirigida contra la mujer. Sería
específica de estos casos, y referida a sucesos de violencia contra la mujer en este ámbito
no debería ofrecer dudas. De igual modo, desde 1983 también se utiliza «violencia
doméstica» ya que resulta común que la violencia contra la mujer aparezca en el ámbito
doméstico, aunque, como Raquel Osborne expone en su libro Apuntes sobre violencia de
género, oculta la causa y carácter de esta violencia.10

Cuando la violencia se da en un pareja no conviviente, suele utilizarse la expresión
violencia en el noviazgo

En todo caso, existen controversias sobre la terminología a usar en los marcos legislativo y
penal.

[editar]La violencia contra la mujer tratada en los
organismos oficiales
En 1993 las Naciones Unidas reconocían «la urgente necesidad de una aplicación universal
a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad,
integridad y dignidad de todos los seres humanos». También reconocía el papel
desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la mujer, organizaciones que
facilitaron dar visibilidad al problema.

Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos, que
«constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el
hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en
su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia
contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la
mujer a una situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla
con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus
responsabilidades y exista «un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la
violencia contra la mujer».

La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las
formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las mujeres para
alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y organizaciones
internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios para erradicarla.

En el mismo sentido, el 5 de marzo de 1995, se adoptó la «Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Belem Do
Para».

        Enlace externo con la Declaración de Naciones Unidas.
        Enlace externo con la «Convención de Belem do Para»


[editar]Raíces de la violencia contra la mujer
La violencia contra la mujer está ligada a la consideración de la mujer que se desprende de
la familia patriarcal. La humanidad en sus orígenes pudo estar constituida por comunidades
matriarcales, así lo expuso Lewis Henry Morgan, considerado uno de los fundadores de la
antropología moderna, en su libro La sociedad primitiva en 1877. De acuerdo con Federico
Engels, «la abolición del derecho materno fue [pudo ser] la gran derrota del sexo
femenino».11 Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de
esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en objeto
propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes materiales de la
familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del padre a las manos del
esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida.
La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia,
relegada a la función reproductora y labores domesticas.

En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer,
debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.

El paterfamilias tenía sobre sus hijos en derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos en
territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los familiares de sus víctimas
si habían cometido algún delito; desposarlos y pactar o disolver sus matrimonios. Pero así como los
varones pasaban a ser paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus atribuciones
jurídicas dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a permanecer de por vida
subordinadas al poder masculino, basculando entre el padre, el suegro y el esposo.

                                                                            Antonio Gil Ambrona.12

Este modelo de familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio
numerosas modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta se le
seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era el marido el
que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de juzgarla. En determinados
momentos la mujer llegó a conseguir una cierta emancipación: podía divorciarse en
igualdad de condiciones con el hombre, dejó de mostrarse como la mujer abnegada,
sacrificada y sumisa y en la relación entre esposos se vio matizada la autoridad del marido.
Esto ocurría principalmente en las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose
en el seno del matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres mediante la
agresión física o el asesinato».13

Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos desaparecieron
en el periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto a la violencia, la ejerció
también contra las mujeres y estas se convirtieron frecuentemente en moneda de cambio
para fraguar alianzas entre familias. «En las clases más bajas, además de cumplir con la
función reproductora, constituían mano de obra para trabajar en el hogar y en el campo».14

En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación
moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor,
porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de
su cuerpo».15

Otra consecuencia del patriarcado ha sido la exclusión histórica de la mujer de la sociedad;
estando excluida de todos sus ámbitos: el cultural, el artístico, el político, el económico…
Siendo ésta otra forma de violencia ejercida contra la mujer.

No es hasta la revolución industrial en occidente, cuando se permite a la mujer participar en
la vida social, que verdaderamente comienza una trayectoria de emancipación. No obstante,
los usos y abusos cometidos contra las mujeres durante siglos, se ha demostrado difíciles de
erradicar.

[editar]Consideración actual
La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se da en
todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las
estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su
intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres
ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos.

            Amnistía Internacional, Está en nuestras manos. No más violencia contra las mujeres.16

Fueron las organizaciones feministas en la segunda mitad del siglo XX las que dieron
visibilidad plena al problema de la violencia contra la mujer. Es curioso que en muchos
países se confeccionasen estadísticas sobre accidentes de tráfico al tiempo que se ignoraba
la incidencia de feminicidios y violaciones. En Francia, un artículo de JannaHanmer,
aparecido en la revista QuestionsFeministes, dirigido por Simone de Beauvoir, se
preguntaba por qué no se elaboraban estadísticas sobre la incidencia de la violencia contra
la mujer en el seno de la familia; «encontraba la respuesta, precisamente, en que el
fenómeno era considerado como un problema particular y no un hecho social».17 América
Latina y el Caribe ha sido «una de las regiones del mundo que mayor atención ha prestado
a la lucha contra la violencia hacia la mujer», mostrándose especialmente activa en la
consolidación de redes sociales, sensibilizando a los medios de comunicación, adquiriendo
compromisos institucionales y legislando para erradicar un problema que afecta al 50% de
la población mundial limitando y conculcando sus más elementales derechos humanos.18
En aquellos tiempos costó hacer ver que las agresiones hacia las mujeres no eran producto
de momentos de frustración, tensión o arrebatos, contingencias de la vida en común; sino
que eran consecuencia de los intentos de mantener la subordinación de la mujer, de la
consideración ancestral de la mujer como un objeto propiedad del hombre; y, por lo tanto,
deberían dársele una consideración especial.17

1975-1985 se declaró Decenio de la Mujer. Especial importancia tuvo la celebración del
Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres en Bruselas en 1976, siendo la
primera vez que se tipificaron como crímenes diferentes tipos de violencia cometidos
contra las mujeres, creándose la Red Feminista Internacional con programas de apoyo y
solidaridad. Consecuencia de su resonancia, en 1979, la Asamblea de las Naciones Unidas
aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra
la Mujer y en 1980 se celebró en México la I Conferencia Mundial de la ONU sobre la
Mujer, activándose al año siguiente la Convención para Erradicar la Discriminación contra
la Mujer (CEDAW). Estos acontecimientos impulsaron toda una serie de medidas
legislativas y modificaciones de códigos penales que en los diferentes países se han venido
produciendo desde entonces. En 1993 las Naciones Unidas ratificaba la Declaración sobre
la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y en 1995, en Belem do Para (Brasil), se
adoptó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
Contra la Mujer.19

Hoy en día numerosos países cuentan con estrategias específicas para combatir la violencia
contra la mujer. Estos países han modificado su legislación incluyendo en ella leyes contra
la violencia hacia la mujer, diseñan planes generales y sectoriales para combatirla y
promueven campañas para interesar a los diferentes ámbitos de la sociedad en este
problema. Estas estrategias han servido a su vez para sensibilizar a Estados y Sociedad ante
otras formas de violencia: contra la infancia, ancianos, minusválidos, colectivos
minoritarios,…18 No obstante, la violencia contra la mujer sigue produciéndose en tasas
insoportables. También, habiendo sido las sociedades occidentales las pioneras en esta
lucha, siendo en estas sociedades donde los movimientos por los derechos de la mujer antes
y más se han desarrollado, en otras muchas sociedades, esta lucha se encuentra
sensiblemente retrasada.

[editar]Violencia contra la mujer en la familia
La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde
principalmente se ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la
violencia y la niña sufre un plus añadido por su condición femenina. A la ablación,
generalizada en determinadas comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el
comercio sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la niña, o el
infanticidio y los abusos sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une
una más estricta autoridad paterna, ejercida también por hermanos, y una educación
discriminatoria que limita sus expectativas vitales.

El infanticidio femenino es habitual en determinadas culturas. «En la India la proporción
entre hombres y mujeres es la más desigual del mundo».20 En Pakistán y Bangladesh
existen parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio femenino está
generalizado. Una percepción de la mujer devaluada, costumbres discriminatorias,
considerar la educación de las niñas como una carga y los deseos del padre de perpetuar el
apellido mediante un varón serían las causas de estos infanticidios. «En algunas zonas de
Pakistán –y también en el vecino Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de
ritos de duelo».21 En China, la imposición del «hijo único» en 1978, en un país con una
marcada y ancestral preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de
infanticidios.22 En la actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el embarazo ha
venido a agravar el problema con abortos selectivos.

Más del 80% de las violaciones las perpetran miembros de la familia de la víctima, y
mayoritariamente a edades muy tempranas, cuando esta no pasa de ser una niña. Padres,
abuelos, tíos,... Adultos en los que ella confía pasan a ser sus agresores. Este es un
problema mundial que en muchas ocasiones no trasciende más allá de los límites de la
propia familia, la niña sufre la violencia en silencio, avergonzada y con sentimientos de
culpa.23

La venta de niñas sería otra violencia sufrida por la mujer en la infancia y en la familia.
Estas ventas pueden tener diversas finalidades, pero el lucrativo negocio de la prostitución,
las enfermizas inclinaciones sexuales de clientes, unido a la miseria en la que se ven
sumidas muchas familias han extendido el comercio de niñas, menores de diez años en
muchos casos, destinadas a la explotación sexual.23 Podríamos decir que es un problema
limitado a determinados países no occidentales, pero es occidente desde donde parten los
clientes en un «turismo sexual» que está adquiriendo auge. «El llamado "turismo sexual" es
una de las formas contemporáneas del saqueo al que viven sometidos los países pobres.
[…] Según la UNICEF existen en torno a doscientos mil adeptos del turismo sexual»
(cuatro de cada diez turistas que visitan Tailandia lo hacen solos).24

A estas violencias, aún habría que sumar otras muchas de menor carácter que irían desde un
mayor autoritarismo paterno y familiar, a los matrimonios forzosos. La violencia ejercida
contra la mujer, sea cual sea su naturaleza, tiene como marco preferente la familia.25

[editar]Violencia contra la mujer en la pareja
Mujer víctima de un ataque con ácido, en Camboya.

La violencia contra la mujer por parte de su pareja o expareja está generalizada en el mundo
dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o
cualquier otra consideración. Aún siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los
casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de
mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por
desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más
bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en
torno al 3%.26

«Es un hecho que en una relación de pareja la interacción entre sus miembros adopta
formas agresivas». En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de
pareja también. Las discusiones, incluso discusiones acaloradas, pueden formar parte de la
relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la
agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían
censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las
parejas. El maltrato nada tiene que ver con esto; en el maltrato el agresor siempre es el
mismo: «Por definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad
y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las
mismas formas –agresiones verbales y físicas-, es unilateral, siempre es la misma persona
la que recibe los golpes».27

En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas causas
específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que
determinados hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a procurar instaurar una
relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes.

Los rasgos más visibles del maltrato son las palizas y los asesinatos, son los que
trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de «baja intensidad», los
maltratos psíquicos que mantenidos en el tiempo socavan la autoestima de la mujer, son los
que mayoritariamente se dan.28 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede
llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la
historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan
a exacerbarse.
Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales, los maltratadores
sufrirían una suerte de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer y a agredirlas,
en su fragilidad, a recibir esos maltratos. Esta sería una visión del problema tranquilizadora
que no pondría en cuestión el modelo patriarcal.

El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas propias de
ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una grave perturbación. Este
enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente», al que,
después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista
la violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene la
subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva de
un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el status de sujeto dominado.

                                                                                  Maryse Jaspard.29

Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son la de decenas o
cientos de mujeres muertas cada año, en los diferentes países, a manos de sus parejas o
exparejas.

[editar]Violación
Las violaciones son una realidad mundial. Tanto en los países ricos como en los pobres, pese a las
diferencias culturales, religiosas y sociales las mujeres siguen consideradas frecuentemente como
meros objetos

                                                                                 Sandrine Treiner.30

«La violación es, sin ningún género de dudas, la forma más evidente de dominación
ejercida, de manera violenta, por los hombres sobre las mujeres».30 En ella se traslucen los
iconos atávicos presentes aún en la mente del hombre, lo que se conoce como machismo:
implica un menosprecio de la mujer considerándola como mero objeto destinado a
satisfacer las apetencias sexuales y la convicción de que la mujer debe estar sometida al
hombre. No supone considerar a la mujer inferior al hombre en una cuestión de grado sino
el considerarla un ser inferior, un ser con el que se pueden cometer todo tipo de excesos.

Más del 14% de las mujeres Estadounidenses mayores de 17 años admiten haber sido
violadas. Esta cifra se podría extrapolar a otras sociedades occidentales. Y aunque en países
este porcentaje puede bajar (8% en Canadá, 11,6 en Suiza, 5,9 en Finlandia), en Sudáfrica,
uno de los países en los que el problema es más preocupante, el porcentaje sube al 25% con
1.500.000 violaciones cada año. Nuevamente es en el ámbito familiar donde se produce el
mayor porcentaje de violaciones, probablemente más del 70%.3132

Las cifras ponen de relieve la dimensión de la violación como abuso de poder y confianza, y echan
por tierra la tendencia culpabilizadota de tantas sociedades que consideran que las víctimas de las
violaciones son unas mujeres imprudentes que tienen comportamientos arriesgados: atuendos
provocativos, salidas nocturnas, Etc.
La violencia
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La violencia

  • 1. 1. 2. La violencia. 3. Tipos de maltrato. 4. Maltratadores. 5. Violencia sexual, un asunto de derechos humanos. 6. Violencia familiar, mecanismos legales de protección. 7. Bibliografía INTRODUCCIÓN En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a día contra ellos? Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia. Para lograr el cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro respondan a las expectativas de sus progenitores. Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños. I. LA VIOLENCIA. Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos generalmente a la producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en: 1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños. 1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana. 1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas. 1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud.
  • 2. 1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo (comunidades nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables. 1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienesmateriales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar. II. TIPOS DE MALTRATO. 2.1 Maltrato Físico. 1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc. 2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen en peligro la salud física del menor. 2.2 Maltrato Emocional. 1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades familiares. 2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una sensación de constante amenaza. 3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño. 4. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales. 5. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales. 2.3 Maltrato por Negligencia. Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc. III. MALTRATADORES. 3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o hijos; también puede ser hacia otros en general. 3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar. 3.3 ¿Qué características tienen los maltratadores? 1. Tienen baja autoestima.
  • 3. 2. No controlan sus impulsos. 3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez. 4. No saben expresar afecto. 3.4 ¿Qué características tienen los maltratados? 1. Tienen baja autoestima. 2. Sumisos. 3. Conformistas. 4. Fueron víctimas de maltrato. 5. No expresan su afecto. 3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato? Aprender a: - Comprenderse. - Comunicarse con calidez y afecto. - Respetarse. - Dominar sus impulsos (ira, cólera). IV. VIOLENCIA SEXUAL, UN ASUNTO DE DERECHOS HUMANOS. La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas en el Perú, siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este vulnerable sector de la población, una de sus manifestaciones más dramáticas y extremas. La violación y el abuso sexual afectan una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas. Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en la impunidad. Asimismo, los distintos sectores sociales en el Perú, al abordar el problema de los derechos humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional, para lo cual la violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y es un obstáculo para el desarrollo. Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y de dominación a los varones, adjudicándoles valores distintos. Al respecto, David Finkelhor sostiene que la
  • 4. victimización sexual probablemente es tan común en nuestras sociedades debido al grado de supremacía masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los hombres necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su amenaza son útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza en la infancia con la victimización de la niña. Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es también el derecho legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual como medio eficaz de control y socialización. Se produce así una internalización y aprendizaje de estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su permanencia. Otro elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida por los medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de todos los sectores sociales. 4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas. Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen prácticamente imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no existen investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen registros rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que proporcionen información cuantitativa adecuada. Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en la administración de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no recoge las distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden acercarnos a una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos registrados, que corresponden sólo a algunos denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se pone en conocimiento de las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad oculta. Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios ofrecen una aproximación, la cual constituye una referencia alarmante. Prado Saldarriaga concluyó en una investigación: Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país. Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de mayor registro en los últimos 20 años. Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas urbanas, principalmente en el departamento de Lima. Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo etario de 18 a 27 años, y entre personas con educación básica regular. Que la criminalidad sexual sigue una tendencia ascendente en los últimos años en el Perú. 4.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual.
  • 5. En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno, destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren intervención profesional inmediata. Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia Familiar de la Universidad de New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de 796 estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que habían sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr. NahmanGreenberg, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y Director de la Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de trauma mental para las niñas y los niños que han sido envueltos por adultos en actividades sexuales. En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su niñez, se han encontrado: 1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio. 2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso de terapia. 3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares. 4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta en esposa maltratada. 5) Temor a convertirse en agresor o agresora. 6) Problemas en su sexualidad. 7) Neurosis crónica de origen traumático. V. VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE PROTECCIÓN. La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la necesidad de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos, humillaciones y agresiones sexuales que se producen en el ámbito de las relaciones familiares. Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños, derivándose de ahí precisamente la denominación de violencia doméstica o familiar.
  • 6. Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a dichos espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de estudio y/o trabajo y en general los espacios frecuentados por las víctimas. De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: (i) ¿cuáles son los componentes de todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia, el sistema jurídico?, y (ii) ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar? El sistema jurídico tiene tres componentes básicos: El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es el Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes. Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos operadores de la administración pública o privada que están involucrados en la aplicación de este componente normativo, de la ley escrita. Es un componente clave cuando hablamos de mecanismos legales de protección frente a la violencia familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad y el Estado para hacer realidad aquello que disponen las normas legales. Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un hecho concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación. Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema de los mecanismos legales en una sociedad determinada. Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia familiar. La misma alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual se infiere un daño físico, sexual o psicológico a un integrante del grupo familiar -conviviente o no-, a través del engaño, la coacción, la fuerza física, la amenaza, el caso, entre otros. La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder, de jerarquía. Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos apreciar que existe una relación del fuerte contra el débil. Muy rara vez escucharemos hablar de la violencia del niño contra su padre. Por lo general, cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se trata de padres mayores, muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan en fortaleza física. El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres- hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía: marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de violencia intrafamiliar. 5.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar. 1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de respuestas legales, por tratarse de la agresión más evidente.
  • 7. 2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona. Esta es una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que se produce en el interior de un grupo familiar. 3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de violación. 5.2 Contra la Violencia Familiar. A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de la sociedad frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso complementario al Código de los Niños y Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato físico y psicológico entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común, aunque no convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad. Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de protección a las mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son afectados por estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y a las niñas y niños. En este sentido, constituye un recurso que creemos puede ser utilizado y redimensionado para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son víctimas de violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas en diversos niveles, siendo la más urgentes de atención: 1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante de la violencia en el interior de la familia. 2. Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos promover la participación de la comunidad en la prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de la familia. La idea es que la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento de las medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar. 3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones para mujeres, e igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que existen con personal especializado para atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de crear hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes no había sido considerado en ninguna otra norma, es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los agresores para evitar, precisamente, que el maltrato continúe y se multiplique. 4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen uno de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y fiscales.
  • 8. 5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo. Esto significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la víctima. Es un procedimiento, en principio, que no debería ser obstaculizado por ningún tipo de formalismos. Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente cultural señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado acostumbrados a aplicarse este tipo de legislación. VIOLENCIA FAMILIAR El concepto de familia a evolucionado con el tiempo, es importante tener claro que al clásico modelo de padre, madre, esposos, hijos, tíos primos etc., se le han sumado ahora: Los convivientes Los hijos ensamblados (hijos de la pareja). Los ex conyuges. Los ex convivientes. Los que habitan en un mismo hogar. Así que cualquier acto de violencia física o verbal (psicológica) o inclusive maltrato sin lesión o la amenaza o coacción que se produzca entre estas personas se considera violencia familiar. Esta ley presenta algunas situaciones que pueden servir para el futuro pero no resolverlo definitivamente, no es nuestro deseo desalentar pero esta ley no ha resuelto en todos estos años el problema de la violencia. La Policía se encarga de la investigación y remite el resultado al Fiscal de Familia, éste mayormente hace la demanda al Juez de Familia se cita a una Audiencia en donde casi obliga a las partes a llegar a un acuerdo de no agredirse, “acuerdo” que a nadie garantiza que no repita el acto violento.
  • 9. Los Jueces en su afán de reducir los cientos de expedientes que tienen mayormente “fuerzan” este arreglo, esto no es lo recomendable, es mejor que este proceso llegue a su fin y se aplique medidas que garanticen la no violencia. Lamentablemente las autoridades muchas veces quieren ver un muerto o un daño irreparable para tomar medidas. En este trámite pueden llevarse a cabo inventario de bienes, pero no es división, ni entrega de ellos (bienes), puede ordenar el cese de la violencia pero no la salida definitiva del hogar del agresor, no aspire con esta ley resolver problemas que son propios de otros procesos. A veces estos procesos culminan en una simbólica llamada de atención al agente violentador y todo sigue igual, en nuestra experiencia hemos apreciado como algunos jueces no han tenido mano firme para poner fin a la violencia. El hecho violento no solo genera este tramite, sino también un proceso penal del que posiblemente obtenga ud mejor resultado porque de acreditarse el delito (lesiones) se aplicara una PENA y una INDEMNIZACION, nosotros recomendamos que a parte del proceso de violencia siga un proceso penal, el cual si persuade. Recientemente en Julio del 2008 se ha incorporado al código penal como delito la violencia familiar para casos en que las victimas sean menores de edad, lo que de comprobarse puede traer como consecuencia la suspensión de la patria potestad, ordenarse la salida del agresor, e incluso la DETENCION. Sin embargo es necesario esperar un uso conveniente de esta ley ya que si bien es cierto existen muchas victimas de violencia también hay quienes denuncian falsamente y de comprobarse la falsedad de la denuncia las consecuencias pueden muy difíciles para quien haga mal uso. Violencia doméstica De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda Plantilla:Otros en los ratos libres usos
  • 10. «Mother and Child», pintura de JosipRačid. La violencia doméstica engloba toda aquella forma de violencia ejercida en el ámbito doméstico. La violencia doméstica, violencia familiar o violencia intrafamiliar comprende todos aquellos actos violentos, desde el empleo de la fuerza física, hasta el matonaje, acoso o la intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que perpetra, por lo menos, a un miembro de la familia contra algún otro familiar.1 Contenido [ocultar] 1Terminología de la violencia doméstica 2Tipos de violencia o 2.1Violencia psicológica o 2.2Violencia familiar o 2.3Violencia contra la mujer en la pareja o 2.4Violencia contra el hombre en la pareja o 2.5Violencia filio-parental 3Implicación social constructiva de la violencia familiar 4Un enfoque psicoanalítico sobre la violencia intrafamiliar 5Regulación jurídica o 5.1España  5.1.1La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género  5.1.2Controversia 6Otros enfoques 7Véase también
  • 11. 8Bibliografía o 8.1Referencias 9Enlaces externos [editar]Terminología de la violencia doméstica Entre los términos referidos a la violencia doméstica, cabe destacar aquellos que se refieren específicamente a la violencia conyugal o dentro de la pareja y obviando por tanto aquella ejercida sobre otros miembros vulnerables de la familia como niños y ancianos. Dentro de la violencia dentro de la pareja, la mayoría de los casos corresponden a violencia ejercida por el hombre hacia la mujer. Expresiones tales como «violencia contra la mujer» y «violencia de género» son muy frecuentemente utilizados. No fue hasta 1960, cuando se reconoció que la violencia y el maltrato en el ámbito familiar eran un problema social. Anteriormente, la violencia contra la mujer se consideraba como algo anormal y se le atribuía a personas con trastornos psicopatológicos o problemas mentales.[cita requerida] La existencia de este tipo de violencia indica un retraso cultural en cuanto a la presencia de los valores como la consideración, tolerancia, empatía y el respeto por las demás personas, independientemente de su sexo. El maltrato doméstico incluye a las agresiones físicas, psicológicas o sexuales llevadas a cabo en el hogar por parte de un familiar que hacen vulnerable la libertad de otra persona y que causan daño físico o psicológico. La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender-basedviolence o genderviolence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995 bajo los auspicios de la ONU. Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo XX, se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de «sexo de un ser humano», desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.2 La expresión ha sido criticada por la Real Academia Española por hacer un mal uso de la palabra «género», haciendo de ella un mero calco del inglés gender que no tiene traducción en español.3 También ha recibido críticas por tratarse de una expresión más vaga que puede referirse a la violencia practicada desde ambos sexos, cuando no existe simetría, ya que es más común la ejercida por el hombre a la mujer y además uno de los factores subyacentes es el machismo. En realidad tiene implicaciones políticas y denominándola de esta manera «violencia de género», pienso que se pretende esconder que en realidad es el maltrato que los hombres dan y han dado a lo largo de los años a las mujeres de su familia. Cristina Segura Graiño. Prólogo de "Historia de la violencia contra las mujeres", Antonio Gil Ambrona, 2008.
  • 12. Esta crítica se extiende a otras expresiones similares tales como «violencia sexista» y «violencia de pareja». Estudios realizados encontraron que en hogares donde existe maltrato o violencia psicológica o cualquier otro tipo de violencia, los hijos son 15 veces más propensos a manifestar algún tipo de maltrato en su etapa adulta. La violencia psicológica es la forma de agresión en la que la mayoría de los países las afectadas van a quejarse y casi nunca toman acción en cuanto a dicho tipo de violencia, ya que en este caso se unen la falta de opciones legales de denuncia y protección frente a esta forma de violencia. Las señales de violencia son más fácil de ocultar si es emocional, pues las mujeres no aceptan el maltrato de forma “pasiva”; según los estudios realizados que la mayoría de las mujeres maltratadas no lo aceptaron y que se resistieron a él. Estas acciones de defensa hicieron que la violencia psicológica se viera como una agresión mutua y algunas instituciones la catalogaron como un conflicto de pareja. Sin embargo, de los estudios realizados en Honduras solo dos de las mujeres entrevistadas aceptaron que eran agredidas emocionalmente, antes de ser maltratadas físicamente. Gracias a diferentes campañas públicas y con el conocimiento de programas estatales las mujeres tuvieron más claridad acerca de la agresión psicológica que experimentaron. Las mujeres que no reconocen como agresión la violencia psicológica no significan que no vean esta forma de violencia como algo que las dañe o las deshaga o como algo indeseable. De hecho si lo ven y son estos episodios de maltrato emocional lo que más las mueve a hablar de sus malestares con personas de confianza así como familiares, amigos o personas de las iglesias y es aquí donde tratan de librarse de esas formas de agresión. [editar]Tipos de violencia Habitualmente este tipo de violencia no se produce de forma aislada, sino que sigue un patrón constante en el tiempo. Los principales sujetos pasivos son las mujeres, niños y personas dependientes. Lo que todas las formas de violencia familiar tienen en común es que constituyen un abuso de poder y de confianza. Dada la complejidad y variedad del fenómeno, es muy difícil conocer sus dimensiones globales. Cabe añadir que la Dogmática considera de forma unánime que el término violencia se refiere tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las lesiones físicas como las psicológicas.4 [editar]Violencia psicológica Véase también:Acoso psicológico La violencia psicológica, conocida también como violencia emocional, es una forma de maltrato, por lo que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica. La intención que trae consigo la violencia psicológica es humillar, hacer sentir mal e insegura a una persona, deteriorando su propio valor. Difiere del maltrato físico ya que éste
  • 13. es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se manifiesta a través de palabras hirientes, descalificaciones, humillaciones, gritos e insultos. Éste trastorno puede tener bases en la infancia de las personas cuando se llevan a cabo la falta de atención por parte de los padres o familiares, y la violencia intrafamiliar. [editar]Violencia familiar La violencia familiar incluye toda violencia ejercida por uno o varios miembros de la familia contra otro u otros miembros de la familia. La violencia contra la infancia, la violencia contra la mujer y la violencia contra las personas dependientes y los ancianos son las violencias más frecuentes en el ámbito de la familia. No siempre se ejerce por el más fuerte física o económicamente dentro de la familia, siendo en ocasiones razones psicológicas (véase síndrome de Estocolmo) las que impiden a la víctima defenderse. La mayor parte de los agresores son personas mucho mas fuertes que a las que se les agrede. El síndrome de la abuela esclava es otra forma de maltrato frecuente en el siglo XXI, descrito sobre todo en países hispanoamericanos, que afecta a mujeres adultas con gran carga familiar, voluntariamente aceptada durante muchos años, pero que al avanzar la edad se torna excesiva. Si la mujer no expresa claramente su agotamiento (o lo oculta), y sus hijos no lo aprecian y le ponen remedio, la sobrecarga inadecuada provoca o agrava diversas enfermedades comunes: hipertensión arterial, diabetes, cefaleas, depresión, ansiedad y artritis. Estas manifestaciones no curan adecuadamente si no se reduce apropiadamente la sobrecarga excesiva. Ocasionalmente puede provocar suicidios, activos o pasivos5 Los niños que suelen estar presentes durante la violencia y los que presencian pueden sufrir problemas emocionales y de comportamiento. Los investigadores indican que la violencia en la familia a los niños le afecta en tres maneras: en la salud, educación y el uso de violencia en su propia vida. Se ha comprobado que los niños que presencia la violencia manifiestan un grado mayor de depresión, ansiedad, síntomas de trauma y problema de temperamentos.6 [editar]Violencia contra la mujer en la pareja Véase también:Violencia contra la mujer
  • 14. Zaragoza casco viejo. Grafiti contra la violencia sexista. Cada silueta se corresponde con una mujer muerta a manos de su pareja en 2007. Un símbolo identifica el tipo de violencia sufrida. La idea de la sumisión de la mujer como mejor forma para asegurar la paz dentro del matrimonio está todavía arraigada entre nosotros. Inés Alberdi La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo, dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3%.7 La mayoría de las víctimas oculta que existan esos problemas por temor a ser juzgados en la sociedad. La indecisión es una de las causas para no admitir la situación así como el estereotipo dominante de la feminidad en Occidente, donde no se considera como atributo de las mujeres el ejercicio de la violencia activa. Tambien entra el aspecto de la educacion y del entorno social que se vive desde niños, a un hombre que es maltratado psíquica o físicamente por su pareja, se le atribuye que es un
  • 15. hombre "débil", o es agredido por sus amigos o compañeros de trabajo y es precisamente por esto que no está dispuesto a denunciar y mucho menos a buscar ayuda. Unas de las consecuencias de la violencia domestica es la depresión. Las mujeres que sufren violencia domestica corren un mayor riesgo de estrés y trastorno de ansiedad, en particular los trastornos resultantes del estrés postraumático. El intento de de suicidio y depresión se conectan estrechamente la violencia en pareja. La violencia contra la mujer impide que participen plenamente en sus comunidades en los planos económicos y sociales. Las mujeres en violencia tienen menos probabilidades de tener empleo.8 En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las discusiones, incluso discusiones fuertes, pueden formar parte de la relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato no es un concepto relacionado con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: Por definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas (agresiones verbales o físicas), es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».9 En la pareja, el maltrato contra la mujer tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que persiguen instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes. Los hombres que maltratan a su pareja son motivados por una necesidad de dominar y controlar a su pareja. En una revisión de múltiplos trabajos los principales resultantes indican que los agresores suelen presentar con frecuencia alteraciones psicológicas como falta de control sobre ira, dificultades en la expresión de emociones, déficits de habilidades de comunicación y de solución de problema y baja autoestima.“Existen diferentes tipos de hombres violentos -agresores limitados al ámbito familiar, agresores con características borderline/disfóricas y agresores violentos en general/antisociales- que requieren programas de tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas” Pág. 27.10 Los rasgos más visibles del maltrato son los golpes y los asesinatos, los cuales trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de baja intensidad, los maltratos psíquicos que, mantenidos en el tiempo, socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan.11 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a exacerbarse.
  • 16. «Mujer maltratada con un bastón», dibujo de Goya. Es por esto que, en la búsqueda de prevenir la violencia, se trata de dar herramientas a los adolecentes para identificar los rasgos típicos de las personas violentas y ser conscientes de esa violencia de baja intensidad que comienza generalmente antes del matrimonio, durante el noviazgo. Así nace el concepto de violencia en el noviazgo. Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales. Los agresores sufrirían una serie de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer y a ésta, en su fragilidad, a recibirlos. Esta sería una visión del problema tranquilizadora que no pondría en cuestión el modelo patriarcal. El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas propias de ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una grave perturbación. Este enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente», al que, después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista, la violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene la subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva de un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el status de sujeto dominado. Maryse Jaspard.12 Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son la de decenas o cientos de mujeres muertas cada año, en diferentes países, a manos de sus parejas o ex- parejas. Y en muchos casos, esta violencia a manos de sus parejas o ex-parejas contra la
  • 17. mujer quien es madre además del estrés posttraumatico que puede seguir produzcan efectos muy negativos para el desarrollo psicológico de los niños en el hogar.13 Las consecuencias de éstos (y de cualquier otro tipo de maltrato) son que la autoestima de la persona disminuye y afecta el desarrollo emocional. En la mayoría de los casos, la persona puede buscar una solución en las drogas y el alcohol, incluso, en delincuencia. Además, si no existe un avance o solución previa en la persona suele repetir este patrón de maltrato, cayendo en un círculo vicioso. La baja autoestima se manifiesta en todas las personas que sufren de algún tipo de maltrato y se refleja mucho en el ámbito escolar o laboral; la persona tiene problemas de identidad y mucha dificultad en cuanto al manejo de la agresividad, se le dificulta construir relaciones afectivas debido a la desconfianza hacia las demás personas. [editar]Violencia contra el hombre en la pareja Véase también:Violencia contra el hombre La violencia contra el hombre es un tipo de violencia ejercida contra los hombres por su condición de hombre. Esta violencia presenta numerosas facetas que van desde el sexismo inverso hasta la discriminación y el menosprecio, la agresión física o psicológica y el asesinato, produciéndose en muy diferentes ámbitos: familiar, laboral, formativo, etc. Si el agresor fuese su pareja sentimental se la llamará también violencia de pareja. [editar]Violencia filio-parental Véase también:Violencia filio-parental La violencia filio-parental (VFP) o violencia de los hijos a los padres es el conjunto de conductas reiteradas de agresiones físicas (golpes, empujones, arrojar objetos), verbales (insultos repetidos, amenazas) o no verbales (gestos amenazadores, ruptura de objetos apreciados) dirigida a los padres o a los adultos que ocupan su lugar14 . Se incluyen, entonces, las amenazas y los insultos, ya sean realizados a través de gestos o verbalizaciones, las agresiones físicas de cualquier tipo, o la ruptura consciente de objetos apreciados por el agredido. Además, la violencia debe ir dirigida contra los padres o aquellas figuras parentales que les sustituyan: tutores, educadores, etc. No se incluiría, por tanto, en esta definición la violencia ocasional sin antecedentes previos y que no se repite. Esto excluye, de manera casi generalizada, el parricidio, que presenta características particulares que lo distinguen y que, a menudo, constituye un episodio único, sin que se registren antecedentes previos. Se excluyen, también, la agresión sexual a los padres y los asaltos premeditados con armas letales por considerarse de un perfil diferente, así como la violencia que aparece en un estado de disminución importante de la consciencia (autismo o retraso mental grave) y que no se repite cuando este estado remite: violencia en el curso de intoxicaciones, de trastornos mentales orgánicos, de trastornos del curso o contenido del pensamiento, etc.
  • 18. [editar]Implicación social constructiva de la violencia familiar La violencia, en la mayoría de los casos, ha llegado a ser parte de la vida cotidiana de muchas personas a las cuales afecta en gran manera su comportamiento y el desarrollo de diversas actividades que deseen ejercer. Es decir, la violencia también es una conducta aprendida.15 La violencia puede manifestarse en cualquier ámbito social como el cultural, político, económico y el ámbito social doméstico. La violencia familiar tiene como base la cultura (el medio donde se desarrolla ésta situación) y que incluso, engloba a los medios de comunicación. Este régimen de ideas apoya ciertas justificaciones a las acciones clasificadas como violencia intrafamiliar por el uso de estereotipos a los miembros de la familia. Durante la década de los setentas se desarrollaron varias teorías sobre los posibles principios del abuso de la mujer por su marido o pareja masculino. Una de ellas es a base del pensar feminista que postula que la sociedad es patriarcal y que se acepta el uso de la violencia para mantener dominación masculina.16 Según esta teoría el hombre utiliza la violencia para subordinar a las mujeres porque las mujeres le temen a la violencia. Otra teoría refleja que los hombres causan daño a su pareja reportan sentimientos de impotencia respecto a su pareja. De acuerdo con el estudio de Lenore Walker (1984), esta teoría trata de reconciliar la teoría feminista con la teoría de acondicionamiento social. Un miembro de la familia que es oprimido u omitido intencionalmente con el fin de someterlo a fuerzas vía lo físico, lo psicológico o sexualmente, esta en una relaciónabusiva. La relación abusiva usualmente es entre parejas sentimentales, o de otros modos cónyuges, y es razón principiante de los problemas en salud pública. El abuso psicológico es el más amplio de todas las violencias por porque pueden incluir abusos de tipo sexual y físico causando trauma a la víctima. Este tipo de abuso es visto como manipulación entre la pareja. Mujeres señalan que el abuso verbal, incluyendo la coerción, el aislamiento, la privación, las amenazas, la humillación y la frialdad afectiva, son incluso peor que el abuso físico. Mientras que el abuso físico es episódico, el psicológico es progresivo y se mantienen por plazo largo.17 La mujer maltratada es aquella mujer que permanece en una relación donde su pareja la agrede sistemáticamente.18 El ciclo de la violencia tiene tres etapas sucesivas primordiales. En la primera etapa se incrementa la tensión y la víctima intenta progresivamente tratar agradar al abusador para que suceda la violencia. Si la violencia sigue este ciclo, la víctima puede enfrentarse con la pareja porque ha visto que la violencia es inevitable. Al hacer esto la tensión cada vez se vuelve mayor. La segunda etapa es donde se inicia la violencia de cualquier forma y siempre es dolorosa. Finalizando el ciclo, el abusador pide perdón a su pareja, por el remordimiento y probablemente dice que jamás sucederá por la realización de un comportamiento positivo. La persona afectada puede sentirse recompensada y lo perdona, creyendo que no va a suceder la violencia de nuevo.17 Cualquier persona sana piensa que la mejor decisión seria abandonar la relación ya que hay amenaza de violencia, pero no se descarta tan ligeramente. Cinco razones por cual la terminación de la relación es
  • 19. cuidadosa son las siguientes. La víctima teme por su seguridad personal u otros miembros de la familia tanto como el capital económico y de vivienda del mismo. Otra razón por cual no se deshecha la relación, es la esperanza de cambio en el perpetrador. Creencias personales que la víctima no está dispuesta a cambiar. Una de las razones más persuasivas, algunas veces, es la misma familia quien dice que no terminen la relación.19 La presión de vida en general a veces no deja que uno tome la decisión correcta. En cuanto a la respuesta o solución de este fenómeno social, debe empezar con la comprensión de lo que es la ley concreta y sus consecuencias. Por ejemplo, La ley número 54 del año 1989, Ley para prevención e intervención con la violencia doméstica en Puerto Rico; describe en su tercer capítulo la conducta Delictiva, Penalidades y otras Medidas. Hay gestiones constructivas en el plan de solucionar este problema según la Organización Panamericana de Salud. Dentro del significado violencia familiar expone que este es formado de relaciones subjetivas entre las personas. Con base a esto se han elaborado nuevos modelos de gestión cuales enfoques son las relaciones familiares. Una de ellas es el brindar atención integral a la persona y su familia, donde prevención y la seguridad sean los ejes articuladores de la gestión y de la intervención. Otro modelo de gestión seria concentrarse en la educación social de la comunidad a fin de lograr la cultura de la no violencia y promocionar comportamiento familiar unido.20 [editar]Un enfoque psicoanalítico sobre la violencia intrafamiliar Un enfoque psicoanalítico te ofrece una perspectiva que es centrada en la simbolización de los actos agresivos que presenta todo ser humano, la posición de la victima y la responsabilidad subjetiva de los personajes que hacen parte de la violencia domestica. La violencia intrafamiliar se considera como una epidemia que golpea a los hogares en un ámbito mundial. El psicoanalisis explica que todo ser humano existen desde la infancia tendencias y impulsos agresivos que deben ser liberados. Esto sostiene que la agresividad y violencia no son exclusivas de personas jóvenes o adultas, clase social alta o baja, familia con cultura determinada y educación. Enseñan que la violencia domestica muestra dificultad para trasmitir la agresividad de una forma civilizada. Los psicoanalítico han mostrado que en la infancia las personas experimentan placer cuando liberan su agresividad, pero con el curso del desarrollo la educación recibida en casa y el colegio hace que agresión se impide la satisfacción de agresividad por medio del castigo.21 «desde el psicoanálisis se explica que estas indeseadas situaciones de violencia están presentes en toda familia, pues en todo ser humano existen desde la temprana infancia tendencias e impulsos agresivos que surgen en la relación con el semejante y que deben ser descargados, pues la imposibilidad de descargar estos impulsos genera displacer». (Aramburo, 2010, p. 5)21
  • 20. [editar]Regulación jurídica Cada ordenamiento conserva su propia posición al respecto, sin embargo se establecen similitudes tomando como referencia el Derecho comparado, estableciéndose patrones y relaciones. La Dogmática occidental considera de forma unánime que el término violencia se refiere tanto a violencia física como psicológica, considerándose igualmente tanto las lesiones físicas como las psicológicas.4 [editar]España Jules ArsèneGarnier, Le supplice des adultères, una escena de castigo por adulterio. Tradicionalmente las penas al marido por matar a cualquiera de los dos adúlteros eran inexistentes o notablemente menores. En 1962 se contemplaba la pena de destierro y no de cárcel al marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer, matare o causara lesiones graves a alguno de los adúlteros, pero nunca hubo precepto similar para la mujer que sorprendiera a su marido en análogas circunstancias. Esta tendencia continua castigándose a la adúltera con penas de hasta 6 años de cárcel pero castigando al marido sólo cuando tuviere manceba dentro de la casa conyugal o notoriamente fuera de ella. Estas cláusulas eran extensibles a las hijas menores de veintitrés años y a su «corruptor». Todo ello fomentaba el concepto de pater familias tradicional donde la mujer y los hijos pasaban a depender totalmente del cabeza de familia de tal forma que éste no sólo asumía sus respectivos derechos de propiedad sin que también podía tomar medidas en otros aspectos como el derecho a la vida de los mismos, aspecto de la figura que fue ejemplificado por los medios de comunicación durante la Transición bajo la expresión «la maté porque era mía». En 1979 quedan derogadas todos los preceptos de esta índole. Pero no es hasta 1989 cuando se considera legislativamente los malos tratos en el ámbito familiar.
  • 21. [editar]La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género En España, la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género manifiesta «que se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión». La LO 1/2004 ha pretendido dar un tratamiento integral al problema del maltrato familiar, y en concreto enfocado contra la mujer, no sólo en las medidas estrictamente penales del Título IV del Código penal agravando tipos y ampliando la cobertura penal, sino también de sensibilización, prevención y detección (Título I), asistencia social y jurídica (Título II), tutela institucional (Título III) y judicial (Título V), psicológicos, y económicos. Los fines que se arguyen son proteger a la víctima, disuadir al agresor, y «proteger a la parte más débil humanizando el Derecho penal».22 Así, por ejemplo, se institucionaliza un teléfono de ayuda a la mujer maltratada, el 016; se constituyen organismos especializados como los Juzgados de Violencia sobre la Mujer y la Fiscalía contra la Violencia sobre la Mujer; y se realizan cambios en el Ordenamiento considerando como delito automáticamente las faltas de lesiones, amenazas y coacciones en el caso de que el sujeto activo del delito sea varón y el sujeto pasivo «sea o haya sido su mujer o haya mantenido una relación de análoga afectividad, haya existido convivencia o no, o sea persona especialmente vulnerable que conviva con el agresor». Además se contemplan las medidas de protección que se venían llevando a cabo en función de la gravedad de los casos:la salida del agresor del domicilio, la orden de alejamiento, la orden de suspensión de las comunicaciones y la privación de la patria potestad y custodia de menores o la suspensión del régimen de visitas. [editar]Controversia
  • 22. Al limitar únicamente el ámbito de aplicación a la violencia del hombre contra su pareja cuando es mujer, no consideran los casos en los que la violencia la ejerza una mujer, generando por ello sexismo inverso, o la víctima sea un hombre, excluyendo también a la violencia en parejas homosexuales de ambos sexos. Sin embargo, esta ley está recurrida en el Tribunal Constitucional por varios jueces (la primera fue una juez de Murcia), ya que discrimina a los hombres heterosexuales por razón de sexo, al no considerar la violencia contra el hombre como «delito» como lo hace con la mujer, sino como simple «falta», lo que contradice el artículo 14 de la Constitución Española, que establece el principio de igualdad «sin ningún tipo de discriminación por razón de sexo», por ejemplo, en medio de una discusión donde ambos profieren amenazas leves, uno es castigado con más pena que otro por razón de sexo. Éstos proponen que el agravante se realice en función de criterios subjetivos considerados objetivamente, como la especial vulnerabilidad del sujeto pasivo, considerando precisamente como machista que la mujer por definición sea considerada sujeto especialmente vulnerable por definición.4 La Asociación Profesional de la Magistratura afirma también que «no se puede imponer el sexo como criterio para aplicar una pena distinta en un mismo delito».23 Además discrimina a las pareja homosexuales ya sea de dos hombres o dos mujeres, ya que también se puede producir violencia en estas parejas y esta ley no contempla su existencia ni las ampara.4 Por otro lado, el juez se ve limitado a condenar con pena de delito o a no condenar al sujeto, por lo que se disminuye el abanico de posibilidades punitivas. Según la Dogmática no puede imputarse al sujeto activo la circunstancia de que sea hombre, sino únicamente la
  • 23. de la naturaleza y circunstancias del hecho, por lo que esta ley establecería un marco penal arbitrario innecesario en base a consideraciones político-criminales, ya que el juez podría considerar criterios objetivos como la especial vulnerabilidad del sujeto pasivo como base para considerar un delito como grave. De hecho, al final del artículo se permite al juez razonar imponer una pena inferior en grado si lo considera oportuno, lo que da que pensar que ni siquiera el legislador está muy contento de la bondad de su regla.4 Otros problemas de interpretación es que el agravante por quebrantamiento de alguna medida cautelar o de seguridad o prohibición, plantea problemas non bis in idem con el delito de quebrantamiento de condena. De igual manera, el artículo 173.3 3º del Código penal, cuando habla de habitualidad, determina «se atenderá al número de actos de violencia que resulten acreditado, con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferentes víctimas de las comprendidas en este artículo, y de que los actos violentos hayan sido o no objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores». Esto plantea por un lado de nuevo una posible violación del principio ne bis in idem al considerar delitos ya juzgados o los tradicionales problemas derivados de una agravante por reincidencia. Y por otro, e relación con la prueba, que sólo se precise que «los hechos resulten acreditados», sin especificar si basta con la simple declaración de la sujeto pasivo o se requieren las de testigos o peritos; pero es que en todo caso, si el sujeto pasivo sufre stress, depresión o cualquier otra patología que pudiera conectarse con violencia psíquica, y sólo está su palabra contra la del denunciado que niega los hechos surge la duda de si existe una interpretación de los hechos pro muliere o pro victima cuestionando el principio de presunción de inocencia con todo lo que ello supone.4 Por otro lado, la presión de asociacionesfeministas y de la opinión pública está llevando a tomas nuevas consideraciones dogmáticas. Por ejemplo, si bien tradicionalmente matar a una persona mientras dormía se consideraba alevosía y por ende podía calificarse de asesinato, hoy día se ha llegado a considerar que si la mujer poseía lo que se ha denominado «síndrome de la mujer maltratada» (miedo a enfrentarse cara a cara al marido) podría considerarse que no hay alevosía considerándose el delito como homicidiodoloso con una pena inferior,4 e incluso que quede exculpada, dando lugar esta propuesta a sexismo inverso. Para considerar este síndrome se precisa de la labor de un perito psicólogo. Este razonamiento ha sido también fruto de controversia ya que, por un lado, el Derecho repugna la violencia como vía cuando existen medidas efectivas para utilizar la vía de derecho, y por otro la inclusión de la Psicología, con la aparición y consideración repentina de un nuevo síndrome de dudosa entidad, parece justificar el uso de la alevosía en aquellos casos en los que el autor se vea incapaz de realizar el delito de otra forma. [editar]Otros enfoques Paralelamente a los numerosos estudios sobre violencia contra la mujer o "de género" llevados a cabo durante los últimos decenios, que han servido de base para las políticas vigentes, la comunidad científica y numerosas entidades oficiales de diversos países han ido aplicando, cada vez con mayor frecuencia, estudios basados en muestras mixtas de hombres y mujeres, encaminados a evaluar los comportamientos violentos de ambos miembros de la pareja. En contra de las tesis oficiales predominantes, las conclusiones
  • 24. globales de esos estudios, que suman ya varios centenares, arrojan niveles similares de perpetración de violencia por hombres y mujeres. En una recopilación publicada en 2009, Javier AlvarezDeca presenta los resultados de 230 estudios empíricos internacionales sobre violencia en la pareja, realizados durante los últimos 30 años en 24 países. Todos esos estudios cumplen el requisito indispensable de evaluar los comportamientos de ambos miembros de la pareja heterosexual. Según las conclusiones de esa publicación, la violencia física es ejercida en proporciones similares por hombres y mujeres, e iniciada con mayor frecuencia por las segundas.24 El mismo autor ha elaborado una recopilación de 58 estudios sobre violencia en la pareja, publicados todos ellos en 2009, cuyos resultados coinciden con los de la recopilación anterior.25 Por último, en 2012, J. AlvarezDeca ha publicado una monografía en la que se presentan las conclusiones de 400 estudios sobre violencia en la pareja, que corroboran y refuerzan el valor de los resultados descritos.26 Por lo tanto, parece claro que hay un desfase entre las conclusiones de la comunidad científica, que constatan la bidireccionalidad de la violencia en la pareja, y las políticas vigentes, basadas en el paradigma de género. Acoso psicológico De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda Para otros usos de este término, véase Acoso. El acoso psicológico, según la RAE en la próxima 23.ª EDICIÓN tendrá las siguientes acepciones de acoso: Acoso psicológico o acoso moral: Práctica ejercida en las relaciones personales consistente en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente. Acoso sexual: El que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre. El acoso psicológico atenta contra la dignidad e integridad moral de la persona. Conculca los Derechos de Persona, que ampara; por ejemplo, la Constitución española de 1978. Se denomina también acoso psicológico porque siempre conlleva maltrato psicológico y abuso emocional. Es un largo proceso donde la persona, progresivamente, va perdiendo su autoestima y la seguridad en sí misma. No es plenamente consciente de que está siendo humillada y de que se están vulnerando sus derechos más fundamentales. El acoso psicológico continuado puede ocasionar el suicidio de la víctima.
  • 25. Contenido [ocultar] 1Origen del término 2Tipos de acoso psicológico 3Características o 3.1El carácter objetivable del acoso 4El acosador 5Véase también 6Bibliografía 7Referencias 8Enlaces externos [editar]Origen del término El zoólogo Konrad Lorenz, creador de la Etología observó el acoso grupal en algunas especies faunísticas, lo llamó mobbing. El psicólogoHeinz Leymann estudió el acoso grupal y sus efectos psicosomáticamente traumáticos en el entorno laboral. En consecuencia, introdujo una nueva acepción para mobbing, acoso moral. Entre humanos, el acoso u hostigamiento tiene la denominación de acoso moral o [acoso psicológico], que en ocasiones puede conllevar violencia física. La psiquiatraMarie-France Hirigoyen considera que los casos más graves de acoso, los que acaban con el suicidio de la víctima, se deben denominar acoso psicológico y ser considerados casos de psicoterrorismo.ElpsicólogoIñaki Piñuel y Zabala también considera que una denominación más correcta debe ser la de acoso psicológico en el trabajo o acoso laboral. Sociológicamente el anglicismomobbing significa acoso psicológico o acoso moral. En castellano se usa para definir el acoso laboral. [editar]Tipos de acoso psicológico Sociólogos, psicólogos y psicoanalistas han observado diversos tipos de acoso grupal específico: Acoso laboral (mobbing o bossing en inglés) Acoso sexual (sexual harassment en inglés) Acoso escolar (bullying en inglés) Ciberacoso (cyberstalking en inglés) Ciberacoso escolar (o ciberbullying, de la traducción del inglés cyberbullying) Acosoinmobiliario (landlord harassment, city council harassment)
  • 26. Acoso familiar [editar]Características Las técnicas de acoso son soterradas y sutiles: palabras, miradas, insinuaciones, mentiras, difamaciones, etc. El acosador impone su voluntad (de forma continuada y progresiva), tergiversando la situación desde una posición de fuerza: posee la verdad y el poder. El acoso moral sumerge a la víctima en una espiral depresiva que puede acabar en suicidio. La psiquiatra y psicoanalista Marie-France Hirigoyen, los casos extremos de acoso moral son asesinatos psíquicos. Permite desembarazarse de alguien sin mancharse las manos.Para el profesor Iñaki Piñuel y Zabala el origen del acoso suele encontrarse en el modo en que la víctima resulta, por diferentes razones una amenaza para el gang que la acosa. El acoso comienza desestabilizando a la víctima hasta conseguir que pierda progresivamente la confianza en sí misma y en los demás y quede en situación de total indefensión, incapaz de reaccionar. La ansiedad, previa a la etapa depresiva, provoca en la víctima una actitud defensiva, que, a su vez, genera nuevas agresiones. El agresor no pretende destruir a su víctima de inmediato. Su objetivo es someter y controlar: anular la capacidad de defensa y el sentido crítico, la capacidad de rebeldía. El acosador es un depredador, incapaz de considerar a sus congéneres como seres humanos. Alienado respecto a sí mismo se aprovecha de las debilidades propias de la condición humana. [editar]El carácter objetivable del acoso Según el profesor Iñaki Piñuel y Zabala el acoso moral no es algo subjetivo sino que consiste en comportamientos o conductas que son externamente observables. Según los estudios Cisneros, son estrategias habituales en el acoso moral las siguientes: Gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas. Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo. Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo. Amenazar de manera continuada a la víctima o coaccionarla. Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que realizar («hasta que se aburra y se vaya»). Modificar sin decir nada al trabajador las atribuciones o responsabilidades de su puesto de trabajo. Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes (excluirle, discriminarle, tratar su caso de forma diferente).
  • 27. Ignorarle (hacerle el vacío) o excluirle, hablando sólo a una tercera persona presente, simulando su no existencia («ninguneándolo») o su no presencia física en la oficina, o en las reuniones a las que asiste («como si fuese invisible»). Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales. Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa u organización rumores maliciosos o calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su profesionalidad. Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a evaluar periódicamente su trabajo. Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación. Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del mercado, etc. Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc. Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo. Castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el marco de sus responsabilidades y atribuciones. Bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que le afectan. Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los demás trabajadores, caricaturizándolo o parodiándolo. Invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus documentos, armarios, cajones, etc. Robar, destruir o sustraer elementos clave para su trabajo. Atacar sus convicciones personales, ideología o religiónes. Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.1 [editar]El acosador Artículo principal:Acosador. Sobre el perfil del acosador/a. Según la psicoanalista Marie France Hirigoyen es: Un Perverso narcisista, de un egocentrismo extremo que tienen una falta total de empatía con los demás y un gran deseo de poder. Un individuo frágil, inseguro de su poder y competencias que se siente obligado a dar el pego aunque sea en detrimento de otro al que haya que anular. La eliminación de la víctima del acoso moral suele ser la forma habitual de culminar el proceso.Según el profesor Iñaki Piñuel y Zabala la expulsión restablece momentáneamente la paz. Pero esta es una paz inquietante propia de unos “cadáveres en el armario” que aguardan siempre el momento propicio para manifestarse y revelarse.2
  • 28. Cuando las crisis en las relaciones laborales entre personas alcanzan su paroxismo en forma de rivalidades, envidias, conflictos, broncas, etc. es decir, en la forma de la tradicional “guerra de todos contra todos” que Hobbes analizó, surge un epifenómeno mimético propio del sistema que tiende a restablecer el orden: el mecanismo del chivo expiatorio.3 Los grupos en crisis, amenazados por los costes de coordinación y por la amenaza que significa la desintegración de la unidad, la violencia generalizada y el peligro de las rencillas que desencadena la veenganza tienden a seleccionar a algunos de sus miembros para, mediante el mecanismo del linchamiento multitudinario y unánime, restablecer el orden y la unanimidad perdida. Tradicionalmente y según René Girard, las comunidades humanas hacían esto para reconciliarse consigo mismas, y esto se materializaba en un linchamiento físico y a una violencia que significaba literalmente la desaparición a manos de una multitud enfurecida de algunos individuos que, debidamente seleccionados, funcionaban a modo de chivos expiatorios de sus grupos o comunidades. Se trataba de cargar sobre un miembro la animadversión generalizada de todos los demás y de lincharlo de forma comunitaria o gregaria. La participación de cada uno de los miembros en ese mecanismo linchador era urgida y exigida como parte de la socialización y muestra de su pertenencia o membrecía al grupo. Un análisis psicológico del funcionamiento de todos los grupos humanos en crisis nos permite identificar una constante social: cada vez que existe un peligro para el grupo que amenaza su integridad, es decir que pone en riesgo la supervivencia del grupo como tal, tiende a desencadenarse automáticamente este mecanismo.4 El grupo que acosa se transforma por efecto del mimetismo en un gang o mob, tan violento como poco consciente de su propia violencia. Sin embargo quien acosa puede ser un psicópata organizacional.5 Estos individuos suelen tener plena consciencia de lo que hacen a pesar de que no sientan nada por las que se convierten en sus víctimas.
  • 29. Violencia contra la mujer De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda Para la violencia ejercida en el ámbito doméstico, véase violencia doméstica. Para la violencia ejercida en la atención del parto, véase violencia obstétrica. Una víctima de violencia contra la mujer. La violencia contra la mujer es todo tipo de violencia ejercida contra la mujer por su condición de mujer. Esta violencia es consecuencia de la histórica posición de la mujer en la familia patriarcal, subordinada al varón, carente de plenos derechos como persona.1 La violencia contra la mujer presenta numerosas facetas que van desde la discriminación y el menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy diferentes ámbitos (familiar, laboral, formativo,..), adquiere especial dramatismo en el ámbito de la pareja y doméstico, anualmente decenas o cientos de mujeres son asesinadas a manos de sus parejas en diferentes países del mundo.2 Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso,…) Desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años. Raquel Osborne.3 Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que se la reconoce
  • 30. como un grave atentado contra los derechos humanos e «insta a que se hagan todos los esfuerzos posibles para que sea [la declaración] universalmente conocida y respetada». Define la violencia contra la mujer en su primer artículo: A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Las Naciones Unidas, en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, aprobó declarar el 25 de noviembreDía Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En Canadá se celebra el Día nacional del recuerdo por las víctimas de la violencia contra la mujer el 6 de diciembre, en conmemoración de la masacre de la Escuela Politécnica de Montreal. En la actualidad, Estados, organizaciones internacionales y muy diferentes colectivos, fundamentalmente feministas, destinan numerosos esfuerzos para erradicarla. Kofi Annan, en su condicción de secretario general de las Naciones Unidas (hoy ya ex secretario), en numerosas ocasiones, mostró su preocupación y la de las Naciones Unidas: «La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o [...] condición».4 Contenido [ocultar] 1Terminología 2La violencia contra la mujer tratada en los organismos oficiales 3Raíces de la violencia contra la mujer 4Consideración actual 5Violencia contra la mujer en la familia 6Violencia contra la mujer en la pareja 7Violación o 7.1La violación como arma de guerra 8Explotación sexual 9Ablación del clítoris 10Feminicidio[44] 11Véase también 12Referencias 13Bibliografía 14Enlaces externos o 14.1Asociaciones contra la violencia de Género
  • 31. [editar]Terminología Mujer maltratada con un bastón», dibujo de Goya. Dado que la violencia contra la mujer es mayoritariamente ejercida por los hombres respondiendo a condicionamientos sexistas, se usa el término «violencia machista» para referirse a esta violencia contra la mujer ejercida por el hombre (eso es, la inmensa mayoría). En este caso, es relevante la aportación de la ley autonómica catalana 5/2008 de 24 de abril5 que define este término y cómo debe abordarlo la administración autonómica catalana. El término «violencia de género» también es frecuentemente utilizado. Sería una expresión menos concreta y que en cierto modo suaviza la verdadera naturaleza de la violencia contra la mujer.6 Menos concreta porque se referiría a la violencia practicada desde ambos sexos (si se presupone que existe una violencia específica ejercida por la mujer contra el hombre por razones de sexo); y, en cierto modo, edulcorada, ya que obviaría un factor que no es simétrico, que únicamente es causa en la violencia del hombre contra la mujer: el sentimiento de superioridad y dominación de éste sobre ella y, más extensamente, el machismo. Otro tanto ocurriría con los términos «violencia sexista» y «violencia de pareja». La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender-basedviolence o genderviolence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995 bajo los auspicios de la [ONU]. En el inglés se documenta desde antiguo un uso translaticio de gender como sinónimo de sex,7 sin duda nacido del empeño puritano en
  • 32. evitar este vocablo. Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo xx se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de «sexo de un ser humano» desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.8 En español las palabras tienen género, mientras que los seres vivos tienen sexo. En español no existía tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo. Mientras que con la voz sexo se designaba una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se ha venido aludiendo a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. En esa línea se habla de estudios de género, discriminación de género, violencia de género, etc. Y sobre esa base se ha llegado a extender el uso del término género hasta su equivalencia con sexo.9 Los términos «violencia familiar» o «violencia intrafamiliar», en sí comprenden la violencia entre todos los miembros de la familia. Con una importante presencia en Sudamérica, se vienen utilizando desde 1988 y 1993 para referirse a la violencia ejercida contra la mujer en el ámbito de la familia, y más concretamente de la pareja, debido a que frecuentemente la violencia ejercida en este ámbito va dirigida contra la mujer. Sería específica de estos casos, y referida a sucesos de violencia contra la mujer en este ámbito no debería ofrecer dudas. De igual modo, desde 1983 también se utiliza «violencia doméstica» ya que resulta común que la violencia contra la mujer aparezca en el ámbito doméstico, aunque, como Raquel Osborne expone en su libro Apuntes sobre violencia de género, oculta la causa y carácter de esta violencia.10 Cuando la violencia se da en un pareja no conviviente, suele utilizarse la expresión violencia en el noviazgo En todo caso, existen controversias sobre la terminología a usar en los marcos legislativo y penal. [editar]La violencia contra la mujer tratada en los organismos oficiales En 1993 las Naciones Unidas reconocían «la urgente necesidad de una aplicación universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos». También reconocía el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la mujer, organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema. Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos, que «constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus
  • 33. responsabilidades y exista «un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la violencia contra la mujer». La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las mujeres para alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y organizaciones internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios para erradicarla. En el mismo sentido, el 5 de marzo de 1995, se adoptó la «Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Belem Do Para». Enlace externo con la Declaración de Naciones Unidas. Enlace externo con la «Convención de Belem do Para» [editar]Raíces de la violencia contra la mujer La violencia contra la mujer está ligada a la consideración de la mujer que se desprende de la familia patriarcal. La humanidad en sus orígenes pudo estar constituida por comunidades matriarcales, así lo expuso Lewis Henry Morgan, considerado uno de los fundadores de la antropología moderna, en su libro La sociedad primitiva en 1877. De acuerdo con Federico Engels, «la abolición del derecho materno fue [pudo ser] la gran derrota del sexo femenino».11 Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la función reproductora y labores domesticas. En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer, debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido. El paterfamilias tenía sobre sus hijos en derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos en territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los familiares de sus víctimas si habían cometido algún delito; desposarlos y pactar o disolver sus matrimonios. Pero así como los varones pasaban a ser paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus atribuciones jurídicas dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a permanecer de por vida subordinadas al poder masculino, basculando entre el padre, el suegro y el esposo. Antonio Gil Ambrona.12 Este modelo de familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio numerosas modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta se le seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era el marido el que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de juzgarla. En determinados
  • 34. momentos la mujer llegó a conseguir una cierta emancipación: podía divorciarse en igualdad de condiciones con el hombre, dejó de mostrarse como la mujer abnegada, sacrificada y sumisa y en la relación entre esposos se vio matizada la autoridad del marido. Esto ocurría principalmente en las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose en el seno del matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres mediante la agresión física o el asesinato».13 Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos desaparecieron en el periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto a la violencia, la ejerció también contra las mujeres y estas se convirtieron frecuentemente en moneda de cambio para fraguar alianzas entre familias. «En las clases más bajas, además de cumplir con la función reproductora, constituían mano de obra para trabajar en el hogar y en el campo».14 En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo».15 Otra consecuencia del patriarcado ha sido la exclusión histórica de la mujer de la sociedad; estando excluida de todos sus ámbitos: el cultural, el artístico, el político, el económico… Siendo ésta otra forma de violencia ejercida contra la mujer. No es hasta la revolución industrial en occidente, cuando se permite a la mujer participar en la vida social, que verdaderamente comienza una trayectoria de emancipación. No obstante, los usos y abusos cometidos contra las mujeres durante siglos, se ha demostrado difíciles de erradicar. [editar]Consideración actual La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se da en todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos. Amnistía Internacional, Está en nuestras manos. No más violencia contra las mujeres.16 Fueron las organizaciones feministas en la segunda mitad del siglo XX las que dieron visibilidad plena al problema de la violencia contra la mujer. Es curioso que en muchos países se confeccionasen estadísticas sobre accidentes de tráfico al tiempo que se ignoraba la incidencia de feminicidios y violaciones. En Francia, un artículo de JannaHanmer, aparecido en la revista QuestionsFeministes, dirigido por Simone de Beauvoir, se preguntaba por qué no se elaboraban estadísticas sobre la incidencia de la violencia contra la mujer en el seno de la familia; «encontraba la respuesta, precisamente, en que el fenómeno era considerado como un problema particular y no un hecho social».17 América Latina y el Caribe ha sido «una de las regiones del mundo que mayor atención ha prestado
  • 35. a la lucha contra la violencia hacia la mujer», mostrándose especialmente activa en la consolidación de redes sociales, sensibilizando a los medios de comunicación, adquiriendo compromisos institucionales y legislando para erradicar un problema que afecta al 50% de la población mundial limitando y conculcando sus más elementales derechos humanos.18 En aquellos tiempos costó hacer ver que las agresiones hacia las mujeres no eran producto de momentos de frustración, tensión o arrebatos, contingencias de la vida en común; sino que eran consecuencia de los intentos de mantener la subordinación de la mujer, de la consideración ancestral de la mujer como un objeto propiedad del hombre; y, por lo tanto, deberían dársele una consideración especial.17 1975-1985 se declaró Decenio de la Mujer. Especial importancia tuvo la celebración del Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres en Bruselas en 1976, siendo la primera vez que se tipificaron como crímenes diferentes tipos de violencia cometidos contra las mujeres, creándose la Red Feminista Internacional con programas de apoyo y solidaridad. Consecuencia de su resonancia, en 1979, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer y en 1980 se celebró en México la I Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer, activándose al año siguiente la Convención para Erradicar la Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Estos acontecimientos impulsaron toda una serie de medidas legislativas y modificaciones de códigos penales que en los diferentes países se han venido produciendo desde entonces. En 1993 las Naciones Unidas ratificaba la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y en 1995, en Belem do Para (Brasil), se adoptó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer.19 Hoy en día numerosos países cuentan con estrategias específicas para combatir la violencia contra la mujer. Estos países han modificado su legislación incluyendo en ella leyes contra la violencia hacia la mujer, diseñan planes generales y sectoriales para combatirla y promueven campañas para interesar a los diferentes ámbitos de la sociedad en este problema. Estas estrategias han servido a su vez para sensibilizar a Estados y Sociedad ante otras formas de violencia: contra la infancia, ancianos, minusválidos, colectivos minoritarios,…18 No obstante, la violencia contra la mujer sigue produciéndose en tasas insoportables. También, habiendo sido las sociedades occidentales las pioneras en esta lucha, siendo en estas sociedades donde los movimientos por los derechos de la mujer antes y más se han desarrollado, en otras muchas sociedades, esta lucha se encuentra sensiblemente retrasada. [editar]Violencia contra la mujer en la familia La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde principalmente se ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la violencia y la niña sufre un plus añadido por su condición femenina. A la ablación, generalizada en determinadas comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el comercio sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la niña, o el infanticidio y los abusos sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une
  • 36. una más estricta autoridad paterna, ejercida también por hermanos, y una educación discriminatoria que limita sus expectativas vitales. El infanticidio femenino es habitual en determinadas culturas. «En la India la proporción entre hombres y mujeres es la más desigual del mundo».20 En Pakistán y Bangladesh existen parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio femenino está generalizado. Una percepción de la mujer devaluada, costumbres discriminatorias, considerar la educación de las niñas como una carga y los deseos del padre de perpetuar el apellido mediante un varón serían las causas de estos infanticidios. «En algunas zonas de Pakistán –y también en el vecino Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de ritos de duelo».21 En China, la imposición del «hijo único» en 1978, en un país con una marcada y ancestral preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de infanticidios.22 En la actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el embarazo ha venido a agravar el problema con abortos selectivos. Más del 80% de las violaciones las perpetran miembros de la familia de la víctima, y mayoritariamente a edades muy tempranas, cuando esta no pasa de ser una niña. Padres, abuelos, tíos,... Adultos en los que ella confía pasan a ser sus agresores. Este es un problema mundial que en muchas ocasiones no trasciende más allá de los límites de la propia familia, la niña sufre la violencia en silencio, avergonzada y con sentimientos de culpa.23 La venta de niñas sería otra violencia sufrida por la mujer en la infancia y en la familia. Estas ventas pueden tener diversas finalidades, pero el lucrativo negocio de la prostitución, las enfermizas inclinaciones sexuales de clientes, unido a la miseria en la que se ven sumidas muchas familias han extendido el comercio de niñas, menores de diez años en muchos casos, destinadas a la explotación sexual.23 Podríamos decir que es un problema limitado a determinados países no occidentales, pero es occidente desde donde parten los clientes en un «turismo sexual» que está adquiriendo auge. «El llamado "turismo sexual" es una de las formas contemporáneas del saqueo al que viven sometidos los países pobres. […] Según la UNICEF existen en torno a doscientos mil adeptos del turismo sexual» (cuatro de cada diez turistas que visitan Tailandia lo hacen solos).24 A estas violencias, aún habría que sumar otras muchas de menor carácter que irían desde un mayor autoritarismo paterno y familiar, a los matrimonios forzosos. La violencia ejercida contra la mujer, sea cual sea su naturaleza, tiene como marco preferente la familia.25 [editar]Violencia contra la mujer en la pareja
  • 37. Mujer víctima de un ataque con ácido, en Camboya. La violencia contra la mujer por parte de su pareja o expareja está generalizada en el mundo dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aún siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3%.26 «Es un hecho que en una relación de pareja la interacción entre sus miembros adopta formas agresivas». En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las discusiones, incluso discusiones acaloradas, pueden formar parte de la relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato nada tiene que ver con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: «Por definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas –agresiones verbales y físicas-, es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».27 En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a procurar instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes. Los rasgos más visibles del maltrato son las palizas y los asesinatos, son los que trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de «baja intensidad», los maltratos psíquicos que mantenidos en el tiempo socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan.28 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a exacerbarse.
  • 38. Es frecuente tratar el tema de los maltratos como casos individuales, los maltratadores sufrirían una suerte de trastornos que les conducirían a maltratar a la mujer y a agredirlas, en su fragilidad, a recibir esos maltratos. Esta sería una visión del problema tranquilizadora que no pondría en cuestión el modelo patriarcal. El modelo psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas propias de ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una grave perturbación. Este enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un «otro», un «enfermo» o «delincuente», al que, después de examinarlo, se le puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista la violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene la subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra las mujeres se deriva de un sistema social cuyos valores y representaciones asignan a la mujer el status de sujeto dominado. Maryse Jaspard.29 Las consecuencias últimas de la violencia contra la mujer en la pareja son la de decenas o cientos de mujeres muertas cada año, en los diferentes países, a manos de sus parejas o exparejas. [editar]Violación Las violaciones son una realidad mundial. Tanto en los países ricos como en los pobres, pese a las diferencias culturales, religiosas y sociales las mujeres siguen consideradas frecuentemente como meros objetos Sandrine Treiner.30 «La violación es, sin ningún género de dudas, la forma más evidente de dominación ejercida, de manera violenta, por los hombres sobre las mujeres».30 En ella se traslucen los iconos atávicos presentes aún en la mente del hombre, lo que se conoce como machismo: implica un menosprecio de la mujer considerándola como mero objeto destinado a satisfacer las apetencias sexuales y la convicción de que la mujer debe estar sometida al hombre. No supone considerar a la mujer inferior al hombre en una cuestión de grado sino el considerarla un ser inferior, un ser con el que se pueden cometer todo tipo de excesos. Más del 14% de las mujeres Estadounidenses mayores de 17 años admiten haber sido violadas. Esta cifra se podría extrapolar a otras sociedades occidentales. Y aunque en países este porcentaje puede bajar (8% en Canadá, 11,6 en Suiza, 5,9 en Finlandia), en Sudáfrica, uno de los países en los que el problema es más preocupante, el porcentaje sube al 25% con 1.500.000 violaciones cada año. Nuevamente es en el ámbito familiar donde se produce el mayor porcentaje de violaciones, probablemente más del 70%.3132 Las cifras ponen de relieve la dimensión de la violación como abuso de poder y confianza, y echan por tierra la tendencia culpabilizadota de tantas sociedades que consideran que las víctimas de las violaciones son unas mujeres imprudentes que tienen comportamientos arriesgados: atuendos provocativos, salidas nocturnas, Etc.