Significado espiritual de los numeros

Por

Francisco José García Izquierdo

Significado espititual de los números - Francisco José García Izquierdo Página: 1

ÍNDICE
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LOS NÚMEROS 1, 2 Y 3.................................................3

EL NÚMERO 1.................................................................3

EL NÚMERO 2.................................................................8

EL NÚMERO 3................................................................13

LOS NÚMEROS 4, 5 Y 6................................................17

EL NÚMERO 4................................................................17

EL NÚMERO 5................................................................23

EL NÚMERO 6................................................................29

LOS NÚMEROS 7, 8 Y 9................................................34

EL NÚMERO 7................................................................35

EL NÚMERO 8................................................................39

EL NÚMERO 9................................................................44

LOS NÚMEROS 10, 11, 12 Y 13....................................51

EL NÚMERO 10..............................................................51

EL NÚMERO 11..............................................................56

EL NÚMERO 12 Y 13.....................................................61


LOS NUMEROS 1, 2 y 3
por Francisco José García izquierdo

EL NUMERO 1 Propósito.

Dios dijo: “Que haya Luz, y hubo Luz” Génesis 1:3

“Las formas matemáticas son solo velos que ocultan de la mirada vulgar
las cosas divinas”
En las palabras de Eusebio se enuncia un pensamiento apropiado a un
reverente enfoque del estudio de los números, en relación con la Biblia.

El número 1 es representado en los sistemas romano y arábigo con una
sola línea vertical (I), pero en los diversos sistemas antiguos, donde los
números también eran usados como letras, la costumbre de sustituir la
letra A por la Monada, era casi universal.

Pitágoras, que fue inmortalizado por sus descubrimientos y enseñanzas
relativas a la Ciencia de los Números, dijo: “La Monada es el principio
de todas las cosas”

Uno es masculino,
es Fuego,
es la unidad de la cual procede toda manifestación,
es el rayo primordial que emanó al mandato de Dios: “Que haya Luz”
es la gran Llama Blanca que retiene los siete colores en latencia ó
suspensión
es el gran Fíat primordial en poder, ritmo, moción y color, que puso en
actividad las fuerzas que se manifestaron en los Siete Días de la
Creación.

Debemos comprender que hay una gran diferencia entre los números y
su representación gráfica.
Los números representan las fuerzas que operan en los planos
espirituales elevados.
Las representaciones son solo los jeroglíficos externos de estos poderes
espirituales, como pueden ser vistos y estudiados en este plano físico.


Los Números son los diez supremos principios sobre los cuales el
universo (no solo el sistema solar) está fundado. Sus representaciones
son solo las sombras externas de estos principios que en todo moran,
según son comprendidos e interpretados por el hombre.
En la Biblia se encuentran todas las fases de las instrucciones ocultas. A
medida que fijamos nuestra atención en sus enseñanzas numéricas se
abren ante nosotros panoramas nuevos y trascendentes, y ciertamente las
poderosas verdades que encierra esta fase de interpretación son
maravillosas.
Cada número posee una nota individual y cada libro de la Biblia está
“ubicado” ó armonizado con uno de esos números fundamentales. A
medida que alcancemos alguna comprensión del significado espiritual de
estas diversas notas, descubriremos también significados nuevos y más
profundos en los distintos libros de la Biblia.

Toda creación procede de la unidad, y todas las cosas manifestadas
deben regresar y ser resueltas nuevamente en la unidad. Luego allí se
encuentran los ciclos de involución y evolución del progreso, tanto
espiritual como material.
Todas las fuerzas de la expresión externa en este planeta Tierra fueron
una vez parte componente del Sol; ellas eventualmente volverán a su
fuente y serán resueltas nuevamente en la unidad.
Esto es acción en armonía con la ley cíclica. La involución y la
evolución son fuerzas de la unidad en diversidad. Son proyecciones del
Supremo Centro, emanaciones del Uno con el propósito de crecimiento,
desarrollo, expansión y experiencia.
De esto podemos entender que 1 significa la más alta fase de auto
expresión posible para la comprensión humana.

Para el estudio de la numerología espiritual, desde el punto de vista
cósmico y personal, Uno representa la Luz de la dispensación del
Antiguo Testamento. También la Luz de la dispensación del Nuevo
Testamento, pero ahora es en el hombre en cuyo interior ha nacido la
Luz de Cristo, porque 1 es Fuego: el Fuego de Dios y la manifestación
del principio divino en el hombre.


Uno es el tono base y nota dominante de la escala musical. Tiene sólo
dos métodos de progreso: el darse hacia delante y el regresar a su fuente
ó centro original.
Por este sacrificio de sí mismo al darse desinteresadamente, regresa
siempre a un foco central superior, como por ejemplo en las series
constantemente ascendentes de la octava, en la escala musical.

La Monada, como ya se ha dicho, es un número de Fuego, y su llama es
blanca. Dios, que es la fuente de todas las grandes religiones del mundo,
ha sido siempre adorado como Fuego ó emanación del Gran
Incognoscible.
La unidad es la Primera Causa suprema, la razón y propósito de toda
creación. Todas las cosas son inherentemente divinas porque son la
emanación de esta Unidad suprema.
Estas creaciones del Uno deben ser perfeccionadas antes de ser guiadas
nuevamente hacia su única fuente central.
Así descubrimos que el propósito de la evolución es solo promover las
fuerzas de la unidad y traer a la existencia una mayor manifestación del
Uno, tanto en el universo como en el hombre.
En otras palabras, los procesos de la involución y evolución están
contenidos dentro de las acciones del Uno, y su finalidad es la
espiritualización de la Tierra y de hombre. Ellos son los procesos
redentores de la materia.

Los números representan los principios iniciales fundamentales de la
armonía ó Divinidad.
Cuanto más pronto lleguemos a entender la operación de estos
principios básicos y aprendamos a regular nuestro ser, de acuerdo con
ellos, más pronto seremos elevados hasta la libertad de una nueva luz,
que no conocerá más las cadenas de la pobreza, la enfermedad y la
muerte.
Este es un conocimiento que nos permitirá percibirnos, según las
palabras de Pablo, como “herederos y coherederos con Cristo”
La Ley de Vibración es una reacción de la expresión de la Unidad en
manifestación. Para el científico espiritualmente despierto, el estudio de
esta ley se hace cada vez más importante. En ella se encontrarán los
secretos de la transformación de la mente y de la regeneración del
cuerpo.


Cuando un Ego encuentra su número propio, ha encontrado el sendero
de su más elevada auto expresión. Ha aprendido la forma de conectarse
con la divinidad innata, la fuente primordial de su propia guía ó luz
interior, el poder del Cristo que ha despertado en su interior .

Individualización, auto expresión, epigénesis e iniciativa son las notas
que pertenecen al 1.
En el extenso desarrollo para desenvolver sus divinas latencias en
realidades manifiestas, se abren dos caminos distintos, uno superior y
otro inferior.
En el inferior el 1 funcionará como voluntad agresiva, egotismo y
fanfarronería. Los poderes del 1 aún no han trascendido la vida personal
limitada.
En el plano superior, el 1 se expresará a través del ser impersonal, en
términos de esfuerzo espiritual y objetivos universales.

Moisés cuando observó el arbusto en llamas que no se consumía, entró
en contacto con el fuego de lo inmortal dentro de sí.
Elías experimentó aún un mayor desarrollo del mismo fuego sagrado
cuando su conciencia fue elevada al nivel que le permitió trascender la
experiencia de la muerte.
Cuando aprendemos a vivir dentro de la luz de esta llama interna, somos
inmunes a todo peligro y daño externo. Entonces “caminamos en la
Luz, como El está en la Luz”
Solo entonces comprenderemos el más elevado significado del número
Uno”

La expresión del 1 no es más que perfecta armonía. Cualquier aparente
diversidad es solo una ilusión de los sentidos en relación al mundo
externo.
Todas las personas armonizadas con el 1 son las que tienen menor
dificultad en aprender a contactar con el centro divino interno y en
organizar la vida interior y exterior, de acuerdo con la ley, que es
perfecta e inalterable.
El 1 no conoce la derrota. Los que están bajo su ley han aprendido que
“el único fallo es cesar de intentar”.


Siempre son conscientes en su interior de la admonición: “Sed perfectos
como vuestro Padre es perfecto en el cielo”. Nada menor a este
elevado ideal puede satisfacer al 1 de forma definitiva y permanente.

La evolución comienza con 1. En ella es inherente la Divinidad. La
evolución también finaliza con 1 al ser completado el largo ciclo,
momento en que todas las cosas están de nuevo en perfecta sintonía con
lo Divino.
Este es el significado de la serpiente circular que sostiene su propia cola
en su boca, dándole su simbología lo mismo que la corona lo es, como
vida inmortal.

El Libro de Ezequiel está armonizado con el 1, revelando la majestad de
la dispensación del Aire, en el cual serán desvelados los prodigios de
Dios
Las doce tribus de Israel representan ciertas cualidades y principios que
están correlacionados con los doce signos zodiacales.
Estos principios deben desarrollarse dentro de todos los hombres, como
requisito necesario para hacerse partícipe de la nueva raza, que será
heraldo en la dispensación del Aire. A cada una de estas tribus Ezequiel
ha dado una cierta “porción” ó más bien, la “porción de Uno”

Uno es el YO SOY la Luz que penetra toda la creación. YO SOY la
Vida Universal. YO SOY Amor Eterno. YO SOY todo el Poder que es,
tanto manifestado como no manifestado , que habla del primer
mandamiento “YO SOY el Señor quien te sacó de la casa de
servidumbre. No tendrán otros dioses delante de Mí”

***

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EL NUMERO 2 Pureza. El Femenino.

El Uno representa el principio masculino de Dios, el Dos es el femenino,
y los dos juntos son el puente que conecta el cielo y la tierra.
Ambos tienen un significado básico en todas las manifestaciones
exteriores de la Divinidad en los mundos de la creación.
Cuando se abren las puertas de los planos inferiores, el Uno y el Dos son
las alas que sostienen lo Inmanifestado de lo Manifestado
Interpretado cósmicamente, el Dos es la suprema fuerza femenina en
exaltación del cosmos; el Amor a Dios. En el Dos moran los arquetipos
cósmicos ó matrices de todas las formas que se manifiestan en el
Universo.

La palabra clave para el Dos es FORMACIÓN y forma los sonidos en
matrices antes de que sean enviados.
Es el gran femenino o principio de Palabra fuera de todas las cosas que
están formadas y sin la cual nada puede ser hecho. Así dice San Juan

En el estudio de la dúada encontramos los inicios de la división,
separación, dualidad, contrastes.
Pitágoras dice: “Dos es la condición imperfecta en la que cae el ser
cuando se separa de la monada de Dios Los seres espirituales que
emanan de Dios son envueltos en la duada, y por lo tanto reciben sólo
impresiones ilusorias”

El símbolo ó numeral de la figura 2 representa el descenso del
espíritu en la materia. Dios se mueve en la superficie del agua para
crear.
Así, opera el principio masculino de Dios en conjunción con los poderes
del principio femenino, y así es como comienzan todos los procesos de
la forma.
De esta manera se manifestó el firmamento; las aguas que estaban bajo
el firmamento fueron divididas de las aguas que estaban sobre el
firmamento, y hubo noche y hubo mañana un segundo día ( Génesis 1:
7-8)


La duada es el principio femenino oculto, silencioso, secreto, misterioso.
El poder detrás del trono, heraldo no guiado y no visto y sin embargo, el
más íntimo corazón y vida de todas las esencias creadas.

Lo esencial de las matemáticas de Pitágoras refleja:
“La primera división natural de los números es entre pares e impares. Un
número par es aquél que es divisible en dos partes iguales sin que quede
una monada entre ellas.
Todos los números pares (excepto la duada) pueden ser divididos en dos
partes iguales y en dos partes desiguales. Por ejemplo: 8 se divide en 4 y
4 y también en 5 y 3; 6 en 3 y 3 y también en 4 y 2; 4 en 2 y 2 y también
en 3 y 1; 10 en 5 y 5 y también en 7 y 3”
La duada, por estar compuesta sólo por dos unidades simples, permite
solo una división. La razón de esto será considerada en el análisis del
número 11

Los diez grandes principios (ó números) son puntos de enfoque ó
centros de atracción de elevadas fuerzas cósmicas, que de no existir
como estaciones transmisoras de estas elevadas fuerzas, impediría
cualquier creación manifiesta visible.
En la segunda fase de la manifestación de Dios, conocida como el hogar
inicial del gran Femenino a causa de los necesarios procesos de
evolución y diferenciación, se manifiestan los primeros velos de ilusión.
La duada es el primer centro en el cual se experimenta el pesar y el
sacrificio. Es de su dolor y pesar, y servicio de sacrificio, que el espíritu
de Belleza nace por primera vez.

Entendamos que al tratar con los elevados reinos de los primeros
principios de la manifestación de Dios, estamos tratando con ideas
abstractas puras.
La Cábala define a la belleza:
“La Belleza es la concepción luminosa del equilibrio en la forma; es el
principio mediador entre el Creador y lo creado”
Cuanto más nos aproximemos a la comprensión interna y más profunda
de la dúada, más íntima será nuestra comprensión de la belleza.
Hemos asociado a la belleza con meras concepciones externas tanto
tiempo, que nos resulta difícil captar su significado en términos de un
poder interno revelador y transformador.


Solo a medida que despertamos el factor femenino dormido – ese factor
que es el gran principio de formación en la dúada, ó potencia de la
Palabra de Dios- redescubrimos los poderes latentes de la belleza, y
llegaremos a entender cómo y por qué sus atributos están siempre tan
estrechamente asociados con el polo femenino del ser humano.
“Belleza es Verdad; Verdad es Belleza. Eso es todo lo que sabes, y todo
lo que necesitas saber”

La monada y la dúada, lo masculino y lo femenino, forman las dos
columnas sobre las que se basan todas las estructuras del Mundo.
El color del 2 es oro y el la dorada Agua de Vida la que extrae la forma
del Caos

El mal y la desgracia hace mucho que son asociados con esta dualidad, y
por tanto con el 2
Los romanos dedicaron el segundo mes a Plutón, dios del mundo
inferior, y en el segundo día de ese mes era costumbre ofrecer sacrificios
al espíritu de los muertos.
Esta asociación del mal con la dúada viene de la introducción de la
dualidad en la conciencia humana de los planos inferiores, ó ilusorios.

En los reinos superiores, dualidad es polaridad, ó ciclos alternos de
ritmo y armonía, que son todos buenos. En las esferas inferiores,
perdemos de vista esta verdad, y en esta pérdida conocemos sólo la
alternancia de los extremos; luz y oscuridad; calor y frío, vida y muerte,
juventud y vejez, salud y enfermedad, pobreza y riqueza, tristeza y
alegría, guerra y paz, etc.

Los Diez principios son centros magnéticos de fuerza que representan
sólo poderes potenciales y universales
La tendencia espiritual de los números es a elevar sobre sus actuales
limitaciones a todo lo que llega dentro de su influencia. Recordando en
esta conexión que la Belleza y la Verdad caracterizan la duada, es a estas
cualidades a las que debe elevarse la conciencia a fin de evitar la
desgracia y el pesar, tan comúnmente asociados con el Dos.


La persona Dos debe aprender a armonizarse en el plano donde no existe
ni sombra de desviación. Debe aprender a enfocar su conciencia en la
vida, en lugar de en la muerte; en la luz, en lugar de la oscuridad.
Josué, discípulo de Moisés y Juan, el amado de Jesucristo son ejemplos
de individuos con la habilidad de elevarse sobre las limitaciones del
grado vibratorio del 2 y de llevarlo hasta el plano celestial, en el cual se
pronuncia:
“la palabra que estaba en Dios y la palabra era Dios, y sin la cual nada
de lo que ha sido hecho, fue hecho” (el Verbo)
La dúada simboliza por tanto el amor y el sacrificio, pues aceptó
separarse de la fuente central, ó monada, y soportar la triste experiencia
que esta separación implicaba, a fin de favorecer mediante ella, la
evolución de la vida.
El pesar de 2 crece desde la reminiscencia de esta separación que tiene el
espíritu, profunda y siempre recurrente, y también desde su soledad y
añoranza de un regreso a la unidad.

Los primeros cristianos esotéricos identificaban la más elevada
expresión del 2 con el poder del Espíritu Santo, ó unión con Cristo
Con la caída del hombre llegó la sujeción del espíritu a la materia. La
Monada perdió su luz y fue sumergida en las proyecciones ilusorias de
la dúada.
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos” Génesis 3,7-8

Desde la introducción de la dualidad en la conciencia, el hombre ha sido
consciente de dos identidades, la superior y la inferior; el yo y el no-yo .
Mientras el hombre solo sea consciente del no-yo ó personalidad, el
reflejo externo de la dúada quedará sujeto a los ciclos de alternancia y
sufrirá los impactos de sus extremos, experimentando de lleno los
pesares de su ilusoria existencia.

Cuanto más severos sean los impactos, más pronto despertará el hombre
real, y aprenderá a discriminar entre lo real y lo irreal, lo falso y lo
verdadero, y a distinguir claramente el yo del no-yo, como meta y
propósito de la repetición de los ciclos de vida sobre el planeta Tierra


Todos los personajes importantes de la historia bíblica tienen la
conciencia dual representada en sus vidas por la simbología de las
mujeres. En algunos casos la mujer representa el aspecto inferior del
principio femenino; en otros, el superior.
Cada personaje ilustre de la Biblia se ha encontrado en un momento u
otro, ante la encrucijada de la decisión, y no fue hasta que se logró la
unión con lo superior que hubo luz y el poder necesarios para realizar
aquellas grandes tareas que les hicieron inmortales.
En Abraham encontramos a Agar y Sara; en Jacob a Liah y Raquel; en
Lázaro a Marta y María, y en la de Jesucristo María Magdalena y la
Virgen María. En la iluminación de este contacto nace el verdadero
poder del espíritu del 2; el sendero de la regeneración y de la redención,
siendo de sumo interés meditar cuidadosamente sobre la lectura del
capítulo 7 de Romanos. En él Pablo ha delineado el funcionamiento de
esta conciencia dual en el hombre, y los resultados que acompañan a
cada fase de su desarrollo.

Uno es el espíritu del Dios vivo. Es el nombre de Aquel que vive para
siempre. Dos es el espíritu de este espíritu. En él, El grabó las 22 letras
Dos es el principio materno, el corazón. Es la vida emocional, desatada
en los planos inferiores y transmutada en los superiores.
La palabra “vidente” y “oro” vibran con el 2. En el Libro de Josué y en
el evangelio de San Juan se nos dan instrucciones sobre cómo sojuzgar
las emociones, como elevarlas y como hacer del Corazón el gran centro
de amor del cuerpo, logrando la verdadera videncia y el “dorado traje de
bodas”
El número 1 está simbolizado por la corona; el 2 por la cruz. La corona y
la cruz están inseparablemente asociadas pues son esencialmente una,
siendo diferentes y separadas sólo en un sentido relativo.
El 1 es identificado con la cabeza y la corona; el 2 está relacionado con
el corazón y la cruz. Cuando se consuma el matrimonio místico de la
cabeza con el corazón, la cruz se convierte en el yugo, que es leve y la
carga que es ligera, la luz de la corona de la Vida Inmortal.
El Tres es un nuevo producto formado por la unión del Uno con el Dos.
Esta mezcla en todos los planos de los principios del Fuego y el Agua
produce “nueva vida”, la que denominaron Mercurio los antiguos
alquimistas, y los modernos Cristianos “el Cristo que debe nacer dentro
de cada uno” Volver al índice...


EL NUMERO TRES Actividad.

“Tres es una palabra triple, pues el orden jerárquico se manifiesta en el
Tres. La palabra simple, la palabra jeroglífica, la palabra simbólica; o la
palabra que expresa, la palabra que oculta y la palabra que significa.
Toda palabra hierática está en perfecto conocimiento de estos tres
grados.” (Pitágoras)
La iluminación interna revelada por el filósofo griego también fue
compartida por Juan, como se indica en las líneas iniciales de su
evangelio: “La palabra era Dios; la palabra estaba con Dios y sin ella
nada que haya sido hecho fue hecho”
Los pasajes anteriores son fruto de la meditación sobre las verdades
cósmicas, dando evidencia de la comprensión de parte de la formación
de la Tríada, o triple poder de la divinidad.

Los antiguos sabios definieron la efusión de esta Triplicidad como el
Mundo de la Emanación, el Mundo de la Creación y el Mundo de la
Formación. (“La palabra era Dios, la palabra estaba con Dios y la
palabra se hizo carne y vivió entre los hombres”)
Todas las grandes religiones del mundo adoran a una divinidad triple,
identificando la fuerza y poder del 3 con la Trinidad, en la terminología
cristiana Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El 1 proyecta de sí mismo al 2; de las partes componentes de 1 y 2 se
forma el 3. El espíritu de Dios (1) se mueve sobre la superficie del agua
(2) a fin de crear (3). Todas las cosas creadas han llegado a la
manifestación de acuerdo con este principio. Según Pitágoras: “Cada
Tríada está unida a una Monada”
Juan observa este mismo principio cuando escribe: “Quienquiera niegue
al Hijo, no tiene al Padre; más quien reconoce al Hijo tiene al Padre. Si
continúa en el Hijo y en el Padre, está en la promesa que El nos ha
hecho, aún de vida eterna.” Juan 2: 23-25

En el mundo externo de la manifestación, la unidad está convirtiéndose
siempre en la Trinidad, o la Trinidad siempre separándose y regresando
dentro del Uno. Así notamos la incesante actividad de la naturaleza en
nuestro entorno y en la transitoriedad de toda forma.


El 1 es la suprema causa primera; el 2 es una causa en manifestación y el
3 es el producto o resultado de la operación combinada del 1 y el 2. A
fin de entender el significado del 3 debemos conocer los poderes
creativos del 1 y el 2
Nuevamente la elevada inspiración de Juan declara: “Porque hay tres
que tienen registro en el cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y
estos tres son Uno. Y hay tres que son testigos en la Tierra: el espíritu, el
agua y la sangre, y estos tres se unen en uno” Juan 5: 7-8
El triángulo equilátero es símbolo de perfección pues contiene los
principios paterno y materno, ó el 1 y el 2, en armonía.
El verdadero y eterno propósito de la evolución es perfeccionar este
equilibrio ó polaridad en el hombre. El supremo objeto de la naturaleza
por lo tanto, es la apropiada fusión de las cualidades del 1 y del 2 hasta
el fin, para que se produzca como resultado el individuo cristianizado.

En el ceremonial masónico este hecho está representado por el Sol, la
Luna y Mercurio. La sabiduría masónica también ha colocado la letra G
en el centro del triángulo equilátero. En algunas simbologías la letra
hebrea Yod, la décima del alfabeto, es usada en lugar de la G. En cada
caso, la letra representa el poder creador innato, a través del cual todas
las cosas son producidas sobre todos los planos de manifestación.

Tres es el número de grados ó pasos en todas las escuelas de iluminación
interna. En la escuela esotérica de los primeros cristianos se refería a
ellos como pasos de purificación, iluminación y nacimiento a la luz.
En la vida de Jesucristo estos tres grados están representados por el
Bautismo, la Transfiguración y la Resurrección. (Aprendiz, Oficial y
Maestro; Probacionista, Discípulo e Iniciado)
“Toda inteligencia hierática está en el perfecto conocimiento de estos
tres grados” (Pitágoras)

Los tres colores primarios: azul, amarillo y rojo son radiaciones de la
triple divinidad y producen en la Tierra las variadas manifestaciones de
vida, conciencia y forma.
La percepción de este hecho, junto con una total comprensión de la
relación del hombre con los poderes de la Trinidad, producirán con el
tiempo un sistema completamente nuevo de curación y una nueva
técnica de regeneración humana.


Como estamos viviendo en un mundo de conciencia tridimensional, la
ley del 3 obra con nosotros universalmente. Todas las religiones se
fundan sobre dogmas que incluyen la evolución del espíritu, del alma y
el cuerpo. Dondequiera hallemos el número 3, en parábola o en la
historia de la vida de diferentes personajes bíblicos, puede encontrarse la
llave de su más profundo significado, rastreando su relación con la triple
naturaleza del hombre: espíritu, alma y cuerpo.
Cada letra y número lleva su propia historia secreta en color, tono y
ritmo, o poder vibratorio.

Si contamos el valor de las letras de un nombre, parte de su significado
interno comienza a revelarse. El número se vocales marca el sendero
espiritual y el de las consonantes, el impulso material.
Cuando 1, 2 y 3 están en armoniosa relación en un nombre, indica que
quién lo lleva tiene en funcionamiento una espléndida trinidad con la
cual obtener una rica y abundante cosecha de variada experiencia en este
plano físico, externo.

El 3 es expansivo, ilimitado, un número “libre” como se evidencia en las
expresiones de Isaías, que desdeñando subterfugios, convencionalismos
y costumbres establecidas, renunció a prestigio, posición y finalmente a
la propia vida, a fin de poder enseñar la verdad como la recibió
El mismo impulso del 3 gobernó la vida de Mateo, el gran emancipador,
cuya vida y obra bien pueden ser descritas con las palabras de Paracelso:
“ Una resurrección de entre los muertos en la cual alma, cuerpo y
espíritu, luego de su purificación, se unieron nuevamente: Un nuevo
hombre espiritual”

El color del 3 es el de una Llama Dorada, de Oro Iluminado. Representa
el desecho de la naturaleza inferior elevado y transmutado en el
esplendor de una nueva vida, siendo su aura tan blanca como la nieve y
tan dorada como el sol.

El impulso predominante del 3, a pesar de sus múltiples oportunidades
de experiencias materiales, es un deseo que todo lo compenetra, de un
retorno a la unión con el 1, la deidad que mora internamente y que es un
reflejo en el hombre de aquel “Uno aparte y que trasciende el Tres”


Vemos que la vida y la muerte son principios interrelacionados, como
observa St. Martín:
“Si el número 3 es impuesto sobre todas las cosas es porque presidía en
su origen.
Si hubiera habido cuatro, en lugar de tres elementos, habrían sido
indestructibles, y el mundo eterno; habiendo tres, carecen de una
existencia permanente, porque no tienen unidad. Puede haber Tres en
Uno en la Tríada Divina, pero no Uno en Tres, porque aquel que es Uno
en Tres está sujeto a la muerte”

La nota clave del 3 es la actividad en los planos físicos inferiores, y en la
mente conjunta de la humanidad este principio activo opera como
desintegración. En los reinos elevados y en la conciencia de los
iluminados, opera como transmutación.
Mientras la fuerza destructiva prevalezca en el mundo tendremos el
desesperado lamento de Caín: “Las manos de todos los hombres están en
contra de mí” Esta continuará siendo la nota clave en las naciones e
individuos hasta que las fuerzas constructoras ganen ascendiente.

El Tres representa la tercera Fuerza mayor de los Centros en la Imagen,
o el hombre Arquetipo, y proyecta las tres fuerzas a través del universo.
Desde aquí la ley del Tres prevalece del principio al final en los ciclos
progresivos del mundo
Es la Palabra que está con y en Dios. Es la Palabra Hermética hecha
carne
La cabeza (intelecto, entendimiento) y el corazón (amor, sabiduría) se
unen en el punto de equilibrio del Tres. La fuerza universal condensada.

***



por Francisco José García Izquierdo

EL CUATRO Dedicación al Sendero

La alquimia enseña que “el principio de la piedra filosofal del alquimista
es 1, 4, 3, 2 y 1. Uno es la unidad de la cual todas las cosas vienen.
Cuatro son los elementos de los cuales toda materia se compone. Tres es
la sal, el sulfuro (azufre) y el mercurio. Dos es Rebis, el volátil y el fijo.
Uno es la Piedra, o aquello que es el fruto de los procesos de todo
trabajo hermético”

El 4 era considerado el más grande de los números divinos por los
sabios místicos anteriores a Pitágoras, y era designado como “el
cuaternario”
El sagrado nombre de Jehová es expresado por las letras hebreas Yod-
He-Vau-He y también se le designa frecuentemente como Uno, Dos,
Tres, Cuatro, haciendo estos números referencia a los sagrados Cuatro.
El 4 representa al principio de la creación manifestándose como los
cuatro elementos, de los cuales todas las cosas son creadas. Este es el
significado de los cuatro ríos que fluían en el Edén y regaban la
superficie de toda la tierra.
Los cuatro elementos, de los cuales todo fue creado, son reconocidos en
el plano físico como: Fuego, Aire, Agua y Tierra. En los planos más
elevados o invisibles, se los reconoce como fuerzas espirituales. Cuando
trabajan armoniosamente y al unísono, se genera un poderoso núcleo de
fuerza espiritual y material que expresa el ritmo del 4 en todos los planos
de manifestación

En el 4 encontramos el número que tiene el poder de crear y lograr.
Cuando las formas del 4 se centran en el plano material, se manifiestan
como capacidades creadoras; cuando son enfocadas en el espíritu, dan la
capacidad de abrir nuevas avenidas para la investigación en los reinos
psíquico y espiritual.

Cuatro es el sagrado “Tetrahtis, el “cuadrado místico” de los iluminados
de todos los pueblos. La simbología del 4 en la Biblia representa los
poderes del Querubín que se manifiestan como llamas centelleantes,


St. Martín escribiendo sobre la numerología mística, dice:
“El número Cuatro es aquel sin el cual nada puede ser conocido, pues es
el número universal de perfección. La Suprema Causa, aunque se
conecta con la fuente de todos los números, se auto proclama
especialmente por el número del cuadrado, que es al mismo tiempo el
número del hombre. Por causa de su divina virtud, este número tiene
una acción directa sobre todos los seres septenarios, y rememora la
elevada posición que ha ocupado en su origen”.
Por esto se nos da a entender que el 4 pertenece propiamente al Logos,
la Palabra que era en el Principio, o en otras palabras, al Mundo de la
Creación.
En el Cuarto Día de la Creación nació el poder dual, que está
representado por el Sol y la Luna en los procesos creadores séptuples.
Cuatro y Siete están relacionados con lo que ha pasado antes y con lo
que seguirá. Por estar entre 1 y 10, el alfa y el omega, el principio y el
fin, la ciencia sagrada de los números los designa como números
divinos.

Pitágoras enseñó que el 3 representa el espíritu, el 4 el alma y el 7 al
hombre consciente.
De los Sagrados Cuatro, los Innominados, los Señores del Destino,
simbolizados en la Biblia por el León, el Águila, el Buey y el Hombre y
correlacionados astrológicamente con los Señores de los signos fijos
Leo, Acuario, Tauro y Escorpio, emanaron las fuerzas espirituales
iniciales que más tarde cristalizaron en la Tierra en forma de los cuatro
elementos, de los cuales están compuestas todas las cosas materiales; es
decir, fuego, aire, agua y tierra.
“Los Cuatro desde el Uno y los Siete desde el Cuatro”
La Palabra, por la cual todas las cosas son hechas, representa las cuatro
fuerzas designadas como Fuego, Aire, Agua y Tierra
En el séptuple vehículo del hombre, estas cuatro fuerzas primarias
trabajan en y a través de sus principios correlacionados. El fuego está
ligado a la materia de deseos; el aire a la mente; el agua a las emociones
y la tierra al cuerpo físico
El gradual refinamiento de estos elementos dentro del hombre constituye
el proceso regenerador.


Es lo que Pablo describe como despojarse de lo carnal y vestirse con lo
celestial. Es un proceso séptuple, y su resultado es el Cuatro despierto e
iluminado.
Los cuádruples poderes espirituales de los cuatro elementos se
convierten en el cuádruple poder mental que da Vida Eterna, como lo
simbolizan las ruedas de fuego, de la carroza de Elías.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se alude
frecuentemente al poder oculto del 4. El número 40 también es frecuente
en la Biblia, indicando un periodo indeterminado. Un cuatro elevado a
una octava superior.
Según se registra en el Génesis, la tarea del Cuarto Día Creador está
conectada con la formación del Sol y la Luna
El significado de la mística Palabra Perdida Yod-He-Vau-He , es el “Yo
Soy el que Soy” que fue dada a Moisés como el supremo talismán de
poder y autoridad. Esta mágica palabra del alma es representativa de los
cuatro elementos: Yod se relaciona con el Fuego; He con el Agua; Vau
con el Aire y el final He, que es femenino, con la Tierra. A partir del
Fuego (Sol) y del Agua (Luna), el Aire (Hijo) es producido.

Es en la Tierra donde está el punto focal del Ego, en su concentrado
trabajo redentor sobre el plano material. El redimir la materia y llevarla a
una más elevada condición es la gran tarea que necesita de los ciclos de
reencarnación en este plano.
Solo cuando el espíritu consciente aprende a redimir a la Eva caída, o
principio de “He” dentro de sí (último He), logra poseer aquel poder
Mesiánico del “Yo soy” que permitió a Moisés vencer los obstáculos
que encontró cuando guiaba a los hijos de Israel hacia la entrada de la
Tierra Prometida del Nuevo Día y Era

Yod
En los ocultos significados de esta figura, He----- He
El Tetragrámaton Vau
que lleva el poderoso nombre de las cuatro letras, Yod-He-Vau-He,
se indica el camino de la evolución para las masas, y también el
sendero de los pocos que eligieron la más directa senda de la Iniciación


También revela los cuatro elementos de los cuales están compuestos el
cuerpo de la Tierra y todas las cosas sobre ella, correlacionándolos con
el trabajo del Cuarto Día. También podemos descubrir en este mismo
diseño la cruz de la materia, hasta que han sido completados los grandes
procesos de transmutación, y el hombre ha resucitado en un nuevo y
más perfecto día.
De estas consideraciones del Tetragrámaton podemos suponer algo de la
reverencia con la que aún lo no iniciados miraban el Nombre Santo,
Jehová y por qué nunca era pronunciado en público. Quien entienda su
apropiada entonación puede, con su uso, efectuar maravillosas
transformaciones dentro de sí mismo, de su entorno y de todas las cosas
dentro de su radio de influencia.

Tal conocimiento, junto con el poder que da a quien lo posea, no llega a
uno hasta que ha probado ser enteramente desinteresado y dedicado por
completo al servicio de los poderes del bien.
Is-Is, la Palabra Perdida de cuatro letras de los egipcios, tenía el mismo
poder para los sabios de los templos egipcios.
Estas fuerzas espirituales están latentes dentro de todos los hombres y se
activarán a medida que entremos en la conciencia de cuatro dimensiones
de la nueva Era de Acuario. En esta Era la actual ley de la Tríada será
substituida por la de la Tétrada y serán revelados los misterios y las
glorias de los mundos internos. Es en este nuevo día que la muerte no
existirá, pues las primeras cosas (conciencia tridimensional) habrán
desaparecido.

En todas las escuelas de misterios, el desarrollo de la conciencia con
cuatro dimensiones ha sido conectado con el Cuarto Grado, o Paso de
Iluminación. Este está correlacionado con aquello que se menciona
como la formación del Sol y la Luna y es en este Cuarto Paso donde el
Masón místico reencontrará la Palabra Perdida .

El símbolo del Cuatro es una Estrella, y su color predominante es el
azul, el color del espíritu. En la transmutación o proceso de purificación
y redención que constituyen el supremo trabajo del 4, encontramos que
también se convierte en el número del destino maduro ó la liquidación
del actual destino.


De ahí el frecuente uso de los periodos de “40 años” en las historias
bíblicas.
Cuarenta , que es un poder más elevado del 4, es el número bajo el cual
se saldan las deuda.
Muchos de los personajes bíblicos más prominentes pasaron un periodo
de probación de 40 años ó 4 días; aún Cristo “ayunó 40 días”. Este
mismo periodo de reparación se retiene aún hoy en la Iglesia moderna,
en la Cuaresma.
Este intervalo de 40 no consiste necesariamente de tantos días ó años
exactamente, sino que tiene relación con los poderes regenerativos del 4,
como se manifiestan en todos los planos de existencia: física, emocional,
mental y espiritual. Cuatro es el caduceo de la Transformación.

Una persona 4 nace para tener nuevas oportunidades. Esta encarnación
física le abre la puerta que lleva a diferentes y más extensas esferas de
conocimiento y transformación
Si el horóscopo está centrado en la vida material, las nuevas
experiencias pueden llegar por medio del éxito mundano y la
acumulación de posesiones terrenas. Si, por el contrario, el Ego está
pronto para un despertar espiritual, como frecuentemente es el caso del
4, las siguientes palabras pueden encontrar literal realización:
“Luego de esto miré, y he aquí, una puerta se abrió en el cielo”
La conciencia tridimensional se expande hasta las cuatro dimensiones;
los reinos hasta entonces invisibles se revelan ante la visión encantada
del recién iluminado. Se siente llamado a nuevos y más amplios campos
de servicio, se ha calificado como auxiliar invisible consciente.

Una característica marcada de la persona 4, que funciona principalmente
en la esfera de la vida material, es una voluntad tan determinada que se
expresa como decidida tozudez, tenacidad y extrema susceptibilidad.
Otras características pronunciadas de un despertar espiritual del que se
extiende 4 son: comprensión, solidaridad, compasión a todas las cosas, y
una intuición desarrollada que es ciertamente la voz del espíritu interno.
La cuarta letra, Daleth (puerta) es el punto de transición de un mundo a
otro. La llave de la puerta, es la esencia espiritual acumulada, que nutre
las facultades dormidas del Ego.
La materialidad debe ser conquistada antes de poder remontarse hacia el
Cielo


Su glifo es la juventud sentada sobre un cubo. El hombre con impulsos y
pasiones, debe pasar puerta tras puerta, vida tras vida trabajando su
sillar, transformando su piedra sin tallar en la perfecta piedra cúbica,
buscando la igualdad con lo Divino: “El Cubo Perfecto” que implica
equilibrio y armonía y cuyas palabras clave son: Realización, Libertad y
Aspiración
La obtención de estas cualidades mediante el extenso y arduo trabajo de
preparación, son acompañadas por la Pureza como poder supremo del
logro

***



EL NUMERO CINCO Auto conquista. El Doble Femenino

El cinco simboliza a Cristo, o al espíritu resucitado de la tumba de la
materia. Cuatro es la cruz sobre la cual es crucificado. Solo cuando la
naturaleza inferior es sojuzgada, el Ego comienza a elevarse hacia la
libertad mediante un reconocimiento de su innata divinidad.
De acuerdo con esto la numerología esotérica de los primeros cristianos
consideró que el Cinco significaba las heridas sobre el cuerpo de
Jesucristo, que fueron 5.

Algunos sistemas antiguos de numerología indicaban al 5 como
representativo del macrocosmos, en el intento del hombre de elevarse
sobre el caos de la época actual, pudiendo ver cómo las dificultades
involucradas en tal logro pueden ser miradas como infortunadas o
malignas desde al punto de vista personal, cuando en realidad desde el
punto de vista del espíritu y su progreso, se identifican con las severas
pruebas que se enfrentan. El cinco es el bien en progreso.

El Cinco ha sido llamado el número dual porque representa las dos
naturalezas, la superior y la inferior, que luchan por la supremacía en la
vida del hombre.

La victoria de la superior está ilustrada en la vida de Pablo por el cambio
de nombre. Saulo se convirtió en Pablo. La letra “P” ó “Phe” en hebreo
significa luz y se representa por una estrella.

En la lucha entre las dos naturalezas en conflicto, la persona que llega
bajo el 5 debe luchar con una energía inquieta, nerviosa. Su entorno
sufre constantes cambios. Por ser la vida su maestro supremo, entra en
contacto con muchos lugares, personalidades y problemas, cada uno de
los cuales le deja si cuota de experiencia y un abundante material del
cual extraer las cualidades que dan lugar a la sabiduría, el carácter y el
crecimiento del alma.

Como 5 es la mitad de 10, el ciclo de la unidad, no sorprende saber que
la persona 5 es un gran viajero.


Pero sus desplazamientos no son la meta, ellos contribuyen al
enriquecimiento del espíritu, la fuerza de voluntad y el propósito
necesarios para enfrentar con éxito las penosas situaciones que
invariablemente encuentra el peregrino en el sendero del 5
Dos senderos se abren continuamente para el Cinco, aparecen y
reaparecen situaciones que representan la elección entre lo elevado y lo
inferior. Cinco es un número poderoso para el bien ó para el mal.

El pentagrama, que es el símbolo del 5, representa al hombre con brazos
y piernas extendidas y cabeza erecta. Es el 1 resucitado de la tumba, ó
cruz de la materia..
1, 2, 3, 4 y 5 representan la serie humana. Son los poderes bajo los
cuales la humanidad ha alcanzado su actual estado de conciencia. Los
números 6, 7, 8 y 9 señalan el camino por el cual la humanidad puede
lograr la completa emancipación y final redención.
Esta consumación se realizará en el 10, ó unidad, que marca el fin de
una serie numérica y la conclusión del actual ciclo de manifestación.

El punto crucial y decisivo en la experiencia de vida marcada por el 5 lo
une estrechamente, en parábola y alegoría, con el 7, el número del
cumplimiento del trabajo terrestre.
En la parábola de los Panes y los Peces, había en principio 5 panes y 2
peces, sin embargo después que la multitud fue alimentada, quedaron 12
canastas llenas de alimento.
Cinco es el péndulo que oscila entre la influencia del imperfecto 2, y el
perfecto 3.
Los panes y peces son símbolo de las esencias de vida que se extraen de
las experiencias que encontramos en el curso de nuestros sucesivos
ciclos de vida terrena.
Los poderes espirituales del 5 elevaron los poderes del 2 sobre la
dualidad hasta niveles superiores, donde se realiza la polaridad,
igualando el 5 y el 2, al 7, a través del cual los poderes creativos trajeron
el mundo a la existencia. Los días de la Creación son 7
La suma del 5 con el 7 arroja la cifra 12, por eso se señala que quedaron
12 canastas, indicando las influencias trascendentes del individuo que ha
alcanzado los poderes del 12, cuyo dígito es 3, el número perfecto.


Antes de que Josué pudiera parar el Sol y la Luna, lo que significa
equilibrar la dualidad, hubo de guerrear contra cinco reyes y someterlos,
como paso previo para alcanzar la Tierra Prometida
Queda claro que los cinco reyes simbolizan los poderes de los cinco
sentidos, que hoy dominan la vida del hombre.
La persona que logra desarrollar el poder vibratorio del 5 en su
expresión superior está representada por la estrella de cinco puntas,
siendo su color el rosa puro. Ha logrado el más deseable de todos los
dones, el poder de auto control.

Los siguientes fragmentos de Pitágoras respecto al 5, son
esclarecedores:
“ El Cinco es eminentemente un número esférico y circular, porque en
cada multiplicación se restaura a sí mismo y se le encuentra terminando
el número; es cambio de calidad, pues moviéndose circularmente y
produciendo luz, cambia lo tridimensional en la similitud de una esfera;
de ahí que la luz esté relacionada con el número Cinco”
“El Cinco es la “privación de la lucha” porque une en amistad las dos
clases de números, par e impar, el 2 y el 3”
“El Cinco es Venus, que une el Tres masculino y el Dos femenino.
También es una semidiosa, pues es la mitad de la decena, que es la
divinidad.
También Palas la inmortal, porque Palas gobierna el éter, o el quinto
elemento que es indestructible y es inmaterial para nuestros actuales
sentidos.

El Cinco es Cardiatis, pues como un corazón está en la mitad del cuerpo
de los nueve dígitos”
1 2 3
4 5 6
7 8 9
Es interesante notar que 5 es Leo, el quinto signo del Zodíaco, que
gobierna el corazón.
Cinco es el número de la alegría y del pesar, las dos cualidades entre las
que oscila el Cinco hasta que los opuestos se reconcilian en una más
elevada polaridad.


En la parábola de la Libras el amo da a diez siervos 1 libra para
negociar. Cuando regresa les pide cuentas, y uno a uno van dándole sus
resultados
“Señor, tu libra ha ganado diez libras” Está bien, buen siervo, por
cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
Vino otro diciendo: “Señor, tu libra ha producido cinco libras.” Y
también a este dijo “Tú también se sobre cinco ciudades”
En la simbología esotérica una ciudad denota un estado de conciencia,
siendo el desarrollo de la conciencia la llave del secreto del desarrollo
espiritual.

Cinco representa el despertar del “YO SOY” interno, la comprensión de
Dios en el hombre
En sus más elevadas relaciones, el Cinco ve en retrospección el sendero
de su evolución, desde el momento en que por primera vez se puso en
contacto con la materia mientras aún estaba en espíritu, en la etapa del 1,
hasta su estado actual pronto a recibir el mandato que se da solo a quien
ha conquistado el autodominio : “Se tu también sobre cinco ciudades”
El 5 también mira hacia el futuro, viendo un desarrollo espiritual
ascendente que lleva a una completa reconciliación con el espíritu:
“Bien hecho, buen sirviente. Porque se te halló fiel en la poco, ten
autoridad sobre diez ciudades”

El 5 es la piedra miliar en el arco de la estructura de la vida; en la serie
de 9, cuatro números están a cada lado. Una persona 5 encontrará en la
vida una serie de situaciones sobre las que deberá hacer una elección
definitiva.
En el último análisis esta elección requiere obediencia a las leyes de
construcción y progreso, o una adhesión a los poderes de la negación y
regresión

También en Mateo encontramos instrucciones sobre el progreso de
renovación y redención con la Parábola de las Diez Vírgenes, cinco
prudentes y cinco insensatas que no tomaron aceite junto con sus
lámparas cuando salieron a recibir al esposo
El novio simboliza los poderes Crísticos de las cinco iluminadas. El
matrimonio se refiere a la unión de la cabeza con el corazón, o el


intelecto con la intuición. Esta fusión produce la iluminación interna que
es mantenida por el aceite del alma ó sabiduría.
También indica el sendero dual delante del cual los Cinco deben hacer
su elección

El número 365 suma 5. Este es el valor numérico de los días que forman
el ciclo del año, un periodo de oportunidades para el progreso y la
cosecha de los frutos crecidos de las semillas previamente plantadas.
Cinco es esencialmente el número de la vida. Un cinco vive al máximo
su expresión física; automáticamente extrae la esencia de cada
experiencia que le ofrece la vida. No acepta medias tintas, su meta es
entrar plenamente y no abandonar hasta que la haya explorado
íntegramente.

La quinta letra del alfabeto hebreo es He ó H, la Hota del griego antiguo.
Esta letra significa “cabeza” “ventana” y se relaciona no solo con la
animación física, sino también con la capacidad de respirar un aire más
rarificado que el promedio de la humanidad.
La importancia de esta letra es que está dos veces en el Tetragrámaton
JHVH, implicando una alternancia como femeninas y masculinas, en el
nivel creativo más alto
Cuando el Cinco ha aprendido las lecciones físicas, experimentará el
influjo desde arriba, que lo transformará en un ser nuevo y diferente. Tal
fue la transformación que ocurrió en las vidas de Abraham y Sarah con
la adición de la letra H a sus nombres.
Manifiesta una salud exuberante, y se expresa intelectualmente con una
mente más sensitiva y enriquecida como instrumento para reflejar las
facultades del espíritu interno
Estos efectos dobles ocurrieron en las vidas de Sarah y Abraham con la
adición de la H a sus nombres de modo que una nueva alegría (Isaac)
nació en sus vidas renovadas.
Solamente después de tal nacimiento se está realmente vivo.
Pablo se refirió repetidamente a esta transición como “despojarse de lo
viejo y ponerse lo nuevo”
Tal es el trabajo del 5. Es un cambio tremendo, y antes de poder
realizarse debe haber una inversión en el flujo del proceso de la vida; ya
que el “ahora” está dirigido principalmente hacia fuera y abajo, y debe


ser vuelto hacia adentro y arriba, consistiendo en el trabajo de
regeneración del 5

La palabra “trigo” es una palabra con poder 5 y tiene relación con este
proceso regenerativo. Hay referencias en el Génesis sobre la hambruna
ocurrida cuando José fue Ministro de Egipto. El 5 hace su viaje a Egipto
muchas veces antes de tener éxito en obtener su porción de grano.

El elemento 5 es el Mercurio. Este es la Quintaesencia y sustancia de
todas las cosas.
El destino del 5 es refinar y espiritualizar toda experiencia en el aceite de
la sabiduría del alma, para mantener eternamente encendidas las
lámparas de las “Vírgenes Sabias”

Su glifo representa al Sumo Sacerdote entre dos columnas decoradas con
ramas de palma, indicativas de triunfo.
Cada aspirante debe en algún momento ser digno de permanecer en
medio de las columnas, pues ellas simbolizan el equilibrio entre lo
principios masculinos y femeninos
El Sumo Sacerdote expone la maestría necesaria en lo físico, lo mental y
lo espiritual. El control del Bien y del Mal dentro de sí mismo y cuanto
le rodea; ya que el trabajo más importante de cada aspirante es aprender
el autocontrol; lo que hace el sendero tan difícil.
Deben compartir los secretos esotéricos ó internos con todos aquellos
que prueben estar listos y sean merecedores de recibirlos

***



EL NUMERO SEIS Los Dos Caminos. Elección

El número 6 es esencialmente un número de trabajo, de construcción. El
trabajo de la Creación se completó en seis días, estando el libro del
Génesis armonizado con el 6 (también Jeremías)
El 6 corresponde a la interrelación de lo humano y lo divino. En el poder
del 6 se encuentran, pero no como resultado de que lo divino descienda
hacia lo humano –como lo hace bajo el poder del 1- sino por la
elevación de lo humano hacia los elevados niveles de lo divino.
Como la asociación de lo humano y lo divino depende de la elevación
del primero, el número 6 es un número de preparación mediante la
purificación.

Seis es un número femenino, siendo dedicado por Pitágoras a Venus, la
diosa del amor humano.
Es a través de las aflicciones que nacen del amor personal que el alma
despierta a la nueva y más elevada vida, que nos lleva a la resurrección ó
iluminación.

Desde la hora sexta a la novena la faz de la Tierra se ensombreció,
mientras el Maestro agonizaba en la cruz en su servicio a la humanidad
La tarea que debe realizar el 6, ó experiencias para aprender las
lecciones de su vibración darán como resultado un resplandor del alma
“como nunca aún se posó en tierra o mar” (St. Martín) no debiendo
considerársele como un número separado y activo, sino más bien como
una ley eterna impresa sobre todos los números.

El 6 pertenece a Venus y lleva la firma de la Belleza. Pertenece a la
cualidad del alma que resulta de la fusión de la justicia y la piedad. Estas
son producta de una vida que ha experimentado alternativamente luces y
sombras, y que ha entretejido las fuerzas del hombre con las de Dios.
Lo humano y lo divino son llevados a una asociación de trabajo.
La potencia femenina en el hombre (representada por el 6) es la fuerza
motriz de la redención. En armonía con esto, el 6 tiene las características
de la Madre Cósmica, que es identificada astrológicamente con Virgo, el
sexto signo del zodíaco


El idilio entre Ruth y Boaz proporciona un estudio útil del número 6
(Libro de Ruth 3:15) donde las seis gavillas representan las tareas que
deben ser realizadas antes del matrimonio místico
También está expresado en la boda de Canná, donde Cristo transformó 6
tinajas de agua en el vino (de la inmortalidad), así como en la obra del
sexto día creador (Génesis 1, 27:31)
“Y creó Dios al hombre a su imagen, varón y hembra los creó. Y vio
Dios todo lo que había hecho, y que era bueno. Y fue la tarde y la
mañana del sexto día”

Los pitagóricos asignaron al 6 la perfección de todas las partes
La razón de esto viene de que este número se forma por la
multiplicación del 3, el primer número impar que sigue al 1, y al primer
número primo. El, simboliza la unión de lo masculino y lo femenino en
la generación. De ahí que el 6 haya sido asociado con las fuerzas del
sexo o de la generación.
Los poderes vibratorios de cada número se auto expresan en niveles
superiores e inferiores, de acuerdo con el desarrollo del individuo que
está bajo su influencia.
Una persona 6 pasa a través de los ciclos inferiores de la naturaleza de
sus signos, antes de responder a sus más elevados valores. En las
primeras etapas de desarrollo, la tendencia es a abusar, antes que a usar
correctamente la sagrada fuerza creadora de vida.
Pero finalmente, a través de aflicciones y sufrimiento, se aprende la
lección de conservación y transmutación.

El Libro de las Revelaciones también añade luz al significado interno del
6. Cuatro ángeles del Destino rodean el Trono, cada uno de los cuales
tiene seis alas. Los ancianos que rodean el Trono en adoración son 24 en
número, dando 4 y 2 el valor de 6.
Así encontramos el funcionamiento del 6 en los procesos creadores del
plano físico y también en los elevados planos espirituales, como revela
Juan en su visión de la isla de Patmos.

Los orientales esotéricos conocen bien la tremenda potencia que reside
en los números, y desde el Tibet han llegado poderosos encantamientos
que, correctamente usados, podrían cambiar la vida de los individuos.


Cuando ellos son empleados por un adepto, son capaces de producir
grandes transformaciones en una nación entera. Estas fórmulas ó
conjuros mágicos se componen de seis sílabas.

En el Libro de las Revelaciones, ese supremo tratado de magia y
misticismo, se dio poder a la bestia para que pudiera dominar la Tierra
durante 42 meses. Otra vez el 6.
Hay que notar que este periodo de tres años y medio es la mitad de 7. El
6 es el poder activo debajo de la superficie, la fuerza interna que está
incesantemente bregando por el logro y la perfección; tanto si se dirige
hacia buenos como a malos objetivos.
Cristo se manifestó en el Maestro Jesús por un periodo de 42 meses. El
Rey David reinó en Jerusalén durante 33 años, manifestándose los
poderes creadores como nunca antes.
El mayor grado conferido por la Masonería es el grado 33. Alguien que
haya transmutado la fuerza sexual en poderes superiores
Dentro del cuerpo humano hay 33 vértebras protegiendo el canal
vertebral a través del cual la fuerza de vida transmutada pasa, del centro
generador inferior, a las elevadas facultades de la cabeza. Esta columna
con sus 33 escalones, es la escalera de Jacob que hace exclamar a quien
la asciende “Seguramente esta es la casa de Dios, y yo no lo sabía”

El triángulo entrelazado representa los poderes del 6, pues estos
descienden de lo divino a lo humano. También la svástica es un símbolo
del 6, es un jeroglífico de todas las cosas que son y serán, indicando el
impulso dinámico de reunirse con un ser superior.
Este significado es similar al del mazo de la Masonería. Es un
instrumento mediante el cual algo puede ser golpeado dándole una
nueva forma.
Bíblicamente es expresado como la separación de “la forma real de la
irreal, la falsa de la verdadera”

En la parábola de los Sembradores (Mateo, 20, de interés para meditar)
el Maestro trata sobre la función espiritual de los números 3, 6, 9 y 11 en
su relación con la vida humana, siendo el primer impulso de cada uno
retornar a la unidad, armonizándose con lo divino.
Los “salarios” por los que trabajaban los labradores eran 1.


Tres, es el primer número perfecto y tiene relación con la elevación de
espíritu, alma y cuerpo.
Seis, significa la belleza y armonía establecidos a través de una ley
magnética de equilibrio. Esto está representado en la Cábala como
Tipherat, la luz que no brilla más en la oscuridad. Es la luz que llega con
la realización lograda durante el “lapso mágico de 33 años”
Nueve, triplica la fuerza del 3; bajo ese poder triple se unen los tres
principios del hombre que comprenden el cuerpo, el alma y el espíritu en
una sola unidad funcional. Cada uno de estos tres principios es triple en
naturaleza.
El triple cuerpo (físico, etérico y de deseos) está unido al espíritu de tres
aspectos (creado a semejanza de la Trinidad de Dios) y estas trinidades
unidas producen el alma, la esencia de la experiencia acopiada por el
espíritu mientras está encarnado en la forma; y este alma tiene también
un triple poder correspondiente a las dos trinidades de cuerpo y espíritu,
de cuyas actividades unidas ella surge.
Finalmente los poderes de cuerpo y alma serán absorbidos por el triple
espíritu, que poseerá los poderes de 3 más 3 más 3, o sea 9, por lo que se
considera al 9 como el número de la humanidad y como número de la
Iniciación
Once, señala la Maestría, la actividad en la cual la tarea descrita ha sido
consumada.
Astrológicamente estos números se relacionan con Géminis (3), Virgo
(6), Sagitario (9) y Acuario (11). Suman 29, o sea 11. Estos signos,
como los números relacionados con ellos, representan definidos
principios en el cuerpo del hombre macrocósmico, y pasos que guían a
la Maestría y a la Nueva Era de igualdad y unidad.

Una persona Seis encuentra sus mejores oportunidades de trabajo en una
sociedad con alguien del sexo opuesto. El 6 es fundamentalmente un
trabajador subjetivo y le es ventajosa una asociación estrecha con
alguien de polaridad opuesta, tanto en la vida interna como en la externa.

El grado de vibración de la fuerza cósmica que imprime los poderes del
6 sobre toda forma de creación, proclama que la evolución de la forma
es perfeccionada, y que por tanto lo más importante es el impulso del
espíritu.


Dios siempre ve que el trabajo del sexto día es bueno, siendo una
preparación para el “descanso” del séptimo.
Por lo tanto, es natural que una persona 6 generalmente no tenga éxito
en las actividades objetivas del mundo. Ella es más bien el trabajador
interno, secreto y recluido, Como Nicodemo, el Seis invariablemente
“vendrá de noche” a “desplegar sus obras ante el Señor”

En la Biblia, además de Génesis, dos de las palabras más usadas con
vibración 6, que esconden grandes tesoros en los ocultos misterios de
Cristo, son las palabras Vino y Peces.

El 6 es femenino, subjetivo, formativo, creativo y venusino. Un año 6 es
un año de matrimonio, de amor.
En la formación de los números podemos encontrar la clave de su
significado simbólico. Las líneas rectas son masculinas y
espiritualmente aspirantes. Las líneas curvas son femeninas y ocultas,
misteriosas.
En sus aspectos personales, invita a los excesos sexuales y en el
espiritual, señala a la Madonna Mística de la Inmaculada Concepción. El
Ego está libre de elegir el sendero que seguirá

El glifo de los Dos Caminos representa a un joven que se encuentra
entre dos doncellas. Una coronada con hojas de oro (Atenea, diosa de la
Sabiduría) La otra con hojas de vid (Afrodita, diosa del Amor)
Simbolizan dos senderos divergentes y cada aspirante debe hacer su
elección; el espíritu ó los sentimientos
Encima hay una figura suspendida apuntando su flecha a la Glándula
Pineal del hombre, y no a su corazón, simbolizando el amor universal
logrado a través de la Iniciación
Si se elige el sendero negativo, la deuda kármica se hará efectiva más
adelante. (La Torre) si es el positivo, desembocará El Sol
La tentación constituye un importantísimo factor de crecimiento del
alma. Las personas nunca se dan cuenta de la propia fortaleza hasta que
no son tentados y probados.( Cristo. Parsifal)

***



por Francisco José García Izquierdo

El número es la base de toda formación, la raíz de toda manifestación
creativa. En el simbolismo numérico de una raza podemos discernir su
respuesta interna a las fuerzas de vida y su comprensión de los misterios
de ser tanto infinita como finita.

Los fundamentos de la geometría y la matemática son cósmicos en su
origen. Los números del 1 al 10 componen el jeroglífico de sonido y
poder por el cual se hacen los mundos.

Son centros de potencia creadora condensada en la materialización.

La similitud de estos jeroglíficos usados por diferentes razas, aún por
pueblos primitivos, indica que en el número, en si mismo, está presente
un poder secreto que se expresa en su propio símbolo, aunque dicho
poder no sea reconocido conscientemente por aquellos que diseñan los
símbolos.

Cada sistema usa, un círculo encerrando un punto, un triángulo y un
cubo. Estos son seguidos en alguna forma por el pentagrama, la héxada,
héptada, óctada, nonada y década. En estos jeroglíficos cósmicos del 1 al
10 pueden encontrarse las delineaciones astrales del Libro del Génesis:
la separación de la sustancia más basta de la más sutil, o las formaciones
que constituyeron el trabajo de los Siete Días Creadores.

También en ellos puede seguirse la creación del hombre, la pérdida del
Edén y el sendero de emancipación que guía hacia la reunión con su ser
más elevado y real; su Yo superior.

En líneas generales, se puede establecer:

El Uno: Propósito. Hombre crístico. Mago. Aleph
El Dos: El Femenino. Pureza. Sacerdotisa . Bet ó Vet
El Tres: Actividad. Emperatriz. Gimel
El Cuatro: Superación. Dedicación al sendero. Emperador. Dalet
El Cinco: Voz Divina. Auto conquista. Sumo Sacerdote. He ó Heh


El Seis: El Sendero. Elección. Enamorados. Vau ó Vav
El Siete: Victoria. El Carro. Zain
El Ocho: Equilibrio. La Justicia. Cheth
El Nueve: Luz Divina. Sabiduría . Ermitaño. Teth
El Diez: Revelación. Conquista del Destino. Rueda y Esfinge. Yod
El Once: Fuerza. Autocontrol. Virgen y el León. Kaph ó Caph
El Doce: Sacrificio voluntario. El Colgado. Lamed
El Trece: Transformación. La Muerte. Mem

EL NUMERO SIETE Consecución Victoriosa

Siete es un número que posee una simbología profunda y de gran
trascendencia en toda la serie fundamental que va del 1 al 10. Representa
la victoria, el descanso, la realización. Después del trabajo de los 6 días
creadores sigue la consumación del conjunto en el séptimo, el Sabbath, o
día santo
El Siete es el número de la realización espiritual y la consumación. Cada
uno de los Días de la Creación está armonizado con el grado vibratorio
de un número específico. Fue a la luz de este conocimiento que
Pitágoras declaró que todo el mundo está hecho por el número
“Y Dios descansó en el Séptimo Día de todo el trabajo que había
realizado”
El ”descanso” del séptimo día no se refiere a un cese de actividad sino a
la emersión desde el caos hasta un orden más elevado y perfecto.
Por lo tanto en esto está el verdadero trabajo del 7. Este número no entra
en el torbellino de la experiencia al comienzo sino que se activa cuando
está maduro el momento de establecer nuevas condiciones y sustituir la
antigua serie por una nueva y más elevada.

Siete, en su mayor elevación, es el vencedor, el conquistador, el amo del
espíritu. La séptima séfira en el árbol cabalístico de la Vida es
NETZACH, que significa victoria; y el símbolo del Tarot para el 7 es un
rey sentado en una carroza, guiando dos esfinges, blanca y negra,
símbolo de las fuerzas negativas y positivas de la naturaleza, sobre la
cual él ha ganado la maestría
En su cabeza lleva una corona formada por tres pentagramas dorados,
siendo el último un símbolo del hombre. La auto conquista


Esta auto conquista está correlacionada con los cuatro elementos Agua,
Fuego, Aire y Tierra
La Iniciación de Agua significa control de las Emociones; la Iniciación
de Fuego, la purificación de los Deseos; la Iniciación de Aire, la
espiritualización de la Mente; y la Iniciación de la tierra, la maestría del
Cuerpo Físico.
Aquí tenemos una representación de la más elevada fase del 7: cuerpo
purificado, mente iluminada y espíritu glorificado.
El vencedor descansando de las séptuples tareas y listo para extender sus
acumuladas fuerzas en esta experiencia de “siete días” en nuevos y más
amplios campos de progreso y esfuerzo.

Platón declara en Timeo que el alma del mundo fue generada por el 7.
Otros sabios antiguos describieron a la naturaleza como un huevo de oro
rodeado de 7 elementos naturales, 4 visibles y 3 invisibles; Voluntad,
Amor-Sabiduría y Actividad. Los 4 visibles fueron designados aire,
agua, fuego y tierra.
Las principales religiones y escuelas de desarrollo espiritual sintetizan
en sus enseñanzas el principio fundamental del 7. Los valores del 7 están
divididos en la trinidad del espíritu y el cuaternario de la forma. En la
ciencia espiritual también se enseña que una tríada sagrada precede al 7
manifestado, constituyendo el 7 y el 3 el perfecto número 10

Tres, cuatro y siete (actividad, superación- dedicación y victoria) están
en íntima relación unos con otros; todos son poderosos números de vida,
luz y unión. El Trino tipifica lo espiritual y el Cuadrado lo humano. La
unión del Trino con el cuadrado significa la interpenetración de lo
humano y lo divino. El propósito de la evolución física es realizar tal
unión. Este proceso está comprendido dentro del trabajo de los Siete
Días creadores.

La suma de los siete primeros dígitos –1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 – da 28. Este
número se reduce a 10, el número de la unidad.
El propósito de los ciclos de vida terrena es la experiencia, y el 7 marca
el punto de la evolución en que la experiencia obtenida es sintetizada y
los poderes resultantes, reunidos para ser usados como fuerza del alma.


Para los primeros cristianos el 7 representaba los dones del espíritu El
Apocalipsis de Juan consiste de 7 visiones y los medios por los cuales
éstas fueron producidas también están compuestos por 7 seres u objetos.
Hay 7 ángeles retributivos y 7 de ira. Siete truenos emiten sus voces y 7
ángeles abren los 7 sellos que liberan sobre la Tierra las consecuencias
kármicas de sus acciones pasadas
El Libro de las Revelaciones relata el triunfo final del bien sobre el mal,
y la completa subyugación de las fuerzas inferiores por las superiores.
Como este es el significado esencial del 7, él se transforma en el
vehículo numérico principal de San Juan para transmitir al hombre las
verdades contempladas en su séptuple visión.

El 7 puede ser considerado la nota clave subterránea de la naturaleza,
pues gobierna la periodicidad de todos los fenómenos naturales.
Hay 7 notas musicales en la escala diatónica, 7 rayos de color
constituyen el espectro visible, y el 7 domina la serie de elementos
químicos.
En ciclos de ritmo 7 la estructura humana es llevada a la realización. El
primer ciclo trata de los procesos de construcción física; el segundo, de 7
a 14 está marcado por el desarrollo de los sentimientos y las emociones;
el tercero, de 14 a 21 enfoca la energía espiritual en el desarrollo de la
propia voluntad, cuando el espíritu comienza a clarear en la conciencia
en maduración.
De 21 a 28 marca un periodo crucial que trae una especie de
recapitulación de los ciclos precedentes y liquidación de causas
generadas en vidas pasadas.
El 33 marca la síntesis de lo viejo y el principio de lo nuevo; el 35 es la
cúspide de lo nuevo y el 49, ó 7 veces 7, el clímax del logro mental.

El 7 es introspectivo e intuitivo; es atraído hacia el lado oculto y místico
de la vida y del ser, porque el número está fundado y centrado en el
mismo secreto de la vida y el ser. El abarca los “Cuatro que se ven y los
Tres que son secretos”

I AM (Yo Soy) es una palabra de poder 7. La letra A, o Aleph en
hebreo, es una letra masculina y de fuego. La letra M, o Mem,(13ª) es
femenina y de agua. La letra I, o Yod, (10ª) es el Ego o el triple espíritu


atado a la cruz de la materia, que es 4 y que permanece así hasta que
descubre la iluminación.
Siete por tanto es el número de la realización, del logro ó descanso que
llega solo después de haberse alcanzado la regeneración, y de que el
espíritu se haya emancipado de todo lo que limita y ata, logrando la
iluminación.

Jehová representa la triple esencia espiritual a través de la cual todas las
cosas creadas llegan a la manifestación visible
En la historia del Diluvio encontramos que cuando las aguas
retrocedieron el arca descansó sobre la cima del monte Ararat. Si
atendemos a las figuras geométricas encontramos al arca (4)
descansando en el triángulo (3), ó al espíritu ingresando en la materia
con el propósito de crear

La Tierra está armonizada con el ritmo septenario, los Siete Logos de los
que toda la creación procede, y a quienes S. Juan llama Los Siete
Espíritus ante el Trono, están reflejados en el 7º subplano de
manifestación física, las Siete Razas Raíces, las 7 subrazas y el séptuple
cuerpo del hombre
Libra, la séptima de las jerarquías zodiacales, marca el punto de viraje
entre el espíritu y la materia, siendo conocida como la Puerta de los
Dioses.
Libra es el símbolo de los cielos, de la Caída del hombre y también de la
Redención, cuando vuelva a ser el Adán perfeccionado; el célibe
celestial.

El color del 7 es el índigo, su símbolo el triángulo y el cuadrado;
perteneciendo el triángulo al mundo tridimensional. La primera línea
representa el reino mineral, la segunda el vegetal y la tercera el animal.

***



EL NUMERO OCHO La Balanza y la Espada, La Justicia

El Ocho es un número cósmico. Si bien esto es cierto para todos los
números, se aplica al 8 en el sentido de que su poder vibratorio tiende a
elevarlo a uno más allá de las limitaciones del entorno personal. Se le
llama número “libre” y número de la resurrección.

La fuerza del nacimiento constituye el capital de trabajo de una vida, el
material del sillar que debe ser amoldado a un cubo perfecto. La nota
clave de un nombre es el indicio de logros anteriores. Se puede decir que
los nombres cambian automáticamente, a medida que el hombre alcanza
más elevados niveles de conciencia

Es imposible al espíritu responder a los continuos impactos vibratorios
de un nombre que sea inarmonioso con el status evolutivo. Muchos
niños no usan los nombres que se les ha dado, pues no son adecuados;
otros, años más tarde, se los cambian
No podemos trabajar con aquello que no entendemos, ni el espíritu está
satisfecho al usar aquello con lo que ha terminado.
En realidad, cuando el bautismo sea conocido como una ceremonia de
poder espiritual a la cual aún los ángeles asisten, se habrá dado un
importante paso en la vida espiritual del hombre.
Debido a lo regenerador del 8, la mayoría de las antiguas pilas
bautismales son octogonales

El 8 es el más elevado número femenino de toda la serie. Es el número
de lo femenino en exaltación, al que se refieren a veces como número
del Doble Femenino. De acuerdo con este significado, es el símbolo del
más elevado tipo de facultades del alma consciente y desarrollada,
siendo el número de la intuición por excelencia
El Libro del éxodo está armonizado con el 8, y quienes están bajo su
vibración se elevan fácilmente sobre lo material y reclaman lo suyo en
los asuntos espirituales

El Ocho es el número de la resurrección en una más elevada conciencia
y una nueva manera de vivir. Es el poder de la divinidad interna que


guía al hombre, representado por los hijos de Israel, fuera de Egipto –la
simbólica tierra de la materialidad gobernada por el Faraón, el poder de
este mundo- hasta una tierra donde actúa bajo la esclavitud bestial, sino
bajo las leyes de Dios
El ofrece realmente un éxodo desde lo viejo, lo finito y lo personal,
hacia la Tierra Prometida de la Nueva Era, donde la libertad, igualdad,
fraternidad del alma y el conocimiento cósmico –todas estas , palabras
clave del 8- serán realizadas universalmente.

El estudio de la naturaleza externa está basado en los cuatro elementos:
carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Estos cuatro componentes
pasan a través de una gradación espiritual, también encontrada en los
números aunque invisible para los sentidos del plano físico.
Cuando el hombre desarrolle la conciencia de cuatro dimensiones, que
da la capacidad de observar, estudiar y evaluar parte de estas fuerzas
mientras actúan en sus gradaciones más finas ó etéricas, (Fuego, Aire,
Agua y Tierra) estará armonizado con los verdaderos poderes del 8, que
entonces será su sirviente
Moisés, el personaje principal del Libro del éxodo, es un carácter 8. El
Faraón, el símbolo del hombre no regenerado, es un 4.
El 4 representa actividad solo en los planos externos de materialismo.
Incluye los dominios del científico materialista cuyo mundo está sujeto
por los poderes del oxígeno, nitrógeno y carbono.
Moisés tipifica la conciencia de cuatro dimensiones donde éstas
cuádruples fuerzas son proyectadas hasta la esfera del 8.
Esta proyección ó expansión de facultades es de difícil realización y es
lograda solamente por mérito. Las experiencias que encuentra el Ego
durante este proceso de desarrollo pueden encontrarse en las grandes
Plagas del Éxodo

A través de los múltiples impactos externos experimentados en el curso
del diario vivir, el alma encuentra alegrías y tristezas, pena y consuelo y
el resto de los diversos opuestos comunes a la vida. De ellos hace un
extracto que se convierte en la sustancia espiritual de la cual construye la
piedra fundamental sobre la que moldea la estructura de la Tierra
Prometida.
Esta Tierra es el verdadero dominio del 8, que nace para conocer su
herencia cósmica y que, por esta razón, está obligado espiritualmente a


ayudar a todos aquellos que pidan asistencia. El 8 siempre debe servir y
marcar el camino hacia la emancipación

Cada número es una acumulación de fuerza espiritual ó poder de Dios
que controla un ritmo vibratorio definido, o nota clave, que emana un
color específico. Ellos son Jeroglíficos de Dios; la escritura de Dios
sobre los muros del Tiempo y de la Eternidad.

Definidos cósmicamente, el movimiento y el número no son sino
sinónimos.
El misterio del 8 es el de la lemniscata, el eterno movimiento espiral que
es la marca del Universo, y el sendero de todos los ciclos evolutivos.
El número 8 surgió por primera vez por la inhalación y exhalación
alterna del Espíritu Planetario de la Tierra.
Este movimiento cíclico del 8 aparece en el caduceo, la vara de la
Sabiduría mística de Mercurio
El caduceo es también el símbolo del Logos, del Fiat Creador y de la
Palabra, que se convierte en el principio universal del Cosmos
La vara rodeada por la serpiente coronada por dos alas extendidas,
representa las corrientes lemniscatas de fuerza de vida que barren la
Tierra, pasando a través de cada forma viviente, desde el cuerpo de la
Tierra misma hasta su más diminuto organismo
Es la unión de ambas corrientes, una positiva y otra negativa, lo que
produce el equilibrio en la circulación de la fuerza.
Esta fuerza, o Esencia de Vida y Espíritu, imprime su sello cósmico en
forma de figura 8 en cada forma terrestre
En el cuerpo del hombre, estas corrientes se convierten en radiaciones e
luz, fluyendo de los sistemas nerviosos simpático y cerebroespinal hacia
fuera, cuando la conciencia es elevada por encima de lo material hasta lo
espiritual.

La voz interna del 8 está siempre pronunciando palabras
impronunciables. En las alas extendidas del Caduceo ella debe estar, a lo
sumo, respirando un aire rarificado si va a hacer su mejor trabajo y
alcanzar el elevado idealismo del cual su alma está siempre consciente.
Debe estar libre y sin trabas para seguir a Moisés a las alturas del monte
Nebo, el pico de la Sabiduría, y encontrar allí a Dios cara a cara para
realizar su Transfiguración


Verde agua es el color del 8, y su símbolo el Caduceo El octavo signo
del Zodíaco , Escorpio, es el emblema de la muerte y también de la
inmortalidad; está en el nativo escoger cuál de los dos seguirá, el del
bajo escorpión ó el del elevado águila
El Dragón, ó la Serpiente, está simbólicamente relacionado con el
número 8. El vaivén de la marea cíclica ó serpentina de todas las
corrientes de vida ha demostrado ser el origen del 8 cósmico.
Fue el mal uso de esta corriente de vida dentro del cuerpo del hombre, lo
que le expulsó del Edén
Cuando esto se comprenda y las corrientes sean corregidas a través de la
regeneración, las puertas se abrirán en la Nueva Jerusalén.
La octava letra del hebreo, H ó Hod, significa esplendor; tal es la
condición del Nuevo Orden traído por el 8 después que el ciclo del 7 ha
preparado el camino y completado su tarea.
Esta nueva conciencia iluminada es descrita por Pablo en el capítulo 15
de I Corintios, donde habla de lo mortal poniéndose lo inmortal, y lo
corruptible transformándose en incorruptible.

Ocho es la conciencia que, abarcando el cielo y la Tierra, manifiesta los
poderes del Auxilio Invisible consciente. En su máxima expresión,
otorga percepción extensa y poderes transcendentales, no siendo hasta
que estos son logrados y ejercitados, que el 8 puede experimentar una
real satisfacción del alma.

Las palabras claves de este número son: libertad, expansión, progresión,
regeneración y transfiguración . La palabra “oveja” tan frecuente en la
Biblia, tiene la vibración del 8
El 8 no ofrece términos medios, es limitación personal, ó libertad
espiritual; esplendor ó degradación, lo terrenal o lo celestial. Cuando es
capaz de enfrentar con valor sus pruebas y errores y de reconocer que
solo él es responsable por todos ellos
Significa las Leyes Gemelas de Renacimiento
El 8 tiene el secreto del Equilibrio, conteniendo el poder de la Polaridad.
El aspirante ha progresado bastante a lo largo del Sendero

Referido al Tarot, significa las Leyes de Renacimiento y Causalidad.


Solo entendiendo las Leyes se puede hallar una respuesta razonable para
todas las desigualdades e injusticias aparentes que vemos a nuestro
alrededor.
Las cosas buenas de la vida acumuladas en alguien que no parece haber
hecho nada para merecerlas, mientras que otro quien en todos los
aspectos es noble y digno de lo mejor, ocupa todo su tiempo en una
búsqueda infructuosa de las cosas buenas de la vida que parecen eludirlo
Como dice S. Pablo:
“Porque vemos como a través de un cristal oscuro y solo conocemos en
parte, más cuando venga lo perfecto, veremos cara a cara”

También en el Libro de los Muertos se relata que el dios Thoth va al
encuentro de la persona fallecida, siendo colocado el corazón en uno de
los platillos de la balanza, y una pluma en el otro.
Si el corazón excede en peso a la pluma, debe pasar algún tiempo en el
purgatorio antes de que se le permita entrar al Paraíso

El octavo mandamiento es “No hurtarás”. Implica responsabilidad no
solo por la malversación material, sino por los pensamientos de envidia,
celos, odio, etc. privando a otro de su auto estima y de la confianza en sí
mismo, y creando una pesada deuda kármica que será pagada con
sufrimiento, humillación y tristeza.

***



EL NUMERO NUEVE La Lámpara Oculta, Sabiduría,

El Nueve es el emblema de la materia que cambiando y en constante
flujo, aún retiene su identidad y se resiste a la completa destrucción.
Esto se manifiesta en el extraño fenómeno de que el 9 siga siendo 9, con
su poder, no importa por cual número sea multiplicado. Se reproduce
eternamente.

John Heydon, un antiguo filósofo Rosacruz, escribe en la Guía Sagrada
publicada en 1662, que el número 9 obtiene el amor de los demás,
prevalece ante las plagas y fiebres, produciendo salud y larga vida

El Nueve tiene un especial significado para la humanidad, pues es el
número que gobierna principalmente su evolución. El ciclo del progreso
del hombre gira en torno al poder del 9
El Libro de las Revelaciones corrobora que el 9 es el número de la actual
evolución de la humanidad En el se indican los números 666 y 144.000,
que se reducen a 9. El primero es el número de la Bestia, la naturaleza
no regenerada del hombre que lucha contra su naturaleza superior. La
mortalidad que debe vestirse de inmortalidad.
El 144.000 es el número de los redimidos. Comprende a todos los que
llevan la marca de Dios sobre sus frentes, y que han hallado la paz que
reside en el corazón de su ser interno.

Como toda la humanidad experimenta la atracción hacia abajo, de su
naturaleza inferior, y hacia arriba del ser superior, está claro que el 666,
la Bestia y el 144.000, los Regenerados no se refieren a unos grupos
específicos de individuos, sino que son símbolos numéricos de los
poderes que actúan en toda la humanidad, y el que ambos se reduzcan a
9 señala a este como el poder vibratorio mayor que gobierna la
evolución del hombre, tanto en los aspectos mortales como inmortales,
en los terrenales y en los celestiales
Es por causa de esta naturaleza del 9, que se convierte en el poder
numérico especial por el cual el hombre entra en contacto con su ser
interno, despliega su divinidad latente y alcanza ese estado de
iluminación interior que se conoce con el nombre de Iniciación.


Los primeros cristianos mantenían que había 9 órdenes de ángeles, con
lo cual significaban las 9 jerarquías celestiales que forman la escala de
evolución que va de Dios al hombre; y así están numeradas por Dante en
la Divina Comedia.
Estas son las 9 que están más íntimamente relacionadas con la evolución
humana y astrológicamente están correlacionadas con los signos que
comienzan con Cáncer y finalizan con Piscis ( Serafines, Querubines,
Señores de la Llama, Mente, Individualidad, Forma, Arcángeles,
Ángeles y Espíritus Virginales)
Botticelli retrata a estos varios grupos de seres celestiales en su obra
maestra, La Asunción de la Virgen.

El Nueve puede ser representado por los tres triángulos que simbolizan
los triples aspectos de cada uno de los tres principios del hombre:
cuerpo, alma y espíritu.
Esto indica también que el 9 es un número de universalidad, de una
conciencia amplia que todo lo abarca.
El individuo 9 ha recorrido la gama de experiencias personales,
incluyendo las elevadas y las inferiores, las mundanas y las espirituales,
siendo la síntesis de estas experiencias la que produce ese compartir los
pesares, esa compasión y fina comprensión características del 9.
El Rojo, el color del humanitarismo, es el color del 9. Esto implica que
el 9 tiene comprensión compasiva hacia los no desarrollados y los
menos privilegiados, y al mismo tiempo comparte la aspiración e
idealismo de los más avanzados.
El 9 está estrechamente relacionado con el 10, el número de la unidad.
Está moviéndose hacia la conciencia en la cual todas las partes son
realizadas como incluidas en el Uno

En el zodíaco el noveno signo es Sagitario, el signo de la mente más
elevada, ó crística, el lugar de la aspiración e inspiración sagradas.
Nueve es el número de la universalidad, la libertad cósmica y la elevada
expresión del alma, siendo sus emblemas un yelmo y una rama de olivo.
Sintetiza la total experiencia recogida por el Ego durante su evolución
hacia la completa reunión con Dios. Esto se revela por la verdad
numérica de que todos los números, del 1 al 9, se reducen a 9:


1 más 8 da 9; 2 más 7 da 9; 3 más 6 da 9; 4 más 5 da 9. Así, el 9 es el
número de la materia, el número de la evolución del hombre y el número
del conocimiento cósmico ó Iniciación

Los números 1-2-3-4-5-6-7-8-9-10 igualan a 9. También 9-18-27-36-45-
54-63-72-81-90.
El Nueve, multiplicado por cualquier otro número, siempre se
reproduce; por ejemplo: 9x2 da 18, ó 9; 9x3 da 27, ó 9; 9x4 da 36 ó
9; 9x 10 da 90, ó 9.
1 y 8 son 9; 2 y 7 son 9; 3 y 6 son 9; 4 y 5 son 9. Así vemos cómo el
número 9 regresa a si mismo después de pasar por adición, sustracción y
multiplicación con otros números, indicando su poder y universalidad
Nueve es el número de la circunferencia de las cosas, pues cada círculo
tiene 360 grados, y este número da 9.

El Nueve es frecuentemente un número de servicio. Un sujeto 9 se
realiza plenamente a través del servicio a los demás.
No puede trabajar con éxito solo para sí; tiene que hacerlo para beneficio
del conjunto.
También tiene las cualidades que propenden la amistad. Tiene amigos
porque ella es amiga.

Un año 9 es especialmente favorable para cimentar viejos lazos y formar
nuevos. Es también un tiempo que trae favores y regalos de los amigos y
puede decirse que es un año de verdadera amistad.

El símbolo, hecho de la línea y el círculo, representa los principios
masculino y femenino unidos potencialmente.
Sin embargo en el 9 no se logra un completo equilibrio; por ello el 9 ha
sido considerado tanto un número favorable como desfavorable. Ha sido
designado el número del mal y también como el árbol de Vida Eterna en
el Jardín de los Dioses.
Así vemos por sus amplias y variadas influencias, que el 9 puede hacer
lo que desee de la vida. Todas las cosas son fundamental e
intrínsicamente buenas, siendo el mal un bien en formación.
El hombre , a través de su propio poder interno dado por Dios, tiene la
capacidad de elevarse sobre toda circunstancia externa y vencer y
dominar cualquier influencia maligna.


Puede ceder al fracaso y puede elevarse a gloriosas alturas de Iniciación.
Nueve es el número del Iniciado.

El templo donde enseñó Pitágoras estaba dedicado a “Las Nueve” Estas
eran las 9 musas de la mitología griega, las hijas de Zeus y la diosa de la
memoria. Sus nombres y los departamentos de la vida a los cuales
dieron su inspiración, eran los siguientes:
Calíope..........Poesía Erato.............Amor
Cleo...............Historia Terpsícore.....Danza
Melpómene...Tragedia Urania..........Astronomía
Euterpe..........Música Talía.............Comedia
Polimnia........Elocuencia
Estas 9 musas representan las muchas facultades y atributos adquiridos
por el aspirante mientras pasa a través de los 9 grados de los misterios.
Los ritmos de la mente y el cuerpo fueron desarrollados como
adquisiciones de una conciencia en expansión, en una medida de
perfección y belleza completamente desconocida por la mayor parte de
nuestra actual civilización materialista

Fue debido a la Sabiduría Arcana dada en los antiguos Templos de
Misterios que los griegos fueron maestros de las artes y alcanzaron un
grado de excelencia en simetría, proporción y gracia que no ha sido
igualado por ninguna generación posterior.
El 9 puede transformarse en un líder entre quienes tengan el coraje de
señalar el sendero que guiará a los intrépidos a reencontrar los caminos
que penetran en estos Templos de Luz.
El 9 es el número 6 (un símbolo del sexo) invertido. En sus aspectos más
elevados, por lo tanto, representa la sublimación de las esencias
creadoras de vida, que es la enseñanza fundamental de la Iniciación.
La historia del Hijo de la Viuda de Naim, según aparece en el evangelio
de San Lucas, es la de una Iluminación. La palabra Naim significa 9 y se
refiere a uno que ha pasado con éxito a través de los 9 pasos de
Iluminación.
El famoso poema épico de Virgilio, La Eneida (Los Nueve) es un
compendio oculto que también registra las experiencias de ese mismo
crecimiento y desarrollo interno.
Entre los libros sagrados que están armonizados con el 9 hay uno por
encima de todos, El Cantar de los Cantares, que es un canto del


matrimonio místico y la expresión del éxtasis de un alma que ha
vislumbrado las alturas de la libertad cósmica y ha regresado para cantar
sobre la gloria de ésta liberación, a la cual nadie que aún permanezca
atado por las cosas terrenas podrá nunca conocer.
Esta es la gloriosa libertad del 9 cuando se ha transformado en un
número del alma.

La historia de Job y el Libro de Daniel también tienen una vibración 9
Agripa escribe de la Piedra Filosofal que “es rojo sangre como el fuego
y blanca y transparente como el cielo”. Estos son los colores del Nueve.
Continúa: “Está compuesta de Uno y Tres, y al mismo tiempo, de Cuatro
y Cinco”
El Cinco representa al hombre, el microcosmos; también los cinco
sentidos. Es el número de las Razas Raíces que, hasta ahora, han dado
cuerpo al espíritu durante los ciclos de evolución.
El Cuatro representa al cuadrado de la materia formado por la
condensación de los elementos; también las 4 Estaciones sagradas, en
las cuales el hombre puede aprender a transformar la materia en espíritu
y así ascender desde su actual situación, a uno de orden más elevado,
Este tema pulsa la nota clave central del Libro de Job.

El Tabernáculo en el desierto, presidido por el Iniciado Moisés,
simboliza el poder oculto del 4 y 5 (9), por cinco pilares de madera de
acacia, de donde pendían cortinas de cuatro colores.
Estas ocultaban el lugar interno del externo, y podían ser levantadas
solamente por uno que hubiera conquistado el privilegio de pasar al
recinto santo.
El Iluminado 9 se hace digno de tal privilegio , tal persona es retratada
como “una criatura halada y sin embargo, con apariencia de hombre”
O como S. Pablo lo describe: “un heredero y co-heredero con Cristo”
Este es el supremo ideal y el destino de cada alma armonizada con la
nota celestial del 9
El 9, que es el cuadrado de tres, se refiere al logro de la perfección en los
tres planos inferiores

La novena letra del alfabeto hebreo es Teth, T. Que significa “serpiente”
La palabra serpiente está estrechamente asociada en nuestra mente con


el Jardín del Edén, y la leyenda del Génesis sobre la expulsión de Adán
y Eva de éste, a causa de los sutiles engaños de esta bestia.
Uno de los episodios de Moisés nos narra la transformación de las
serpientes del Faraón, cuyas picaduras traían la muerte, en broncíneas y
erectas serpientes que, cuando eran alzadas y miradas por los afligidos,
traían curación y vida.
Esto sirve para indicar los lazos internos entre 9, Teth, la serpiente, y
para mostrar otro aspecto del número.

El 9 representa el poder del sexo. En esta aspecto reconocemos la verdad
de la naturaleza dual del 9; el número de la materia y el de la
iluminación. La expulsión del Edén por la degeneración ó el sendero de
regeneración ó Iniciación.

La simbología también le relaciona con el Ermitaño, con un manto e
inclinado sobre una lámpara semi escondida, símbolo de la Sabiduría
que nunca debe usarse de forma superficial.
El aspirante tiene que probar su mérito por algún tiempo, antes de que la
luz de la Sabiduría puede ser revelada para él. Cuando la luz se hace
total, revela que el manto es como la túnica sin costuras del Maestro. El
dorado traje de bodas.

Es significativo notar que la palabra “aceite” alrededor de la cual se
oculta tanto misticismo bíblico, es una palabra de 9 poderes.
“Vino” tiene poder de 6, y “pan” de 3. Cada uno de estos números es
parte componente del número 9, y las palabras citadas han sido
empleadas a través de la Biblia en relación a los diversos procesos
regeneradores que tiene lugar dentro del hombre mientras transita por el
Sendero.

El Amor es también una palabra afinada con la armonía del 9. El
hombre nunca comprenderá plenamente el funcionamiento del amor
como un poder, hasta que “holle el Sendero”, que es el único camino
para la regeneración y redención
El Nueve es el poder de la Sabiduría de la Serpiente. Su significado es
elevado y santo, y la responsabilidad que con el llega, es sagrada.


El iluminado 9 viene a la encarnación física para servir. Para él su vida
no es un sitio de recreo, sino una escuela preparatoria para los elevados
grados espirituales que su conciencia iluminada ha vislumbrado, y hasta
los cuales el ardor de su alma puede elevarle.

***



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