Enamorarse trae consigo el olvido del tiempo, la desdicha se llena de milagros y el miedo se convierte en osadía. Enamorarse es un regalo gratuito que abre una ventana a lo nuevo, es una hazaña de los sentimientos y una dicha casi insoportable que ejercita contra la desgracia. Por el contrario, desenamorarse es ver la realidad del cuerpo sin la invención de la otra mirada, es regresar más pobre al enigma de antes y encontrarse con la tristeza en el espejo.