Diez leprosos le piden a Jesús que tenga compasión de ellos. Jesús los cura y les dice que vayan a presentarse a los sacerdotes. Uno de ellos, un samaritano, al darse cuenta de que está curado, vuelve a dar gracias a Jesús. Jesús señala que solo el samaritano regresó para agradecer, a pesar de que los diez fueron curados.
3. Lectura del evangelio (Lc 17,11-19)
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y
Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su
encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le
decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos,
viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a
grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole
gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los
diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que
este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor
4. ALGO GRANDE SE LE HA REGALADO…
• Jesús cura a diez leprosos
enviándolos a los sacerdotes para
que les autoricen a volver sanos a sus
familias. El relato podía haber
terminado aquí. Al evangelista, sin
embargo, le interesa destacar la
reacción de uno de ellos.
• Una vez curados, los leprosos
desaparecen de escena. Nada
sabemos de ellos. Parece como si
nada se hubiera producido en sus
vidas. Sin embargo, uno de ellos «ve
que está curado» y comprende que
algo grande se le ha regalado.
5. Dentro de la pequeña historia de cada persona,
probada por enfermedades, dolencias y
aflicciones, la curación es una experiencia
privilegiada para dar gracias a Dios.
6. REHABILITA…
• Todos hemos experimentado que poner en
alguien nuestra mirada, cuando ésta va
cargada de respeto y cariño, es uno de los
medios que más rehabilita a la persona
cuando está enferma. Aún más, si sufre
exclusión y experimenta continuamente cómo
la gente desvía ante ella la mirada. Mirar cara
a cara a alguien, poner en alguien nuestros
ojos y dejarnos mirar por él, nos compromete
y nos impide pasar de largo.
7. UN SAMARITANO ANÓNIMO
• Ser samaritano en tiempos de Jesús no era algo ni bueno ni bien
visto. Pero a Lucas le gusta dejarlos en buen lugar.
• Por otra parte, los leprosos viven lejos de la sociedad, tienen que
mantenerse a distancia, hablan a gritos. Y Jesús los manda a
presentarse a los sacerdotes, porque si no reciben el “certificado
médico” de estar curados no pueden volver a habitar en un pueblo.
• Lo importante, de nuevo, es que diez son curados, y sólo uno, el
samaritano, el “malo”, vuelve a dar gracias a Jesús. Y el episodio
termina con las palabras: «tu fe te ha salvado». Todos han sido
curados, pero sólo uno se ha salvado. Nueve han mejorado su
salud, sólo uno ha mejorado en su cuerpo y en su espíritu, ha vuelto
a dar gloria a Dios.
8. Piensa en dos personas a las que
debes dar las gracias por algo.
No tardes…, hazlo pronto.
9. PARA LA REFLEXIÓN…
• ¿Dónde te sitúas? ¿Entre los “buenos” poco
agradecidos o entre los “malos” agradecidos?
10. PARA LA REFLEXIÓN…
• ¿Dónde te sitúas? ¿Entre los “buenos” poco
agradecidos o entre los “malos” agradecidos?