El documento analiza el fenómeno del ciber-plagio académico entre estudiantes universitarios. Internet ha facilitado la adopción y presentación de ideas ajenas como propias de forma éticamente reprobable. El ciber-plagio se ha extendido debido a la facilidad de acceso a recursos en línea y a una falta de comprensión de las normas de citación. El documento revisa la literatura sobre las causas y tipos de ciber-plagio, así como datos sobre su prevalencia.
1. INTRODUCCIÓN / RESUMEN
La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC) ha provocado o facilitado importantes cambios que no pueden
valorarse de forma positiva. Es el caso del llamado ciber-plagio
académico. Adoptar y presentar como propias ideas, teorías e hipótesis
de otros no es algo nuevo, pero las tecnologías asociadas a la Sociedad
de la Información (SI), sobre todo Internet y más concretamente el
World Wide Web (WWW), facilitan enormemente esta práctica
éticamente reprobable y académicamente incorrecta.
1.Internet y sus peculiaridades ha modificado la manera en que se
accede, consulta y emplea la información en el ámbito educativo y
académico. El WWW se ha convertido en fuente de referencia
primordial para la documentación académica por quienes forman
parte de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. La gran
cantidad de recursos, materiales, artículos, multimedia, libros, revistas
especializadas, bases de datos, portales temáticos, etc. accesibles a
través de Internet –la mayoría de los cuales no son accesibles desde
otro espacio o canal-, la facilidad y comodidad de acceso a los mismos
y la gratuidad de la mayor parte de ellos son sin duda factores de gran
ayuda para cualquiera que desee consultar información con
finalidades académicas y, en cierta manera, no se concibe hoy en día
un trabajo académico, el planteamiento de una investigación, la
ampliación de contenidos de una asignatura, el trabajo en un aula, etc.
sin contar con la ayuda de Internet como elemento de consulta.
Ahora bien, la irrupción de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) también ha provocado o facilitado importantes
cambios que no pueden valorarse de forma positiva. Es el caso del
llamado ciber-plagio académico. Adoptar y presentar como propias
ideas, teorías e hipótesis de otros no es algo nuevo, pero las tecnologías
asociadas a la Sociedad de la Información (SI), sobre todo Internet y
más concretamente el World Wide Web (WWW), facilitan enormemente
esta práctica éticamente reprobable y académicamente incorrecta.
Este fenómeno parece tan extendido entre los estudiantes que algunos
autores hablan de la "Generación Copiar-y-Pegar- (Comas, Sureda
2. &Urbina, 2005).
En el presente artículo se recoge y analiza la principal literatura
académica existente sobre el fenómeno del ciber-plagio entre
estudiantes universitarios.
2 ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DE LOS CONOCIMIENTOS
Por Ciber-plagio académico se entiende el uso de las TIC
(principalmente Internet y los recursos asociados a ésta –sobre todo el
WWW-) para el plagio (total o parcial) de trabajos académicos por
parte del alumnado. Esto es, la localización, adopción y presentación
de ideas, teorías, hipótesis, resultados, textos, etc. ajenos como propios
en cualquier trabajo académico.
El plagio en el ámbito académico parece haber existido siempre. Ahora
bien, la mayor parte de estudios y análisis que sobre el tema se han
hecho señalan que el aumento exponencial de penetración de
Internet; la mayor facilidad de acceso a los contenidos digitales en
general y los albergados en la Red en particular, han provocado un
auge en las prácticas de plagio entre el alumnado universitario (Comas,
Sureda y Urbina, 2005; Ercegovac, 2004; Hansen, 2003). Lo que en mayor
medida ha cambiado, es, por un lado, la manera cómo se comete el
plagio (eminentemente a través de recursos y contenidos de Internet) y,
por otro lado, las facilidades a la hora de plagiar. El problema acaso
sea el mismo , pero las circunstancias, la prevalencia y sobre todo sus
repercusiones y profundidad son nuevas y parecen más peligrosas de lo
que fueron en el pasado.
La evidencia resulta clara: Internet –a modo de fuente de fuentes- ha
expandido el número de recursos y contenidos a los que se tiene
acceso –gratuitamente e instantáneamente-; este hecho constituye en
sí mismo una revolución positiva sin posibilidad aparente de vuelta atrás
y con claras implicaciones en términos del proceso educativo en
general. De todas maneras, los interrogantes se agolpan cuando se
cuestionan los usos que los estudiantes hacen de estas fuentes, recursos
y contenidos digitales.
Los estudios y la literatura asociada al Ciber-plagio académico han
crecido de forma considerable a lo largo de los últimos años, sobre todo
3. en los países anglosajones; en otros contextos culturales se ha iniciado
de manera cuasi-exploratoria a trabajar en este ámbito, es el caso, por
ejemplo, de Alemania, Finlandia, Noruega, Croacia, India e Israel. No
hay, por el contrario, ningún estudio que pueda aportar datos referentes
al contexto español, y lo máximo que encontramos son algunos artículos
pioneros como los trabajos de De Miguel (De Miguel, 2002) y Urbina
(Urbina, 2004).
Este problema ha sido analizado desde diversas disciplinas: desde la
Pedagogía y la Psicología (destacan en estas áreas los trabajos de Roig
–Roig 2004; 2001; 2000, 1994- los de la profesora Moore Howard –Moore,
2005; 2001; 1993; 2000; 1998- y los de Jewell –Jewell, 2004); la Filosofía
(destacan las aportaciones de Ercegovac –Ercegovac, 2004-), la
Sociología (donde destacan los trabajos de los británicos
Szabo&Underwood –Szabo&Underwood, 2004- y Park –Park, 2003-), la
Economía (fundamentales son los trabajos e investigaciones del profesor
McCabe que desarrolla desde el centro de estudios pionero en el
campo del plagio y la integridad académica; el Center
forAcademicIntegrity –McCabe, 2005; 2002; 2001; 1999; 1996; 1993), la
Medicina (interesantes aportaciones del profesor croata Billiae-Zulle y
colaboradores –Billiae-Zulle, 2005- y Eysenbach – Eysenbach, 2000-), la
Biblioteconomía (donde destacan Auer –Auer, 2001- y Burke –Burke,
2004-), la literatura y filología (básico el trabajo del profesor Cronin –
Cronin, 2003-), el derecho donde destacan las aportaciones de Tajden –
Tajden, 2005-) y la informática (como por ejemplo los trabajos de análisis
de programas antiplagio del grupo de investigación de la universidad
británica de Luton dirigido por la profesora Bull –Bull, 2001-).
3Los principales puntos de interés que hasta la fecha han centrado los
trabajos sobre el ciber-plagio pueden clasificarse en cuatro grupos:
1. análisis y cuantificación de la prevalencia, caracterización de los
alumnos plagiadores y extensión del fenómeno ;
2. tipos de ciber-plagio;
3. análisis de las causas asociadas al fenómeno del ciber-plagio y
posibles soluciones al problema;
4. evaluación de la precisión y utilidad del software antiplagio .
4.Prevalencia y perfil de los estudiantes plagiadores
4. Conviene precisar antes de comenzar este apartado, que desarrollar
una aproximación a los principales resultados de las investigaciones que
se han llevado a cabo en el campo del ciber-plagio es harto
complicado por tres motivos principalmente:
1. Multiplicidad de enfoques y disciplinas desde que se aborda: hay
estudios que analizan el ciber-plagio como un apartado más de
análisis y se centran en la integridad académica (copiar en
exámenes, entregar trabajos de otros alumnos como propios,
falsear datos en trabajos, etc.), mientras que otros, una minoría, lo
analizan separado de cualquier otra práctica de integridad
académica. En cuanto a las disciplinas o áreas desde las que se
analiza el fenómeno, como se ha comentado anteriormente son
muy variadas y con distinta finalidad en la mayoría de casos
(Jewell, 2004).
2. Multiplicidad metodológica: Existen metodologías diversas de
aproximación al fenómeno: así encontramos estudios centrados
en las aportaciones de los alumnos –sobre todo mediante
investigaciones cuantitativas a partir de encuestas a los alumnos-;
estudios centrados en el análisis de los trabajos entregados por los
alumnos mediante programas diseñados para esa función;
estudios que se centran en la opinión del profesorado, etc.
(Hansen, 2003).
3. La divergencia de opiniones a la hora de calificar y
conceptualizar el plagio académico (Park, 2001; Jewell, 2004).
Por lo que se refiere a la prevalencia del ciber-plagio, una cosa parece
clara: se halla en una constante situación de crecimiento a lo largo de
los últimos años (Ercegovac, 2004); hecho que ha llevado a algunos a
denominar a las generaciones que hoy ocupan las aulas como
"Generación copiar y pegar" (Sureda, Urbina y Comas, 2005) u otros a
calificar el fenómeno como una "plaga" (Bowman, 2004). Ahora bien, la
disparidad de datos que nos aportan los estudios desarrollados obliga a
ser muy cautos a la hora de cuantificar la verdadera dimensión del
problema. De esta manera, hay estudios que cifran en más de tres
cuartas partes la proporción de estudiantes que al menos una vez a lo
largo de su historial académico en la universidad ha plagiado parcial o
totalmente un trabajo con información extraída de Internet (Bowman,
2004). Otros estudios, en cambio, no arrojan cifras tan alarmantes –
5. aúncuando son de consideración- y lo sitúan entre el 40 y el 50 por
ciento (Bowman, 2004; Hansen, 2003).
La mayor parte de aproximaciones parecen apuntar a que los hombres
plagian más que las mujeres –aunque de nuevo estos datos deben ser
tomados con cierta prudencia dadas las características de los análisis
desarrollados y su difícil comparación- (Comas, Sureda y Urbina, 2005).
Otro dato para poner en cuarentena es el que afirma que los
estudiantes de carreras técnicas plagian más que los alumnos de
carreras sociales, humanidades y ciencias (Hansen, 2003; Park, 2001;
Ercegovac, 2004). Otros análisis –principalmente desde Australia, Nueva
Zelanda y el Reino Unido- han pretendido correlacionar aspectos
culturales y etnográficos en relación al plagio. Así encontramos trabajos
que analizan la prevalencia del fenómeno entre los estudiantes
extranjeros en universidades australianas, inglesas y neozelandesas
(Baldwell, 2003; Pan Le Ha, 2001, 2006; Lahur, 2004). Los resultados de
estos trabajos, parecen apuntar a que los estudiantes provenientes de
países sur-asiáticos –Indonesia, China, Tailandia, etc.- tienden a plagiar
más que los estudiantes de otros países y regiones. Una de las
explicaciones que se da a este fenómeno es que los estudiantes de
estos entornos tienen una concepción diferente de lo que representa el
plagio y la manera de citar.
6Tipos de ciber-plagio
En términos generales, al hablar de plagio académico (no únicamente
ciber-plagio) se citan habitualmente dos grandes categorías asociadas
a la intencionalidad de la conducta en sí: 1) plagio intencional –los
ejemplos más conocidos son la presentación de textos, ideas, hipótesis,
etc. de otras personas como propios a sabiendas- y 2) plagio no
intencional o accidental –casi siempre generado por efectuar
citaciones y parafraseados incorrectos en los trabajos o directamente
por la no citación por desconocimiento de la práctica- (Park, 2003;
Colon, 2001; Bugeja, 2001; Bauer, 2004; Moore, 1995; Hacker, 1998).
Siguiendo esta doble clasificación, en cuanto a los tipos de ciber-plagio,
se puede hablar de:
1. Ciber-plagio intencional: a) comprar o descargarse un trabajo,
artículo, proyecto, etc. desde una Web dedicada a la venta y/o
intercambio de trabajos académicos y presentar la obra como
propia; b) copiar un texto completo, desde una Web o un archivo
6. descargado de Internet, y presentarlo como propio sin citas ni
referencias; c) copiar partes o párrafos de distintos textos extraídos
de Internet y presentarlos en un texto único como propios –"Plagio
Collage"-; d) copiar de Internet y traducir un trabajo completo,
partes del mismo, resultados de investigaciones, etc. (Sureda,
Comas & Urbina, 2005)
2. Ciber-plagio accidental: a) uso de parafraseados inadecuados,
b) mala citación de los recursos y bibliografía utilizados (Sureda,
Comas & Urbina, 2005).
7Causas asociadas al fenómeno del ciber-plagio y posibles soluciones
Se trata sin duda de una de las áreas más analizadas y sobre la que
existe más literatura, aunque ésta esté basada principalmente en
apreciaciones e ideas devenidas de la experiencia de académicos que
han abordado el tema y no en investigaciones rigurosas. Destaca de
todas maneras un trabajo de investigación pionero en este campo
(Dordoy, 2002) en donde se analizan las causas del ciber-plagio desde
la óptica de los estudiantes universitarios y docentes. Según este estudio
los universitarios plagian, usando Internet para ello, por:
1. Intentar obtener mejores calificaciones y resultados académicos
2. Pereza y mala gestión del tiempo dedicado al estudio y
elaboración de trabajos
3. Facilidad y comodidad de acceso a material vía Internet
4. Desconocimiento de las normas básicas a seguir para la
elaboración de un trabajo académico
A la anterior lista habría que añadir el tipo de metodología seguida en
muchos casos por los docentes a la hora de plantear la asignatura y los
trabajos académicos que se pide a los alumnos que en cierta medida
podrían incitar a la adopción de prácticas tendentes al plagio por parte
del alumnado (Hunt, 2003; Sureda, Comas & Urbina, 2005). A partir del
trabajo que se viene desarrollando desde nuestro grupo añadiríamos un
sexto elemento a tener en cuenta que tiene que ver con la brecha
digital asociada a la diferencia generacional estudiante-docente que
provoca el enfrentamiento entre alumnos muy hábiles en el uso de las
7. TIC y docentes poco hábiles en el uso de las mismas. Este hecho
provoca en los alumnos una sensación de confianza en no ser
descubiertos por parte del profesor y aumenta su propensión al plagio
(Sureda, Comas & Urbina, 2005).
En el ámbito de las soluciones frente al ciber-plagio, se pueden separar
en dos grandes campos: 1) detección y 2) prevención.
En cuanto a la detección, se habla principalmente de dos tipos de
sistemas de detección: a) detección basada en la experiencia y análisis
del docente y b) detección mediante instrumentos tecnológicos
(McLafferty&Foust, 2004). Por lo que respecta al primer nivel de
detección los docentes pueden intentar detectar el plagio en trabajos
académicos prestando atención a aspectos como :
Incongruencia entre ideas, teorías e hipótesis expresadas en el
trabajo
Incongruencia en los estilos de escritura (narración, usos
gramaticales, etc.) dentro del texto
Incongruencia en el desarrollo "lógico" del trabajo
Incongruencia entre las ideas, teorías, hipótesis, etc. presentadas
por el alumno y trabajos anteriores del mismo
Incongruencia en la bibliografía y fuentes citadas
Incongruencia en el formato de presentación (por ejemplo:
existencia de saltos de página incorrectos; existencia de
diferentes tipos de fuente, tamaño, etc.; existencia de números de
página no consecutivos, etc.)
Incongruencia en las citas
Resulta evidente, de todas maneras, que detectar el plagio en un
trabajo académico a simple vista –sobre todo si el alumno ha sido
precavido y cuidadoso- es una tarea muy difícil dado que parece
imposible controlar toda la "literatura electrónica" existente –que no
cesa de aumentar día a día-. Ante ello, en los últimos años se han
desarrollado –principalmente en los EEUU- programas informáticos de
detección de plagio que suelen operar a través de una doble
8. comparación: a) comparan los trabajos con recursos accesibles en
Internet a través de una búsqueda orientada en la Red, y b) comparan
los trabajos con bases de datos propias de trabajos académicos
presentados en años anteriores. A partir de esta doble comparación, se
establece si el trabajo presenta indicios de plagio o no. Muchas
universidades de los EEUU, Reino Unido y Canadá han adoptado estos
programas para la detección del plagio.
Otra posibilidad tecnológica, bastante más rudimentaria, menos
rigurosa y que supone la dedicación de más tiempo, es la introducción
de frases sueltas o párrafos del trabajo del alumno en un buscador
generalista de Internet de cara a encontrar documentos, etc. que
hayan podido usarse para el plagio del trabajo.
Por lo que respecta a la prevención del plagio, existen básicamente tres
líneas de trabajo:
1. regulación punitiva: muchas universidades y centros educativos
de los EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia, Hong-Kong,
Alemania y países escandinavos han desarrollado estrictas
reglamentaciones con vistas a rebajar la incidencia del plagio
académico –la mayoría de estas regulaciones se inscriben en un
marco general de compromiso ético y códigos de honor
universitarios que los estudiantes deben seguir -. Las
consecuencias de actividades probadas de plagio pueden
castigarse con medidas que van desde la realización del trabajo
plagiado por segunda vez hasta la expulsión del centro o la
supresión de una titulación ya concedida como sucedió en un
conocido caso en la universidad de Virginia en el 2002 (Hansen,
2003).
2. información y concienciación: algunos centros intentan influir y
concienciar a los estudiantes acerca del plagio académico
mediante campañas de información acerca de, entre otras
cosas, qué es el plagio, qué consecuencias suceden a su
infracción y maneras de evitarlo . Estas campañas se desarrollan a
través de: información presente en la Web de la universidad;
información suministrada a través de póster, trípticos, etc.; a través
de información explicita sobre la regulación del centro adjunta al
formulario de matriculación, etc.
9. 3. formación dirigida al alumnado y profesorado: el tercero de los
elementos apuntados tiene que ver con la formación de los
alumnos en aspectos como: cómo escribir un trabajo académico;
cómo buscar información y documentarse y cómo citar los
recursos usados; cómo evaluar información extraída de Internet;
etc. También se trabaja en la formación del cuerpo docente en
aspectos relativos a: maneras de detectar el plagio; metodologías
innovadoras de trabajo; etc.
8Evaluación de la precisión y utilidad del software antiplagio
Existen en el mercado numerosos programas para detectar el plagio en
trabajos académicos. Algunos, como es el caso de Turnitin, Eve2 y
Copycatch, son utilizados extensivamente en las universidades
anglosajonas. Varios autores (Bull, Humes, 2001; Clough, 2003; Cutwin,
2000) han analizado la utilidad y eficacia de los programas antiplagio y
su impacto en la prevención del fenómeno. Una primera conclusión a la
que llegan estos trabajos es que el mero hecho de contar con software
antiplagio –y que este hecho sea conocido por los alumnos- es
suficiente para ahuyentar a muchos estudiantes de cometer plagio
(Humes, 2003; Clough, 2003). Ahora bien, estos trabajos también
demuestran que el software antiplagio no es infalible y deja de detectar
muchos casos de plagio, y es que, primeramente, los alumnos siempre
descubren caminos para burlar los controles tecnológicos (por ejemplo:
cambiando determinadas palabras del texto plagiado por sinónimos;
traduciendo textos de otros idiomas, etc.) y, en segundo lugar, el
tamaño y la velocidad de expansión de Internet hace prácticamente
imposible controlar todo cuanto se puede encontrar online (Devlin,
2002).
9CONCLUSIONES:
A la luz de la revisión de la literatura académica escrita recientemente
en el campo del ciber-plagio académico podemos concluir que:
El mayor número de investigaciones en este campo se desarrollan
en países del ámbito anglosajón (EEUU, Reino Unido, Australia y
Canadá).
10. No se puede cuantificar la extensión y prevalencia del ciber-
plagio dado que los datos de que se dispone son bastante
dispares; ahora bien, si se puede concluir que los casos de plagio
académico han aumentado con el advenimiento y
universalización en el acceso a Internet –y más concretamente
al World Wide Web-.
No hay datos que puedan concluir una caracterización o perfil
del estudiante plagiador.
Se ha analizado y estudiado desde diversas disciplinas, con
distinta metodología de investigación y distintos objetivos, lo que
lo convierte en un campo de análisis muy rico.
Las principales soluciones pasan por: a) la prevención; y b) la
detección.
El uso exclusivo de software antiplagio no corrige la situación.
Es necesario un conocimiento más profundo y extenso del ciber-
plagio de cara a mejorar las soluciones a implementar.
11. PLAGIO ACADEMICO
El plagio de material educativo, especialmente extraído desde Internet
se está convirtiendo en un serio problema. Se precisan enfoques más
novedosos para educar hoy.
Atrás quedaron aquellos días en que, para hacer una investigación o
una tarea escolar, había que ir a la biblioteca, hurgar en una pila de
libros, hacer transcripciones a un papel y luego, tomar todas las notas
que se habían realizado y hacer un resumen coherente, inteligente y
bien argumentado.
La era de Internet
La mayoría de los estudiantes va a Internet, realiza una
breve búsqueda en Google o en algún buscador de moda y luego,
encuentra la información, la copia y pega.
Posteriormente, en muchos casos, sin darse el trabajo de leer o examinar
la información que han copiado, simplemente le ponen un título, le
hacen una carátula y lo presentan a los docentes. Se ha hecho la
"tarea". Sin embargo, algo se ha perdido en el proceso. Es lo que Rubén
Comas y Jaume Sureda llaman el "ciber-plagio académico".
Internet es una herramienta extraordinaria. La más importante biblioteca
del mundo. Nunca antes en la historia humana hubo tanta información
al alcance de un click. Sin embargo, algo está faltando en el proceso
educativo, porque muchos docentes no sólo no están aprovechando
sus ventajas, sino que se están conformando con el mínimo esfuerzo.
Peligros de no entender los efectos del plagio
Copiar, pegar y presentar un trabajo como si fuera propio, cuando lo
único que se ha hecho es hacer el mínimo de esfuerzo, crea
condiciones éticas para que se produzcan otros problemas aún más
complejos.
Un estudiante que no aprende lo que significa investigar y elaborar un
tema, probablemente va a desarrollar poca capacidad analítica y una
forma poco seria de tratar la información.
Por otro lado, no estará entendiendo el concepto de derechos de
autor y la importancia de respetar el trabajo intelectual de otros.
12. Generar una nueva forma de investigación
Algunos docentes han optado por prohibirles a sus estudiantes utilizar
Internet como fuente de información como una forma de prevenir el
robo de información, pero, esa no es la solución, es tirar "el agua con el
bebé", según el dicho norteamericano.
Lo que se debe hacer es enseñar a utilizar Internet como una
herramienta. Para eso, un docente debería educar para que los
alumnos sepan discriminar los sitios y la información que leen. Algunos
elementos que deberían transmitirse:
No todo lo que está en Google es verdad. El motor de búsqueda
más importante que existe, sigue un criterio de popularidad para
posicionar las diferentes web. Eso implica que el sitio más visitado,
probablemente tendrá una mejor ubicación en una búsqueda.
Sin embargo, el criterio de popularidad, no siempre es el más
efectivo desde el punto de vista académico. Un sitio muy visitado,
no necesariamente es el que tiene la mejor información.
La mejor fuente de información procede de autores que dan
nombre y apellido, de sitios académicos y de instituciones Un
profesor debería guiar a sus estudiantes a discriminar información,
eso implica, ser capaces de hacer crítica de fuentes. Un sitio con
información anónima, de la cual nadie se hace responsable, no
es una buena fuente de información. Sin embargo, tampoco lo es
un sitio donde alguien pretende tener una verdad incontrastable
y no discutible, aunque firme con nombre y apellido.
Los sitios académicos (que generalmente tienen la terminación
.de) y los de instituciones (que generalmente tienen el dominio
.org o .net), en general someten lo que publican a referato, es
decir, a análisis de otros especialistas en el tema que analizan y
critican el escrito antes de ser publicado.
¿Qué es plagio?
Un buen docente clarificará exactamente qué es plagio.
El Diccionario de la Real Lengua Española lo define como "copiar en lo
sustancial obras ajenas, dándolas como propias". En el ámbito
académico, es robar información y presentarla como si fuera creación
personal. Cuando se incurre en la acción de plagiar, se
13. usufructadel derecho de otro y se presenta la propiedad ajena como si
fuera propia.
Es probable que muchos estudiantes no tengan clara la idea de que
plagiar es robar y que es un delito, puesto que aunque se apropien de
información intelectual, se están adueñando del trabajo de otra
persona y eso es equivalente a robarle un auto o la billetera. Es la misma
acción, aunque en sentido abstracto.
¿Cómo evitar el plagio?
Hay algunas medidas que se pueden tomar como:
1. Señalar un mínimo de información copiada de manera textual. Un
docente puede indicar, por ejemplo, que no aceptará más de 10
citas en un trabajo de 10 páginas, y que cada cita textual no
debería tener más de cinco líneas. Eso obligará al estudiante a
sintetizar y poner en sus palabras la información requerida.
2. Puede asignar un equilibrio entre fuentes citadas de internet y de
libros. Por ejemplo, tres sitios web y tres libros. Eso obligará al
estudiante a hacer un trabajo más exhaustivo y no depender sólo
del ciberespacio.
3. Puede exigir que todos los trabajos académicos sean entregados
en formato digital. Eso le permitirá someter las asignaciones a
algún tipo de filtro antipiratería.
Instrumentos anti plagio
Algunas herramientas en linea son:
Educared, instrumento creado en España.
Turnitin, desarrollado en EE.UU.
Compilatio, producido en Francia.
Hay algunos software como:
Antiplagiarist.
Copyscape.
WCopyfind.
Conclusión
14. El robo ha existido siempre, y no se va a acabar. Internet y los medios
informáticos, sólo han facilitado el proceso de plagiar. Lo que hay que
hacer es estar alerta y crear elementos de contención para evitar que
se produzca el delito. En ese caso el docente, puede ser un buen ente
formador.
Con las herramientas que hay, no hay excusa para no detener
el plagio y educar de verdad.