En nuestro país, la mortalidad infantil alcanza el 13,3 de cada mil nacidos vivos. Esto es imperdonable. Y es imperdonable porque el 58 por ciento de las muertes de los menores de un año son reducibles. Además, el 8,2 por ciento de los niños nace con bajo peso. Todo esto puede cambiar. Sólo se necesita un plan. Y lo tenemos.