El documento presenta 8 casos de fragmentos literarios. En cada caso se pide identificar el género literario, subgénero, tipo de narrador y obra y autor al que pertenece el fragmento. Los casos incluyen extractos de obras literarias, conversaciones y descripciones. El objetivo es que los estudiantes analicen los fragmentos y provean información relevante sobre cada uno.
2. ¿En qué consiste el trabajo?
1. Reconocer qué género literario es. Justificar la
respuesta.
2. Identificar a qué sub-género pertenece.
3. Reconocer qué tipo de narrador es. Justificar la
respuesta.
4. Reconocer a qué obra y autor pertenece el
fragmento.
3. CASO 1
“Yo me pregunto por qué la realidad ha de ser simple. Mi
experiencia me ha enseñado que, por el contrario, casi nunca lo es y
que cuando hay algo que parece extraordinariamente claro, una
acción que al parecer obedece a una causa sencilla, casi siempre hay
debajo móviles más complejos. Un ejemplo de todos los días: la
gente que da limosnas; en general, se considera que es más
generosa y mejor que la gente que no las da. Me permitiré tratar
con el mayor desdén esta teoría simplista. Cualquiera sabe que no
se resuelve el problema de un mendigo (de un mendigo auténtico)
con un peso o un pedazo de pan: solamente se resuelve el problema
psicológico del señor que compra así, por casi nada, su tranquilidad
espiritual y su título de generoso. Júzguese hasta qué punto esa
gente es mezquina cuando no se decide a gastar más de un peso por
día para asegurar su tranquilidad espiritual y la idea reconfortante y
vanidosa de su bondad”.
4. CASO 2
"Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los
obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro
enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos;
la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el
egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más
peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la
buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos,
y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la
injusticia donde quiera que estén (...)”.
5. CASO 3
Hamlet: ¡Oh! ¡Oh! ¿Eres honesta?
Ofelia: Señor...
Hamlet: ¿Eres hermosa?
Ofelia: ¿Qué pretendéis decir con eso?
Hamlet: Que si eres honesta y hermosa, no debes consentir
que tu honestidad trate con tu belleza.
Ofelia: ¿Puede, acaso, tener la hermosura mejor compañera
que la honestidad?
6. CASO 4
–No, no existes más que como ente de ficción;
no eres, pobre Augusto, más que un producto de
mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores
que lean el relato que de tus fingidas venturas y
malandanzas he escrito yo; tú no eres más que
un personaje de novela, o de nivola, o como
quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.
7. CASO 5
Fíjate en ese hombre. Espera, no mires ahora,
gírate hacia mí, sigamos charlando. Si mirase
hacia aquí, podría verme y no quiero que me
salude… ahora sí, ya puedes mirar. ¿Ese bajito
y rollizo del abrigo con cuello de garduña? No,
qué dices. Es el alto y pálido, el del abrigo
negro que está hablando con la dependienta
rubia y delgada. Le están envolviendo naranja
escarchada. Qué curioso, a mí nunca me
compró naranja escarchada.
8. CASO 6
Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en
que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Macondo era entonces una aldea de veinte
casas de barro y caña brava construidas a la
orilla de un río de aguas diáfanas que se
precipitaban por un lecho de piedras
pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos.
10. CASO 8
"Apareciste por vez primera ante el lector en una
librería, tomaste forma apartándote de una pared
de estanterías, como si la cantidad de los libros
hiciera necesaria la presencia de una lectora. Tu
casa, al ser el lugar donde lees, puede decirnos cuál
es el lugar que los libros tienen en tu vida, si son una
defensa que tú interpones para mantener alejado al
mundo de fuera, un sueño en el que te hundes
como en una droga, o bien si son puentes que lanzas
hacia el exterior hacia el mundo que te interesa
tanto que quieres multiplicar y dilatar sus
dimensiones ".
11. CASO 9
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.