2. Una galaxia es un enorme conjunto de cientos o de millones de
estrellas, que se atraen entre sí por la fuerza de la gravedad y que giran
en órbitas alrededor de un centro común.
Las galaxias presentan una gran variedad de formas. Las podemos
clasificar en:
Galaxias elípticas: contienen una gran población de estrellas
viejas, normalmente poco gas y polvo, y algunas estrellas de nueva
formación. Además, sus estrellas presentan una gran variedad de
tamaños, de gigantes a enanas.
Galaxias espirales: son discos achatados que contienen algunas estrellas
viejas, una gran población de estrellas jóvenes y nubes de gas y polvo.
Generalmente, las regiones que contienen estrellas jóvenes brillantes y
nubes de gas están dispuestas en grandes brazos espirales que rodean a la
galaxia. Hay dos tipos de galaxias espirales: las normales, en las que los
brazos parten directamente de un núcleo esférico de pequeña dimensión
situado en el centro del disco, y las espirales barradas, cuyos brazos se
abren en el extremo de una “barra” rectilínea luminosa que pasa por el
núcleo.
Galaxias irregulares: son enormes nubes de estrellas situadas cerca de
galaxias más grandes, y no tienen una forma definida.
3. Sistema solar
El sol
Los planetas
La tierra
La luna
La exploración del espacio
Mercurio
Venus
Marte
Júpiter
Saturno
Urano
Neptuno
Plutón
La astronomía
La atmosfera
Las estrellas
las galaxias
Los satélites
Las constelaciones
4. El Sistema Solar lo forman, además del Sol, los astros
que giran a su alrededor, que son: ocho planetas,
planetas enanos, satélites, asteroides, cometas,
meteoroides, y polvo y gas interplanetario.
Hasta el 24 de agosto de 2006 los planetas del Sistema
Solar eran nueve: Mercurio, Venus, Tierra, Marte,
Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. En esa
fecha, la Unión Astronómica Internacional definió lo
que era un planeta y creó otras dos clases de cuerpos
dentro del Sistema Solar: los planetas enanos y los
cuerpos pequeños del Sistema Solar. Plutón pasó a ser
un planeta enano, junto con Eris, descubierto en 2005, y
el asteroide Ceres.
5. El Sol es la estrella que domina nuestro Sistema Solar;
se encuentra a una distancia media de 150 millones de
kilómetros de la Tierra. Recibimos una mínima parte
de la energía que desprende, pero la vida sobre la
Tierra es posible gracias a su luz (las plantas no pueden
vivir sin ella) y al calor que nos transmite.
TAMAÑO DEL SOL
El Sol es una esfera que mide casi 1,4 millones de
kilómetros de diámetro, que es 109 veces mayor que el
diámetro de la Tierra. Su volumen es mayor que el de
todos los planetas del Sistema Solar juntos y un millón
de veces mayor que el de la Tierra. Sin embargo, no es
tan grande si lo comparamos con otras estrellas del
Universo.
6. Los planetas son cuerpos celestes que giran
alrededor de una estrella, de la que reciben su luz.
Se forman a partir de discos de polvo y gas que
aparecen alrededor de las estrellas; de ese modo se
formó nuestro propio Sistema Solar, según se cree,
hace más de 4.500 millones de años.
Los planetas que giran en torno a otras estrellas
que no son el Sol se llaman planetas extrasolares.
Estos planetas suelen tener una masa semejante o
superior a la de Júpiter, el planeta de mayor masa
del Sistema Solar. El primer planeta extrasolar se
descubrió en 1995.
7. En las imágenes de la Tierra vista desde el
espacio, aparece una gran esfera en la que
predomina el color azul, debido a que los océanos
cubren la mayor parte de su superficie. Que hasta
ahora sepamos, nuestro planeta es el único
conocido en el que hay vida.
SU POSICIÓN EN EL ESPACIO
La Tierra es el tercero (tras Mercurio y Venus) de
los nueve planetas del Sistema Solar, si los
contamos de menor a mayor distancia al Sol. Como
la órbita que describe alrededor de él es una
elipse, su distancia no es siempre la misma, pero se
puede considerar una distancia media de unos 150
millones de kilómetros.
8. La Luna, que tiene forma esférica, es mucho más
pequeña que nuestro planeta: su diámetro mide la
cuarta parte del diámetro de la Tierra, y su volumen es
cincuenta veces menor.
Su masa es 81 veces más pequeña y la gravedad en su
superficie es seis veces menor que la de la Tierra, por lo
que, en las imágenes de los astronautas que llegaron a
ella, parecían ir dando saltos a cámara lenta al andar.
Se encuentra a unos 380.000 kilómetros de la Tierra, e
influye sobre ella por la fuerza con que la
atrae, causando el fenómeno de las mareas, que a su
vez afecta a la velocidad con que gira la Tierra y a la
distancia que la separa de ella.
La luz con que la vemos brillar es una parte de la
que, procedente del Sol, refleja sobre su superficie.
9. Miles de años antes de que los viajes espaciales comenzaran,
la humanidad ya soñaba con volar a través del espacio.
Aparecen pruebas de ello ya en el año 4000 a.C. (antes de
Cristo) en los textos babilónicos, mientras que en la
mitología griega, Dédalo e Ícaro representan el deseo
universal de volar.
En el siglo XIX se escribieron dos de las novelas más
famosas sobre viajes espaciales: De la Tierra a la Luna, del
escritor francés Julio Verne, y La guerra de los mundos, del
inglés Herbert G. Wells.
Los primeros lanzamientos de artefactos o vehículos
espaciales se efectuaron a finales de la década de 1950,
época en la que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión
Soviética competían por ser los primeros en lo que se llamó
“la carrera espacial”.
10. Es el planeta que está más cerca del Sol, a unos
58 millones de kilómetros. Es más pequeño que
la Tierra, y tiene muchos cráteres, como la
Luna. Tarda 88 días en dar una vuelta completa
alrededor del Sol. Esta fotografía fue tomada en
1974 por el Mariner 10, la primera sonda
espacial que estudió Mercurio en detalle.
11. Es el segundo planeta desde el Sol y tarda 225
días en dar una vuelta a su alrededor. Su
tamaño es parecido al de la Tierra. Está
cubierto por muchas nubes, que lo mantienen
muy caliente, y que impidieron el estudio de
este planeta hasta que se pudieron enviar
vehículos espaciales.
12. Es el “planeta rojo”, porque así se ve desde la
Tierra. Ocupa el cuarto lugar desde el Sol y
tarda 687 días en dar una vuelta a su alrededor.
Tiene inmensas llanuras y el volcán más
grande del Sistema Solar.
13. Júpiter (arriba a la derecha), el planeta más
grande del Sistema Solar y el que más satélites
tiene, se ve aquí con los cuatro mayores:
Europa (centro), Ío (arriba a la izquierda), Calisto
(abajo a la izquierda) y Ganimedes (abajo a la
derecha). Ocupa el quinto lugar desde el Sol y
tarda casi 12 años en dar una vuelta completa a
su alrededor.
14. Es el sexto planeta desde el Sol y tarda casi 30
años en dar una vuelta completa a su
alrededor. Es el segundo planeta más grande
del Sistema Solar y se distingue por sus
enormes anillos.
15. Es el séptimo planeta desde el Sol y tarda 84
años en dar una vuelta completa a su
alrededor. Tiene anillos, pero muy débiles. Al
telescopio el planeta se ve de color azul
verdoso.
16. Ocupa el octavo lugar desde el Sol, a unos
4.500 millones de kilómetros de él, y tarda unos
165 años en dar una vuelta a su alrededor. En
este planeta se producen los vientos más
rápidos del Sistema Solar.
17. Es un planeta enano que tarda casi 248 años en
dar una vuelta completa alrededor del Sol. Esta
imagen muestra a Plutón (en primer plano), a su
luna Caronte (en segundo plano) y al Sol.
18. La Astronomía es la ciencia que se ocupa de los cuerpos celestes del Universo, incluidos los planetas y
sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los sistemas de estrellas
llamados galaxias y las agrupaciones (cúmulos) de galaxias.
Trata, en definitiva, de explorar y comprender el Universo. La astronomía moderna se divide en
varias ramas:
La Astrometría, que estudia las posiciones de los cuerpos en el espacio.
La Mecánica celeste, que estudia sus movimientos.
La Astrofísica, que estudia su composición química y su condición física.
La Cosmología, que estudia el Universo como un todo.
No debes confundir la Astronomía con la Astrología. Mientras que la Astronomía es una
ciencia, basada en la observación, la Astrología trata de relacionar el movimiento del Sol, la Luna, los
planetas y las estrellas con el desarrollo de los acontecimientos que se producen en la Tierra, sin poder
demostrar dicha relación.
No obstante, la Astrología propició el desarrollo de la Astronomía desde las primeras civilizaciones.
Durante miles de años, el ser humano ha observado el cielo a simple vista, sin ningún
instrumento, hasta la invención del telescopio. Su curiosidad por entender por qué tras el día llega la
noche, por qué el Sol sale todos los días por el este y se pone por el oeste, y las diferentes formas y
posiciones en que aparece cada noche la Luna, le llevó a pensar que los cuerpos celestes se mueven de
una forma regular.
De esta forma, en el pasado, la Astronomía solucionó problemas básicos del ser humano, como
orientarse en las largas travesías comerciales o en los viajes y saber cuáles eran las épocas adecuadas
para sembrar y recoger las cosechas.
19. Una atmósfera es una capa formada por la mezcla de varios gases
que rodea a un objeto celeste (como la Tierra) cuando este ejerce
una fuerza de atracción gravitatoria suficiente para impedir que
escapen.
Quizás entiendas mejor lo que supone la fuerza gravitatoria si
piensas en lo que pesas. Nuestro peso no es más que una medida
de la fuerza con que la Tierra nos atrae; si no existiera esta fuerza
flotaríamos, como seguro que has visto en las imágenes de los
astronautas andando sobre la superficie de la Luna.
Pues al igual que tú pesas, los gases de la atmósfera pesan, y de
hecho el peso de la columna de aire que tenemos sobre nuestras
cabezas ejerce sobre nosotros una presión, que llamamos presión
atmosférica.
La atmósfera que rodea al planeta Júpiter, por ejemplo, está
constituida por hidrógeno y helio, la de Marte contiene sobre todo
dióxido de carbono, y en cambio la Luna no tiene atmósfera.
20. Una estrella es un gran cuerpo celeste compuesto de
gases calientes que emite luz, debido a las reacciones
nucleares que tienen lugar en su interior. El Sol que nos
alumbra es una estrella. Salvo el Sol, las estrellas
parecen estar fijas en el cielo, pues no varían las
posiciones que ocupan unas respecto de otras año tras
año.
En realidad, las estrellas se están moviendo
rápidamente, pero como están tan lejos de la Tierra, sus
cambios de posición se perciben solo a lo largo de los
siglos.
La luz de la estrella más cercana a nosotros (aparte del
Sol), la estrella llamada Proxima Centauro, tarda más
de cuatro años y tres meses en llegar hasta la Tierra.
21. Las galaxias no están aisladas en el espacio sino que suelen ser miembros de
agrupaciones que se llaman cúmulos de galaxias.
Estos cúmulos pueden ser de dos tipos:
Cúmulos abiertos, que están formados por estrellas jóvenes, muy luminosas y de gran
tamaño.
Cúmulos globulares, que tienen forma de esfera y que contienen hasta un millón de
estrellas.
LA VÍA LÁCTEA
Todas las estrellas que podemos ver desde la Tierra sin usar un telescopio pertenecen a
nuestra galaxia, la Vía Láctea. Nuestro Sol es solo una estrella más de esta galaxia.
La Vía Láctea es una gran galaxia espiral, con varios brazos espirales alrededor de un
núcleo central. Las estrellas del núcleo central están más agrupadas que las de los brazos,
donde se han encontrado más nubes interestelares de polvo y gas.
Nuestra galaxia gira alrededor de un eje que une los polos galácticos. Contemplada
desde el polo norte galáctico, la rotación de la Vía Láctea se produce en el sentido de las
agujas del reloj, arrastrando los brazos espirales.
La Vía Láctea pertenece a una agrupación pequeña de unas 20 galaxias a la que se llama
Grupo Local. La Vía Láctea y la galaxia Andrómeda son los dos miembros mayores de
este grupo, con 100.000 o 200.000 millones de estrellas cada una. Las Nubes de
Magallanes son tres galaxias cercanas, pero pequeñas y débiles, con 100 millones de
estrellas aproximadamente.
22. Los satélites son cuerpos celestes que giran alrededor de otros cuerpos mayores que ellos, como los planetas. Muchos de
los satélites conocidos hasta ahora en nuestro Sistema Solar fueron descubiertos al observarlos con telescopios desde la
Tierra, pero otros solo han podido ser descubiertos mediante las observaciones con telescopios y sondas espaciales.
¿CUÁNTOS SATÉLITES TIENE CADA PLANETA DEL SISTEMA SOLAR?
De los ocho planetas del Sistema Solar, solamente los dos más interiores, Mercurio y Venus, no tienen satélites. Veamos
los satélites de los demás planetas.
La Tierra tiene solo uno, la Luna, que es bastante grande, pues equivale a un cuarto del tamaño de nuestro planeta.
Marte tiene dos, Fobos y Deimos, descubiertos en 1877. Tienen forma irregular y sus superficies son oscuras, como la de
los asteroides. Posiblemente sean asteroides capturados por Marte hace millones de años.
Júpiter tiene 63 lunas o satélites (que se conozcan). Las cuatro mayores fueron descubiertas por Galileo que, con su
rudimentario telescopio, las siguió durante cuatro meses y llegó a afirmar que eran como un “Sistema Solar” en
miniatura. Galileo las llamó 'Planetas Medicianos', en honor de la familia Medici, y se refirió a ellas mediante los
números I, II, III y IV. Posteriormente, a mediados del siglo XIX, se les puso nombre propio, ya que según se iban
descubriendo más satélites se hacía cada vez más confuso el nombrarlos con números.
Los nombres de estos cuatro satélites son Ío, Europa, Ganimedes y Calisto:
Ío está lleno de volcanes activos, que arrojan azufre a 200 km de altura y lava que fluye por su superficie.
Europa está cubierta por una capa de hielo de 100 km de espesor, que refleja la luz del Sol que le llega. Es el satélite más
brillante de los cuatro.
Ganimedes también está cubierto por una capa de hielo. En su superficie se aprecia el impacto de un enorme asteroide.
Calisto es el más oscuro. Está lleno de cráteres y es parecido a nuestra Luna.
Saturno tiene 60 satélites conocidos. Titán, el mayor de ellos, es incluso más grande que el planeta Mercurio. Este satélite
se parece a la Tierra en que presenta lluvias, nieve, ríos y océanos, pero en vez de fluir agua, lo que fluye es gas metano.
Otro satélite de Saturno es Mimas, que está repleto de cráteres y al que se conoce como Estrella de la Muerte.
Urano tiene 27 satélites, 5 más grandes y el resto pequeños. De los grandes, el más curioso es Miranda, cuya superficie es
absolutamente irregular. Se cree que un gran meteorito impactó contra el satélite, partiéndolo en dos mitades, que
después se volvieron a unir.
Neptuno tiene 13 satélites, el más grande de los cuales se llama Tritón. La superficie de esta luna es lisa y brillante. En
algunas imágenes tomadas por la sonda espacial Voyager 2 se aprecian géiseres, lanzando gas (nitrógeno) y partículas de
polvo oscuro, a muchos kilómetros de altura.
23. Por la noche se pueden ver miles de estrellas que siguen una trayectoria similar, girando en agrupaciones permanentes
llamadas constelaciones. Las constelaciones son grupos de estrellas que parecen formar figuras a las que les pusieron
nombre nuestros antepasados, nombres que perduran y son usados hoy día por los astrónomos.
En una constelación, a sus estrellas principales se les añade al nombre una letra griega para clasificarlas de la más a la
menos brillante: a, b…. Así, hablamos de la estrella Alpha Centauri de la constelación Centauro, de la Beta Persei de la
constelación de Perseo, o de la Alpha Orionis (también llamada Betelgeuse), Beta Orionis (Rigel) y Gamma Orionis
(Bellatrix) de la constelación de Orión.
Hay 88 constelaciones repartidas por toda la bóveda celeste, de las cuales 12 ocupan una franja sobre la que parece que el
Sol, visto desde la Tierra, se desplaza (es en realidad la Tierra la que gira alrededor del Sol). A esa franja celeste la
llamamos zodíaco.
LOS NOMBRES DE LAS CONSTELACIONES
Los dibujos de constelaciones más antiguos que se conocen son motivos hechos en conchas, vasijas y tableros de juego de
los sumerios, que prueban que las constelaciones ya habían sido establecidas el 4000 a.C. (antes de Cristo). Los sumerios
le dieron el nombre a la constelación Acuario, en honor a su dios An, que derrama el agua de la inmortalidad sobre la
Tierra. Los babilonios ya habían dividido el zodíaco en 12 signos iguales hacia el 450 a.C. Las actuales constelaciones del
hemisferio norte se diferencian poco de las que conocían los caldeos y los antiguos egipcios.
Muchas de las constelaciones tienen nombres de animales, personajes o bestias relacionados con la mitología griega, pues
fue un astrónomo griego, Tolomeo, quien en una de sus obras describió 48 constelaciones (47 de ellas se siguen
conociendo por el mismo nombre).
Así, por ejemplo, tienen nombres de personajes las constelaciones de Andrómeda, Perseo, Hércules, Orión, Auriga o
Casiopea; nombres de animales: Osa Mayor, Osa Menor, Cisne, Escorpión, Leo…. Y nombres de bestias mitológicas:
Centauro, Unicornio, Fénix...
A finales del siglo XVI, los primeros exploradores europeos de los mares del Sur trazaron mapas celestes del hemisferio
austral. La mayoría de las estrellas y constelaciones del hemisferio sur fueron bautizadas por dos astrónomos, el alemán
Johann Bayer (que publicó el primer atlas celeste del mundo occidental) y el francés Nicolas Louis de La Caille. Este
último les puso nombres de objetos científicos, como Telescopio, Microscopio, Horno, Brújula, Escuadra, Triángulo...