1. PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
LITURGIA DEL II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – ALema: En la alegría de María de la Merced… unidos construimos nuestro ser cristiano.
Hermanos y hermanas, sean bienvenidos a nuestra celebración.
La fiesta del Bautismo de Jesús, que celebramos el domingo pasado, inaugura la
vida pública de Jesús. Con ello, la liturgia da comienzo a la primera parte del llamado
Tiempo Ordinario. En estos domingos que preceden a la Cuaresma, veremos diversas
facetas de la persona y la doctrina de Jesús. Hoy toda la liturgia habla de su misión y de
la nuestra y Juan el Bautista da testimonio de Jesús.
El encuentro de cada uno de nosotros con Jesús dará a nuestra vida un sentido
nuevo, como le ocurrió al propio Bautista.
Nos ponemos de pie para iniciar nuestro encuentro comunitario cantando.
Saludo:
La gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo,
permanezcan siempre con ustedes.
Acto penitencial:
Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y por lo tanto, también
los nuestros. Pidamos humildemente su perdón.
Yo confieso…
MONICIÓN A LAS LECTURAS:
Primera Lectura:
El profeta Isaías nos presenta al siervo de Dios, al que se le ha confiado la misión
de reunir al pueblo de Israel y ser luz de las naciones, salvación para todos.
Escuchemos.
Salmo:
Segunda Lectura:
Iniciamos hoy la lectura de una de las cartas más importantes de San Pablo y la
seguiremos en domingos sucesivos. La dirige no solo a Corinto, sino a todos los que
tienen como único Señor a Jesucristo. Prestemos atención.
Evangelio.
Juan nos presenta a Jesús como el Cordero de Dios, el Mesías esperado, el que
tenía que venir y va a bautizar con Espíritu Santo. También nosotros podemos dar este
testimonio. Puestos de pie cantamos aleluya.
2. Homilía:
ORACIÓN UNIVERSAL:
Como bautizados, compartimos la misión de Jesús. Un aspecto importante de ella
es rezar para que la salvación llegue a los confines de la tierra. A cada intención,
decimos: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
1. Por la Iglesia, para que sea signo vivo de Jesucristo en medio del
mundo. Roguemos al Señor.
2. Por la unidad de los cristianos, para que la tan ansiada unidad, que ya Cristo
pedía al Padre, pueda ser una realidad. Roguemos al Señor.
3. Por todas las naciones, para que progresen en la justicia, la libertad y la
paz. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos y los que
dificultad. Roguemos al Señor.
están
pasando
momentos
de
dolor
y
5. Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos ayude a decir
cada día: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Roguemos al Señor.