El poema describe la historia de los esclavos negros traídos a Perú desde África. Relata cómo fueron marcados y vendidos, y luego obligados a trabajar en duras condiciones en las haciendas peruanas. A pesar de su sufrimiento, los esclavos negros desarrollaron sus propios ritmos musicales como la zamacueca y el panalivio, que aún se escuchan en Perú. El poema rinde homenaje a la resistencia cultural de los esclavos a través de la música.